❝05❞


Los suaves golpes en la puerta junto a la fría ventisca que entraba por la ventana entre abierta comenzaron a despertar al zorro, quien a tientas buscaba algo con lo que cubrirse del frío, extrañándose y agradeciendo cuando este dejo de sentirse de un momento a otro, siendo sustituido por el agradable calor que algo a su lado comenzó a desprender, junto al tranquilizante aroma a café y menta que parecía envolverlo completamente.

Estaba dispuesto a seguir durmiendo cuando suaves caricias comenzaron a ser dejadas en su cabello, mejillas y pronto en su cuello, causando que despabilara por completo, abriendo sus ojos en el momento que el alfa frente a él los cerraba completamente relajado, en ningún momento apartando su cálida mano del cuello del menor.

Jimin solo se quedó observándolo por largos segundos que parecieron eternos, pero cuando el mayor volvió a abrir los ojos y le sonrió de esa manera tan inocente al enseñar sus encías, no pudo evitar sonreír él también, creando un ambiente aún más agradable para ambos.

-Buenos días, zorro valiente... -Murmuró Yoongi aun adormilado, dando un pequeño bostezo que logro cubrir con su antebrazo. Al notar como Jimin solo lo miraba algo confundido sonrió divertido, pasando su mano por los desordenados cabellos anaranjadas del menor.- Ayer en la reunión te volviste famoso por ser tan valiente, escuche que los omegas y algunos alfas respetables te llamaban "El zorro valiente".

-¿En serio? -Completamente orgulloso de sí mismo sonrió, contagiando al pelinegro que, honestamente, también estaba orgulloso del zorro.- Ahora soy un puto Dios.

Riendo por las ocurrencias del menor se enderezo en la cama quedando sentado, provocando que la camisa que llevaba sobrepuesta cayera de sus hombros, dejando ver su espalda desnuda y tatuada, algo que el pelinaranja jamás se esperó. Por esa razón con movimientos rápidos se sentó en su sitio, posando una de sus manos sobre la piel pintada del lobo quien, al sentir el cálido tacto del chico en esa zona, se espantó.

A punto estaba de apartarse cuando la suavidad con la que Jimin trazaba las líneas lo hizo quedarse quieto, esperando expectante a lo que el chico pudiese decir, escuchando nada más que un "Woah".

-Es hermoso... -Murmuró después de varios minutos de observar la gran imagen de un lobo y el bosque que Yoongi tenía tatuada en toda la espalda, preguntándose como no lo había notado antes, si los detalles llevaban hasta el cuello.- ¿Cómo no lo vi?

-Lo cubro... -Volteando hacia el zorro dejo que viera su pecho, donde una gran cicatriz surcaba desde el hombro izquierdo hasta el centro de los pectorales, dejando al sigma mucho más sorprendido que antes.- El maquillaje y la piel sintética hacen maravillas... -Al notar el aun confundido rostro del menor rio divertido.- Ser un alfa líder de una manada que no te respeta, es difícil.

Colocándose de pie camino hasta la puerta donde permanecía colgada una camisa negra bastante larga la cual se colocó, dejándola abierta regreso su vista al joven confundido en la cama quien no apartaba la mirada de él. Sabía que debía tener demasiadas preguntas en su pelinaranja cabeza, y estaría encantado de responder cada una de ellas, pero su estómago le estaba exigiendo algo de alimento.

-Desayunemos y continuamos hablando. -Propuso indicando la puerta, recibiendo un rápido asentimiento por parte del chico quien rápidamente se colocó de pie dejando caer la delgada sabana que lo cubría, asustándose al estar solo en ropa interior.- Si te lo preguntas, no te hice nada, solo te quite la ropa y te acosté.

-Más te vale. -Fue lo único que dijo mientras se vestía con un chándal suelto igual al que ocupaba Yoongi pero de color gris y un cárdigan de hilo, una vez listo se acercó al lobo y, con mucho cuidado trazo las cicatrices en su pecho, percatándose que se trataban de un gran zarpazo.- ¿Fue un lobo?

-Y uno grande. -Riendo por el recuerdo tomo de la mano al menor, saliendo de esa forma de la habitación, sin percatarse que desde unas cuantas habitaciones atrás, una astuta loba los observaba.

