AFRONTANDO LA REALIDAD.

Un ambiente extraño envolvía una de las casas de Court Sanno, un condominio de casi mas de cincuenta casas donde en una de ellas vivía una familia en particular.

La familia Bakugou.

Familia de clase media alta. Era una familia normal como todas las demás de ese condominio, solo que esta tenía algo especial.

El primogénito; Katsuki Bakugou.

A su corta edad de tres años descubrió su quirk en medio de la clase obteniendo de por medio elogios, tantos que no pararon solo ese día. Continuaron al día siguiente, al que sigue y durante una semana entera llegando a engrandecer tanto el ego del niño como su propia arrogancia.

La forma en que el veía las cosas era sencilla; mientras tengas un mejor quirk, serás superior.

De cierta forma los elogios de las personas de su alrededor prácticamente le iban y venían. En medio de toda la multitud solamente había una persona que él veía fuera de la bruma del desinteres.

El nombre de esa persona era Midoriya Izuku.

Siempre mirándolo desde abajo, elogiándolo y admirándolo mas que cualquier otro niño u adulto. Ambos cara a cara en ese lugar tan blanco como la nada.

Bakugou se sentía tan bien de observar como su amigo lo adulaba, lo enaltecía mas que nada en el mundo y podía incluso ver el brillo en sus ojos al verse reflejado en ellos. Pero de un momento a otro dejo de sonreír.

El ya no se sentía bien.

Mirando al niño que sonreía mientras saltaba y alzaba las manos dando la impresión de que estaba en un escenario con un estadio casi vacío donde solamente él estaba ahí.

Bakugou no paraba de ver a todos lados y no ver a nadie. Esto aunque era importante el no se preguntaba por qué no había alguien más, lo que realmente le importaba y a lo que el devolvía su mirada era a un hecho confuso.

Porque si él estaba en el escenario, ¿Era Izuku quien estaba brillando más que él?

Siempre que hablaban de sus sueños y admiración hacia All Might parecían compenetrados como si hubiera una conexión invisible entre ambos.

Aun cuando este despertó su quirk y miro hacia Izuku esperando que este lo felicitara, no lo hizo sentir vagamente mejor. Mas bien, no estaba esperando a que lo felicitara, esperaba otra cosa.

Pese a su malhumorada actitud, Izuku resulto ser muy paciente con él llegándolo a comprender más que nadie en ese momento.

Aun cuando eran muy pequeños para entender muchas tristes realidades sobre la amistad, en Izuku veía mas que un amigo.

Cada vez que luchaban o discutían sobre cosas de héroes ambos parecían tan competitivos. Esto a Katsuki lo hacia sentir mejor que cualquier halago que le pudieran dar. En esos días él era verdaderamente feliz.

Sin embargo, a los cuatro años llego a un triste noticia.

Midoriya Izuku no poseía un quirk.

De alguna manera la actitud de Katsuki era diferente. No podría ser expresado con palabras, pero era diferente.

Seguramente algo así como el cambio de una persona que acaba de salir de una casa del terror totalmente oscura hacia la luz y su mente entra en un estado de confusión y trance.

Esas semanas, esos meses... la relación de los pequeños amigos cambio.

Las sonrisas de Izuku ya no eran naturales, a veces le causaban escalofríos y otras simplemente estragos.

Pero eso no fue todo, absurdamente se empezó a crear una distancia entre ambos debido a lo que se le conoce como "Presión social".

Katsuki Bakugou era un niño que iba a su bola. No le preocupaba en lo más mínimo lo que dijeran los demás de él. Era claro, con el ego tan alto hasta las nubes ninguna palabra que afectara su estatus le entraba.

Sin embargo, cuando supo la noticia sobre que Izuku era un Quirkless, todo cambio.

Aun cuando no prestaba atención a los comentarios de los demás, inconscientemente su cerebro fue captando el mal trato al chico. Desde el desprecio de sus compañeros hasta el objeto de pena de los profesores.

En un instante Bakugou estaba rodeado de espadas y lanzas directas hacia Izuku.

Como un espectador, y dudoso de aquella situación el dio un paso pero si quiera antes de entrar al cambo de filos, su mano se extendió a una espada ya apuntaba.

Sin darse cuenta que el ahora era quien aterraba a Izuku.

Poco a poco comenzaron a distanciarse.

Los malos tratos, la manera en que Izuku se volvió. Tanto retraído como asocial provoco una reacción un tanto justificada en Bakugou.

