❝07❞
El estridente llanto de un bebé lo despertó de golpe, sentándose en la cama con gran rapidez se arrepintió a los segundos, sintiendo como su cabeza comenzaba a dar vueltas y una fuerte punzada perforaba su cráneo, obligándolo a quedarse completamente quieto hasta que el dolor menguo.
Abriendo sus ojos una vez el dolor paso se encontró con su habitación siendo escasamente iluminada por el sol apenas saliendo que se filtraba por sus cortinas, dejando escapar un suspiro cargado de cansancio que pronto se volvió una sonrisa de labios juntos al escuchar nuevamente el llanto de la pequeña bebé Kim.
Ya serían tres días seguidos que despertaba con el llanto de la pequeña Yoona, siendo curioso lo puntual que era pues, observando su celular, pudo darse cuenta que eran las seis de la mañana, la misma hora que los días anteriores había sido despertado por la bebé. Sabía que por el momento no le molestaba, pues aun estaba toda la emoción de tener una bebé en casa, pero pronto se comenzaría a hartar de no poder dormir hasta tarde como tanto le gustaba.
No mentiría, esa lobita de cabello negro se había ganado su corazón en cuanto la tuvo en brazos y quedo con su mejilla cubierta de baba de bebé, era demasiado hermosa, tierna y suavecita como para no quererla, o como para no querer una igual. Aunque ese pensamiento se había ido tan rápido como llego después del primer día que fue despertado tan temprano.
La quería y la odiaba al mismo tiempo, era un amor odio que variaba según sus ánimos del día, y al parecer hoy la amaría más que odiarla, por el momento.
Desbloqueando su celular se encontró con un mensaje de su hermano avisándole que ese día iría a verlo, que lo esperara con algo delicioso para comer y varias cosas más que no se molesto en leer, solo contesto con un "Ok" para luego lanzar su móvil sobre la cama y levantarse de esta.
Con pereza descorrió las cortinas de la ventana consiguiendo un escalofrió por todo su cuerpo de solo ver los vidrios empañados, un claro indicio que fuera hacía demasiado frío como para salir. Solo con eso supo que colocarse ese día, optando sin pensarlo por un pantalón de chándal grueso y una sudadera de apariencia "peluda" que amaba por lo suave y abrigador que era.
Luego de calzarse sus sandalias para estar en casa y de cepillar sus dientes en el baño, abandono la habitación caminando con demasiada pereza hacía las escaleras, bajando con lentitud, siendo guiado hasta la cocina por los gimoteos de la pequeña Yoona quien, en brazos de Seokjin, bebía de un pequeño biberón rosa.
-Buenos días, hyung... -Saludó el pelinaranja pasando a un lado del mayor, dejando una pequeña palmada en uno de sus hombros, consiguiendo despertarlo y asustarlo a la vez.- Lo siento pero la cachorra se iba a caer.
-Buenos días Jiminnie, y gracias... -Sujetando de mejor forma a su hija mientras seguía con la mirada al menor, bostezo consiguiendo contagiar a este quien colocaba la cafetera para poder desayunar.- ¿Te despertó Yoona?
-Que comes que adivinas... -Murmuró encaminándose hasta el refrigerador, sacando de este un pote con mermelada de moras que el mismo había hecho la tarde anterior luego de escabullirse al bosque para buscar este fruto.
En silencio preparo su desayuno, no sin antes ofrecerle algo de comer a Seokjin quien se negó excusándose con esperar a su alfa para comer, algo que muy en el fondo molesto a Jimin pues llevaba varios días desayunando solo, pues el alfa Min había tenido que viajar hasta Seúl nuevamente, esta vez para acompañar a su hermana quien se llevaba con ella a Kihyun, siendo este la razón por la que Yoongi debía acompañarlos, para evitar que escapara.
Al menos no tendría que encontrarse con ese molesto intento de alfa altanero, aunque luego de haberlo sometido con su aroma no se había vuelto a cruzar con él, de seguro por miedo, pues era obvio que aun siendo "omega" le ganaba tanto en fuerza como en dominio, algo que lo dejaba como un alfa patético.
