[14]-Después de Medianoche
Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene situaciones de tema erótico y sexual. Lenguaje ofensivo y vulgar.
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Capítulo XIV: Después de Medianoche
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Unos golpeteos con los dedos se producía en la mesa; el sonido de un cuchillo cortar y picar sobre una tabla. El sonido de la noche silenciosa acompañada por los "grillar" de los grillos. La castaña dirigió su vista al reloj de pared de la cocina, observando que eran las 02:30 de la madrugada. Se sobresaltó de su asiento cuando escucho el cuchillo clavarse sobre la tabla de picar y escuchar como raspaba lo que había cortado. Un líquido rojizo y denso corría por sus dedos sosteniendo uno de los trozos, viendo que se lo llevaba a la boca para después masticarlo y comerlo viendo como degustaba del trozo.
Se acercó con un plato que tenía en su lugar tomándolo, se dirigió hacia ella para depositarlo enfrente, para después pronunciar una palabra.
- - Come. – Dijo con una voz gruesa y profunda.
Ella no podía mover sus brazos por la restricción de las cadenas azules.
- - Oh lo olvidaba. – Chasqueo los dedos haciéndolas desaparecer. – Intenta escapar y te ira mal.
Tomo con dificultad el tenedor y lo clavo sobre el plato cortando un pedazo de Hot cakes o lo que parecía un panqueque quemado y con pedazos de huevo entre otras cosas, que ni quería sospechar. Con dolor en su muñeca lo alzo hasta llevarlo a sus labios y comerlo, sintiendo inmediatamente un dolor punzante dentro de su boca. Inmediatamente tiro el tenedor y prosiguió a escupir lo que le había causado tanto daño. Se asustó cuando vio un alfiler y un poco de su sangre.
- - Te confesare algo. – Dijo soltando una risita mientras se cruzaba de brazos y se recargaba a la mesa. – Los demonios no sabemos cocinar, pero hacemos aparecer la comida. – Con su mano hizo aparecer una servilleta para limpiar la comisura de su labio que escurría una fina línea carmesí. – Te ves adorable con esa expresión. – Mostrando una sonrisa. - ¿Te gusto?
- - Sabe horrible. – Observándolo con una mirada de odio.
- - Lo sé, pero quería complacer a la dama.
"¿Cómo terminamos en esta situación?, tan fuera del cuadro de persecución y los gritos".
- - Dí: "Ah" – Acercándole uno de los trozos de fruta picada que había cortado a los labios de la castaña. Para verla que ella lo aceptaba. – Buena chica.
Masticando la jugosa fruta acida y dulce de la fresa, alivio un poco el sabor horrible sabor metálico de su sangre. – Me dejaras ir. – Señalando con mi mirada las cadenas que estaban enrolladas hasta mis piernas.
- - No.
- - Al menos lo intente. – Dije resignada. – Dame otra. – Abriendo mi boca, para recibir el pedazo de fruta y después la presión de sus labios, sintiendo las manos correr por su rostro sosteniéndolo para después separarse de ella.
- - ¿Te gusto? – Mostrando una sonrisa coqueta.
Asentí con mucha vergüenza y mis mejillas arremolinadas. – No me beses más.
- - No estás en disposición para pedir eso.
"Si a veces me pregunto, ¿Cómo diablos termine en la cocina, atada en una silla y con un demonio preparándome lo que dice ser un postre de disculpa?"
[Regresemos a solo hace unas dos horas atrás]
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PV Mabel
- - Estrella fugaz, ¿Tan pronto te vas?
Me voltee encontrándome a ese demonio que invadía mis sueños desde hace tiempo; ese mismo demonio que me engaño, jugo conmigo, me torturo y utilizo a mis amigos y a mi familia para controlarlos y dañarlos, aquel que me tuvo prisionera en una burbuja mientras destruía el pueblo y que al final termino abusando de mí. Y él estaba parado frente a mí con una estúpida sonrisa en su rostro y su ¿traje manchado en sangre? Por un momento me desconcertó esa parte, pero volví a verlo nuevamente estaba con algunos moretones en su rostro.
- - Ven. – Haciendo una seña con el dedo.
- - Ni loca iré contigo. – Dije antes de salir corriendo por las escaleras de mi habitación.
