5🖍

Damon se giró y cubrió con la sábana, si le preguntaban diría que estaba muriendo internamente de la vergüenza, que este Alfa lo viese en esta situación fue difícil, tener que soportar todo eso una tortura y no imaginaba como se estaba sintiendo él.

—Agradezco mucho tu ayuda, pero no entiendo como sabes donde vivo o por qué viniste —Misel ignoró su pregunta leyendo el nombre de algunos medicamentos, él puso dos tirillas en la mesilla de noche.

—Deberías tomar antibióticos, consúltalo con un médico —Damon asintió.

—¿Vas a contestarme? —Misel caminó al armario y dejó el botiquín, luego se sentó en una silla frente a él.

—Yulián estaba preocupado y me envió aquí.

—Entonces ya está despierto.

—Sí, y evidentemente intentó contactar contigo, pero no pudo, así que me llamó a mí —Damon resopló con una risilla irónica.

—¿Desde cuándo se hablan ustedes?

—No lo hacemos —murmuró con un encogimiento de hombros —. De alguna manera terminaré trabajando en lugar de Darien y tú me vigilarás, pensó que esa era una buena idea.

—Claro y obedeciste porque ahora se quieren muchísimo.

—No particularmente —murmuró por lo bajo, Damon abrió los ojos dándose cuenta de la situación.

—Oh, te amenazó.

—Sí, se podría decir eso —replicó achicando los ojos, Damon alejó la mirada de él.

—Al menos ya está despierto.

—¿No le contarás sobre esto? —Damon resopló girándose de lado en busca de alivio.

—¿Estás loco? Yulián no puede saber nada.

—¿Él no sabe de tus relaciones? —Damon se sentó haciendo que su trasero doliese, hizo una mueca, pero vio a Misel seriamente.

—¿Qué, que estoy tan torcido que me acuesto con Alfas? No, no lo sabe y no tiene por qué saberlo —Misel tragó.

—Pensé que estabas enamorado de él.

Damon sonrió de medio lado, nunca se había interesado en Yulián, eso sería demasiado asqueroso y retorcido, sólo lo veía como un hermano mayor.

—Y yo creo haberte dicho que mi relación con Yulián no se basaba en eso, él me salvó la vida, cuidó de mi después de que mataran a mis padres.

—Lo siento —murmuró, Damon se encogió de hombros.

—No me importa, se lo merecían.

—Acuéstate de nuevo —Damon obedeció, de todas formas, dolía demasiado, Misel suspiró peinándose hacia atrás.

—¿Qué se supone que estás haciendo?

—No entiendo la pregunta —dijo viendo hacia el techo.

—Con estos Alfas.

—Lo que necesito hacer —murmuró, Misel suspiró.

—¿Crees que esto es saludable?

Damon lo miró ladeando la cabeza, sabía que era peligroso, estos Alfas con los que salía se volvían un poco obsesivos por el simple hecho de salir con un Alfa, de poder hacer lo que quisieran con alguien que tenía su mismo rango, de denigrarlo.

—Es la primera vez que me pasa, nunca los dejo llegar a estos extremos —Misel abrió los ojos.

—¿Dejas llegar…?

—Sí, siempre me deshago de ellos antes del mes o se tornan peligrosos —Misel suspiró sin entenderlo, Damon no esperaba que lo hiciera y mucho menos aprobara lo que hacía.

—¿Sabe este imbécil a lo que te dedicas?

Damon llevó una mano a su cuello y sonrió de medio lado.

—Bueno, espero que haya hecho esto sabiendo bien a lo que se arriesgaba, porque en serio voy a matarlo la próxima vez que lo vea.

Misel se quedó callado por unos minutos, Damon pensó que finalmente optaría por irse, pero no fue así.

—¿De verdad es necesario ponerte en este tipo de situación?

Damon se carcajeó sin diversión alguna, nadie más que él había pensado seriamente en ello, estaba sufriendo por eso.

—¿Quieres saber si puedo dejar de acostarme con Alfas?

—No, yo…

—No puedo —respondió interrumpiéndolo—. Soy un Alfa defectuoso, no puedo hacer nada sobre eso.

—No quise decir eso.

—Lo dije yo, así que no te preocupes por ello, he pasado celos con Omegas y no es aconsejable, los rechazo por completo hasta el punto de hacerles daño y no quiero hacer eso de nuevo —Misel frunció las cejas pensando en ello.

—¿Entonces los celos con Alfas si te funcionan?

—En efecto, funcionan perfectamente —Misel lo miró, Damon no supo interpretar su mirada así que sólo resopló—. ¿Qué? Soy un fenómeno.

