- Lorena, esto es una trampa...alejate de Michael-. Me supricaba mi hermano.

- ¿Por qué?

- Porque él no te quiere, es una trampa de su novia, por lo visto que te quiere hacer sufrir.

- Pero él me dijo que...

- Todo mentira-. Intervino mi hermano.

- Pero no me gusta, que te crees, ¿que me diga un piropo y ya este bajo sus pies?-. Dije enfadada.

- No te estoy diciendo nada de eso, sólo que te alejes de él.

Me fui a mi habitación y me miré en el espejo de la puerta, no podía ser...estaba llorando.

No siento nada por él, entonces, ¿por qué estas lágrimas? Me las sequé rápido y cogí mi teléfono, marqué el número de Michael.

- Eres un gilipollas, no, la gilipollas soy yo por creer en tus putas mentiras y por creer que me querías-. Dije en cuanto contestó el teléfono.

- ¿De qué hablas?- Preguntó confuso.

- De que me estas utilizando, me quieres arruinar mi vida porque la cerebro guisante de tu novia te lo pidió y como lo que quieres es beneficiartela y por eso haces esto, te creía diferente, pero, definitivamente, me equivoqué.

Silencio, todo se quedó en silencio de repente...¿qué ha pasado? Noté como Michael moquea...¿estaba llorando? No me lo creo.

- ¿Te puedo ver?- Pregunta como si nada.

- No, ni loca-. Colgué la llamada, no quiero volver a hablar con él.

De pronto me llegó un mensaje informativo de la escuela...no puedo creer lo que estoy leyendo...Michael y su novia...