☪️:27' De impulso a insulsos

TaeHyung no encontraba nada bueno para ponerse. SeokJin dijo que iría por él a las ocho en punto, eran las siete y media, y él aún en su maldito boxer con sólo un par de medias puestos.

Al acercarse la hora, no estaba muy seguro para quien estaba arreglándose, si para los perdedores que vería de nuevo luego de años, cómo el esposo de SeokJin—luego de haber sido llamado su perra—o para el mismísimo SeokJin a quien había visto por última vez hacía una semana atrás y no, el bastardo aún no había vuelto a la casa.

Le gustaría victimizarse lo suficiente para decir que no estuvo haciendo nada malo mientras SeokJin se revolcaba de nuevo con su noviecito, porque por supuesto ya sabía por mano del boquifloja de Park Jimin—y la marca que había visto en el cuello de SeokJin—que esos dos habían arreglado sus diferencias.

Y a TaeHyung le molestaba más de lo que quisiera admitir.

Odiaba el hecho de que SeokJin había perdonando a Jungkook y no sé viera ni la mitad de afectado que él estaba con el reencuentro que habían tenido. Porque sí, su cuerpo aún zumbaba con una intensa necesidad por SeokJin. Y todavía estaba muy en el fondo de su mente, la idea de caer bajo y continuar seduciendolo hasta conseguir ver con sus propios ojos que SeokJin aún lo deseaba.

«¿Para que quieres tirar de la cuerda, TaeHyung? ¿Cuál es el punto?» No podía ser honesto con él mismo, ni en sus propios pensamientos.

— ¿Por qué aún no estás listo? —decía la voz irritante e irritada de Kim SeokJin.

¿Cuándo había entrado?

— ¿Hace cuánto tiempo llevas mirándome en silencio, pervertido? —decía TaeHyung con un mueca de asco fingida.

SeokJin aclaraba su garganta y miraba hacia otro lado sin responder.

—Deberías de estar jodidamente listo hacía ya, treinta minutos atrás —lo regañaba.

TaeHyung resoplaba—. Tranquilízate reina del drama, no sé que ponerme aún y sé que no quieres llegar primero —decía mirándolo con desgano de arriba abajo.

Bueno, "mirándolo con desgano" el eufemismo del año.

SeokJin vestía un traje azul francia con una camisa blanca, abierta hasta las clavículas. Se veía presentable sin verse demasiado serio. Su cabello hacia un lado, pero no de forma prolija, sino como si sus propios dedos  hubiesen sido los causantes de verse desaliñado, pero desaliñado en el modo más sexy que TaeHyung podía pensar. La maldita tela azul y rígida, se aferraba a sus hombros anchos. A sus brazos perfectos y marcaba esa cintura de ensueño que lo hacía verse como un personaje de manga que estaba listo para azotarlo en la cama, desnudo.

Se mordía la lengua para no decir alguna frase de esas que quería y estaba acostumbrado a decirle a SeokJin. Pero por alguna razón, sentía que iba a exponer demasiado sus verdaderos deseos de querer treparlo como mono. Así que simplemente estaba en modo robot viendo una supuesta prenda que podría llegar a ponerse, pero perdía el hilo de sus propios movimientos cuando SeokJin aparecía a su lado.

—Me gusta llegar temprano, para irme temprano —respondía tardíamente, buscando entre la ropa de TaeHyung por una camisa—. Usa esta —decía sacando una camisa negra del closet y entregándosela a TaeHyung.

El azabache la miraba con desden—. Es muy simple. No usaré esto mientras tú te ves como un jodido Dios griego —queria sonar ofendido.

No como si estuviera babeando, en realidad.

SeokJin lo miraba unos momentos en silencio y TaeHyung aclaraba su garganta, intentando no lucir avergonzado, así que levantaba su mentón intentando parecer superado.

—Tienes un traje de color rojo intenso —decía Jin, hablando más para él mismo que para TaeHyung, mientras revisaba entre sus trajes—. Aquí, úsalo —decía entregándoselo al azabache—. El corte es similar al mío.

— ¿Y qué? ¿Nos vestiremos como hermanos? —soltaba TaeHyung, tomando el traje de mala gana con una mano mientras la otra aún tenía la camisa negra.

