cinco

NamJoon se atragantó con su propia saliva después de escuchar las palabras de JiMin, había mucha confianza entre ellos, sí, pero preguntarle algo así...joder, habían algunas cosas que eran mejor mantenerlas en privado con uno mismo. Pero lo peor no era eso, sino que posiblemente sus compañeros lo escucharon, los de sus alrededores, es decir la chica nueva detrás de ellos, dos chicas que se sentaban adelante, y una pareja que estaba a su lado, quienes reían en un bajo volumen, ellos también recién estaban iniciando en la etapa de conocerse sexualmente por lo que el chico tenía las orejas paradas, esperando escuchar algún consejo o algo así. Kim acomodó sus anteojos mientras veía a JiMin, quien tenía una mueca curiosa, ni siquiera se veía tímido o avergonzado por haber hablado levemente alto.

⎯ ¡JiMin!⎯ exclamó en un susurro su mejor amigo, él nombrado sonrió divertido. Las mejillas de NamJoon estaban prendidas fuego por la vergüenza.⎯ ¿Qué mierda dices ahora?

⎯ ¿Qué tiene de malo?⎯ preguntó sin encontrar realmente el problema en su pregunta.

Y es que no estaba tan mal, es decir, haberlo preguntado en el colegio, rodeados de sus compañeros, no era lo más óptimo, eso es verdad, pero después consideraba que sentía la suficiente confianza con NamJoon como para hablar de esos temas, los cuales no podía preguntarle a nadie más porque no tiene amigos, primos cercanos, y con sus padres le daría demasiada vergüenza, quitando el obvio hecho de que parecía que no tenían un hijo porque lo ignoraban como si fuera un mueble más de la casa. No se sintió avergonzado por lo que había preguntado, sino que se sintió de esa forma al darse cuenta de que no tenía nadie cercano, además de NamJoon, para que lo ayude en esos temas, o no solo en eso, simplemente alguien cercano con quien salir cuando su mejor amigo no esté disponible o no tenga ganas.

Se sentía solo, demasiado, y era absurdo sentirse de esa manera cuando toda su vida fue así, pero no sabía si había desarrollado una clase de trastorno que ocultaba el obvio hecho de su soledad, porque no fue hasta ese instante que se sintió demasiado solo en el mundo. De pequeño sí lo ponía triste que sus padres no le presten atención, no tener amigos afuera de la escuela, y que los chicos de fútbol nada más parecían ser amigos allí, porque fuera de eso nunca lo invitaron a un cumpleaños, una salida, o cualquier situación que se pueda compartir con amigos. Tampoco había tenido una novia para poder contarle sus cosas, esos pensamientos que nunca dijo en voz alta pero que siempre habitaban su cabeza aún si él hacía de todo para ignorarlos. La persona más cercana, después de NamJoon, podía ser Lilith. Y sí, era horrible saber que hasta su vecina amargada, la misma que lo echa de su casa y lo trata mal, era más cercana a él que su propia madre, la mujer que lo llevó nueve meses en su vientre.

¿En serio no sentía ni una pizca de amor por él?

⎯ ¿Cómo vas a preguntarme eso?⎯ suelta aún con vergüenza, ya nadie les estaba prestando la suficiente atención como para seguir en ese estado, pero seguía siendo extraño.⎯ Además de que lo hiciste frente a nuestros compañeros, anda a saber quiénes te escucharon...

⎯ Lo siento, Hyung.⎯ se disculpó bajando la cabeza, sentía deseos de volver a casa, pero no a su casa en sí, ese lugar no se sentía como un hogar, solo eran paredes frías que lo resguardaban de la lluvia y el invierno, pero en sí no tenía un lugar que se sintiera como un hogar. Envidiaba a quienes lo tenían.⎯ Es que...Lilith Noona me dijo que no estaría conmigo si acababa rápido.⎯ comentó, manteniendo la cabeza baja, por lo que no vió a NamJoon rodando los ojos al escuchar el nombre de esa cruel mujer.

