☪️:17'Demasiado cerca

TaeHyung pasaba saliva y bajaba sus ojos, pero rápidamente volvía a elevarlos junto con su mentón para no demostrar que se sentía un poquito vulnerable.

SeokJin lo había visto duro y se lo había recalcado, preguntándole si él le causaba algo. Por dios, era un jodido desastre desde que habían comenzado a compartir la misma casa y este fin de semana a solas lo tenía demasiado expectante por la misma nada.

—Soy un hombre lujurioso, tampoco te creas tan especial. Ya te lo dije —respondía, intentando que su voz sonara estable.

SeokJin lo miraba fijamente un par de segundos que hacían a TaeHyung sonrojarse solo un poco, debido a la intensidad de su mirada. Pero cuando estaba comenzando a sentir nuevamente un calor exorbitante en los ojos de SeokJin, como si estuviera a punto de dar rienda suelta a todo, este se alejaba.

Chasqueando su lengua suspiraba y le daba la espalda, no lograba contemplar el suspiro sin sonido que TaeHyung daba con lentitud.

—Las habitaciones están cerradas... Dormiré en el sofá, solo vine por un par de mantas extras —mencionaba SeokJin.

TaeHyung abría su boca y la cerraba nuevamente, rodando los ojos chasqueaba su lengua también.

—No seas imbécil —exclamaba—. Por la mañana llegarán los tipos en cuestión y sabes que seguramente nuestra ama de casa entre sin nuestro permiso... Podrían verte babeando en el sofá como estúpido ¿Y cómo crees que eso se vería?

SeokJin dejaba de buscar las mantas extras que vaya a saber Dios dónde diablos estaban en esa nueva habitación. Cuando giraba notaba a TaeHyung más relajado con brazos cruzados y luego una caminata tranquila hacia la gran cama donde lo había encontrado ya más que cómodo. Tirándose sobre su abdomen, sus codos se apoyaban con la intención de sostener su mentón con sus manos.

Sus pestañas aleteaban y tenía un rostro de "sabes que tengo razón" pintado en todas sus bonitas facciones.

Otro suspiro de SeokJin, probablemente el décimo de ese maldito día.

—Ay, dios. Odio cuando haces eso... Tampoco soy tan insoportable y no voy a violarte "chico en pareja" —mencionaba rodando los ojos.

SeokJin fruncía su ceño—. No sé que es lo que odias de mí. Recuerdo que odias muchas cosas, pero no sé a qué te refieres con exactitud en este momento —mencionaba indiferente, quitándose su chaqueta y zapatos mientras suspiraba otra vez.

— ¡Eso! —gritaba TaeHyung desde la cama, señalandolo con su dedo índice acusador justo cuando SeokJin levantaba su cabeza y se quitaba el último zapato.

TaeHyung notaba, recién ahí, que su cabello estaba más largo esas últimas semanas y quedaba, realmente, recalculando ante la mirada lobuna, pero con un aire de confusión que Jin tenía en ese momento.

— ¿Mi suspiro? —cuestionaba confundido.

—Sí, me odias... Es obvio y suspiras cada maldita vez porque claramente no me soportas —soltaba rodando los ojos y acomodándose en su cama, bajo las sábanas.

Se sentía muy desnudo y vulnerable, otra vez.

—TaeHyung —soltaba en otro suspiro que lograba otro par de ojos rodando por parte del susodicho—. Tomaré un baño largo, en la tina ¿Quieres entrar antes o puedo tomarme mi tiempo? —decía, caminando en dirección al mismo que, obviamente tenían en su habitación.

El chico lo miraba con rostro de aburrido sin decir nada, SeokJin suspiraba bajito, pero TaeHyung lo ignoraba, antes de que se metiera de lleno, soltaba otra bocanada de aire y aclaraba—: Y yo no te odio, jamás podría sentir tal cosa por ti.

Cuando TaeHyung miraba en su dirección la puerta del baño, ya estaba cerrada. Tragaba saliva y fruncia su ceño mientras que con sus manos fregaba su rostro y suspiraba él, esta vez.

—Estoy otra vez un poco jodidamente hormonal. Y su cabello luce tan bien, carajo... Necesito distracción y necesito bajar esta cosa que no deja de estar dura —mencionaba, levantando el cobertor y notando que todavía su polla estaba ahí, semi erecta y necesitada, como él.

Mirando la puerta, se escuchaba que SeokJin estaba preparando la tina, eso solo significaba que el castaño tardaría un buen tiempo allí, como había mencionado. Así que TaeHyung se daría solo un pequeño gusto antes de dormir en esa misma cama con SeokJin. Tenía que desestresarse y por supuesto, jalarsela hasta quitar toda calentura de su cuerpo y luego poder ver su programa favorito que estaba a punto de comenzar.

Tomando su teléfono, buscaba por sus auriculares inalámbricos en su bolso de mano y optaba por ver una película porno que SeokJin jamás supiera, era la primera que habían visto juntos en su adolescencia para saber qué mierda debían hacer y esperar una vez estando juntos. Su corazón se removía, pero dejaba de lado tal sensación y optaba por ir a su escena favorita, esa que siempre ponía su polla cuál mástil y con un par de caricias fuertes, se corría como un demente.

Claro, lo intenso que una paja le permitía, porque no podría siquiera trabajar un poco con sus dedos o su consolador porque eso le llevaría más tiempo y no quería encontrarse en un escenario que, de vergonzoso no tenía una pizca, esto de ser descubierto por SeokJin, pero no tenía ganas de seguir siendo el más pervertido de los dos.

Acomodándose con sus piernas abiertas de par en par, tomaba su teléfono y se disponía a reproducir esas escenas que le causaban una erección fuerte, pero no queriendo evocar otro recuerdos con SeokJin a solo una puerta de distancia. TaeHyung aún recordaba la primera vez que habían visto porno juntos y el recuerdo le sacudía el corazón y le calentaba la piel.

Era otro viernes por la noche en la que ambos adolescentes se encontraban completamente solos, debido a las guardias nocturnas que la madre de Jin tenía dicho día.

TaeHyung le había mencionado muy entusiasta que tenía una película que quería ver con él y SeokJin simplemente caía ante su sonrisa rectangular y sus ojos brillosos. Ese chico hacía con él lo que quería, desde que habían comenzado a salir a escondidas—por pedido de TaeHyung—SeokJin se consideraba el chico más afortunado del mundo. TaeHyung era precioso. De pies a cabeza, de adentro hacia afuera.