—No hables así de ti mismo.  

—Esto es lo que soy —murmuró, Misel se puso de pie y sonrió de medio lado, estaba incómodo, se le veía perfectamente, Damon hizo que fuese una situación incómoda.

—Debería irme.

—Déjame acompañarte —dijo tratando de levantarse, Misel colocó una mano en su pecho y lo presionó contra el colchón.

—No es necesario, descansa, conozco la salida.

Misel se retiró, Damon vio su espalda y luego se quedó solo en la habitación, escuchó el ruido de la puerta al cerrarse, ahora la casa se sentía terriblemente grande sin su presencia.

Damon tomó la sábana y se cubrió con ella hasta la cabeza, olía a tierra mojada, ese era el aroma de Yulián, era una pena que ese Alfa no dejase su aroma a coco en ningún lado.

Joder ¿Qué eran estos pensamientos por alguien a quien ni siquiera había besado?

Era un tonto.

……

Misel saludó a Karl y entró a la oficina de Darien, su escritorio estaba ordenado, cada lápiz en su lugar por lo que no sería difícil adaptarse a esto.

Miró el plano sobre la mesa y frunció el ceño, al parecer Darien tenía trabajo atrasado y por suerte era sumamente organizado, las notas que había tomado estaban en su agenda, ya se reuniría más tarde con su contratante para arreglar el proyecto y presentarse.

Misel miró hacia la puerta cuando esta se abrió, Damon lo saludó y caminó directamente al asiento que solía utilizar, lo vio hacer una mueca mientras se sentaba, nada de posiciones extrañas esta vez.

Misel tragó, no quería tocar ese tema, pero no podía evitarlo para siempre, además, estaba un poco preocupado.

—¿Estás bien?

—Sí —murmuró Misel acotejándose, Misel se peinó hacia atrás.

—¿Hablaste con un médico?

—Sí, me dijo que tomara antibióticos y reposara.

—¿Por qué no le dijiste a Yulián que te diera unos días libres? No haré nada indebido —los ojos de Damon se colorearon de dorado, sonrió enseñando sus caninos.

—¿Y qué excusa quieres que le dé? No puedo decirle sobre eso —Misel negó mirando su aspecto, estaba claro que dolía.

—Pero venir de esa forma…

—Está bien, soy un Alfa, no voy a romperme por esto, curaré en unos días, tenemos una capacidad de recuperación más rápida —Misel tomó un bolígrafo y miró hacia el plano.

—¿Sabes dónde encontrar a ese Alfa?

—Lo sé, iré a buscarlo cuando me sienta mejor, todavía es difícil moverme con normalidad.

—¿Qué harás con él?

—¿Qué crees que le haré después de lo que me hizo? —preguntó mirándolo directamente, Misel se estremeció tomando la libreta de apuntes.

—¿Cómo está Darien? —preguntó de forma casual, Damon lo devolvió de igual forma.

—¿Todavía te gusta?

—¿Qué? —Misel dejó la agenda en el escritorio y frunció el ceño, Damon sonrió con ironía.

—Pregunté si todavía te gusta.

—No tengo porque contestarte eso —gruñó, Damon respondió de igual forma con un gruñido cortante.

—Yo tampoco tengo que contestarte sobre la vida de un Omega que no te pertenece.

Misel mordió su labio inferior haciendo una anotación, Damon tomó su teléfono y se entretuvo con él hasta que volvió a hablar minutos después.

—Sólo quería saber si él y el cachorro estaban bien — murmuró.

Misel admitía que le gustaba el Omega aún ahora, pero estaba al corriente de que ya estaba saliendo en serio con Yulián, nunca se interpondría en algo así, sólo lo intentó cuando pensó que tendría una oportunidad y sus impulsos hicieron las cosas difíciles.

—Están bien, él y los dos cachorros —respondió Damon con una sonrisa, Misel pestañeó.

—¿Dos?

—Sí, son dos.

—Me alegro por ellos, es bueno que estén juntos de nuevo.

—¿Lo dices de corazón? — preguntó Damon metiéndose con él, su sonrisa era burlona.

—No vine aquí a chismear —gruñó rayando en el plano, Misel podría trabajar con las notas de Darien sin problema alguno.

Damon tomó su teléfono otra vez y se entretuvo con él mientras, Misel comenzó a trabajar en el plano, no era nada difícil, un centro comercial de tres pisos era algo bastante común de hacer.

Adelantó el trabajo hasta que su teléfono sonó, Misel miró el número desconocido y frunció el ceño.

—¿Hola?

Hijo, que bueno que respondes —dijo su madre del otro lado, Misel se erizó escuchando su voz, solía evitar estas conversaciones, evitaba el contacto por completo con ellos luego de lo que había pasado.

