❝03❞
Pequeñas y suaves caricias en su cabello lo despertaron, junto al hogareño aroma de manzanas y canela, cubiertas por una suave fragancia a leche que logro reconocer luego de unos momentos, sintiéndose relajado al saber de la presencia de Seokjin a su lado. Pero pronto ese dulce aroma fue dejado atrás cuando el sonido de la puerta se escuchó, sintiendo una ráfaga de aroma a menta y café, combinadas con el olor del cigarrillo que logro asquearlo.
Odiaba el olor del tabaco.
Con molestia abrió sus ojos, encontrándose con Seokjin y Yoongi conversando sin darse cuenta de que al fin había despertado, pero eso poco le importo por lo que volviendo a cerrar los ojos dejo escapar un suave suspiro.
-Lleva dormido casi cuatro horas, me preocupa... -Escuchó la suave voz de Seokjin murmurar, seguido de un quejido.- Por la Luna, este bebé sí que patea.
-Ve a descansar, Seokjin, lo cuidare desde ahora. -El rubio joven solo asintió colocándose de pie con ayuda del alfa quien lo acompaño hasta la puerta, la cual cerró con cuidado de no provocar demasiado ruido, volviendo luego hacia la cama del menor.
Sentándose en la orilla de esta se dio el tiempo de observar al omega quien respiraba inmutable, dándole un aspecto etéreo que, debía admitir, lo hacía ver hermoso.
Aunque desde la primera vez que vio al rebelde zorro le pareció completamente bellísimo, con su aura petulante y ese exquisito aroma a moras que podía jurar tenía una pisca de menta. A él y a su lobo aquella combinación les parecía perfecta, y aquello le sorprendía pues veces anteriores que estaba cerca de omegas, su lobo detestaba los empalagosos aromas de ellas.
Quizás la diferencia ahora fuese el hecho que Jimin era un chico y su aroma no era empalagoso en su totalidad, claramente era dulce pero la fragancia masculina que como hombre desprendía, amortiguaba ese dulzor. Y allí se encontró otra vez pensando en la etérea belleza del zorro y en su delicioso aroma, en lo diferente que era de otros omegas macho que había conocido, en su personalidad tan arisca pero cautivadora. En lo atontado que lo tenía aun cuando apenas llevaba conociéndolo dos días.
-¿En qué piensas? -La suave voz del pelinaranja lo trajo de vuelta a la realidad, percatándose que había estado observándolo en todo ese lapso de tiempo que estuvo perdido en sus pensamientos.- Te quedaste mirándome aun cuando había abierto los ojos ¿Pasa algo?
-Si. -Respondió escuetamente, colocándose de pie y caminando hacia una repisa que se situaba a un lado de la puerta, tomando desde allí la bolsa con las medicinas que la madre del zorro había enviado con su hija menor.- Necesito me expliques la razón de estas medicinas.
Noto el cambio brusco del semblante del omega al escucharlo nombrar las dichosas botellitas con ese extraño líquido, podría apostar que aquel tema era delicado para Jimin pero lamentablemente el alfa no podía dejar pasar algo como eso, debía estar informado de todo teniendo en cuenta que el chico ahora vivía bajo su techo y su cuidado.
Acercándose nuevamente a la cama le entrego la bolsa junto a la nota escrita por su madre, viendo al omega revisar con desesperación la tela, imagino que verificaba cuantas había pues luego de revisarla suspiro con alivio.
-¿Y? -Insistió sentándose frente al chico quien dejando la bolsa de lado lo confronto con seriedad bañando sus facciones.
-No me pidas que te diga para que son porque no lo sé. -Un gruñido de molestia escapo de lo más profundo de Yoongi molestando al menor.- Mi madre me las da desde que me "presente" como omega. -Haciendo comillas hizo alusión que su presentación no fue como se esperaba.- Y no, no son supresores porque aún no tengo mi celo, generalmente me bebo una cucharada al día.
-¿Y si es eso lo que te impide tener un celo?
-Madre me dijo que no era esa su función y yo le creo. -Contestó mordaz, y por un momento Yoongi agradeció que las miradas no matasen.
-No quiero ser imprudente Jimin, solo me preocupa tu bienestar y el saber cómo demonios fuiste capaz de romperle la muñeca a un alfa. -Pensando que Yoongi lo estaba regañando bajo la cabeza, pero al escucharlo reír se confundió.- Wow, en serio no lo puedo creer ¡Un omega! Y no Jimin, no estoy menospreciando tu linaje, solo que... Wow.