- - No estoy jugando. – Hizo un mueca de fastidio, invocando sus sombras las manipulo para tomarla del tobillo haciéndola tropezar en los escalones y arrastrarla hacia él. – Si te digo que vengas, debes obedecer.
- - ¡No, suéltame! ¡Dipper! – Grite y patalee para liberarme. - ¡DIPPER!
- - Pino está dormido. – Mostrando una sonrisa. – Ven. – La arrastro hasta dentro del baño cerrando las puertas tras ellos.
Se colocó cubriendo la puerta para evitar que escapara, la libero y soltó un resoplido de cansancio.
- - ¡Déjame ir! ¡¿Qué quieres de mí?! ¡ya no te sirvo! – Mi cuerpo empezaba a temblar de miedo. – Ya obtuviste lo que querías... tuviste la grieta, lastimaste a mi familia, me lastimaste... me dañaste... me violaste. – Comencé a derramar lágrimas sintiendo mis mejillas humedecidas. - ¿Por qué vienes a buscarme? ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué sigues apareciendo y haciéndome esto?
Caí de rodillas en el piso del baño con la mirada al pequeño tapete color verde, sentía mucho dolor... Quería llorar, quería gritarle más pero todo era inútil...
( F )
Bill no se había ido, me di cuenta de eso cuando llegue a casa. Todo este tiempo estuve callada, dejando que me visitara en los sueños. Al principio me hacía recordar el Raromagedón y la muerte de mis amigos y como los manipulaba, razón por la que inicie los terrores nocturnos. Me era difícil ver a Dipper sin que recordara a Bipper o las tantas veces que Bill lo utilizo, sus ilusiones para hacerme creer que había muerto; ya no sabía que era real y que era falso. Mi rendimiento escolar cayo, no soportaba que me tocaran sin que terminara viendo ojos amarillos en el rostro de mis compañeros, poco tiempo duraba una conversación y las pesadillas iban en aumento. Hasta que mis padres intervinieron. Me sugirieron ir con un psicólogo, tal vez como una opción para solucionar mis problemas. Mi primera reacción al escuchar su sugerencia, fue la ira y la tristeza. Pero al final termine aceptando.
La primera sesión fue horrible, cuando me pidió hablar de mis problemas... tuve que mentir muchas veces cambiando la historia. Sin llegar a mencionarle la verdadera. No podrían creerme aun si lo dijera.
Diagnóstico: Depresión y estrés post traumático: relacionado por acoso escolar. Una vil mentira cree... la segunda sesión no fue tan horrible, de ahí los medicamentos que me ayudarían a recuperar mi "vida normal". Tan siquiera esa droga me hizo olvidar mis pesadillas y el contacto con Bill. Pero algo andaba mal... ahora no podía ver mi alrededor, como si algo bloqueara mi visión, me sentía vacía y dolida. Entraba en arranques de alegría y tristeza profunda. Esas pastillas me estaban poniendo en una prisión.
De repente todo cambio cuando vi al compañero de Dipper, lo mire de reojo antes de salir del consultorio algo furiosa. El psicólogo me aumento la dosis, pensando que tenía otro cuadro de depresión con intento suicida, con la última sesión que tuvimos. Solo recuerdo que tome los frascos y se lo avente al rostro, mi temor más grande seria que me internaran. Me senté en las escaleras y comencé a solloza, sintiendo el picor de mis ojos y las lágrimas correr por mis mejillas. Sentí que me llamaba mi hermano por detrás. Pude ver su expresión llena de preocupación en su rostro, pero jamás pensé que volvería a dirigirme la palabra. Una invitación y una pequeña conversación entablamos, para volver a unir nuestra relación como hermanos.
"Nico Di Ángelo"
Mala relación al principio, estaba un poco celosa de que Dipper y él se llevaran bien. Yo seguía con lo mismo, tomaba mi medicamento e iba a las consultas, nos acompañaba Nico a pesar que no me sentía a gusto con su compañía.
Un día llego para mi... me tocaba una sesión especial de terapia o mejor dicho, mi juicio. Por lo general es para valorar que tanto el paciente ha avanzado en su tratamiento, con base a las observaciones podrían; aumentarme la dosis y más medicamentos, alargar la sesiones o internarme para evitar lo que ellos piensan... un deseo por quitarme la vida. Pero hoy no sería nada eso, cuando me detuvo el amigo de Dipper.