—No, TaeHyung. Iremos de pareja, estamos casados —exclamaba casi forzando las palabras, sonaba irritante en sus labios estar enlazado a ese hombre legalmente—. Ellos esperan vernos vestidos a juego, así que ponte eso y te espero abajo. Diez minutos máximo —sentenciaba saliendo de la habitación del azabache.

— ¡¿Diez minutos?! Ni siquiera estoy peinado, reina del drama —gritaba TaeHyung, tras él.

—Te avisé ayer a qué hora vendría a buscarte, jodida reina del drama. Apresúrate o me iré sin tí y cuando me pregunten porque no fuiste ¡Diré que te dió hemorroides!

TaeHyung abría su boca horrorizado y cerraba la puerta para ponerse lo que SeokJin había elegido para él. El hecho de haber pensado en un outfit en pareja dejaba a TaeHyung con mariposas en su estómago.

«Está de novio, imbécil. Y tú no has hecho nada para demostrar nada más que simple interés sexual»

—Porque sólo tengo simple interés sexual —se decía a sí mismo entre dientes.

Cuando los minutos pasaban, SeokJin miraba su reloj y tamborileaba sus dedos en el largo sofá. Se sentía extraño porque parte de él, extrañaba esta casa y sus rincones.

«O al hombre que vive en ella y que vivía contigo»

Resoplando, apretaba sus ojos y miraba su reloj una vez más, quince minutos habían pasado de los diez que le había dado a TaeHyung para que bajara ya listo.

— ¡TaeHyung! —gritaba a todo pulmón.

—Ya estoy aquí, dramático —decía la voz grave y despreocupada tras él.

—Carajo —exclamaba tocando su pecho y saltando del susto, miraba en dirección a TaeHyung.

—Me diste diez minutos —se excusaba.

—Y bajaste en quince —respondía el castaño.

Nuevamente escanea la imagen de TaeHyung y este, se veía perfecto. La camisa negra y su cabello del mismo color, con ese rojo intenso de su traje abrazando su silueta, hacían relucir la piel trigueña del hombre. SeokJin se ponía de pie obligándose a apartar sus ojos de TaeHyung, no sabía hacía cuánto había bajado y estaba tras él, pero ya sentía la necesidad de no estar solos en la misma habitación.

TaeHyung no sabía que SeokJin había llegado minutos antes de hablarle en su habitación y lo había observado unos momentos, sólo con su boxer, antes de tener el coraje de hablarle y hacerle saber que estaba allí. La reconciliación con Jungkook y la distancia de este hombre, no habían ayudado en nada a SeokJin. Él aún sentía que podía saltar sobre TaeHyung o dejarse atacar si este hacía algún movimiento que pusiera a prueba su estabilidad emocional.

En su auto, el perfume de TaeHyung se había intensificado y SeokJin aspiraba sutilmente. Seguramente la fragancia sería más suave sobre la piel del azabache, mezclada con el olor natural de su piel fresca y limpia.

Mordiendo el interior de su mejilla, ponía su auto en marcha, TaeHyung ajustaba su cinturón y suspiraba exageradamente.

— ¿Y ahora qué? —decía SeokJin, mirándolo.

Es como si estuviera atento a cada maña del otro, sólo para tener una excusa para mirarlo. Y TaeHyung no decepcionaba a la vista, viéndose apetecible y a la vez haciendo un puchero que SeokJin admitía—muy en el fondo de su mente—querer morder.

—No me dijiste como me veo —soltaba TaeHyung.

SeokJin rodaba sus ojos y echaba a andar el auto. No decía nada mientras tenía los ojos de TaeHyung sobre él. Sus dientes apretados marcando su mandíbula y TaeHyung quería delinearla con sus dientes.

—Jiiiiiin —insistía la vocecita molesta. Para tener voz grave, TaeHyung sabía cómo suavizarla y volverla chillona como el infierno.

—Sabes como te ves ¿Por que te importa que yo te diga cómo te ves? —cuestionaba SeokJin, sin verlo esta vez.

TaeHyung resoplaba—. Sería bueno un halago de mi esposo. Tú elegiste la ropa para mí. Quizás y me veo horrible a propósito para resaltar menos que tú.

SeokJin sonreía—. Eso no significa que no resaltaras, sólo que lo harás menos que yo —se burlaba, y lo miraba.

