cuatro

Lilith rodó los ojos frente a JiMin, él por unos instantes se sintió como una carga, como alguien molesto, y es que realmente desde la perspectiva de ella, lo era. Además de ser molesto, no sabía entender un no como respuesta, cosa que empezaba a detestar de Park. Tenía dos posibles soluciones; la primera era echarlo, nuevamente, decirle todo el verso de siempre sobre la diferencia entre sus edades y las razones de porqué estaba mal que JiMin siguiera insistiendo, obviamente todo esto con su usual tono antipático y que alejaba cualquier persona menos a él. La segunda opción era...cumplirle el capricho y luego que se vaya, que se conforme con eso. Sabía que al ser alguien joven, que recién empieza a descubrir la sexualidad, son demasiado insistentes con el tema, y se lamentaba por la próxima chica con la que él vaya a estar, porque posiblemente iba a aceptar solo para que JiMin deje de molestar, y eso tampoco estaba bueno. Los hombres a veces, casi siempre en realidad, eran muy insistentes y molestos.

Peor a los jodidos 15 años.

Él se quedó estático en su lugar, como si estuviera esperando algo, un cumplido, un pedido, algo. Lilith terminó por suspirar sonoramente mientras presionaba el puente de su nariz, pensando con seriedad qué decisión tomar. Ya sabía que la primera, es decir la de echarlo con una patada en el trasero, no servía, al contrario, parecía que JiMin era un masoquista y cada vez que ella lo alejaba él se quería acercar más y más. Miró a los alrededores en su departamento, como si mágicamente hubiera una cámara secreta colocada por el gobierno y vean el crimen que estaba a punto de cometer, sea consentido o no por ambas partes, seguía siendo un menor de edad, seguía siendo algo ilegal. Y Lilith ya tenía suficientes cosas en su historial como para que se agregue algo como abuso a menores.

⎯ Siéntate en la cama.

Los ojos de él se abrieron grandes, sorprendido por las palabras de la morena que no tenía emoción en el rostro. Le costaba leerla, suponía que con el tiempo iba a poder empezar a saber lo que pensaba a través de sus expresiones, pero mientras tanto Lilith parecía una obra de arte, de esas preciosas, que te cautivan, llaman la atención y quieres llevarla a casa, pero no las entiendes, porque todos pueden darle un significado distinto, y la persona que más la admiró, apreció y entendió termina siendo la última que se la lleva, la conserva alguien que la deja tirada en su hogar, como si fuera sin importancia, algo que no tenía tanto valor.

¿Estaba bien comparar a su crush con una obra de arte?

⎯ ¿H-haremos el amor, Noona?⎯ preguntó nervioso, y a su vez con ansias, deseaba mucho hacerlo con Lilith, no solo eso, sino todo lo que conlleva la palabra "amor", pero comprendía que para ella demostrarlo significaba estar juntos en la cama.

Que equivocado estaba, Lilith no demuestra amor.

Ella soltó una risa seca, no iba a burlarse tanto de él por las palabras que utilizó, suponía que sus padres se lo enseñaron de esa manera, lo cual era un equivalente a "tus papis se aman mucho y de ahí naciste tú", una total falacia, ¿cuántos padres en realidad no se amaban y traían hijos al mundo? Demasiados, los padres de ella podían ser el ejemplo perfecto. Lilith no estaba en contra del amor, de hecho, muy en el fondo seguía con la esperanza de encontrar alguien a quien amar, y que la ame a ella, pero debido a la última relación amorosa que tuvo simplemente decidió retirarse de todo eso de tener citas y buscar el amor verdadero. A veces, le gustaría vivir en un mundo donde el gobierno pudiera decirle quién era su alma gemela, y juntarlos, así sería todo mucho más fácil, habrían menos corazones rotos, e historias de trágicos amores que no podían cumplirse porque sus almas preferían a otras personas.

⎯ Haré algo para que dejes de molestar y punto.⎯ corrigió, sabía que estaba mal lo que iba a hacer, pero por algún motivo, si lo decía en voz alta, se sentía peor, más prohibido, ilegal, y hasta un poco asqueroso saber que iba a tocar a alguien que tenía la edad de uno de sus primos. Tranquilamente JiMin podría ser su hermano menor.⎯ Siéntate y bájate los pantalones.