Me sostuvo por los hombros y me dijo que lo olvidemos, que nada servía... que era mejor conservar esos recuerdos desagradables a terminar siendo un muerto viviente sin razón. Tomo mis medicamentos y lo arrojo a la basura. Debo admitir que estuve asustada... pero cuando sentí que mi hermano tomaba mi mano, me sentí feliz por un momento, porque por un momento podía ser una chica normal, sin problemas, pasar una tarde normal con mi hermano y su amigo y mi familia.
Fueron 2 años de felicidad pura... hasta que mitad de febrero volvió a surgir el problema. Bill había vuelto, provocándome sueños nuevamente, pero sin hacerme daño.
Pero los sueños fueron aumentando al igual que unas extrañas pesadillas relacionadas a su dimensión o el Raromagedón. Esos mismos sueños fueron subiendo de tono y la actitud de Bill cambiaba, hasta el punto que él me ofreció un trato. "Él no me tocaría, si yo no dejaba que mi amigo me tocara" Oh ese era el trato que yo acepte, un día que estaba desesperada.
( F )
Volviendo al problema actual...
Vi como Bill caía recargado a la puerta y soltaba un doloroso jadeo. Levante mi rostro viendo la sangre colarse en su brazo.
- - Tardare en recuperarme. – Hablo para dedicarme una mirada ámbar. - ¿Qué tal si empiezas a curarme?
- - ¡Eres sordo o que, no me escuchaste! – Dije furiosa. - ¿Qué quieres de mí? No te soy útil, si quieres mátame adelante hazlo, estoy harta de que juegues conmigo.
- - Ve por ese botiquín. – Señalando con su dedo la caja metálica, tal como la recordaba cuando curo la mano de Pino.
- - No quiero, no lo haré. – Comencé a llorar nuevamente, me odiaba por ser una llorona.
PV Normal.
Bill se levantó con dificultad y camino hacia el botiquín para tomarlo entre sus manos, sintió un golpe cuando Mabel lo empujo para abrir la puerta de baño y salir. Viéndola correr por el pasillo aunque él estuviera herido la alcanzo corriendo a un paso veloz y tomándola de la cintura para cargarla en un costado.
- - Mal muy mal mocosa. – Gruño molesto llevándola de regreso al baño. – Te dije que no estoy de juegos.
- - Te dije que no la haré. – Golpeando con sus puños su espalda.
- - Guarda silencio. – Ordeno con una voz dura y fría. – No he venido a que te quejes.
Cerró la puerta bajándola, para después sentarse en el retrete y suspirar cansado.
- - Vuelves a empujarme para volver a escapar, y te juro que no tendré piedad en ti.
- - Hazlo, ya no me importa. – Dije con voz dura. – Estoy harta de esto. Todo estaba bien hasta que apareciste.
Bill se retiró el saco mostrando su herida en el brazo. – Eres una humana emocionalmente conflictiva, ¿lo sabias?
- - Te odio. – Menciono. – Te odio tanto. – Con una mano froto su brazo.
- - Suficiente. – Frunciendo el ceño.
- - Te odio tanto Bill. – Agachando la mirada.
- - Entonces repítelo y mírame a los ojos.
- - No.
- - Quiero que me mires y lo digas. – Levantándose. - Dilo.
- - Te odio... - Levantando su rostro.
Bill la tomo del brazo y la jalo hacia él para tomar su rostro y plantar un beso forzoso en sus labios. La castaña forcejaba su agarre y con su mano golpeaba su pecho intentando alejarlo, pero era grande su fuerza que la mantuvo firme. Mabel sollozaba entre el beso sintiendo como él se separaba y juntaba su frente con la suya jadeando, para volver a capturar sus labios besar de forma necesitada. Él paso su mano en su mejilla acariciándola. Mientras con la otra liberaba el agarre de su brazo, para llevarla sujetarla de su cintura.
- - Dilo. – Dijo el rubio.
- - No es justo... - Dije.
El beso nuevamente sus labios, la castaña sintió su toque y poco a poco fue cediendo al beso, correspondiendo. El rubio se percató cuando comenzó a seguirlo siendo más lento y suave en sus movimientos. La sujeto firmemente de la cintura con un brazo para levantarla y con su mano acomodar sus piernas a los lados de su cadera y recargarla contra la pared del baño. Pego su cuerpo al suyo levantando su camisón lila un poco y acariciando sus piernas cremosas lisas. Bill permitió a la castaña separarse del beso mientras veía su mirada llena de confusión y una mezcla de sentimientos. Sus respiraciones chocaban entre sí.