Parecía que el ya no quería ser su amigo.

Bakugou estaba enojado, furioso con Izuku. ¿Por qué parecía que se estaba rindiendo? ¿No se supone que ambos serian héroes? Los héroes son fuertes, ¿Por qué no puede resistir esto? fue cuando el mismo se dijo que el mal trato que le daba a Izuku era para eso, fortalecerlo.

«Está bien» es lo que se debe hacer para alguien sin don se fuerte. Hacerlo sufrir y mostrarle que puede hacerse mas fuerte. Pero en cambio a eso, simplemente Izuku desapareció de aquel estadio pero...

El brillo aun continuaba destellando mas que bakugou en aquel lugar vacío.

...

20 de Julio del año 2137.

[Hace dos días fue confirmada la muerte de su padre... del padre de Deku.]

Desde ayer no había dejado de pensar en eso.

Apenas unos días antes, Mitsuki recibió una llamada por parte de Inko Midoriya comentándole que su esposo no había llegado. No pasaron muchas horas para que Inko volviera a llamar asustada.

[El padre de Deku les había llamado justo en la noche...]

Al parecer un día despues en la televisión y redes se libero una noticia la cual hablaba de un incidente en Fukuoka donde gran parte de la ciudad se redujo a escombros. Muchas personas fueron evacuadas, muchas no. Al parecer hubo un gran encuentro entre villanos y héroes dando como resultado a un gran desastre el cual cobro muchas vidas.

Y justamente el 18 de julio, tres días despues del cumpleaños de Midoriya Izuku se confirmo la muerte de su padre, Hisashi Midoriya.

Devastados por la noticia, la familia Bakugou sirvió de soporte para la familia Midoriya.

[Las cosas en verdad no habían salido totalmente bien, pero al menos estaban mas tranquilos. O eso era lo que mi mama pretendía que pensara. Pero cuando vino a nuestra casa la tía Inko...]

Las sombras debajo de sus ojos, la piel arrugada y los ojos rojos.

―Izuku no ha querido salir de la habitación. He tratado de hablar con él pero siento que no soy buena haciéndolo. Pensé que seria mejor no molestarlo pero también siento que mientras más lo deje pasar esto solo puede resultar lastimado.

―Algunas personas prefieren conllevar el dolor solos. Quizás no debes preocuparte. Izuku siempre se ha notado que es niño fuerte y maduro. Ahora mismo debe estar pensando en todo esto.

―Pero es solo un niño ―respondió Inko.

―Un niño listo y fuerte ―Mitsuki tendió su mano sobre el hombro de Inko―. Se que es duro ver a tu hijo así pero si sigues forzándolo puede resultar peor. Se que perdió a su padre y eso es un gran dolor, aun así, debes creer en él. Solo dale un poco más de tiempo, ¿Sí?

Inko se recostó en el hombro de su amiga, sollozando mientras que, al otro lado de la habitación Katsuki estaba de espaldas al muro escuchando.

"Un niño fuerte y listo."

*Tsk*

...
INTRODUCIR: CLANN - ONCE AGAIN

No habían pasado mas de una semana cuando finalmente el funeral fue realizado.

Debido a que Inko se había mudado con su esposo a otra ciudad todo lo que quedaba de su familia estaba muy lejos para poder venir en tan pocos días. De todas formas no era algo que al menos hubiera pensado.

Por parte de Hisashi pues... él no tenía ningún lazo familiar.

Cuando Inko lo conoció fue en la universidad. Fue en el último grado, justo en el ultimo tramo del año. El hombre, un poco mayor y recién egresado que trabajaba para una empresa conoció a Inko quien trabajaba en una florería.

Al paso del tiempo ambos fueron conociéndose y poco a poco enamorándose. No paso mas de dos años para que ambos decidieran comenzar a vivir juntos y unos meses despues, Inko terminara embarazada.

Ella nunca indago mucho en el pasado de su esposo, solamente sabia lo que el mismo le decía. Al parecer los padres de Hisashi murieron muchos años antes en un accidente y debido a un problema con la herencia, el tuvo que alejarse de todo lazo sanguíneo.

En resumen, Hisashi no tenia familia mas que Inko y su hijo.

Al funeral asistieron un poco menos de quince personas de las cuales algunas eran parte del personal de la funeraria como trabajadores y el mismo dueño.

La familia Bakugou asistio al igual que un par de amigas externas de Inko como su antigua jefa cuando trabajaba en la florería.

