[07]-Comenzando la Pesadilla

Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene situaciones de tema erótico y sexual. Lenguaje ofensivo y vulgar.

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Capítulo VII: Comenzando la Pesadilla

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PV Mabel

No sé exactamente cuánto tiempo me quede sentada en mi cama, mi corazón se había calmado y mi respiración volvía a retomar su ritmo normal. Estaba en esa habitación a oscuras y solo con la iluminación de las estrellas fluorescentes del techo, que iluminaban la habitación haciéndola cómoda y tranquila. Bill se había retirado de mi mundo y había dejado una rosa aun lado de mí, prometiendo su regreso.

( F )

- - Con esto queda pagado nuestro trato, niña Pines. – Estaba a punto de retirarse pero fue retenido por una mano tomándolo de la cola de su abrigo y viendo a la chica inclinada. - ¿Qué pasa?

- - Yo... lo siento. – Dije con tristeza en mi voz y agachando la cabeza. – Es solo que. – No sabía porque lo había retenido. – No es nada. – Sentí como una mano enguantada levantaba mi rostro.

- - Volveré Estrella fugaz – Besando su frente. – Pero como te he dicho, no salgas de este lugar. – Hablando con voz severa.

- - Sí. – Respondí.

De entre sus manos hizo aparecer una rosa roja brillante y perfecta en las hojas y en el tallo, la acerco a mi labios y me mostro una sonrisa suave en sus labios.

- - Espera por mí.

( F )

Abrace mis rodillas escondiendo mi rostro sonrojado por el reciente contacto, pase mis dedos por mis labios rozándolos conservaba la sensación de sus labios sobre los míos, toque la herida aun dolía por la pequeña mordida que me había dado en el labio inferior. Hace un rato me había besado de una forma que ni yo misma conocía. Había tenido mi segundo beso a la edad de 12 años con aquel demonio que trato de lastimar a mi hermano y trato de matarme. Y lo peor del asunto es que... yo lo había disfrutado ese pequeño contacto.

- - ¿Qué me está sucediendo? – Dije recostándome en la cama y tomando la rosa con espinas, teniendo el cuidado de no pincharme con alguna. – Todos están bien... - Dije eso ultimo antes de quedarme dormida.

PV normal

Mientras tanto fuera de la burbuja llegaban Dipper y Wendy en uno de los autos usados del emporio de la familia Gleeful. Escapaban de los reos de la prisión y del mismo Gideon Gleeful, a quien le arrebataron la llave para acceder a la burbuja de Mabel. Saltando con el automóvil a toda velocidad sobre un risco, fueron expulsados del carro por la fuerza de este al aterrizar en el suelo. Por un momento el castaño pensó que habían podido perder de vista a los reclusos, pero noto que su amiga Wendy estaba seriamente herida.

- - ¡Wendy! – Sus manos temblaban al verla en esa terrible condición, sangrando de diversos cortes en la piel. – Todo estará bien, ya lo veras.

- - Descuida estoy bien. – Dijo la pelirroja, tomando las manos de castaño tratando de calmarlo. – Oye, estoy bien tranquilo. Solo fueron unos rasguños ya verás cómo me pongo de pie.

- - Chicos. – Hablo una voz encapuchada.

- - ¡¿Quién eres?! – Dijo Dipper poniéndose enfrente de la pelirroja para protegerla. – Muéstrate.

- - Soy yo, Soos. – Bajándose la capucha. – Descuiden ya está aquí el técnico de la apocalipsis a su servicios.

- - Soos... - Dije contento abrazando a mi mejor amigo. – Me alegra verte, ¿Dónde estabas?

- - Cuando empezó todo esto fue un poco extraño para mí, estuve vagando por las calles ayudando gente y creo que hasta hay canciones hablando de mí. – Se acercó a auxiliar a Wendy examinando los cortes en sus brazos y lo luxado de su muñeca. Pero la chica le hizo un gesto de que guardara silencio para que no preocupar al gemelo Pines. - Parece que no es grave y tus heridas están bien. – Le coloco un pedazo de tela cubriendo la hinchazón de la muñeca. – Por cierto, ¿qué hacen aquí?.

- - Venimos a rescatar a Mabel. – Señalando la enorme burbuja.

- - Ya se me hacía conocido ese símbolo. – Dijo Soos.

- - Bill y Gideon la tienen cautiva. – Mostrando la llave. – Pero nosotros la rescataremos.

- - Solo hay un problema. – Dijo Soos. - ¿Qué hacemos con todos ellos?

En un instante estábamos rodeados por la pandilla de Gideon, mientras que el albino se acercaba a paso amenazante hacia nosotros. Su mirada reflejaba un azul oscuro y reía de forma siniestra.

- - Ríndanse y entreguen la llave, en cuestión de minutos llegaran los secuaces de Bill y vendrán por ustedes. – Dijo el albino con una sonrisa tétrica. - Aparte Mabel es mía.

- - ¿Enserio? – Le dije tratando de hacerlo entrar en razón. – Enserio piensas eso.

- - Bueno técnicamente ella esta capturada. Ergo, lo que significa que ella es mía. – Explico el albino. – Bill me lo dijo ella y yo estamos destinados a estar juntos. Y nadie la apartara de mi lado.

- - Gideon escúchame, si de algo aprendí este verano, es que no puedes obligar a alguien amarte. – Volteando a ver a Wendy para después volver a encarar a Gideon. – Lo mejor que puedes hacer es esforzarte de ser querido. Y que te acepten.

- - Soy querido, mis prisioneros me aman. – Escuchando los gritos de adoración de la pandilla de reos.

- - Vamos Gideon entra en razón Mabel no hubiera querido esto, tan siquiera has visto dentro de esa burbuja. No sabemos que puede estar ocurriendo adentro, y si Bill la está torturando. – Dijo Dipper preocupado.

- - Mabel siendo torturada... Bill no permitiéndome entrar. Ella sufriendo. - Una punzada en mi cabeza hacia que dudara de mis propios pensamientos. Sintiendo un fuerte dolor de cabeza. – Todos me aman, ella me ama... se supone que ella. – Su ojo derecho goteaba sangre por el lagrimal, se llevó una mano para limpiarse y ver la sangre en su palma. – Ella me... se suponía que me amaba. – Dijo Gideon con voz temblorosa.

- - Pero Mabel no, porque eres un egoísta. – Dijo el gemelo Pines haciéndolo entrar en razón. – Pero puedes cambiar. Bill piensa que no hay héroes en su mundo, pero, si luchamos y trabajamos juntos, podemos derrotarlo de su tiranía. – Rectificándole. – Deja de seguir sus órdenes, él solo te está engañando y solo conseguirás que mi hermana te odie más. – Sujetando la llave en mis manos lo mire directamente. - ¿Quieres ser el héroe de Mabel? Enfréntate a Bill y déjanos salvarla.

- - Eso es una locura, ¿sabes lo que me haría Bill, si eso llegara a suceder? – Mi cuerpo empezaba a temblar de tan solo recordar lo que le hacía a la gente que alejaba de la burbuja o los llevaba ante él como prisioneros.

- - Le temes a Bill. – Dijo ojos blancos sabiendo también lo que hacía Bill a sus prisioneros.

- - No yo... es una situación complicada. – No podía decirle que había hecho tratos con el mismo demonio varias veces. También debía mantener la compostura.

- - Solo mírate adentro Gideon, si todo esto es por Mabel entonces piensa que querría ella que hicieras. – Dijo Dipper.