Cuando tenían los snacks listos, mantas frente a su televisor y todo ambientado para acurrucarse juntos, TaeHyung sonreía una vez más de forma traviesa a un SeokJin que se quedaba siempre prendido de su encanto. Cuando ponía dicha película, se acomodaba cerca de un Jin que lo abrazaba más fuertes y más cerca, sin tener idea de lo que TaeHyung había puesto, hasta que no conocía a ningún actor, la filmación era de un bajo presupuesto y el nombre de la película era algo así como "El niño mimado de papi".

SeokJin había carraspeado su garganta, mentiría si dijera que no había tenido pensamientos más dieciocho con su ahora novio, pero pasar de tener fantasías a realmente hacer algo grande, no había cruzado su cabeza. TaeHyung apenas estaba gateando con su sexualidad y él, a decir verdad... Pues también era la cosa más virgen jamás vista.

— ¿Tae? —cuestionaba confundido cuando sin tanta charla, cabeza ni pies, un chico joven y atractivo comenzaba a ser besado y tocado por quién interpretaba a su mejor amigo, poco más grande. Enseñandole más que simples "matemáticas".

TaeHyung sentía lo tenso que Jin se ponía a su lado.

— ¿No te gusta la película que elegí? —preguntaba con inocencia fingida.

SeokJin tenía la punta de sus orejas de un rojo furioso porque en la pantalla dos hombres se estaban arrancando la ropa sin tanto preludio.

—E-es una película porno —soltaba tartamudeando.

—Exacto ¿No quieres verla? —preguntaba TaeHyung, poniendo su gran mano entre sus muslos y acariciando allí con parsimonia.

SeokJin dirigía sus ojos a dicha mano y sentía a su miembro comenzar a crear una tienda de campaña dentro de sus pantalones.

Con su mano sobre la de TaeHyung, cubriendola, le sonreía con dulzura y mejillas rojas—: Creo que es una película fuerte, para verla solos...

—Creo que es perfecta, para verla juntos y solos —susurraba TaeHyung, luego se acercaba y ponía sus labios sobre el largo cuello de SeokJin que había comenzado a explorar hacía pocos días y le gustaba los suspiros que lograba robarle a su reciente novio y mejor amigo.

La mano de SeokJin se apretaba sobre la de TaeHyung y notaba como el chico lo soltaba y se subía a horcajadas encima de él. Los ojos del azabache parecían más negros que en cualquier otro momento, esto se debía a sus pupilas dilatadas y la forma intensa en que miraba a SeokJin, quien ponía sus manos vacilantes sobre la cintura de TaeHyung.

—Te estás volviendo cada vez más salvaje —mencionaba con una sonrisa ladina y dulce.

TaeHyung reía mordiendo su labio inferior y masajeando los hombros de Jin en el proceso.

—Es que me gustas demasiado —respondía—. Y nuestra sesión de besos me hace dar demasiado calor —susurraba luego.

SeokJin pasaba el nudo en su garganta y acariciaba la cintura de TaeHyung con sus grandes manos.

—También me gustas —respondía—. Mucho.

Habían nervios por parte del castaño, esto se debía que poco había intentando tocar más a TaeHyung, tocarlo en esos lugares que el chico necesitaba desesperadamente. SeokJin iba lento y sin apuro, a pesar de que su primer encuentro había sido descarado y subido de tono, creía que TaeHyung merecía ir paso a paso y él también.

— ¿No has pensado en mí de esa forma? —preguntaba TaeHyung con su voz dulce.

SeokJin abría sus ojos enormemente y reía, sus mejillas rojas y sus manos inocentes, aún sobre la cintura del chico.

— ¿Por qué preguntas eso?

—Porque yo lo he hecho —admitía—. A ti, sobre mí, como la primera vez...

SeokJin relamía sus labios mientras sus dedos se apretaban sobre la cintura de TaeHyung cuando este se movía encima y apenas le robaba un suspiro.

—Tae~... —susurraba—. Es más complicado que eso —mencionaba.

TaeHyung fruncia su ceño, pero repentinamente los sonidos obcenos—que habían pasado a último plano entre su charla reciente—resonaban fuerte junto con otros gemidos que, hacían sonar al chico "más joven" como un perro herido.

TaeHyung se giraba y abría sus ojos enormemente mientras SeokJin no sabía si exictarse o sentir lástima por el tipo en la película.

— ¿Creés que sea tan doloroso como lo hace parecer? —cuestionaba aún encima del castaño, pero con su cabeza a medio girar para ver la película y tragar el nudo en su garganta.

Una risa suave resonaba, y TaeHyung giraba nuevamente en dirección a SeokJin.

—Dicen que nuestra próstata es el punto dulce, por lo que debería de ser placentero, pero la verdad es que el tipo gime horrible. Como un gato herido —exclamaba, frunciendo todo su rostro—. Eso no es caliente.

TaeHyung reía y luego rodeaba el cuello de SeokJin con sus brazos. Los sonidos obcenos seguían como música de fondo, pero cuando TaeHyung lo miraba fijamente, SeokJin olvidaba todo a su alrededor—. Y dime ¿Yo soy caliente? —preguntaba con voz ronca.

SeokJin borraba todo rastro de sonrisa para reemplazarlo por unos ojos que intentaban esconder su lujuria e intensidad, pero TaeHyung comenzaba a reconocer sus miradas. Esos ojos estaban tan negros como cuando se besaban largas horas y luego comenzaba a besar su cuello y buscaba tener fricción de la buena con él, pero SeokJin lograba contenerse, aún así, sus ojos no mentian cuando se ponía cachondo.

TaeHyung movía su pelvis de adelante hacia atrás y SeokJin suspiraba, entreabriendo sus labios y apretando sus dedos para inlobilizarlo.

—Dios. Tae~... —susurraba.

TaeHyung sonreía ladino y acariciaba su nariz con la suya, luego volvía a moverse y SeokJin lo apretaba menos. Notaba como cerraba sus ojos y él volvía a repetir el movimiento. Su lengua salía y acariciaba los labios abiertos de SeokJin no pudiendo resistir la necesidad de simplemente tener su boca o su lengua sobre él, justo en ese entonces SeokJin lo tomaba de la nuca y estrellaba sus labios juntos. Un beso apasionado que ponía a TaeHyung más duro y deseoso. Desesperado por fricciones y caricias. SeokJin solo lo apretaba más mientras que él acariciaba sus hombros y buscaba meter sus manos debajo de la ropa del castaño.