-Los omegas están hechos para verse bonitos, ser educados, criar niños, saber cocinar, obedecer al alfa y calentar la cama... -Musitó con rabia, provocando otra risa en el alfa.- Lamento informarle, líder Min, que de esas seis cosas solo puedo hacer una.
Sonriendo divertido ante las palabras del pelinaranja se dejó caer en la cama, apoyando los codos en esta, quedando en una pose bastante relajada que sorprendió al menor. Nunca había visto esa aura divertida y juguetona en torno al alfa, y debía admitir que prefería verlo así que como un alfa con exceso de testosterona.
-¿Ah sí? ¿Y cuál sería esa única cosa que podrías hacer?
La coqueta, y debía admitirlo, sensual sonrisa que adorno los voluminosos labios del omega produjeron en Yoongi un expectante cosquilleo y junto a eso el que su lobo gruñera igual de expectante que él.
-Calentar la cama, que más... -Satisfecho con ver el rostro sorprendido del mayor se levantó de su cómodo lugar y camino hasta la puerta del baño de su habitación encerrándose allí, escuchándose segundos después el agua de la ducha correr.- ¡Sera mejor que se vaya si no quiere verme desnudo! -Grito desde el cuarto de baño.
Yoongi tuvo que contener los deseos de su lobo de quedarse allí a esperar al astuto zorro. Y por qué no decirlo, era su deseo también.
Luego de abandonar la habitación del zorro se encerró en su despacho con una humeante taza de café y un montón de papeles que debía revisar antes de que su segundo al mando llegase a buscarlos para llevarlos a las manadas vecinas con las cuales tendría pronto esa dichosa reunión donde llevaría a Jimin como su omega de compañía en reemplazo de Seokjin. Al recordar aquello hizo una nota mental de llamar a su sastre pues no dejaría que el omega fuese con cualquier ropa. No, él debía verse como lo que era, un hermoso omega de alto linaje.
Pensando en eso se pasó la tarde entre papeleo y cuando el reloj marcó las ocho de la noche su puerta fue golpeada y posteriormente abierta por Namjoon quien, con carpeta en mano, entraba tranquilo.
-¿Todo listo? -Yoongi solo asintió haciéndole entrega de algunos contratos y ciertos tratados que se hablarían en la reunión. Para su desgracia Namjoon, como su mejor amigo y mano derecha, pudo notar que algo lo atormentaba.- ¿Me dirás, o te debo obligar?
Suspirando el pelinegro se dejó caer en el respaldo de su silla, girando en esta hasta quedar viendo la pared a su izquierda que permanecía cubierta por un gran estante repleto de libros antiguos y algunos más modernos.
Recordando que su amigo era un erudito se aclaró de garganta y, luego de darle un sorbo a su tercera taza de café, se dispuso a hablar.
-Nam, tu que pasas tu tiempo libre entre libros ¿Serias honesto si te planteo mi duda? -Cruzando los dedos de sus manos las apoyo en su estómago, balanceandose en su silla sin quitar la vista del alto hombre frente a él.
-Claro que sí, amigo.
-Si te comento sobre una persona de apariencia delicada propia de un omega, pero fuerza y personalidad digna de un alfa, sin época de celo y con un instinto salvaje y de supervivencia admirable, ¿Qué se te viene a la cabeza? -Al notar el rostro sorprendido del rubio una media sonrisa afloro en su pálido rostro.- Sin contar con un orgullo de hierro y su espíritu animal es tan indomable como un alfa, pero no tiene una voz de mando como ellos.
-Amigo, eso es imposible... -Negando se puso de pie y camino hasta la ventana del cuarto, y es que él más que nadie sabía que era posible, lo había visto.- Yoongi, los sigmas se extinguieron junto a los gammas.
Volteando con rabia el pálido alfa enfrento a su amigo y segundo al mando, gruñendo enfurecido por aquel atrevimiento al nombrar aquel linaje.
-Tú más que nadie sabe que los gammas no se extinguieron en su totalidad, ella lo era.
-Y fue la última gamma al darte a luz a ti y a tu hermana. -Sabiendo que era un tema delicado Namjoon prefirió no ahondar más por allí, suspirando con pesadumbre al ver aun el dolor reflejado en los ojos de Yoongi.- Pero reitero, los sigmas ya no existen.
Aun con rabia se acercó al otro alfa, dándole un par de golpes en el pecho mientras hablaba.
-Dime que todas las cosas que te nombre no te recordaron a alguien... -Namjoon negó sin querer creérselo.- Dime, ahora mismo, que ese espíritu indomable de quien te hablo no lo conoces.
