il mio amore per l'eternità

~Reborn x Luce~

El hitman volteó la mirada hacia su derecha, en la silla de al lado se encontraba arrecostada una hermosa mujer de cabello negro azulado y dulces ojos color zafiro, quién tenía una pequeña marca en su mejilla izquierda y el vientre tiernamente hinchado. La mujer que él amaba con todo su ser; Luce.

El hitman dió un ligero suspiro mirando la taza entre sus manos, mientras veía su reflejo a través del café antes de volver de nuevo la mirada hacia ella. Luce lo volteó a ver regalandole una cálida sonrisa, Reborn escondió su rostro bajo su fedora ocultando un leve sonrojo y desviando la mirada.

¿Sucede algo?— preguntó Luce con su dulce voz mientras sonreía acariciando su abultado vientre.

Reborn solamente negó con la cabeza dándole un sorbo a su expreso. Luce no dijo nada y sólo miró el nocturno cielo estrellado con hermosa luna llena aún acariciando su vientre. El padre del hijo que esperaba Luce no había vuelto por ella. Reborn siempre la protegió y cuidó de ella, pues Luce siempre fue amable y una mujer sonriente y eso lo había enamorado.

El hombre la miró nuevamente unos segundos, se levantó de su asiento y se dirigió a la de ojos zafiro, se incó delante de ella tomándola de las manos mientras sus ojos negros se posaban en los azules de ella.

Luce ladeó un poco la cabeza en forma de confusión; el hombre habló.

Ti amo, Luce— confesó el hitman mientras besaba el dorso de la mano de Luce —Déjame estar contigo y hacerte feliz. Prometo que cuidaré de este bebé como si fuera mío, lo criamremos juntos— prometió, la mujer estaba sorprendida.

Reborn esperaba la respuesta de la mujer con paciencia. Luce sonrió con dulzura y acarició la mejilla de Reborn con ternura.

Lo acepto Reborn, sé que cuidarás bien de mi bebé— dijo la de ojos zafiro sonriendo tiernamente.

Reborn la abrazó apoyando su mejilla en el pecho de Luce, sus latidos eran reconfortantes y le brindaban paz al hitman. La de ojos zafiro le quitó la fedora dejandola a un lado y comenzó a acariciar los negros cabellos del hombre con cariño. Reborn acarició el vientre de Luce con dulzura dando un suave beso en él, sin poder evitar que una sonrisa leve se formara en sus labios.

El de ojos negros se separó un poco de la mujer para mirarla a los ojos, era verdaderamente hermosa, realmente la amaba. Reborn se acercó al rostro de ella y juntó sus labios con los de Luce en un cálido beso que emitía los sentimientos del hitman hacia ella; Luce correspondió el beso colocando su mano en la nuca de él, pues Luce también amaba a Reborn. El beso era paciente y con amor, pero al ser Reborn había un deje de pasión en aquel beso.

El arcobaleno del sol abrió los ojos encontrándose con la luna llena. Luce fue la única mujer a la que Reborn amó realmente, ella fue la única que había conquistado el corazón del hitman y, a pesar de que ahora estuviera Bianchi, su corazón siempre sería de Luce.

El pequeño hitman contempló la luna mientras que a su mente llegó el hermoso y sonriente rostro de Luce.

—Mi corazón será tuyo para siempre, mi amore— Dijo el arcobaleno casi en susurro recordando a su dulce y amada arcobaleno del Cielo.

~Yamamoto x Haru~

La castaña caminaba por las calles de Namimori, era un lindo atardecer pero las nubes oscuras se hicieron presentes rápidamente dando indicios de que la lluvia caería sin previo aviso.

Mientras seguía su camino, Haru miró  a sus alrededores y vió una escena que le rompió el corazón al instante; Tsuna estaba junto a Chrome y ambos se daban un dulce beso. Parecían bastante felices y tímidos a la vez, casi como unos novatos iniciando una relación.

La lluvia comenzó a caer, Tsuna y Chrome se fueron de allí bajo una sombrilla que había traído el castaño, mientras el agua empapaba a Haru quién lloraba al saber que la persona que quería estaba con alguien más. La chica corrió hacia el lado contrario de donde se habían ido el castaño y la pelivioleta.

Haru chocó contra el pecho de alguien, volteó a ver a esa persona, lo conocía. Era aquel moreno de alegre sonrisa y expresión despreocupada; Yamamoto Takeshi, uno de los mejores amigos de Tsuna.

—Haru lo siente— sollozó la joven con su voz temblorosa.

El moreno la miró preocupado mientras la tomaba de los hombros con suavidad.

—¿Que tienes, Haru?— preguntó Yamamoto con preocupación.

— No es nada— dijo la castaña agachando la cabeza mirando al suelo.