[Era cierto que durante los últimos año no habíamos llevado buena relación. Ahora que lo pensaba, quizás las cosas no habían sido lo mejor que esperaba pero también es parte de su culpa. Siempre parecía tan entusiasta y aun así se dejo venir abajo cuando no obtuvo su quirk. Pensé que la mejor opción era llevarlo a su límite y quizás mostrarle otro lado pero el decidió apartarse.]

Para Katsuki no le era muy fácil admitir estas cosas en público, de hecho aun en sus pensamientos mas que remordimiento era vergüenza. Había considerado muchas cosas durante los últimos años y muchas de ellas eran una forma de disculpa hacia Izuku. Pero siempre que intentaba decir algun tipo de frase de expiación su propio orgullo golpeaba su corazón creando un silencio sepulcral.

[Tal vez solo buscaba el momento. Quizás ahora era el momento.]

Moviéndose entre los pequeños grupos de personas de no máximo tres, Paso desde los pasillos de entradas hasta la sala de ceremonia donde la enorme foto el hombre relucía. Tan solo era eso pues el ataúd debajo de la foto solo era mera dec decoración ya que el cuerpo de Hisashi nunca fue encontrado.

Al principio Mitsuki trato de calmar a Inko explicándole que si no habían encontrado el cuerpo quizás no estaba muerto pero despues de que Inko le comentara acerca de la ultima llamada de Hisashi todo cambio.

Inko tampoco creía que Hisashi estaba muerto pero los días poco a poco la consumieron.

Todo fue tan devastador.

Hisashi había hablado con su hijo unos minutos antes de morir y le había dicho algunas palabras, despues de eso el simplemente colgó.

Todo se terminó.

Al igual que el camino que Katsuki recorrió hasta el jardín trasero detrás del lugar ceremonial.

Ahí estaban, su familia, Inko he Izuku.

[Quizas esta vez había una forma de reparar las cosas. Esta vez quizás apoyando de una manera diferente puede que....]

Cuando Katsuki finalmente reunió el coraje para hablar, el camino hasta Izuku quien al escuchar los pasos se dio media vuelta y lo observo.

[Esta vez...]

No había esta vez.

Cuando Katsuki tenia su mano al frente de si mismo intentando alcanzar a Izuku este se detuvo en seco al observar la expresión del peliverde.

Izuku siempre se había enfrentado a él, a sus abusos he injusticias.

Aun así, Bakugou siempre salía victorioso.

Siempre...

[...]

»La idealización de la fuerza, el carácter de las ideas y la valentía de llevar a cabo tu voluntad. Creyente ferviente, susurros favorecidos y sentimientos albergados. Quizás la manera en que funcionaba el engranaje del mundo lo hacia de forma diferente a cualquier otro. Girando en una dirección contraria y creando un mar de contradicción. Pues bajo el delgado velo de la verdad se encoje un pequeño suspiro de mentira.

Es quizás su corazón el cambiante aquí.

La fuerza en sus puños pero al determinación en su mirada.

El terror en su alma y el temblor en sus pieles.

Sosegado de una idea diferente sus emociones convergen en un solo lugar.

Confusión.

¿Qué era esa mirada?

Con los ojos bien abiertos en un plano donde solamente ellos dos coexisten mira firmemente Izuku a Katsuki.

Aquellas esferas esmeraldas que brillan en la oscuridad y parecen desplegar estelas evaporadas de ellas.

[¿Qué es esa mirada?]

Su mano poco a poco volvió a su costado y la certera mirada de Izuku se transformó en desdén.

[¿Por qué me miras así?}

Katsuki no le entendía.

[Tu eres el que perdió su padre... tu eres el que no tiene quirk. Tu eres quien no puede ser todo aquello que juro serlo. ¿Por qué me miras de tal forma?]

Nuevamente la delgada fina de capa de irrealidad parecía deformar la realidad. El silbido del viento y el compás del suelo temblando.

Sin ningún espectador, un solo brillo destellante en aquel lugar vacío.

[Yo no soy a quien deberías ver así...]

Su ceño se frunció y pudo ver a la lejanía como aquel único admirador se despedía de él.

[¡¿Quién te crees para verme así?! M-maldito... ¡Huérfano!]

»Soledad, represión, decepción y tristeza. El acompañamiento perfecto de la indolencia hacia la mirada desinteresada que se desvanece como una mota al cielo. Es su creencia de superioridad la cual manipula los hilos de la inferioridad de su corazón. Ni un grito en miles de habitación o miles de gritos en un banco vacío harán volver al viento que se ha ido.

