Igual a Nuestra Madre

Igual a Nuestra Madre by Blossom Komatsu

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Si alguna cualidad de ella realmente amaba Gaara, era verla ser la mejor madre de todas. Incluso, mejor que la suya.

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Sunagakure, de mañana

Gaara estaba realmente sorprendido de ver que Sakura se haya levantado antes que él; suspiró, a su lado siente como si nada malo hubiese sucedido y duerme, duerme a pata suelta.

Aunque amara dicho efecto, debía de desayunar e ir a trabajar.

Bajó con cautela hallando a su familia en pleno desayuno, todos absortos sin notarlo. Kankuro dejaba que Amagi lo limpiase cual niño, Shinki seguía con sus asuntos, Baki y Matsuri conversaban de quién sabe qué, Roku, Shoji y Sunako peleaban con un cupcake, y Sakura los separó.

- Buen día.

- Ah, buen día Gaara, cómo dormiste?

- Igual que siempre- ella sonrió, no necesitó más palabras para saber que estupendamente.

- Dejen de pelear les dije, o acaso no oyen? Shoji, ya comiste mucho, déjale a tus hermanos. Sabes cómo son las reglas.

- Ah!- protestó el niño pelirrojo- Y porqué tío Kankuro sigue comiendo?

- Porque parece que también olvidó las reglas de esta casa- dijo sacándole un cupcake de la boca a su cuñado.

- Oh, vamos Sakura, yo no soy un niño!

- Por supuesto que si, te comportas como uno, ya termina de desayunar Kankuro.

Tal y como dijo la señora Haruno terminaron rápido la hora de desayunar y Gaara no podía dejar de pensar lo cómico que fue todo en tan sólo dos minutos. Jamás sintió tanto alivio como con su familia, años en soledad y la cura fue Sakura y su amor.

No se arrepiente de nada.

- Gaara, no sueñes en el trabajo que si no Suna se hunde.

- Lo sé, lo sé, déjame trabajar.

- Ay si tú, trabajar, seguro pensabas en Sakura, no?

Gaara se puso colorado enseguida, Kankuro lo conoce tan bien que ni necesita pensarlo mucho para adivinar.

- Déjame en paz, es mí mujer.

- Lo sé, por eso te molesto- rió su hermano.

A pesar de tener los papeles en frente y releerlos una y otra vez, Gaara no dejaba de pensar en Sakura.

Raro, considerando que llevan casados más de una década.

- Oye, Gaara.

El aludido dio un respingo asustado, estaba muy concentrado.

- Si?

- Ve hablar con tu hija, creo que está llorando.

Las palabras de Kankuro lo levantaron enseguida, jamás su Sunako lloró, porqué ahora?

Su mente estaba nublada de preocupación y odio, quien se atrevió a hacer a su niña llorar? Lo pagaría caro.
Sólo tres mujeres vivas ocupan el corazón del Kazekage, y esas son Sakura, Sunako y Temari.

- Hija?

- Vete.

No le sorprendió en absoluto que ella reaccionara de la misma manera que su madre. Y a eso había que sumarle una frialdad característica de Gaara.
Esa niña sacó lo peor de ambos.

Intentó entrar en completo silencio así acercarse.

- Te dije que te fueras- pero no funcionó.

- Acaso es algo que tu padre no deba saber?

Removió su cabeza sobre la almohada, significaba que sí.

- Vamos, no me iré hasta que me digas.

- No te diré.

Iba a rendirse si no fuera que prometió no irse, y él sabe lo malo que es consolando.
A veces incluso la empeora.

No quiere ver a su niña llorar más todavía.

Esperar no era buena opción, conoce a Sunako y ella no cede fácilmente, es parecida a la madre en ese aspecto.
La niña sin dudas sacó lo peor de ambos.

Y si de esperar se trata, su frialdad y terquedad es exactamente lo que heredó de ambos Shinobi. Gaara y Sakura, respectivamente.

Sin mas opción que quedarse allí, la puerta del cuarto fue abierta muy poco, aunque lo suficiente para que pasara la delgada línea de luz solar. Y la figura de su mujer se hizo presente.