Cuando lo hacía, TaeHyung quedaba cegado por la sonrisa dulce y la mirada brillante de SeokJin. Él estaba simplemente bromeando con naturalidad y se veía aún más atractivo. TaeHyung ni siquiera podía pensar en una respuesta filosa, sólo se quedaba prendido de la mirada suave y a SeokJin le pasaba igual.

Así que TaeHyung desviaba la mirada y aclaraba su garganta—. Las buenas nuevas dicen que volviste con tu novio —exclamaba matando el ambiente.

SeokJin caía a la realidad y continuaba con su vista en el camino.

—Sí, lo hice —respondía secamente. Sus dedos más apretados sobre el volante cuando TaeHyung no decía nada.

El azabache mordía su mejilla y apretaba sus dientes. Él no tenía que opinar nada, no era tema suyo. No era su asunto para decir algo al respecto. No era amigo de SeokJin para aconsejarle que-...

—Eres un idiota —decía sin poder detenerse.

Un semáforo en rojo los detenía, SeokJin suspiraba. No iba a responder a eso. Él no tenía porque hablar de su vida privada con TaeHyung. TaeHyung no era absolutamente nadie para que ellos tuvieran esta conver-...

— ¿Y por qué soy un idiota, eh? —bueno, carajo. Eso se saldría de control.

TaeHyung resoplaba—. Tú sabes por qué, angelito. No eres realmente un idiota, pero lo has sido al perdonarle una infidelidad a tu novio.

SeokJin apretaba sus dientes, sus fosas nasales dilatadas—. Ya aclaramos cuenta de eso.

—Oh, por favor. Aclarar cuentas, mis bolas —decía TaeHyung, mirándolo finalmente—. Él vive con Jimin aún, tú te habrás alejado de mí, pero él no se alejó de Jimin. Es cuestión de tiempo y lo sabes.

Cuando SeokJin lo miraba sin decir nada, volvía a arrancar el auto debido al semáforo en verde. TaeHyung lo miraba esperando una respuesta, pero SeokJin seguía sin responder. Tenso y silencioso. Luego de un largo trecho sin decir nada más, el azabache tenía una epifanía.

—Oh, por dios... —decía repentinamente—. Tú sabes que es sólo cuestión de tiempo para que él lo vuelva a hacer.

SeokJin aspiraba el aire y lo soltaba por su nariz. Se veía tan tenso que TaeHyung estaba seguro que iba a explotar en cualquier momento.

— ¿Vas dejar que lo vuelva a hacer sólo porque no puede dejarlo? —susurraba TaeHyung entre sorprendido y algo cabreado.

SeokJin frenaba el auto y un hombre aparecía a su lado desde afuera, TaeHyung se daba cuenta que ya estaban en el lugar donde se celebraría la reunión.

—Nombre, por favor —preguntaba cortésmente el señor de la entrada.

—Kim SeokJin y Kim TaeHyung —respondía el castaño. Luego de unos momentos la puerta se abría y SeokJin a avanzaba.

TaeHyung resoplaba y se cruzaba de brazos.

—Deja de parecer un niño enfurruñado —soltaba SeokJin con una voz más suave.

TaeHyung se enfurecía—. Es estúpido que no puedas dejarlo y prefieras arriesgar tu propio corazón dejando que él simplemente te lo rompa otra vez el día de mañana. Porque es eso ¿Cierto? Él se va a confundir otra vez y ahí ya no habrá más perdón, pero tendrás las agallas de poder decirle que ya no da para más cuando en realidad tu relación ya está más que rota y te rehusas a dejarlo —añadía.

— ¿Y por qué lo dejaría, eh? —soltaba SeokJin acercándose a TaeHyung luego de finalmente detener el auto—. Lo quiero y no voy a romper su corazón. Lo intentaré una vez más y si no sirve, entonces le pondré fin. No es como si no lo hubiera hecho antes, excepto que ahora la persona está conmigo y no tengo que estar esperando en la maldita duda e incertidumbre por una oportunidad que nunca va a llegar. Jungkook ya está conmigo.

TaeHyung abría su boca y la cerraba luego de unos momentos y negaba con su cabeza, mientras se quitaba el cinturón de seguridad y revisaba su imagen en el espejo. SeokJin lo miraba con ceño fruncido mientras TaeHyung levantaba nuevamente el espejo y lo miraba de igual forma en silencio.