⎯ Sí, Noona.

Cumplió el pedido de ella sin poner una sola queja, le gustaba que Lilith le ordenara cosas, por algún motivo, le recordó a su madre cuando lo mandaba a hacer cosas de otro estilo totalmente diferente. Ni siquiera fueron necesarios unos besos o algo así para que su miembro se encuentre duro, Lilith suponía que era por la edad, sus hormonas, aunque también se debía al corto vestido que llevaba, las imaginaciones de JiMin, y sus deseos por estar con ella, todo eso lo llevó a excitarse en tan solo segundos. La morena se arrodilló frente a él luego de cerrar las cortinas, lo último que deseaba era ser vistos por alguien, y cuando estuvo en su lugar llevó la diestra al pene de él, por encima del bóxer, frotando suavemente mientras veía su rostro; los gruesos labios se abrían para jadear, sus ojos observaban cada acción que ella hacía, y las manos hacían puños las sábanas bajo suyo. Había pasado la lengua por sus labios dos veces, sentía que se secaban con mucha rapidez, y tragó saliva cuando la mano de ella tocó la punta de su miembro.

Masajeó por encima de la ropa unos cuantos minutos más, hasta que noto a través de la tela gris una pequeña mancha de humedad, y como si esa fuera la señal que estaba esperando, tomó los costados del bóxer del menor para bajarlos, siendo ayudada por él que alzó las caderas así el trabajo era más sencillo. Teniendo ya la ropa interior en sus tobillos, observó a Lilith tomar su miembro, comenzando a subir y bajar su delicada mano mientras las uñas blancas resaltaban al rededor de su pálida carne, con la punta rojiza. Ella no lo había mirado mucho porque sentía que ya estaba cometiendo un acto imprudente por estar tocándolo, pero llegó a darle una pequeña mirada y no se sorprendió mucho tampoco; su miembro era estándar para un chico de quince años, más grueso que largo, pero sus dedos lo envolvían perfectamente. Su glande estaba rojizo y con apenas signos del pre-semen, no llegó a notar si algunas venas se notaban a lo largo, pero asumía que sí porque sus yemas las sentían cuando bajaba y subía la mano. Tenía algo de vello púbico, nada exagerado, no le molestaba aquello tampoco, porque sabía que no iba a tocarlo demasiado como para que eso incomode.

No se atrevía a mirarlo, pero cuando lo escuchó llamándola por su honorífico asignado por ser la mayor entre ellos, no se resistió en mirarle el rostro. Sus mejillas se encontraban sonrojadas y los ojos apretados con fuerza, mantenía la boca abierta sin vergüenza alguna para gemir, sus gruesos labios también se encontraban algo rojizos por haberlos mordido, reteniendo sus primeros suspiros, aunque ahora eso no le interesaba y solo pasaba la lengua por ellos al sentir que se secaban con rapidez. Abrió sus ojos como pudo y miró a Lilith, su rostro estaba algo alejado de su miembro pero eso no le interesaba tanto cuando al bajar la vista veía su mano hacer aquel vaivén que le estaba logrando tensar el abdomen y sus piernas. Gimió manteniendo los ojos en el rostro de ella, aunque el contacto visual duró menos de cinco segundos porque Lilith desvió la mirada a alguna parte de su departamento, solo volvió a mirar cuando sintió un líquido tibio escurriéndose entre sus dedos, y no hizo mueca alguna en realidad, solo continuó con el movimiento hasta que él cayó de espaldas a la cama, respirando agitado, teniendo leves espasmos y sin entender lo que había sucedido, por un segundo pensó que se había orinado encima, pero si fuera el caso Lilith ya hubiera dicho algún comentario.

Limpió su mano con papel descartable que tenía al lado de la cama, por algún motivo esa mañana le había sangrado la nariz y lo llevó para no manchar sus sábanas, las cuales iba a tener que lavar, no solo por el suceso con JiMin, sino también por lo ocurrido antes de que él irrumpiera en su casa. Se levantó de su lugar y lo miró, estaba recostado con el antebrazo sobre sus ojos, respirando agitado como si hubiera corrido una maratón o algo así. Sus mejillas seguían sonrojadas, tenía leves espasmos en su abdomen bajo que no estaba marcado, lo normal para un chico en crecimiento que hace deporte, pudo notar un lunar al lado de su ombligo, el cual casi estaba cubierto por la sustancia parecida al semen. Al ser su primera masturbación, o eso asumía ella por sus reacciones y demás, el líquido no era tan espeso y blanquecino como comúnmente ve en personas adultas, las de su edad, sino que era casi como agua, con algo de color y apenas consistencia.