Pero eso no era su culpa, Kihyun lo había intentando intimidar primero y el zorro no volvería a permitir algo como eso de parte del hermano adoptivo del alfa pelinegro, ni siquiera en presencia de este, y mucho menos luego de escuchar la petición del lobo para ser su pareja.
Quizás se volvería la pareja del líder de la manada más poderosa de Daegu, se volvería su compañero y en un futuro padre de sus cachorros, por lo que tenía muchas más razones para defenderse y mostrarse digno de tan importante Alfa.
Y aunque le haya dicho que lo iba a pensar, con su ausencia se daba cuenta lo mucho que lo extrañaba, aun cuando habían sido unos cuantos días los que se había ido, una parte de él se sentía inquieta sin el lobo a su alrededor, aminorando este malestar solo en presencia de la pequeña cachorra que ahora dormía en brazos de su padre omega.
-Oye, Jiminnie... -La suave voz de Seokjin le hizo alzar la vista, dándose cuenta lo concentrado que estaba en comer y beber el humeante café.- Hoy vuelve Yoongi.
Una repentina tos lo ataco luego de escuchar las palabras del mayor, viendo entre lagrimas como este reía lo más silencioso que podía para no despertar a su hija quien debido a la tos del zorro, se había removido inquieta en los brazos de su progenitor.
Una vez su tos se calmó y luego de limpiar con algo de brusquedad sus ojos, tomo una gran bocanada de aire soltándolo en una fuerte exhalación, fijando sus pequeños ojos en el lobo frente a él que lo miraba divertido mientras mecía a la bebé.
-Que bueno... -Fue todo lo que dijo Jimin, avergonzándose por la risa burlesca del mayor, formando un pequeño mohín con sus labios que lo hizo ver demasiado tierno a ojos del rubio.
-Dijo que te traería algo lindo, así que si no te da nada al llegar, golpéalo.
Ahora ambos rieron por las palabras del mayor, siendo sus risas interrumpidas por el bostezo de Namjoon quien entraba a la cocina vestido únicamente con un pantalón, exaltando al pelinaranja quien rápidamente volteo hacia el omega rubio, pero para su sorpresa este observaba al alfa con completa adoración, importándole poco que el zorro pudiera ver su torso desnudo.
Fueron segundos los que necesito Jimin para entender la calma en Seokjin, y es que ¿Por qué se pondría celoso o sería territorial cuando los ojos de su alfa estaban centrados en la hija de ambos? Era un hombre emparejado y con una bebé en su vida, llevando sobre él el aroma de su omega y la característica esencia a leche de los bebés. Kim Namjoon tenía dueño y era más que obvio quien era.
-Buenos días mis amores... -Con un pequeño beso en los labios del omega, y otro en la frente de la bebé, saludo a los más grandes amores de su vida, levantando al fin su vista de ellos para observar al zorro quien le sonrió con las mejillas repletas de tostadas con mermelada.- Buen día, Jimin.
-Bu-en... -Tragando lo que tenía en la boca y luego de tomar un sorbo de café, carraspeo intentando aclarar su voz distorsionada por la comida.- Buen día. -Volvió a saludar, sonriendo risueño y contagiando a la pareja.
Siendo las siete y treinta de la mañana el sigma dejo la cocina, permitiendo que la pareja allí dentro pudiera desayunar tranquilos, yendo directamente a su habitación para intentar dormir unas horas más pues se las tenía más que merecidas, después de todo en la tarde llegaría su hermano para quien sabe qué y no le permitiría descansar absolutamente nada.
Por otra parte, también llegaría Yoongi y no sabía exactamente a que hora, por lo que debía aprovechar si o si de dormir en ese momento que los únicos en la casa estaban demasiado ocupados siendo padres como para ponerle algo de atención, lo cual agradecía inmensamente.
Con ese pensamiento en mente se quito las sandalias, la sudadera y los pantalones, metiéndose a la cama solo en una camiseta de mangas largas, queriendo estar lo más cómodo posible para dormir cuanto antes. Dispuesto a colocar música en su celular, se encontró con algunos mensajes de cierto alfa que lo sorprendieron, pues este nunca le había mensajeado antes, ni siquiera sabía que tenía su numero, lo más probable era que Seokjin se lo haya dado.