—Eres el idiota más grande que he conocido... —soltaba.

SeokJin suspiraba—. Probablemente lo sea —admitía con desgano.

—Te emborrachaste como imbécil cuando te traicionó ¿Vas aguantar pasar por eso otra vez sólo porque prefieres no ser el villano de su película? —TaeHyung ahora no sabía si golpearlo o  simplemente admirar el corazón de SeokJin—. ¿Y cuál es el caso si sabes que va a traicionarte de nuevo? Lo sabes, muy en el fondo, sabes que lo hará otra vez. ¡No entiendo!

A decir verdad, quería golpearlo. Sabía que el amor era ciego, sordo y estúpido, pero dar por sentado que tu pareja se va a volver a equivocar con la misma persona y exponerte al dolor futuro sólo porque en la actualidad dicha pareja no soportaría ser dejado, era ridículo para TaeHyung.

—Si nunca amaste o quisiste lo suficiente a alguien, no entenderías. Tampoco serviría rendirme a la primera con él tirando a la basura todos los buenos momentos que tuvimos.

—Él los tiro primero cuando puso su polla en el culo de Park Jim-... —su boca era tapada por la gran mano de SeokJin y sus ojos se entrecerraban con cierta rabia.

—Quizas cuando te enamores o quieras demasiado a alguien lo entenderás, pestañas —exclamaba SeokJin, luego suspiraba viendo esos ojos en profundidad—. Ten cuidado, hasta pareces preocupado por mi corazón —TaeHyung rodaba sus ojos y SeokJin sonreía—. No te preocupes... —decía con suma seriedad mortal, su voz más grave y unos tonos más baja—. Te amé con locura y rompiste mi corazón al dejarme años atrás. Si Jungkook vuelve a equivocarse, estoy preparado para que duela menos esta vez.

TaeHyung abría sus ojos ante la declaración y cuando SeokJin liberaba su boca, salía del auto sin esperar nada de él. TaeHyung estaba atónito en el asiento del pasajero mientras veía como SeokJin entragaba las llaves del auto al muchacho a cargo. Lo veía entrar acomodando su saco y salía de inmediato tras él. En su bolsillo llevaba un pequeñísimo corrector y antes de que llegaran al salón en el que festejarían su reunión, tomaba del brazo de SeokJin y tiraba de él hacia un pasillo vacío.

— ¿Qué haces? —preguntaba mientras era superpuesto a la pared y TaeHyung lo tenía acorralado.

—No te emociones, angelito —respondía TaeHyung con el corrector en mano—. No sé si lo haces a propósito o no, pero como soy tu acompañante esta noche —decía destapando el objeto—. No me interesa que crean que esa marca en tu cuello es a causa mía.

Cuando iba aplicar un poco de corrector SeokJin se alejaba.

— ¿De que marca hablas?

—Tu noviecito está en modo perra alzada ¿O que carajo, Jin? Tienes el cuello marcado, no me digas que no lo notaste —exclamaba.

SeokJin fruncía el ceño y buscaba por un espejo o la puerta con el reflejo más puro. Encontraba un pequeño cuadro de marco reflectivo y sí, tenía una marca en su lado izquierdo muy por debajo del cuello de su camisa. No estaba ahí esta mañana. Maldita sea.

—No lo noté

—Como sea, voy a taparlo. Quíta tu mano —decía demandante, acercándose nuevamente y poniendo un poco de corrector sobre la piel magullada.

Se le revolvia el estómago otra vez. Carajo.

Mientras sus dedos se posaban con sutileza para una mejor cobertura, el pulso de SeokJin se iba de a poco por las nubes y se preguntaba si TaeHyung podía sentir como latía su corazón. Esperaba y rogaba que no dijera nada con respecto a su última frase antes de salir del auto, porque simplemente había sido un arrebato. Era hasta un poco entrañable que TaeHyung pareciera preocupado por su estado emocional futuro.

Y era extraño como la mierda a la vez.

TaeHyung por su lado sentía la carótida de SeokJin latir, la zona emanaba el dulce perfume que el castaño llevaba puesto y la piel lechosa sobre la camisa blanca y ese cuello de ensueño lo hacían babear, pero a la vez querer morder con furia la zona afectada. Su cabeza pintaba imágenes de SeokJin en la cama con Jungkook y ya no le calentaban la piel como la primera vez que los había visto.

