Cielo y Castigo 1

#institutriz #familiaadinerada #enfermedades

Personajes:

Lucy Coleman

Emmett Broussard

Vivianne Y Horacio Broussard

Trama:

Lucy coleman en una alocada y simpática  neoyorquina de 23 años que hace ya unos 4 años que  vive en Paris, Francia.

Últimamente le ha estado yendo mal en sus empleos y le debe dinero a muchas personas.

La renta de su pequeño apartamento aumentó bastante, hace unas semanas le pidió unos 2 mil dólares a su hermana para pagarlo, pero lo gastó en ropa y otras chucherías. También le debe al encargado del bar dodne trabajó 1 semana ya que sin querer rompió 5 copas y dos botellas de Whisky añejos valorados cada uno en 25mil dólares, digamos que ni un préstamo en todos los bancos de la ciudad la salvarían.

Está en serios problemas pero la solución llega servido en bandeja de plata.

Un anuncio en redes.

La familia Broussard, la más codiciada y asquerosamente rica de la ciudad, solicita una institutriz altamente calificada para su hijo.

La paga será más que buena y es pan comido ¿qué tan difícil puede ser enseñarle números y letras a un niño?

Busco sus diplomas de la preparatoria y el de un curso sobre lenguaje. Se alistó para la entrevista con los Broussard y debía apurarse ya que hasta la mansión eran dos horas en bus.

Uso su mejor ropa, peinó su larga cabellera castaña y se maquillo simple, nada exagerado.

Pero casi se va al carajo su plan, cuando el bus tardó 20 minutos en llegar, está más que retrasada.

Para distraerse un rato, mira videos en YouTube de como hacer unas divisiones por dos cifras ya que nunca las entendió muy bien y digamos que cotidianamente la calculadora hacia todo el trabajo, también recordó los nombres de los planetas y galaxias, y las capitales de Europa. Luego de eso decidió descansar un rato hasta que su cabeza golpeó el vidrio de la ventana despertandola ya para bajar.

Mientras se encaminaba a la puerta principal de la mansión, repasó su francés, no acostumbra a usarlo mucho pero hoy era la excepción.

Salut bon après-midi . Je m'appelle Lucy, je suis ici pour l'interview de la gouvernante.

En cuanto habló hacia el guardia de la puerta, este la observó extraño. Había pronunciado mal la última parte pero aun así se le entendió.

—Las entrevistas ya finalizaron.

Casi le da un soponcio —¡¿Qué!?, no puede ser!.

—Llega tarde, ya váyase— habló firme

—Oh vamos, no fue mi culpa, el bus se tardó 20 minutos.

—Los señores Broussard, ya escogieron a la nueva institutriz.

Mierda ¿ahora que hago?

—Y esta nueva institutriz ¿está realmente calificada para enseñar a un niño?

El guardia la observó incrédulo, como diciendo no es tu asunto loca.

—solo déjame hablar con el señor de la mansión, por favor!— le rogó

—¡Puedo ser ayudante de lo que sea!, incluso puedo reemplazarte, no sabes como deshacerte de la gente como yo. Necesito el empleo, ¡señor ten piedad!—
comenzó a hacer un escándalo, aunque de verdad necesitaba algún empleo estable.

—¿Qué sucede aquí?— un señor algo mayor, bien vestido se acercó hasta la puerta.

—No es nada señor, la señorita ya se va.

—No espera, ¿tu eres el señor Broussard?

Asintió

—Soy lucy y me gustaría ser la institutriz de su hijo, traje mis diplomas además tengo el mejor promedio en lenguaje de mi promoción y

Me interrumpió amablemente —Déjala pasar.

—Gracias— se  contuvo en abrazarlo.

Le enseñó su  dedo corazón al guardia e ingresó a la gran casa.

¡Santa madre!, el salón principal era realmente lujoso, hermosos candelabros colgaban del techo y pinturas renacentistas adornaban las paredes, hasta se podía ver el  reflejo en el suelo.

Lo seguió hasta lo que parecía una oficina, supuso que la señora Broussard estaba allí.

—Cariño, hay una jovencita interesada en el puesto.

Me presenté  —Hola, buenas tardes

—Buenas tardes ¿tu quién eres?

—Soy Lucy Coleman y vengo de Marsella. Vi el anuncio en línea y realmente me interesa el puesto, me gustaría ser la institutriz de su hijo, adoro a los niños, tengo disponibilidad full time, soy muy buena con cualquier asignatura, traje mis diplomas y necesito el empleo— habló  esperanzada, aunque fue la peor presentación, dios mío.

—Entiendo, agradezco tu entusiasmo señorita Coleman pero me temo qué— el discurso de la señora fue interrumpido por unos gritos provenientes de la sala.

Yo de chismosa fui a ver el escándalo, obviamente después de los señores.

Una señora algo mayor, bajaba a toda prisa las inmensas escaleras.

—¡Renuncio, ese mocoso es un  irrespetuoso!— Gritaba escandalosa

Vaya, quedó el puesto vacante y digamos que los niños revoltosos son mi especialidad, tengo dos sobrinos y sé como calmarlos.

Pero en un momento olvidó hasta de como se respiraba, las escaleras no bajo un niño pequeño revoltoso, más bien un muchacho como de mi edad, estaba sin camisa y reía fuerte.

Dios mío, vaya que es guapo.

El señor Broussard intentaba no reir, la señora trataba de calmar a la mujer y yo no podía dejar de observarlo, hasta que me miró, se colocó la camisa que tenia en la mano y bajo rápidamente.

