23. Información incendiaria III (151)
Regina le pidió a Tess que la volviera a acompañar a la Academia y su prima estuvo encantada de tener una excusa para ver de nuevo a su querido héroe loco. Aunque, cuando cruzaron el río, se acercaron al edificio envueltos en sombras y treparon por la fachada, se encontraron con una sorpresa.
–Que entre la otra también –ordenó Furia.
Tess no quiso darse por aludida y siguió hasta la ventana por la que se había colado el día anterior, que estaba cerrada y sin nadie en el interior de la habitación.
–¿Dónde están? –preguntó teniendo que regresar.
Furia no le respondió y se limitó a examinarla.
–Se han ido de excursión –fue la ambigua respuesta de Mantis.
–¿Excursión? –inquirió Tess desconcertada sacando el móvil.
–¿Qué tal si hablamos de Virginia? –propuso Furia sin dejar realmente opción a no hacerlo.
–Pues ya se estará acostando, que tiene días muy intensos y necesita descansar –informó Regina.
–¿Podemos hablar con ella? –preguntó con vocecita una nueva persona, más encogida que Veda, si era eso posible.
–Dani, ¿no? Pues hablar con ella es un poco... complicado. A ver –se lanzó a explicar al ver las malas caras–, es que su estabilidad mental y emocional es muy precaria. En cualquier momento pueden venirle recuerdos dolorosos y quedarse catatónica, o empezar a romper cosas, y tiene una fuerza brutal. Mi otra prima, ¿sabéis?, pues por el estilo.
La cara de Dani se descompuso en pena y dolor. Daba penita, la verdad.
–¿Podemos ir a verla? –sugirió entre esperanzado y asustado.
–¿Al Instituto? –sugirió Regina.
–Eh... –reculó Dani al darse cuenta de lo que había dicho.
–¿En Neutralia? –añadió Veda, que normalmente no hablaba si no tenía otra opción, así que aquello había que tenerlo en cuenta.
–Para eso está, ¿no? –musitó Dani.
–¿Pero qué le pasa? –preguntó Sarah.
–No lo sabemos, porque no se deja examinar, pero le fastidiaron la cabeza. Nameless dice que es como si tuviera tres voces dentro de ella. Una o dos son suyas, y la tercera de seguro que no. Estas voces pueden entrar en conflicto y provocarle cortocircuitos. También puede recordar cosas desagradables respecto a su padre, o respecto a que apliquen electricidad a alguien, y también cortocircuita y se queda catatónica. Y luego están los momentos divertidos en los que exige orden, pasan de ella y casi abre cabezas, y ahí no cortocircuita, ahí está bien.
–¿Casi abrirle la cabeza a alguien es lo que consideráis divertido allí? –cuestionó Furia.
–Sssssseh. Nadie queda tullido mucho tiempo –contestó encongiéndose de hombros.
–¿Entonces... –empezó Veda– fue Viginia Kramer la que huyó el miércoles pasado?
–Sí, eso parece. Al menos apareció en nuestro lado del río y me metió un guantazo que me mandó a incrustarme en un árbol.
–¿Ves como al final no hiciste nada malo? –le dijo Mantis a Veda dándole unas palmaditas.
–¿Te dio un guantazo? –se preocupó Sarah.
–No pasa nada, me lo merecía y no me rompí mucho –contestó Regina quitándole importancia.
–¿Cómo que "te lo merecías"? –inquirió Furia suspicaz.
–Bueeeeeeeno... dejémoslo en que con lunatismo soy muy gilipollas y pesada. Estaba incordiando a una novata lunática, para ver cómo contraatacaba, qué poderes sacaba... y Virgi me pilló in fraganti –explicó sin arrepentirse–. Prometo que que no vendré aquí en la noche lunática –se adelantó a jurar.
–¿Cómo vas a prometerlo si te pones más gilipollas y pesada de lo que ya eres? –cuestionó Furia.
–...pues también es verdad –aceptó Regina–. Si vuelvo a tener entretenimiento en el Instituto, puede que no se me ocurra...
–¿Cómo está esa novata lunática? –quiso saber Sarah.
–¿Nameless? Perfectamente. Esa noche me terminó electrocutando a tope. Es la que más se está haciendo cargo de Virgi, de hecho, antes he hablado con ella para acordar qué os digo sin liarla. Ah, y el domingo salvó a Ade de partirse contra el bloque ese. Así que bien, ¿no?
