i. entre contratos y caras de orto
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ICONIC,
enzo vogrincic
oficina de
martín barrenechea,
montevideo, uruguay
diciembre, 2019
— Bueno, Martina. Estamos muy felices de que te nos unas al elenco de esta película. Pero, dejame preguntarte. ¿Por qué decidiste a último momento aceptar la oferta? — Martín Barrenechea juntó sus manos en el escritorio frente a mí, intentando intimidarme con su mirada.
Crucé mis piernas en la silla, y lo miré.
Enarqué una ceja. — Pensé que mi representante ya te lo había dicho, Martín. Tuve unos inconvenientes familiares y casi me tuve que ir a vivir a Europa, con mi padre. Pero ya lo solucioné y espero no haberte causado ningún problema al haber aceptado tan tarde. — sonreí, intentando lucir apenada. Me hago la linda, por supuesto. Mi representante es mi amiga, y sí, me enteré que apenas descarté la oferta, metieron a otra actriz para reemplazarme.
¿Me dolió? Sí. Digo ¿tan reemplazable me vieron? Fue un balazo a mi ego, pero ya estamos acá. Y realmente necesito el laburo, para poder enmanciparme y no tener que vivir con mi viejo.
El contrato se posó frente a mí, observé como Martin tragaba con fuerza, cambiando totalmente su expresión de intimidante, como si estuviera nervioso, no, estaba nervioso. Su mirada se dirigía atrás de donde estaba yo. Me contuve antes de voltear, y parecer una chismosa. No daba.
— ¿Cómo es el título de la película, Martín? — pregunté, ojeando la primera página. El título aparecía ahí, pero me hice la boluda. Bah, para distraerlo.
— Nueve. — dijo, con simpleza.
— ¿Y eso es porque...? ¿El chico usa la nueve? ¿El futbolista?
— Es un... número de la familia. Como de la suerte. No se menciona explícitamente, pero en una escena hay un montón de casacas rojas, que es también el color de la familia del personaje, junto al número nueve.
— Interesante, ¿mi personaje? ¿Es familiar del futbolista, no? — cambié de tema, no quería hablar del protagonista. No me importaba.
Martín sonrió, por primera vez en lo que iba de la reunión. Este tipo sabía algo que yo no.— No, no es familiar. Mañana te va a llegar a tu correo la ficha personal de tu personaje. Te vas a llamar Belén.
Solté una carcajada fingida. — Qué hermoso nombre. ¿Quién lo eligió?
Otra vez volvió la mirada de nerviosismo. — Eh, una del staff. Digo- yo, junto a Nicolás Branca, que somos los guionistas y directores-
La puerta de la oficina se abrió bruscamente, y entró un tipo alto, con el cabello negro recién cortado, y... este sí que tenía una mirada penetrante. Me dí vuelta, confundida. Se veía enojado, nah, que enojado, furioso. Apretaba con fuerza las hojas que se iban arrugando en su mano.
— Martín, ¿qué carajo? — Mamita, qué voz.
— Enzo, estoy ocupado ahora. ¿Podés venir a verme más tarde? Voy a contestar todas las dudas que tengas.
El tal Enzo soltó una risa irónica, y lo apuntó con el dedo. — De qué dudas me estas hablando, hijo de mil puta. La sacaste, la sacaste como si fuera no sé- que se yo- un pedazo de basura reemplazable. ¡No te hizo nada! Ya habíamos grabado la primera escena, y estoy seguro de que lo hizo-
— Martín, eh, yo mejor me voy. Leo el contrato en mi casa. Y más tarde vengo a firmar. ¿Te parece? — lo interrumpí, parándome del asiento. Podía escuchar claramente como se le dilataban las fosas nasales al tipo, parecía un toro furioso. Y con la altura y el aspecto, lo personificaba perfectamente.
Martín asintió, diciéndome con los ojos que me vaya ya. — ¿Esta es? ¿Por esta descartaste a Sofía? ¿Qué esta es hija de algún actor reconocido? ¡Estás comentiendo un-!
