26. Reinas de hielo II (171)
Llegaron al Instituto del Mal sin contratiempos, aunque, al bajar del avión, Max Pain comentó algo de que habían llegado con las últimas gotas de gasolina. Sica le lanzó una mirada de querer matarlo y buscarse un sustituto más fiable. Irina se fue con sus guardaespaldas, la Doctora y la nevera hacia la Enfermería. Nameless tomó la dirección contraria, hacia el Comedor.
–Hola –le dijo a Full al sentarse a su lado–. ¿Qué? –añadió al ver su mirada.
–¿Y esa ropa? –preguntó él.
–Ah... es que... mi día ha empezado hace varias horas –suspiró centrándose en el desayuno, se moría de hambre.
–¿Entrenamiento con Eisentblut?
–No... aunque puede tomarse como entrenamiento...
–¿Y esa ropa? –inquirió Hedera al llegar–. Es más sosa que de costumbre.
–Pero si es pura Elegans de combate –exclamó Full.
–Será lo que quiera, pero es toda negra –señaló aburrido.
–Ya, pero... –murmuró Full, fastidiado de que su compañero no apreciara la calidad.
–¿Te... molesto? –tanteó Nameless al percibir que algo no iba bien.
–No, no, claro que no. Es sólo que...
–¿Te recuerdo a alguien? ¿O alguienes? –propuso mientras se preparaba la segunda tanda de tostadas.
–¿Entonces ya lo sabes?
–Me he llevado algunas miraditas poco cariñosa por ir con esto. Sobre todo si... –se colocó las gafas y la mascarilla con el mismo movimiento. Full se tensó–. Perdón –pidió retirándoselas.
–No, si... Por un casual no irías con Sica, ¿verdad?
–Pues sí. De hecho, ha sido idea suya...
–¿Te has entrenado con ella? –preguntó algo alarmado.
–No exactamente...
–Sólo ha sido una excursión –acudió a decir Roca, que llevaba su ropa habitual de pantalones de camuflaje y camiseta de manga corta, y no el uniforme de combate–. Un poco de ejercicio mañanero.
–Ay, tengo que cambiarme a mi ropa de siempre –recordó Nameless.
–No te va a dar tiempo, tenemos clase ya –contestó Roca sirviéndose un café–. Has preferido desayunar. Jeff estaría orgulloso de ti –añadió dándole una palmada de ánimo de las suyas.
–Lo estoy –dijo el aludido, que pasaba por allí de camino a la salida del Comedor.
–Y esa ropa no te queda mal –añadió Roca.
–Pero es la de momentos especiales, ¿no? Además... la gente me mira mal por llevar esto.
–¿Por qué? –inquirió Roca con dureza taladrando a Full con la mirada.
–Porque todo el mundo sabe que parezco... Morilec en acción, parece ser –musitó.
–Y viven para contalo, que no se quejen. Vamos –dijo tirando de ella.
–Tú también vives para contarlo –intervino Sica, también en su ropa habitual.
–No es que haya visto gran cosa más allá de verte rematar al que yo he mandado a volar.
–Ya, y no era necesario. Le has hundido el pecho, iba a morirse igualmente en menos de un minuto. Ha sido deformación profesional.
Nameless parpadeó una vez al escucharla hablar así de camino a clase de Apariencia. ¿Iban a terminar haciéndose amigas?
–¿Qué habéis hecho? –le cuchicheó Full.
Nameless volvió a sentirse mal por recordar los muertos. Roca les había reventado la cara dos hombres, y a otro, el cuerpo entero con un aplastamiento; la andanada de cuchillos y pelapatatas asesinos había sido enteramente de Nameless, y Sica era demasiado rápida desplomando gente... El problema añadido era que había desayunado, así que si se mareaba, podía terminar vomitando. Y seguro que de eso no estaría orgulloso Jeff.
–Excursión con Sica y Roca –logró contestarle, sujetando la voz temblorosa y las lágrimas.
Bohém la recibió con una sonrisa cálida al entrar en clase, Nameless quiso creer que quería animarla después de lo sucedido.
–¿Te ha gustado el traje? ¿Es cómodo?
–Sí, pero me he sentado a desayunar y se me ha pasado cambiarme...
–Demasiado serio para tu estilo, ¿verdad?
–Sí, es muy... para lo que hemos hecho. No es mi estilo exactamente.
