Capítulo 22

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Los dioses no suelen cuestionarse a sí mismos el por qué de las cosas que hacen. Simplemente saben que tienen la autoridad para hacerlo, por eso suele ser difícil saber cuándo están realmente cometiendo una equivocación. De todas formas, si fueran a equivocarse, ¿Quién tendría la autoridad para recriminarles?

Lo único que estaba fuera del alcance era romper las reglas de la tierra de dioses.

Pero al ser un demidios exiliado de la tierra de dioses, suele aparecer la desconfianza. Por eso Jungkook se cuestionaba a sí mismo mientras acostaba a Hoseok en su cama. Hoseok estaba algo exaltado por casi haber muerto, Jungkook colocó su mano en la frente del humano y le pidió dormir, descansar.

El pelinaranja cerró sus ojos abrazándose y jadeando cansadamente.

Jungkook esperó hasta que el contrario quedó completamente dormido para continuar con sus dudas. Lo único que tenía claro era la falta de deseo por la muerte de Hoseok. Jungkook lo sabía, cuando lo vió correr hacia el bosque, sabía que el humano corría hacia su propia muerte. No sabe realmente por qué lo detuvo, esa había su oportunidad de volver a verlo morir por el hielo. Era lo que Choi merecía.

Pero es que Hoseok era tan diferente al Choi que conoció en su vida humana. Su mente lo llevaba a aquel chico solitario que solamente observaba a lo lejos a los demás niños. Mientras que Hoseok hablaba diariamente con sus amigos o familiares. Todos los días el humano se iba a su habitación y Jungkook escuchaba su voz resonar.

También, Hoseok había dado su vida por un amigo, algo que definitivamente Choi no hizo. Eran tan diferentes, todo en ellos era distinto excepto su cuerpo y rostro. Los rasgos eran exactamente los mismos, incluso el lunar sobre su labio superior y su sonrisa de corazón.

¿Realmente las vidas pasadas quedaban completamente en el pasado? ¿Sería Hoseok el mismo que es ahora en su siguiente vida? No lo sabía y nunca le interesó.

─ ¿P-Por qué lo hiciste? ─ Jungkook salió de sus pensamientos y observó al chico en su cama. ─ ¿Por qué no me dejaste ir?

─ Porque no quise.─ Respondió Jungkook observando como el rostro del humano se entristecía.

Ambos se quedaron en silencio largos segundos hasta que Hoseok se sentó en la cama y miró al dios a los ojos. En ese momento los ojos de Jungkook eran cafés y Hoseok no podía descifrar aún qué los hacía cambiar de color.

Hoseok se abrazó de nuevo pues aún sentía frío, tal vez era el fantasma de lo que casi sucedió.

─ Me mentiste. ─ Le dijo. ─ Dijiste que podía elegir, me hiciste creer que yo estaba escogiendo todo ésto por mi propia cuenta.

─ Así fue. ─ Le respondió Jungkook llevando sus manos al humano para atraerlo a y regazo y poder ayudarlo brindándole calidez. ─ Al principio así fue.

─ Dijiste que no sentías nada por mí, que mis decisiones no te afectaban.

Jungkook rió un poco y Hoseok lo miró con incredulidad.

─ Tal vez sí mentí. ─ Comentó Jungkook. ─ ¿Qué cambia si fue así?

─ N-Nada. ─ Dijo Hoseok, pero sus mejillas se sonrojaron tanto que dolieron. Llevó sus manos a su rostro y apretó sus pómulos intentando deshacerse del sonrojo.

Jungkook sonrió observando, el humano intentaba disimular y era tan malo en ello. Hoseok era un libro abierto, Choi era una caja fuerte indescifrable.

Hoseok suspiró y dejó su frente caer en el hombro del demidios.

─ Si mentías al menos es un consuelo. ─ Le dijo Hoseok. ─ Eso me hace sentir mejor.

─ Esa tampoco era mi intención. ─ Dijo el dios del hielo y Hoseok rió un poco.

─ Eres tan cruel con tus palabras y acertijos. ─ Le dijo el pelinaranja. ─ Pero no puedes engañarme, al menos no completamente. Al final... al final realmente me dejaste sin salida.

Hoseok tomó con sus lastimadas manos la camisa de Jungkook, dejando pequeñas manchas de sangre por sus heridas abiertas. Siseó, pero no soltó la tela.

Jungkook acarició su espalda y luego su cintura, el humano presionaba la tela entre sus manos con más fuerza.

─ Sé que me quieres, pero no entiendo para qué. ─ Susurró Hoseok mientras temblaba por las cálidas caricias. ─ No entiendo para qué, ¿Quieres hacerme daño? ¿Quieres verme sufrir? ¿Quieres cuidarme? ¿Quieres amarme? No puedo resolverlo. Supongo que tienes razón cuando dices que sé poco. Soy un simple humano, no he vivido tantos malditos años como tú, no conozco los secretos de la magia y mucho menos de la ciencia. Por favor... dímelo.

─ Para ser que odias a los dioses, sueles pedirme muchas cosas. ─ Le dijo Jungkook y Hoseok no pudo controlar su expresión.

