28. Buenas noches I (182)
Después del susto de muerte y el mal rato que había pasado electrocutando a Roca, Nameless intentaba poner orden en su agenda mental y decidir qué hacer a continuación.
–Voy a ver si Roca está agobiando a Rávana –le dijo a Sica.
–¿Sólo para eso? –le contestó suspicaz.
–Ya... También le debo una disculpa...
–¿A Eisentblut?
–No, a Rávana. ¿Por qué le iba a tener que pedir perdón a Roca? ¿Por no fulminarla sin poner tantas pegas?
–Por ejemplo. ¿Y por qué le tienes que pedir perdón a Rávana?
–Por pedirle información y luego huir cuando me la trae.
–Ah, te refieres a lo de la comida. Ya ha escuchado lo de nuestra misión de madrugada, así que sabe que has estado ocupada.
–Bueno, aun así... Pero tú no te esperabas eso, ¿verdad?
–No, esperaba que tuvieras urgencia por averiguar si ya sabían si los de Final Solutions tenían familia.
–Pues... no, no había pensado en eso. Ahora me importa más que Roca no se pase con Rávana. Además, para lo otro digo yo que necesitará un tiempo.
–No mucho con las habilidades de hacker de Rávana.
–Ah...
–Así que la seguridad de alguien cercano te importa más que la seguridad de hipotéticas personas lejanas, a pesar de que el cercano vaya a estar bien, porque Eisentblut no le va a hacer daño, y esas personas lejanas, de existir, que estadísticamente alguna tendrá que haber, van a estar en un aprieto serio.
Nameless repasó la larga frase antes de asentir.
–Sí, supongo que sí. ¿Eso va para mi perfil?
–Sí, quiero entender cómo actúas. Sé que corres a proteger, pero en el caso de tener distintas personas a las que proteger, me gustaría saber a por cuál irías.
Nameless suspiró con pesadez por verse analizada por una Morilec.
–No suspires así –le reprochó Sica–. No precisamente tú, que puedes prever qué haré yo.
Nameless enarcó las cejas al caer en aquello.
–Ya, pero en tu caso da mal rollo, porque suena a que quieres saberlo para matarme algún día.
–Eh, también puede ser para ayudarte.
–¿Sí? Vamos a buscar a Virgi.
–Vale, no –cedió Sica de inmediato–. Pero que el primer impulso sea por un motivo no quita que pueda ser usado con otros fines.
–Eso tendrá que valerme –refunfuñó Nameless.
Encontraron a Roca y Rávana no muy lejos de la Enfermería, y aunque no lo tenía agarrado del cuello y estampado contra la pared, tampoco parecía que se lo estuviera pidiendo educadamente.
–Capitana, por favor, no lo agobies –se apresuró a intervenir Nameless–. Ya tiene mucho trabajo como para...
–Si ya ha aceptado.
–Ah, es que parecía... –reculó avergonzada.
–Lo que no he aceptado ha sido mentir –replicó Rávana y Roca resopló fastidiada–. Si encuentro algo, es lo que voy a contar. Si no, no tiene ningún sentido.
–¿Qué pretendes, Eisentblut? –le preguntó Sica duramente.
–¿Quieres que si encuentra que tienen familia, me diga que no? –prácticamente acusó Nameless.
–Sí, joder, pues claro. Para que no te deprimas por esos capullos.
–No es por ellos –se defendió Nameless.
–Bah, tampoco es que...
–Que el marido o padre o lo que sea resulte ser un cabronazo no es culpa de la familia –intervino Rávana.
–Que vale, pero me da igual –resopló Roca.
–Mira a Virginia –indicó Sica.
Roca se giró y miró cómo Virginia le estaba repasando las cejas con rotulador a Svier, lo que no las mejoraba.
–¿Qué pasa? ¿Quieres unas cejas iguales? –planteó desdeñosa y se chocó con la mirada penetrante de Morilec–. Sí, vale, su padre es un cabronazo –dijo con desgana–. Y a ella le iría mucho mejor si desapareciera.
–¿Y si se quedara en la calle sin dinero? –continuó Sica.