— Mírate, estas empapada. Ven, te llevaré a mi casa. Puedes secarte y te puedo preparar algo de sushi— dijo el moreno con una sonrisa compasiva y comenzando a caminar junto a ella.

Estando en la casa de Yamamoto, el moreno le dió ropa seca para que se cambiase; Haru la tomó y se fue a cambiar luego volvió a donde se encontraba Takeshi.

—Ahora sí ¿Que sucedió Haru?— preguntó el moreno quién estaba frente a Haru.

— Tsuna no ama a Haru, Tsuna ama a Chrome. Nadie ama a Haru— dijo la castaña mientras las lágrimas volvían a salirde sus orbes color marrón.

Takeshi la tomó por los hombros mientras la miraba directamente a los ojos con expresión seria, lo cual era bastante raro de ver en él y eso había sorprendido un poco a la fémina.

—Sí hay alguien que ama a Haru y mucho— afirmó Takeshi con seriedad acercándose un poco a ella.

—¿Q-Quién?— preguntó Haru secando sus lágrimas con el dorso de sus manos.

— Yo. Yo amo a Haru— confesó Yamamoto estrechándola entre sus brazos, era un abrazo cálido y reconfortante.

La chica estaba sorprendida pero, en cierta forma, se sentía feliz y plena. No sabía el por qué, pero sinceramente deseaba con todo su ser que Yamamoto le dijera aquellas palabras. Siempre quiso que el moreno la amara y en ese momento se preguntó ¿Realmente amaba a Tsuna o simplemente nunca se dió de que lo dejó de amar hace mucho?

Haru se separó un poco de Yamamoto pero aún manteniendo el abrazo, su mirada estaba concentrada en el suelo. La castaña cerró sus ojos mientras se ponía de puntitas para alcanzar los labios de Takeshi y unirlos con los de ella, abrazó el cuello de Yamamoto quién no dudó un segundo en corresponderle.

Al parecer su único y verdadero amor siempre había sido Yamamoto. Dejó de amar a Tsuna hace mucho tiempo, pues siempre se sentía más cómoda y feliz al lado de Takeshi. El moreno realmente la amaba y siempre estaría con ella a pesar de todo, siempre la amaría. Ambos estaban destinados a estar juntos.

~Tsuna x Chrome~

La pelivioleta se encontraba sentada en una esquina de la abandonada sala en Kokuyo Land. Una pequeña lágrima salió de su ojo resbalando por su mejilla hasta caer por su barbilla, y otras más salieron después de esta.

La joven escondió su rostro entre sus rodillas. Los sollozos se comenzaron a escuchar por toda esa abandonada sala ¿Por que estaba llorando? Eso es simple; su amor no era correspondido.

Chrome sabía que su jefe, el amor de su vida, estaba enamorado de otra. Él sólo tenía ojos para Sasagawa Kyoko, una de sus compañeras de clase. La pelivioleta no la culpaba de ello, Kyoko era hermosa, era alegre y brillante; además, tenía sus dos ojos y tenía sus órganos internos, cosa que la ojivioleta no poseía pues los había perdido en un accidente.

Aquella ilusionista vivía enamorada de Sawada Tsunayoshi, aunque al principio sólo estaba agradecida con él y lo admiraba, pero poco a poco sus sentimientos se transformaron en amor, el cual no era correspondido.

Chrome siguió llorando, al fin y al cabo estaba sola en Kokuyo Land pues Ken y Chikusa habían salido por órdenes de Mukuro.

—¿Chrome?— Se escuchó la dulce voz de un joven, era Tsuna.

La chica se sobresaltó al escuchar la voz de su jefe, secó sus lágrimas con rapidez y se puso de pie. Tsuna entró al lugar donde la pelivioleta se encontraba.

— Jefe— pronunció la chica en forma de saludo.

— Chrome, te he estado buscando— dijo el castaño dando un suspiro de alivio.

—¿Para que me buscaba?— inquirió la pelivioleta ladeando un poco la cabeza.

— Veras...— El chico rascó su nuca desviando su mirada, había comenzado a ponerse nervioso —Yo...— Tsuna cortó la frase de inmediato al ver como el ojo visible de Chrome estaba ligeramente hinchado, se notaba que había llorado —¿Chrome?— El joven se acercó a la chica.

—¿Que sucede?— La pelivioleta se puso un poco nerviosa y tensa por la cercanía de su jefe.

—¿Que te pasó? ¿Por que llorabas?— preguntó el jefe Vongola con preocupación.

—No es nada, jefe— respondió ella —Debo irme— Trató de alejarse, pero Tsuna la tomó del brazo haciéndola voltear.

—¿Cómo que no es nada? Estabas llorando, además intentas huir de mí— inquirió el castaño con cierta tristeza reflejada en su mirada avellana.

