Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Hinata los encontró debajo del árbol que solían utilizar como punto de encuentro desde siempre. Aún discutían, al menos Kiba lo hacía mientras Shino se dedicaba a pasar de él deliberadamente, cosa que no hacía más que sacar de quicio al castaño.

— ¡Deja de ignorarme insecto! — gruñía Kiba molesto.

— D-Debemos irnos — mencionó la ojiperla recuperando el aliento.

— Ahh... tienes razón, discutir con Shino no vale la pena —

— Discutías sólo Kiba —

Un momento de tensión se hizo palpable entre ambos hombres, Akamaru y Hinata los veían retarse con la mirada.

— Cr-Creo que... —

— ¡Oi! ¡Hinata! —

— ¿N-Naruto-kun? — estaba feliz de ver a su novio correr hasta ella con la misma energía de siempre.

— Lo que faltaba — se quejó Kiba, siendo apoyado por el Ninken.

— Hinata-chan, escuché que vas de misión y quería venir a desearte buena suerte —

— H-Hai Naruto-kun —

Ambos amigos la veían hablar con el rubio algo apartados para darles privacidad. Hinata y Naruto habían comenzado un noviazgo tiempo atrás, después del incidente de la luna. Ahora estaban a un paso de contraer nupcias, y estaban muy emocionados, y por consiguiente todos sus allegados también.

— ¿Cuándo creció tanto Shino? —

— Hace mucho, y no precisamente gracias a nosotros —

Hinata se despidió de Naruto prometiendo no tardar en volver acabada la misión, luego se acercó a sus amigos que le dirigieron miradas pícaras por su actitud con el Uzumaki. Aunque había pasado el tiempo, la chica no paraba de sonrojarse en presencia de aquel rubio problemático.

— ¿Ya terminaste, futura señora Uzumaki? — preguntó el Inuzuka, acentuando el sonrojo en las mejillas de su acompañante.

— H-Hai —

— Vamos entonces — agregó después de soltar una sonora carcajada.

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— ... seguro no tardan en llegar — el Raikage hablaba frente a ellos con la misma fluidez de siempre — El Hokage aseguró que eran el mejor equipo de rastreo y por eso los elegí. Samui, será tu responsabilidad que esta misión sea segura y exitosa —

— Hai, Raikage-sama — a la rubia no le agradaba mucho la idea de tener que responsabilizarse de más personas, pues con su equipo bastaba.

— Reúne a tus hombres y esperen por ellos —

— Entendido — haciendo una reverencia, se retiró del lugar para encontrarse con sus despistados compañeros, quienes al verla se acercaron para bombardearla con sus tontas preguntas.

— ¿Entonces? — habló la morena en cuanto estuvo a su altura — ¿Qué tipo de misión tendremos? —

— Les daré los detalles cuando llegue el equipo de Konoha —

— ¿Konoha? — preguntó la pelirroja — ¿Por qué necesitamos a los de Konoha en esto? —

— A-sama cree que sería de utilidad tener a rastreadores con nosotros — explicó sin perder el tipo — Y tiene razón, la montaña cementerio es extensa y sus habilidades sería de gran ayuda —

— Pero... ¿Y si los ninjas no están a la altura? ¿Si echan a perder la misión? — Omio no dejaba de preguntar, dejándose llevar por su actitud pesimista — O aún peor... ¿Y si nos matan por su culpa? — un fuerte golpe en la cabeza lo hizo callar.

— ¡Cállate ya! — Karui solía desesperarse cuando empezaba con sus balbuceos — Confía en el criterio de A-sama, Baka —

 — Preparen lo necesario, partiremos cuando lleguen los demás — Samui suspiró, lidiar con esos dos siempre era un problema.

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Habían decidido descansar, no estaban tan lejos de la aldea oculta entre las nubes, pero no era seguro cruzar de noche entre los escombros dejados por la 4ta guerra ninja. Según Shino era peligroso y por eso había preferido esperar hasta que saliera el sol para terminar el camino. Ahora se encontraban disfrutando de la comida que Hinata había preparado para ellos, siempre era bueno contar con ella para esas cosas.

— Arigatō Hinata — agradeció Kiba soltando su tazón — Delicioso como siempre —

— Me alegra que te haya gustado, Kiba-kun —

— Y dime Hinata... ¿Ya estás preparada para cumplir con tus deberemos como futura esposa? — la comida de la ojiperla casi termina desparramada en el suelo al escuchar la indiscreta pregunta de su amigo.