Gideon saco de su copete un recorte de periódico donde mostraba una noticia vieja, de su primera cita con Mabel. Una mirada de tristeza se reflejó al ver lo que había hecho, volteo a ver la burbuja y se dio cuenta de su error "el mantener a su amada cautiva". - Dipper... - Lo llame volteando a ver al gemelo de la castaña. – ¿Le dirás lo que hice?

- - Claro que sí.

- - Ojala estés en lo cierto. También quiero que le digas... que me perdone por todo lo que hice, aunque sé que no es suficiente para remediar mis pecados. – Tomando un suspiro me dirigí a mis amigos. – Chicos, cambio de planes. Los secuaces de Bill vendrán pronto, pero no dejare que ese estúpido triangulo siga controlándome. ¿Están listos para una pelea de reclusos? – Limpiándose la sangre que tenía debajo de su ojo.

- - Estamos contigo de por vida. – Dijo ojos blancos alzando sus cadenas.

- - Pelear con niños se estaba tornando aburrido, pero enfrentar a un dios del caos es mejor.

- - ¡Hagámoslo! – Dijo Gideon determinado a proteger a sus amigos y a su amada.

Dipper y sus amigos se quedaron viendo cómo se marchaban del lugar, para darles el tiempo necesario para rescatar a Mabel.

Llegando a la entrada de la celda burbuja, introdujeron la llave eliminando las pesadas cadenas que la tenían sellada. Se tomaron de las manos e ingresaron al interior de la burbuja, preparándose para lo peor o eso se imaginaban.

- - Pero esto es... - Dijo asombrado el castaño.

- - Vaya esto es muy bonito y colorido. – Dijo Soos.

- - Esto no parece una prisión para ella. – Menciono la pelirroja. – Más bien parece un... especie de lugar mágico.

- - No... son los pensamientos de Mabel y sus sueños. – Hincándose para tocar el suelo que era un dulce. - Bill debe estar utilizando sus ilusiones en ella. – Golpeo el suelo con ira y frustración. – ¡Ese maldito! Está jugando con ella.

- - Tranquilo la encontraremos y la rescataremos de este lugar. – Dijo Wendy.

En ese momento llegaron Xyler y Craz los novios imaginarios de Mabel y los que aparecían en la portada de una película de una comedia musical.

- - Qué onda chicos bienvenidos a Mabelandia. – Dijo Xyler. – El lugar más genial de la tierra.

- - Oigan necesito encontrar a Mabel. – Mostrándose alterado Dipper. – ¿Saben dónde está ella?

- - Nuestra princesa esta residida en la torre alta de este mundo, custodiada por dos guardias waffles. – Dijo Craz. – Aunque ahora que lo recuerdo... alguien nos dijo que nadie debía molestar a la princesa Mabel.

- - ¿Por favor déjenme verla? Soy su hermano gemelo. – Rogo a los chicos imaginarios.

- - Claro podemos llevarla ante ella. – Dijo Xyler. – Pero antes de ir con ella. – Prométanme que no le mencionaran nada de su mundo real a nuestra princesa.

- - Es la única regla que tenemos aquí en Mabelandia. – Aclaro Craz. – Nadie debe romperla o terminaran expulsados.

- - De acuerdo. – Dijeron Soos, Wendy y Dipper.

- - ¡Entonces vayamos! – Dijeron al mismo tiempo Xyler y Craz.

Los llevaron hasta donde se encontraba Mabel, cerca del océano y la playa entre la mitad del prado de flores, residida en una torre alta custodiada por dos guardias waffles, tal como habían dicho aquellos dos sujetos imaginarios.

Bajando del automóvil Dipper y sus amigos se enfrentaron contra los guardias waffles. No fue problema para ellos ya que resultaron ser débiles y muy deliciosos, para derrotarlos. Corriendo por las escaleras llegaron a la habitación donde se encontraba dormida la gemela, se acercaron a ella despertándola de su sueño.

- - ¡Mabel!, vamos despierta. – Moviendo a la castaña de un lado a otro, logro que abriera los ojos. - Mabel me alegra que este bien. Vamos tenemos que irnos. – Tomando su mano. – Debemos buscar una forma de salir de este lugar.

- - Dipper... - Dijo confundida la castaña al ver a su hermano en su mundo.

- - Mabel tranquila todo está bien. – Dijo Wendy. – Hemos venido a rescatarte.

- - Oigan por aquí podemos huir. – Dijo Soos señalando un globo aerostático.

- - Chicos... - Volví a llamarles.

- - Muy bien Soos. – Dijo Dipper se acercó a su hermana para extenderle una mano. – Mabel vamos.

- - ¡Chicos! – Alce la voz para aplaudir y hacerlos levitar, con mis manos los guie para después acomodarlos en los sillones inflables.

- - Mabel, ¿Qué crees que haces? – Miro el castaño extrañado a su hermana de verla utilizar poderes, que ni sabía que tenía.

- - No me voy a ir. – Dije. – Este es mi mundo y mi hogar ahora, y no quiero ser salvada. – Iluminando el cuarto para mostrar la habitación.

- - Mabel esto es una locura. – Levantándose de su asiento. – No puedes quedarte aquí.

- - Mabel, Dipper tiene razón esto es una verdadera locura. Técnicamente aquí es una prisión, pero con lujos y comodidades. No puedes quedarte. – Hablo la pelirroja dándole la razón a su amigo.

- -Sí, sí puedo. – Proteste. – Es mi mundo es Mabelandia aquí no hay reglas, hay mucha diversión, el verano no termina e incluso dejas de crecer. Te pueden dar lo que más desees, incluso antes de que lo pienses. – En ese momento apareció una chinchilla entre sus brazos. – Parece que quería una chinchilla. – Mostrándose contenta mientras acariciaba el animalito.

- - ¿Mabel por qué? – Pregunto su hermano.

- - Cuando dijiste que te volverías el aprendiz de Ford una vez de que finalizara el verano, yo me sentí muy mal y me escondí en mi suéter. Sentía que perdía a mi hermano para siempre. Luego desperté en este maravilloso lugar, que me da todo lo que quiero y donde el verano es infinito. Sin tener que crecer. – Embozando una sonrisa. – Aquí puedo quedarme, y ahora que ustedes están aquí es mucho mejor. – Dije. – Espera que llegue...

- - Mabel esto es una locura – Interrumpiéndola. - No puedes quedarte. – Cruzando los brazos.

- - Sabía que dirías eso, por eso prepare un Dipper de repuesto. – Las puertas se abrieron dejando entrar un Dipper más cool y deportivo, saludando a todos a su paso.

- - ¡Que hay amigos! soy Dipper Fresh, me gusta el skateboard, apoyar a mi hermana en todo y me gusta terminar mis oraciones con un choca los cinco. – Levantando una mano para que Soos la palmeara.

- - No lo hagas.

- - Vamos amigo, no puedo dejarlo con la mano alzada. – Choco los cinco viendo como el Dipper original lo miraba con enojo.

- - Considérate muerto para mí. – Dijo en tono molesto.

Dipper no podía creer lo que veía y escuchaba de su hermana, estaba convencida en no volver e incluso estaba tratando de convencer a Soos y a Wendy de quedarse. Les había dado comida y agua, había curado sus heridas y arreglado sus ropas. Mis amigos ya estaban renunciando al plan de rescatarla hasta que le puse un "hasta aquí" al asunto de su mundo de ensueño.

