Capítulo 33

Raphael

Muevo el cuello de un lado a otro tratando de destensarlo, los jadeos en la habitación me molestan, los gruñidos aún más, me siento frente a Maxim viendo su estado deplorable, tiene la camisa manchada de sangre, el labio roto y un moretón en el ojo, quizás tenga algunas costillas rotas, pero eso no fue a propósito.

—¿Perdiste la cabeza oficialmente? No soy tu enemigo —jala las cuerdas que lo mantienen sujeto a los brazos de la silla, no sirve de nada, se queda en el mismo estado.

—No es personal —menciono agarrando su teléfono y colocándolo frente a él para que se desbloquee.

—¿Y entonces, dónde está Sasha? —voy a los contactos y me pongo a leer buscando lo que quiero, me toma un tiempo verlo.

—Maddox está en casa y si te lo preguntas es un gran no, no sabe que te tengo aquí —Maxim suspira de alivio, pero toda la tranquilidad se va cuando escucha el timbre de su teléfono.

—¿A quién estás llamando con mi teléfono?

Dos timbres más y al fin puedo ver a la persona del otro lado.

Maxim, te dije que… —se tensa al escuchar la voz de Alessio, el hombre se calla cuando me ve a mí en vez de a Maxim—. Raphael, que sorpresa, ¿Maxim te dio su teléfono para que me llamaras?

—No precisamente —Maxim empieza a respirar de forma agitada y tratar de salir de la situación con más energía, sí, definitivamente no está cómodo con que Alessio sepa su condición.

¿Dónde está Maxim?

Miro al frente, él niega varias veces.

—Vamos, no hagas esto, no tienes que… —cambio la cámara para que pueda verlo, Maxim aprieta la mandíbula y Alessio no sabe dónde carajo meterse, se ve un poco rojo de la furia.

¿Qué carajo estás haciendo? —me gruñe del otro lado, vuelvo a poner la cámara frontal y me levanto.

—Haremos negocios.

¿Necesitabas hacerle daño para poder hacer negocios conmigo?

—Sí, no estarás aceptando hacerlo a las buenas, mi propuesta será no hacerle daño a tu amante o lo que sea tuyo —aprieta la mandíbula.

¿Dónde está Maddox?

—En casa, no sabe de esto y ni te atrevas a decirle porque soy jodidamente capaz de matar a Maxim, no me provoques en vano.

Sabía que no eras muy estable por Maddox, pero no sabía cuánto.

—¿Seguimos hablando sobre mí o vas a concentrarte en Maxim?

¿Qué quieres?

—Tengo esto y quiero que lo uses —digo enseñando el anillo del Pahkan, Alessio se echa a reír.

Tienes que estar jodiéndome.

—No, es muy en serio.

No quiero ser Pahkan, si lo quisiera ya le hubiese hecho la guerra a Dima y no…

—¿Olvidaste que estoy con Maxim en una habitación a solas y yo llevo la ventaja? Debe tener unas cuantas costillas rotas.

Otras personas podrían tomar ese papel, no tengo que ser… —agarro mi cuchillo y lo encajo en su muslo, Maxim se queja tratando de hacer el menor ruido posible, de todas formas Alessio lo escucha—. Para, no le hagas más daño.

—Me obligas a esto, sólo acepta, tienes uno de los cargos más cercano a Dima, tienes poder para convertirte en Pahkan.

Estoy prácticamente fuera, Raphael, no es tan fácil como lo haces ver.

—¿Qué tanto quieres a tu amante? —gruño.

No se trata de…

—¿Jugamos algo? Jugué esto con Maddox cuando pretendía ser Alexander, supongo que a ustedes también les gusta, la única forma de que lo deje en paz es muriéndome, así que tendrán su oportunidad —dejo el teléfono de forma tal que nos vea y agarro un revolver, Maxim me fulmina con la mirada mientras dejo caer una, dos, tres, cuatro y cinco balas al suelo, él parece enojado, sin embargo Alessio está completamente aterrado.

No es necesario.

Le doy vueltas al cargador y lo pongo en su lugar con un clic, tomo asiento de nuevo y sonrío.

—Ésta mierda está mal, detén esta maldita locura —escucho a Maxim, pero nada de Alessio.

—¿Qué dices tú, Alessio?

No vas a dispararle a Maxim, sabes muy bien que Maddox te odiaría.

—Me subestimas, no siempre prefiero estar en el lado bueno de Maddox, supongo que empiezo yo, después de todo fui el de la idea —me pongo el cañón directamente en la sien y aprieto el gatillo, nada.