Sabía que no debía comentar nada al respecto, más teniendo en cuenta que ella misma notó que era la primera vez de JiMin, o una de sus primeras veces, pero se le escapó de su boca sin darse cuenta, mientras seguía limpiando desinteresada sus dedos. Solo esperaba que con lo dicho deje de insistirle en estar juntos. Era algo imposible.

⎯ Te tenía más fe.

Él dejó de cubrir su rostro para verla, frunciendo el ceño confundido mientras la veía, pero ella no le dirigía la mirada, algo que lo hizo entristecer un poco. En el fondo de su mente pensó que ese sería el comienzo de ellos dos, de una historia juntos. Lilith parecía tan ajena a todo, a las personas, como si no quisiera entablar relación con nadie, y es que así era. Estaba bien sola, en el sentido de relación, porque tenía una que otra amiga, y se llevaba bien con sus compañeros de trabajo, pero nada así sumamente íntimo como lo era antes, su tiempo en el que era una chica extrovertida con amigos por todas partes, una mejor amiga que supuestamente daba la vida por ella y le dió la espalda cuando todo salió a la luz, y un novio que en realidad solo la quiso para no ir preso él.

⎯ ¿Qué? ¿Por qué?⎯ preguntó confundido.

⎯ Te has venido muy rápido, JiMin.⎯ contestó tirando el papel sucio en la basura. Cuando volvió frente a él, Park ya tenía sus pantalones levantados y limpiaba su abdomen con el papel que vió en el mueble, le dió algo de vergüenza no haber preguntado, pero al parecer ella no se molestó. Levantó la vista al escuchar sus palabras, intentando encontrar esa palabra en su diccionario mental; "venido".

⎯ ¿Venido?

⎯ Tuviste un orgasmo. Te salió esperma. Acabaste.⎯ explicó luego de rodar los ojos, definitivamente no tenía paciencia, quizá por eso ahora estaba tan negada a tener hijos, aunque sabía que no iba a explicarles algo como esto, en otras cosas sería igual de difícil. ¿Cómo le enseñas a un bebé a limpiarse luego de ir al baño? Simplemente asqueroso de solo imaginarlo.

⎯ Oh...⎯ respondió bajando su camiseta cuando tenía el abdomen ya limpio, aunque lo sintió algo pegajoso y la necesidad de bañarse lo invadía. Su mente comenzó a divagar, ¿cómo sería bañarse con Lilith? ¿Podrían hacer algo en la ducha? ¿Él podría tocarla a ella?⎯ ¿Y eso es malo?⎯ consultó con curiosidad y confusión.

Por obvias razones, JiMin no sabía mucho acerca del mundo sexual, al tener 15 años lo único que entendía era por la pornografía, y tampoco era que esos videos sean muy confiables, es decir, ahí no explican mucho y los gemidos femeninos son exageradamente altos, en la vida real no eran así, a menos que estén con alguien al estilo de Christian Gray o así. Lamentablemente, un chico normal no iba a hacer gemir así a una mujer, menos cuando se trataba de alguien mayor que ya había vivido experiencias de todo tipo. Aunque, volviendo al tema anterior, tampoco es que de otro método se puedan conocer muchas cosas. Un libro de educación sexual no iba a explicar el lenguaje sucio, donde se encuentran los puntos de placer de las personas, o cómo calentar la situación, para esas páginas el sexo es reproducción sexual, por ende se limita a un pene ingresando en la vagina y fecundar el óvulo.

Y eso no servía cuando querías ser caliente.

⎯ Ninguna chica querrá estar contigo si duras menos de diez minutos.⎯ le dijo la verdad, o bueno, a medias. A veces era mejor alguien que acababa rápido en vez de una persona que tardaba horas, además de que si esta con una adolescente, alguien con quien le corresponde estar, es entendible que ninguno tenga resistencia, por ende no iban a molestarse. Pero para ella, donde lo mínimo para durar son 20 minutos, alguien como JiMin no le sirve, aunque suene cruel.