Se escuchó la descompresión de los pantalones de vestir bajándolos un poco, Mabel se sonrojo completamente cuando sintió que pego su pelvis contra sus muslos y su entrada. Soltó un jadeo de sorpresa y mordió su labio inferior con fuerza, cuando sintió su erección revestida con la tela de sus bóxer frotar contra su zona intima. Ella llevo inconscientemente sus manos a colocarlas sobre sus hombros aferrándose a la tela de su chaleco oscuro. Él la sujeto firmemente de la cadera para comenzar frotándose contra ella, dando embestidas lentas contra su entrada, escuchándola jadear suavemente y con la mirada fija en ella encontrándose su ámbar con los ojos avellana. Ambos jadeaban ante el acto lascivo.
Mabel no apartaba su mirada del demonio, estaba confundida, dolida, extrañamente excitada y a la vez avergonzada de escucharse a sí misma lanzar esa clase de sonidos. Bill pego más su cuerpo haciendo un poco más profundo el contacto íntimo entre ellos, jadeaba ronco y al igual que ella. El roce era placentero y adictivo. Sintiéndola húmeda y caliente. El demonio sentía su miembro doler ante la palpitación y la fricción, se llevó una sorpresa al ver que la chica comenzó a moverse de sus caderas viéndola cerrar los ojos y soltando gemidos bajos y dulces.
- - Mm... - Mabel cerró sus ojos dejándose llevar por el placer y la sensación caliente que se acumulaba por debajo de su vientre. Sintiéndolo agradable. – Ah, ah, ah, ah....
- - M-Mabel... - Llamo con voz excitado. – Oh demonios... maldita mocosa. - En un movimiento la detuvo. Dirigió su mano deshaciéndose de sus bragas y lanzándolas. Mientras que él se deshacía el estorbo del bóxer bajándolo y liberando de su confinamiento su miembro erecto. Se adentró en ella de una sola estocada consiguiendo un grito alto en ella.
- - ¡Ahh!... – Soltando un quejido incomodo ante su intrusión en su entrada.
- - Mabel – Besando su mejilla. Comenzó a moverse de forma lenta y profunda dentro de ella. Realizando un vaivén entre sus empujes fuertes.- Tranquila... ah, ah... el dolor pasara...
- - Bill... más. – Dijo tímidamente y con una voz llena de súplica y la necesidad de ir fuerte y rápido. – Por...f-favor... - Envolviendo sus piernas en su caderas. - ¡Ahmm!...
- - Estrella fugaz, estas muy estrecha y caliente. – Dijo. – Quieres más querida. – Tomándola fuertemente de la cintura, cambio el ritmo de su empuje siendo con movimientos rápidos y profundos, embistiéndola duramente contra la pared. – Carajo, maldita sea es tu culpa. – Menciono. – Vamos dilo... vuelve a repetir que me odias. – Apretando su espalda baja y sus caderas.
- - Mm... B-Bill... ahh... - Gimiendo, sentía su corazón acelerar violentamente y su respiración aumentar.
- - Me perteneces. – Apretando su agarre. – Solo tú eres mía...
- - ¡Bill! – Se aferró gimiendo con fuerza y sentir las embestidas tan profundas y duras. - ¡Bill! ¡Ahh! ¡Ahhh!
- - Siéntelo... sientes como entro en tu dulce vagina. – Jadeando cerca de su rostro. – Grita mi nombre... hazles saber que yo soy el único...el único que te hace sentir ese placer.
- - B-Bill... - Tirando con fuerza de su camisa.
- - Estrella fugaz – aumento con fuerza sus embestidas escuchando el retumbar de las paredes.
Mabel jadeaba fuertemente y gritaba en voz alta, había momentos en que intentaba reprimirlos. Su rostro ardía pensando que estaría completamente rojo. Escuchaba a Bill murmurar cosas sucias y vulgares mientras continuaba penetrándola duramente. Abrió sus ojos cristalinos estando cerca de su rostro. La habitación se tornó caliente y llena de gemidos. Se sentía llegar y tocar ese delicioso punto en su interior, sabía que estaba cerca. Bill se aferró abrazando su espalda cuando ambos llegaron al clímax, sintiendo recorrer por su columna esa sensación eléctrica. Mabel soltó un sonoro gemido que fue cubierto por los labios del rubio, besándola de forma apasionada.