— ¿Perdón? ¿Vos quién chota sos? ¿Quién te crees que sos para dirigirte a mí como si nisiquiera estuviera en la habitación? ¿Y para decirme "esta"? Pelotudito.
— Mirá, no me interesas. No estoy hablando con vos en estos momentos. Retirate. — demandó, sin ni siquiera mirarme. Ah, bue. Si hay algo que odio, es que me hablen; despectivamente, y encima, no tengan ni la decencia de mirarme a la cara.
— Vogrincic, el tono. Marti, te veo mañana. ¿Si? Lee el contrato tranquila, tomá. — me lo entregó, sonreí, ignorando al neandertal al lado mio. Que seguía escupiendo fuego con la mirada.
— Chau, Martín. Nos vemos mañana. — alargué, intentando joder al tipo. Soy excelente haciéndole la contra a cualquier persona, aunque ni lo conozco, y ni quiero hacerlo, que se cague.
Me dispuse a caminar hacia la puerta, sosteniendo el contrato en mis manos. Escuché como Barrenechea le pedía a Enzo que baje dos cambios y se siente. El sonido de la silla tambaleándose cuando el supuesto Enzo tomó asiento. Fua, re sacado.
Cerré la puerta. Pensando en si quedarme como chusma a escuchar como lo cagaban a pedo al tipo. Uy, mamita, encima hay un banquito al lado de la puerta. Es una señal divina.
• • •
Al final, no me quedé a chusmear.
La recepcionista de Martín me miró con cara de orto cuando me hice la loca y tomé asiento en el banquito que mencioné. Los gritos de Enzo se hacían escuchar con fuerza. "No tenés ningún derecho a echarla como si fuera un perro" "Ella dió lo mejor de sí misma".
Bue, hijoo. Paraaa. Quién era la chica, la re adulaba. Era re simp. Listo, ¿no quedó? Que se cague.
Estoy sentada en el cordón cuneta de la vereda, fumando un pucho, esperando mi transporte. Bella me dijo que salía del shopping y venía para acá. Pasó como media hora, y nada.
— No, Sofi. No me pidas que me quede en el molde. No me digas que estas cosas pasan, porque es re injusto. Te rompiste el orto haciendo todos los castings para entrar a esta película, ¡como para que te saquen así de la nada! — mientras más intentaba agudizar el oído, más escuchaba.
Siento una presencia atrás, y como soy re loca. Me dí vuelta.
Uh, para qué.
Era el torito.
— Nos vemos, Sofi. Ya voy a casa. — dijo, guardando su celular en el bolsillo — Es nocivo eso, ¿Sabías? — me miró con cara de orto, cambiando completamente el tono amable con el que le hablaba a la chica del teléfono, a un tono forro. Se paró al lado, esperando creería que también su transporte.
— Que te importa a vos, gil. — hice lo mismo que él, ni siquiera lo miré.
Quedamos en silencio, estaba tentándome a mirarlo de reojo, pero no lo hice, porque soy una orgullosa.
Cuando ví que silbaba para que un taxi se detuviera. Abrí la bocota que tengo, para fastidiarlo. — Chau, torito. Saludame a Sofi.
Me reí sola, pensando que era la tipa más graciosa de todo el mundo. Al parecer a Enzo no le gustó ese chistecito, porque apretó la mandíbula tan fuerte que pensé que se le iba a salir. Se subió al auto, y así como se subió, bajó, puteando por lo bajo.
— ¿Y vos quién sos? No es un remís esto, bajate. — escuché que decían desde adentro del auto.
Fruncí el ceño. Enzo se acercó.
Ay, no me va a pegar. Ya me veía con el puño cerrado, desviándole el tabique un poco más de lo que ya tenía desviado.
La ventana de adelante del auto negro se bajó. — Subite, Martina. Apurá, que tengo turno para un lifting de pestañas. Dos por uno. ¡Dale! — gritó esa voz.
Qué pendeja, ni siquiera retrocedió el vehículo para que suba. Ni la reconocí, mucho menos al auto que está alquilando durante nuestra estadía en Uruguay. — Olé, torito. Olé. — lo jodí, subiéndome y mirando por la ventana.
