23. Información incendiaria I (149)


–Eh...

–¿Demasiado precipitado? –preguntó Herilane.

–Bueno... –balbuceó Nameless, aturdida por recordar el "mundo real"–. No sabía que pudiéramos... ir a hacer estas cosas –improvisó para darse tiempo.

–Sí, podemos –asintió la de tercero–. Satán refunfuñará un poco, porque sois novatas, pero tanto Jack como yo le prometeremos que os traeremos de vuelta sanas y salvas, y listo.

Nameless sospechaba que Satán haría algo más que refunfuñar en su caso. ¿Cómo iba a dejarla volver al "mundo real"? Pero ella no podía usar aquella excusa, sería descubrirse como civil secuestrada.

–¡Qué ganas de arrearles con el palo! –proclamó Svier con fiereza–. Que en la cárcel nos pegábamos flojito porque eran compas.

Nameless se sentía bastante mal y empezaba a percibir que uno de los motivos era que aquellas chicas habían leído la noticia y se habían puesto inmediatamente las pinturas de guerra y estaban afilando las hachas, mientras que ella... más bien estaba triste. Otra más de aquellas asquerosas noticias, pero... ella no era capaz de hacerle daño a una mosca. No era sádica ni para aquello. Sobraba en aquel grupo.

–Yo... es que... –¿Cómo decirles que no se veía capaz sin que fuera obvio que era una civil ni pareciera que protegía a aquellos tipos?

–No quiero obligarte a hacer nada que no quieras –alegó Nova rebajando el ímpetu guerrero–. Es que sé por experiencia propia que este tipo de actuaciones se pueden torcer mucho, y contigo me siento más segura.

–¿Ah? –se sorprendió Nameless. Vale que fuera protectora, pero...

–Sí, por la clase de Superviviencia que tuvimos, que duramos bastante más que el resto gracias a ti.

–Pero nos terminaron masacrando...

–Y más rápido hubieran acabado sin ti. Pudiste con Roca.

Nameless hizo un gesto quitándole importancia, para que no insistiera, no fuera a escucharla su Capitana y después lo pagara con alguna tortura.

–Y heriste a Sica –añadió Nova sin leer las señales.

Nameless repitió el gesto, pero con más ímpetu, porque la verdad era que prefería las torturas de Roca a los ramalazos de querer matarla de Sica. Pero Herilane había enarcado las cejas con interés.

–Bueno... tuve suerte...

–Vale que fuera todo muy improvisado, porque no nos dieron prácticamente tiempo, pero no fue suerte –la contradijo Nova, que se notaba que lo hacía con la buena intención de animarla, pero que en realidad la estaba agobiando.

–Ah... pero seguro que Herilane tiene más en experiencia en eso que yo...

–La verdad es que de la parte de la logística se encarga normalmente Jack –informó la Animadora Jefa.

–Pues eso, que él tendrá más experiencia...

–Pero me gustaría conocer tus ideas, claro –añadió Herilane, dejándola sin excusa para escaquearse.

–Pues... es que no sé... Nova, lo que dices de Supervivencia era eso, intentar sobrevivir, haciendo ataques a la desesperada, que salieron... regular. Esto es... todo lo contrario.

–¿Qué te parece si estudias el caso? –propuso la de tercero–. A ver qué se te ocurre. No todo será acorralarlos y ensañarnos con ellos.

–¡Pero si es lo más divertido! –opinó Svier con entusiasmo.

Nameless no coincidía, pero no lo dijo.

–¿Estudiarlo cómo? –preguntó en su lugar.

–¿No tienes móvil? Puedes usar un ordenador del Instituto. O te puedo prestar algún cacharro. Ven –indicó precediéndolas al pasillo.

–Oye, de verdad, que si no quieres o es mucho lío para ti... –empezó Nova mientras subían de piso.

–No –contestó Nameless automáticamente, en vez de aceptarlo y escurrirse fuera del plan; pero, claro, tampoco podía decir que estaba encantada–, es sólo que... yo no... estoy aquí por agredir a hombres, así que no... así que me siento fuera... un poco fuera de lugar –reconoció.

Mierda, ahora le preguntarían por qué estaba allí. ¿Unas escaleras eran un buen lugar para sincerarse? Con Sica no había ido mal, pero... Sentía que el haber hecho algo violento allí fuera, en sus vidas de civil, les otorgaba un estatus a las tres chicas, un estatus que ella, como pasiva civil, no tenía.

–Tranquila –le dijo Svier poniéndole una mano en el hombro, ¿lo sabría ella?–, nunca es tarde para empezar a agredir hombres –prometió y casi sonó a anuncio de la teletienda.

