PIERO

DIA 1

Piero disfrutaba de su café con gran deleite. No tenía ningún compromiso. Había destinado la tarde a aquella cita.

No pudo negarse cuando ella le llamo.

La campanilla del local sonó y Gwen entro buscándolo con la mirada. Le sonrió. Se saludaron con un beso en cada mejilla, pero lo que ocurrió después le sorprendió a él.

- Gracias por aceptar ayudarme – dijo ella mientras lo abrazaba con fuerza y demasiada emotividad.

- No tienes que agradecer. Ignazio es mi amigo. Encantado de ayudar. – e intento zafarse de aquellos brazos con perfume a jazmín. Tomaron asiento y cuando ella pidió un frappe, sus ojos risueños traspasaron los cristales de los lentes de él.

- No sé qué hubiera hecho su no aceptabas ayudarme. Para mí es muy importante esto.

- Sera divertido. Además, ya quiero ver la cara de Ignazio cuando todos saltemos a recibirlo cuando llegue a su apartamento.

- ¡Yo también! Hacerle una fiesta sorpresa me pareció genial. – sorbió su frappe recién llegado mientras escuchaba a Piero.

- Lo único que me extraño es que no fuese por una razón especial.

- No se necesita una razón especial para hacer una fiesta. ¿O sí?...


DIA 3

Llevaban casi dos horas buscando uno globos en tono azul metálico que ninguna tienda parecía tener. Piero conducía sin peros y se dirigía a donde Gwen le indicaba. En los trayectos platicaban de todo y de nada. Tenía que admitir que era una chica muy divertida, además de que parecía interesada en aprender sobre música.

- Me gustaría aprender más sobre lo que hacen ustedes.

- ¿Te refieres a saber más de música?

- Si. Siempre me ha gustado, pero no he conocido una persona a la que le apasione tanto como para emocionarme e impulsarme a aprenderlo... Hasta que te conocí a ti.

- No deberías decir eso Gwen... puede mal interpretarse... - le respondió mientras se estacionaba frente a la siguiente tienda. Rodeo el auto para abrirle la puerta y le tendió la mano para ayudarla a salir.

- Gracias. Y lamento mucho haberte incomodado.

- Solo no vuelvas a decir algo así. Por favor.


DIA 5

- ¿A dónde tan aprisa? – le pregunto Gianluca mientras lo veía salir casi corriendo.

- Se me hizo tarde para un compromiso. – respondió Piero. Habia acordado con Gwen no decirle a nadie sobre la fiesta, y eso incluida a Gian. Aunque Piero no entendió, prometió no hacerlo.

- Un compromiso... ¿con Marcella?... – Gian levanto una ceja mientras se cruzaba de brazos.

- Si...si... con ella... y ya me voy... - Piero salió corriendo. Gwn había cambiado la temática de la fiesta y tenía que ir por ella para buscar ahora una tienda que rentara una esfera de cristal para la temática disco.

Lo que Piero no noto, es que Gian lo fulmino por la espalda y sus ojos lo siguieron hasta que desapareció en el estacionamiento y luego con una mueca molesta regreso a dentro del estudio.


DIA 7: LA FIESTA

Ignazio no podía creérselo. La fiesta fluía divertidamente y ahí estaban sus amigos más cercanos.

Gwen le había preparado un atuendo con una chamarra metálica que refulgía cuando bailaba bajo aquella esfera metálica.

Ni Piero, ni ella, mencionaron que se habían visto todos los días de aquella semana para organizarlo todo. Mucho menos, Piero pensó en comentar las insinuaciones que ella había tenido a lo lardo de esos días. No solo habían sido las palabras, las frases en tono meloso, también los roces fugaces, las caricias en la espalda, los abrazos, los besos que ella había dejado marcado en sus mejillas... había querido hablar con ella de eso, decirle que parara. Pero no tuvo valor. ¡Era la novia de su amigo!

Sin embargo, la gota que derramo el vaso fue que mientras ella bailaba con Ignazio y se daban un beso demasiado subido de tono, ella abrió los ojos y su mirada fu directa a él, a Piero. Y al igual que la ocasión del café, traspaso los cristales de sus lentes.