- - Mabel esto no es real. Nada de esto es real. – Dije furioso. – Tenemos que volver al mundo real. – Sujetándola de los hombros.

Al pronunciar las palabras observo como su hermana lo miraba con un semblante lleno tristeza, derramando lagrimas que descendían por sus mejillas, ella retrocedió apartando su agarre.

- - No puedo... - Abrazándome a mí misma. – Si yo... si yo regreso, todo esto terminara. Tú te iras, estaré sola. Me olvidaras para siempre.

- - Mabel. – Hablando suavemente su hermano. – No pienses eso. Lo siento mucho si te hice pasar un mal rato. – Dijo. - Cuando el tío Ford me ofreció ser su aprendiz, tuve que pensarlo. – Acercándose a su hermana tomo una de sus manos. - Habían muchas cosas en mi mente, cosas que no quería dejar, incluso personas importantes, entre ellas estabas tú. Mí gemelo.

- - Pero la secundaria, el crecer y los amigos... todo cambiara. – Ladeando mi rostro. - He visto lo horrible que será cuando el verano acabe.

- - ¡Hey! Mírame, vamos mírame. – Insistió su gemelo para después encararlo. – No estarás sola.

- - ¿eh?... – Sin entender lo que había dicho. – ¿A qué te...?

- - Digo que no lo afrontaras tu sola. – Dije. – Descubrí que no puedo hacerlo sin ti, eres una persona importante para mí en esta vida; eres todo, mi mejor amiga, mi compañera de aventuras y mi hermana.

- - Pero Dipper... que hay de ser.

- - ¿Aprendiz? – Dijo su hermano haciendo un gesto con su mano para que lo olvidara. – Puedo hacerlo de todos modos estando en casa, sabes Gravity Falls no es el único lugar lleno de rarezas. – Mostrando una sonrisa. – Apuesto que en casa hay misterios. Y necesitare a mi gemelo para investigar y tener aventuras, necesitare a mi misteriomelo a mi lado. Perdonarías a este tonto hermano. – Extendiendo sus brazos. – ¿Un abrazo incomodo de hermanos?

Muchos de los habitantes habían llegado a la torre para impedir que continuaran con la reconciliación de los gemelos Pines, Soos y Wendy que se habían mantenido al margen de la conversación de los hermanos, evitaron que los habitantes de Mabelandia interrumpieran su disculpa.

- - Claro que te perdono. – Lanzándose a sus brazos para enterrar su rostro en su pecho. – Perdón Dipper.

- - ¡PRINCESA MABEL, DETENGASE! – Grito uno de los habitantes de forma desesperada.

- - ¡NO DEJEN QUE SIGA! – Dijo otro habitante.

La castaña tembló un poco ante lo que decían sus habitantes de su mundo, incluso había recordado las palabras de Bill que le dijo la primera vez que llego a este mundo.

( F )

- - Estrella fugaz en este mundo no hay reglas. – Leyendo una parte de su mente. – Todo se hace a tu voluntad.

- - Entonces no hay reglas. – Mostrando una sonrisa.

- - No hay reglas... excepto una, que te pediré que nunca la menciones. – Dijo el demonio de sueño. – Nunca menciones nada de regresar o volver a la realidad. Oh la burbuja se romperá y todo terminara, tu verano terminara y tú no quieres eso.

- - Entonces no debo mencionar nada del...

- - Shh... - La acallo con un dedo sobre sus labios. – Ni lo menciones, y si uno de tus súbditos menciona algo de volver. Elimínalo inmediatamente o contaminaran este mundo.

( F )

- - Mabel vayamos a casa. – Dijo Dipper palmeando su espalda. – Volvamos al mundo real.

- - Sí. – Dijo afirmando su respuesta, al igual que su hermano palmeo su espalda. – Lo siento, pero es tiempo de regresar.

De repente sintió temblar dentro de su torre llegando a destruirse lentamente, sus súbditos se habían convertido en escarabajos y cucarachas invadiendo el piso de la habitación. Todos tuvieron que salir inmediatamente de la torre, corrieron alejándose de los escombros que se fundían en un río de oscuro, visualizaron a Pato que estaba acostado en donde era antes la calle de dulces, se subieron en el cerdito de gran tamaño, para poder escapar de las criaturas y monstruos que habían invadido el lugar.

La chica miraba como su mundo se tornaba oscuro y rojo, convirtiéndose en una horrible pesadilla, los colores vibrantes y llenos de vida se habían ido, algunos habitantes se volvieron violentos y con una forma grotesca. Los sonidos de lamentos y gritos de dolor de algunos la hacían sentirse mal.

- - Ha esto se refería. – Admirando el nuevo mundo de pesadilla.

- - ¿Quién? – Pregunto su hermano.

- - Bill... - Agachando la cabeza. – Él me lo advirtió.

- - Chicos, hay que buscar una manera de salir. – Dijo Wendy guiando al cerdito sin saber a dónde ir.

- - Esperen ya sé que hacer. – Dijo Mabel.

Mabel tomo una de las agujas de suéterlandia para alzarla y ordenar a su cerdito Pato, que los llevara hasta el borde.

- - ¡Es tiempo de reventar esta burbuja! – Dije, pinchando el borde y explotando la enorme burbuja a su paso.

Cayendo por el aire entre un montón de confeti, Mabel tomo uno de los suéteres grandes para usarlo de paracaídas; agarrada de su hermano, su cerdito y sus amigos. Aterrizaron un poco rápido en un lugar desértico, se levantaron adoloridos de sus cuerpos por previo aterrizaje forzado. La castaña se observó que ya no portaba su ropa que le había dado Bill, cuando llego a Mabelandia. Miro hacia el puente donde estaba antes la burbuja de tiempo, para después presenciar el nuevo lugar deteriorado. Alrededor de ellos había confeti y restos de la burbuja rosada. Dipper tomo un pedazo entre sus dedos y en un instante se volvió ceniza.

- - Debemos irnos. – Dijo Wendy. – Se dará cuenta que ya no está. - Viendo el castillo flotante. – .No sabemos cuánto tiempo Gideon pudo retenerlos.

- - ¿Gideon? – Dije volteando a ver a Wendy.

- - Gideon era tu vigilante, no permitía a nadie acercarse a la burbuja. Pero el después entro en razón y nos ayudó a salvarte. – Dijo Dipper. – Hizo tiempo para que nosotros pudiéramos rescatarte.

- - Debemos ayudarlo. – Mostrándome preocupada. – Aun podemos... - Fui retenida por Soos y Dipper. – Pero... ¿Qué hacen?

- - Mabel... él se sacrificó para poder salvarte. – Dijo Dipper. – Bill no sabe que te hemos sacado de la burbuja, y no tardara en darse cuenta.

- - Debemos aprovechar para escapar.

- - He idear un plan, ya que no es el único que tienen cautivo. – Dijo Wendy. – Ese maldito triangulo tiene a mi padre y a mis hermanos.

- - De acuerdo. – Sujetando la manga de mi suéter tome una inhalación y una exhalación para calmarme. - ¿Qué hacemos?

- - Ahí que ir a la cabaña. – Dijo el castaño. – Todos juntos. – Extendiéndole una mano a su hermana.

- - Sí. – Tomando su mano.

