13🖍
Damon cerró los ojos mientras gemía, Misel estaba acariciándolo de forma ruda y dejando besos por su cuello, lo giró dejándolo boca arriba y colocándose entre sus piernas.
Misel se frotó contra él dejando que las erecciones se rozaran juntas y con una mano bajó levemente su pantalón de piyama liberando su trasero, él lo apretó haciéndolo gruñir.
—Por fin voy a...
—¿D? —Damon lo empujó hacia un lado y se colocó el pantalón correctamente, debido al susto de escuchar la voz de Mikel toda su excitación había desaparecido.
—Joder, ¿en serio, Damon?
Damon miró a Misel, él se había acomodado con la cabeza sobre la almohada y pretendía irse a dormir sin problema alguno, Damon abrió la puerta dejando pasar al cachorro.
Mikel miró hacia la cama, específicamente a su padre, él parecía tener miedo de decirle, Damon lo llevó a la cama y sonrió.
—¿Qué pasa? ¿Quieres dormir conmigo? —Mikel miró hacia Misel otra vez y luego a él, asintió suavemente.
—Se acostumbrará si cedes—replicó Misel girándose de espaldas.
—Está bien, ven —Damon lo subió y acotejó en el medio de ambos, dejarlo en su esquina podría hacer que se cayese y no quería eso, Misel no se giraría sabiendo que estaba ahí.
Mikel miró de forma nerviosa hacia su padre y luego se escondió contra él, Damon le acarició la cabeza y dejó un beso sobre ella.
—No te preocupes, no te hará daño —murmuró.
Mikel por fin se quedó dormido y él lo siguió, luego de todo el estrés del día necesitaba un descanso.
Damon despertó antes de tiempo, nunca solía dormir demasiado, además ya no podía sentir al cachorro junto a él.
Abrió los ojos llevándose una gran sorpresa, Misel tenía al cachorro entre sus brazos, evidentemente se había girado hacia ellos y ahora tenía un brazo sobre el cachorro que estaba acurrucado contra su pecho.
Maldición, el vínculo entre padre e hijo era algo increíble y ellos lo sentían inconscientemente.
Se veían demasiado lindos.
Damon cogió su teléfono y tomó una foto, luego intentó sacar a Mikel de sus brazos, no quería que despertara repentinamente y se enojara por ello.
Misel se aferró con fuerza y abrió los ojos asustado, Damon se congeló, Misel pestañeó varias veces y luego miró hacia abajo percatándose de la situación, se separó suavemente evitando despertar al cachorro, cosa que lo sorprendió aún más.
—Lo llevaré a su habitación —murmuró Damon cargándolo, Misel asintió y fue directamente al baño, teniendo en cuenta su aroma estaba entrando en pánico.
Damon fue a la habitación de Mikel y lo dejó en su cama, él se acurrucó con un muñeco y siguió durmiendo sin enterarse de nada, normal, estaba cubierto con el aroma de su padre.
Damon miró a Misel, el Alfa estaba saliendo del baño con una toalla envuelta alrededor de su cintura, no habló, así que él tampoco dijo nada.
Damon se cepilló los dientes y se dio un baño, Misel ya no estaba cuando salió, su teléfono sonó con una notificación y lo revisó, eran buenas noticias.
Damon preparó el desayuno y lo dejó cubierto para Regina y Mikel, luego condujo hacia la dirección señalada en su teléfono.
Tomó el arma de la guantera y la puso en su cintura escondida por el pantalón y la chaqueta de su traje, salió, Itzel fue encontrado en un bar, completamente borracho, bueno, en teoría, estaba de resaca.
Damon caminó directamente hacia allí y se sentó frente a él, Itzel estaba sometido por dos de los Alfas que estuvieron buscándolo, cada uno agarrándolo de un brazo.
—¿Cómo estás? —preguntó dando unos toques en la mesa, Itzel frunció el ceño.
—¿Qué quieres?
—¿Qué quiero? Recuerdas lo último que me hiciste, ¿cierto?
—Eso fue completamente culpa tuya —Damon sonrió de medio lado y miró a los Alfas.
—Déjennos solos —ellos obedecieron, Itzel escupió con ira.
—¿Quién mierda eres?
Damon ladeó la cabeza y se apoyó en una mano.
—Itzel, si ibas a hacerme eso tendrías que haber investigado un poco para saber a quién se lo harías y qué tipo de problemas tendrías.
—¿Vas a matarme?
—No, aunque esa era mi intención —admitió, Damon sabía que eso podría traerle problemas a Yulián, así que lo descartó por completo.