Nameless tenía sus dudas. Si no podía ni pegarle un chispazo a Killgore por sacarla de quicio, cómo iba a... ¿Qué pretendían hacer con aquellos hombres? ¿Darles una paliza o directamente matarlos? No lo preguntaba porque porque temía que se enfadaran con ella por tener reparos en matar violadores. Joder, tenía que haberse ido a entrenar con Roca.

–Por cierto, Herilane, ¿por qué esté caso en concreto? –preguntó Nova–. Que me parece estupendo ir a rajarlos, pero me resulta curioso.

–¿Por qué te resulta curioso? –contestó la de tercero–. Yo es que estoy barriendo para casa, porque ha ocurrido en mi país de procedencia.

Nameless abrió mucho los ojos, tan sorprendida como si le hubieran pegado un tortazo.

–¡¿En serio?! –se le adelantó Nova–. Porque también el mío.

–No fastidies –exclamó Herilane–. ¿De dónde? No, mejor me lo señalas, que para algo tenemos un mapamundi gigante.

A aquellas horas, el Comedor estaba bastante vacío porque todavía no estaba lista la cena. Herilane fue a la mesa peninsular en la que siempre se sentaba y señaló un punto en la cornisa norte. Nova fue al sur de dicha península para plantar su mano.

–Vaya, qué cosas –consideró Herilane al ver la cercanía geográfica.

–Pues sí, qué fuerte –coincidió Nova.

–¡Yo soy de aquí! –gritó Svier desde más o menos donde Ludo había montado su armatoste la noche lunática.

Nameless fue a sentarse justo en la zona de la cornisa norte que estaba rota y vuelta a unir con chapas y tornillos, a la izquierda de la animadora.

–Puede que sea un poco tarde para preguntarlo... –empezó Nova–, ¿pero cómo podemos entenderla a ella?

–Magia del Instituto, que nos hace entender todos los idiomas mientras cada cual habla el suyo –contestó Herilane–. ¿Y tú, Nameless?

–Es irónico, ¿quién nos independizó al final? –preguntó ella.

–Virgi tuvo una crisis porque le mencionaron a su padre y... –empezó a explicar Nova, y entonces rebobinó y escuchó bien–. ¿Has dicho "nos independizó"?

Nameless asintió y señaló el lugar, más o menos exacto, donde vivía, al menos hasta que Satán había mandado que la secuestraran. Y ahora querían llevarla de vuelta muy cerca...

–Pues sí... qué cosas –musitó Herilane–. Sería volver cerca de casa... Tal vez sea peligroso, a ti te seguirán buscando, que no ha pasado ni un mes –se dirigió a Nova–. Y a ti, Nameless...

–Eh, nada de echarse atrás –se negó Nova–. Vamos al estilo de Nam, de incógnito y así. Por eso he dicho de meterla en el equipo, para que busque vías de escape y tal.

Nameless tenía la sensación de que Herilane quería decirle algo pero que no arrancaba, y todo a raíz de saber de dónde era. Y estaba reculando el plan de caza por eso, que tal vez fuera por proteger a Nova, pero... también podía saber que ella estaba secuestrada y que había propuesto llevarla a pocos cientos de kilómetros de donde la habían secuestrado. Muy sospechoso.

–¿Qué era eso que querías enseñarnos? –se acercó a preguntar Svier.

–Lo que ayudará a Nameless a investigar sobre el tema –añadió Nova–. Vamos, no te preocupes. Aunque sólo haya estado aquí dos semanas, he aprendido algunas cosas para que no me pillen –aseguró orgullosa.

–Sí, seguro –asintió Herilane y le echó otro vistazo a Nameless antes de proseguir el camino.

"Es por mí", se dijo, "sabe que estoy secuestrada". ¿Pero cómo? Bueno, seguro que estaba siendo muy evidente, sobre todos los primeros días, en los que estaba perdidísima y aterradísima. Jah, claro, Darkheart. Desde el... ¿qué día fue? ¿El primer sábado allí? Sí, en la galería de tiro. Había dicho que era civil. Y luego se le había acercado Jack al día siguiente a interesarse. Y el día lunático, que se había preocupado porque era, según él, novata y lunática. Pero había más gente que entraba en esa descripción, como Nova. ¿Por qué sólo ella? Ahora lo sabía. ¿Pero qué eran: protectores o guardianes para que no se escapara?

–Estás bizca –le dijo Svier.

–¿Eh? Ah, es que estaba pensando en la coincidencia que es que las tres seamos del mismo país –inventó. Menos mal que no estaba Virginia presente para acusarla de mentir.