Mabel tomo a su cerdito que había disminuido de tamaño, y siguió a los demás mientras volteaba a ver por última vez el puente. Regreso su mirada al frente para enfrentarse al nuevo panorama de un pueblo destruido por las llamas y el paso de criaturas y monstruos acechando a cualquier persona que estuviera pasando por ahí o huyendo del lugar. La chica se sintió muy culpable que no pudo reprimir las lágrimas que brotaban de su mirada avellana, su hermano la abrazaba de los hombros para apoyarla y hacerle entender que no era su culpa.

- - Encontraremos la manera de salvar el pueblo. – Dijo Dipper.

[...]

Mientras tanto un demonio triangular se encontraba en su habitación, había cambiado su forma física tomando nuevamente la apariencia humana que le había mostrado antes a la chica Pines.

- - Bien le prometí a ella, que iría a verla. – Colocándose los guantes oscuros y arreglando su pajarita.

Escucho unos golpes llamando a la puerta haciendo que lanzara una mueca de fastidio, le dio el permiso de entrar notando que eran tres de sus aliados que se arrodillaban y estaban preparados para entregar el informe.

- - Señor.

- - Hablen, tengo un lugar importante a donde ir.

- - Es sobre la burbuja de la Estrella fugaz – Hablo una de las criaturas.

Bill solo se volteó hacia ellos lanzando una mirada con el ceño fruncido. En ese instante abrió el portal adentrándose, sin importarle el informe de la situación.

Llegando a la zona con paso cauteloso vio un lugar vacío, sin la presencia de la prisión burbuja adornando el panorama de su apocalipsis. Sus secuaces llegaron postrándose inclinados ante el demonio, Bill aún conservaba su apariencia humana. Sintieron una presión cernir sobre ellos cuando él se acercó y golpeo con su bastón directamente a la mandíbula de una de las pesadillas.

- - Dame el reporte. – Menciono con una voz fría. – Más te vale que tenga justificación todo esto.

- - Nos habían llamado la pandilla de Gideon, avisando de que tenían al chico Pines y a sus amigos. – Dijo Key Hole adolorido de su boca.

- - ¿Qué fue lo que sucedió? - Pregunto con una voz severa viendo los restos de confeti y la desaparición de la burbuja de tiempo, que estaba sobre el puente. No podía creer que la prisión había sido destruida por alguien ajeno. Nadie tenía una voluntad de titanio, para una persona que entrara a ese lugar le mostraría sus más deseados sueños hechos realidad.

- - Gideon Gleeful se revelo contra nosotros, dejo que el chico Pines y sus amigos entraran a la burbuja. Los aliados de Gideon nos atacaron para distraernos y que ellos recuperaran a la chica. – Dijo Pacifier. – Gideon nos traiciono.

- - ¿Dónde está ella? – Menciono apretando un puño en su bastón. – Key Hole, Forma amorfa y Pacifer, ¿Dónde está ella? – Les repitió exigiendo saber respuestas en dónde se encontraba su prisionera.

- - Jefe atrapamos a Gideon Gleeful y a sus aliados, están en el calabozo. – Dijo Forma amorfa algo temeroso.

- - No te pregunte por esos inútiles e insignificantes humanos, te pregunte ¿DÓNDE ESTA ELLA? – Dije furioso, tonándose mi cabello rojizo y mi mirada oscura.

- - Lo que sucede es... - Dijo Forma amorfa dudoso en decirle la verdad a su jefe, temía ver esa apariencia que había adquirido.

- - Señor... ella reventó la burbuja. – Dijo Key Hole. – No fue su hermano o sus amigos. Fue ella misma la que quiso salir.

- - Ella escapo, me estás diciendo que ella escapo. – Dijo Bill sin creerlo. – Key Hole estás seguro de lo que dices "¿Qué ella escapo?" Escúchate bien porque estas a una palabra de sentenciarla a su peor destino.

Key Hole miro a sus compañeros quienes temían al demonio de sueño, sabía que si terminaba de confirmar su respuesta, este no pararía de buscarla hasta conseguir que ella sufriera un castigo.

- - S-Sí. – Mirando la expresión oscura en el rostro de Bill. – Ella misma escapo.

Bill empezó a lanzar una carcajada llevándose una mano al rostro, como si le hubieran contado el mejor chiste de su vida. – Con que ella escapo, no te importo Estrella fugaz.

- - ¿Jefe que procede con los prisioneros?

- - Torturen a esa banda de inútiles humanos. – Dijo Bill sin importancia. – Yo necesito hablar con Gleeful. – Mostrando una sonrisa siniestra. – El seboso y yo necesitamos una plática muy seria. – Volviendo a su apariencia original.

[...]

PV Mabel

Unas horas después de que había salido de mi prisión burbuja, pude presenciar durante el camino el verdadero caos en Gravity Falls, me sentía muy culpable por haber causado todo este problema. Solo por un estúpido deseo egoísta, no pensé que este seria las consecuencias de mis errores. Habíamos llegado a salvo a la cabaña Mistery Shack teniendo el cuidado de que no nos siguiera los ojociélagos de Bill, caminamos hasta el porche hasta que escuchamos unas voces adentro. Wendy y Soos se colocaron a los lados de la puerta, indicándonos con la mirada a Dipper y a mí de que estaban listos para enfrentarse a lo que sea, estábamos preparados para atacar; levante mi garfio lista para apuntar. Pateamos la puerta y lanzamos un grito de guerra, aunque no fuimos los únicos que gritamos, ya que nos llevamos la sorpresa de que adentro en la cabaña estaban todos nuestros amigos y conocidos del pueblo.

- - ¡Niños! – Dijo Stan sorprendido de vernos. – Están bien estaba muy preocupados por ustedes. – Abrazando a los chicos. – Pensé que los había perdido.

- - ¡Tío Stan! – Dijeron Dipper y Mabel al mismo tiempo correspondiendo el abrazo de su tío.

- - Pensé que te habían capturado. – Dijo Dipper.

- - ¡Bah!, esos estúpidos murciélagos no me capturaron.

- - Tío Stan lo siento mucho, capturaron a Ford y no pude hacer nada. – Dijo el castaño frotándose el brazo. - Bill lo tiene.

- - Descuida Dipper, recuperaremos a mi tonto hermano. – Dijo Stan abrazando al chico. – Pero me alegra que ustedes estén sanos y salvos.

Mire a mi hermano y a mi tío Stan con un alivio al ver que estaban unidos en esta situación. Sentí un tirón de mi suéter y al voltearme para comprobar quien era, me encontré con la enorme sorpresa de ver mis amigas.

- - Chicas están bien. – Abrazando fuertemente a mis amigas. - Pensé que les había pasado algo malo. He visto cómo está la ciudad, muchos de esos murciélagos se llevaban a la gente.

- - Estamos bien Mabel. –Dijo Candy. – Tu tío nos salvó a todos.

- - Es un hombre muy fuerte, se enfrentó a una padilla de monstruos. – Hablo en tono emocionada Grenda. – Jamás había visto alguien golpear de esa manera, bueno en las luchas libres y el boxeo.

- - ¡Tío Stan gracias! – Le grite de lo feliz que estaba de haber salvado a mis amigos.

- - No hay de que calabaza, no podemos dejar a la gente morir en ese infierno. – Dijo Stan. – Seré avaro, pero también me preocupo por la gente que me rodea.

Me separe de mis amigas cuando divise una cabellera rubia a lo lejos, camine hasta donde estaba y vi a Pacifica que se encontraba sentada en las escaleras que conducían al desván, me acerque a ella y me senté a tu lado. Un silencio nos rodeaba a ambas, por lo que decidí empezar yo la conversación.