⎯ Ah, ¿y usted querría estar conmigo, Noona?

⎯ No, quiero un hombre de verdad. No un niño.⎯ contestó cortante, avanzó por su costado, dirigiéndose al cajón con ropa, sin darse cuenta del puchero que se formaba en los labios de JiMin. Definitivamente, necesitaría ayuda para conquistar a Lilith, era demasiado difícil.⎯ Ahora vete, vendrá un amigo.⎯ mintió para que él se esfume, su perfume comenzaba a impregnarse en su departamento, y no era uno desagradable, pero necesitaba bañarse y tirarse en la cama para hacer nada. Le gustaba su tiempo a solas, y JiMin se lo estaba robando.

⎯ ¿Un amigo?⎯ cuestionó con una molestia en su pecho, ¿en serio lo que acababan de hacer no significó nada para ella?

Y es que no. Demasiado entendible que JiMin piense que luego de eso una relación iba a darse entre ellos, era joven, le gustaba soñar, pero a medida que creces te das cuenta de que las cosas no son así. Un beso no asegura un noviazgo, algo sexual no significa que se casarán, y tener citas no aseguraba que en unos años iban a formar una familia. Lilith no era cruel, o bueno, sí, pero también era realista. JiMin debía aprender a vivir en la sociedad que lo rodeaba, porque sino se iba a chocar con una pared demasiado dura, y no iba a ponerse en el papel de mujer moralista que lo ayudaba a problemas futuros, porque no era el caso, y no tenía derecho a nada luego de haber tocado sus partes íntimas siendo un menor de edad, pero simplemente...él vivía en una fantasía que le iba a doler como la mierda cuando se diera cuenta de que el mundo no es tan bueno como su mente cree.

⎯ Deja de hacer preguntas por todo.⎯ rodó los ojos tomando un short de algodón morado y una camiseta de tirantes negra, se dió la vuelta, pensando que JiMin ya se había ido de su departamento, ya sea por la ventana o por la puerta, como cualquier persona normal, pero él seguía ahí, con sus mejillas sonrojadas y los ojos apenas cristalizados. Se sintió algo mal por haberlo hecho sentir así, pero era la verdad, debía irse, no lo soportaba.⎯ ¡Vete!

Al día siguiente, JiMin estaba con el rostro apoyado en su mano, suspirando mientras veía por la ventana. Estaban en épocas de invierno, así que desde no tan tempranas horas el sol ya estaba iluminando el lugar, aunque para ese instante ya había un pequeño rayo de luz solar en la ciudad, y por eso veía a los pájaros volar, las hojas caer de los árboles por el fuerte viento, y las personas trotando con sus botellas de agua en la mano, pero en su mente solo estaba Lilith, preguntándose porqué era de esa forma, si alguien la habría lastimado en algún momento, y prefería pensar que ellos serían como los protagonistas de esas historias adolescentes en las que ella no cree en el amor pero él la termina conquistando y cierran con un hermoso final feliz. Estaba tan metido en su imaginación que no sintió los codazos que su amigo le tiraba, hasta que uno golpeó sus costillas y no tuvo de otra que voltear con su mejor cara de amargado. NamJoon ni siquiera lo miraba, tenía los ojos al frente, acomodando sus anteojos mientras veía a alguien, y JiMin siguió lo que tenía tan embobando a su amigo.

Una chica estaba delante de todos, con el mismo uniforme con ellos pero con una falda, al igual que todas sus compañeras. Su cabello negro era lacio y largo, tenía un pequeño flequillo que cubría su frente, lo llevaba hasta arriba de sus cejas. Unos ojos grandes que brillaban de los nervios, con el iris en color marrón, sobre sus párpados había un delineado tan sutil que apenas se veía. Su rostro era pequeño, triangular, no tenía mejillas gorditas pero estaban sonrojadas por la vergüenza de que todos tengan los ojos puestos en ella, casi tan rojas como la tinta sobre sus labios pomposos, parecidos a los de JiMin, solo que los de ella brillaban por un gloss. El profesor se acercó y colocó una mano en su hombro, mirando amistosamente al curso, era el que enseñaba biología, y el más buena onda de todos sus profesores.