"¿Estas despierto?" "Creo que no" "Llegaré al medio día, salgamos" "¿Te gusta la barbacoa?".
Eran los mensajes que tenía de Yoongi, los cuales consiguieron hacerlo sonreír por lo divertido de la situación, después de todo estaba siendo invitado por el alfa que lo quería como compañero a comer una deliciosa barbacoa, nada de restaurantes elegantes donde debía ir vestido de etiqueta, no señor, irían a un lugar que de solo imaginarlo le agradaba.
"Me fascina la barbacoa" fue su respuesta, ahora si dispuesto a dormir, viéndose interrumpido por la rápida respuesta del lobo.
"Te quiero guapo para nuestra cita, aunque ya lo eres".
Sintiendo su rostro caliente dejo ir una suave risa, avergonzándose por lo bien que se sentía ser tratado de esa forma tan extraña para él pues como había dicho el alfa, sería una cita, su primera cita ya que después de todo, por su odio hacía los alfas nunca lo habían invitado a salir, tenía una mala reputación entre los zorros jóvenes de su manada, y no era de extrañar teniendo en cuenta lo agresivo que era con ellos.
Pero que más daba, todos eran unos idiotas cabezas huecas que intentaban llamar su atención viéndose fuertes, siendo engreídos e intentando "cuidarlo" cuando él no lo necesitaba, sabía cuidarse solo, sabía defenderse y era mucho más fuerte que varios de esos alfas cabeza de rábano como los llamaba su hermana.
Por otro lado estaba el alfa pelinegro, quien nunca había intentado cuidarlo, dejando que estuviera por su cuenta y se defendiera solo, confiando tanto en su fuerza y en su valentía como para permitir que lo protegiera de su hermano, algo que nunca se le iba a olvidar a Jimin pues era la primera vez que veía a un alfa resguardarse tras un omega, aun cuando en realidad era un sigma, lo que era prácticamente lo mismo pero con mucha más fuerza y dominio.
Tenía muchas cosas buenas que pensar y decir sobre el lobo, cosas que le hacían replantearse su creencia de que todos los alfas eran iguales, dejando siempre como excepción a su hermano y a su padre, aunque ahora también entraban en ese grupo Yoongi, Namjoon y Chaerin.
Con su cabeza llena de mil y un pensamientos logro quedarse dormido por unas cuantas horas, ignorando lo que pasaba a su alrededor hasta que una extraña calidez lo envolvió por la espalda, despertándolo poco a poco hasta que el ya conocido aroma a pino y eucalipto de su hermano mayor lleno su olfato, sonriendo como un niño pequeño por lo bien que su corazón se sintió.
No se había dado cuenta de lo mucho que extrañaba a su revoltoso e infantil hermano, y tenerlo en ese momento abrazándolo y dejando suaves caricias en su cabello, lo hacía sentir como cuando tenían siete y doce años.
-Buenos días, feo durmiente... -Con una burlesca risa Hoseok lo saludó, liberándolo de su abrazo para que se volteara, recibiendo un suave golpe en el estomago que lo hizo quejarse dramáticamente.- ¡Me muero!
-Cállate, idiota, Yoona puede estar durmiendo... -Empujando al mayor logro liberarse completamente de él, sentándose en su cama y dando un gran bostezo, viendo a su hermano recoger sus pantalones para entregárselos.
-¿La bebé? -Preguntó curioso, recibiendo un pequeño asentimiento del zorro menor.- Esta más despierta que yo luego de una película de terror, quien esta durmiendo es ese hyung rubio... -Al notar la mirada curiosa de su hermano se encogió de hombros, indicando la puerta con la cabeza.- Cuando llegue me abrió el segundo al mando, su omega estaba en el sofá durmiendo con la bebé sobre su pecho.
No pudo evitar sonreír ante esa imagen mental que era demasiado tierna para salud, y también demasiado agotadora, pues sabía que su hyung estaba más que agotado cuidando de la bebé, aun cuando solo tenia una semana de nacida, o casi una semana.