Cuando se le complicaba, dejaba la boca de SeokJin y se iba con una camino de besos por su mejilla y el lóbulo del castaño que resultaba ser una zona tan erógena que siempre lo hacía gemir suavemente. TaeHyung quería escuchar más de esos gemidos y quería seguir besandolo cuesta abajo, así que atacaba su cuello, intentando moverse, hasta que cansado de caricias en la espalda y simples apretones, él lo pedía.

—Tócame —susurraba ronco.

SeokJin pasaba saliva y lo miraba, luego metía sus manos debajo de la camiseta que TaeHyung llevaba, pero el chico en cuestión mordía su labio con ganas.

—Sss... Tae

— Tócame de verdad, Jin —pedía.

— ¿De qué estás hab-...? —antes de que pudiera terminar su pregunta, TaeHyung tomaba su mano debajo de su camiseta y la llevaba justo encima de su prominente erección que apenas y podía ocultarla en sus pantalones de pijamas finos y de algodón.

—Mmm... Aquí, tócame aquí —pedía, haciendo presión.

SeokJin estaba de todos los colores. Como habíamos mencionado, no es que no quisiera tocarlo, solo no quería ir corriendo una maldita maratón.

Relamiendo sus labios, pasaba saliva—. Tae~...

— Tócame —susurraba con dulzura, luego apretaba una vez más, hasta que SeokJin, por su cuenta, ejercía presión.

TaeHyung echaba su cabeza hacia atrás y SeokJin se encontraba masajeandolo por encima de la ropa mientras su chico gemía dulce y a la vez grave.

La película, no era la gran cosa, pero luego de años a TaeHyung le había terminado encendiendo... O quizás era el recuerdo de una de las primeras veces en que SeokJin puso sus manos sobre él.

Y con eso en mente, suaves caricias con las que había empezado, la película nuevamente no importaba, solo su cabeza, viajando en el tiempo y recordando cómo SeokJin lo tocaba con tal devoción que ningún hombre jamás había tenido con él en esos largos años.

—Joder... —soltaba en un susurro.

SeokJin estaba a punto de abrir la puerta del todo y salir del baño cuando había escuchado un gemido suave y ahogado, volviendo a cerrar la puerta de inmediato, miraba por el rabillo de esta con sumo cuidado, para encontrar a un TaeHyung destapado, de piernas abiertas con su boxer por las rodillas y su mano acariciándose de forma vertical con desesperación mientras mordía su labio y su cabeza se echaba hacia atrás.

Una gota de sudor pintaba su mejilla, cerca de su patilla, mojando el cabello allí y se veía realmente precioso y sensual, luego de morderse para no gemir alto, SeokJin lo veía con su otra mano, masajear la zona de su pezón y TaeHyung abría sus labios volviéndose aún más perfecto. SeokJin estaba duro, tan solo de verlo trabajarse de esa forma, hacia su estómago cosquillear y su polla erguirse en alto.

—Mierda —soltaba nuevamente, relamiendo sus labios y absorbiendo la imagen de TaeHyung.

Debería cerrar la puerta y darle privacidad, se suponía que se quedaría mucho en la tina, pero no se había sentido de humor por lo que había decidido darse un baño, salir e intentar dormir... Junto a TaeHyung... Ignorando su calor, cerca de su cuerpo.

«Mier.Da»

"Ah~.... Joder" se escuchaba suave y bajo, SeokJin abría sus ojos y sus pupilas se dilataban cuando veía esa polla y su cabeza roja, hinchada y soltando hilos blanquecinos que hacían al cuerpo de TaeHyung temblar de pies a cabeza mientras se mordía su labio inferior.

El cuerpo del azabache era una exquisitez, su piel canela, su abdomen plano ahora manchado con su propio semen. Sudado en partes perfectas, como también su cuello y entre sus clavículas. SeokJin quería pasar su lengua por esa tira luminosa de sudor y hasta babeaba de solo imaginarlo.

Cuando se daba cuenta de lo que estaba fantaseando, cerraba precipitadamente la puerta, haciendo sonarla estruendosamente, logrando que el recientemente relajado TaeHyung, saltará del susto y su rostro se volviera más rojo.

— ¡Carajo! —soltaba repentinamente el susodicho descubierto.

Poniéndose de pie, buscaba toallitas húmedas en su bolso de mano, miraba una y otra vez en dirección a la puerta del baño mientras se limpiaba y subía su boxer. Cuando se paraba frente a la cama, agradecía que toda su esencia estuviese sobro su cuerpo porque la sábana y cobertor estaban intactos.

—Mierda, ahora no querrá dormir aquí porque se sentirá sucio —murmuraba, luego suspiraba y apretaba sus dientes
Entrecerrando sus ojos miraba la puerta.

No tenía idea que SeokJin estaba golpeándose mentalmente por el sonido de la puerta cerrándose y básicamente, él entrando en pánico por su sucia fantasía con TaeHyung, al verlo correrse gracias a sus propias manos y estimulación.

Suspirando, notaba que el tiempo pasaba y SeokJin no salía aún.

—Esto es estúpido —caminando como alma que se la lleva el viento, se paraba en la puerta y levantaba su brazo para golpear la misma, aspirando fuertemente para llamar el nombre de SeokJin y la puerta se abría-...

— ¡Que car-... Aish! ¡TaeHyung! —gritaba el castaño, tocando su frente.

— ¡No creí que abrirías la puerta justo ahora! La intención era golpear la puerta no tu frente —mencionaba evitando reír.

SeokJin le daba una mirada de reojo mientras sobaba la zona—. ¿Por qué ibas a golpear mi puerta?

—Porque me viste mientras me masturbaba en la cama y estoy una noventa y nueve coma nueve por cierto seguro que, me viste correrme —mencionaba como si nada.

SeokJin apretaba sus dientes y miraba por detrás de su hombro, evitando su cuerpo semi denudo—. Te corriste en nuestra cama

—La sábana está instacta, para evitarte el asco —mencionaba, cruzando sus brazos sobre su pecho y cuando SeokJin chasqueaba su lengua y pasaba su mano por su pecho, en un ademán descuidado, TaeHyung notaba que solo tenía un gran toallon negro envuelto en su cintura, su pelo negro semi largo, estaba húmedo y olía bien, jodidamente bien—. ¿Tienes una pequeña carpa en tu entrepierna? —cuestionaba divertido y algo más.