Una vez en la cocina fue Yoongi quien se encargó de preparar un desayuno decente para ambos, gustándole la compañía del pelinaranja a su lado pues en todo momento estuvo observando lo que hacía y ayudándole en lo que podía o veía oportuno, sacándole más de una sonrisa al verlo ser tan amistoso cuando en un principio era distante con todo el mundo.

Debía admitir que tener la compañía del lindo zorro había vuelto su día a día mucho más agradable y llevadero, en vez de estar encerrado en su despacho desde temprano en la mañana hasta altas horas de la noche, podía desayunar con el chico, pasar el día leyendo ya fuese en el living o en su despacho y al llegar la noche conversar trivialidades hasta que el sueño se apoderara de ellos.

Si le dieran a elegir tener un día perfecto, definitivamente este sería en compañía de Park Jimin.

-Todo listo... -Musitó el pelinegro dejando la taza de café frente al zorro quien se lo agradeció con una sonrisa encantadísimo por el delicioso desayuno que el lobo había preparado.

Frente a ellos en la encimera había una taza de café para cada uno, dos platos con hotcakes, uno bañado en miel y el otro en chocolate, y varias tostadas con mermelada de moras que le hacían agua la boca de lo bien que olía. Pero en definitiva lo que más te habría el apetito era el fuerte aroma del café que debido al aroma natural del alfa, se intensificaba.

-En serio me sorprende que sepas cocinar... -Murmuró con panqueques en la boca mientras chocolate se resbalaba por sus labios, enterneciendo al alfa quien le tendió una servilleta para que se limpiara.- Los alfas de mi manada solo saben comer, a los únicos que he visto cocinar es a mi padre y a mi hermano.

-A mi madre le gustaba cocinar y le enseño a mi padre cuando supo que estaba embarazada, así él nos enseñó a Chaerin y a mi... -El tenue aroma de su hermana llego hasta su nariz, alzando la vista de su taza de café al verla entrar a la cocina, haciéndole señas para decirle que solo iba por una botella de agua.- Nuestro padre nos educó para ser buenos alfas tanto para la manada como para la familia.

-El único tropiezo fue Kihyun... -Fue la peliplata quien hablo, caminando devuelta hacia la entrada de la cocina con una botella de agua fría en las manos.- Por ser alfa cree que es superior a todos.

Al voltear hacia Yoongi pudo ver como este asentía con una sonrisa decaída, supuso que el ver a su hermano ir en la dirección opuesta a lo que había querido su padre, le entristecía. Queriendo cambiar de tema y saciar su curiosidad, alzo su mano hasta el pecho del alfa y enterró su dedo ahí donde las cicatrices deformaban su blanquecina piel, para después indicar su propia espalda haciendo alusión al tatuaje.

Dejando los cubiertos sobre el mesón se acomodó en el taburete mientras con una servilleta limpiaba sus labios, carraspeando al sentir como la masa del hotcake molestaba en su garganta. Ya cómodo y sin peligro de ahogarse fijo su felina mirada en el rostro curioso y graciosamente sucio el zorro, aguantando las ganas que tenía de limpiarle el mismo los labios y mejillas.

-El tatuaje en mi espalda es el lobo de mi madre, y el bosque es donde mi padre esparció sus restos, me tatué a los 18 años cuando buscando entre los libros de mi padre encontré la foto de mi madre en su forma lobuna. -Llevando una de sus manos hasta su hombro sonrió al recordar lo doloroso que había sido. Pues los cambiaforma al tener la habilidad de sanación acelerada, la tinta que debieron ocupar era prácticamente tóxica para su cuerpo.- Chaerin también la tiene tatuada pero en el muslo derecho.

-Debió doler mucho... -Asintiendo a las palabras del pelinaranja tomo su taza de café, dándole un gran sorbo y haciendo una mueca debido a lo caliente que estaba, pero disfrutando del amargo sabor de este.- ¿Y las cicatrices?

-Cuando mi padre informo que dejaría el liderazgo y se iría a Seúl, muchos lobos que se creían lo suficientemente fuertes para liderar quisieron tomar el mando, pero mi padre ya había decidido que yo lideraría esta manada y Chaerin se iría con él a Seúl... -Con calma delineo con la yema de sus dedos las cicatrices que cruzaban su pecho, deteniéndose al llegar al centro de este.- Un alfa me desafío, acababa de cumplir 18 años por lo que todos creían que era un alfa débil.