Kim la detestaba, en realidad no tenía demasiados motivos, pero cuando iba a la casa de JiMin por las tardes que él se encontraba solo, o iba a buscarlo, se la cruzaba. Siempre estaba afuera de su edificio con ropa corta, un cigarrillo entre sus manos, y la típica cara de antipática que no hablaba con nadie. No era nadie para juzgarla, todos tienen una historia y suponía que la vecina de su mejor amigo la tenía, pero era imposible hacer contacto visual con ella porque sentía como se le erizaban todos los vellos del cuerpo por los nervios e incomodidad, ver cómo levantaba la ceja, inspeccionándolo mientras se burlaba mentalmente de cualquiera que pase adelante suyo, y ni siquiera tener la mínima educación como para saludar, o devolver el cortés saludo, que las personas le dan al pasar frente a ella. Parecía un frío cubo de hielo, y desde que supo su nombre no podía evitar imaginarla con unos cuernos rojos sobre esos alocados rizos, unas alas negras en su espalda y la cola en punta moviéndose lentamente, como la de un gato cuando esta a punto de hacer una travesura.

Por algo la habían llamado como la reina de los demonios, ¿verdad?

NamJoon no entendía la obsesión que JiMin tenía con ella, porque sí, él no podía clasificarlo como que su mejor amigo tenía un amor platónico con su vecina, o una simple atracción, no después que le contó las veces que ingresó a su departamento con la esperanza de verla pero ella no estaba, le robó dos bragas sucias que tenían su olor íntimo, y hasta se recostó en la barata cama de ella, permitiéndose imaginar que despertaba a su lado luego de una alocada noche donde le hizo el amor y su olor estaba por todas las sábanas. No sabía cómo alejar a JiMin de allí, de ella, no era una buena persona, ni siquiera hacía falta conocerla bien para darse cuenta de eso, y aunque suene muy mal, o vaya muy en contra del argumento de NamJoon de "no hay que juzgar la primera impresión", había visto a Lilith más de diez veces, y en todas esas ocasiones se siguió comportando como una perra mal educada arrogante.

⎯ JiMin, esa chica es muy grande para ti.⎯ suspiró, era el menos indicado de decir aquello teniendo en cuenta que se involucró con una mayor de edad en una ocasión, pero su mejor amigo no tenía porque saberlo.⎯ Tenemos quince años, no deberías pensar en estar con alguien de...¿cuántos años tenía?

⎯ Veintiséis.

⎯ Eso, de veintiséis años. Podría ser tu hermana.⎯ Park rodó los ojos con eso último, esas comparaciones por la diferencia de edad le parecían ridículas, porque al fin y al cabo Lilith no era su hermana, ¿tenía la edad para poder serlo? Sí, obviamente, pero no lo era, entonces no le veía tantas cosas malas a la situación.

⎯ No son tantos años...

⎯ Son once años, JiMin.⎯ dijo con seriedad, su amigo suspiró mientras apoyaba el rostro sobre su mano, mirando al profesor explicar lo que sea que fuera el tema de la clase el día de hoy, pero él estaba perdido en sus recuerdos, en Lilith, en cómo poder conquistarla. ¿Qué podría hacer para que ella deje de verlo como un niño y lo vea como un hombre?

⎯ Para el amor no hay edad dicen.

NamJoon rueda los ojos ante sus palabras, no iba a gastar su tiempo y saliva en dar su extenso discurso de porqué esa frase estaba tan mal interpretada y los adultos la utilizaban para justificar su pedofilia, y los menores para que no suene tan mal la diferencia de edad con su interés amoroso, pero comenzaba a cansar que JiMin busque por todos los medios justificar su obsesión con Lilith. Es su mejor amigo, sí, y lo va a apoyar siempre, pero cuando se trataba de esa mujer se quedaba un paso atrás, ella no le daba buena espina para nada, era como si JiMin estuviera invocando un demonio, el cual sabes que te hará mal y arruinará la vida, pero la curiosidad es más grande, y lamentablemente el ser humano no entiende lo que son los límites, la curiosidad es mucho más grande que cualquier sentido común por el propio bienestar, y así es como muchas personas terminan realmente mal. Obviamente que no iba solo con Lilith, si se llevara la misma diferencia de edad con una mujer dulce, amable y atenta, NamJoon seguiría pensando que no está bien involucrarse con alguien que se lleva tantos años, es decir, tan buena persona no puede ser si accedió a estar con un menor de edad, un niño, ¿no?