SeokJin resoplaba y lo miraba con rostro aburrido—. No te emociones, ni lo tomes personal —salía del baño rozando su hombro desnudo al de TaeHyung y podría decirse que la chispa de ese roce impactaba en ambos.

—Me lo tomo muy personal, si yo te lo ocasione —mencionaba.

SeokJin rebuscaba entre su bolso algo de ropa cómoda, sin prestarle atención a TaeHyung, si lo ignoraba, sería mejor y más rápido para pasar esta tortura.

—Si le sirve a tu ego —murmuraba sin darse la vuelta.

Pero a TaeHyung se le ocurria otra forma de llamar su atención, no estaría todo un maldito fin de semana siendo ignorado como el hermano gritón y molesto, por SeokJin. No señor. Acercándose tomaba el borde del toallon de la cintura de SeokJin y-...

— ¿Qué hac-... ? —TaeHyung le quitaba la única tela que cubría su cuerpo desnudo.

Alzando su mentón y sus cejas con una sonrisa engreída, exclamación—. Eres mi esposo ¿Por qué siquiera te vestirías? —cuestionaba, estirando su cabeza para ver más la parte de adelante.

SeokJin resoplaba y giraba por completo, desnudo y extrañamente en calma. Todo su cuerpo desnudo estaba en exhibición para TaeHyung. Lo había visto poco y nada cuando había visto a Jungkook haciéndole un oral, la misma noche en la que él se había presentando frente a Jin, completamente desnudo.

No recordaba con exactitud cómo lucía SeokJin en toda su gloria porque joder, ellos habían sido unos niños cuando inspeccionaban sus cuerpos, por lo que recordaba un SeokJin más desgarbado, pero siempre con hombros prominentes. Este SeokJin, era de brazos macizos, marcados los justo y necesario, su cintura estrecha como siempre, los hombros más definidos, su abdomen con una leve tabla de lavar, nunca había sido fanatico del ejercicio y TaeHyung siempre creyó que con su cuerpo no lo necesitaba en absoluto.

Y su polla, ahí estaba, semi erecta, perfecta, con apenas un raz de vello razurado prolijamente que no llegaba a tocar su polla. Era un poema en toda su desnudez.

— ¿Ya obtuviste suficiente de mí? —preguntaba SeokJin, sacándolo de sus pensamientos y recuerdos—. Ya me viste semi desnudo y desnudo ¿Por qué siquiera te ves sorprendido? —preguntaba.

TaeHyung alzaba la vista de su polla, si, la cosa estaba ahí, larga venosa y seguía así, casi súper dura. Seguro y estaba babeando.

—Te ví desnudo cuando teníamos ¿Qué? ¿Quince, dieciséis? No eres ese SeokJin y verte semi desnudo, no es lo mismo que completa y jodidamente desnudo —susurraba con su voz, solo un poco inestable.

—Bueno, tiraste de mi maldita toalla ¿Qué esperabas? —soltaba, intentando arrebatarle la misma de las manos, pero TaeHyung estiraba su brazo lejos de él y con una sonrisa divertida ponía su mano sobre el pecho de SeokJin, deteniendolo ahí y tocando su piel suave.

Sus dedos se movían por los pectorales, delicadamente marcados y relamía sus labios.

— ¿Por qué estás babeando? Y ¿Por qué mierda te estabas masturbando en la cama?

TaeHyung reaccionaba otra vez—. Dijiste que tardarías, saliste de inmediato, no debías saberlo.

SeokJin intentaba tomar la toalla otra vez—. Dámela, necesito secarme las pelotas —soltaba bruscamente, pero TaeHyung suprimía una risa divertida y continuaba evitando que la tomará. Un forcejeo, dos—. ¡Eres tan infantil!

—Entonces soy tu maldito reflejo —decía divertido y sacudía la tela frente al castaño quien lo miraba quieto y aburrido, pretendiendo no volver a tomarla—. Tus pelotas húmedas lo necesitan, Jinnie. Vamos, no sea a uburrido  —se mofaba.

Sorpresivamente, SeokJin se tiraba encima, tomando la toalla y pisando sin querer el pie de TaeHyung, no dejándolo retroceder, causándole dolor y más encima, a punto de caer en su culo, pero lo atrapaba antes de que eso sucediera—. ¡Mierda-...! —dejaba de pisarlo y se tambaleaba con un TaeHyung que sostenía fuerte de la cintura y este lo había tomado de sus hombros para evitar la caída.

El toallon no importaba, había quedado por el piso y ahora sus respiraciones tocaban el rostro ajeno mientras sus brazos apretaban el cuerpo del otro.

Las pupilas de TaeHyung se expandían, volviendo sus ojos más negros y SeokJin se quedaba mirándolo como imbécil, sosteniendolo cerca de su cuerpo. Tan cerca, que ambos coincidían, en el fondo de su cabeza y corazón, que la tela del boxer de TaeHyung, estorbaba miserablemente al toque que tenían de pelvis con pelvis. Pero sus torsos se sentía calientes y suaves ante el choque apretado.

—Gracias —susurraba TaeHyung, sin dejar de rodear el cuello de SeokJin y aferrarse con la otra a su hombro.

¿Qué mierda había pasado en menos de veinte minutos para terminar pegado al otro, agitados y con mucho calor?

— ¿Te dolió? —preguntaba SeokJin suavemente.

TaeHyung parpadeaba y sonreía coqueto—. "¿Cuándo caí del cielo?" —ronroneaba sensual.

SeokJin fruncia sus cejas—. Eh, no. Cuando te pise el pie —respondía, casi con una inocencia de no entender el flirteo de TaeHyung.

Y el susodicho no recordaba cuánto extrañaba esa rara inocencia en SeokJin, como cuando eran adolescentes.

TaeHyung reía, rodando sus ojos, olvidándose que su matrimonio era falso y que habían estado peleando constantemente por los últimos años de vida, cruzandose sin querer. La mano que estaba en el hombro de SeokJin se iba a la mejilla de este y su rostro se acercaba peligrosamente con tal confianza que dejaba a SeokJin paralizado, mientras acariciaba su nariz a la ajena y con una dulce sonrisa exclamaba:

—Había olvidado que eras tan lento, Jin —era un susurro tembloroso, sus ojos se habían cerrado medio segundo y se había apretado más al cuerpo de SeokJin.

— ¿Qué haces? —susurraba el castaño, su agarre en la cintura de TaeHyung se había aflojado, pero su entrepierna dura era un indicio de que no estaba del todo disgustado, solo confundido. Sus ojos miraban a TaeHyung quien se detenía de acariciar su nariz con la suya.