- - Pacifica que bueno que estás bien. – Dije.

- - Sí, pues no pensé sobrevivir a este horrible apocalipsis. – Diciendo con una voz de fastidio. - Mis padres fueron capturados, fui perseguida por esas criaturas cuando ese triángulo iluminati les ordeno comerme, tuve que ocultarme en un contenedor de basura por dos noches, cene una rata, mi ropa está destruida y hecha un asco. Una de las criaturas me mordió el brazo, casi me lo arranca. Y me dices que si estoy bien. – Sentí como unos brazos me envolvían atrayéndome hacia ella, sin poder evitarlo empecé a sollozar en el hombro aquella chica. Que antes consideraba mi rival y mi enemiga. – Sí tu tío no me hubiera encontrado, estaría en este momento siendo un piedra más bajo los dominios de Bill o peor muerta en alguna parte de este pueblo.

- - Todo estará bien. – Palmeando su espalda para consolarla. – Encontraremos una forma de acabar con todo esto.

- - Gracias Mabel, oye yo... lo siento por todo. – Limpiándose las lágrimas. – Perdóname por todo lo que ha sucedido entre nosotras.

- - Oye somos amigas ya lo había dicho. – Mostrando una sonrisa. – Eso quedo en el pasado.

- - Sí... - Abrazando a la castaña. – Gracias.

- - Eso queríamos escuchar. – Dijo Dipper saliendo de su escondite. – Una disculpa sincera.

- - ¡Oye! Hace cuánto tiempo estabas ahí. – Sintiendo arde las mejillas, la rubia solo ladeo su rostro.

- - No mucho, solo la parte de que cenaste una rata.

- - Eres un tonto. – Levantándose para darle golpes al castaño.

- - Espérate, ¡Auch! Eso duele. – Cubriéndose de sus golpes.

- - Te lo mereces Dipper. – Dije en tono de burla.

- - Bueno de acuerdo, lo merezco... pero para ya Pacifica. – Cubriéndose de los golpes.

- - No, porque eres un tonto.

Me reí de verlos tan animados a los dos juntos, ya que después de todo este problema que pasamos para llegar a la cabaña, necesitábamos un momento de distracción. De repente sentí la mirada de alguien atrás de mí. Me gire y fije mi vista a un chico de pelo azabache que se encontraba recargado en el umbral de la puerta que conducía a la sala. Note que era Robbie el que estaba ahí, me acerque y lo salude.

- - ¡Robbie estas bien! Me alegra. – Mostrando una sonrisa. – Wendy me conto en el camino que habían atrapado a todos sus amigos, pero que tú no estabas.

- - No... yo estaba con mis padres, y solo recuerdo que había despertado a mitad del bosque. – Dijo el chico gótico. – De ahí creo que me persiguieron unas extrañas criaturas, yo corrí y encontré la cabaña. Pensando que me ayudarían, pero tú tío me golpeo con la escoba.

- - Supongo que pensó que todavía seguías buscando a Wendy.

- - No lo de Wendy quedo atrás. – Dijo. – Solo somos amigos.

- - Es por Tambry. – Dije contenta al ser la persona que los unió en esa hermosa relación.

- - Sí, pequeña. – Acariciando la cabeza de la castaña.

- - ¿Cómo está tu ojo? – Había recordado que cuando iba entregando las invitaciones, el chico se había lastimado su ojo.

- - Bien... parece que si era una basura. – Río de forma nerviosa. – Lamento preocuparte.

- - No hay problema solo ten más cuidado. – Dije en modo autoritario. – Puedes terminar ciego o lastimado de un ojo.

- - Sí, mama – Menciono en tono burlesco.

Nos quedamos mirando un momento y empezamos a reírnos y soltar unas carcajadas por lo que habíamos dicho.

- - Okey creo que necesito un descanso. Nos vemos al rato. – Dije yendo a las escaleras para subir al desván.

- - Descansa... Estrella fugaz. – Mostrando una expresión sombría.

PV Normal

Robbie observo como la gemela Pines subía las escaleras, mientras que el soltaba una risita silenciosa antes de cambiar su mirada a un color ámbar y con la pupila más afilada.

- - Te encontré Mabel Pines.

[...]

Unas horas atrás en el castillo de Fearamid se encontraba un demonio triangular dando choques eléctricos al autor de los diarios, Stanford Pines. Esperando a que el hombre mayor le diera su respuesta a la formula con la que expandiría su dimensión de demencia, para así tener el dominio total del mundo y del mismo universo.

- - Vamos Fordsie entrega la formula, me estoy aburriendo. – Chasqueando los dedos para hacerlo levitar arriba de su trono. – Me sorprende que no te hayas muerto, cuantas cargas de 300 voltios llevamos 3 o 4.

- - Bill... no te lo entregare, me oíste... ¡Nunca te lo entregare! – Bramo molesto.

- - Bien, bien tendrás tu descanso. – Volviendo a petrificarlo. - Okey vamos con el siguiente. Tráiganme a Gideon Gleeful. – Invocando una copa de vino.

Un grupo de monstruos trajeron al chico albino arrastras del calabozo, tirando de las cadenas que estaban sujetas a sus muñecas, tobillos y su cuello.

Un tirón que produjo la criatura a través de su cadena, lo hizo caer al suelo. El albino solo levanto la vista con dificultad y vio a Bill sentado en su trono hecho de humanos congelados. Mostrando su ojo entrecerrado y bebiendo de su copa.

- - Vaya, vaya, vaya. – Menciono en tono burlón el demonio. – Si es mi amigo el traidor y el ex guardián de la burbuja, él manteca con patas.

- - Bill Cipher, tú me mentiste lo sabias desde un principio. Sabía que si te entregaba a Dipper Pines, tendrías a Mabel siendo tu prisionera por el resto de la eternidad y después me eliminarías. No me dejarías verla e incluso ella seguiría odiándome. – Apretando los nudillos de sus manos. - Desde un principio fue un vil engaño tuyo.

- - Oh... se nota que no has leído las letras pequeñas de nuestro contrato. – Dije. – Tú en primer lugar no me pediste a la chica, tú querías las escrituras de la cabaña del misterio. Pero como no se cumplió, cambiaste de parecer y formaste otro trato conmigo, dónde exigías la venganza contra la familia Pines y la liberación de tu prisión. ¿Oh me equivoco?

- - Todo fue parte de tu sucio plan. – Poniéndose rojo de la ira. – Me utilizaste, los utilizaste... - Señalando a sus amigos que estaban petrificados en piedra. – Pero lo que más me enfurece es que la engañaste a ella, siendo ella la principal víctima de tu maldito plan.

- - ¡Gracias, gracias! – Tomando la estatuilla de oro de Ford para sujetarla como si fuera un óscar. – Como dije le agradezco mucho a este sujeto y mi querida Estrella fugaz por este premio al mejor gobernante del universo.

- - ¡Vete a la mierda Cipher!

- - ¡Oye! Admito que tengo un carácter de mierda pero, soy un amor con quien a mí me da la gana. – Chasqueando los dedos para tirarle choques eléctricos en el cuerpo del albino.

- - ¡Ahgg!... – Se levantó adolorido tirando de las cadenas para señalarlo. – Tus días están contados estúpido triangulo de un ojo, eso lo sé porque los Pines buscaran la manera de detenerte. Ya lo veraz.