-¿Y no lo eras? -Preguntó divertido al notar lo orgulloso que estaba de sí mismo el pelinegro, consiguiendo que este soltase una relajada risa.

-¡Claro que no! -Respondió vivaz aun riendo, divirtiendo al chico frente a él.- Ese lobo logro darme pelea, y aun cuando era medio metro más grande que yo en su forma animal, logre desgarrarle el cuello, aunque claramente me lleve un recuerdo. -Indicando su pecho se encogió de hombros restándole importancia.

-Si no te importa ¿Por qué cubres tu tatuaje y las cicatrices?

-Por aparentar ser un alfa de clase. -Con completo desinterés respondió, rodando los ojos al ver nuevamente el rostro confundido del menor.- Los líderes de las otras manadas, los más viejos, me ven como un crío por ser tan joven, si supieran de mis cicatrices y tatuajes, perdería todo su respeto y necesito que me respeten para sacar a mi manada adelante.

-Pura mierda. -Fue toda la respuesta del zorro consiguiendo nuevamente que el alfa riera.

Y es que honestamente Jimin no lograba entender porque esa necesidad estúpida de los alfas por tener el respeto de otros, cuando él mismo había visto lo poco respetables y desagradables que eran los alfas viejos, teniendo a sus omegas como un objeto, como un trofeo, imposibilitándoles el hablar o el demostrar algo que no fuese sumisión.

En su opinión los únicos alfas a los que él podía respetar eran su padre, su hermano, Yoongi y los hermanos de este, aunque los amigos del pelinegro a los cuales pudo conocer en la reunión también le habían agradado, pues incluso ellos se sintieron incómodos al tener que dejar a sus omegas de pie en todo el transcurso de la estúpida reunión. Habían alfas tan buenos y otros tan desagradables que deberían perecer pronto, pero se guardaría eso para sí mismo.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos sobre el odio que sentía por los alfas despreciables que cuando una cálida mano se posó en su hombro, no pudo evitar dar un salto completamente asustado hasta el punto que se colocó de pie, dispuesto a golpear a quien lo haya asustado, pero al sentir el dulce aroma de la leche mezclado con el de las manzanas y la canela, se contuvo.

-Seokjin hyung, me asustaste... -Llevando su mano con premura hasta su pecho intento calmar el rápido ladito de su corazón, siendo imposible cuando un bajo quejido escapo de la boca del omega gestante.- ¿Hyung?

-Seokjin ¿Estas bien? -Con rapidez el lobo se colocó a un lado del rubio, rodeando la cintura de este, notando como la ropa de esa zona estaba húmeda.- Mierda... -Bajando la mirada noto lo mojado que se encontraban los pantalones del mayor, entendiendo de inmediato la situación.- ¿Sabes conducir? -Pregunto asustado al zorro quien asintió algo dudoso.

-Aun no tengo licencia pero algo sé.

-Enciende mi camioneta, en un momento iremos... -Tomando el rostro rojo del omega dejo un pequeño beso en su frente, viéndolo sonreír adolorido.- Todo estará bien Seokjinnie, solo sigue manteniendo la calma.

-Este bebé no podía elegir otro día para nacer... -Se quejó caminando hacia la entrada al escuchar como la bocina de la camioneta del alfa era tocada.- Justo el día que Namjoon no está.

De repente un fuerte golpe se escuchó frente a ellos dejando ver al zorro tirado en el suelo graciosamente, aunque poco duro cuando este se volvió a colocar de pie y corrió escaleras arriba escuchándose en cuestión de segundos otro fuerte golpe y un grito de dolor. Aguantando la risa los lobos continuaron su camino hasta el automóvil, siendo Yoongi sumamente cuidadoso al ayudar al omega a subir a los asientos traseros, ignorándolo cuando este se quejó de ensuciar los asientos por el líquido amniótico.

Pronto tuvieron a Jimin nuevamente junto a ellos pero trayendo consigo un gran bolso en una mano mientras en la otra llevaba su mochila, tirando ambas al asiento del copiloto para volver a entrar a la casa.

-No sé qué hace. -Murmuró el pelinegro mientras cerraba la puerta trasera, escuchando la adolorida risa de Seokjin.- Creo se volvió loco.