–Puedes quedártelo un rato y explorar este aspecto de tu estilo, como has dicho antes.
–Supongo... –aceptó, porque no le quedaba otra.
–Luego hablamos –prometió con un susurro–. Ahora quiero que conozcáis a vuestra nueva compañera –anunció en alto–. Irina, ¿quieres presentarte?
La mencionada dio un paso adelante.
–Hola. Soy Irina –y lo dio por terminado.
–¿Algo más? –instó Bohém esperanzada.
–No –respondió sin emoción.
A Nameless le recordaba a Sica, pero más glacial, y menos paranoica.
–¿Por qué llegas al Instituto ahora? –le preguntó Évola levantando la mano.
–Porque ahora he decidido entrar.
–¿Y qué te ha hecho decidirte ahora? –añadió Hidra.
–El que hayan querido atentar contra mi vida por segunda vez esta semana, con métodos cada vez más brutales. Todo apunta a que el siguiente, de darse, sería letal, así que estoy en calidad de refugiada política.
–¿Quién te ataca? –curioseó Full.
–La competencia. Tengo un territorio que quieren arrebatarme.
–¿Eres la jefa de una banda? –inquirió Killgore.
–Lo que queda de ella. He heredado el territorio de mi padre.
–¿Tan joven? –exclamó Hedera.
–Yo también hubiera preferido que tardaran más en asesinar a mi padre y sus mejores efectivos.
–¿Quién? –preguntaron al unísono varias personas.
–La competencia contrató a Moira Morilec.
Se hizo un silencio incómodo al tiempo que el interés general gravitaba ahora hacia Sica, que no movió ni un músculo ni se mostró avergonzada.
–Espero aprender mucho en mi estancia aquí –continuó Irina–. Tengo un territorio que reconquistar. ¿Empezamos?
–¿Que tú estés aquí tiene algo que ver con que Nameless vaya vestida como una Morilec en plena misión? –tuvo que soltar Killgore.
La aludida se encogió y se hubiera colocado la mascarilla de no empeorar eso su atuendo.
–¿Tú qué sabes de cómo vestimos? –le replicó Sica.
–Yo ni idea, a mi zona no vais, no merecemos la pena –respondió él concierto orgullo–. Pero escucho lo que dice la gente esta mañana y no se atreve a preguntar.
–Sí, está relacionado –contestó Irina, sin intención de dar más explicaciones.
Comprendiendo que la nueva alumna era demasiado críptica y Sica demasiado hostil, Killgore se giró hacia Nameless mientras Bohém anunciaba que ese día experimentarían sobre todo con el peinad, en todas sus formas y colores.
–¿Qué has hecho?
–Eh... una excursión antes de desayunar –contestó incómoda, no sabía cuánto podía difundir.
Killgore entornó los ojos suspicaz, pero no insistió con el interrogatorio porque la profesora se acercaba.
–Nameless, cuéntame qué tal ese traje.
–Pues... es cómodo, muy cómodo. Pese a todas las capas que tiene, no tengo calor ni frío ni nada. Todo bien.
–¿Y qué tal te sientes llevándolo puesto? Aparte de la comodidad.
–¿Te refieres a... psicológica y anímicamente? –tanteó Nameless.
–Eso es –asintió Bohém.
–Me siento protegida. Sica me ha pegado una puñalada y no me ha hecho ni un rasguño. No sé si alguna bala me habrá dado...
–No, no te ha dado ninguna –aseguró la profesora–. El traje tiene receptores que envían datos... y nos ha llegado a nosotras –informó con cierto tono de disculpa–. No te ha dado ninguna bala, pero en el conducto de ventilación si que has recibido pequeños ataques.
–Ya, las rejas... ¿El gas era tóxico?
–Sí, hiciste bien llevando la mascarilla.
–Sí, pero... la gente me mira raro con este traje...
–Normal, está asociado a... ya sabes –terminó dándole una palmada de aliento en la espalda.
Una vez se hubo alejado la profesora, Nameless se preguntó qué peinado podía hacerse, ella no quería cardados ni tupés. Por no decir que no tenía sitio con tanta capucha y casco.
–Nameless –llamó Irina acercándose con un botecito de laca de uñas–. ¿Qué te parece este color para pintarles las uñas?
–¿Para pintarte las uñas o para pintarles las uñas? –quiso asegurarse Nameless.