-Pero Min...
-¡Se honesto, Kim Namjoon! -Gritó ya harto de lo terco que podía llegar a ser el menor, apoyando ambas manos en su escritorio que podría jurar escucho crujir bajo la fuerza que ejerció.
-¡Jimin no puede ser un Sigma!
El silencio reino entre esas cuatro paredes, escuchándose solamente el gruñido que Yoongi albergaba en su garganta, desesperado por querer creer que su amigo podía tener la razón. Pero no era así, y ambos lo sabían. Esa personalidad, su extraña actitud, su indomable forma de ser y el hecho de que su misma madre quisiera amainar con "medicina" su actitud salvaje solo confirmaba cada vez más su sospecha.
Si Park Jimin era parte del linaje sigma creído extinto hace décadas, estaba en peligro. Y ese simple pensamiento hacia a su lobo hervir de ira, que alguien dañase a ese omega, a ese sigma, le producía una cólera como cada vez que algo o alguien amenazaba a su manada, a los suyos.
A quien creía suyo.
Simplemente no dejaría que nada ni nadie dañase a Jimin, aunque su suposición fuese un error, ese pequeño zorro ahora estaba bajo su mandato y bajo su protección. Y ya era tarde, pues su lobo lo reconocía como suyo.
De brazos y piernas estiradas en su totalidad se encontraba el zorro en su espaciosa cama, con ambos ojos cerrados y concentrado en lo que lograba escuchar a su alrededor, divisando a la lejanía las risas de Seokjin, ese hyung que se había comportado de maravilla con él, acompañado de una risa más gruesa, suponía que se trataba de Namjoon pues sabía que el hermano menor del líder de la manada no se encontraba en casa.
Suspirando abrió los ojos, observando ahora el techo de su habitación y notando que poco a poco se oscurecía todo a su alrededor. Debían ser cerca de las siete de la tarde, quizás las ocho, y es que había estado todo el día entre esas cuatro paredes con la excusa de sentirse mal, ni siquiera había probado un bocado de la comida que en la mañana y a la hora del almuerzo Seokjin había llevado para él.
Agradecía que Min Yoongi no se encontrara en esos momentos en casa, la verdad hace tres días que no lo veía, por lo que había escuchado del segundo al mando, el alfa había viajado a la ciudad de Seúl para hablar con su hermana.
Un dato que en verdad había sorprendido al omega de zorro, pues no tenía idea que el mayor tuviese una hermana, creía que Kihyun era su único hermano.
¿Cómo sería la hermana del alfa? ¿Se parecería a él? ¿Sería una omega o una alfa? Aunque creía que lo más probable es que fuese una alfa, ya que tanto Yoongi como Kihyun lo eran, y si estaba en sus genes el linaje alfa, era lo más seguro que ella también lo fuera.
Suaves golpes en la puerta de su habitación lo sacaron de sus divagaciones, al voltear hacia la entrada pudo ver el rostro preocupado del omega embarazado, causando que cierto malestar se alojara en su pecho. No le gustaba ver a ese amigable omega con ese rostro de preocupación, en especial si era por su culpa.
-Jimin, no has tocado ni un bocado... -Cerrando la puerta se acercó a la cama del menor, sentándose a un costado de él y acariciando suavemente el antebrazo derecho de este.- Si el líder Min se entera que no te has cuidado, se molestara con todos.
-Da igual, Seokjin hyung... -Bostezando aparto delicadamente su brazo del toque del mayor, llevando este mismo hasta su rostro para cubrir sus ojos.- Deshágase de todo y dígale que ya comí.
-¿Quieres que te reprenda por mentir? -La gruesa voz del alfa que anteriormente habían nombrado y la luz de la habitación siendo encendida exalto a ambos omegas, provocando que Jimin se sentase rápidamente en la cama.- Namjoon me informo que llevas dos días sin comer bien, y hoy no has abandonado este lugar... -Habló indicando la habitación con una mueca molesta, cruzándose de brazos se apoyó en el marco de la puerta, dejando ver la musculatura de sus antebrazos al estos estar descubiertos por las mangas recogidas de su camisa.- Veo que tendré que llevar a alguien más como mi acompañante esta noche.
Al escuchar aquello rápidamente Jimin se sentó al borde de la cama a un lado de Seokjin quien tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido. Él sabía perfectamente que eso no era posible pues si no iba él como acompañante por su embarazo, alguien debía cubrir su puesto como omega luna de la manada, y luego de conversarlo con el alfa frente a ellos, había decidido que Jimin ocuparía su puesto por ese día.