TaeHyung se sentía muy consciente de su agarre alrededor del cuello de SeokJin y de su mano en su mejilla. Su boca estaba allí, a centímetros. Y estaban desnudos, bueno él no del todo, pero SeokJin sí.

— ¿Qué es lo pretendes? —preguntaba SeokJin con seriedad.

TaeHyung resoplaba y lo soltaba, empujandolo más lejos y tomando la toalla del piso—. No pretendo nada —se la arrojaba, ignorando que SeokJin estaba más duro e incluso, él había recuperado su erección.

El castaño, suspiraba, su corazón estaba acelerado, por supuesto TaeHyung no iba a darle una maldita respuesta y aún si lo hiciera ¿Qué mierda cambiaría? Él estaba en una relación con Jungkook. No era un maldito infiel como su padre. Suspirando giraba sobre sus talones y retomaba lo de secarse con rapidez mientras que TaeHyung había subido el volumen del plasma, listo para ver su programa bizarro favorito.

Sus ojos se habían vuelto a la espalda de SeokJin, desnudo y perfecto, su mano apretaba los cobertores justo en la zona de su erección y mordía su labio mientas lo veía colocarse un chandal sin ropa interior debajo y luego secaba sus hebras con un movimiento descuidado del toallon sobre su cabeza.

El bastardo se veía tan bien, su boca se hacía agua, pero volvía la vista a la pantalla cuando SeokJin volvía al baño y salía con su teléfono en mano, luego lo veía revolver su bolso y lo escuchaba resoplar.

—Olvidé mi cargador en casa ¿Podrías prestarme el tuyo? —preguntaba suavemente.

TaeHyung tomaba el suyo de su mesa de noche y lo arrojaba a la punta de la cama donde SeokJin estaba parado.

—Gracias —mencionaba, enchufándolo de su lado, luego lo veía tomar un libro de su bolso y abría el cobertor con cuidado.

Todo el cuerpo de TaeHyung se ponía rígido cuando SeokJin se recostaba a su lado. No estaban cerca, la cama era inmensa, pero de todos modos estaba allí. Su calor se sentía por debajo del cobertor y su respiración tranquila se escuchaba más fuerte que los mismísimos sonidos de la pantalla. TaeHyung estaba demasiado consciente de la presencia de SeokJin y su perfume por la crema de afeitar que emanaba de su piel, no lo ayudaba.

Se sentía como un animal a punto de entrar en celo por el olor opuesto de su acompañante y lo peor de todo era que, SeokJin se veía tan imperturbable a su lado. Joder, lo odiaba, parecía el único desestabilizado en la habitación. Cuando su programa comenzaba, le costaba mucho concertarse, hasta que dicho show comenzaba su segmento favorito, preguntas indecentes e incómodas en la calle, a un público que no podía negarse porque se les ofrecía dinero antes de siquiera saber que diría el reportero frente a ellos, pero si no respondían, se quedaban sin el dinero fácil.

La respuesta más descabellada obtenía dinero extra.

De repente SeokJin chasqueaba su lengua y TaeHyung lo miraba, no estaba leyendo el libro, estaba viendo el programa con él—bueno, viendo lo que TaeHyung había podido prestar atención—y parecía irritado.

—Si me vas a pedir que cambie, no tendrás éxito, hombre —mencionaba de inmediato.

—No pediré eso, solo no puedo creer que la gente suelte sus trapos sucios por un par de wones

—Lo dice el tipo que me desposo para no perder su par de wones —mencionaba con sarcasmo.

SeokJin rodaba sus ojos en su dirección—. ¿Y mira lo que tengo que soportar? Los estoy ganando con el sudor de mi frente

—Y la dureza en tus pantalones de chandal —atacaba TaeHyung.

SeokJin apretaba sus labios—. ¿Qué mierda hacías masturbándote cuando tienes una pareja fija ahora?

— ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? —cuestionaba TaeHyung.

—Deberías estar saciado por tener un lugar caliente dónde poner tu polla —replicaba, mirando su libro descuidadamente.

No había leído una maldita palabra, pero seguiría pretendiendo hasta que el fuego en sus pantalones se apagará.

—Lo tengo —mencionaba TaeHyung—. Y tuviste suerte de que no saqué mi consolador, tus ojos inocentes se hubieran horrorizado al verme meter algo por el culo —soltaba con tono burlón y luego añadía casi acongojado—. Una paja no basta —solo un poco más bajo.

SeokJin fruncia sus cejas, intentando borrar la imagen de su cabeza. TaeHyung con una polla falsa intentando tocar su punto dulce y su cuerpo más sudado, con detellos dorados sobre su hermosa piel. Sus dientes se apretaban y decidía flexionar su pierna para esconder su polla dura bajo los cobertores.

—Que Park Jimin te folle —soltaba, no pudiendo cerrar su maldita boca y dar la charla por terminada.

TaeHyung soltaba una risa áspera, seca y SeokJin no podía evitar levantar la vista y mirarlo fijo, encontrándose con el rostro rojizo de TaeHyung.

— ¿Qué? —preguntaba bruscamente.

SeeokJin iba a ignorarlo, pero antes de hacerlo, la pregunta se deslizaba por su lengua—. ¿Jimin no te folla?

— ¿En serio vamos a hablar de sexo?

SeokJin abría sus ojos—. Lo siento —soltaba sin verlo.

—No lo digo por mí, no me molesta en absoluto. El mojigato eres tú, no yo —se burlaba, provocandolo.

SeokJin cerraba su libro bruscamente—. ¡No soy un mojigato!

—Mmm, no lo sé, Jin —se burlaba.

—A la mierda contigo, si quieres follarte, me largo y vuelvo luego. O llama a tu noviecito y tengan un llamado sucio mientras pretende que te folla —soltaba irritado, a punto de ponerse de pie, pero la mano de TaeHyung sobre su muñeca, lo sorprendía y sostenía en su lugar.

—Relájate, pensar que Jimin me folla, no es algo que me ponga tan caliente como pensar en tus pantalones de chandal sin boxer debajo —susurraba seductor.

SeokJin lo miraba con un destello de advertencia y algo más.

—Era broma, hombre. Relaja tu culo —mencionaba.