–A las manos. Creo que el azul hielo les quedará bien –opinó con tal escasa emoción que daba escalofríos.
Nameless parpadeó y pensó "wow".
–Eh... ¿sí, les quedará bien? ¿Es parte del... mensaje?
–Sí, el hielo se asocia a mí.
–Ah, pues... bueno, sí. Supongo que quedará bien. Da un punto... más elaborado.
Irina asintió y se fue por dónde había venido. Nameless la miró alejarse sintiendo que aquello ya lo había vivido, con Sica, con Virginia...
–Hola.
–Hola, Virgi.
–Estás confusa.
–Sí –suspiró.
–Y más cosas.
–También...
–Necesitas un abrazo.
–Necesito una ducha moral.
–No va a limpiarte. Has hecho lo que has hecho.
–Ya... ¿He hecho mal?
Virginia no respondió y Nameless se giró para mirarla a la cara. Le temblaba un ojo.
–¿Una pregunta complicada?
–...Sí... Muchas... distintas... Verdades...
–¿He hecho mal... y bien?
–Sí. No. ¡Ah! –gritó con los ojos muy abiertos.
–Perdón, perdón, no hace falta.
–Tú lo sabes, no lo olvides.
–No, claro que no olvido, ése es mi problema.
–No olvides lo bueno por torturarte con lo malo –ordenó Virginia.
–Vale... –aceptó, aunque no tenía muy claro cómo lo conseguiría.
–Y no olvides lo malo cuando veas todo lo bueno.
–¿Eso puede pasar? –se extrañó.
–Eso va a pasar –afirmó muy segura.
–Pero si...
–Tu poder es adaptarte.
–Eso es verdad –aceptó Nameless.
–Es verdad.
–¿Entonces... voy a ser una villana?
–Ya lo sabes. Vas a ser una supervillana, muy temida, muy querida. Ya lo eres.
–Si tú lo dices... –murmuró, para nada convencida.
–Yo lo digo. Es verdad –y se fue a jugar con los tintes.
Nameless se miró en un espejo, con el traje que llevaba no se le veía ni un pelo de la melena. Pensó en ir a preguntarle a Bohém qué estilo imitaba ese día. Aunque la verdad era que no le apetecía hacer gran cosa, seguía sintiéndose mareada.
–¿Qué, pasas de la clase? –le preguntó Roca, que se estaba tiñendo el pelo de rojo.
–No estoy muy inspirada...
–¿Un café? –acudió a ofrecer Jeff.
–Gracias –contestó Nameless aceptando el termo–. Te queda bien la cresta.
El café secretamente especiado de Xanthidae la espabiló un poco y, aunque seguía algo indispuesta por lo que había ocurrido hacía menos de dos horas, pudo al menos decidir probar a teñirse unos mechones de morado oscuro.
–––
La siguiente clase era Supervivencia, por lo que salieron a los terrenos. A Nameless ahora le sobresalían un par de mechones morados de la capucha sedosa del traje Elegans de combate. Roca parecía aún más infernal con su melena rojo fuego.
El lugar donde se encontraron con Max Pain fue otra vez el pequeño claro ante el laberinto de cemento. Nameless empezó a sentirse peor.
–Vamos a repetir la práctica de la semana pasada –anunció el profesor–. Había pensado en cambiar los grupos, pero no, eso ya lo haremos otro día. ¿Os organizaréis mejor esta vez, presas? –preguntó con malicia.
–¿Repiten las cazadoras de la otra vez? –inquirió Killgore Mechas Irisadas.
–Eso es, y de presas, la misma gente, más las tres nuevas alumnas.
–Pues son alumnas muy a tener en cuenta –consideró Full Raya Al Medio.
–Esta vez te voy a reventar, gilipollas –le prometió Roca Pelo de Fuego.
–¿Te refieres antes de que Nameless te reviente? –le recordó burlón.
La aludida se hubiera escondido ante la promesa, si no hubiera estado sumida ya en su propia pesadilla. ¿Cómo que iban a cazarla Sica y Roca? ¿Cómo que iban a cazarla los monstruos que hacía pocas horas había visto cómo mataban de verdad a unos cuantos tipos profesionales? Estaba aterrada.
–Vamos –dijo Killgore, que estaba muy decidido a formar el mismo equipo de la semana anterior, más ahora que se suponía que se llevaban bien.