-¡Ya vámonos! -Subiendo a toda prisa al asiento del copiloto Jimin sonreía emocionado, haciéndole señas al alfa para que se apresurara.- ¡Vamos!

Sin más se apresuró a subir al escuchar como el omega gestante se quejaba demasiado adolorido, imaginando que las contracciones pronto le impedirían estar tranquilo por lo que debía llegar cuanto antes al hospital, ya una vez allí se encargaría de contactar a Namjoon y a Chaerin, lo importante ahora era el rubio.

-Namjoon hyung ya va hacia el hospital y Chaerin Noona dijo que se duchaba y nos alcanzaría allá. -Ambos lobos observaron al pelinaranja asombrados, viendo como sacaba un pantalón limpio del bolso que llevaba en sus piernas.- Traje ropa suya y del bebé que vi en su closet ¿Puede cambiarse o lo ayudo?.

-Y-yo puedo... -Recibiendo el chándal que le ofrecía el menor le sonrió agradecido, comenzando a sacarse el que ya tenía empapado y entregándoselo a Jimin quien lo guardo en una bolsa de plástico que traía en las manos.- Gracias pero ¿Cómo sabias que necesitaría esas cosas? No prepare nada.

-Me educaron para ser un buen omega, se todo lo que un omega debe saber, incluso como traer al mundo un bebé... -Al notar el rostro sorprendido el mayor se encogió de hombros.- Mis maestras eran bastante viejas.

Entregándole el bolso al omega para que revisara su contenido se volteo en el asiento, quedando de frente al alfa quien lo observaba de reojo mientras conducía, aun cuando lo estaba mirando de vez en vez no pudo evitar sorprenderse cuando las pequeñas manos el sigma comenzaron a quitarle la camisa, no pudiendo más que sacar sus brazos de esta sin apartar la vista del camino.

Fue en un semáforo en rojo que logro voltear hacia el zorro encontrándose con este ofreciéndole una playera ancha de mangas largas y una sudadera, calzándose ambas lo más rápido que pudo antes de que el semáforo volviese a cambiar. Antes de que volteara pudo verlo sacar otra playera que supuso era para sí mismo, y se lo confirmo cuando comenzó a quitarse el cardigan que llevaba encima.

-Ahora no pareceremos locos en pijama en el hospital. -Fue todo lo que dijo una vez estuvieron los tres mucho más decentes de cómo habían salido de casa, consiguiendo hacer reír a los mayores.

Un bebé llegaría al mundo ese día y la emoción no podía ser más grande.

Cinco largas horas de espera, más de veinte vasos de café, y muchos pero muchísimos nervios, Kim Namjoon volvía a la sala de espera con lágrimas en sus mejillas y la sonrisa más grande que los hermanos Min habían visto alguna vez en el primerizo padre. Su aroma cítrico estaba impregnado con el aroma a leche de su bebé y el dulce aroma de la felicidad que le daba una extraña pero agradable combinación a naranjas, pimienta y leche.

-¡Es una niña! -Gritos alegres lo recibieron como también fuertes abrazos por parte de los lideres Min que no cabían de felicidad, mientras que el risueño zorro le daba palmadas en la espalda intentando trasmitirle cariño a su manera.

-Al fin una niña, hace mucho que no nacía una en la manada. -Asintiendo Yoongi concordó con su hermana quien seguía abrazando al sensible alfa.- ¿Y cuál es su nombre?

Limpiando sus ojos y mejillas Namjoon tomo una gran bocanada de aire y lo soltó con lentitud pues, en cuanto le dijeron que tanto su bebita como Seokjin estaban estables y fuera de cualquier peligro, había corrido hacía sus amigos aun con los nervios a flor de piel y la adrenalina de estar en un parto recorriendo todo su cuerpo.

Y ahora que les diría a dos de las personas más importantes en su vida el nombre de su pequeña, necesitaba valor para no comenzar a llorar nuevamente al ver las lágrimas de sus amigos, porque estaba seguro que derramarían una que otra al escuchar ese nombre.

-Se llama Yoona... -Pronunció sintiendo como sus ojos volvían a empañarse al ver los rostros sorprendidos de los hermanos Min teniendo que desviar la mirada para aguantar el llanto, confundiendo a cierto pelinaranja que había decidido darles espacio al sentir como el aroma de los alfas se atenuaba.