De solo pensar en tener que cuidar de un ser que dependía completamente de él, se le quitaban todas las ganas de tener hijos, aunque estas volvían al recordar las palabras de Yoongi hace unos días atrás, donde le prometía ayudarlo a cuidar a los cachorros que tuvieran, si es que algún día estaba listo para tenerlos.
Al recordar eso fue inevitable sonrojarse que cuando su hermano se le quedo mirando con rostro sorprendido, solo pudo soltar un chillido propio de los zorros, ahogándose en su vergüenza por seguir pensando en cachorros y en el lobo alfa. No entendía que le pasaba, quizás ver a Seokjin con la bebé le hacía tener pensamientos descabellados, y la ausencia de Yoongi lo hacían pensar en él.
Daba igual, ahora que escuchaba a Hoseok reír burlesco, solo quería ser enterrado vivo, cuanto antes mejor.
-Traje dumplings de carne y de verduras, los hizo Taehyung para ti... -Caminando hacía la puerta salió de la habitación, siendo seguido por el menor.- Me dijo que pronto vendría a verte, que ahora estaba muy ocupado con sus clases.
-¿Sigue tomando clases de saxofón? -Pregunto más que curioso, pues pensó que su mejor amigo las dejaría al no tener dinero para pagarlas.
-Por supuesto que sigue en ello, no iba a permitir que mi omega desechara su sueño solo por la falta de dinero... -Pudo notar el ceño fruncido de su hermano mientras bajaban las escaleras, sonriendo orgulloso de escucharlo hablar así, se parecía demasiado a su padre.- Conseguí otro trabajo de medio tiempo para ayudarlo, y también para comprarle un saxofón y que no deba pedir prestado el de las clases.
Algo sorprendido solo pudo asentir a las palabras del pelirrojo, siguiéndolo hasta la cocina ya en completo silencio, y es que sabía que trabajaba como profesor amateur en una escuela de danza cerca de casa, siendo esto de lunes a viernes, lo que significaba que su nuevo empleo seria en la noche.
Al pensar eso observo a su hermano con el ceño fruncido aun cuando este le estaba sirviendo en un plato unos cuantos dumplings junto a unos vasos de bubble tea de frambuesa, el cual era su favorito, pero aun así no aparto sus ojos del zorro mayor.
-Jimin-ah, para por favor... -Riendo nervioso intento cubrir el rostro del menor con una de sus manos, recibiendo un golpe en esta cambio, haciendo una mueca debido al dolor.- ¡Oye, mocoso!
-¿Estas trabajando en la noche también, Park Hoseok? -Con el ceño aun fruncido tomo de mala gana su vaso comenzando a beber de este, sonriendo imperceptiblemente por la mezcla del té rojo con la frambuesa.
-Pues si, mi sueldo de profesor no me alcanzaba para pagar mis propias clases y las de TaeTae, así que conseguí otro trabajo como guardia en un club nocturno... -A tiempo cubrió su cabeza, chillando al sentir un fuerte golpe en su mano, lloriqueando al ver a Jimin con una sandalia en su mano libre.- ¡Con eso no me golpees! ¡Bruto!
-¡¿Cómo se te pudo ocurrir conseguir ese puto trabajo?! ¿Y si te hacen algo, imbécil? Hijo de- no, mi madre no tiene la culpa de tu estupidez.
-También es mi mami... -Con un acentuado mohín en sus labios tomo su propio vaso, dando pequeños sorbos a este sin quitar sus ojos del rostro molesto del pelinaranja, comenzando a sentirse mal pues, aunque le costase admitirlo, su hermano podía tener razón.
Un par de horas después y ya en compañía de los padres primerizos, Jimin se permitió dejar de matar con la mirada a su idiota hermano mayor, aun cuando sabía que lo que hacía era para ver a su pareja feliz, no podía evitar molestarse al pensar en lo peligroso que era trabajar de noche, en especial siendo el único hijo alfa del líder de la manada, después de todo el liderazgo recaía en él.