Y fue cuando finalmente el tiempo corría una vez más.

Su mirad de desdén parecía haber perdido interés y finalmente volvió hacia la pequeña flor debajo de sus pies.

Fue en ese mero momento que algo cambio dentro de Katsuki.

Miles de cristales rotos, millones de fragmentos retorciéndose como remolinos detrás suya y susurrándole las palabras más crueles posibles.

Katsuki había sido despreciado por aquel ser más despreciado del mundo.

[¡D-De-Deku...!]

...

Al tercer día todo había terminado. La ceremonia, el entierro y la despedida.

»No había cuerpo que enterrar.

Ni si quiera aquel chico se había preocupado de mirar hacia su alrededor. Izuku se había dirigido a su habitación quietándose la ropa oscura mientras cerraba sus cortinas. Arrojo todo lo que tenia encima a la esquina de la habitación de forma despreocupada y dejándose caer sobre la cama.

Esta misma noche él tuvo un sueño.

En ese sueño se veía a si mismo, de pie en un pasillo oscuro.

No había sonido, no había ni si quiera un pequeño silbido del aire.

A través de ese largo pasillo había mil puertas de las cuales ninguna se abría.

Camino, camino y siguió caminando sin un final fijo, esperando a despertar sin embargo cuando no parecía haber algo más el sonido volvió.

El escucho algo.

Un momento concreto de su vida. Un sueño donde sus padres estaban hablando de él en la sala de su casa.

Como se trataba de un sueño, no podía saber exactamente de lo que hablaban, simplemente los veía mover los labios; pero por egocéntrico que suene, Izuku sabia que estaban hablando de él.

¿Qué era lo que estaban hablando de él? Se pregunto extendiendo su mano hacia la perilla, pero al momento de tocarla pudo escuchar los susurros de las palabras de su padre.

"Puede que un día tomes una decisión..."

El se alejo de la puerta casi enseguida chocando con otra puerta detrás de él.

"Seas quien seas... el bueno o el malo, dependerá de ti..."

Nunca se entero de la causa de muerte de su padre, aun cuando estuvieron durante horas un par de días pegados a la televisión y realizando llamadas jamás pudieron saber con certeza que lo causo exactamente.

"Confió en que podrás hacer lo mejor para ti..."

¿Cómo se sentía al respecto de si mismo? No era exactamente un hijo admirable pensaba de si mismo. Creía que quizás las cosas que hacia las hacia por su propio beneficio y aun creyendo poder soportar las miradas de todos no podía hacer lo mismo con sus padres.

Su madre estaba cansada, su padre trabajaba mucho y el solamente estaba ahí.

Era diferente a todos los demás.

¿Por qué exactamente le venían estas ideas ahora mismo? ¿Cuánto tardaría en despertar? Ya ni si quiera tenia una idea de cuánto tiempo llevaba soñando.

"...adiós, hijo."

El resto de aquel pasillo oscuro finalmente había desaparecido y la puerta delante de él se abrió.

Había despertado del sueño.

...

Al día siguiente le costó horrores levantarse de la cama.

Su cuerpo estaba entumecido debido a unas ganas insoportables de no querer hacer nada en ese día; pero fue capaz de soportarlas y salir de la cama para ir a comer algo.

Se acerco a la cocina y Inko, al verlo, lo miro algo sorprendida.

―¿Te sientes mejor?

―...mas o menos ―Izuku levanto la mirada―. ¿Puedo quedarme en casa otra vez?

―No te preocupes por ale escuela, si necesitas reposar durante un tiempo esta bien.

Escuchar a su madre decirle eso hizo que su cuerpo sintiera la necesidad de hacerlo; pero para sobreponerse a esa presión, quería hacer cualquier cosa con tal de evitar volver a ver otra vez ese sueño.

¿Cuánto tiempo le tomaría recuperarse?

Izuku se sentó en la silla al lado de la mesa.

Había un montón de cosas que no hacen faltas decirlas, y otras que simplemente no deben ser dichas.

En completo silencio, tanto él como su madre simplemente se mantuvieron esperando a que la comida estuviera lista.

El tiempo parecía avanzar sin un objetivo fijo.

Mas tarde comió junto a su madre.

No estaba especialmente hambriento pero sabia que tenia que comer y la comida se le termino agarrando a la garganta sin intención de bajar, aunque intento que bajara con agua provocando que casi vomitara todo.

"...adiós, hijo."

Todo estaba girando en su cabeza.