Ella movió la mano para que se acercase, y obedeció.

- Qué pasa?

- Deja, yo hablo con ella, gracias Gaara.

- Segura?

- Si, tú ve tranquilo, cualquier cosa te aviso.

- Lo que sea?

- Si hay un chico al cual matar por herirla, te aviso- rió Sakura sabiendo de sobra sobre los celos paternales de su marido.

Gaara se fue del cuarto con un poco más de calma, confía plenamente en las habilidades de su mujer como médica, madre y esposa. Especialmente esposa.

Llegando a su oficina vio como, Shoji y Roku, peleaban por el Señor Abrazos.

- Oigan, lo van a romper, no se los dije ya?

- Perdón papá- dijo el mayor. Roku sólo bajó la cabeza siendo ese el mayor gesto que podía a sus dos años.

- Ya están grandes para pelear, no quieren ayudarme en la oficina?- los niños le vieron entusiasmados, siempre quieren ayudarle.

- Y pongo estos papeles aquí?

- Por favor hijo.

Gaara veía orgulloso al mediano, con sus ocho años tenía una fuerza descomunal entrenada por su mismísima madre.

- Roku, no babees los papeles de papá, sí?

El pequeño pelirosado fue por una pluma dejando los papeles algo mojados.
Gaara rió, jamás podría haber imaginado antes que tales cosas así de simples lo harían tan feliz.

- Oye Gaara! Sakura está hablando con Sunako?

- Si, porqué?

- No lo sé, digo, ya que estás aquí. Niños! Quieren entrenar con su tío Kankuro?!

- SI!

Shoji fue tras su tío tomando al pequeño Roku en brazos, y Gaara decidió hacer lo mismo pero hacia el cuarto de su hija.

Sakura iba saliendo del mismo con sonrisa de autosuficiencia, sin dudas se podía considerar una buena madre.

- Y?

- No esperas a que yo vaya a contarte el chisme, cierto?

- No, me preocupa!

- Tranquilo, no fue nada grave, sólo una disputa con una compañera.

- Eh?

- Deja, cosas de mujeres.

- Siempre dices lo mismo.

- Es que es así Gaara, cosas de mujeres.

La vio irse con calma, aquella mujer lo enloquece en billones de sentidos.

(...)

Cenaron en completa calma o lo que Gaara llama calma.

Sus hijos gritando, Sakura en medio, Kankuro siendo mimado por su esposo y Shinki platicando con Matsuri y Baki.

Eso era calma para él, no sólo calma, si no también alegría y simpleza. Lo que quiere cada día.

Y llegó el momento más esperado para Gaara: la noche. Nada le parece mejor que dormir junto a su mujer y conversar en un idioma único para los dos.

- Oye, no tienes ganas de matar a la niña que molestó a Sunako, cierto?

- No, porqué?

- Supuse que quizás sí- rieron, a veces el Kazekage puede ser algo inestable.

- No me retrates como un loco- con Sakura era única persona con la cual podía bromear de eso. De su situación mental.

- Nah, como crees?

Se acomodaron así dormir, sin embargo.

- Sabes, a Sunako le gusta un chico.

Esas palabras casi lo hacen rabiar. Si no fuera que Sakura lo abrazó.

- Y ese chico tiene otra chica que gusta de él. Por eso Sunako peleó con ella, por celos. No te diré nombres, pero si dejas de reaccionar como recién ibas a hacerlo, quizás para la próxima ella misma te lo cuente.

- Tú crees?

- Si Gaara, tienes que infundirle confianza a tu hija o jamás confiará en ti de verdad.

- Sabes? Eres la mejor madre que conozco.

Toda la seriedad del asunto, se desvaneció con esa frase, Sakura todavía no se acostumbra a los piropos de su marido.

- Ah sí?

- Sí, la mejor.

- Mejor que Temari?

- Sí, mejor que Temari.

- Mejor que Karura?

Sakura no quería tentar tanto la suerte, pero es que enserio deseaba saber si Gaara la consideraba tan buena como su santa madre.

- Sí, mejor que mi madre.

Mejor que su madre misma.

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