–¿En serio te importan esas cosas, Morilec?
–A mí me importa qué afecta a la gente, para poder prever sus movimientos. Y sé que hay muchas mujeres que no abandonan a los maridos que las maltratan, en parte por miedo a las represalias, en parte por dependencia económica. Si te cargas al marido, les harás un favor, pero si no encuentran sostén económico...
–Joder, vale. Nadie te ha pedido una clase al respecto –gruñó Roca.
–A mí me interesa –intervino Rávana.
–Vale, pues búscalo y dile la verdad de lo que encuentras. Tú serás el responsable de que le dé otra crisis –amenazó Roca.
–De acuerdo... –aceptó Rávana sin mucha alegría.
–Pero igualmente te voy a regalar un binder. ¿Puedo tomarte las medidas o prefieres hacerlo tú solo?
–Eh... una M.
–Jah, no. Es ropa Elegans, tío, tiene que quedarte perfecto.
–Ah... Vale... Pues... ¿cuando quieras?
–Es ropa de ricos –le chivó Sica.
–Tú te vistes con ella –señaló Roca.
–Sólo para trabajar.
–Y es algo que sigo sin entender. ¿La paranoia Morilec no te dice que vayas siempre protegida?
–Sí, pero también es importante no llamar la atención –respondió Sica incómoda.
–¿Aquí, donde todo el mundo sabe quién eres?
–Ya... Pero esto se supone que esto iba a ser temporal...
–Sí, sí, hasta que mates a mi Subcapitana. Pues vale, tú sigue así. Me será más fácil reventarte cuando se te vaya la olla –le aseguró Roca–. Y si Nameless sigue vestida así... ¿Pero tú crees que tendría esta arruga –le pellizcó la espalda a su Subcapitana– si Bohém le hubiera cogido bien las medidas y no lo hubiera hecho a ojo? –le planteó a Rávana, que tenía cara de no saber cómo tomarse las promesas de muerte del trío Tic-Tac.
–Supongo que no –respondió Rávana con una ligera nota interrogante.
Mientras, Nameless intentaba retorcerse para verse la arruga, sin que la contorsión se la escondiera.
–Pues espera, que voy por el metro –advirtió Roca.
–Su faceta de modista me sigue pillando desprevenida –reconoció Sica.
–Eh... Mientras vuelve... –empezó Nameless–. Quiero pedirte perdón por haberme escapado antes, cuando me traías nuevos datos.
–No pasa nada. Ya nos han contado qué habéis hecho. Es normal que estés saturada –respondió Rávana comprensivo.
–Ya, pero... te cargo de trabajo y luego huyo... ¿Me lo pasas ahora?
–Sí, vamos a los ordenadores. Porque me temo que el móvil que tienes no lo soportaría...
–Ya...
–Nameless, ¿ahora mismo cuál es tu posición respecto a lo que hemos hecho esta madrugada? –preguntó Sica, antes de que se encaminaran hacia la sala de ordenadores.
–¿Lo dices por lo de que no esté preparada para la siguiente?
–No, lo pregunto por curiosidad.
–Jah –replicó Nameless sin creérselo–. Pero, sí, supongo que no estoy preparada para repetirlo.
–¿Pero cuál es tu posición respecto a haber matado a esos tipos?
–Joder, Sica, ya sabes que no estoy nada orgullosa con eso.
–¿Y con lo de haber salvado a cuatro personas? Puedes ir a hablar con Irina y la Doctora ahora mismo. Yukiko y Jerry están en Neutralia.
–Que sí, ¿vale? Eso puedo... asumirlo.
–¿No estás orgullosa de esa parte tampoco?
Nameless se encogió de hombros. Estar orgullosa no era algo habitual en ella.
–¿Pero al menos quedamos en que ha sido una acción... acorde con tus principios?
–Agh, sí, de acuerdo –aceptó algo crispada–. Si te vas a poner como Roca cuando no está y no tienes que llevarle la contraria...
Pero Sica no le hacía caso, había sacado un teléfono móvil, o un pequeño ordenador, y estaba tecleando en él.
