14🖍

Damon sirvió la cena y colocó los platos frente a cada cual, dejó un beso sobre la cabeza de Mikel y se sentó en su lugar, Regina miraba a su hijo de forma nerviosa, el cachorro tampoco estaba cómodo.

—¿Van a comer o tengo que irme? —preguntó Misel mirando hacia su comida, Regina se concentró en su plato y tomó una cucharada.

—¿Se queda? —preguntó Mikel mirándolo, Misel levantó la vista mirando al niño, Mikel hizo una pequeña mueca.

—Sí, ahora vive aquí y comerá con nosotros también —respondió con una sonrisa, Misel gruñó.

—Ya coman y dejen de hablar.

—¿Podemos ver una película?

—Sí, ahora cómetelo, no dejes ni las verduras.

Todos comieron en silencio, Regina fue la primera en ponerse de pie pidiendo permiso y luego se levantó él, Damon se sorprendió al ver el plato de Misel y Mikel, ambos separaron las verduras hacia los bordes y evitaron comerlas.

Damon arqueó una ceja, Misel lo miró de vuelta captando su mirada.

—¿Qué? Lo de no dejar las verduras no era conmigo, no deberías ver ninguna película con él ya que no se alimenta bien, y subir conmigo —dijo con un encogimiento de hombros, Mikel dejó el cubierto sobre el plato y lo miró.

—¡No!

—Misel, deja de hacer eso —regañó, sabía perfectamente que Misel estaba molestándolo a propósito.

—Bien —murmuró levantándose y dejando el plato, Regina estaba lavándolos, Damon dejó el suyo y el de Mikel con ella.

Misel pretendía subir, pero lo agarró de la muñeca evitando que lo hiciera, Damon quería que padre e hijo pasaran tiempo juntos, que el vínculo entre ellos creciera, Misel miró hacia su mano y luego a él.

—¿Qué quieres?

—¿Por qué no ves la película con nosotros?

—¿Estás loco? No quiero tener nada que ver con esa cosa —Damon miró hacia abajo escuchando un lloriqueo, Mikel había escuchado a su padre y tenía los ojos húmedos—. Joder, es un maldito llorón —se quejó subiendo.

Damon apretó la mandíbula y cargó al cachorro, tendría que regañar a ese imbécil más tarde.

Mikel se quedó dormido a mitad de la película y Damon lo llevó a su cama después de darle las buenas noches a Regina, se dirigió a su habitación y suspiró, Misel estaba sentado en la cama leyendo un libro, él lo dejó sobre sus muslos cuando lo vio entrar.

—Báñate, no quiero ese aroma sobre mí —Damon gruñó y se bañó como le dijo, pero planeaba corregir ese comportamiento.

Se colocó una bata y caminó hasta la cama, Misel había dejado el libro bocabajo sobre la mesa de noche, su mirada estaba muy atenta en él.

Damon gateó sobre la cama hasta llegar a él y se colocó a horcajadas sobre sus muslos, Misel tragó mirándolo, los dedos de su mano derecha fueron directo a tocar su pezón izquierdo y luego pellizcó levemente haciéndolo gemir.

Damon tomó su mano y la apartó, Misel estaba confundido por la situación.

—Misel, sabes que tan bueno puede ser, puedo ser cooperativo con esto o no.

—¿A qué te refieres? —preguntó colocando las manos a ambos lados de su cintura.

—Necesito que los dos cooperemos con el trato que tenemos.

—Estoy cooperando, adoptaré a esa… —Damon le cubrió la boca y lo fulminó con la mirada.

—No le digas así, no es una cosa, es Mikel, es un cachorro, un niño, es tu hijo, Misel —Misel gruñó achicando los ojos y quitó su mano, se disponía a iniciar una pelea, Damon no lo dejó—. Si te molesta llamarlo por su nombre, no lo llames cosa, le haces daño a Mikel, piensa por lo menos un poco en él.

—Es una charla de alcoba bastante extraña —se quejó.