SeokJin se acomodaba nuevamente, dejando pasar el tiempo y mirando el programa, pero se moría realmente por preguntar. Su curiosidad iba en aumento y se preguntaba de repente ¿Qué lo detenía de no preguntar tal cosa? Así que miraba a TaeHyung, fijo, logrando que el otro hombre frunciera su ceño y le devolviera la mirada.

— ¿Qué? No dije nada —se atajaba, por las dudas.

— ¿Park Jimin te jodió? —preguntaba con curiosidad.

TaeHyung abría sus ojos, su estómago sentía un cosquilleo extraño y su corazón había tenido una sacudida fuerte.

—Sí —afirmaba, sin dejar de ver el rostro de SeokJin.

— ¿Y por qué te calienta más la idea de mí sin bóxer debajo de mi pantalón que él follandote?

TaeHyung alzaba sus cejas, no sabía por qué SeokJin había iniciado tal conversación, pero no sé retractaría ahora.

—Tiene un buen culo para follar, pero es pequeño —mencionaba, como si nada.

SeokJin alzaba sus cejas—. ¿Te refieres a su polla? 

—No, su polla está bien —se encogía de hombros—. Solo que es más pequeño corporalmente y le falta agarre y fuerza —respondía como si nada.

SeokJin se mordía el labio inferior y TaeHyung volvía a mirarlo, sus ojos caían en ese belfo masacrado entre sus labios y notaba las mejillas de SeokJin rojas.

— ¿Te sonrojaste?

—No —soltaba, tocando su mejilla—. Mierda, necesito un cigarro —exclamaba, evitando los ojos de TaeHyung y buscando su cajetilla de su chaqueta—. ¿Te molesta si fumo aquí? —cuestionaba, volviendo a la cama.

TaeHyung negaba, aclarando su garganta, recordando cómo habían compartido humo la última vez, en esa cocina. La misma extraña tensión estaba allí en esa habitación y dentro de sus cuerpos.

— ¿Por qué te sonrojaste? —preguntaba, cuando lo veía encender el cigarro. Sentía envidia de esa cosa entre los labios de SeokJin.

«Enfermo»

—Solo recordé algo —respondía, tirando el humo y ondeando su mano para restarle importancia.

— ¿Qué recordaste? —preguntaba, imitando la pose de SeokJin y apoyándose sobre el respaldar de la cama.

El castaño pasaba saliva y lo miraba—. No importa

—Aburrido —soltaba TaeHyung, rodando sus ojos.

—No lo soy

—Solo estamos tú y yo, responde la pregunta. ¿Por qué eres tan insoportable?

—No soy insoportable, ese eres tú

— ¡Al menos me relaciono contigo y no te vivo evitando porque sienta un maldito ataque de pánico cada vez que tenemos algún encuentro subido de tono! —soltaba TaeHyung, más irritado de la cuenta.

SeokJin se le quedaba viendo con la boca entreabierta—. Yo no te e-...

—Oh, ahórrate tus excusas, lo haces —mencionaba—. Y no, no me creo el culo del mundo. Pero es bastante obvio que me has estado evitando luego de que te provoque en el sofá

— ¿Por qué haces eso? ¿Por qué juegas conmigo? —preguntaba SeokJin, algo confundido.

TaeHyung sentía rabia ¿Él, jugar? ¿Y qué si lo hacía? Se lo estaría, jodidamente, devolviendo.

—Yo no juego —se señalaba, SeokJin ponía los ojos blancos y los rodaba, TaeHyung gateaba poco más cerca de él y acercaba su rostro, si  quedar verdaderamente muy cerca, pero estaba más en el espacio personal de SeokJin ahora—. Soy lujurioso, ya lo dije.

Para su sorpresa, SeokJin se acercaba más a él y apoyándose sobre la cama con dos manos exclamaba—. Y aún así, me dijiste aquella vez que no querías que volviera a tocarte ni aunque fuera el único tipo del mundo, pero aquí estás, jugando solo porque eres un poco lujurioso ¿Qué esperas obtener si recuerdo cómo si fuera ayer que no querías que te ponga un maldito dedo encima?

TaeHyung estaba nuevamente envuelto en una conversación del ayer, de esas de las que SeokJin escapaba, pero sin embargo ahora le llevaba la delantera, recordando lo que le había dicho la noche en que habían terminado.

Solo un poco embravecido, se acercaba e iba a responderle algo de vuelta cuando sin darse cuenta su muñeca tocaba la punta del cigarro de SeokJin y se alejaba con una mueca y gemido de dolor.

— ¡Aish, mierda!

— ¡Tae...! —SeokJin apagaba el mismo en la cenicero que tenía en su mesa de noche—. No te toques así —ordenaba, TaeHyung estaba frotando su mano en la zona quemada.

—Queda terminantemente prohibido que vuelvas a fumar en la maldita cama —soltaba, pero SeokJin llegaba a su lado, nuevamente le hacía una cara de pocos amigos, un gesto aburrido que desacreditaba sus órdenes como si fueran ridículas—. Hablo en serio.

Viendo cómo SeokJin tomaba su muñeca y se sentaba a su lado, lo veía abrir una pequeña crema para quemaduras—. No compartimos la cama juntos, Tae... —mencionaba sin un deje de burla.

—Me vale, no vuelves a fumar en la cama ¿Y por qué traes una crema para las quemaduras? —preguntaba pasando saliva, mientras solo veía  a SeokJin poner una cantidad sobre la zona roja recientemente quemada con tal suavidad que le ponía la piel de gallina.

Los ojos de SeokJin se alzaban para mirarlo y tenían una aire oscuro y divertida, la sombra de una sonrisa ladina se dejaba ver, TaeHyung lo contemplaba como imbécil.

—Soy un poco torpe, llevo lo necesario por si algo me sucede —se encogía de hombros y tomaba una bandita que había dejado sobre la mesa de noche de TaeHyung, para colocarsela al susodicho—. Dejalo todo la noche, mañana ya no arderá, tampoco te quedará la cicatriz de la quemazón.... —lo volvía a mirar—. Lo siento —susurraba con dulzura.

TaeHyung apartaba su mano bruscamente y un puchero yacia pintado en sus labios, SeokJin apartaba sus manos formando un puño, no queriendo tomar su mentón como hacía de costumbre cuando TaeHyung puchereaba. Cómo lo había hecho en esa cocina que compartían en su casa, noches atrás.

Suspirando se ponía de pie o al menos lo intentaba, porque TaeHyung tomaba su muñeca para que no se moviera. Sus cejas se alzaban y lo miraba confundido.