–Pues Ade me acaba de decir que se ha bajado con el otro al sótano –comentó Tess aprovechando el momento–. Algo de un laboratorio.
–Apolo dice que va a descubrir qué le ha hecho su tío a Virginia –informó Mantis.
–Ah, pues voy a ayudarles, que Ade dice que están esquivando muchas patrullas –contestó Tess–. Si Apolo me deja y no me la lía como el domingo –refunfuñó yendo hacia la puerta de los servicios que daba al pasillo.
–Eh –Furia intentó retenerla agarrándola del brazo, pero la vampira resultó tener la consistencia de una neblina roja. La heroína apartó la mano y se la miró buscándose algo terrible.
–Qué bien, una villana hecha de niebla de sangre paseándose por la Academia –comentó Mantis divertida cuando Tess hubo salido sin que nadie más pretendiera detenerla.
–No os preocupéis, Tess no es muy lianta –aseguró Regina–. Es demasiado vaga para eso.
–Eso espero... –musitó Veda, seguramente temiéndose un montón de sucesos terribles.
–¿Podemos hablar un poco más sobre Virginia? –propuso Dani.
–Por supuesto –aceptó Regina de buena gana–. Veamos... ha empezado a asistir a las clases y han ido bien.
–¿Que qué? –exclamó Furia.
–Sí, yo también flipé cuando lo supe. ¿Qué tal si me decís cómo habéis averiguado que Virginia está allí?
–Lo hemos deducido –respondió Mantis ufana–. Veda lleva diciendo desde el jueves que alguien se escapó por su apagón, y Aderyn vio a alguien con alas en llamas.
–¿Las llamas no fueron una alucinación mía por el hostiazo que me pegó? –preguntó Regina–. Vaya, no sabía que Virgi tuviera poderes de fuego... En fin, lo importante, ¿aparte de vosotras cuatro, Dani y los otros dos, lo sabe alguien más?
–Hart –musitó Dani–. Que no ha venido porque dice que seríamos muchos en el baño de chicas y nos descubrirían...
–Vale, sois un grupo de confianza –asintió Regina–. Mientras no llegue a oídos del Ampersand que da asco, Panocha y esa gente...
–Si no pillan a Apolo y Aderyn... –dejó caer Mantis macabra.
–Nah, Tess los ocultará. O eso espero, que Apolo es capaz de clavarle un bisturí a alguien en el ojo y Aderyn incendiarlo todo para borrar el rastro. Siempre sorprende que encuentre cosas inflamables tan fácil... Bueno, y Apolo cosas afiladas. Menudo par –terminó riéndose.
–¿Podemos volver a lo de que Virginia va a clase...? –pidió Dani.
–Ah, sí, claro. Pues como sigue a Nameless a todas partes, también va a las clases. Y algunas las borda –comentó levantando los pulgares.
–¿Tan mal está de la cabeza? –planteó Furia.
–Un poco sí, pero también es que nuestras clases no son tan terribles como imaginaréis. Las de Kill sí, vale, pero a esas Virgi no ha ido. Y en las demás hasta se divierte.
Dani parpadeó el que más, Furia no terminaba de creérselo y Sarah tenía cada de "Ay, pobrecita", mientras que Mantis soltó una carcajada.
–Vienen –dijo Veda cogiendo a Dani del brazo para ir hacia la pared del fondo, intercambiando posiciones con Regina.
No hizo falta decir nada más. Antes de que la vampira apagara la luz, ya estaban todas tras ella y su muro de niebla negra.
–––
En lo que Roca tardó en girar la manija y empujar la puerta, la Oscuridad que la rodeaba se replegó como si hubieran pegado un tirón a una sábana. Se encontró a Nameless sentada en la cama, pretendiendo fingir que allí no había pasado nada. Roca entró con la sensación de que había cosas cambiadas y cerró la puerta tras de sí.
–¿Todo bien? –le preguntó y su capitana desvió la mirada–. Oh, mi cuchillo –añadió al verlo asomar de debajo de su almohada–. ¿Lo has usado?
Nameless siguió en silencio sin hacer contacto visual, por lo que Roca estuvo tentada de amenazarla con la habitual tortura para que hablara; pero entre que acababa de invocar una Oscuridad que se había comido medio pasillo y lo que le había dicho Morilec de no fastidiarla... Además, no había disuelto la Oscuridad al tranquilizarse, sino que la había absorbido de golpe al abrir ella la puerta. Ahora era una bomba.