Maxim jadea cuando le apunto a él, pero evita mirar a su amante.
Aprieto el gatillo.

El clic resuena haciéndolos suspirar a la misma vez.

—Veamos quien pierde la suerte más rápido —pongo el arma otra vez contra mi cabeza, Alessio espera que apriete el gatillo para por fin ceder.

Lo haré, así que deja los malditos juegos.

—Un placer hacer negocios contigo, te contactaré pronto.

No quites la videollamada, suelta a Maxim y déjame hablar con él — me echo a reír.

—No, habla con él más tarde, claro, si quiere llamarte.

¡Raphael!

Quito la videollamada y miro a Maxim, no parece feliz, pero ya dije, no me importan los que están alrededor, no me interesa Alessio, tampoco Maxim.

—¿Qué coño pasa contigo? Maldito imbécil, te juro que si me sueltas voy a matarte —sonrío de medio lado.

—Vamos, deberías estar feliz, Alessio acaba de ceder a ponerse en peligro para protegerte —Maxim no tiene miramientos al fulminarme con la mirada.

—Jodido estúpido, como si mi relación ya no fuese lo suficientemente complicada, no quería saber nada más de él.

—Mala suerte.

—Suéltame —gruñe jalando las cuerdas.

—¿Después de amenazarme? No, es mejor esperar —justo diciendo eso la puerta se abre con un ruido, Maddox mira alrededor viéndose enojado, impactado, decepcionado, en realidad no estoy seguro.

—Raphael, te dije que no tocaras a Maxim —hago una mueca mientras lo veo ir hacia su guardaespaldas y desamarrarlo, Maxim viene hacia mí apenas está libre, logra darme un golpe en la mejilla, otro en el labio antes de que logre darle un rodillazo en el abdomen.

—Debería matarte jodido hijo de puta —gruñe dejando que Maddox lo separe de mí, la herida en el muslo sangra bastante y Maddox lo amarra con su camisa, no sin antes amenazarme.

—Hablaremos sobre esto.

Ni siquiera está tan mallugado, regreso a casa y lo primero que encuentro es a Patrick enfermo, Phil lo está cuidando, se ve pálido, sudoroso y quejándose por algo. Camino hacia él y deslizo una mano por su pelo, Patrick abre los ojos y medio sonríe al verme.

—¿Cachorro, que te duele?

—El estómago y la cabeza —jadea, Azael se echa a llorar a un lado exigiendo su atención.

—¿Llamaste a un médico?

—Sí, pero creo que deberíamos ir al hospital, se está tomando su tiempo.

—Muy bien, vamos entonces.

Lo cargo y Patrick no demora mucho en acurrucarse contra mí, Phil baja las escaleras detrás de mí con Azael en brazos, llegando al final de la escalera Maddox abre la puerta.

—¿Qué pasa?

—Patrick está enfermo.

—Yo conduzco, vamos.

Maddox conduce al hospital sin mencionar nada sobre Maxim, supongo que por el momento estoy libre de discusiones, voy a emergencias con el cachorro y lo siento en la camilla que me indican, un doctor viene hacia nosotros y llega justo cuando Patrick vomita sobre mi ropa.

—Lo siento —lloriquea, el doctor lo acuesta de lado y comienza las preguntas, Patrick sigue mirándome como si fuese a matarlo, así que le acaricio el pelo.

—Estoy bien.

Maddox me jala al baño en lo que Phil se encarga de las preguntas, moja un pañuelo y comienza a limpiarme, no se ve particularmente enojado, así que me arriesgo acariciando su mejilla.

—Era necesario —me mira, pero niega separándose de mi toque.

—No hablaremos de eso ahora, lo importante es saber qué tiene Patrick.

Salimos corriendo cuando escuchamos ruidos y gritos del doctor que nos atendió antes pidiendo algún tipo de medicamento, Phil se encuentra a un lado consolando a Azael, pero se ve como si él mismo necesitara consuelo.

Maddox me agarra cuando intento acercarme, Patrick está convulsionando en la camilla donde lo dejé hace unos minutos.

—Deja que los doctores hagan su trabajo, sólo vamos a entorpecer la situación.

Suspiro luego de uno o dos minutos cuando la convulsión por fin cede, Patrick está completamente inconsciente, tomo su mano y miro al doctor, él anota algo más en su tablilla.

—¿Cuál es el problema?

—Tengo que hacer algunos exámenes, pero… —quita la mascarilla de oxígeno y baja el labio de Patrick poniendo un dedo en su boca, incluso yo puedo notar que hay algo extraño—. ¿Pueden ver la coloración de su encía? Eso se debe a una intoxicación por plomo.