— ¿Por qué te sonrojaste? —volvía a preguntar, pero esta vez en puchero. 

SeokJin sonreía, era seco, pero con aire divertido. No podía cuando TaeHyung le hacía esa cara ¿Qué estaba mal con su cabeza ahora?

—Bien, te lo diré... —los ojos de TaeHyung se iluminaban, siempre tan curioso y metiche, eso no había cambiado—. Solo recordé que te gustaba comenzar suave y luego lo pedías más duro —mencionaba como si nada—. Entiendo que Jimin no pueda darte eso, pero así era cuando teníamos quince, dieciséis... No sé cómo eres ahora.

Se encogía de hombros y se levantaba de la cama antes de seguir viendo los preciosos ojos sorprendidos de TaeHyung, su pecho se calentaba de una forma que no le permitía respirar.

— ¿Podrías bajar un poco? Me gustaría intentar dormir algo —pedía con amabilidad.

TaeHyung no lo miraba, pero hacía lo pedido, notaba como SeokJin se volvía a acostar, pero dándole la espalda. Luego de varios minutos de sentirse solo y desesperado por tocar al tipo a su lado, apagaba todo e intentaba conciliar el sueño. Se había girado para no mirar la espalda de SeokJin, luego se había puesto boca abajo mirando en dirección contraria a SeokJin. Pero no había sido fácil conciliar el sueño y media hora más tarde volvía a girarse para encontrarse con el rostro de SeokJin y sus ojos abiertos.

— ¡Mierda! —susurraba, tocando su pecho, su corazón acelerado—. ¿Cuando te giraste?

—En el momento en que te movias y golpeabas la maldita almohada ¿Qué sucede contigo? ¿Tienes hormigas en el culo o qué? —preguntaba con voz ronca.

Mierda, había estado dormido un poco y TaeHyung se sentía como un verdadero niño molesto, al notar que lo había despertado.

—No puedo dormir —respondía con un puchero.

SeokJin podía ver ese puchero aún en la oscuridad de la habitación porque entraba buena luz de luna por el ventanal.

Su mano ahora sí se extendía hasta el mentón de TaeHyung y presionaba con suavidad para que sus labios quedarán allí, sobresaliendo y abultados.

—Eres un jodido bebé caprichoso, deja de hablar con ese puchero, pestañas —susurraba en la oscuridad.

—Su suy —respondía TaeHyung.

SeokJin comenzaba a reír sonoramente, aún sin soltarlo, TaeHyung sentía su pecho cálido ante esa risa que era entre divertida y grave.

—Sí, definitivamente eres un bebé caprichoso —luego su sonrisa suave se desvanecía cunado notaba los ojos brillosos de TaeHyung y lo soltaba lentamente—. Lo lamento

—Te encanta hacerlo, admítelo, te sigue gustando mi puchero —mencionaba con una altivez fingida.

SeokJin relamía sus labios y suspiraba—. Quizás ¿Importa, pestañas?

—Dímelo —ordenaba TaeHyung.

SeokJin resoplaba—. ¿Qué te diga qué?

—Que te sigue gustando mi puchero, admítelo. Quiero escucharte, angelito cretino

—No te diré nada si me llamas así —respondía SeokJin—. Ahora duérmete, eres insoportable

—No más que tú —SeokJin rodaba los ojos y TaeHyung añadía—. Un par de copas de vino me relajaran y dormiré como un bebé

—No habrá alcohol entre nosotros —exclamaba SeokJin con firmeza.

TaeHyung se acercaba lentamente—. ¿Y por qué no? —susurraba grave, SeokJin pasaba saliva—. ¿Temes perder tus inhibiciones, que tus paredes se caigan y finalmente decidas sucumbir a tus deseos oscuros conmigo? —su voz eran sensual y grave.

—No vamos a beber a alcohol y fin de la historia —respondía SeokJin.

TaeHyung chasqueaba su lengua y se acostaba, pero estaba más cerca, SeokJin cerraba sus ojos.

—Aburrido, estamos en un viñedo, quiero verte intentando no beber.

Los volvía a abrir—. Quiero dormir, hay que tener la cabeza fresca con ese matrimonio que nos detesta —respondía—. Has otra cosa que te ayude a dormir —soltaba con ojos aún cerrados.

—Follar —susurraba TaeHyung.

SeokJin abría sus ojos—. Piensa en otra cosa

—Masturbarme hasta correrme como un demente y luego puedo dormir como un bebé —volvía a provocar.

SeokJin resoplaba, apretando sus dientes—. Todo tiene que girar en torno al sexo contigo ¿No?

TaeHyung se encogía de hombros—. Ayúdame a dormir, Jinnie —ronroneaba, acercando su mano al abdomen desnudo de otro.

Cuando sus dedos tocaban allí, sentía como SeokJin se ponía rígido, pero no empujaba su mano.

— ¿Por qué sigues presionando? —susurraba a cambio.

TaeHyung se acercaba otro poco y se encogía de hombros—. Soy un poco luju-...

—Lujurioso —respondía SeokJin por él, sus voz sonando baja y ronca. Pero luego de un par de caricias de los largos dedos de TaeHyung en su abdomen que, ponían su polla cada vez más dura, añadía—. Pero yo tengo pareja y dijiste que nunca más conmigo, ni aunque fuera el último hombre de la tierra —repetía viejas palabras de TaeHyung.

Este suspiraba y su corazón estaba demasiado acelerado, se acercaba más, levantando el brazo que SeokJin tenía como un escudo frente a su pecho, hubo solo un poco de resistencia por parte del castaño hasta que TaeHyung lo obligaba a abrazarlo y tomarlo por la cintura. La pierna del azabache se posicionaba en la cadera de SeokJin y se acercaba otro poco más.

—Tae... —suspiraba SeokJin. Había un tono de alarma, confusión y cansancio en su voz. Todo junto.

—Serás mi esposo todo este fin de semana, me importa poco si tienes pareja. Eres mío, legalmente —respondía, luego suspiraba tembloroso—. Ahora duerme —metía su rostro en el cuello de SeokJin y aspiraba suavemente.

El castaño suspiraba—. ¿Estoy jodidamente duro y pretendes que duerma? —podía sentir a TaeHyung reír contra la piel sensible de la zona.

—Ya somos dos —decía, moviendo su pelvis para ocasionar fricción y conseguía un gemido suave de SeokJin y que este apretara su brazo en su cintura para sentirlo más.

—Por favor... —soltaba SeokJin.