Min no podía elegir a alguien más sin consultarlo con el actual omega Luna, aun cuando este estuviera embarazado e incapacitado para cumplir con su labor.
-¿Y a quién llevaras? -Preguntó seriamente Jimin, pasando una de sus manos por su cabello peinándolo hacia atrás, dándole esa apariencia seria pero sexy que gustaba de usar con el alfa.
Este solo sonrió socarrón antes de girar su rostro hacia la puerta donde una guapa mujer de largo cabello color plata y tez pálida, aunque no tanto como Yoongi, entraba llevando entre sus brazos un ostentoso abrigo de piel. Gafas grandes y oscuras cubrían sus ojos, dándole una apariencia misteriosa.
-El líder Min me llevara a mí. -Musitó sonriendo suavemente, volteando hacia el alfa quien le sonreía divertido.- ¿Cierto? -Alzando una de sus delicadas manos la poso en el rostro del pelinegro quien solo asintió, dejándole un pequeño beso en la palma al voltear el rostro.
-Si Jimin no está en condiciones, te llevare a ti.
Volteando hacia el omega de zorro fue inevitable para el alfa no sonreír satisfecho al ver la mirada seria y que denotaba enojo en los ojos del menor, le hubiera gustado seguir molestándolo con la presencia de la mujer a su lado, pero eso no pudo continuar así cuando Seokjin más que emocionado se puso de pie y camino hasta la peliplata, abrazándola y dejando un sonoro beso en la mejilla de esta.
-¡Mi bebé Rin! Te extrañaba tanto. -Haciendo pucheros el omega continuo abrazándola, siendo correspondido por ella quien reía risueña.
-Seokjinnie, lo siento por no venir antes, pero la manada de Seúl me tiene muy ocupada, y si no fuera por Yoonnie no hubiese podido venir hoy... -Alejándose del mayor se quitó las gafas, reposándolas en su cabeza, dejando a la vista esas facciones tan características de los mellizos Min.
Abriendo sus ojos sorprendido Jimin se colocó de pie, siendo notado únicamente por Yoongi quien sin dejar de sonreír se acercó al menor, posando una de sus manos en la cintura de este y jalándolo hasta pegarlo a su costado a la vez que bajaba su rostro hasta su oreja.
-Te presento a Min Chaerin, mi hermana melliza. -La linda mujer se volteo hacia su hermano, sonriendo coqueta al verlo tan pegado al lindo omega de anaranjado cabello.- Es por quien me fui tantos días.
-Tantos días y sin avisar. -Lo encaro el pequeño Park cruzándose de brazos y alejándose del tacto del mayor, quien frunció su ceño extrañado ante la actitud del chico.- Tomaste tus cosas y te fuiste sin siquiera avisarme o avisarle a Seokjin hyung ¿Te haces una jodida idea de lo preocupados que estábamos? Pues no, alfa imbécil... -Un bajo chillido escapo de la garganta del zorro, típico de ellos al estar molestos.- Te recuerdo que en esta casa vive un omega embarazado que no debe pasar sustos, estrés ni preocupaciones.
-Jimin yo...-
-Jimin nada, que tu hermana te acompañe a la mierda de reunión que tienes, a mí no me metas en tus jodidos planes. -Sin más que decir tomo la chaqueta de mezclilla que estaba sobre su cama y se encamino a la puerta de su habitación, deteniéndose un momento para observar a Chaerin quien sonreía más que alegre.- Un gusto por cierto, señorita alfa.
-¡Oh! El gusto es mío, lindo, cuídate mucho ¿Sí? -Jimin solo asintió calzándose su chaqueta y abandonando la habitación.
Luego de varios segundos de silencio las risas de Seokjin y Chaerin se hicieron notar altas y risueñas, molestando al alfa macho en esa habitación pues sabía que se burlaban de él. Pero en verdad no se podía enojar, esa actitud tan descarada, valiente y arrogante de Jimin, le fascinaba. Pero la verdad no esperaba recibir esas palabras de parte de él, quizás del omega embarazado, pero no del zorro.
-Ame a ese chico, en serio que sí. - Musitó la peliplata saliendo de la habitación junto a Seokjn quien se secaba las lágrimas debido a la risa.
-Y eso que no lo has visto pelear, es todo un caso mi Jiminnie.