— Ki-Kiba... — roja cual tomate le reprendió — No... No deberías preguntar sobre esas cosas —

— ¡Oh vamos Hinata! — inclinó su cuerpo hacia adelante a fin de tener más cercanía — Si vas a tener una familia, entonces sabes cómo se hacen los bebés — el bochorno era tan grande que tuvo que tapar su cara con ambas manos — Tú y Naruto deberán tener... —

— ¡Ya basta Kiba! — pocas veces Hinata alzaba la voz, pero justo en ocasiones como esa donde Shino y Kiba se burlaban de su timidez, era necesario hacerlo — No digas ni una palabra más — lo que provocó una gran carcajada por parte del castaño.

— ¿Qué acaso no piensas...? —

— Ya avisé de nuestra llegada mañana a primera hora — interrumpió Shino la animada conversación para después colocarse al lado de Hinata — Deberemos madrugar, así que sería bueno que fueras a descansar —

— P-Pero Shino-kun — trató de quejarse — Mañana tenemos una misión importante, y-yo podría vigilar esta noche... —

— Justo por eso es que debes descansar — Kiba asintió dándole la razón — Tu Byakugan será indispensable para la misión. Controlas un mayor rango visual, así que te necesitamos en las mejores condiciones —

— En-Entiendo — a pesar de lo fuerte que se había hecho, aquellos dos no dejaban de tratarla como a una niña pequeña.

— Anda, cambia esa cara — el Inuzuka se aproximó y colocó una de sus manos sobre la cabeza de su compañera — Mientras más rápido cumplamos, antes podrás volver con tu Na-Naruto-kun — revolvió el pelo de la ojiperla con cariño, mientras esta hacía un adorable puchero.

— Ya déjala en paz con eso Kiba —

— No molestes Aburame —

Antes de que ambos se pusieran a discutir, Hinata decidió hacerles caso, así que acompañada de Akamaru se despidió de ambos y entró a la tienda. Siendo custodiada por el Ninken que se quedó justo en la entrada.

— Hasta Akamaru cuida de ella — comentó Kiba colocando sus brazos tras su cuello con despreocupación.

— Eso es porque la quiere al igual que nosotros — acomodó sus gafas antes de seguir — Ahora que Neji no está somos lo más cercano que tiene a un hermano, aunque ya era así desde siempre —

— Tienes razón — convino el castaño — Por eso esta misión es tan importante, será la última que hagamos como equipo. Luego de la boda quizá Hinata decida dedicarse a lo que siempre quiso, tener su propia familia —

Un silencio prolongado se instaló entre ambos, era nostálgico que se tuvieran que separar pues siempre habían sido un equipo unido a pesar de sus diferencias. El equipo 8 era el que mejor sincronía tenía de todos los equipos, pues sus habilidades encajaban bien y se ayudaban uno al otro. Además de que eran sumamente completos, tanto en combate como en rastreo, podían desenvolverse adecuadamente.

— Deberías ir a dormir tú también — indicó Shino — Yo haré guardia por esta noche —

— Me parece bien —

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Aún no salía el sol cuando ya habían levantado el campamento. El anaranjado apenas pintaba el firmamento cuando pudieron divisar la entrada de Kumo, el equipo Samui estaba ahí para recibirlos, atentos a quienes se acercaban a toda velocidad hacia ellos.

— Sean bienvenidos — habló la líder del equipo — Espero y no les moleste partir de inmediato. A-sama no podrá atenderles, pero les extiende sus saludos —

— Arigatō — habló Shino antes de que Kiba pudiera soltar cualquier estupidez — No tenemos problemas en partir en este instante —

— Bien, entonces podemos irnos. Ustedes irán detrás de nosotros — volteó a ver a sus compañeros — Karui, Omio vamos — los tres los vieron correr en la dirección por la que habían venido, sin esperar a que los siguieran.

— Hubiera sido más inteligente acordar un punto de encuentro — habló Kiba molesto — Tendremos que recorrer todo el camino de vuelta a Shimogakure — Hinata observó a su amigo con pesar, entendiendo su punto.

— Por primera vez dices algo coherente Kiba — dicho esto empezó a seguir a los ninjas de Kumo.

— Cuando se pone así no lo soporto — espetó apretando los puños.

— Ánimo Kiba-kun — tocó su hombro y se dispuso a seguir a su compañero.

Después de rumiar por lo bajo, el castaño decidió hacer lo mismo, aunque su orgullo se revelaba en su interior. No soportaba que lo trataran como un estúpido, pero por esta vez lo dejaría pasar.

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Se viene lo trágico :v

Espero les guste y nos vemos en la próxima (✿◠‿◠)