El demonio se había venido corriendo en su interior, cayendo de rodillas con la chica aun sujeta. Se separaron respirando de forma acelerada. Ninguno decía nada solo se quedaron mirando. Se sentaron en el suelo aun unidos, ella recargo su cabeza en su pecho con cansancio. Mientras que él volteo su mirada a cierto punto.
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El rubio no dejaba de abrazar el cuerpo pequeño y frágil de ella, que estaba recargada sobre su pecho, acaricio su melena chocolatada con ternura envolviendo un mechón largo entre sus dedos y jugando para dejarlo caer. Se llevó una mano recogiendo los mechones rubios para peinarlos hacia atrás, noto que la herida estaba cerrada y los moretones que tenía se habían desvanecido.
- - Supongo que no necesitare esa curación después de todo. – Menciono.
La chica levanto el rostro mirando al demonio, con una expresión llena de pena y vergüenza. A lo que Bill se inclinó a besar sus labios de forma corta.
- - Sexo de reconciliación, Estrella fugaz. – Le sonrío. – Aunque ayudo a distraerme del problema.
- - Maldita seas triangulo bastardo de mierda. – Lo golpeo en el pecho. – Me violaste...
- - Te equivocas tú también cediste y tomaste tu porción. – Dijo frunciendo el ceño. – Así que no me eches la culpa.
- - Y todavía actúas como si nada. – Empujándolo fuertemente termino separándose y cayendo al otro lado sintiendo las piernas temblar como gelatina. - ¡Ouch!
- - Mala idea salirte de esa forma. – Acomodándose su ropa, se levantó del suelo para extender una mano a la castaña.
- - Bill ¿Por qué sigues buscándome?
- - Vengo por ti.
- - ¿Qué?
- - Me perteneces.
- - No soy un objeto para satisfacer tus malditos deseos.
- - No, no lo eres. – Dijo. – Yo claramente te dije que vendría por ti.
- - Pues que mal, porque yo no iré a ninguna parte. – Golpeando su mano para apartarla. Se levantó con dificultad.
- - Hum... es extraño que te cueste trabajo levantarte, después de que lo hemos hecho tantas...
- - Cierra la boca.
- - Claro tienes razón, son sueños. – Acercándose a ella. – ¿Cómo saber si es un sueño lo que acaba de ocurrir, Estrella fugaz?
- - No, maldición detente. – Dije molesta. - ¿Por qué no ha Dipper?
- - ¿Preferirías a Pino que tomara tu lugar? – Mostrando una sonrisa. – Claramente no entiendes. – Sujetando un mechón suyo, Mabel cerro los ojos inmediatamente pensando que lo jalaría, pero no ocurrió en cambio lo beso. – Ven.
- - Ya te dije que no iré.
- - Solo iremos a la cocina. – Tomándola del brazo. – Escucha y luego protesta todo lo que quieras estrella fugaz.
Saliendo del cuarto de baño se dirigieron a la cocina siendo tirada de su brazo por el rubio endemoniado. Mabel estaba un poco triste y se sentía una estúpida por volver a caer en otro encuentro. "Dios que hecho tuve relaciones con un maldito demonio triangular loco iluminati, ¿Y si termino...?" fue interrumpida de sus pensamientos cuando Bill la sentó en una silla y chasqueo los dedos haciendo aparecer cadenas.
- - Y si termine que, ¿asustada de quedar preñada y cagar un hijo mío? Un heredero que lleve la sangre de un demonio y un mortal. No suena mal. – Sonriendo con descaro. – Pero vamos hacerlo si eso quieres, los demonios copulamos tres veces querida. – Colocándose frente a ella. – Podemos seguir ya llevas una, te faltan dos y las podemos completar esta misma noche. Yo puedo seguir dándote duro, cogiéndote una y otra y otra...
- - Hijo de puta. – Escupí molesta. – No quiero nada de esto. – Dije molesta con mis mejillas sonrojadas.