—No es una broma —Misel lo miró con ironía.

—¿Y qué harás, no dejarás que te toque si no te hago caso?

—No, hicimos un trato, quieres que cubra tus necesidades y eso haré, pero bien puedo acostarme y simplemente dejar que lo hagas, no será nada placentero para ninguno de los dos.

—Está bien, llamaré a esa c... —Misel se corrigió—, lo llamaré niño o cachorro —murmuró.

—Gracias

—No me agradezcas, no lo hago por algo tan noble, sólo quiero lo que me prometiste.

Damon apretó la mandíbula, no le gustaba nada ver esto, Misel tenía una relación muy quebrada  con su hijo, no estuvo los primeros años y ahora lo maltrataba con su indiferencia o sobrenombres.

Estaba pensando en si de verdad fue una buena idea exponer a Mikel a esto debido a su egoísmo, Damon quería que el cachorro fuese feliz y por eso prácticamente había obligado a Misel a acercarse.

Misel desamarró la bata y la tiró a su lado de la cama.

—Deja de pensar, por ahora concéntrate en mi —murmuró antes de besarlo y pellizcar sus pezones.

Damon intentó convencerse a sí mismo de que hacía lo correcto, vivió en varios hogares temporales y ninguno fue agradable, no quería eso para el cachorro.

Damon lo besó de vuelta y deslizó la lengua en el interior de su boca devorándolo por completo, Misel acarició su abdomen y luego lo acarició tratando de excitarlo.

Le besó el cuello mientras deslizaba la otra mano hacia su trasero, un dedo tanteó alrededor y maldijo separándose por un momento.

—Había olvidado el pequeño detalle —murmuró abriendo la gaveta y cogiendo un frasco de lubricante, él lo esparció en sus manos y frotó calentándolo, una se deslizó por su erección y los dedos de la contraria empezaron a deslizarse en su interior.

Damon gimió cuando puso dos de una vez, Misel estaba ansioso mientras mordisqueaba su cuello y acariciaba su erección, sus dedos aún seguían deslizándose no muy delicadamente en su interior.

—Dime que vas a montarme, Alfa —gruñó mordisqueando su oreja, Damon suspiró cuando agregó otro dedo.

—¿No es incómodo decirme así en esta situación?

—Para nada —admitió, Damon resopló con una sonrisa, en ocasiones le sorprendía.

—Termina de prepararme o no podré hacerlo —Misel se apuró un poco más y sonrió unos minutos después sacando sus dedos, él mordió su labio inferior casi encajando un colmillo.

—Listo, ahora hazlo —Damon tomó un preservativo de la gaveta y sacó la erección de Misel, lo desenrolló, luego lo tomó con su mano derecha y se aguantó a su hombro con la izquierda.

Damon se dejó caer suavemente sintiendo cada centímetro en su interior, los músculos contraídos de Misel contra su mano, él lo agarró de las caderas cuando llegó al final.

—Joder —maldijo, Damon apoyó amabas manos en sus rodillas y sonrió.

—Se supone que eso tratamos de hacer —replicó subiendo las rodillas para acomodarse, Misel miró la unión entre sus cuerpos, sus ojos cambiaron a dorado cuando comenzó a moverse.

Damon podía admitirlo, no le molestaba nada el trato que tenía con este Alfa, porque le gustaba, le gustaba demasiado.

……

Misel tomó un sorbo del jugo de manzana del desayuno y una rebanada de pan con mantequilla, el cachorro frente a él estaba muy entretenido comiéndose su avena, incluso tenía las mejillas manchadas.

—¿No debería estar Mikel en una guardería? Creo que en este período debería estar relacionándose con niños de su edad —el cachorro miró la cuchara y luego a Damon.

—¿Guardería?

—Sí, puedes conocer muchos amiguitos ahí para jugar.

—¿Y ya no vas a jugar conmigo?

Misel torció los ojos, ¿cómo es que terminabas en una encrucijada cada vez que hablabas con este cachorro?