Nameless descubrió que el terror la tenía paralizada y que el desayuno amenazaba con salir rápidamente por cualquier orificio.
–¿Estás bien? –se acercó a preguntarle Nova Complicada Trenza Nacida En La Frente.
–Sí... –contestó automáticamente.
–Mientes –acusó Virginia Pelo Con Distintos Estilos A La Vez.
–Voy a... Voy entrando –murmuró sin mirar a nadie a la cara y arrastró los pies al interior del laberinto.
Nada más cruzar la primera puerta, se sintió desesperanzada y muy asustada. ¿Qué se suponía que iba a hacer contra semejantes monstruos? Tenía muchísimas ganas de llorar y esconderse debajo de una manta a rogar que los monstruos del armario no la encontraran.
–Eh, ¿qué te pasa? –se preocupó Nova entrando tras ella.
–¿A quién tengo que pegarle con el palo? –ofreció Svier Cresta De Siempre Pero Con Luces De Navidad De Neones.
Nameless boqueó con la mirada perdida, no sabía cómo explicárselo.
–¿Tiene que ver con la excursión que habéis hecho antes? –inquirió Killgore.
Tras unos segundos de duda horrorizada, ella asintió.
–Las... he visto en acción. De verdad –musitó, ahora con mirada huidiza.
–¿Qué quieres decir? –se interesó Nova.
–Han matado gente. De verdad –repitió muy bajito.
–––
–Perfecto, porque me he quedado con ganas –celebró Roca–. Aunque sea con esta munición –refunfuñó cargando la Rubí.
Sica se armaba mecánicamente a su lado.
–¿Cuántas ganas tienes de ganar? –preguntó al fin Sica Melenita Posiblemente Un Poco Planchada.
–¿A qué viene eso? –se extrañó eligiendo una metralleta.
–¿Más ganas que las de instruir a tu Subcapitana sin traumatizarla?
–¿Qué dices de traumatizarla si a esto ya hemos jugado?
–Sí, antes de que nos viera actuar de verdad.
Roca frunció el ceñó mientras se pensaba aquello.
–¿Es que no la has visto? –continuó Sica–. Estaba aterrada.
–¿Cuándo, en casa de Irina?
–Ahí también, pero me refiero a cuando Max Pain ha anunciado la actividad.
Roca se lo pensó otro poco, y terminó encogiéndose de hombros.
–No, no la he mirado a ella.
–Ya, estabas centrada en tu jueguecito con Killgore –suspiró enfundando la pistola en el cinturón–. Pues se ha puesto blanca de terror.
–¡Pero si ya sabe que vamos con munición Rubí!
–Eisentblut, te ha visto reventarle la cara a dos tipos. Y planchar como un acordeón a otro. Nameless, que viene de un ambiente completamente civil. ¿Lo pillas?
–Ya, sí, que es la primera vez que ha visto una muerte real.
–Asesinatos –puntualizó Sica–. Y ahora vamos a repetirlo nosotras, con ella como objetivo. Con su imaginación y sensibilidad.
Roca suspiró.
–Pues no me hace dejarme ganar. Quiero cargarme a Killgore.
–Pues cárgatelo, pero procura que no sea delante de Nameless.
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Si es que Nam no tiene ni un momento de paz.
En las Preguntas con Carácter, Zala le preguntó qué le gustaría hacer en su tiempo libre, y las conclusiones son dos: que no tiene tiempo libre, pero que, de tenerlo, lo que le gustaría es que lA DEJEN EN PAZ.
Las respuestas a las Preguntas con Carácter podéis leerlas en mi Patreon [www.patreon.com/Cirkadia]
Hacer las preguntas es exclusivo para mecenas, pero las respuestas las pongo en abierto para que podáis leerlas todo quisqui ^^
Próximamente voy a subir un relato AU de mafias y polis, sólo para mecenas (sin importar el nivel, desde el tier1 al tier10)
Esperaba tenerlo ya preparado, pero, ¡adivinad!, me ha salido una trama sencilla pero lo suficientemente entramada como para que 5 mil palabras (el doble de esta parte, por ejemplo) no sean suficientes X""DDD
Lo que sea, pasaos por mi Patreon y planteaos haceros mecenas de al menos el tier1 (mejor tier2, por tema del porcentaje que se queda la plataforma), porque, al haber alcanzado la 2ª meta, las recompensas de relatos locos y nuevos empiezan ya en los tiers más bajos ^^
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