—Sshh... —le siseaba TaeHyung, luego su lengua lamía la curvatura de su cuello y empujaba otra vez, mientras clavaba sus uñas en la espalda desnuda de SeokJin, siendo consciente de que estaban piel con piel—. Ah, solo esto... —pedía, llevando su boca con labios separados al mentón de SeokJin y mordiendo allí—. Muévete conmigo

—Detente, por favor. Yo no-... No hago estas cosas —susurraba SeokJin con voz ronca.

—No le diré nada, no lo haré... No es sexo, solo... Lo que hacíamos cuando éramos adolescentes —respondía, posicionandose de un rápido movimiento encima de SeokJin.

—Mierda... Bájate, pestañas —pedía, con sus manos sobre las caderas de TaeHyung para que no hiciera ni el más mínimo movimiento.

TaeHyung mordía su labio inferior y se inclinaba, ahora su erección se pegaba a la de SeokJin—. Dime "pestañas" otra vez... —susurraba de forma sensual, mordiendo otra vez el mentón del castaño.

—No hagas esto, por favor —rogaba SeokJin—. No soy ese tipo de hombre, por favor. Tae-.... ¡Joder!

TaeHyung volvía a mover sus caderas provocando otra fricción que le robaba un gemido a ambos, pero no se detenía, no cuando SeokJin se aferraba a su cintura y simplemente lo dejaba ser.

—Dios.... TaeHyung —susurraba—. Esto está mal

—No me estás jodiendo, no cuenta... Tu polla no está dentro de mí

—Pero quiere estarlo —respondía SeokJin.

TaeHyung se quedaba estático ante la respuesta del castaño, SeokJin pasaba saliva y se quedaba tan quieto como TaeHyung, su agarre aflojando en la cintura del azabache mientras su corazón galopaba como un loco.

— ¿Quieres follarme? —preguntaba sorprendido.

SeokJin tardaba en responder—. No quiero ser como mi padre, no soy esa clase de hombre. Estoy con Jungkook, por favor olvida lo que dije y si te bajas, dormiré en el suelo —prometía.

TaeHyung apretaba sus dientes y se bajaba de SeokJin, fregando su rostro, resoplaba sonoramente y tomaba varias almohadas que tenían en la cama y hacía un fuerte entre él y SeokJin. El castaño había quedado sorprendido ante su acción.

—Que descanses, SeokJin —soltaba casi irritado—. Nadie dormirá en el suelo hoy.

Las almohadas eran tan ridículamente inmensas que no podían verse el uno al otro, pero de una forma u otra, habían dormido como la mierda, deseando que quizás ninungo hubiera sido tan cobarde y simplemente sacar de sus sistemas la tensión que tenían.

¿Cuántas veces más iban a a tener ese tipo de encuentros antes de ceder o simplemente darlo por finalizado? No lo sabían, no estaban seguros.

A la mañana siguiente el fuerte de almohadas no había importado, TaeHyung era un desastre para dormir. No había almohadas de por medio, y se encontraba de espaldas a SeokJin con este pegado a su cintura. La famosa pose de "cucharita".

TaeHyung estaba tan desorientado cuando se despertó que apenas había notado el agarre a su cintura y el calor en su espalda. Sonreía desorientado y se empujaba contra el cuerpo caliente y duro, hasta que su acompañante gemía, lo apretaba y le daba una estocada en su culo junto con un gemido ronco.

TaeHyung había mordido su labio y apretaba los brazos ajenos a su piel desnuda, consiguiendo que edte otro lo apretara más y luego metiera su nariz en su cuello, olfateandolo y dándole cosquillas, mientras volvía a empujar su pelvis para dar otra estocada.

—Mmm~... —gemía, llevando su mano detrás para ponerla sobre la cadera ajena y apretarlo más a él, mientras esté otro continuaba moviéndose.

SeokJin no estaba tan despierto, seguía recalculando poco y nada, ya que su polla predominaba todos sus sentidos y solo podía apretarla contra el cuerpo caliente y el prominente culo acolchonado que lo recibía. Acelerando sus movimientos, sentía la otra mano intentando bajar su pantalón chandal y cuando la voz grave soltaba un—: Folláme sin preparación...

SeokJin se apartaba tan rápido que caía de culo al piso, culo casi al aire.

— ¡Carajo! —soltaba del dolor, mientras subía su pantalón y sobaba su culo.

La cabeza de TaeHyung se asomaba desde arriba de la cama.

—Si digo que no fue intencional ¿Me creerías? Estaba muy dormido —mencionaba TaeHyung, luego miraba la carpa en el pantalón de SeokJin—. Y al parecer tú también.

SeokJin iba a responder, pero los golpes en la puerta, los ponían en alerta.

— ¿Señores Kim? —la señora a cargo, preguntaba con voz cautelosa al otro lado.

Ambos se miraba mientras SeokJin respondía—. ¿Sí?

—Buenos días, señor Kim. Los invitados ya llegaron, en una hora haré el desayuno para todos, solo pasaba a anunciarles.

TaeHyung y SeokJin cruzaban una mirada—. ¿Listo para el show, angelito? —preguntaba.

SeokJin fruncia el ceño porque no había dicho "cretino" como de costumbre, pero dejaba aquel pensamiento de lado y asentía—. Estaremos abajo en un momento. Gracias.

Poniéndose de pie, TaeHyung hacía lo mismo, mientras se estiraba y presumía su bonito cuerpo. SeokJin no quería mirarlo tanto, pero tampoco podía apartar la vista, cuando lo veía caminando en su dirección.

Una sonrisa sensual pintada en el rostro de TaeHyung—. Buenos días, esposo—y lo besaba. Bueno, besaba su mejilla y SeokJin apenas se alejaba congelado—. Bien, esto será un éxito o un auténtico desastre —mencionaba, rodando sus ojos y entrando al baño.

Cuando SeokJin quedaba solo suspiraba largo y fuerte, fregaba su rostro y miraba su entrepierna.

—Tengo que controlarme... Jodidamente tengo que controlarme —se decía a sí mismo, intentando borrar las imágenes de TaeHyung y él, de las últimas horas juntos. La primera noche solos, fingiendo ser algo que no eran, pareja.

Y más encima, sin un público al que probarselo, solo ellos y su extraña obsesión por el otro.

Perdón la tardanza 🥺💜
Y perdón si ven errores 🤧💜
Les dejo más 7000+ palabras 😃

Con amor niñita NanyKoo ❤️

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