⎯ Chicos, ella es Cho MiYeon, espero que la traten bien porque de ahora en adelante será su compañera.

⎯ ¿Quién diablos entra a mediados de invierno?⎯ preguntó JiMin en un volumen bajo que sólo NamJoon lo escuchó. Él golpeó suavemente el brazo de su amigo, ¿en serio eso era lo único que le importaba?

⎯ ¿Por qué te interesa eso? MiYeon no quitó los ojos de ti desde que entró.⎯ informó y Park seguía manteniendo su mueca desinteresada, tanto que NamJoon bufó. JiMin no pudo evitar comparar a su nueva compañera con Lilith, por obvias razones eran muy diferentes. Le faltaba esa piel morena, los rizos alocados, su mal carácter y la mirada que te helaba hasta los huesos. MiYeon era pálida, su cabello lacio y aburrido, parecía algo tímida, y casi que desprendía dulzura. Sí, definitivamente a JiMin le importaba poco y nada su nueva compañera.⎯ ¡Yah! ¿En serio me dirás que no te parece linda?

⎯ Es una chica promedio.⎯ levantó sus hombros, hablando con la verdad. Casi todas sus compañeras eran como ella, con algunas diferencias por razones obvias, pero después era la típica adolescente coreana promedio.

⎯ No te entiendo, Park. En serio que no lo hago.⎯ Kim volvió a mirar al frente mientras cruzaba los brazos con indignación después de levantar sus lentes. Intentaba por todos los medios que su mejor amigo deje de estar obsesionado con esa mujer antipática que era su vecina, no solo por ser mucho más grande que él, sino porque algo lo hacía dudar de ella. Parecía alguien peligrosa.

⎯ Bueno, MiYeon, puedes sentarte detrás de NamJoon y JiMin, ahí hay un lugar libre.⎯ invitó el profesor mientras señalaba a los dos mejores amigos que levantaron la mano para que la chica supiera a dónde dirigirse. Ella tomó mejor su mochila que estaba sobre sus hombros y comenzó a acercarse, JiMin no perdió la oportunidad en acercarse a susurrarle a su mejor amigo.

⎯ Es tu oportunidad para coquetearle.

⎯ Se suponía que tú lo ibas a hacer.⎯ reclamó, aún molesto, aunque no tenía derecho a enojarse, quería que JiMin busque un amor verdadero, real, legal.

La chica se sentó detrás de ellos luego de saludarlos amablemente, tenía un agradable olor a cítricos, algo dulzón pero que no molestaba. NamJoon volteó en su lugar para ayudarla, decirle que podía preguntarle cualquier cosa a ellos, y simplemente invitarla a almorzar con ellos, mientras JiMin estaba sentado de lado, con la cabeza en otro lado. Su mente no podía dejar de pensar que Lilith buscó a uno de sus amigos luego de haberlo tocado a él porque justamente él no pudo ayudarla con su calentura, la que provocó por haberlo visto desnudo, y se sentía mal por eso, quería ser él quien la ayudara, pero no sabía cómo, además de que la frase "no, quiero un hombre. No un niño", estaba dando vueltas por su cabeza, tenía muchas dudas, pero ninguna podía ser respondida por google, un libro o pornografía, entonces la mejor opción era NamJoon.

Su amigo tampoco es que tuvo mucha experiencia, tanto sexual como romántica, pero por algún motivo sabía más de esos temas, quizá porque gracias a su primo descubrió las revistas con mujeres semidesnudas y la curiosidad comenzó a crecer. No hablaban mucho sobre esos temas porque, por el momento, ninguno coqueteaba con alguna chica como para necesitar ayuda del otro, pero JiMin sabía de que NamJoon tenía más información sobre aquellos temas. Así que esperó a que deje de prestarle atención a la chica nueva para poder hacerle su pregunta, y afortunadamente escuchó un "cualquier cosa le hablas a JiMin o a mí, te podemos ayudar en lo que necesites, MiYeon." Y seguido de eso de reojo pudo ver que se encontraba observando la pizarra.

⎯ Nam, necesito ayuda.

⎯ Claro, dime.⎯ contestó al instante, tomando su lapicero para comenzar a escribir, aunque la pregunta de su amigo hizo que caiga de sus dedos.

⎯ ¿Cómo hago para no acabar rápido?

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