-¿P-por qué...? -Pero poca fue la privacidad que les dio al escuchar la voz temblorosa del alfa pelinegro quien parecía a punto de llorar al igual que la peliplata a su lado quien había cubierto su boca con sus manos.

-Porque Seokjin así lo quiso, y yo no le veo el más mínimo problema a que mi bebé lleve el nombre de una mujer tan fuerte como lo fue tu madre, Yoongi...

Entendiendo completamente la situación Jimin decidió meterse entre los tres alfas y colocarse a un lado de Yoongi, sintiendo como este casi por instinto se recargaba en su cuerpo, siendo imitado por Chaerin, quedando entremedio de los mellizos.

En ese momento ambos necesitaban el apoyo de alguien que les trasmitiera consuelo, y que el zorro comenzara a liberar tenues feromonas con aroma a moras para intentar calmarlos, les había hecho saber que ahí estaba para lo que necesitaran.
No era fácil para ninguno de los dos el escuchar el nombre de su difunta madre que, aunque no la hayan podido conocer, vivía en sus corazones y en la sangre que corría por sus venas. Yoona había dado su vida por ellos para que su esposo no quedara solo en este mundo, dejando en sus retoños una parte de ella que sabía jamás desaparecería, sabiendo que juntos harían feliz a su esposo.

Y ahora al saber que escucharían continuamente el nombre de la gamma día con día al vivir con la familia Kim, les había caído como un balde de agua fría. No les desagradaba y mucho menos les molestaba que Seokjin y Namjoon decidirán ponerle ese nombre a la bebé, al contrario, amaban la idea y se sentían enternecidos.

Simplemente no estaban listos para revivir recuerdos dolorosos del pasado.

-Y-Yoona... -Con manos temblorosas Chaerin tomó una de las manos del alfa rubio, dejando una pequeña caricia a la vez que sonreía.- La pequeña Yoona.

-Es un gesto muy lindo... -La aterciopelada voz del sigma llamó la atención del pelinegro quien lo observaba con curiosidad y lágrimas retenidas.- Es lindo que decidieran ponerle el nombre de tu madre, eso significa que ahora estará mucho más presente en sus vidas de lo que alguna vez sintieron.

Llevando su pequeña mano hasta el cabello del alfa lo retiro de su frente, permitiendo que sus felinos ojos resaltaran más. Para su sorpresa el mayor aprovecho esa cercanía para abrazarlo, escondiendo su rostro en la curvatura del cuello del pelinaranja y así quedando en una posición algo graciosa por la diferencia de estatura.
Pero eso no importo, Jimin sabía lo mucho que Yoongi necesitaba el abrazo y el consuelo de un omega, y en ese momento él era lo más cercano a uno. Convivir entre alfas y ser el líder de una gran manada no le permitía mostrarse débil, lo que hacía sentir verdaderamente honrado al valiente zorro al saber que era el "puerto seguro" para el lobo entre sus brazos.

-¿Podemos ver a Seokjin hyung? -Preguntó sin dejar de abrazar al mayor, dejando suaves caricias en la espalda de este.

-Seokjinnie no quiere que nadie lo vea, dice que se ve espantoso... -Riendo por las ocurrencias de su pareja se cruzó de brazos, suspirando como un tonto enamorado.- Si supiera lo hermoso que es para mí.

-Estás enamorado, y un alfa enamorado siempre vera a su omega como la persona más hermosa del mundo... -Esta vez fue Yoongi quien habló, separándose del cuerpo del sigma con los ojos rojos al igual que su nariz y mejillas, importándole poco verse "débil" después de todo estaba con personas en las cuales confiaba.

-Y tú qué sabes si nunca te has enamorado, ni pareja has tenido.

-Cállate mierda. -Rezongó sin alejarse aun del pelinaranja a su lado, recargando parte de su peso en él mientras pasaba uno de sus brazos por la estrecha cintura de este.- Ahora estoy con Jimin ¿Cierto bebé?

Riendo por el tono meloso del lobo Jimin asintió siguiéndole el juego, pasando ambos brazos por la cadera del alfa y apegando su rostro al pecho de este, aguantándose la risa al ver los rostros sorprendidos de los alfas frente a ellos.

-Claro que sí, mi amor.

