🌻Consejos [Parte 2]🌻
—Y luego, Komaeda-kun, se estrelló contra la pared—Les relató a sus amigas Ibuki—. Mikan dice que estará en la enfermería dos días completos.
La enfermera se limpió las lágrimas y se sonó la nariz. Estaba tan preocupada por su amigo que causaba que tuviera incontables ganas de llorar.
—¡Tendrían que haber visto su estado!—Sollozó—. También se cortó —Agregó— con los vidrios de una de las ventanas.
Nanami dormía en la mesa del almuerzo y Pekoyama estaba sumergida en sus pensamientos.
—Chicas—Trató de llamar la atención de ambas—. Están desincronizadas. A Ibuki no le gusta—Golpeó la madera—. En una banda lo importante es la sincronización.
La joven de cabello rosado se frotó los ojos y bostezó. Los vanos intentos de su amiga al fin habían dado resultado.
—Lo siento, Ibuki-chan—Cerró los ojos y volvió a abrirlos rápidamente— . Anoche tuve una competencia de videojuegos con Hajime.
Se produjo un silencio en la mesa, incluso Mikan dejó de llorar.
—¿Hajime?—Se interesó la espadachina.
—¿Anoche? ¿Competencia de videojuegos?—Se alarmó Tsumiki. Su rostro se cubrió de un rojo carmesí —. No quería. No estaba pensando en...—Ocultó su rostro pero su débil voz fue interrumpida por Ibuki.
—¡Saliendo están!—Imitó una melodía —. ¡¿Cuándo ibas a contarle a Ibuki?!—Se horrorizó.
Pekoyama apartó la vista. Ahora sabía lo que iba a venir: un interrogatorio completo.
—¡Peko-chan!—La sacó de sus pensamientos Ibuki, nuevamente.
La espadachina vio a Nanami que escondía su rostro y había vuelto a dormirse. Supuso que ella había querido evadir el tema. Mikan tenía puesta su atención, al igual que Mioda, en ella.
—Muy pensativa para el gusto de Ibuki—Se quejó la música.
—Peko-chan, puedes contarnos—Se animó a decirle la enfermera.
Después de un largo silencio, ella se atrevió a hablar.
—El joven señor ha estado muy raro—Cuando lo dijo algo se removió en su interior pero no supo qué.
—¿Kuzuryu-kun?—Ibuki llevó sus manos a su frente y cerró los ojos. Apretó un dedo de cada mano en ella, tratando de concentrarse.
—¿De qué forma?—Se apartó un poco Mikan para no estorbar la perfecta concentración de su amiga.
—Ha estado hablando de salir a diferentes lugares. Quizás quiere que siga a alguien y lo mate—Serenidad en su voz.
Mikan se quedó muda y, repentinamente, se desmayó.
—¡Ibuki tiene la respuesta!—Dijo con triunfo la música—. ¡¿Eh?!—Se sorprendió al ver a Tsumiki descansando en el suelo—. Él quiere invitarte a salir.
Pekoyama permaneció neutral, sin ninguna expresión en su rostro. Sin embargo, por dentro sentía un ligera alegría.
—Ya veo.
—¿Tan fría?—Se recompuso Tsumiki—. ¿No te agrada la idea?
—Sí—Ocultó su sonrojo con su cara de poker habitual.
—¡Ibuki lo entiende! ¡Peko-chan está enamorada!—Gritó con todas sus fuerzas.
Afortunadamente, la cafetería, estaba vacía.
—No hay duda—Expresó Nanami, somnolienta—. Primero deberías...
Sus amigas comenzaron a hablarle tan rápido que apenas podía seguirlas. Sin embargo, se alegró que ellas se preocuparan.
—Gracias—Les sonrió.
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