Si algo le llegase a pasar al sucesor del alfa Chanyeol, él como segundo hijo debía tomar el poder, lo cual sería demasiado difícil considerando que todos creían que era un omega, por lo que le pedirían estar emparejado con un alfa que sí pudiera hacerse cargo de la manada, lo cual en verdad odiaría.
Así que sus razones para estar molesto con su hermano eran varías y muy entendibles, tenia todo el derecho de querer golpearlo como en ese momento, cuando muy emocionado le contaba a Namjoon las cosas "divertidas" que había visto en el club.
Sin reprimirse le lanzo su vaso ya vacío en la cabeza, escuchando el jadeo sorprendido de Seokjin quien ya se había acostumbrado a la actitud calmada de Jimin, pero verlo en ese momento tan enojado y siendo impulsivo, lo había sorprendido demasiado. Y más aun al sentir la pesada aura que emanaba y lo fuerte que su aroma se había vuelto.
-Ya no tomas la medicina de mamá. -Fue todo lo que dijo Hoseok, consiguiendo la atención de los mayores, quienes se extrañaron al verlo tan serio, algo impropio en el risueño zorro.- Es peligroso para ti no tomarlas.
-Dirás que es peligroso para ustedes... -Aun más molesto se levanto de la mesa, levantando su vaso y yendo a botarlo a la basura, dispuesto a irse a su habitación pero siendo detenido por su hermano.- Suéltame o te arrepentirás.
El sonido de la puerta siendo abierta exalto a todos en la cocina, en especial a Jimin quien al sentir el ya conocido aroma a café comenzar a acercarse, disminuyo rápidamente su aroma sorprendiendo una vez más a todos allí, pues el ambiente hostil en la habitación se fue a la par que lo hizo su aroma.
Pronto se vio a Yoongi asomarse por la entrada de la cocina, sonriendo casi infantilmente cuando sus ojos se encontraron con los del zorro menor, dejando a la vista sus encías y dándole una apariencia mucho más joven que consiguió apaciguar la molestia en Jimin. Este rápidamente se acerco al alfa, ignorando completamente que momentos antes había golpeado y amenazado a su hermano, dejando a los tres allí en la mesa más que confundidos y algo temerosos.
¿Cómo era posible que controlara tan bien su aroma y sus emociones? Pues era bien sabido que el aroma que uno desprendía estaba muy ligado a lo que sentías en ese momento, siendo extremadamente difícil mentir cuando te sentías mal o molesto, pero pareciera que para Jimin eso no era un problema.
-Llegas temprano... -Una vez frente al alfa se permitió sonreír de esa manera que sus ojos desaparecían, escuchando algo avergonzado como el mayor suspiraba. Aunque poco duro su semblante alegre al escuchar una silla siendo descorrida, volteando con lentitud hacía la mesa, donde su hermano se ponía de pie.
-Buenos días, líder Min... -Saludó cortésmente el joven alfa, acercándose al lobo quien con una pequeña sonrisa le tendió la mano, recibiendo un fuerte apretón por parte del menor.- Espero haya tenido un buen viaje.
-Algo tedioso pero todo bien, gracias... -Soltando a Hoseok fijo su vista en Jimin, quien no le quitaba la vista de encima al pelirrojo.- Jimin, ve a cambiarte para que salgamos.
Con un pequeño asentimiento se encamino a las escaleras algo reacio a dejar a su hermano cerca del alfa, pues sabía que en cuanto se fuera, este le hablaría sobre sus medicinas y su conducta, algo en lo que estaba trabajando para cambiar pero que su estúpido hermano había arruinado.
Pero Jimin no podía estar más equivocado, pues en cuanto se perdió en las escaleras, fue Yoongi quien adopto un semblante serio jalando del brazo al zorro y encaminándose a la mesa donde su segundo al mando y Seokjin lo observaban confundidos. Ni siquiera pudieron saludarlo cuando el pelinegro gruño molesto, dejando a la vista sus dientes e intimidando incluso a los alfas ahí presentes.