—¿Plomo?

—Sí, una concentración alta, de todas formas haré las pruebas y les informaré sobre los resultados —coloca la mascarilla en su lugar y nos mira—, lo pasaremos a una habitación, sólo uno de ustedes puede quedarse con él. ¿Alguna idea de cómo pudo pasar?

—No, no tengo la más mínima idea.

—A veces hay plomo en la pintura de la casa, puertas, incluso algunos juguetes, el agua, les sugiero que todos se hagan las pruebas, es incluso más peligroso para los niños pequeños —dice mirando a Azael, Phil lo agarra con fuerza.

—Nos haremos las pruebas, ¿cuál será el tratamiento de Patrick?

—Utilizaremos un quelante para separar el plomo y le daremos un dieta especial, si me disculpan hablaré con ustedes un poco más tarde.

El doctor se retira dejándome completamente en blanco con la cuestión del plomo, no tengo nada con plomo en casa y ninguno de nosotros tiene síntomas.

La enfermera viene para tomar muestras y cómo mismo se va, Maddox carga a su hijo cuando este amenaza con hacer otra perreta.

—¿Alguna idea? —miro a Maddox, en realidad ni siquiera puedo pensar ahora mismo.

—No tengo idea de lo que pasa.

—Dejaremos a Phil con los niños para que le hagan las pruebas a los tres, creo que Miri también debería hacerse las pruebas, tú y yo iremos a casa, nos bañamos y regresamos, ¿vale? —asiento cuando veo que Phil está de acuerdo.

Maddox me lleva al auto y antes de darme cuenta estamos en su casa, no en la mía, agarro la manilla de la puerta del auto con fuerza, no puedo creer que mi propia casa segura sea el enemigo cuando la hice justamente para que me resguardara.

—Vamos —entro al lugar y parece sospechosamente solo, nunca vi esta casa así, siempre tenía a alguien, así fuera Maxim, Anika, Misha, Azael o algún guardaespaldas de Maddox.

—Supongo que ya empezaste a proteger a los que te importan de mí —digo amargamente, por supuesto, ni siquiera debería molestarme, torturé a Maxim horas atrás.

Maddox me jala al baño, deja los teléfonos en lavamanos y nos coloca bajo la ducha sin importarle que tengamos la ropa aún, me besa bajo el agua artificial, es un beso suave que prácticamente no me sabe a nada.

—No me gustó lo que hiciste, aprecio mucho a Maxim y a todos los que están a mí alrededor, no lo entenderías, pero me ayudó después de Dima, con Azael y lo dañaste como si no fuera nada para mí.

—Era necesario.

—No lo era, cariño, mírame —pide agarrándome las mejillas, odio que sea tan sensible, no ha cambiado tanto como cree—, no era necesario, si hubieses hablado con Alessio estoy seguro de que…

—No soy de los que hablan —suspira.

—Lo sé, pero no es necesario hablar de esto, ahora lo más importante es Patrick —me quita la camisa y la lanza al suelo, desabrocha el pantalón y luego de ayudarme lo tira también haciendo un ruido metálico.

Maddox mira hacia abajo y sonríe de medio lado cuando ve la bala en el suelo, la bala que se suponía estaba en el revólver esperando matar a Maxim o a mí si tenía mala suerte, supongo que aprendí mi lección la primera vez, desde el principio se trató de presionar a Alessio, nunca de matar a Maxim.

Una vez me deja completamente desnudo agarra la esponja con gel y comienza a lavarme, no necesito que haga este tipo de cosas por mí, pero se siente bastante bien.

Salgo de la ducha con una toalla en la cintura en lo que Maddox termina, me visto y unos minutos después lo tengo otra vez contra mi espalda, me besa el cuello con suavidad.

—Patrick estará bien y descubriremos cuál es el problema.

—Sí.

—Me visto y nos vamos, Phil y Miri pueden quedarse aquí hasta que tengamos claro de dónde salió el plomo, ¿sí?

—Me parece bien —vuelve a besarme el cuello.

—Me gusta cuando nos entendemos.

—A mí también.

Lo beso suavemente y bajo para esperarlo en la sala de estar, Maddox me hace una señal cuando baja y lo sigo al auto, me preocupa la situación porque alguien se atrevió a profanar mi hogar, le hizo daño a mi hijo y no es algo que vaya a pasar por alto así como así.

Me cuesta admitirlo, pero alguien está viéndome la cara de imbécil hace un buen tiempo.

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