Se dirigió a la cocina para romper la escena. Estaba en líos.

- Piero... ¿Estas bien?

- ¿Qué estás haciendo? ¡Detente! – suplico él.

- Hasta que lo notas. Pensé que nunca lo harías. – Gwen se acercó hasta donde estaba él.

- Me di cuenta desde que empezaste. Pero no pensé que fueras tan insistente. ¡Ignazio es mi amigo y te quiere mucho!

- Y yo a él... pero estos días contigo han sido...

- ¡Basta! – y levanto tanto la voz que se atemorizo que alguien lo escuchara. En un tono más bajo continuo – le contare a Ignazio. No quiero que péinese que yo...

- ¿Y te va a creer?

- ¿A qué te refieres? ¡Claro que me creerá!

- ¿Seguro? – Piero dudo. Gwen seguía mirándolo firmemente, y luego...esa mirada se debilito. – Tienes razón. No sé qué me ha pasado. – su voz se quebró, a él le pareció que ella estaba por llorar – perdóname por ponerte en esta situación. Es solo que él ha estado muy ocupado y casi no nos vemos... esta fiesta la hice para llamar su atención, para que recuerde que aún estoy aquí.

- Entonces tienes que hablarlo con él. La solución no es esta. – Piero se suavizo. Su tono de voz fue sincero, incluso se atrevió a limpiar las lágrimas que ya habían aparecido en aquel rostro. Si, Gwen era bonita. Pero no haría nada contra Ignazio.

- ¿Puedes perdonarme?

- No tengo nada que perdonarte. Esta olvidado.

- ¿Puedes... por favor... no decirle a nadie? Me daría vergüenza que alguien se enterara.

- No pensaba hacerlo.

- Gracias.

Piero salió de la cocina un poco más tranquilo. Hasta que topo de frente con Gian.

- ¿Ocurre algo? – se atrevió a preguntarle, pero Gian solo movió la cabeza negativamente. Y Piero prefiero continuar antes que ponerse en una situación vulnerable.

Sin embargo, Gian lo miro ir directo a Ignacio y empezar a charlar. Él en cambio, entro a la cocina.

- ¿Gwendolyne? – su tono era de desconfianza.

- ¿Si? – Ella se giró de inmediato y él pudo ver como su lápiz labial se había corrido, aunque en apariencia había estado intentando corregirlo, aun el tono rosa encendido abarcaba casi su barbilla.

- ¿Qué te paso? – ella palideció.

- ¿A qué te refieres? – pregunto nerviosa. Gian, que ya había acortado la distancia entre ellos, intento limpiar el labial de su barbilla y le mostro su dedo manchado.

- A esto me refiero, tienes el labial por toda la boca como si...

- ¿Cómo si me hubiera besado apasionadamente con alguien?

Gianluca abrió los ojos con sorpresa, se quedó sin habla.

Gwen solo tomo una servilleta y comienzo a limpiarse con más fuerza mientras salía del lugar, sin darle tiempo a él de cuestionarla.

Mientras se dirigía al baño para componerse no solo el labial, si no el maquillaje entero, Gwendolyne, es decir, Alessandra, sonreía contenta de su logro.

- Uno menos... faltan dos. – dijo, y nadie la escucho.


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HOLA A TOD@S!

ME DISCULPO POR HABER TENIDO A HISTORIA ABANDONADA.

HARE LO POCIBLE POR NO VOLVERLO A HACER.

GRACIAS POR SEGUIR LEYENDO. POR SUS MENSAJES, POR SUS COMENTARIOS... POR TODO EL APOYO QUE ME DAN. DE VERDAD NO SABEN COMO ME ALIENTA EL SABER QUE LES GUSTA LA HISTORIA. GRACIAS POR HACER ESTE SUEÑO POSIBLE.

OJALA QUE LES SIGA GUSTANDO LEERME Y QUE SE SIGAN EMOSIONANDO CON CADA CAPITULO.

YA SABEN QUE ESTOY PARA USTEDES PARA CUALQIER DUDA O PREGUNTA O SUGERENCIA.

NOS LEEMOS PRONTO.

QUEDO PARA USTEDES

WRITERROSSES 

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