Herilane entró en su cuarto y salió con un teléfono algo más viejo que el que había recibido el odio por la noticia. La chica de tercero ya no parecía tan dispuesta a dejárselo, pero no se retractó y se lo entregó para que hiciera la supuesta investigación que no tenía ni idea de por dónde empezar.

–Así que aquí estás –señaló entonces Roca con tono duro y Nameless se tensó–. Lo de venir a entrenar te lo has pasado por el coño, ¿no?

–Eh... es que me han liado... –se justificó–. Y luego me han vuelto a liar...

–Lo último ha sido cosa mía, Eisentblut –intervino Herilane.

–Sí, claro –desdeñó Roca–. Venga a la ducha –le ordenó a Nameless–. Aunque no sé qué te tienes que duchar tú teniendo en cuenta que no has hecho nada.

–Eh, que anoche sudé un montón con eso de que casi me muero –le recordó su Subcapitana después de haberse despedido de las otras chicas.

–Pero te diste un buen baño –contestó con puntillo malicioso, porque menudo buen baño helado había sido.

–Sin jabón ni nada no vale –argumentó para no mandarla directamente a la mierda.

–¿Y con qué te han entretenido? –interrogó Roca mientras entraban al baño; la gente de dentro miró si también iba Sica y, al no verla, no consideraron armada la bomba y se quedaron–. ¿Herilane te ha dado un móvil?

–Uf... a ver, después de la reunión con Elner...

–¿Qué tal eso? –se interesó su Capitana.

–Terrorífico.

–¿Te ha dado ideas?

–Sí, la de no ponerme en su camino, pero creo que ya es tarde para eso –consideró echándose un vistazo a Virginia, que por suerte estaba entretenida mirando el mural bélico del baño.

–¿Y luego? –continuó Roca–. Virgi, quítate la ropa –ordenó de pasada.

–Al salir de la biblioteca nos hemos encontrado a Full...

–¿Nos? –interrogó su Capitana, que miraba a Virginia, que a su vez estaba imitando las poses de del ejército del mural.

–Sica ha venido a la reunión con Elner. Y Full venía a informarme de que... mmmh, en la Academia se han enterado de que... ella está aquí –informó con mucha cautela, señalando a la invitada.

–¿Los jefes? –preguntó Roca, sin preocuparse mucho, y optó por lanzarle agua fría a Virginia para que espabilara.

Nameless no continuó respondiendo al interrogatorio, porque Virginia reaccionó brutalmente, metiendo a Roca de un empujón en un cubículo de ducha y girando al tope el mando del agua fría. Roca contraatacó, sonó a baldosas quebrándose, se derramó agua al espacio común y saltó el camisón blanco sucio. La gente puso los ojos en blanco y decidieron que, aunque no estuviera armada la bomba, sería mejor salir de allí cuanto antes.

–Ahg, vosotras –resopló Skull al abrir la puerta y encontrarse con el jaleo.

–Al menos ahora no está Sica –le contestó Nameless con sorna, con la seguridad que le daba no estar sola.

–¿No? –cuestionó la de segundo mirando la inundación fruto de la pelea.

–Si fuese Sica, no salpicaría agua, sino sangre –auguró macabra–. Es Virginia –añadió con mayor naturalidad.

–Ah –dijo secamente, resignándose a entrar en la zona damnificada.

Nameless se quitó la ropa y se quedó mirándose el agujero recosido que tenía en lo alto del pecho. Después se giró para buscarse el punto por el que había entrado el gacho. La zona magullada y amoratada ya sólo ocupada un par de círculos de unos diez centímetros de diámetro. Entonces se fijó en que Skull se había quitado la camiseta, descubriendo el pecho bastante plano y más piel oscura.

–¿Qué miras? –le espetó la de segundo.

–Eh, nada, que... No es de mi incumbencia –murmuró y siguió desvistiéndose rápidamente para meterse cuanto antes en la ducha.

–Por supuesto que no –le gruñó Skull y Nameless dio gracias por no estar sola.

Como para confirmárselo, Roca salió despedida del cubículo, totalmente empapada ella y sus ropas, y con los pelos por la cara, ya que se le había desmontado la coleta. Hubo suerte y se golpeó contra la pared entre dos lavabos, así que no partió ninguno. De la ducha salió una risita desafinada que se convirtió en una carcajada bastante cacofónica y terrible, pero también divertida. Era la primera vez que escuchaba reírse a carcajadas a Virginia, tal vez por eso Roca no contraatacó y pasó a desvestirse.

–Eh –le dijo su Capitana antes de que Nameless cerrara la puerta de su cubículo–, ¿ibas a preguntarle por sus bajos o así?

–No –exclamó–. Eso seguro que no es de mi incumbencia.

–¿Entonces?

–Estaba pensando en el maquillaje, en si se lo quitará cada día o si es permanente –contestó con un susurro.