Ninguna persona adulta con dos dedos de frente aceptaría involucrarse con un menor, no solo por algo legal, que ese era el punto más fuerte, porque literalmente al estar metido con alguien que todavía no pasaba la mayoría de edad era casi como ir a pedir a la policía que le arresten. También iba por algo de etapas, de que alguien de quince no pensaba igual que alguien que superaba los veinte. Sucedía lo mismo cuando era alguien de trece con una persona de diecisiete, ambos son menores de edad ante la ley, pero seguían estando en etapas distintas, rumbos diferentes. Y NamJoon podía entender que una mujer se sentía poderosa al estar con un menor, más cuando era alguien con el carácter tan fuerte de Lilith, porque seguramente JiMin se dejaría manipular por ella a su antojo, pero en serio se cuestionaba; ¿no pensaba por un solo segundo que estaba con alguien que iba por la mitad de la adolescencia? No se puede esperar mucho de alguien de quince años, en cualquier aspecto, no solo se reducía a lo sexual, JiMin podía salir a una fiesta, emborracharse y acabar teniendo sexo de una noche con una desconocida, no iba a decir que era totalmente normal para los de su edad pero podía suceder, y en ese caso qué, ¿la culpa la tiene JiMin por tener sexo en estado de inconsciencia o es la culpa de Lilith por depositar su confianza en alguien que recién comienza a conocer el mundo?

Bueno, en realidad es un pésimo ejemplo porque ambos serían culpables, pero se entiende el punto, ¿verdad?

⎯ ¿Me ayudarás, entonces?⎯ pregunta minutos después, aún con la mirada en la pizarra y sintiendo que NamJoon apoyaba los codos sobre la mesa, cubriendo un poco su boca para que nadie pudiera leerle los labios, aunque estaba muy paranoico, no estaba dando la contraseña secreta del gobierno o algo así.

⎯ Solo...hazte una paja en tu casa, cuando sientas que te estás por venir detente y luego sigues.⎯ dijo, en realidad no tenía datos científicos para saber aquello, pero uno de sus primos se lo había contado, por lo que no estaba mal pasarle el dato a JiMin si eso era lo que quería.⎯ Con eso formarás resistencia.

⎯ ¡Gracias Hyung!⎯ exclamó agradecido, abrazándolo por el cuello mientras las quejas de NamJoon llegaban a sus oídos. Lo vió subir sus lentes cuadrados con marcos negros y gruesos, siempre se le andaban cayendo.⎯ Sabes mucho del tema.

⎯ Sí, un gurú del sexo.⎯ respondió con ironía. Segundos después logró soltarse del incómodo abrazo de JiMin, y antes de mirar a la pizarra llevó los ojos a su mejor amigo, señalándolo con su dedo índice, como si fuera su padre y le estuviera advirtiendo algo.⎯ Ahora, deja a esa mujer, la nueva se enamoró de ti a primera vista y ella sí es de nuestra edad.

Ante el susurro de NamJoon, JiMin volteó disimuladamente para ver a su nueva compañera, quien levantaba y bajaba la cabeza, copiando las palabras de la pizarra. MiYeon era linda, demasiado, pero no provocaba nada en él, y aunque una parte de él sabía que era obvio que no sentiría nada porque recién la conoció ese día, la otra parte, la más grande y a la que más razón le daba, era que para saber si tenía sentimientos por ella debía jugar de una forma muy cruel; invitándola a citas, hablándole, conociéndose, y al final...no sabía si podría gustar de ella. Sería utilizar a MiYeon para olvidar a Lilith, y eso de por sí era complicado teniendo en cuenta que sentía un enamoramiento por su vecina desde hace tanto tiempo, además de que tenía algo que extrañamente le atraía, no importaba cuán mal lo trate, lo cortante que sea, o las veces que lo rechace, todo eso le gustaba si venía de ella. En cambio con MiYeon...al verla levantar la cabeza y cruzar miradas con él, notó su sonrojo y como desvió la vista, claramente no tenía nada parecido a su vecina, intentar algo con ella sería perder el tiempo, además de sentirse culpable por romperle el corazón en caso de que no pueda sentir nada por su compañera.