- - Ves estás molesta porque tienes hambre.
- - Yo no tengo hambre.
- - Guarda silencio. – Haciendo aparecer los ingredientes. – Sabes no estoy acostumbrado a hacer esto. Yo solo vine a que me curaras el brazo, pero terminamos en una situación más agradable.
- - ¿Qué llamas de agradable violarme?
- - Llámalo sexo duro y rápido. – Dijo, mientras comenzaba a cocinar. – Ahora, veme como preparo esos que llaman "panqueques", escuche que hay que cortejar a la dama con una cena y una salida.
- - Pues lo hiciste al revés. – Moví mis brazos intentando zafarme, pero las cadenas comenzaron apretar su agarre en mis brazos. - ¡Auch! Eso duele.
- - Si sigues moviéndote esas cadenas seguirán aumentando presión y te molerán los huesos hasta hacerlos polvos. - ¿Quieres eso?
- - No.
- - Deja de moverte y quédate quieta. – Siguiendo con lo que hacía.
"Tío Ford ¿Por qué diablos nos dejaste solos a mí y a Dipper?"
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Volviendo a la situación actual...
- - Bill, no me voy a tragar eso. – Mirando el panqueque quemado y lleno de alfileres.
- - La receta dice que agregara clavo. – Menciono. – No tenía clavo, y lo sustituí con agujas.
- - Eres un idiota, pensé que lo sabias todo. Pero eres un tonto, tonto y re tonto.
- - Lo sé todo, y deja de insultar. – Golpeando la mesa.
- - Un clavo de olor es un condimento. No un clavo para clavar en la pared. – Aclare
- - Oh vaya, un Pines me enseño algo nuevo el día de hoy.
- - Gracias, gracias... ahora libérame.
- - Mm... creo que no. – Dándole otro trozo de fruta. – Come.
- - ¿Por qué estabas herido?
- - Una revuelta en mi dimensión. Tenía que poner a ciertos demonios y pesadillas en su lugar.
- - No te podías haber quedado ahí.
- - No. – Dijo serio.
PV Mabel
Infle levemente mis mejillas molesta por su actitud odiosa, luego vi al plato de fruta viendo las fresas.
- - Las fresas.
- - Mm... - Dirigiendo su atención.
- - Estaban... buenas. – Sonrojándose. – Esa vez que las comí en la cafetería... ¿Cuánto tiempo?
- - Se más específica.
- - ¿Cuánto tiempo llevabas liberado?
- - Medio año basto para regresar. – Dijo. – Un ser débil que le costaba recuperar sus poderes.
- - Pero no para dejarme de poner esas horribles pesadillas.
- - Oh de eso te equivocas querida. – Poniendo una media sonrisa. – Yo empecé a mandarte esos sueños a mitad de este año. ¿Confundida?
- - ¿Qué? – Abriendo mis ojos. – Entonces...
- - Por tu expresión ya me diste la respuesta al problema. – Menciono. – Ahora ya se quien estaba invadiendo tus sueños y torturándote. – Levantándose. – Esa zorra astuta de Pyronica. Tocando lo que no le pertenece.
Mabel sintió humedecer sus mejillas y lanzar un sollozo débil, a lo que el demonio del sueño la libero y la tomo entre sus hombros.
- - Shh... ella recibirá lo que merece. – Besando su frente.
- - Bill... - Dije con un nudo en mi voz. – No quiero eso.
- - Debo decirte que desde ahora correrás riesgos.
- - ¿De qué hablas?
- - Tengo enemigos Estrella fugaz. Y todos buscan lo mismo. – Acariciando su pelo. – Por eso Seis dedos no ha estado de insistente buscándome para destruirme. Ya que no soy su verdadera amenaza.
- - ¿Dime que está sucediendo?
El demonio rio oscuramente. – Solo diré que tus camaradas se cuiden la espalda. Y evites contacto con ellos, recuerda no confíes en nadie, más si estuviste ausente.
- - Que me dices de ti
- - Soy una excepción y soy alguien que tiene un lazo contigo. – Sonriéndole. – Regresare por ti.
Diciendo esto desapareció envuelto en las sombras.
- - Dios que acabo de hacer. – Me lleve las manos al rostro, para después pensar un poco en lo que dijo. – ¿Un lazo?
"A qué se refería".
.
.
Continuara
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