—¿Qué puedes hacer tú, un Alfa que se deja someter de otros? —Damon lo puso de pie cogiéndolo del frente de su camisa y lo golpeó con toda su fuerza tirándolo al suelo, la sangre de su boca lo salpicó haciéndolo gruñir.
—No me pondría en esa situación si no pudiese controlarlos a todos ustedes como las bestias que son.
—¿Controlar? —Itzel se carcajeó—. ¿Después de todo lo que te dejas hacer crees que sigues teniendo el control? Damon, no pudiste hacer nada mientras te cogía, esa forma de pensar tuya me da risa.
Damon volvió a golpearlo, luego otra y otra, hasta que las carcajadas de Itzel cesaron y uno de sus compañeros logró separarlo, el otro le tomó el pulso al Alfa y suspiró.
—Todavía está vivo, ¿qué harás?
—Déjalo así, vámonos —gruñó caminando hacia el baño.
Damon se lavó toda la suciedad y luego fue a la empresa de Darien, Misel estaba ahí con ese molesto Omega.
—¿No llegas un poco tarde?
—Sí, tenía cosas que hacer —respondió cogiendo su teléfono.
Misel no se demoró más de treinta minutos con el Omega y terminó despidiéndolo, se puso de pie y caminó directamente hacia él.
Damon dejó su teléfono y lo miró, Misel acarició una de sus mejillas con el dedo pulgar y frunció el ceño.
—¿Esas cosas incluían matar?
—No te importa lo que haga en mi maldita vida —gruñó manoteándolo, Misel arqueó una ceja.
—Mi madre me escribió preguntando por ti, dice que les hiciste desayuno, para la próxima quiero probar.
—Trata de no huir mañana y quizás lo pruebes —replicó mirándolo con reproche, recordándole porque huyó exactamente.
—¿Tú lo pusiste entre mis brazos?
—No, por si no me viste, trataba de sacarlo, ustedes solos terminaron así.
—Yo no...
—Eres su padre, esto es normal —Misel gruñó y se alejó.
—Yo no soy su padre, no quiero saber de eso, así que te agradecería que no lo metas de nuevo en la cama con nosotros.
—Eres un miedoso ¿qué te hizo el cachorro? —Misel apretó la mandíbula—. No, la pregunta sería, ¿qué te hizo su madre?
Damon quería saber que pasaba, no le gustaba ser el único sin enterarse de las cosas, un niño que no tenía la culpa de nada estaba sufriendo por cosas que no lo relacionaban directamente.
Quería ayudarlo, quería que Misel cediera de una vez e hiciera feliz a su cachorro.
......
Misel se estremeció y se sentó de vuelta en el buró, necesitaba concentrarse en el plano, Damon resopló mirándolo.
—No vas a decirme, debí suponerlo —Misel mordió su labio inferior.
—¿Por qué tendría que decirte sobre eso?
—Quieres que te deje en paz, ¿no? —preguntó con una sonrisa ladeada.
Misel suspiró, le daba lo mismo, no le importaba, decirle no afectaba en nada a su persona.
—Me utilizó para tener a ese cachorro, me drogó, me engañó y se acostó conmigo, consideraba a esa Omega como mi maldita hermana menor y prácticamente me violó —gruñó, Damon tragó, él no contestó al instante, luego de unos minutos habló.
—Siento lo que pasó, pero el cachorro no tiene la culpa, y ya estás muy mayor como para seguir llorando por eso.
Misel arqueó las cejas.
—¿Mayor, que edad piensas que tengo?
—¿No tienes la misma edad de Yulián? —preguntó Damon con confusión, Misel resopló.
—No, tengo veintidós, tres años menos que él y Darien, eso sucedió a mis diecisiete.
—¿Por qué no le dijiste a nadie?
—Porque nadie me creyó —admitió.
Misel ni siquiera quería recordarlo, lo traicionado que se sintió después de darse cuenta de todo, que fue utilizado por ella de esa manera, que intimó con una chica que consideraba su hermana, sólo de pensarlo aún se le revolvía el estómago.
—¿Un Alfa grande y fuerte violado por una pequeña y linda Omega? Patético, ni siquiera mis padres lo creyeron hasta que ella lo admitió, debo decir que fue demasiado tarde ya me había alejado de ellos.
—Pero el cachorro no...
—Ya te escuché, ¿no tiene la culpa dices? —Misel lo miró con ironía—. Que ella quisiera a ese cachorro acabó con mi vida, a pesar de rogarle que no lo trajera al mundo decidió ignorarme diciendo que tarde o temprano lo querría, adivina, eso no pasó, no quiero saber de ese cachorro, incluso tuvo el descaro de ponerle el nombre que le confesé quería para mi hijo.