⎯ No puedo, Lilith Noona me dió mi primer beso, estaré con ella siempre.⎯ le susurró de vuelta a su amigo, ignorando por completo a MiYeon detrás suyo, quien frunció el ceño confundida porque dejó de verla. No por egocéntrica, pero le extrañaba que se había quedado fijo viéndola como por cinco minutos y de la nada la ignoraba, más cuando ella tenía intenciones de hablar, JiMin le había parecido guapo.

⎯ Que te haya dado tu primer beso no significa que estarán juntos siempre.⎯ dijo NamJoon, intercalando la vista entre la pizarra y su hoja. JiMin suspiró decaído, sabía eso, pero prefería pensar que Lilith estaría con él por siempre. Quizá podían irse a vivir al campo así sus hijos crecían lejos de la tecnología, con padres atentos a ellos, y no tener que ocultarse de la sociedad que iba a señalarlos por la diferencia de edad.

⎯ Con ella sí será así.⎯ afirmó seguro de sus palabras, a este punto Kim ya no le prestaba atención, intentar hacerlo cambiar de opinión sobre Lilith era tan absurdo como hablarle a una pared y esperar a que responda.⎯ Estoy enamorado de ella.

⎯ Pero...¿ella está enamorada de ti?

Por el resto de horas, JiMin mantenía la cabeza en aquella pregunta de NamJoon, la cual sabía que había hecho sin mala intención, pero le había dejado un sabor amargo en la boca, ese de saber la verdad pero no querer asumirla. No había prestado atención a clases por imaginarse historias paralelas al mundo en el que vivían, pensar que quizá en otro universo se hubieran llevado menos años, ella sería más cariñosa, atenta y dulce, de las que le gustaba regalar cartas expresando su amor y sus mejillas se sonrojaban con cualquier acto dulce, pero después caía en la realidad y...esa Lilith no le gustaba, porque sería la misma personalidad que posiblemente MiYeon tenía, y si a él realmente le gustaran esos aspectos, lo intentaría con ella, pero no era así. Se preguntaba por qué le gustaba aquello, pensó que quizá podía ser masoquista, que le gustaba tener a alguien que lo maneje a su antojo, o simplemente le daba la razón al psicólogo tan conocido, Freud, en esa teoría de que los hijos buscaban pareja con aspectos similares a los de sus padres, y es que si lo pensaba, la madre de JiMin era igual que Lilith.

Prefería pensar que era masoquista antes que creer esa absurda teoría.

Caminó hasta su casa mientras su cabeza pensaba cómo tener una oportunidad con ella, no la conocía lo suficiente a pesar de sentirse atraído hace tanto tiempo, no sabe cuáles son sus aficiones, sus sueños, o tan siquiera su color favorito, pero presentía que tener esas conversaciones con Lilith era estúpido, no tenía pinta de tener un color preferido o un sueño sin cumplir, aunque todos lo tenían, pero no parecía ser fácil hacerla hablar. Se preguntaba a menudo sobre el trasfondo de Lilith, ¿en algún momento lo sabría? A simple vista podía darse cuenta de que ella no hablaba sus problemas, pero si serían pareja él debía saberlos. Le generaba curiosidad saber si su carácter fuerte se forjó porque sus padres eran igual a los de él, o si tuvo un evento en su vida que la marcó lo suficiente como para cambiar, también estaba la posibilidad de que haya sido así desde su nacimiento o haya formado una depresión, no se veía como una mujer depresiva, pero en sí tampoco había una apariencia que dijera los trastornos mentales que las personas podían tener.

Él no tiene apariencia de tener ataques de ira.

