19🖍
Damon hizo una mueca apenas llegó a casa, esa beta que tenía que ver con la cuestión de la adopción de Mikel estaba ahí, ella sonrió de medio cuando lo vio, a su lado estaba un hombre de mediana edad, no parecía contento.
—Papá D —mencionó el cachorro corriendo hacia él, Damon lo cargó y caminó hacia los invitados, tomó asiento luego de saludar.
—Justo estábamos hablando sobre usted, Damon Whitman —Damon suspiró ante el tono en el que mencionó su apellido, Misel abrió los ojos sorprendido, él no sabía sobre ese detalle.
—¿En serio? ¿Puedo saberlo? —la mujer arregló sus anteojos y miró al hombre a su lado por un momento.
—Sí, justo estaba diciéndole al señor Prim de su estatus como Alfa.
—¿Es eso tan interesante? —preguntó sentando al cachorro en las piernas de su abuela, Damon le dio una paleta de su bolsillo.
—Sí, ya que usted está con el padre del cachorro por el que estamos preocupados.
Damon se echó a reír, esto era tan falso.
—Es notable lo mucho que se preocupan por pequeños detalles insignificantes y dejan a otros niños con padres que los golpean todo el tiempo, ¿dónde están en esos casos?
—No estamos aquí para hablar sobre esos casos, vinimos a hablar sobre Mikel —Damon arqueó una ceja.
—¿Y bien?
—Estamos preocupados por el tipo de estabilidad emocional que tendría ese niño.
—¿En qué afecto yo su estabilidad emocional?
—Simplemente con su presencia, eso es confuso para el niño, usted es un Alfa, su padre también, ¿qué tipo de enseñanza le están brindando?
Damon apretó los labios, esta era la conversación más absurda de su vida y estaba seguro de que seguiría escuchando cosas peores.
—Mikel ni siquiera sabe sobre Alfas u Omegas.
—Pero en algún momento lo aprenderá y se dará cuenta de que hay algo mal con las personas alrededor.
Misel se puso de pie y fulminó a la mujer con la mirada, ella lo miró de vuelta dejándolo pasmado en su lugar.
—Misel, ya hablamos contigo, si no quieres que te quitemos al niño espera sentado sin interrumpirnos —Misel apretó la mandíbula y se sentó.
—Esto es claramente un abuso de poder —replicó arqueando una ceja, la mujer sonrió de medio lado.
—¿Crees que estás en posición para decirlo? ¿Alguien los apoyará si van a quejarse? Son ustedes los que están haciendo algo malo aquí.
—No pueden probar que exista algún tipo de abuso por el que tengan que sacar a Mikel de aquí, no es válida la excusa que usan —la mujer miró su libreta de apuntes y luego a él.
—Desde tu presentación no has tenido ni una pareja estable, ¿eso está bien? Ninguno fue Omega y duraron un mes como máximo.
—Eso no entra en la cuestión.
Ella se encogió de hombros.
—Estuviste saltando de familia de acogida desde los tres años, sus últimos padres están muertos, ¿puede decirme la causa?
—Los asesinaron, no hay nada que ocultar.
—Fue adoptado por Yulián Whitman, otra de sus parejas sexuales, aunque estuviese casado, ¿esos son los valores que le enseñará al cachorro? ¿Qué podría enseñarle a ese cachorro cuando nunca le enseñaron nada?
—Eso fue muy grosero —gruñó, incluso metieron a Yulián en todo ese problema, Damon no le veía sentido a negar nada, ellos ya habían tomado una decisión, no importaba lo que dijese.
—Tienes diecinueve años solamente, no puedes con tanta responsabilidad teniendo en cuenta el caos en tu vida.
—Esta no es una visita para saber si Mikel está bien o no, simplemente es una advertencia —ella se puso de pie, el hombre la siguió.
—No podemos tenerte cerca de ese niño, aceptar esto haría que se normalizara, además, tu trabajo es muy peligroso.
—Bien, entiendo —murmuró apartando la vista.
—Me alegra que entendieras esta charla, volveremos en una semana.
Damon cerró los ojos, sabía que tarde o temprano pasaría algo así, nada en su vida era bueno nunca, así que estuvo preparado.
Si no se iba separarían a Mikel de su padre una vez más y no quería eso, era bueno que se llevasen bien ahora, Misel no lo necesitaba para cuidar del cachorro, él mismo lo haría.
—Mamá, ¿puedes llevar a Mikel a jugar? —Regina suspiró y cargó al niño luego de darle una mirada.
Damon le sonrió de medio lado tratando de tranquilizarla, ella se llevó al niño escaleras arriba.