Podía ver prácticamente cómo mantenía la cara de orto a medida que el auto se alejaba. Sacudí la cabeza, mirando a mi amiga. — ¿Y ese? — preguntó Bella, sintonizando la radio. La golpeó tres veces, y "Trátame suavemente" de Cerati, comenzó a sonar.
— No sé, un loquito que entró a los gritos cuando estaba por firmar el contrato. Casi prende fuego la oficina.
Bella bajó el vidrio, tocando bocina. — ¿Pero por qué no te fijas? ¡Poné guiño, pelotudo! — tuve que forzarla a que metiera la cabeza adentro del auto, donde debía estar. — ¿Cómo que casi prende fuego la oficina? — habló, tranquila.
Me reí. — Sí, estaba enojado porque parece que es verdad lo que decían, que le quité el papel a una actriz de acá. Sofía se llama, por lo que escuché. — miré mis uñas. — Debe ser buena, como para que tremendo tipo le haga un re quilombo al director porque la echaron.
— Si era tan buena, no la hubieran echado. No te preocupes, que lo tuyo es esto, lo vas a hacer mejor que nadie.
Me encongí de hombros, apoyándome en el asiento. — ¿Hay noticias de la desaparecida?
Bella sonrió — Sí, boluda. Hace rato me llamó, va, nos llamó pero como vos estabas en la reunion con el director este pedorro no contestaste. Se enteró de un casting.
Miré a mi amiga. — ¿En dónde? Astrid es capaz de irse hasta Noruega para poder grabar una película.
— ¿Qué comés que adivinas? El casting es allá, con los colonizadores.
— ¿España? — ella negó — Inglaterra. — asintió, y abrí la boca, sorprendida. Qué mujer tan afortunada, a una acá le llegan las ofertas y tiene que laburar con un toro.
Seguimos charlando de cosas triviales, y mientras viajábamos al departamento que habíamos alquilado. Leí el contrato; En cinco días hacían una sesión de fotos para tenernos retratados y así los de vestuario podían armar los looks que usaríamos en las escenas. Tenía dos semanas para aprenderme el guión, otras dos para practicar las escenas. Lo cuál no sería un problema, ya que me aprendo todo al toque.
Estaba por firmar ahí nomás mientras el auto estaba en movimiento, hasta que leí "Coach de intimidad". — Pero la puta madre que me re contra mil parió. — chillé.
Bella frenó de golpe, haciendo que las dos nos golpeemos la cabeza contra el respaldar del asiento. — ¿Qué pasó, hija? Estás loca.
"Cuatro escenas explícitas al 70%. Una toma desnuda completamente. Se le asignará a los actores dos coaches de intimidad, se practicarán las escenas. No se hará ninguna toma completamente explícita."
Tragué saliva, cerrando el contrato. Seguramente mañana iba a rogarle a Martín que saque esas escenas innecesarias, y que porfavor, metiera más trama a la película. — Boluda, voy a tener que hacer escenas de intimidad con el pelotudo este que me re bardeó hoy. — dije, mordiéndome las uñas. Seguramente por eso estaba tan enojado, él estaba por hacer esas escenas con la novia, y que de la nada tenga que hacerlas con una completa desconocida, o sea, yo.
— Uh, y bueno. Aprovechá. Lo ví tres segundos, y lo admito, se parte solo el chico. ¿Cómo dijiste que se llamaba?
— Enzo. Enzo Vogrincic.
█▓▒░ nota ░▒▓█
■ Buenaaaaaasssss q onda??, acá les traigo el capitulo uno, medio cortito pero era para entrar en contexto del primer acto.
(enzo y martina a los dos segundos de conocerse) :
■ Espero que les guste, muchisimas gracias a todos por el apoyo que está recibiendo la novela. 3K están locas, gracias, en serio. Estoy re contenta, gracias, gracias, más, por favooooooor.
■ Les tiro esa, me llegó un mensajito de que al parecer me están plagiando la novela lit :(((, la posta jamás me había pasado esto y no sé q carajo hacer, q recomiendan?
■ Voten y comenten no se hagan las locas jajakdjsja, les quieroo. ♡♡♡♡
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