–Antes te he abierto una cuenta –le dijo sin levantar la vista de la pantalla–. No te lo he dicho porque no quería que rechazaras el dinero antes de que te reposara lo sucedido.
–¿Cuenta? ¿Dinero? ¿Es que me vas a dar una parte como motivación? –terminó preguntando como si esperase que fuera una broma.
–No, te doy lo que te corresponde.
–¡¿Medio millón?! –graznó Nameless cuando le enseñó la pantalla–. ¿M-Me das la mitad de tu...?
–No es mío, es nuestro.
–Pero... pensaba que lo del millón... era vuestro precio fijo.
–Sí, pero no era una misión habitual, porque yo siempre trabajo sola.
–Ah... Esto... es mucho dinero para mí.
–Se lo he exigido a Satán para que no me tome por su sirvienta. Y a ti te viene bien tener dinero que él no te pueda reclamar.
–Sí, eso está bien –asintió Nameless, recordando su suspicacia con la tarjeta dorada que le había dado el Director prometiéndole una beca–. Pues... Rávana, ¿con esto podemos comprar cacharros más potentes?
El chaval emitió una risita emocionada que nunca antes le habían oído.
–Con esto puedes comparte un buen equipo de vigilancia y saberlo todo de quien quieras –informó con ojos brillantes.
–Bueno... tampoco quiero gastarlo todo de golpe, que no sé qué más puedo necesitar.
–Si quieres más, siempre puedes alternar las misiones por convicción con algunas pagadas –sugirió Sica–. Siempre hay gente a la que proteger.
Nameless parpadeó ante la perspectiva de dedicarse profesionalmente a aquello.
–Rávana –llamó Roca, que traía una cinta métrica como si fuera una cuerda con la que lo fuese a estrangular–. Vamos.
–¡Eh! –intervino Killgore Ceja Recosida–. ¿De qué vas?
Rávana hizo un gesto para que se tranquilizara.
–Va a tomarme medidas para darme un binder nuevo –informó sereno.
–Ah, vale –aceptó algo aturdido al ver que su colega no estaba en peligro.
Rávana se fue con Roca a una habitación más tranquila.
–¡¿Qué?! –exclamó Killgore cuando hubo procesado la situación.
–Ya, a nosotras también nos sorprende esa faceta –asintió Nameless.
---
–¿Entonces te unes al plan de asaltar el laboratorio? –propuso Mantis.
–¿Puedo ver antes esos documentos que hablan sobre el Proyecto Buena Chica?
–Los tiene Apolo –contestó Veda como si se disculpara.
–Te lo podemos resumir en que se lo aplicaron a Kramer y que les salió tan mal que la tenían encerrada hasta que escapó –intervino Furia–. Y que nos lo quieren aplicar, como mínimo, a Veda y a mí.
–Y a mí no porque todavía no tienen historial sobre mí –aseguró Mantis–. Pero estaría bien saber qué opinan de Sarah.
La aludida tembló ante la posibilidad de ser blanco de tal atención.
–También hay que asegurarse de que a Dani no le preparan nada de por el estilo –añadió Furia–. De Hart no me preocupo mucho, él da el pego.
–Y puede que tengan algo sobre ti –musitó Veda dirigiéndose a Regina.
–Esperando a que un día se te vaya la mano lunática, o peor, a que dejes de ser rica –apuntó Mantis.
–De acuerdo, me habéis convencido –asintió Regina–. Puedo aportar mi habilidad de sentir gente a distancia, al menos la de sangre caliente. Y las habilidades pasivas de ser blanca y rica –añadió con un punto de sorna.
–¿Habilidades pasivas? ¿Juegas a rol? –le inquirió Veda, sorprendida por aquella nueva faceta.
_________________________
_________________________
Y empezamos un nuevo capítulo justo antes de empezar un nuevo año.
¿Será una buena noche realmente o seré yo siendo una cabrona al poner títulos?
Ya veremos~
Aquí mi Patreon, que ojalá siga subiendo el en 2020 >3<
[www.patreon.com/Cirkadia]
(El mes que viene hará falta que alguien más me mecenee para poder mantener la media de "1 mes = 1 mecenas". Porfi)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top