—Misel….
—¿Por qué no dijiste nada cuando dijeron que estabas con Yulián? —gruñó con exasperación—. ¿Por qué aceptaste salir de nuestras vidas con tanta facilidad?
Damon mordió su labio inferior, quería llorar, pero no era el lugar ni el momento para hacerlo.
—¿Crees que esto es fácil? ¿De verdad piensas que algo de lo que yo dijese los haría cambiar de opinión? Ya habían tomado una decisión, sólo vinieron a informarla.
—¿Vas a irte?
—Es lo mejor para ustedes —dijo alejándose de su mirada, Misel negó.
—¿Mikel no significa nada para ti?
—Sabes perfectamente que amo a ese cachorro y por eso estoy dispuesto a irme.
—No te vayas entonces —murmuró agarrándolo de los brazos, Damon lo empujó.
—¿Estás dispuesto a perder a tu hijo simplemente porque te gusta follar conmigo?
—¿Qué? —Damon no pudo identificar el motivo por el que Misel se veía tan dolido.
—Misel, sólo olvídate de mi existencia y busca a un Omega con el cual puedas criar al cachorro, es lo más conveniente.
—No —Damon sonrió mirándolo, no entendía esta actitud.
—Fue interesante mientras duró, pero sé qué esperar de un Alfa, estas relaciones desde el principio no deben existir, ya te dije que las relaciones normales son para Alfa y Omega, no romantizo mis relaciones.
—Damon…
Damon negó, no podía pensar más allá de lo que podía permitirse, Misel tampoco aceptaría nada entre ellos, él sólo estaba insistiendo porque se sentía culpable, ya que tendría que separarse de Mikel de esta forma.
Damon le daría una salida limpia de todo esto.
—No busco ramos de rosas o un te amo, creo que lo nuestro se pasó de tiempo, deberías estar orgulloso, eres el Alfa con el que más he durado y fue agradable, iré a recoger mis cosas.
……
Misel se quedó en blanco mientras veía a Damon subir las escaleras, aun no comprendía porqué estaba pasando esto, apenas ayer aceptó sus sentimientos y ahora Damon se iría lejos.
Estaba fuera de su control, como todo en su vida, quería a Damon, quería que se quedara, pero si no cedía le quitarían al cachorro que prometió no decepcionar.
¿Por qué tenía escoger entre uno y el otro, por qué no podía quedarse con ambos?
Evidentemente pretendió abarcar demasiado y ahora estaba a punto de quedarse sin nada, en unas pocas horas todo su avance estaba al borde de una cuerda a punto de romperse.
Misel subió las escaleras y fue directo a la habitación, Damon en serio estaba haciendo su maleta, lo detuvo agarrándolo de la muñeca, Damon frunció el ceño y lo miró de manera filosa.
¿En serio merecía esa mirada?
En realidad, merecía cada cosa que le pasara luego de estar viviendo su vida mientras huía de su pasado, por ofrecerle un trato a Damon del que ahora se arrepentía.
No tenía derecho a retenerlo, lo sabía, pero si no luchaba por lo que quería no tendría otra oportunidad, no esperaría por un milagro que no pasaría, si querías ser feliz tenías que lograrlo tú mismo.
—No te vayas —pidió mirándolo a los ojos.
—¿Abandonarás a tu hijo de nuevo? —preguntó calmadamente, Misel mordió su labio inferior apretando su agarre más de lo necesario.
—No, ¿por qué tengo que abandonar a alguno de ustedes?
Damon hizo una mueca y colocó su mano libre sobre la de él tratando de aflojar el agarre, Misel se relajó un poco y lo soltó.
—Misel, sé que estás asustado porque acabas de pensar en que no me tendrás ayudándote con el niño, pero tu madre está aquí, ni siquiera notarás que me fui.
—¿No lo notaré? —repitió como un autómata.
—No, en unos días estarás riéndote al recordar que intentabas retenerme.
¿Reír, con esta pesada carga que notaba en su pecho? Era imposible no notar que la persona que querías ya no estaba, a estas alturas era imposible desprenderse de cada cosa que sentía cuando apenas empezaba.
Este sentimiento no dejaría de crecer.
—¿De verdad piensas de esa forma? —Damon sonrió cerrando su maleta, él parecía ver toda la situación ridícula.
—Sí, tú no estás enamorado de mí, ni yo de ti —dijo mirándolo a los ojos, Misel sentía que no podía respirar, en algún momento tuvo la absurda esperanza de que él lo quisiera— . Esto es algo irrazonable, ya verás que pronto no me recordarás.