-¿Qué mierda paso para que Jimin perdiera el control? -Notando los rostros confundidos volvió a gruñir, pasando ambas manos por su cabello, despeinándolo debido a la frustración.- Entro y lo primero que siento es una jodida patada en el estomago que casi me derriba, y todo por el fuerte y agrio aroma de Jimin, así que ahora me dirán ¿Qué le hicieron?
-Se molesto por mi trabajo como guardia en un club nocturno... -Rápidamente Hoseok respondió algo molesto al entender que el líder Min ya sabía sobre la condición de su hermano.- Debe tomar sus medicinas o cada vez será peor.
-Ni lo pienses... -Negando a las palabras del zorro tomo asiento en la esquina de la mesa, sintiendo la suave y cálida caricia que Seokjin dejo en su rodilla, en una muestra de apoyo silencioso.
Al notar como el rostro del menor se colocaba levemente rojo debido a la rabia contenida, Namjoon se puso de pie colocando una mano en el hombro de este, intentando calmarlo tal cual su omega intentaba calmar a Min, siendo más fácil con este pues solo se necesitaba su aroma a omega, en cambio con Hoseok fue más difícil, pues este solo quería lanzarse sobre el pelinegro pero por respeto se contenía.
-Mi hermano no es normal, él- -Antes de que pudiera seguir Yoongi levantó una de sus manos, deteniendo sus palabras.
-Nunca vuelvas a decir eso. -Colocándose de pie avanzó hacia el zorro, notando como este bajaba la cabeza ante su demandante presencia.- Jimin es un sigma, un omega dominante realmente fuerte y valiente... -Suavemente coloco una mano en el cuello del menor, incentivándolo a alzar la cabeza, notando los temblorosos ojos de este.- Mientras Jimin este a mi lado no es necesario que tome su medicina, puedo calmarlo con relativa facilidad así que no te preocupes.
-Puede ser peligroso... -Musitó algo desconfiado, alejándose de los mayores mientras se pasaba una mano por la frente, cerrando los ojos debido al repentino dolor de cabeza que lo invadió.- No se a que se refiere con eso de sigma, pero mi madre siempre nos dijo que Jimin no era normal, nunca de mala manera, pero era obvio que no era un omega al verlo pelear a puños con los alfas.
-Tu hermano es un sigma, un linaje perdido al igual que los gammas y los nacidos deltas... -Al escuchar a Namjoon abrió sus ojos en asombro, fijando su vista en él.- Tiene un dominio similar al de un alfa, puede quedar embarazado como un omega y hacer una marca temporal como los betas.
Era mucha información para procesar y eso lo demostró al alzar sus manos como si estuviese rendido, girándose hacia la puerta y siendo seguido únicamente por Yoongi, pues tanto Namjoon como Seokjin corrieron escaleras arriba al escuchar a su hija llorar a través del monitor de bebé que había sobre la mesa.
Sabía desde pequeño que su hermano era alguien especial, después de todo su difunta abuela le había contado que hace muchos siglos no nacía un niño con el cabello anaranjado, propio de la extinta tribu de zorros de fuego. Al principio no le pareció raro el cabello levemente claro de su pequeño hermano, pero cuando lo vio en su forma animal, supo a lo que se refería su abuela.
El recuerdo de aquello lo hizo mirar curiosamente al lobo quien se exaltó por el repentino escrudiño del menor, el cual duro varios segundos hasta que rápidos pasos se escucharon en las escaleras, delatando a Jimin quien llegando a los últimos escalones se tropezó, cayendo de rodillas.
Antes de que pudiera voltearse e ir a ayudar al zorro, el hermano de este lo detuvo del brazo y se acerco a su oído, causándole un molesto escalofrió.
-Dile que te muestre su forma animal, y entenderás porque los omegas de nuestra manada lo molestaban. -Soltándolo dejo que ayudase al menor, notando como este lo observaba en completo silencio.- Adiós, Jimin-ah, Taehyung vendrá en unos días, trátalo bien.
Y con eso abandono la casa Min, dejando al alfa más que confundido y a su hermano demasiado molesto y curioso por saber que le había dicho a Yoongi en su ausencia, aunque eso el mismo lobo se lo haría saber muy pronto.
Jimin en su forma animal.
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