Capítulo 7
Tercera actualización del día ❤
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Hoseok permaneció sentado a la par de Namjoon toda la noche, tanto así que los familiares lo dejaron quedarse en lugar de alguno de ellos. Pero Hoseok no dejaba de ver su celular mientras dormía, cómo todo en este mundo, internet debería tener la respuesta. Aunque fuera un simple rumor, Hoseok lo tomaría y correría a corroborarlo, porque simplemente no iba a dejar morir a su amigo.
─ ¿Qué haces? ─ Preguntó Namjoon.
─ Si te lo digo creerás que estoy loco. ─ Comentó Hoseok, eso hizo a Namjoon desperezarse pues eran las dos de la noche.
─ Sabes que jamás pensaría eso de tí. ─ Le dijo el pelimorado.
Hoseok suspiró.
─ ¿Conoces la leyenda de la tierra de dioses? ─ Preguntó Hoseok y Namjoon tuvo que rememorar sus tiempos de escuela donde alguna maestra les habría mencionado aquella típica leyenda.
─ La de los demidioses. ─ Le dijo asintiendo.
El pelinaranja volvió a suspirar profundamente.
─ Yo creo que es más que una leyenda. ─ Confesó Hoseok y esperó a que Namjoon riera, pero el pelimorado no rió, simplemente lo observó, esperando a que él le contara que hacía. ─ Creo que es real, por lo que el dios culpable de ICE Heart tiene que estar en algún lugar de este mundo. Quiero encontrarlo y pedirle que te cure.
Las mejillas de Namjoon se sonrojaron un poco. Su amigo realmente era algo. Sus ojos se llenaron de algunas lágrimas.
─ ¿Entonces estás buscando adónde está el dios responsable de ICE Heart para pedirle que me cure? ─ Repitió.
─ No vayas a reir... te... ─ Hoseok observó las lágrimas del pelimorado caer.
─ No llores. ─ Le pidió.
─ Es que eres demasiado, Hoseok. ─ Le dijo Namjoon. ─ ¿Tanto me quieres? Sólo tenemos poco tiempo de conocernos y... cielos, yo también te quiero. ─ Comentó el pelimorado.
Hoseok sonrió y lo miró de cerca.
─ Vas a vivir, yo voy a encontrarlo. ─ Namjoon negó con la cabeza.
─ No hagas algo demasiado loco. ─ Le pidió, no estamos seguros de que la leyenda sea cierta.
─ Yo si. ─ Le dijo Hoseok con demasiada convicción. ─ Yo sé que es cierta, Namjoon, creeme. Voy a conseguir la cura.
Ambos pasaron las siguientes horas buscando en internet y guardando posibles lugares donde se mencionara la existencia de un ser extraño o que cosas raras habían pasado. Hoseok buscó todo lo que tuviera que ver, o cosas extrañas que hubieran sucedido hace veinte a treinta años.
Algunas cosas eran en otros países. Para ser honestos, la mayoría lo era. Pero cuando Hoseok se levantó le dijo a Namjoon que lo esperara, que él iría a todos esos lugares aunque tuviera que gastar todo el dinero de la universidad y hacer trabajos extraños en el camino para poder sobrevivir.
El moreno negó con la cabeza pero solamente le dijo que se cuidara, porque sabía que Hoseok iría, lo conocía lo suficiente en tan poco tiempo.
Así fue como Hoseok fue a retirar su periodo universitario y marcó para visitar primero los lugares más sospechosos. Armó un viaje y no perdió tiempo, decidió comenzar en el momento. Sabía que ICE Heart era una enfermedad de tiempo, pero eso no quería decir que el tiempo no se acabaría.
Comenzó su viaje llegando a ciertos lugares, algunos más difíciles de llegar que otros, y preguntando a los lugareños. Solamente pedía no encontrarse con algo demasiado sobrenatural como un fantasma, porque moriría de un paro cardiaco. Le tomó tiempo viajar y solamente hablaba con Namjoon de vez en cuando para poder confirmar que siguiera bien.
Después de un mes comenzó a desesperarse cuando las opciones comenzaban a escasear, comenzó a preguntar más e incluso a preguntar por nuevas opciones. Ciertamente era complicado pero él sabía que no era una causa perdida. Por eso se encontraba en ese extraño pueblo entre las montañas nevadas, Hoseok ni siquiera podía recordar el nombre del lugar.
Pero la leyenda decía que en esas montañas no nevaba y hace mas o menos veintiseis años hubo una fuerte ventisca y desde entonces no ha dejado de caer nieve. Ahora el lugar estaba acondicionado para el invierno, pero muchos habían muerto esa noche de ventisca.
Él se encontraba tomando algo caliente en un pequeño restaurante del lugar y se felicitaba por saber hablar inglés.
Se levantó al terminar la taza y preguntó a la dueña del local por un lugar para dormir.
─ El único lugar que alquila habitaciones está un poco lejos de aquí. Deberás caminar hasta llegar a esa cima. ─ Le dijo señalando a través de la ventana. ─ Luego bajar y verás de lejos, parece una casa grande, tal vez lo sea, pero el dueño parece alojar bastantes personas allí.
─ Gracias. ─ Comentó Hoseok.
─ No me agradezcas. ─ Le dijo la mujer, bastante seria. ─ Dicen que en esa casa pasan cosas raras, pero no me hagas caso, en general aquí pasan muchas cosas raras desde la gran ventisca.
Hoseok tragó saliva y asintió.