—Te dije que no me llamaras ¿Cómo conseguiste mi número otra vez?

Cariño ¿puedes visitarnos, no es hora de que lo conozcas? — Misel apretó el bolígrafo en su mano y gruñó tan fuerte que Damon lo miró con sorpresa.

Estaba comenzando a enojarse, demasiado.

—No, no quiero ver esa cosa, ustedes quisieron quedarse con eso, así que ahora no me llamen para verlo —su madre lloriqueó.

No hables así de tu…

—No es nada mío, ahora voy a colgar, tengo trabajo —dijo colgando y prácticamente tirando el teléfono en el escritorio, Damon lo miró.

—¿Todo bien?

—Sí, la vida de un Alfa que no es de tu propiedad no es de tu incumbencia —gruñó con malhumor, Damon abrió los ojos por un momento y luego mordió su labio inferior.

—Lo siento, no pretendía…

—Sólo cállate —dijo dando un golpe, Damon no volvió a abrir la boca después de eso.

Misel trabajó en el plano hasta que fue hora de irse, las cosas entre Damon y él se tornaron incómodas luego de la interacción, sabía que estaba canalizando toda su frustración en la persona equivocada, él no tenía la culpa de ese incidente.

No tenía nada que ver con ello, pero le enojaba de todas formas.

Damon se levantó de su asiento cuando fue justo la hora de irse y caminó directamente a la puerta, él no se veía herido, pareciera como si todo estuviese bien, pero Misel sabía perfectamente que tan herido estaba después de curarlo el día de ayer.

—Lo siento —dijo levantándose de su asiento, Damon se detuvo y se giró antes de abrir la puerta.

—No necesitas disculparte por algo que fue totalmente mi culpa, no somos amigos, sólo somos conocidos así que no tienes por qué contarme nada de tu vida, es cierto que no me importa —Misel se acercó, pero sus palabras se quedaron a mitad viéndolo.

—No quise…

—¿Qué no quisiste?

—Te hablé mal cuando no tienes la culpa de mis problemas, me disculpo por ello —murmuró, Damon arqueó una ceja mirando entre ellos.

—¿Por qué estás tan cerca?

—Yo… lo hice sin darme cuenta —dijo dando un paso atrás, Damon estiró un brazo y lo agarró del frente de su camisa.

—Te dije que estaba bien, Misel, pero sigues insistiendo y poniéndome nervioso con tu cercanía.

—Lo siento, no quise intimidarte.

—¿Intimidarme? —repitió con una risa burlona—. No, confundes las cosas, no me siento intimidado por ningún Alfa, eso haría las cosas difíciles a la hora de tener sexo con ellos.

—¿Qué?

Damon sonrió de medio lado acercándose a su rostro mucho más de lo necesario.

—Te dije el día que nos conocimos que tu aroma me ponía inquieto, pero no porque me intimides. 

—¿Entonces por qué?

—Me encanta tu aroma, Misel —murmuró contra sus labios.

Misel lo miró paralizado, no estaba entendiendo para nada esta situación, Damon estaba demasiado cerca de él, sus palabras eran una caricia silenciosa recorriendo cada fibra nerviosa de su cuerpo.

Sus extremidades temblaron, pero su mente estaba en blanco, no podía pensar absolutamente nada, ni siquiera en las razones para alejarlo, Damon miró hacia sus labios y luego los juntó con los suyos en una débil caricia, su lengua recorrió el labio inferior.

Misel pestañeó con confusión, su cuerpo no obedecía las órdenes, Damon lo tomó de las mejillas y deslizó la lengua en el interior de su boca explorando cada rincón, no devolvió el beso, estaba demasiado ocupado entrando en pánico como para eso.

A Damon no le importó él se entretuvo cuanto quiso y al separarse lo miró con una sonrisa ladeada, sus ojos estaban completamente dorados, sus labios húmedos y rojos.  

—Estoy seguro de que la próxima vez no te acercarás tanto a mí —susurró, Misel enrojeció llevando una mano a su boca, Damon se retiró con una altanera sonrisa.

¿En qué pensaba ese Alfa?

Lo había besado.

Tuvo su lengua en…

Dios santo, iba a perder la cabeza, ese beso…

No estuvo mal.

Misel negó y regresó al escritorio mirando los planos, podía sentir sus mejillas rojas, su corazón latiendo a toda velocidad, sus manos sudorosas, parecía un adolescente que acababa de tener su primer beso.

Era su primer beso.

Con un Alfa.

Maldición, eso no podía repetirse otra vez o en serio estaría en problemas.

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