—Misel...
—Solucioné ese problema alejándome y enviándole dinero, si ella lo quería entonces que se quedara con él, ¿qué, no vas a decirme nada ahora?
—¿Qué quieres que te diga?
Misel estaba enojado, no le gustaba nada hablar sobre eso, él lo miró.
—Nada, asegura la puerta y ven aquí.
Damon apretó la mandíbula, pero de todas formas obedeció, se quitó la chaqueta del traje dejándola sobre un asiento y se acercó, Misel se echó hacia atrás en su asiento y abrió las piernas.
—Arrodíllate.
Damon se arrodilló entre sus piernas dejándole ver el arma en su cinturilla, eso le dijo que quizás la persona que vio no terminó nada bien, él desabrochó el cinto junto al botón, bajó la cremallera y lo miró.
—Dime, ¿a quién fuiste a ver? —preguntó tomándolo del mentón, Damon arqueó una ceja y bajó el elástico de su ropa interior, él acarició lentamente la erección.
—¿Es tan interesante eso?
—¿Fuiste a buscar a ese Alfa que te hizo daño? —Damon presionó la punta de su pene haciéndolo gemir.
—Sí.
—¿Y qué le hiciste?
—¿Quieres hablar de eso ahora? —preguntó Damon con una sonrisa ladina acariciándolo fuertemente.
—Ah.
—Lo golpeé tanto que probablemente no lo conozcan ni sus familiares —dijo lamiéndolo de arriba abajo, Misel lo agarró del pelo e hizo que lo mirara.
—¿No lo mataste?
—No, eso requiere demasiado trabajo.
Damon regresó a su trabajo metiendo la punta en su boca, succionó y Misel apretó su agarre, la lengua dio una caricia alrededor y luego lo llevó más profundo.
Misel se echó a reír haciendo que Damon arqueara una ceja, él lo sacó y lo miró con reproche mientras seguía acariciándolo con su mano.
—¿Es divertido?
—No, me gusta —admitió con una sonrisa, Misel colocó el zapato directamente sobre el bulto que veía en el pantalón de Damon, se excitó haciéndole esto.
Damon gimió agarrando su tobillo, Misel presionó un poco más.
—Tócate mientras lo haces —gruñó quitando su pie.
Damon tomó el arma y la dejó en el suelo, desabrochó el cinto junto al pantalón y dejó libre su erección, él lo miró y luego devolvió la atención a su pene lamiéndolo, la mano que no estaba utilizando empezó a acariciar su erección.
Misel mordió su labio inferior callando un gemido, Damon metió la mitad de su pene en su boca y lo miró, hizo una mueca cuando él deslizó la lengua alrededor, agarró su pelo de nuevo y lo instó a ir más profundo, Damon se estremeció.
—¿Puedo encargarme yo?
Damon dio su aprobación con una mirada, Misel gruñó aferrando su mano libre a la manilla y con la otra fijó la cabeza de Damon, Misel incluso tenía los colmillos alargados, esto no duraría demasiado.
Damon aferró una mano a su muslo, la contraria no había dejado de complacerlo, Misel lo sacó y lo hizo bajar nuevamente más profundo, Damon se aguantó con más fuerza y dejó caer algunas lágrimas, sus ojos estaban completamente dorados.
Misel tenía su permiso, así que movió sus caderas contra él, Damon cooperó deslizando la lengua, hizo que las cosas fuesen más allá moviendo las caderas contra él.
—Maldición —gruñó cuando sintió que estuvo a punto de correrse, Misel lo dejó ir y jadeó.
Damon lo acarició y eso fue suficiente para hacer que se corriera, Damon se contrajo y gruñó, él también se había corrido manchando sus zapatos.
Misel tomó un pañuelo y limpió la saliva en su boca, Damon lo miró como tomaba su mano y limpiaba el desastre que había hecho al correrse, Damon tomó el pañuelo y limpió su otra mano, luego sus zapatos.
Después de arreglarse la ropa, tomó el arma y botó el pañuelo en el cesto.
—No pensabas usarlo más ¿verdad?
Misel se echó a reír.
—No.
—Hoy haré yo la cena, no deberías saltártela —murmuró colocando el arma en su lugar y cogiendo su chaqueta.
—Hoy comeré, espero que no entres a casa con eso —Damon lo miró de medio lado y sonrió.
—¿Estás preocupado por el cachorro que no quieres?
Misel torció los ojos, no era preocupación, no le importaba ese cachorro, sólo que era peligroso tener un arma cerca y él era el responsable de ese niño, tendría que tomar la responsabilidad y no quería más problemas gracias a ese cachorro.
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