Ay no, que no venga hacia acá. Me quedé tiesa.

—Hola—  me  habló ignorando a sus padres.

—Hola— a penas le respondí ¿seria muy irrespetuoso querer besarle ahora? Lo observé de pies a cabeza disimuladamente, ¿como es que no lo había visto en una revista o una película? Es demasiado hermoso, más alto que yo, atleta seguramente.

Un portazo nos sacó del trance, creo que hasta el candelabro tembló.

—Felicidades Emmett, te quedaste sin institutriz y colmaste mi paciencia— su madre lo miró seriamente

—Prometo comportarme, si la contratan a ella— con esa sonrisa, hasta dios le debe perdonar sus pecados

¿Quién yo?

—Bien, estas contratada lucy coleman— su padre habló y yo quedé helada.

La señora lo miró furiosa y abandonaron la sala.

—Creo que ambos ganamos— me habló nuevamente haciendo una seña para que tomara asiento en el gran sofá

—¿Cómo?— hablé confundida

—¿Esperabas un niño pequeño no?

—Así es.

—Pues ya ves que estoy bastante grandecito.

—No sabia que los Broussard tenían un hijo mayor.

—¡Sorpresa!

—¿Y la institutriz es para ti?

Asintió 

—Que extraño, ¿qué no vas a la escuela?

Los ricos son tan raros.

— Ya debería estar en la universidad pero por mi "condición" mis padres no me dejan salir.

— ¿Estas enfermo? ¿Es contagioso?— para mí no se veía nada enfermo, yo lo veo muy sano.

— Si y no, tranquila no tengo nada raro.

—¿Y qué es?— había despertado mi curiosidad

—Primero Háblame de ti, Lucy Coleman, te ves un poco joven para ser institutriz altamente calificada con 25 años de experiencia y un doctorado en ciencias. 

Carajo,  las condiciones para el puesto y yo con mis diplomas de preparatoria.

—En mi defensa, no leí esa parte del e-mail, pero pensé que era un poco exagerado para enseñarle números a un niño pequeño.

—Tenemos un trato entonces, yo te ayudo a cubrir tu farsa y tu me haces un favor.

—¿Qué clase de favor?— entrecerre los ojos, no lo voy a malpensar.

Se acercó a mi oído y habló bajo —Quiero que me enseñes el mundo— con cada palabra su aliento chocaba con mi lóbulo y literalmente me daba escalofríos.

—¿A qué te refieres?

—Quiero salir de aquí, ir a la calle y ver la ciudad.

—¿Y por qué no sales?

—No lo tengo permitido, por mi condición

—¿Te hace mal el sol o la luna?— negó divertido lentamente

—Mis padres creen que lo que hay afuera me lastimará.

—¿Qué cosa?

—Todo, las personas, el clima y hasta  los animales.

—¿Y cómo es que estoy aquí?

—No lo sé.

—¿Tienes alergias horribles?

—No, digamos que soy frágil, cualquier pequeña herida o golpe podrían convertirse en algo mortal para mí, en resumen soy un saco de dolencias.

— Dios mío, es decir que si te golpeó en la nariz sangrarias tanto que moririas?

Asintió apenado

— Vaya,  debe ser horrible, no lo puedo ni imaginar.

—¿Y me sacaras de aquí?

—¿¡Que?!— Me levante escandalizada del sofá —¿Enserió quieres salir después de lo que me dijiste?, oye emmett estás demente.

—No me pasara nada, no es como si justo fuera a tropezar con una piedra y cayera de cara al suelo.

Lo pensé un momento —Podría ser peor como un auto fuera de control, un animal rabioso o un loco con una motosierra.

—No lo será, porque ahora que lo sabes me cuidarás y me necesitas vivo o no te pagarán.

Buen punto

Dios, el guapo esta loco.

—Lo pensaré.

—Bien

—Disculpen jóvenes, la señora vivianne necesita de sus  presencias en la sala— el encargado de la casa nos habló amablemente

Los seguí y estaban los padres en la oficina lujosa, con semblante serio.

—Siéntense por favor.

—Supongo Que Emmett ya te comentó de su delicada condición— habló observándome

Asentí

— Tiene terminantemente prohibido salir de la casa, si lo llega a hacer estará en peligro y te culparé a tí lucy coleman, si llega a sucederle algo malo y no tendré piedad contigo.

Asentí nuevamente, ¿espera me está amenazando?

—Ya mamá no seas tan dura, entendió todo— Emmett habló

—Te haré una evaluación cada semana para saber si realmente te está ayudando en las asignaturas y de eso dependerá tu paga.

Carajo ¿debo estudiar yo también?

—Empiezas mañana 9 am, se puntual.

— Lo seré

No lo dude suegra, ¿demasiado pronto?

— ¿Y si mejor se queda aquí? Tenemos muchos cuartos disponibles— Emmett habló  con entusiasmo

—No, Gracias pero no quiero ser molestia, además no traje mis cosas y me espera un largo viaje a casa.

—Mañana veré que hago con ese asunto, eso es todo por hoy. Nos vemos mañana señorita Coleman.

Nos despedimos y Emmett me acompañó a la puerta

—Entonces, te veré mañana Lucy.

—Así será emmett

—Descansa—  dijimos al mismo tiempo.

Que día, ahora me esperan dos malditas horas de viaje.



Holaaa en un rato subo la otra parte, me encantó esta idea y es la más larga 😂

Recuerden si la van a utilizar, avisen en los comentarios♡

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