-Espera ¿Qué? -Apresurándose en llegar hasta el mayor, Yoongi abandono la habitación del zorro, corriendo escaleras abajo hasta tomar del brazo al rubio.- ¿Con quién peleo Jimin?
No fue necesario que Seokjin respondiera pues, luego de fijar su vista en la entrada de la cocina que quedaba a la izquierda de las escaleras, pudo ver a su hermano Kihyun con el pómulo de un color verdoso y el labio partido, o más bien reventado, pues se veía muy inflamado.
Esperando explicaciones se cruzó de brazos, liberando un bajo y gutural gruñido que incluso su hermana, una alfa de gran linaje igual que él, tuvo que bajar la cabeza a la par de Seokjin y Kihyun.
Su lobo estaba más que molesto al imaginar que su hermano pudo haberle puesto la mano encima al zorro anaranjado, sabía que este podía defenderse perfectamente, pero aun así no podía evitar preocuparse.
-Lo fastidie. -Fue la explicación de su hermano quien, al ver la mirada de hielo de su hermano mayor, suspiro.- Lo... Lo acorrale en la entrada de su habitación.
-Lo acorralo e intento acercarse a su cuello... -Completo Seokjin de brazos cruzados por sobre su prominente abdomen. No le importaba "echar al agua" al menor de los Min, pues le había desagradado completamente la actitud de alfa calenturiento que tuvo el chico con Jimin.
-En cuanto Chaerin termine el papeleo correspondiente del tratado con la manada de los zorros, te vas con ella a Seúl y te quedas con papá. -Antes de que el peliblanco pudiera quejarse la grave voz de mando del mayor lo hizo callar.- ¡Es una orden!
Las suaves manos de su hermana en uno de sus brazos lograron calmarlo lo suficiente para no lanzarse sobre su hermano menor, y es que aunque fuese solo un mocoso, no aguantaría una actitud tan insolente y por sobre todo perversa por parte de él hacia un omega. Aunque fuese Jimin quien obviamente pudo defenderse, no quería imaginar que podría llegar a hacer Kihyun con otros omegas que no tendrían la misma capacidad física o la misma voluntad de hierro que tenía el zorro.
Antes muerto que dejar que su hermano se aprovechara de un omega, mucho menos se lo permitiría cuando era el peliblanco quien continuaba el mandato de la manada, claro, siempre y cuando Yoongi no tuviese un hijo alfa.
Suspirando aparto la vista del rostro arrepentido y asustado de su hermano y, luego de dejar una suave caricia en el rostro de su melliza, abandono la casa en búsqueda del zorro. En una hora tenían la reunión con las otras manadas y estaba decidido en llevar a ese omega, o lo que él creía que era, a ese sigma.
-Espero no haya ido lejos... -Murmuró para sí mismo mientras observaba a su alrededor, decidiendo ir hacia el parque que quedaba cerca de su casa.
Y no se equivocó, allí esteba el pelinaranja sentado en el césped mientras un pequeño cachorro de oscuro cabello le lanzaba una pelota, siendo detenida por Jimin para luego, con suavidad aventársela al menor, y así repetidas veces.
Bastante extrañado estaba de ver al chico interactuar con un niño, y es que por su actitud brusca no creía que a este le gustara convivir con ellos, pero al parecer había errado al creer aquello.
Pero de lo que si estaba seguro era que ese pequeño no debería estar a esas horas en la calle.
-Jungkook ¿Qué haces fuera del hogar? -Hablo fuerte y demandante el alfa, asustando al chiquillo que abrazo su pelota al ver al líder de la manada frente a él.- Serán las ocho y media de la noche ¿Qué haces afuera?.
-Lo vi jugando solo en la entrada de ese lugar y lo llame a jugar conmigo. -Respondió Jimin mientras se colocaba de pie, posicionándose a un lado del niño y acariciando la cabeza de este.- No es su culpa.
-Está bien... -Musitó el pelinegro acuclillándose frente al niño quien le sonrió dejando ver la falta de un diente.- Vuelve al hogar ¿Si? No quiero que te pase algo, cachorro.
-¡Si líder Min! -Más que emocionado de estar frente a quien admiraba, hablo eufórico, volteándose luego hacia el pelinaranja quien le saco la lengua jugando.- Adiós zorrito hyung.
-Adiós lobito... -Se despidió sonriendo enternecido. Desde que el pequeño se había acercado y se enteró que era un zorro, había insistido en llamarlo "zorrito hyung", y él por seguirle el juego, lo llamaba "lobito".