–¿No has visto que cada día es un poco distinto?

–No... normalmente es verla y huir yo...

–Rata –le espetó con ligereza, y fue a ducharse también.

Se ducharon por separado, aunque luego hubo que pelear por sacar a Virginia y que dejara de jugar a lanzarles agua. Tardaron lo suficiente como para que Nameless pudiera verle la cara sin maquillaje a Skull, que parecía una persona nueva, justo antes de que empezara a delinearse la calavera.

Después, Nameless fue con Ludo, ya que tenía una clase que recuperar de cuando había estado agonizante.

–¡Galletas! –exclamó Virginia al ver a Jeff, por lo que Roca también la dejó allí.

–––

–La he cagado –suspiró Herilane.

–A mí no me lo parece –contestó Jack–. Nova y Svier están entusiasmadas con el plan de caza.

–Es por Nameless.

–No me parece que sea de las que se pega el calentón de cabrearse de repente y lanzarse a la batalla.

–Es que es su país también, que la voy a llevar cerca de casa.

–¿Y? ¿Crees que os va dejar en la estacada, pillar un autobús y volver a casa? No es tonta.

Herilane dudó. No era que temiera que Nameless desapareciera, sino que amagara hacerlo y los problemas que eso podía crear.

–Que también te digo que tal vez agradezca que os paséis por su casa y pueda ver cómo está su familia, por lo de que se la llevaran por la fuerza y tal –le recordó Jack.

–Ya... Por cierto, ¿qué es eso de que en una clase de Supervivencia pudo con Eisentblut e hirió a Morilec?

–Ah, sí, eso fue bueno. Ven.

Fueron a la garita de la Conserje, que estaba vacía porque ella andaría por ahí fregando suelos o atacando al alumnado indolente. Jack buscó en una pila de discos llamada "Mejores momentos", cogió uno y lo metió en el reproductor.

–Te pongo en contexto –dijo él mientras empezaba un vídeo ya editado con distintas cámaras–. La típica práctica de Max en la casa laberinto: cuatro personas cazando, el resto huyendo. Cazando nada menos que Eisentblut, Morilec, Scalante y Ravana.

–Scalante supongo que será peligroso por haberse criado con Laquesis. ¿Y Ravana?

–Hacker. Se encargó de vigilar todas las cámaras, controló el sistema eléctrico, las comunicaciones... Al menos hasta que se lo cargaron.

–Caen como moscas –comentó Herilane al ver a Eisentblut y Morilec acumulando la mayoría de bajas, dejando muy pocas para Scalante–. Aunque es normal, siendo el primer intento y con semejantes cazadoras.

–Sí, por ser el primer día las presas no se aliaron nada. Hasta que empezó a desaparecer gente fuera de plano –señaló Jack–. Primero Killgore, luego Nova...

–Déjame adivinar, Nameless se metió en las paredes.

–Exacto. Pese a no llevarse bien con Killgore, hizo equipo con él. Y con Nova, salvándola justo antes de que la pillara Scalante. Aquí el grupo cazador se da cuenta y Morilec actúa. Morilec, eres una cabrona.

–Es el mejor ataque contra Nameless –contestó la oscuridad.

–Joder –se sobresaltó Herilane–, ¿desde cuándo estás ahí?

–Desde que estás tú –respondió Morilec.

–Desde que he llevado a Nameless con vosotras –añadió Jack–. Pero, mira, no te pierdas la cabronada que hace.

–¿Abatir a Khaos? Ah, cabrona, para que grite –exclamó al verlo.

–Como digo, es muy efectivo con Nameless.

Demasiado efectivo –puntualizó Jack–. La torturará, pero también la empuja a hacer cosas que no haría de otro modo. Y puede que su rescate fuese regular, pero...

–No estuvo mal para una novata improvisando –consideró Morilec–. Elevó la temperatura, apagó las luces y se movió rápido. No lo suficientemente rápido contra mí, pero teniendo en cuenta lo novata que es...

–El momentazo –anunció Jack señalando la pantalla, que sufría interferencias–. No te ofendas, pero es precioso.

–Y podría haber sido más precioso. Casi me engaña –murmuró viéndose lanzar un cuchillo Rubí a Nameless por estar ésta a punto de hacer explosionar la segunda bomba–. ¿No os parece que tiene potencial para las bombas?

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¡Las Vengadoras se preparan para repartir leña!
O... puede que no, ya veremos cómo evoluciona esto~

Por cierto, quiero que sepáis que he escrito un texto, para el tier4 de Patreon, sobre la pasada noche lunática. En la Academia =D [www.patreon.com/Cirkadia]
Lo publicaré en unos días ^3^

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