Roca se fijó en que su cuchillo tenía pelusilla, y también que había pelusilla flotando en el aire del cuarto. ¿Había apuñalado alguna almohada? ¿O colchón?
–Me han dicho que te han invitado a una misión o algo así –comentó mientras se quitaba la ropa.
Nameless asintió e intentó encogerse más, pero había algo en su interior que le impedía compactarse.
–¿Qué tal si me cuentas de qué va? –propuso metiendo las piernas en los pantalones del pijama.
Roca resopló hastiada al no obtener respuesta, aunque aquel ruido la espabiló un poco.
–No sé qué esperan de mí...
–¿De quién ha sido la idea de meterte en el grupo?
–Nova...
–Nova te conoce. Ha escuchado tus discursos, te ha visto en Supervivencia y Torturas. No te habrá metido con idea de que abras en canal a esos violadores, no te pega nada –argumentó–. Sí, vale, me han contado un poco de qué va el asunto.
Nameless murmuró algo.
–¿Qué? –preguntó acercándose.
–Nova ha dicho algo de proteger...
–¿En plan proteger al equipo? Eso tiene lógica, las tres seguro que se las apañan. Pero tenéis que volver sin que os pillen.
Nameless asintió aceptándolo, pero poquito.
–Pero no has invadido medio pasillo con Oscuridad por eso –continuó Roca y la vio encogerse, aunque al instante se le extendieron los hombros–. Joder, no te pongas así, que no has matado a nadie. ¿Qué te ha cabreado? ¿Te has informado de la misión?
Nameless asintió otro poco.
–Cuéntamelo –resopló Roca.
Nameless negó un poquito.
–¿Por qué no?
–Te vas a reír... –musitó tan bajo como su mirada.
–¡Lo que voy a hacer es cabrearme porque no hables! –le gritó agarrándola del brazo para sacudirla, por lo que se le enredó Oscuridad hasta el codo–. Estás hasta las cejas de Oscuridad, déjala salir –ordenó–. ¿En serio tienes miedo de que me ría de tu enfado?
Nameless se encogió de hombros e intentó separarse.
–Seguro que te parece patético –rumió y a Roca le trepó la Oscuridad hasta el bíceps– y dices "mira qué mona con su pataletita" o algo condescendiente así –añadió rencorosa.
Roca puso los ojos en blanco cuando la Oscuridad le subió al hombro. Le estaba estrangulando todo el brazo aunque no se quejara.
–No me voy a reír de que te enfades. Me parece muy normal que te enfades porque hayan dejado en libertad a unos violadores. ¿Qué clase de persona te crees que soy?
Nameless levantó un poco la mirada, aunque tenía los ojos completamente negros y lloraba tinta.
–¿Alguien a quien le encanta imponer su voluntad? –propuso y se le escapó un poco de Oscuridad por las comisuras de los labios. No le veía ni los dientes.
–Yo no violo –exclamó Roca–. Al menos no sexualmente. Pero, sobre todo, a mí no me soltarían a buenas, eso es cosa de héroes.
–Creo que eso es lo que más me cabrea –murmuró Nameless.
–¿Que los hayan soltado? –propuso sentándose en la cama, más que nada porque le costaba respirar.
–Sí... Creo que eso me hace mala persona...
–¿Por qué? –inquirió Roca enarcando las cejas.
–Las demás se han cabreado con sólo saberlo... Yo he tenido que leer más...
–¿No te cabrea que haya violadores? –planteó y se desplazó hasta apoyar la espalda contra la pared.
–Sí, pero... ocurre todos los días... Si se... me subiría a la cabeza siempre, estaría cabreada todos los días...
–Ah, sí, el típico aborregamiento de los civiles. Ugh.
–¿La oscuridad te hace daño?
–Estruja un poco –contestó como si nada dándose unos golpes en el pecho, como si eso fuese a aliviarle el peso–. Más que tus manitas. Pero sí, os dicen "portaos bien o habrá castigo, portaos bien o habrá castigo", y al final no podéis hacer nada. Eso sí me hace gracia. Agh.
–¿Te aprieta "un poco"? –cuestionó con cierta inquina.
–Sigue, vas bien, puede que me acabe mojando.
–¡Roca! –chilló avergonzada y la Oscuridad se replegó hasta el hombro.
–¿Qué es lo que te ha cabreado entonces? –preguntó tras la primera inspiración revitalizadora.