La sensación era fea, agria y le cortaba la respiración a punto de sentir que iba a vomitar.

— ¿Acabaste? —sonaba la profunda voz de SeokJin.

TaeHyung sólo estaba demasiado cerca inclinado, pensando en todo y no diciendo nada al respecto, así que saltaba como si SeokJin de repente estuviera hecho de brazas ardientes andante que lo quemaban.

—Ya estás decente —decía guardando el corrector.

—Bien. Entremos —decía caminando sin esperarlo.

TaeHyung rodaba los ojos—. Un "Gracias, pestañas" no te va hinchar la lengua.

SeokJin miraba hacia atrás y sonreía ladino, tan atractivo que TaeHyung sentía su pantalón un poco más ajustado sobre su polla.

—Gracias, pestañas —repetía relajado.

Y TaeHyung quería golpearlo porque al parecer era el único afectado de los dos.

Cuando SeokJin se paraba en la puerta, todos sus viejos compañeros se encontraban allí. Muchos de esos con sus antiguas mujeres y otros con nuevas. Cómo le era costumbre en las reuniones, SeokJin hacía un escaneo completo de la habitación—hasta dónde sus ojos le permitían—y pese a que nunca se había sentido nervioso al respecto, hoy era la excepción.

Una mano se inmiscuia en la suya y dedos largos se entrelazaban a los suyos.

— ¿Haremos esto o no? —cuestionaba TaeHyung sin mirarlo.

Claro, pretender que eran una verdadera pareja. Poco habían visto de eso en el colegio en tiempo pasado debido a que TaeHyung era demasiado reservado y luego de las fotos de su primera vez juntos, TaeHyung apenas había aparecido antes de ser cambiado finalmente de institución.

"No lo puedo creer" una voz familiar soltaba a la izquierda de ambos.

Kang MiSu, posiblemente el único tipo que no se había burlado de TaeHyung en el proceso. Solía ser amigo de ambos si mal no recordaba.

Mierda, esta vida estaba muy en el pasado, enterrada en el fondo de la mente de TaeHyung dónde, si era honesto, poco recordaba a estos individuos, pero por supuesto ellos sabían quién era él. Y no, no iba a avergonzarse de sus andadas. Si pretendian recordarle que su viejo apodo era "La perra de SeokJin" pues esa perra se movía mejor que cualquier fémina que vestía un caro y ridículo vestido que—para ser totalmente honesto—a pocas les favorecía luego de sus primeros críos.

Si es que tenían, que sabía TaeHyung.

—Los Kim dejando sin respiración a media habitación —decía otra voz.

TaeHyung ya no recordaba como carajos se llamaba el nuevo tipo que se materializaba al otro lado, pero estaba seguro como el infierno que el nuevo metido anunciante, no usaba lentes de adolescente.

—Kim TaeHyung, es increíble verte por primera vez aquí —decía el susodicho—. No sé si me recuerdas, era el nerd callado de la clase, Do TaeSik —estiraba su mano y TaeHyung la miraba unos momentos decidiendo si quería salir corriendo o continuar en esta reunión de jodidos snobs.

Oh, momento. Él también era uno.

Un apretón de parte de SeokJin a su mano y TaeHyung reaccionaba—. No recordaba tu nombre, pero si recordaba que no usabas lentes —decía recibiendo la mano del tal TaeSik.

SeokJin lo soltaba para saludar a MiSu con un abrazo fraternal y TaeHyung se preguntaba si seguía en contacto con varios de aquí. Aunque considerando que se había follado a Jae Beom, seguramente seguía en contacto con algunas amistades.

«Oh, mierda»

TaeHyung había olvidado que podía cruzarse con ese imbécil. Sería una noche jodidamente interesante, pero él mantendría las apariencias, no iba a ser el primero en joderla. No señor.

Pero estaba seguro que era bastante intolerante a ese idiota nocivo. Posiblemente, el segundo hombre más venenoso que había conocido después de él mismo.

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Ustedes pidieron todo hoy, así que en una horas largo el siguiente.

Arrancamos maratoooon 🤙🏻😀

Nanyta fuera.

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