-¡Ay, cállense! Si no es verdad, no me ilusionen así. -Puchereando Chaerin se cruzó de brazos, indignada por ver como jugaban con sus sentimientos. Honestamente le encantaría ver a su hermano con ese zorro que tanto le agradaba.

Después de ambos ser golpeados por la platinada alfa los tres decidieron abandonar el hospital, dejando al primerizo padre a cargo de su pequeña familia. Le haría caso a su omega e impediría que lo vieran en las condiciones en las que estaba, aunque continuaría insistiendo que para él era la persona más bella que había visto en su vida.

Con ese pensamiento troto hacía la clínica donde pidió saber la habitación a la que habían trasladado a su pareja, dando las gracias volvió a trotar hacia el área post-parto en donde se encontró con una escena que jamás pensó ver en su vida.

Su amado Seokjin se encontraba llorando desconsoladamente mientras una enfermera lo regañaba por ser un "escandaloso" al quejarse por el dolor que sentía, diciéndole que era algo completamente normal y que no por eso debía llorar como un crío. Y hubiera seguido escuchando si no fuera por el pedido de ayuda de su omega quien seguramente había sentido la presencia de su alfa.

-Buenas tardes... -Con paso calmado se dirigió hasta el rubio en la camilla quien lo miraba asustado, pidiendo consuelo al ver que la enfermera lo continuaba viendo con reproche y desagrado lo cual él también noto y, con la misma calma volvió a hablar pero esta vez hacia la enfermera que podía ver era una omega.- Le pediré que se retire de este lugar si no quiere ser despedida.

-¿Y usted quien se cree? No puede echarme, estoy haciendo mi trabajo. -Cruzándose de brazos alzo el mentón retando al alfa, lo cual poco le duro al escuchar el reverberante gruñido que este dejo escapar.

-¿Quién me creo? En serio debes ser estúpida... -Importándole poco que hubieran otras omegas en recuperación en la habitación insulto a la mujer estando ya completamente enojado.- Mi nombre es Kim Namjoon, segundo al mando y jefe de la guardia del líder Min, y este omega que acaba de dar a luz es mi pareja y Omega Luna de la manada.

Las pocas omegas que habían alrededor también en camillas exclamaron sorprendidas pues pocas personas conocían al dichoso Omega Luna quien debido a la sobreprotección de su pareja y del líder no iba por la vida diciendo quien era, a sabiendas que de hacerlo sería peligroso para él, después de todo era una "debilidad" para el líder de la manada. Y por esa misma razón nadie sabía que se trataba de un omega macho y no de una hembra, dejando aún más sorprendidas a todas las omegas allí presentes, incluida a la enfermera quien luego de pedir disculpas con el rostro completamente pálido, abandono la habitación casi corriendo.

-¿Sabes el nombre de esa enfermera? -Le pregunto a Seokjin mientras lo envolvía entre sus brazos, lo primero que haría al llegar a casa seria avisarle de lo ocurrido a Yoongi, estaba seguro que haría lo posible para que despidieran a esa omega.

-Namjoonie, no es necesario... -Frotando su nariz sobre el pecho del más alto se permitió suspirar a gusto, sintiéndose al fin seguro y en paz pues esa enfermera no era la primera omega en mirarlo de mala manera.

-Su nombre es Jun Jihyun. -Una suave voz a su lado llamo la atención de la pareja quienes voltearon al escuchar como la cortina que separaba una cama de otra era descorrida. Allí en otra camilla se encontraba un omega macho con el rostro pálido y sudoroso, mientras un alfa de castaño cabello le sujetaba una mano.

-¿También fue desagradable contigo? -Pregunto Namjoon separándose un momento de su pareja para colocarse del otro lado de la camilla, quedando más cerca del otro omega.- ¿Te insulto o fue agresiva?

Con una mueca el omega asintió sintiendo como el alfa a su lado quien aún sujetaba su temblorosa mano le acariciaba el cabello, haciéndolo sentir levemente mejor después de todo el dolor que había pasado, sumándole luego lo desagradable que esa enfermera había sido con él, para después presenciar cómo una vez el chico rubio había sido trasladado a esa sala, comenzó a desquitarse con él.

Definitivamente la sociedad aún no estaba lista para aceptar que podían existir omegas macho, alfas hembras y betas que podían salir con cualquiera de estos dos, lo que la gente prácticamente veía como un pecado lo cual era tan estúpido y primitivo.