- - Como dices eso ya lo veremos, ya que son muy inteligentes para detenerme. – Dijo. – Por mientras hazme un favor y dime donde se fueron los gemelos Pines.

- - No lo sé y si lo supiera, no te lo diría.

- - Sabes tengo mucha paciencia... pero no la gasto con cualquiera. – En sus manos hizo materializar diez dagas. – Tienes diez oportunidades para decirme ¿Dónde está ella? Antes de que mi amiga te deje como un eunuco.

- - ¡Eres un maldito demente psicótico! – Dijo Gideon.

- - Chico siempre lo he sido. – Chasqueo los dedos he hizo que Gideon terminara en una rueda que era girada en movimientos lentos. El demonio le hizo un ademan para que la súcubo rosa se acercara y le entregara las dagas. – Estas de suerte, una bella dama de la noche te va lanzar las flechas de cupido. – Río oscuramente. – Pero debo advertirte que su puntería es terrible.

Pyronica lanzo la primera daga llegando aterrizar a un lado de su oído derecho, rozándolo y produciendo un corte poco profundo en la piel nívea del albino.

- - Falle. – Dijo Pyronica con una sonrisa. - ¿Puedo?

- - Tú sigue. – Dándole el permiso para continuar. – ¿Y bien?

- - No. – Dije firmemente.

Kriptos tomo los bordes de la rueda y la hizo girar aumentando la velocidad, haciendo que el chico albino soltara un chillido y se mareara ante el movimiento fuerte. Escuchando el sonido de la daga clavarse en la madera sin llegar a tocar su cuerpo, pero en cuanto pensó que se había librado de la tercera daga, está aterrizo clavándose en su pierna izquierda enterrándose en su muslo.

- - ¡Le di! – Gritando contenta la súcubo.

- - No, no Pyronica. – Le regaño Bill. – Tiene que ser en la cabeza o en el corazón. – Dijo. – Por eso son flechas de cupido.

- - Ah ya entendí amo Bill. – Dándose unos golpecitos para después tomar otra daga entre sus dedos haciéndola bailar y lanzarla a dirección al albino, llegando enterrarse en el hombro derecho entre su clavícula. La súcubo miro de reojo a Bill, para ver su mano haciendo un gesto de "más o menos cerca".

- - Me vas a decir sí o sí. – Dijo el demonio esperando la respuesta de Gideon. - ¿Dónde están?

- - ¡NO! – Se encontraba jadeando de dolor por las dos dagas clavadas en su cuerpo. – Eres un despreciable ser.

- - Tú tienes que venir con instrucciones, porque la verdad no te entiendo. – Viendo como su secuaz lanzaba otra daga y esta daba cerca de su cabeza, provocándole un corte lateral de su frente. – Hace unas semanas querías venganza contra la chica amabas y su familia, ahora quieres protegerlos. Algo te dijeron para convencerte chico, para tratar de ser el villano que se volvió bueno.

- - No quiero dañarla, ni mucho menos quiero que sufra. – Jadeando de dolor. – Solo quiero verla sonreír, que ella este bien.

- - Claro, ella va decir que está feliz porque la rescataste, y va deslumbrar esa sonrisa. – Dijo Bill bajando de su trono. – Pero mira profundamente dentro de esos ojos. Pequeño Gideon, la destruiste.

- - Ella sigue siendo importante para mí... - Dijo Gideon con una sonrisa ladeada. – Y sé que ella no me mirara de esa manera, porque en su mirada seré reemplazo por ti, Cipher.

- - Ya veo. – Bill tomo su apariencia humana, deteniendo a Pyronica de lanzar sus dagas. – Ella es importante para ti y dices que yo seré quien la haya destrozado. – Se acercó al chico albino para quedar lo suficientemente cerca. Coloco sus manos en el cuello regordete haciendo una presión sobre su piel, llegando a cortar el paso de su circulación sanguínea y cerrar el paso del aire a sus pulmones. – Estas en lo cierto, yo acabare con destrozarla. Pero el problema aquí chico. – Hablando con una voz profunda y cargada de ira. – Es que ella me pertenece, siempre ha sido mía y me urge encontrarla. – Ahorcando al chico vio su mirada oscurecerse. – Necesito verla, ¿Dime dónde está?

El albino empezó a lagrimear de sus ojos azules, sintiendo correr las gotas y dejar que su vista se nublara ante la falta de oxígeno, movía las manos sujetas por las sujeciones metálicas. El rubio apretó su agarre en la piel de su cuello, al punto de ver como el rostro blanco del chico se tornaba un color más pálido de lo normal, notando que sus labios pasaban adquirir de un morado a un azul. De la comisura se su boca escurría la saliva y algunos quejidos respiratorios. Las manos de Gideon dejaron de moverse soltando un sonido poco audible.

- - Espero que esto haya saldado nuestras cuentas, pequeño Gideon. – Soltando el cuello del albino observo las marcas violetas de sus manos y dedos, que habían quedado prensadas y a su paso habían rompiendo todo vaso sanguíneo de su piel. – Maldita sea, mate a mi informante. – Lanzo un gruñido de molestia y chasqueo los dedos para soltarlo de sus sujeciones, haciendo un ruido seco al caer su cuerpo inerte y sin vida en el suelo de su castillo. – Esto fue una verdadera pérdida de tiempo. Solo una marioneta más y un cuerpo vacío.

Fue en ese momento que abrió los ojos para su sorpresa al recordar sus antiguas marionetas humanas, entre tantos tratos que había hecho con los humanos del pueblo, busco a uno que era ideal para encontrar a la chica Pines.

- - Parece que por fin te utilizare nuevamente, Robbie Valentino. – Dijo Bill, mostrando una sonrisa. – Que oportuno eres que te encuentres en la cabaña del misterio. – El demonio trono sus dedos y puso en marcha su plan. – Vayamos a recuperar a nuestra querida prisionera.

[...]

La noche había caído en el pueblo a punto de finalizar el tercer día del Raromagedón, Mabel se encontraba repartiendo los suéteres que había utilizado en todo el verano a sus amigos; ya que la temperatura había descendido siendo la noche más fría y gélida. Todos estaban cenando una parte de las provisiones, Dipper reviso la alacena del sótano y la cocina para encontrar más comida para el día siguiente. Pero nada había, todo se había terminado. Sin comida y sin medicamentos o un botiquín de curaciones, estábamos indefensos y desprotegidos, no sobreviviríamos por menos de dos o tres días.

- - No podemos salir a buscar provisiones en el pueblo, los monstruos nos atacarían. – Pensó un momento que podían hacer.

Hasta que su amiga Wendy le recordó el viejo bunker que habían visitado, cuando buscaban al autor. De pronto Soos y Mabel recordaron el lugar, repleto de provisiones y material de curación. El problema era que Dipper temía ir y encontrarse con el cambia formas, la criatura que le tenía rencor a su hermano gemelo. Mabel le tomo la mano a su gemelo y le mostro una mirada determinada y unas palabras de apoyo.

- - No estás solo hermanito, yo iré contigo. – Apretando su mano para transmitirle confianza.

- - Gracias Mabel. – Regresándole el agarre de su mano. – De todos modos tarde o temprano tenía que volver.

- - No tenemos que bajar completamente. – Dijo Wendy. – Las provisiones se encuentran en la primera habitación.

- - Tienes razón. – Dijo Dipper. – Si estamos los cuatro en esto, nada nos pasara. Soos y Mabel pueden cuidar la entrada y alértanos si llegan a ver los secuaces de Bill, tú y yo podríamos rejuntar las cajas...