–He leído la sentencia... La explicación de por qué los han absuelto... La explicación de mierda –gruñó y la Oscuridad se extendió como un manto, pero esta vez por la cama y las paredes.
–¿Y qué explicación de mierda dan?
–Dicen que... la prueba de que ella dio su consentimiento fue... ¡que se fue con ellos! ¡Ya está! ¿Por qué qué chica se iría con cinco tíos por propia voluntad si no es para follar de... de esa forma tan chunga? Claro, muy normal todo –siseó furiosamente sarcástica–. Ella dice que le ofrecieron acompañarla al coche. Los jueces pasan de eso y señalan que no le hicieron daño. ¡Como si hiciera falta hacer daño para acojonar a alguien y hacer lo que quieres!
–A mí me basta con mirar duro.
–¡Sí! Has dicho que a los civiles nos dicen que nos portemos bien o habrá castigo. Pues a las civiles más. Hay normas extra, invisibles, no escritas, secretas pero que todo el mundo conoce, que te hacen saber desde pequeña. ¡Pero estos jueces ignoran esas leyes invisibles! ¡Dicen "Estáis locas, os lo inventáis"! ¡Y acto seguido añaden "Si vas con cinco tíos es porque quieres sexo duro, guarra"! ¡"Ibas borracha, ¿qué esperabas, zorra? Haberte cuidado"! ¡Pero "Ay, ellos se emborracharon y no sabían lo que hacían"! –remató con un rugido que terminó de engullir toda la habitación con oscuridad.
–Jeh –dijo Roca pese a estar asfixiándose en las tinieblas.
–Sabía que te reirías... –murmuró Nameless lúgubre y Roca se sintió crujir las costillas.
–No me río... Es sólo que... me he dado cuenta... de con qué estás... enfadada en realidad... y me encaja mucho contigo.
–¿Qué dices? –rumió su Subcapitana y bajó un poco la presión.
–No estás enfadada con esos tíos. Sí, pero no concretamente con ellos... no sólo con ellos. Estás enfadada con toda la sociedad. Toda la sociedad mundial.
–Ah...
La Oscuridad flojeó y Roca tiró de Nameless para estrujarla contra su pecho.
–Eres una rata retorcida, maquiavélica y protectora que está cabreada con todo el mundo –dijo y siseó una risita–. Estoy deseando ver qué haces.
–¿Hacer qué? Lo de abrir gente en canal no va conmigo –murmuró y la oscuridad continuó disolviéndose, ya había soltado todo lo que tenía que decir.
–No, no te va... Sólo hay que ver tus montajes en Discursos.
–Ya... –musitó encogiéndose y aquella vez pudo quedarse compactada.
–No me has entendido, idiota. No sé qué hará Herilane, pero Nova y Svier parecen ser de las que se los cargarían y los dejarían tirados en un callejón, esperando que la gente captara por qué les habían hecho eso. Tú modelarías la escena para que quedara claro el porqué, tu enviarías un mensaje nítido. Y como estás cabreada con el mundo, sería un mensaje con neones –se regocijó.
Nameless no dijo nada durante los segundos en los que la Oscuridad dejó paso a la oscuridad, en la que colaba algo de luz por debajo de la puerta y por la ventana.
–¿Dices en plan... –arrancó finalmente– preparar la escena como... los asesinos en serie de las películas? –preguntó temerosa.
–O mandar mensajes como un grupo terrorista –se regodeó Roca.
–Oh, joder... –musitó Nameless, que sonaba a que lo había llegado a visualizar.
–Mmmmh, sí. Me he mojado con la asfixia –comentó como si nada.
–¡Roca! –volvió a chillar avergonzada, luchando por salirse del abrazo.
–––
–Deja el móvil –le ordenó Apolo a Aderyn con un susurro.
–Le he dicho a Tess que estamos aquí abajo.
–¿Qué le has dicho qué? –exclamó frenético sin levantar la voz–. Agh, no tenía que haberte dejado venir.
–Como no podemos movernos de aquí... –argumentó Aderyn en referencia a las frecuentes patrullas que tenían su recorrido en los pasillos subterráneos y que no les daban tiempo a forzar la puerta del laboratorio.
–¿Qué mierdas horribles tendrá aquí para protegerlo tan bien? –siseó Apolo.
Y entonces los agarraron por la espalda.
_______________________________________
_______________________________________
ºuº
*mira fijamente esperando comentarios respecto a la que se está liando*
*también a a ver si se hacen mecenas en patreon* [www.patreon.com/Cirkadia]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top