—Yo no...— Chrome intentaba hablar, pero simplemente las palabras no salían — ... Es sólo que...— continuó, las lágrimas salieron de nuevo, eso preocupó aún más a Tsuna — Jefe, usted ama a Kyoko y yo amo al jefe— La pelivioleta estaba sonrojada y las lágrimas no paraban de salir —No culpo a Kyoko, es hermosa, es divertida, amable y dulce; además, tiene sus órganos funcionado y sus dos ojos, los cuales yo no tengo— Comenzó a sollozar.

Tsuna se quedó perplejo y parpadeó un par de veces. Miró a Chrome con dulzura, sonriendo de la misma manera, y se acercó a ella, seguidamente limpio con cariño las lágrimas que salían por el ojo violeta de su amada ilusionista.

—Yo no ya no estoy enamorado de Kyoko— dijo el castaño con su cálida y dulce sonrisa —Yo te amo a ti Chrome, eres la única que me ha prestado atención— La tomó de las mejillas —No importa si no tienes todos tus órganos o perdiste uno de tus hermosos ojos, yo te amo como eres, eres perfecta para mi tal y como estas— El castaño unió sus labios con los de la pelivioleta en un dulce y cariñoso beso.

Chrome estaba sorprendida ante la repentina acción de su jefe, pero cedió ante el beso correspondiéndolo y cerrando sus ojos.

El beso duró lo suficiente como para que ambos se quedaran sin aliento. Se miraron a los ojos y seguidamente se abrazaron pronunciando un "Te amo"

~Lambo x I-Pin~

I-Pin se encontraba concentrada leyendo un libro, actualmente la china tenía quince años de edad. La joven de cabello azabache atado en dos trenzas estaba en la inmensa biblioteca de la mansión Vongola, el libro que leía trataba de dos jóvenes que se enamoraron al verse por primera vez, las familias de ambos estaban en conflicto pero ellos se veían a escondidas, el libro se llamaba "Romeo y Julieta" la china estaba conmovida por aquella historia.

— Yare yare~ ¿Donde estará metida?— inquirió una voz que provenía desde la entrada de la biblioteca. El joven tenía el cabello negro y ojos color esmeralda —Oh, allí está— murmuró al ver a I-Pin, concentrada leyendo.

Lambo se acercó a ella por detrás con cautela. La china sintió una respiración en su nuca, alterada golpeó a esa persona, era Lambo. Sin notarlo la bazooka de los diez años cayó sobre ella. I-Pin cerró sus ojos.

La chica abrió los ojos, estaba acostada en una cama bastante suave, sintió como un fuertes y cálidos brazos la abrazaban por la cintura, se dió vuelta encontrando un rostro familiar; Lambo. Ella lo vio detenidamente, era Lambo, pero se veía un poco más adulto y maduro, el hombre sonrió de lado.

I-Pin sintió algo suave y húmedo sobre sus labios, el Lambo del futuro la besaba con ternura y pasión juntas, la joven estaba sorprendida, el hombre se separó de ella.

—Nos veremos pronto, mi dulce y amada I-Pin— dijo Lambo con su voz grave y seductora en el oído de la jovencita.

Mientras tanto con Lambo, frente al chico había una hermosa mujer, era I-Pin solamente que era la de diez años en el futuro. La mujer lo miró y sonrió con dulzura, se acercó al chico y le dió un cálido abrazo.

—Mi amado Lambo— susurró la china abrazando al chico.

La I-Pin adulta besó con cariño los labios del joven Lambo unos segundos para luego separarse de él dejandolo sonrojado, I-Pin le sonrió con calidez hasta que un humo rosa envolvió a la mujer.

Mientras con I-Pin, el Lambo adulto la tenía abrazada hasta que un humo rosa envolvió a la adolescente, en un parpadeo se encontraba nuevamente en la biblioteca y frente a ella un joven Lambo de quince años totalmente sonrojado, seguramente ella estaba en las mismas condiciones.

Lambo miró a I-Pin, ella era hermosa y muy tierna. I-Pin miró a Lambo, él era atractivo y seductor.

Sin previo aviso Lambo tomó a I-Pin de la cintura y la atrajo hacia sí, acto seguido unió las bocas de ambos en un beso, era un beso apasionado pero dulce a la vez, I-Pin correspondió encerrando el cuello del chico entre sus brazos. Ese sería el comienzo de una hermosa relación.

Con los Lambo e I-Pin adultos, la mujer estaba acostada nuevamente en su cama y frente a ella vio el rostro de su esposo quién le sonreía seductoramente. El hombre besó a su esposa con pasión, ella era su mujer y sólo suya; I-Pin correspondió el beso abrazando el cuello de su marido. Esa noche, la pobre mujer no iba a dormir, su esposo era apasionado y, para suerte de él, su esposa era igual.

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Este es el final, ojalá les hayan gustado estos pequeños one-shots.

Son de mis parejas favoritas de KHR, ojalá a ustedes también les gusten.

Me despido, Aly las ama con el kokoro.

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