- - ¡Hey! – Llamo desde una esquina el chico gótico interrumpiendo su plática. – ¿Puedo ir con ustedes?... ya saben ayudarlos.

- - ¡¿Robbie?! – Dijo sorprendido el castaño ante la actitud del azabache. – Estás seguro que no nos retrasaras.

- - Oh claro que no hare eso, chico. – Mostrando una sonrisa tétrica y oscura. – Solo quiero echarles una mano. Y veo que necesitan ayuda ¿o me equivoco?

- - Me parece bien. – Wendy se acercó a su ex novio y le dio un empujón en la parte de atrás. – Aparte ya se están llevando bien ustedes dos.

- - Sí. – Dijo Robbie.

- - Chicos necesitaran esto. – Dijo Soos entregando unas armas; un bate de beisbol a Robbie, una ballesta a Wendy, una pistola magnética a Dipper y el garfio a Mabel.

- - De acuerdo ven con nosotros. – Dijo resignado Dipper.

Los chicos se acercaron a revisar el lugar que estuviera despejado antes de salir, Wendy y Dipper hicieron una seña a los demás para que fueran saliendo de forma sigilosa. Adentrándose al bosque caminaron por unos minutos teniendo el cuidado, de no encontrarse ningún monstruo o un ojociélago de Bill. Llegando a la base donde se encontraba el bunker, Robbie y Soos se quedaron cuidando del perímetro de que no llegara nadie atacar.

- - Estaremos de regreso pronto. – Adentrándose el castaño al bunker.

- - No tardaremos. – Dijo Wendy.

- - Chicos cuídense. – Mabel iba bajando hasta que noto algo extraño en la mirada de Robbie, viendo un reflejo brillante de amarillo en sus ojos.

- - ¡Mabel apúrate! – Llamo Dipper desde abajo.

La chica siguió bajando las escalares hasta llegar a la parte de la superficie de la habitación. Encontrándose en ese lugar, cajas repletas de comida y medicinas que les ayudarían a sobrevivir este apocalipsis.

Mientras tanto Soos y Robbie se encontraban quietos vigilando todo movimiento, hasta que el chico rompió el silencio que habían creado hace unos minutos. Se apoyó en el bate de beisbol y miro al técnico con una sonrisa carismática.

- - Oye Soos... veo que le tienes demasiada confianza a Pino. – Tallándose las uñas contra su pecho mientras las admiraba.

- - Jaja, Pino. Su nombre es Dipper y si somos los mejores amigos. – Dijo Soos. – Hemos tenido tantas aventuras este verano.

- - Lo sé. - Tomando el bate para recargárselo entre los hombros. – Tienen un lazo especial e inquebrantable. Casi como hermanos.

- - Verdad que sí, seria genial tener un hermano como él. A veces envidio a la pequeña Mabel. – Dijo el tipo robusto.

- - Y no has deseado algo Soos, no sé un sueño no cumplido o alguien que anhelas ver. – Tratando de sonar convincente. – Si es posible.

- - Cielos, pues... siempre he querido, conocer a mi padre. Y tal vez desear que Melody estuviera aquí junto conmigo. – Diciendo en un tono triste. – La extraño.

- - Tal vez yo pueda traerlos. – Haciendo aparecer un fuego azul en la palma desnuda de su mano. – Solo tenemos que estrechar nuestras manos. Y tendremos un trato.

- - Woow amigo, eso es una locura. – Alejándose del chico. - Sabes conocí un sujeto que hacia eso, pero lo sacamos de la mente del señor Pines, a través de una lucha épica. – Riendo nerviosamente hasta que reacciono cuando recordó el fuego azul, más a lo que veía. – Espera un momento... - Retrocediendo. – Tú eres el sujeto triangular que nos atacó. – Señalando con el dedo. - ¡DIPPER, MABEL, WENDY! – Grito el sujeto.

- - Tick, tock, el tiempo termino robusto. – Levantando el bate golpeo su cabeza dejándolo aturdido un momento y tambaleante. – Vaya tienes una cabeza muy dura. – Movió el bate regresando otro golpe a su costado dejándolo inconsciente y con una lesión en la parte parietal de lado izquierdo. – Solo tenías que estrechar mi mano. – Picando su cuerpo con el mismo bate. – Sí que pareces un roedor gordo.

Camino unos cuantos pasos al bunker y miro las escaleras que corrían en espiral, mientras se inclinaba, haciendo resonar su risa.

- - Es tiempo de cazar a una Estrella fugaz. – Dijo lamiéndose los labios. – Solo espérame querida.

Dipper se detuvo de guardar las latas en una caja cuando escucho la risa resonar por las paredes del bunker.

- - ¿Robbie? , ¿Soos? ¿Que estará pasando afuera? – Dijo. – Sí no se callan terminaran alertando a los murciélagos.

- - Sera mejor que nos demos prisa. – Dijo Wendy.

- - Oh podría darles una mano. – Sonó una voz entre las sombras. – Veo que esas cajas son pesadas.

- - ¡Robbie! No se suponía que estabas cuidando afuera. – Dijo molesto Dipper. – Que no ves que es peligroso dejar solo a Soos.

- - Relájate chico, está bien te tiene mucha confianza. – Tomando la caja que traía Mabel en sus manos. – Solo quiero ayudar a las chicas.

- - Gracias Robbie. – Dijo Mabel, tomando otra.

- - No hay problema pequeña, porque no subes. – Dijo acariciando su cabeza para verla subir las escaleras con unas cajas. – En un momento subiremos... ¿cierto? Pino y Hielo.

- - ¿Hielo? – Poniendo una cara de confusión la pelirroja.

- - Pino... no, no puede ser, ¡No! – Dipper levanto su arma apuntando al chico gótico. – Maldito te estuviste escondiendo todo este tiempo.

- - ¡Dipper, no! – Interponiéndose la pelirroja. – ¿Qué demonios crees que haces? Es Robbie nuestro amigo. ¡Baja en el arma!

- - Cierto Pino es tu amigo. – Mostrando su mirada amarilla. – No quieras dañar su cuerpo.

- - ¡Maldición Wendy es Bill! – Temblando con el arma en la mano.

- - Bill... - La pelirroja volteo a ver a su amigo con los ojos amarillos. – No puede ser.

- - Supongo que me descubrieron. – Le propino una patada en el abdomen a la pelirroja lanzándola con fuerza contra la pared del bunker, dejándola inconsciente.

- - ¡WENDY! – Dipper se arrodillo ayudar a su amiga, cuando se dio cuenta que el cuerpo posesionado de Robbie se retiraba de la habitación. - ¡NO! – Grito tratando de alcanzarlo pero él presiono el botón, cerrando la compuerta del bunker y con ello las escaleras. Dejando a Dipper y a Wendy dentro del bunker.

- - Nos vemos Pino. – Despidiéndose con la mano.

Cuando Robbie termino de subir vio que delante de él se encontraba la chica, apuntando con su pistola garfio hacia él. El chico solo le mostro una sonrisa de lado mientras se iba acercando a paso lento hacia ella.

- - Debo admitir que me impresionas y que me hayas descubierto. – Dijo extendiendo sus manos y soltando el bate de beisbol. - ¿Qué me delato? – Pregunto con inocencia. – El cuerpo de allá o cuando salías del bunker.

