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Todos los zombis miraban al castaño el cual sonreía, su ejército era grande y estaba todo listo para poder entrar a Seúl, conocía muy bien la ruta que podían tomar y no ser vistos, Jimin vio los camiones donde estaban los infectados que no evolucionaron, ellos serían la perfecta distracción.

—Muy pronto podrán ir libres en las calles. —hablo Jimin. —Al destruir Seúl, las otras ciudades de Corea del Sur no tendrán de otra que rendirse ante nosotros.

Los gritos de felicidad y de guerra se escuchaban, el castaño les dijo que fueran a disfrutar, pues se irían al anochecer del día siguiente mientras tanto terminaría de alistar los últimos detalles de su plan, Yoongi miraba a Jimin el cual leía unos planos, ya tenía marcado los lugares donde podía entrar y buscar a su hija. Al sentir la presencia del pálido se giró y sonrió para besarlo, sus bocas se movían de manera lenta, el pelinegro cargo al castaño y lo sentó en la mesa tirando todo al suelo.

Los besos se intensificaron a tal punto que se lograban escuchar en la habitación, el pálido rompió la camisa de su pareja y le comenzó a besar todo el cuerpo, Jimin sonrió e hizo lo mismo con su pareja para dejarle chupones en todo su pálido pecho.

—Sexo antes de la guerra es lo más excitante que haremos. —dijo Yoongi mientras se acomodaba entre las piernas del humano.

—Lo sé. —Sonrió Jimin mientras llevaba sus manos a la parte baja de su pareja. —me encanta estar así contigo.

—¿Recuerdas cuando lo hicimos con los zombis queriendo entrar a devorarnos? —le beso el hombro. —tus gemidos los atraían.

—Lo sé. —lo beso. —no perdamos el tiempo.

Ambos se terminaron de desnudar para sumergirse en placer, Yoongi penetraba con fuerza al castaño, el cual enterraba sus uñas en la piel de su pareja. Ambos se besan al compás de las embestidas dadas, Jimin cerraba los ojos y sonreía al sentirse lleno y completo por su pareja.

Yoongi levantó a Jimin del escritorio y sin parar de penetrarlo, lo llevó a la pared donde comenzó con movimientos más fuertes, el castaño gemía cada vez más alto a tal punto que sus gemidos se escuchaban fuera de la habitación. Al finalizar ambos se dirigieron al sofá donde el castaño quedó sobre el pálido el cual le acariciaba el cabello y le besaba el cuello, Jimin estaba concentrado en el hombro del pálido, pues este estaba comiendo de Yoongi.

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