Capítulo Tres ／  Dementores
Quinto año, El prisionero de Azkaban.

Evelyn se sentó en su asiento habitual en el expreso de Hogwarts, buscando en su bolso algo que hacer.

—EVELYN ESTOY AQUÍ. —anunció Lee, mostrándose en el marco de la puerta como si fuera una especie de premio.

—LEE. —ella le devolvió la misma energía mientras lo abrazaba. Poco después entraron George y Fred, seguidos por Ginny.

—Hola Ginny. —sonrió Evelyn.

—No hay un "hola" para tus mejores amigos, —se burló Fred fingiendo tener el corazón roto mientras tomaba asiento con George.

—Bueno, ella es mi Weasley favorita. —Los gemelos fingieron que les habían arrojado una daga al corazón mientras Ginny sonreía con orgullo.

—Ron me echó de su compartimiento. —Ginny puso los ojos en blanco, apoyándose contra la puerta.

—Eso es rudo.

—Bueno, voy a ir a buscar a mis amigos, nos vemos luego. —saludó antes de cerrar la puerta.

—Adivina a quien vimos con una placa de prefecto. —bromeó George.

—Bueno, obviamente tú no.

—Tu pequeño novio de Hufflepuff. —continuó George.

—No exactamente pequeño. —Fred se cruzó de brazos.

Evelyn ignoró lo que dijo Fred—: ¿En serio? Supongo que ahora deberíamos tener más cuidado.

—Como si eso evitara que te escabulleras. En todo caso, ahora podría motivarte a intentar que te atrapen como excusa para hablar con él. —se ríe Lee.

Cedric entró en su compartimento, emocionado de ver a sus amigos.

—¡Oh Merlín, no puedo creerlo! —Caspian jadeó y señaló la insignia de bronce con la letra "P".

—Así que es verdad. —sonrió Caspian.

—Oh, genial, ahora va a pavonearse por los pasillos con esa nueva y brillante insignia. —se burló Ivy.

—¡No me pavoneo! —Cedric se defendió.

Evelyn estaba ocupada haciendo amuletos para todos sus amigos y terminando el último para Cedric. De repente, el tren comienza a reducir la velocidad, lo que hace que los amigos hagan una pausa en su conversación. Lo único que se oía era la desaceleración de las ruedas del tren y el golpeteo de la lluvia contra la ventana.

—Aún no hemos llegado, ¿verdad? —Evelyn preguntó retóricamente, pero fue interrumpida por una sacudida agresiva cuando el tren se detuvo.

—Owww. —se quejó Fred mientras se frotaba la cabeza, parte del equipaje cayó sobre su cabeza por la parada abrupta.

Las luces se apagaron repentinamente, dejándolos en completa oscuridad. Rayos de luz de luna llenaron el oscuro vacío, brillando contra el blanco de sus ojos.

El grupo se movió para mirar por la ventana.

—Ay-

—No, ¿qué estás-

—¡Para, ese era mi pie!

—Ups

—¿ACABAS DE AGARRARME EL CULO? —Preguntó George en voz alta, arruinando el patrón de murmullos.

—Oh, ¿eso es lo que era? —Lee se rió entre dientes.

—¡Oh, cállense! Creo que algo se está moviendo afuera... —Evelyn se calló. Una figura grande apareció afuera de la ventana, mientras más de esas figuras comenzaban a abordar el tren. Siguieron mirándolos subir, hasta que uno pasó por la puerta del compartimiento.

—Woah. —dicen Fred y George al unísono.

—¿Qué es eso? —Lee susurra gritos, principalmente enfocados en la criatura encapuchada.

—No lo sé... pero no creo que venga a jugar snaps explosivos con nosotros... —susurró sarcásticamente Evelyn—. Creo que se dirige hacia el compartimento de Hermione, Ron y Harry. Voy a ir a comprobar qué es.

—¿Qué? ¿Estás loca? —George preguntó como si se hubiera vuelto completamente loca—. ¡No sabes lo que es eso!

—Es por eso que voy a ir a comprobarlo. Regresaré enseguida y si no regreso en diez minutos, entonces podrán empezar a planificar mi funeral. —Evelyn tenía problemas para ver en la oscuridad. Pero el tren se sacudió una vez más, ganando velocidad lentamente—. Por fin. —murmuró para sí misma mientras las luces se volvían a encender.

—¡Oh, Evelyn! —Hermione le dio la bienvenida mientras entraba al compartimento.

—Wow, ¿está bien? —Evelyn se preocupó mientras miraba el cuerpo inconsciente de Harry.

—Simplemente se asustó un poco. —dijo otro hombre en la esquina. Tenía el pelo castaño claro con una pizca de gris, a pesar de su corta edad. Llevaba una túnica un poco gastada y tenía pequeñas cicatrices en la cara.