- - ¡No te muevas! – Demando con una voz temblorosa mientras seguía apuntando a Robbie. – Ni un solo pasó más o disparare. Lo juro.

- - Dispararas ese garfio contra tu amigo. – Burlándose de la chica y acercándose a ella. – Que valiente.

- - ¡Sé que eres Bill, sal de su cuerpo! – Retrocediendo a cada paso que daba.

- - Felicidades Pines, me sorprendes cada día. – Aplaudiendo en forma de burla. – Mereces una recompensa.

Mabel choco contra el tronco de un roble, cuando ya no tuvo tiempo para apartarse el cuerpo de Robbie estaba parado frente a ella impidiendo su escape.

- - Chico, si quieres tener una buena puntería... - Tomando su mano junto con el arma para guiarla y posicionarla sobre su frente. - Aquí debes de disparar. – Dándole una mirada llena de cinismo. – Vamos has el acto del día, se una heroína y dispara. Salva a tus amigos. – Mostrando una sonrisa que dejaba ver sus colmillos. – Si no lo haces, los perderás.

- - Yo... - Su cuerpo no paraba de temblar y su respiración se hizo más rápida y superficial, sus oídos zumbaban con la cercanía de ese ser despreciable, que en ese mismo momento posesionaba el cuerpo de su amigo. – Yo... no... puedo.

- - Vamos si puedes. – Dijo. – Solo tira del gatillo, un golpe y termina todo. Es solo una marioneta más, ellos son tres personas vivas y cuerdas. Las sacrificaras solo para salvar a uno.

- - Bill... basta, no hagas esto. – Bajando su mano.

- - ¿Qué estas dudando si es letal el golpe? – En un rápido movimiento le quito el arma de las manos apunto hacia ella apretando el gatillo. – Mala suerte.

La castaña lanzo un grito del susto cuando sintió rozar el garfio en su mejilla, pero sin llegar a golpearla, estrellándose en la madera del roble, dejando un hueco poco profundo en el tronco, haciendo volar unas astillas a su melena chocolatada. El chico se rió alto mientras se colocaba una mano en su frente.

- - Oh debiste ver tu rostro, esto es lo mejor. – Dijo el sujeto mostrando sus ojos que escurría sangre por sus lagrimales. – Debiste dispararme, enserio debiste hacerlo. – Levanto su mano posicionando los dedos listos para dar un chasquido.

- - No, no, no, no... - Temía mucho lo que fuera hacer con ella. – Detente.

- -No debiste salir de tu burbuja.

Con esto último chasqueo los dedos y la puso a dormir antes de que aparecieran los ojosciélagos y parte de la pandilla de Bill. El cuerpo de Robbie cayó sobre el suelo en estado de inconciencia. Las pesadillas se habían reunido alrededor de ellos.

- - Pobre humana. – Dijo Pyronica acariciando el rostro de Mabel. – No sabe el infierno que le esperara cuando lleguemos al castillo. Hasta siento pena por ti. – Soltando una risa llena de locura.

- - Hay que llevarla con el jefe. – Dijo Kriptos tomándola entre los brazos.

- - ¿Qué hacemos con el guapo? – Se acercó la súcubo a tomar de la mejilla al chico inconsciente.

- - Bill solo nos ordenó la chica. – Dijo Pacifer. – Nada de más.

- - Peticiones egoístas, para un rey egoísta. – Dijo Pyronica alejándose del cuerpo del chico. – Nos vamos.

[...]

PV Bill

Sentado en mí trono de "agonía humana congelada" veía como mis leales súbditos disfrutaban de tomar uno que otro humano y hacerlos torturar, ya sea física o mentalmente. En mi mano sostenía un Martini cristalino con un ojo decorativo haciendo el papel de una aceituna. Cerré mi ojo ámbar y deje recostar un rato mi cuerpo humano, cruzando mi pierna derecha encima de la otra. Solté un sonoro suspiro de fastidio y aburrición, cuando escuche en una cierta distancia resonando en el piso del castillo los tacones de aquella súcubo rosada de nombre Pyronica, seguida por las pisadas débiles de forma amorfa, las pisadas fuertes de Pacifier y la risa molesta de Kriptos. Interrumpieron mi momento de relajación cuando dirigí mi mirada a la chica que se retorcía en los brazos de Kriptos. Era tan divertida la escena de verla luchar para zafarse de su agarre, lanzando golpes al aire hasta dar con uno que aterrizo en su rostro.

- - Insolente humana. – Tirando a la castaña al suelo y dándole una bofetada en el rostro, haciendo que la chica se cortara con su aparato de ortodoncia, dentro de su mejilla. - Si no estuvieras bajo la protección de nuestro señor, yo mismo te hubiera arrancado la piel de tu cuerpo y...

- - Suficiente Kriptos. – Hablo Bill llamando la atención de sus camaradas. - ¿Quién dijo que podías tocarla en primer lugar?

- - L-Lo siento... mi señor, pero la humana.

- - Kriptos. – Hablo con una voz dura.

- - Perdóneme mi señor. – Alejándose de la chica.

Me acerque a la pequeña Pines a paso lento, viendo el terror en su rostro. Me reí al ver cómo me temía, llegue ante ella golpeando con la punta de mis zapatos el suelo.

- - Sí tan solo te hubieras quedado en tu burbuja. – Dije, manteniendo mi mirada en ella.

- - Bill... - Lanzando una mirada en sus orbes color avellana que reflejan odio hacia mí.

Mabel vio detrás de mí, el cuerpo sin vida de Gideon Gleeful. Se acercó lo suficiente para verlo y empezar a soltar sollozos, tocando su cuerpo frio y los cortes.

- - Sabía que no debíamos dejarte. – Abrazando su cuerpo. - Perdón... perdón... perdón. - Acariciando su cuello. - Gideon... lo siento mucho.

Bill lanzo un chasquido de desaprobación y en un instante se acercó a patear el cuerpo del chico alejándolo de su toque.

- - Él ya no está más. – Mostrando una expresión neutra en su rostro. - Solo es un traidor.

- - Eres un maldito.

Me incline para quedar a su altura llevando mi mano enguantada a tocar su rostro, acariciando su mejilla lesionada para después levantarla. – Me has desobedecido Estrella fugaz. – Dando unas palmaditas a su rostro. – Y mereces una reprimenda. – Mostrando una sonrisa para tomarla del cabello y jalarla. – Te dije que te quedaras ahí. - La levante del suelo escuchando sus gritos y quejas. – Mira lo que he tenido que hacer para buscarte. - Señalando a los reos de la prisión congelados y el cuerpo de Gideon sin vida.

- - ¡AAh!... ¡Para! – Empujando su agarre.

- - Ahora que lo pienso, ya no tendré que consentirte de más. – Alzándola a mi altura la mostré ante mis súbditos. – Bueno parece que la nueva integrante necesita aprender la lección.- La acerco a su rostro para quedar a centímetros de su rostro. – Y hare que te arrepientas de haber interferido en mis planes. Tú y el resto de tu familia.

Su expresión asustada y su mirada llena de pánico hacían que me llenaran de gozo, la arrastre hasta por los pasillos del castillo jalando de su melena chocolatada y larga, sin impórtame sus suplicas y ruegos de que la soltara. La lleve por todo el camino tirando de ella hasta llegar a una habitación oscura, lance su cuerpo con brusquedad contra el suelo escuchando su gemido de dolor. Su castigo estaba por comenzar y yo lo disfrutaría.

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Continuara

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