En el momento que vio a ese niño el segundo día que estuvo en esa manada, había despertado algo en su interior que le causaba una extraña calidez, como también cierto pesar al saber que esa gran casa a la que ahora corría el cachorro, era un hogar de niños.
Poco a poco su sonrisa se volvió un mohín que acentuaba su labio inferior, dándole una apariencia tierna a ojos del lobo a su lado, pero este bien sabía que esa involuntaria mueca era de tristeza.
Optando por guardar silencio se acercó con suavidad al menor, pasando con la misma suavidad una mano por la espalda de este para así alentarlo a caminar de regreso a la casa.
-Si no quieres ir a la reunión conmigo lo entenderé... -Hablo el alfa luego de unos minutos de silencio, llamando la atención del zorro.- No mal entiendas, yo quiero que vayas, en serio quiero... -Provocando una leve sonrisa en el chico a su lado, prosiguió.- Pero si no te sientes de ánimo, puedes quedarte en casa.
-Está bien, iré... -Asintiendo a su propias palabras dejo escapar un apesadumbrado suspiro. No entendía porque su lado animal se sentía tan decaído.- Deme unos minutos, me ducho y busco algo decente que ponerme.
Juntos entraron a la casa siendo recibidos por Seokjin quien les pidió pasaran a la cocina por unas bebidas calientes, afuera ya empezaba a caer el frio al ser época invernal y lo que menos quería era que el líder de la manada o el lindo omega al que tanto cariño le comenzó a tener, enfermaran.
-Sobre eso, Jimin... -Luego de beber por unos minutos el café que Seokjin había preparado para él, y observar al menor disfrutar del chocolate caliente, se decidió a hablar.- Espero no te moleste, pero ya tengo tu ropa para la reunión.
-¿Perdón? -Alzando una de sus cejas observo con molestia al alfa.- ¿Ahora también me vestirás?
-No seas insolente y escucha. -Pidió tajante, escuchando al chico frente a él resoplar.- En Seúl compre un traje que creo se vería espectacular en ti... -Colocándose de pie se acercó a Jimin quien se encontraba del otro extremo de la barra de la cocina.- No creas que quiero que aparentes ser un lindo omega de etiqueta y educado.
-¿Entonces? -Menos molesto se apoyó en la barra, encarando al mayor.
-Te seré honesto, eres un hombre guapo, por no decir hermoso... -Satisfecho al notar como el zorro bajaba la cabeza para ocultar su sonrojo, prosiguió.- Y creo que este traje se ajustara completamente a ti, resaltara todas esas zonas que, a mi parecer, te hacen irresistible.
-¿Y cuáles serían esas zonas, alfa? -Sonriendo coqueto alzo la cabeza, disfrutando de las palabras halagadoras que el mayor decía sobre él. Y quien no se sentiría halagado si era un alfa de gran linaje y por sobre todo deseado quien decía todo aquello de él.
Para sorpresa del omega una juguetona mano se escabullo por su cintura, deteniéndose justo en su espalda baja y dejando suaves caricias allí. Mientras que con la otra mano el mayor capturaba el rostro del pelinaranja y así, tomándolo por la barbilla y acariciando su labio inferior con el pulgar, hablo.
-Tu cintura... -Acariciando nuevamente esta parte se dio a entender.- Tus piernas... -Dando un pequeño respingo Jimin se obligó a separar estas al sentir como una firme pero delgada pierna del mayor se colaba entre las suyas.- Con todo respeto, creo que tu trasero resaltara estupendamente... -Suaves risas escaparon de los labios del menor siendo detenidas por el pulgar de Yoongi que volvió a acariciar esa zona.
-¿Solo eso, alfa? -Tentó a su suerte llevando sus pequeñas manos hasta los hombros del lobo, quien sonrió mordiéndose levemente el labio inferior.
-No... -Musitó suavemente, como si de un secreto se tratara se acercó al rostro del chico quien contuvo la respiración.- El traje es negro, tu cabello naranja y lo rosado de tus labios te harán ver... -Afianzando su agarre en la cintura del menor traslado su mano desde los labios de este hasta la sonrojada mejilla que parecía arder bajo tu toque.- Simplemente irresistible.
Y sin más soltó al pelinaranja, separándose de su cuerpo y, sin importarle el rostro atontado de este, tomo su taza de café y se retiró de la cocina, ignorando olímpicamente a su hermana que lo observaba recargada en el barandal de la escalera, con una copa de vino entre sus dedos y una sonrisa coqueta en los labios.
Y era de esperarse, si desde las escaleras se veía todo lo que pasaba en la cocina.
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