—Sí, pero puedes jugar con ellos y conmigo también.

—Quiero ir —dijo con los ojos iluminados, Misel se puso de pie y los miró a ambos.

—No hagan planes, aún no tengo la custodia, hoy hablaré con mi abogado y firmaré los papeles, luego podemos ver lo de la guardería.

—Bien —murmuró Damon de mal humor.

Misel lavó lo que había utilizado y miró al Alfa.

—¿Nos vamos ya?

—Ah, hoy no iré contigo —Misel achicó los ojos.

—¿Qué?

— Que les aproveche, nos vemos más tarde, cachorro —dijo Damon levantándose y acariciando la cabeza del niño, él sonrió.

—Que te vaya bien.

—Gracias.

—¿Cómo es eso de que no vas conmigo? Trabajamos en el mism…

Damon se detuvo y comenzó a lavar las cosas, Misel achicó los ojos, su acompañante suspiró dejando las cosas en su lugar.

—No olvides que ese no es mi trabajo, estuve haciendo de niñera mientras Yulián se recomponía, él ya me ordenó incorporarme a la empresa, me necesita ahí. 

—¿No podía llamar a otra persona?

Damon lo miró.

—Misel, soy la persona en quien confía para tomar su lugar, no puede simplemente colocar a alguien ahí que no es de confianza, la última vez no salió bien confiar en los demás.

—¿Sólo estarás sentado tomando decisiones o tendrás que estar correteando por ahí con armas? —Damon se peinó hacia atrás.

—Nos dedicamos a comercializar con armas, Misel, tengo que estar armado, algunas personas quieren sabotearnos a veces y tenemos que responder, no hacemos cosas a lo loco.

—Bien —masculló, Damon sonrió de medio lado.

—¿Estás preocupado por mí, Alfa?

—No hay manera, sólo que ya que me trajiste aquí no puedo perder el único motivo por el que me estoy quedando.

—Quizás eso cambie pronto.

—¿Qué?

Damon sonrió y dejó un pequeño beso sobre sus labios.

—Nos vemos más tarde.

Misel tocó sus labios y negó, no debería pensar demasiado en ello, miró hacia abajo viendo al cachorro tratando de dejar la vasija en el fregadero, Misel la tomó y la dejó dentro, el cachorro lo miró y luego salió corriendo.

Suspiró, subió a su auto y condujo hacia la empresa, Misel saludó a Karl antes de entrar a la oficina y miró el asiento que solía ocupar Damon, maldición, no podía creer que lo extrañase cuando en realidad no hacía nada sentado ahí.

—Joder.

—Misel, hay una persona que quiere hablar contigo —dijo Karl entrando, Misel mordió el interior de su mejilla.

—¿El abogado?

—Sí.

—Gracias, has que pase.

—Misel, un placer verte —dijo el abogado tendiendo su mano, Misel asintió correspondiendo el saludo.

—Igual, ¿tienes buenas noticias?

El abogado dejó cuatro documentos en el buró.

—De alguna manera lo conseguimos, sólo firmas estos papeles y el niño será tuyo oficialmente.

—Bien, firmado —dijo una vez plasmó su firma en cada uno y guardó los suyos, los otros los devolvió, el abogado hizo una mueca viendo los documentos—. ¿Hay algún problema?

—Sí, el Alfa que estás viendo.

—¿Qué pasa con él?

—Misel, eso no es una relación convencional, no aceptarán que estés con él.

—No puede ser —gruñó—. ¿Volvieron a quejarse de eso?

—Sí.

Misel negó, no podía creer que esas personas se comportaran de esa forma.

—Él no tiene nada que ver, con quien carajo me acuesto no es problema de ellos.

—Quieren que el cachorro esté bien.

—Damon es increíble con ese cachorro, es él quien lo está cuidando, diles que hagan visitas cuando quieran o lo que sea, ambos se quedan conmigo.

—Está bien.