Al salir el frío golpeó su cuerpo, Hoseok lo odiaba, el frío se metía hasta por el más pequeño agujero de la ropa e iba haciéndose su camino hasta enfriar el cuerpo. No importaba cuánto se abrigara, siempre había un lugar por donde el frío se metería hasta sus huesos.
Comenzó a caminar hasta la cima con algo de pereza, pues el viaje había sido cansado hasta ese pequeño lugar, pero no había vuelta atrás. Namjoon había comenzado a usar una incubadora y esas no eran buenas noticias.
Hoseok no podía permitir que su viaje fuera en vano, porque entonces solo habría desperdiciado el último tiempo que pudo pasar con su mejor amigo.
Cuando Hoseok llegó a la cima, divisó a lo lejos el lugar que la mujer le había mencionado. Por suerte la bajada fue más sencilla y pronto se encontró en la entrada de esa extraña casa con fachada de cabaña.
La madera resonaba con el viento y se escuchaba demasiado silenciosa para lo grande que era. Hoseok tragó saliva y tocó la puerta. Esperó un rato y volvió a tocar, entonces finalmente la puerta se abrió y tras ésta apareció un hombre rubio y delgado.
Hoseok lo miró algo confundida, porque en su loca imaginación pensaba que la puerta sería abierta por una viejita lúgubre, pero el hombre que había abierto la puerta se miraba tal vez algunos cinco o seis años mayor que él. Incluso podría ser que tuvieran la misma edad.
─ ¿Ocupas ayuda muchacho? ─ Preguntó el rubio y Hoseok lo miró sospechoso por la forma tan extraña en la que hablaba, como si Hoseok fuera un niño, o él mismo fuera muchísimos más años mayor de lo que aparentaba.
─ La señora del restaurante me dijo que aquí alojaban personas. ─ Dijo el pelinaranja.
─ ¿Alojar? Oh, si, si alojamos personas, pero el último huésped que tuvimos fue al menos hace unos diez años. ─ Comentó el rubio, abriendo más la puerta para dejar pasar a Hoseok.
─ ¿Cuánto cobra la noche? ─ Preguntó.
─ ¿Cobrar? ¿Dinero? ─ Preguntó el rubio. ─ No cobramos. Eres un invitado.
Hoseok dejó de caminar. Nada de eso sonaba tan bien. Pero entonces otra persona caminó por lo que parecía ser una sala.
─ ¿Un nuevo preguntó? ─ Y Hoseok lo miró con curiosidad.
─ Así parece. ─ Le dijo el rubio.
─ Dioses. ─ Dijo esto como en una expresión algo extraña.
─ No te preocupes, yo le mostraré el lugar. ─ Le dijo el rubio.
─ Está bien, Jimin. ─ Dijo la persona. Se acercó a Hoseok y lo observó de pies a cabeza. ─ Me llamo Soobin. ─ Le dijo. ─ Imagino que tendremos tiempo para conocernos.
─ ¿Tiempo? ─ Preguntó Hoseok mientras observaba la mano extendida del contrario, se apresuró a tomarla para no ser descortés. ─ No creo tener mucho tiempo, tengo que regresar y...
─ Tranquilo. ─ Le dijo Soobin riendo. ─ Todos pensamos lo mismo cuando llegamos aquí, pero la verdad es que... no hay forma de volver, aunque creas que fue un error o fue injusto. ─ Le dijo. ─ ¿Cómo te llamas?
─ Eh... Hoseok. ─ Le dijo el pelinaranja.
─ Bueno, Hoseok, creeme, habrá tiempo. ─ El chico caminó hacia la salida de la cabaña y Hoseok se giró a ver a Jimin.
Jimin suspiró.
─ A algunos les toma más tiempo que a otros aceptarlo. ─ Le dijo el rubio y con su mano le indicó el camino a Hoseok.
Hoseok volteó a ver la salida pensando en que tal vez si corría ahora nadie lo atraparía, pero a medida pasaban los segundos, más personas aparecían y no parecían ser malas personas. Hoseok suspiró recordando el motivo por el que estaba allí. Debía investigar los alrededores y ver si encontraba al dios culpable de ICE Heart.
Pero ay... Hoseok... a veces tenemos las cosas en nuestras narices y no las vemos por buscar en otros lados.
Un hombre salió de la habitación de la par, donde Jimin señalaba a Hoseok, el hombre lo miró unos segundos y Hoseok se fijó en aquello.
Era un hombre alto, su contextura algo delgada pero era musculoso, su piel era casi blanca y su cabello era de café chocolate. Sus ojos se encontraron y entonces Hoseok juró ver que éstos se iluminaban en azul.
Parpadeó varias veces y cuando volvió a ver, esos ojos eran cafés y miraban ahora en otra dirección.
─ Oh, no te preocupes por él. ─ Le dijo Jimin. ─ Vino hace veintiséis años y está pasando por un mal momento ahora, aunque de todas formas no solía hablar mucho antes.
Hoseok asintió observando a esa persona caminar por el pasillo en dirección a la salida de la casa. Luego entró a la habitación y se asombró al ver que era muy linda.
─ Espera, ¿Dijiste que lleva aquí veintiséis años? ─ Preguntó Hoseok.
─ Pues es gratis y no tiene a dónde más ir. ─ Dijo Jimin encogiéndose de hombros ya saliendo de la habitación para dejar a Hoseok sólo.
Hoseok pensó que ese hombre debió llegar a la cabaña cuando era un bebé, no parecía cruzar los treinta años, o tal vez si tenía treinta, pero aún así habría llegado como un niño a la cabaña.
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