-¿Estas bien? -Con cuidado de no hacer fuerza Seokjin se sentó en la camilla, intentando observar desde otro ángulo al enfermizo omega quien negó con suavidad, intentando sentarse también con la ayuda del chico a su lado.- ¿También tuviste un bebé?

-Lo perdí... -Aquello lo dijo con tanta tristeza que incluso las omegas que estaban a su alrededor escuchando lo que pasaba se sintieron mal por él.- Mi embarazo no era viable, apenas tenia cinco meses y rompí fuente.

-Lo traje lo más rápido que pude pero dijeron que era tarde... -Con pequeñas lágrimas en sus ojos el alfa se abrazó al aun tembloroso cuerpo del castaño, intentando consolarse mutuamente.

Luego de esa triste revelación fue Seokjin quien aun sintiéndose débil intento animar a la pareja que luego se enteró eran hermanos, avergonzándose por suponer que serían novios sin siquiera haber preguntado, pero para él era raro ver un omega en gestación o que lo estuvo sin compañía del padre del bebé.

Pero allí estaba Lee Jaehwan intentando ser fuerte por su hermano Junghwan quien apenas vio a la pequeña Yoona en brazos del omega rubio cuando les permitieron verla, comenzó a llorar como si de un niño pequeño se tratara, volviendo a abrazar a su hermano quien parecía estar agotado de tanto consolarlo.

Pero Namjoon lo entendía, ambos habían perdido ese algo que los tenia ilusionados y alegres, con emociones maravillosas que de un momento a otro cambiaron para dejar paso a la tristeza y la angustia de la perdida de quien sería un hijo y sobrino más que amado.

Fue por esa razón que les permitió cargar a su pequeña de oscuro cabello lo cual sorprendió a ambos chicos pues ninguno de los dos padres tenía el cabello oscuro, creando mil y un escenarios en sus cabezas que las risas exageradas del omega interrumpió.

-Solamente yo tengo el cabello claro, Namjoonie se lo tiñe porque no le gusta su cabello negro, dice que se ve demasiado joven para la edad que tiene. -Rodando los ojos recibió nuevamente a su pequeña bebé, comenzando a darle pequeños besitos en sus regordetas mejillas, escuchando como se quejaba por ello.- Es tan linda.

-Es perfecta, Jinnie... -Más enamorado de lo que alguna vez creyó estar se acercó al rostro de su omega y dejo un suave beso en sus labios, riendo luego por las fingidas arcadas que Jaehwan había comenzado a emitir.

-Son tan cursis que me dan diabetes... -Negando aun con una sonrisa paseo su mirada por la sala post-operatoria, frunciendo su ceño al ver a todas las omegas con sus bebés.- ¿En que estaban pensando al dejarme aquí? Perdí a mi bebé y me encierran con omegas que si tienen a sus bebés, que putos insensibles.

Al escuchar las palabras del omega mayor Namjoon no pudo evitar estar de acuerdo con él, pues sí que era cruel que lo dejaran en ese lugar a sabiendas que no había podido ni siquiera cargar a su difunto bebé aunque fuese unos segundos, separándolos en el momento que lo declararon muerto, algo que le había sorprendido cuando Junghwan se lo contó.

Definitivamente hablaría con Yoongi para saber si podían hacer algo al respecto pues la injusticia con los omegas machos era demasiada consiguiendo al fin entender por qué Jimin no quería ser como las omegas a su alrededor, tenía sus buenas razones para negarse a ser educado de esa forma.

Era consciente que no todas las omegas eran malas, tiranas y desagradables, su madre era una omega demasiado amorosa con todo el mundo, mientras que su suegra era más reservada pero igual de amable con todos. Por eso esperaba que su pequeña bebé si es que era una omega, fuese una niña amable y agradecida pues junto Seokjin se encargarían de educarla correctamente.

Y sabía que tanto Yoongi como Chaerin, e incluso Jimin, también la llevarían por el camino correcto pues en verdad quería que ese zorro rezongón fuese parte de la vida de su hija y así pudiera ensañarle a defenderse y a valerse por sí misma una vez fuese mayor. Jamás permitiría que un alfa hiciera sentir inferior a su pequeña, eso sí que no.












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