El abogado se retiró y Misel trabajó hasta tarde, su madre había hecho la cena y el niño removía la comida sin interés alguno, obviamente extrañaba a Damon después de que le dijo que lo vería en la tarde, torció los ojos y suspiró.

—Damon está ocupado, llegará tarde, puedes verlo mañana, él hará el desayuno para ti —el cachorro no respondió, sólo asintió y se retiró de la mesa.

—Gracias —dijo su madre, Misel se encogió de hombros.

—Ujum…

—¿Vas a perdonarme en algún momento?

—No soy tan buena persona como para hacer algo así, con permiso —murmuró retirándose.

Misel se dio un baño y miró su teléfono, no había ningún mensaje de Damon, se puso a leer e incluso después de las doce aún no llegaba, admitía que no tenía nada que hacer, así que decidió esperarlo.

Damon entró pasadas las tres de la mañana, se quitó el abrigo y lo dejó caer al suelo mientras caminaba hacia el baño, Misel se puso de pie y recogió el reguero de ropa esparcido por el suelo para dejarlas en su lugar.

Damon ya estaba bajo la ducha, su cuerpo tenía varios moretones y un poco de sangre y suciedad se estaba escurriendo hacia el desagüe. 

—¿Qué pasó?

—¿Te desperté? —preguntó girando la cabeza hacia él, tenía el pelo mojado hacia atrás, la herida en su frente se veía, el labio quebrado y su mejilla estaba un poco hinchada.

—No, estaba despierto.

—¿Me esperabas?

—No —Damon suspiró tomando una esponja y comenzando a frotar su piel.

—Sólo tuvimos contratiempos, Yulián todavía no está bien establecido y algunos piensan que es mejor no pagar el cargamento —explicó.

—¿No es mejor llamar a la policía en estos casos?

—Al final lo hacemos.

—Te espero fuera —murmuró dándole un poco de privacidad.

Misel rebuscó por algún medicamento en la casa, lo tomó de la cocina y subió nuevamente, Damon estaba poniéndose un pantalón de piyama y se frotó el pelo con una toalla.

—Ven aquí —dijo sentándose en la cama y palmeando el lugar a su lado, Damon resopló.

—No es necesario.

—Sólo ven —gruñó, Damon obedeció sentándose, Misel tomó un palillo con alcohol y desinfectó la herida de su labio —. ¿Yulián estaba ahí?

—Yulián aún no puede dejar solo a Darien —Misel tomó un parche y lo colocó en su frente, era un corte pequeño, así que sólo debía cubrirlo.

—¿Y sabe lo que pasó?

—Algunos detalles —murmuró, Misel tomó una pomada y comenzó a frotar su piel.

—Para quererlo tanto no le tienes mucha confianza.

—Simplemente hay cosas que es mejor no sepa.

—Listo —dijo poniéndose de pie.

Misel fue al baño, desechó lo que había utilizado y guardó lo demás, cuando Damon regresó aún estaba sentado en la cama y se aferró a la sábana, su pelo estaba un poco húmedo.

—No tengo humor para hacer nada —admitió haciendo una mueca, Misel torció los ojos.

—Y yo no dije que haríamos algo, termina de secarte el cabello —gruñó cogiendo la toalla y frotándolo.

—¿Qué hay de la custodia de Mikel? —preguntó luego de unos minutos, Misel se detuvo y dejó caer la toalla.

—Ya firmé los documentos, todo bien, podemos empezar a buscar guarderías.

—Gracias.

—Vamos a dormir.

Damon se acostó dándole la espalda, Misel se acercó y lo rodeó con un brazo, el Alfa se puso tan tieso como una roca, luego de notar que no se alejaría se relajó y acomodó.

Él tomó su mano por algún motivo y suspiró.

Misel admitía que estaba haciendo cosas extrañas, él no era de esta forma, pero no le molestaba nada tener a este Alfa cerca, le encantaba su aroma, su forma de moverse, de hablar, de coquetear, de mirarlo.

Joder, estaba en problemas.


******

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top