—Pero yo…
Damon lo tomó de las mejillas, sonrió, pero sus palabras no fueron tan gentiles como esa sonrisa.
—Me siento igual que tú respecto a nosotros —el corazón de Misel latió con fuerza, sus oídos estaban ruidosos, pero eso no le impidió seguir escuchando—. Nunca podría amar a alguien como tú, eso es bueno, ¿no? Ninguno de los dos sufrirá por un corazón roto.
Si él tampoco sufriría por un corazón roto como decía, ¿qué era esto que estaba sintiendo ahora mismo? Sus manos sudaban por la ansiedad, su pecho estaba oprimido, cada cosa dolía, cada palabra que escuchaba dejaba salir un nuevo síntoma.
Damon estaba equivocado.
—¿Qué hay del niño? —consiguió preguntar, él agarró la maleta y caminó hacia la puerta, se giró antes de salir.
—El niño también será capaz de olvidarme cuando no me vea constantemente a su alrededor.
—¿No importa lo que diga, no vas a quedarte?
—No, ya tuve suficiente de jugar a la casita, como ella dijo, es demasiada responsabilidad para alguien de diecinueve años, en algún momento me cansaré, así que es mejor que me vaya ahora —Misel tragó, se veía demasiado frío diciendo cada cosa, por lo que no tenía más alternativa que creerle—. Despídeme del cachorro.
Misel no lo creyó hasta que escuchó el sonido de la puerta en la planta baja siendo cerrada, se fue sin mirar atrás, quizás no era tan importante.
Nunca debió malinterpretar la gentileza de Damon con su hijo, nada fue para él.
Misel se sentó en el suelo y apoyó la espalda en la cama, no tenía idea de lo que había pasado, no sabía cómo sentirse, la opresión en su pecho se tornó un ardor insoportable.
¿Se sentiría de esta forma hasta olvidarse de él? ¿Era posible que pasara en esos pocos días que él había dicho? ¿Esto era tan insignificante?
No importaba, Damon no sentía nada por él, simplemente había malinterpretado las cosas.
Misel levantó la cabeza viendo a la persona que acababa de entrar, su madre estaba ahí y Mikel venía detrás de ella agarrado de su falda, Misel se echó a llorar llamándola.
Regina caminó hacia él y lo abrazó luego de sentarse a su lado, Misel agarró su brazo y lloriqueó con más fuerza.
—Él se fue —murmuró suavemente, Regina suspiró.
—¿No le dijiste?
—¿Para qué? Dijo que nunca podría amar a alguien como yo, que se alejaría sin arrepentimientos, que pronto lo olvidaríamos, pero no creo poder hacerlo, ¿qué hago ahora?
—¿Papá? —Misel abrió los ojos, por un momento había olvidado la presencia de Mikel, así que le sonrió suavemente.
—Mikel, lo siento, ven aquí —dijo palmeando sus piernas, Misel se sentó y lo miró.
—¿Por qué lloras? —preguntó colocando una mano en su mejilla, Misel se limpió.
—No te preocupes, ya no lo voy a hacer más.
—¿Y papá D? —Mikel miró a todas partes buscando algún rastro de Damon, ya sólo quedaba su aroma e incluso eso comenzaba a desaparecer.
—Tuvo que irse de viaje.
—¿Sin nosotros?
—Sí, estará allí un tiempo, pero me dijo que te amaba muchísimo y que le perdonaras por no despedirse —Mikel parecía confundido.
—¿Cuándo viene?
—No lo sé —admitió, no sabía si en verdad regresaría y decir esta mentira era lo mejor que podía hacer, los ojos de Mikel se cristalizaron, algunas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
—¿Ya no me quiere?
—Sí, si te quiere —dijo secándolas y besando su frente.
Mikel siguió llorando aferrado a él.
¿Olvidarlo con facilidad? ¿Cómo fue capaz de decir algo así e irse? Misel estaba seguro de que no lo harían, Damon había marcado sus vidas de una forma especial, fue quien hizo que se unieran.
Damon fue el primero en demostrarle amor de padre a un cachorro que le hacía falta, ¿todo fue él pretendiendo jugar a las casitas? ¿Se cansaría tarde o temprano?
Sólo dijo esas cosas para desligarse de la situación lo más rápido posible, sabía que estaba mintiendo, Damon quería a este cachorro incluso más que él.
¿Pero que podía hacer?
Nada.
Si lo hacía volver le quitarían el cachorro y entonces Damon se sentiría peor consigo mismo.
Costaba admitirlo, dolía, pero Damon hizo su elección y fue la correcta.
******
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top