Lo recuerdo, puedo recordarlo.

Ah, desearía no hacerlo, desearía poder olvidar aquellos días y vivir con tranquilidad.

Pero, no puedo, incluso ahora, más de diez años después, todavía recuerdo vívidamente el miedo, el terror y la impotencia que sentí.

Sí, viendo como aquel demonio enloquecido devoraba las entrañas de mis padres frente a mí

—¡DELICIOSO! ¡TAN DELICIOSO!

...

Ni siquiera puedo recordar el rostro de mis padres, pero el rostro de ese bastardo es algo que jamás podría olvidar.

—Ah, señorita, ya hemos llegado —dice el conductor.

Asiento y me bajo del carruaje en silencio, mirando de reojo la academia de magia.

"Es mucho más impresionante de lo que creí"

Después de todo, esta es la primera vez que la veo, aunque escuché tantas historias de este lugar, verlo en persona es algo completamente diferente.

—...

"Bien, ¿Vamos?"