—¿Quién es él? —Evelyn le pregunta a Hermione, enconándose hacia él.

—Profesor Lupin.

—Oh, profesor nuevo.

Mientras Evelyn dice eso, Harry comienza a despertarse. Hermione corre hacia él—, ¡Harry! ¡Harry! ¿Estás bien? —Todavía no respondía, parecía como si se hubiera despertado de una siesta. Hermione le dio una bofetada.

—¿Q-qué? —Preguntó Harry finalmente despertado, frotándose la mejilla donde Hermione lo golpeó. Harry afirmó haber escuchado gritos, a pesar de que ninguno de los demás los escuchó.

—Tal vez empezaste a alucinar cuando te golpeaste la cabeza. —ofreció Evelyn cuando Harry siguió insistiendo sobre los gritos femeninos.

Luego, el profesor Lupin sacó trozos de chocolate envueltos individualmente—. Toma, —le entregó a Harry un trozo grande—, Cómelo. Te ayudará.

—¿Qué era esa cosa? —preguntó Harry.

—Un dementor. —dijo Lupin, repartiendo chocolate a los demás—. Uno de los guardianes de Azkaban.

—Probablemente deba ir a ver cómo están Lee y los gemelos. —dijo Evelyn cuando el profesor Lupin le entregó un trozo—. ¿Puedo llevar algunos pedazos más para mis amigos? —Una vez que él le entregó algunos trozos más, ella se fue.

—Oh, hola Cedric. —sonrió cuando lo encontró en los pasillos—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Se movió ligeramente hacia atrás, rodando sobre sus talones—. Revisando a los de primer año. ¿Y tú?

—Acabo de regresar del compartimento de Harry. En realidad, había un nuevo profesor allí, dijo que esas cosas encapuchadas eran los guardias de Azkaban... Oh, espera, —se calló, dándole un trozo de chocolate—, Dijo que esto ayudaría.

—Oh, gracias. —Cedric le devolvió una sonrisa.

Luego lo dejó allí, caminando felizmente de regreso con sus amigos, especialmente mareada por la pequeña interacción. En lugar de comerse el chocolate, Cedric le dio una mirada escéptica antes de guardarlo en su bolsillo.

—Oh, has vuelto. —Fred frunció el ceño mientras Evelyn abría lentamente la puerta.

—Sí, tuvimos el catering y todo. —añadió George.

—Qué pena. —puso los ojos en blanco.

Después de guiar a los de primer año, Cedric se dirigió hacia el gran salón con el resto de sus amigos. Recordó el trozo de chocolate que Evelyn había compartido con él antes, dándole una última mirada antes de tirarlo a la basura mientras pasaban.

—¿Qué era eso? —Preguntó Colby.

—Sólo un poco de basura.

Pero lo que Cedric no sabía, era que Evelyn caminaba tras ellos, presenciando todo el asunto.

Evelyn se desplomó de eso durante la ceremonia de selección, animando en voz alta a los seleccionados en Gryffindor, antes de regresar a su estado original. Evelyn sabía que estaba siendo demasiado dramática porque Cedric había tirado su chocolate.

De hecho, eso la molestó aún más porque está triste por algo tan pequeño como que él haya tirado un estúpido trozo de chocolate. Ni siquiera Harry había comido el suyo... y su alma casi fue succionada. Pero incluso si hubiera recibido algo tan pequeño como un trozo de chocolate de Cedric, lo habría conservado de todos modos, no lo habría tirado.

Y tampoco era sólo el chocolate. Cedric parecía distante, como si se sintiera incómodo.

Volvió a la última parte del discurso anual de regreso a clases de Dumblore, sin darse cuenta de cuánto se había disociado.

—Bueno, eso es alegre. —escuchó a Lee resoplar.

—¿Qué pasó?

—Dementores en el campus, asegúrate de tener cuidado con ellos. Algo, algo, algo... y luego nos deseó buenas noches. —recordó Angelina rápidamente.

—No es necesario que me recuerdes que me mantenga alejada de esas cosas, me asustan. —chilló Evelyn. Cuando apareció la comida, Ron fue el primero en empezar a amontonar más en su plato.

—¡Oye! —Ginny le gritó a Ron mientras le daba una palmada en la mano—. Guarda un poco para el resto de nosotros, ¿quieres?

—Será mejor que te apresures y tomes algo de comida antes de que Ron se lo coma todo. —le dio un codazo George.

De regreso a los dormitorios se encontró con sus amigos, haciendo lo mejor que pudo para entablar una conversación, pero sus pensamientos continuaron derivando hacia cierto chico de cabello castaño.

Catering* es un servicio de comida que se recibe en vuelos o viajes largos.