Eso también lo pensaba, le daba miedo reaccionar mal en algún momento frente a ella. A los nueve años tuvo su primer ataque de ira, cuando su compañero de clase sin querer derramó agua sobre el único dibujo que su madre lo había ayudado a hacer, el único recuerdo que podía tener con ella actuando como una madre ideal, la que siempre deseó, pero el niño lo arruinó, sin malas intenciones, se tropezó sin darse cuenta. JiMin lo había golpeado con sus pequeños puños, había jalado su cabello y hasta lo empujó con tan fuerza que el otro niño tuvo un esguince en su tobillo, claro que eso llevó a los padres de Park a la dirección de la escuela, les habían recomendado mandar a su hijo con un terapeuta infantil, pero claro que se negaron, su hijo no estaba loco. Luego pasó otro ataque cuando discutió con su madre porque ella no le permitió adoptar una mascota para no sentirse tan solo, terminó rompiendo platos al momento que su progenitora lo dejó solo en casa por irse al trabajo. Y realmente tenía muchos casos más, más que nada dentro de la cancha de fútbol cuando perdían en campeonatos importantes, pero nadie le tomaba importancia a como golpeaba con tal fuerza el balón contra el pasto verde o cerraba tan fuerte su casillero que la puerta quedaba abollada.

Y él temía reaccionar de esa forma delante de Lilith, asustarla por una discusión, romper cosas delante de ella, o hasta llegar a golpearla. No sabía de dónde venía su problema ya que nunca lo trató con psicólogos, tampoco le gustaba hablar de eso con NamJoon, era como el tema prohibido para mencionar, y era entendible, pero debía hablarlo con alguien antes de que se vuelva un problema mayor de lo que ya es. ¿Y si en un futuro golpea a su mujer, a sus hijos? Tendría más que merecida una orden de alejamiento, aunque él creía que no era tan grave el asunto, que en algún momento se iría.

Llegando a su casa se dirigió primero al edificio de Lilith, su madre no estaba en esas horas así que no tenía que preocuparse por ser visto, segundos después vió la puerta abrirse frente a sus ojos, siendo recibido por Lilith que llevaba un short de algodón corto y una camiseta blanca, de una tela muy fina, tanto que se le trasparentaban los pezones. Ella se apoyó en el marco de su puerta, viendo al menor de cabellos naranjas, quien lamía sus labios con algo de nervios, sus manos estaban dentro de los bolsillos del pantalón de su uniforme. Lilith estaba igual de bella que siempre, en sus pies llevaba zapatillas deportivas, y el cabello no lo tenía suelto como siempre, sino que en un moño despeinado por sus rizos descontrolados.

⎯ Hola Noona, ¿cómo está?⎯ habló sonriente, verla a ella le había alegrado el día, o quizá lo que lo emocionaba fue ver que no hizo ninguna mueca por verlo ahí, permaneció con su mueca seria pero no rodó los ojos como comúnmente hace.

⎯ Bien, ¿tú vienes de la escuela?⎯ preguntó, era algo obvio por su uniforme, pero de igual manera JiMin asintió efusivo. Se sentía lindo que ella no lo esté tratando tan mal.⎯ ¿Necesitas algo? Debo ir a trabajar.

⎯ ¿A trabajar?

⎯ Sí, JiMin.⎯ suspira cruzando sus brazos, reteniendo el impulso de rodar los ojos. Estaba muy cansada ese día, no durmió nada después de otra llamada de su hermano, donde le informó que sus padres no estaban muy felices con la noticia de que su hija iría a su país de nacimiento. Eso la mantuvo despierta toda la noche, recordando los momentos con sus padres antes de todo el incidente, tampoco habían sido muy buenos padres, pero por lo menos no le deseaban la muerte como ahora.⎯ Las personas trabajamos para poder comer y pagar las cuentas.

⎯ Oh, ¿en qué trabaja, Noona?⎯ consultó curioso, quizá él también podía comenzar a trabajar, sería ayudarla en algo, además de pasar tiempo juntos, ¿verdad?

⎯ No interesa eso ahora, ¿me dirás qué necesitas o te tengo que cerrar la puerta en la cara?⎯ lo cortó, JiMin tomó una respiración profunda antes de hablar.

⎯ Yo...necesito hacerle una pregunta.

⎯ Dime, pero rápido que debo irme.

Noona, ¿usted está enamorada de mí?

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