...

No sabía cuantos días habían pasado desde la muerte y funeral de su padre. Su sentido del tiempo se había distorsionado y todo lo que hacía en esos días era despertarse, dormir, despertar, dormir y repetir este ciclo interminable.

Cada vez que cerraba los ojos, soñaba una y otra vez sobre las palabras de su padre antes de que cortara la llamada.

Piensa y sigue pensando en las palabras de su padre, tras lo que llora y siegue llorando tanto que le agota la situación.

El ya no tenía ganas de nada.

Había perdido la voluntad entera de hacer o cumplir cualquier meta. Ni si quiera recordaba si alguna vez durante todo este tiempo había salido de su hogar.

¿De que sirvió tanto esfuerzo? Para nada había servido todos los sacrificios que hizo para volverse un poco más fuerte y poder enfrentar el muro de realidad de este mundo contra personas sumamente superiores a él.

Estaba tan aletargado que no había sido capaz de salir de su habitación; y que por mucho que sepa que todavía le quedaban cosas por hacer, no podía reunir fuerzas para hacerlo.

Le faltaba voluntad para ponerse de pie, tan solo dormía y se despertaba, se sentaba en la cama antes de repetir el proceso.

Había días en los que apenas se movía.

Inko de vez en cuando iba a ver como estaba.

Izuku recuerda que hablan de cosas pero a veces ni recordaba que había desayunado el día anterior.

Él no sabía que decir, ni a él mismo ni a ella.

Los días siguieron pasando. Fue cuando una mañana que estaba despierto logro escuchar a su madre hablar con Mitsuki por teléfono.

Discutían acerca de cómo podrían llevar ahora las cosas. Inko tendría que trabajar y eso pero ella le decía que estaba bien. Lo que Hisashi había dejado era suficiente para poder subsistir un tiempo antes de que ella necesitara trabajar, sin embargo no era a eso a lo que se refería Mitsuki con trabajar.

Algo para distraerse era a lo que ella se refería como trabajo.

Días mas tarde Izuku escucho a su madre tras la puerta hablándole y comentándole que volvería a la florería de hace tiempo. Quizás era la mejor manera para que ella pudiera conllevar las cosas mejor.

―Se que las palabras no funcionan y a veces prefieres estar solo. También se que estoy siendo egoísta al volver a esa florería y dejarte aquí solo pero no se como hacer las cosas contigo Izuku. Eres un niño fuerte he inteligente pero a veces eres mas maduro que yo y eso me da miedo. No se todo lo que tu padre te habrá dicho pero estoy segura que el no habría querido que te quedaras estancado aquí. Tanto el como yo queremos que vuelvas.

No era la primera vez que escuchaba esas palabras desde que todo esto comenzo pero por algun motivo, su corazón parecía haberse movido tras escucharla.

Claro que sus palabras son comunes... Por mucho que le doliera la muerte de su padre es algo común. La única opción posible era aceptarlo y seguir avanzando.

El lo sabia desde hace mucho pero no parecía querer seguir esa idea.

Aun así sabía que no podía huir.

¿Cuánto ya había afrontado hasta el día de hoy? Creer o no creer en los errores y las perdidas, su fuerza o valentía. Había perdido un padre y era un hecho, se sentía vacío y solo. Pero, cada vez que escuchaba la voz de su madre o veía su rostro... ella también estaba abrumada.

¿Seguir así lo haría sentir mejor? Tenia una vida en ese lugar, un objetivo.

"Puedes ser un héroe..."

Su única opción era afrontarlo y plantarle cara.

Puede que no sabía cómo debía hacerlo en ese momento, pero cada cosa a su tiempo. Lo primero era levantarse de aquella cama, mirar hacia aquella puerta y tomar la perilla de estas con la esperanza de que al momento de tocarla, como en su sueño, esta vez algo no lo empujara.

Y finalmente, cuando toco la perilla y la giro solo pudo abrir sus ojos y aceptar lo que ocurría, por duro que sea; lo único y lo mínimo que podía hacer para superar este problema era estar de pie y avanzar hacia delante.

Escucho a su madre abrir la puerta del departamento.

Fue ahí cuando su madre escucho la puerta de la habitación abrirse y ella se dio la media vuelta.

Un largo pasillo los separaba y los unía a la vez.

Ambos encontraron su mirada uno al otro.

[Quizas para no preocuparla más...]

El alzo su rostro y sonrió.

Una sonrisa en honor a lo que le se convertiría.

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