─ Mataron a mi madre, por romper las reglas, y ahora yo mismo estoy enfermo, ¿Quieres que me pare a aplaudir? ─ Preguntó Hoseok.

─ Actúas como si realmente nunca hubieras dañado a nadie. ─ Dijo Jungkook y Hoseok se separó de él mirándolos a los ojos, el azul y el hielo habían vuelto, si Hoseok pudiera apostar, apostaría que Jungkook también lo odiaba.

─ ¿Qué sabes de mí? ─ Le preguntó Hoseok. ─ ¿Qué sabes de mi vida? Crees que lo sabes todo sólo porque la robaste de mis manos. ¿Crees que he vivido un cuento de hadas? Siempre estuve enamorado de la persona equivocada y siempre me golpearon por ello, por enamorarme de otro chico. Cuando él se dio cuenta que yo estaba enamorado de él, me pisoteó, incluso hizo que todos me odiaran por ello. Me inculpó de algo que yo no hice, sólo porque él creyó que fue así. Ni siquiera me permitió defenderme, decirle que mi amistad siempre fue sincera, que yo nunca quise hacerle daño. Él era mi mejor amigo.

Jungkook observó a Hoseok directo a los ojos.

─ ¿Qué más? ─ Le preguntó y Hoseok dejó sus lágrimas caer.

─ La persona por la que te entregué mi vida... me dió la espalda. No sólo eso, le dijo a todos que ya estoy muerto. ─ Agregó Hoseok.

─ ¿Eso es todo?

Hoseok golpeó el pecho de Jungkook luciendo más desesperado de lo que hubiera deseado mientras sollozaba.

─ ¿Por qué actúas como si eso no fuera nada? ─ Le dijo el humano. ─ Te he dicho que no sabes nada de los humanos, pero no creí que fuera cierto. ¿Qué más debía haber pasado para que estés satisfecho?

Jungkook observó al humano y deslizó su mano hacia abajo dejando que ésta se metiera bajo la camisa de Hoseok. El pelinaranja rápidamente tomó el brazo de Jungkook con sus manos lastimadas intentando detenerlo mientras el dios del hielo acariciaba su piel, deslizando su mano extendida suavemente hacia su pecho.

Hoseok jadeó y miró directo a los ojos del dios del hielo.

─ Hay personas que sufren mucho más que tú. ─ Le dijo y Hoseok soltó su mano.

─ Ya. ─ Pidió. ─ Simplemente haz lo que deseas. Si deseas hacerme daño, hazlo.

Jungkook llevó su otra mano al rostro de Hoseok y éste dejó caer sus brazos a sus lados.

─ ¿Se supone que debo sufrir igual para que estés satisfecho? ─ añadió Hoseok.

Jungkook guardó silencio pues ya no estaba tan seguro de su respuesta. Tenía a Choi en sus manos, podría lastimarlo de la misma forma en que él fue lastimado en su vida humana. Pero ciertamente no era eso lo que deseaba, por más odio que sintiera.

Sacó su mano, dejando de sentir la suave piel del humano.

─ Te estresaste mucho para ser quien eres. ─ Le dijo Jungkook y Hoseok quería golpearlo.─ ¿Se supone que te pongas así por unas suaves caricias?

─ Soy virgen, imbécil. ─ Le dijo Hoseok tomándolo del cuello de su camisa. ─ Nunca he estado con nadie y tal vez esté dispuesto a morir antes de estar contigo.

─ Lastima que no te dejaré morir. ─ Le dijo Jungkook tomando su rostro y Hoseok no pudo evitar temblar en su mano. ─ Será que soportarás toda tu vida en celibato.

─ ¿Qué mierda quieres decir con eso? Cada segundo que pasa me convenzo más de que solamente deseas lastimarme. Ni siquiera entiendo por qué, ¿tanto te molesta que te odie que quieres enamorarme?

─ Otra vez mencionas eso, si quisiera enamorarte ya lo habría hecho. ─ Le dijo Jungkook. ─ Tan poco cariño recibiste que unos simples cuidados te hacen sonrojar.

─ ¡Callate! ─ Le gritó Hoseok. ─ ¡Mierda! ¡Ya callate! ¿Para esto me salvaste?

─ Si, tal vez te salvé para poder verte gritar enojado. ─ Le dijo Jungkook y Hoseok negó con la cabeza.

─ Te odio, te odio tanto.

─ ¿Cuántas veces vas a repetirlo? ─ Le preguntó Jungkook. ─ Ya sé que me odias, sin embargo aún creo que si no me odiaras ésto te sería más fácil.

─ ¿Qué se supone que haga? ¿Enamorarme perdidamente del dios que congeló mi corazón? ¿Enamorarme de tus cortantes palabras y tus fríos ojos? Me duele... ─ Se quejó Hoseok llevando una mano a su corazón. ─ ¿Por qué te es tan fácil hacerme sentir tan débil? No es justo, eres un dios y no puedo contra ti, no puedo luchar cuando haces la nieve más fina para hacer mi trabajo más sencillo. No puedo hacerlo si me cuidas, si me salvas, no puedo.

─ Entonces no luches.

─ Me harás daño, yo lo sé. ─ Le dijo Hoseok sollozando suavemente. ─ Sé que quieres hacerme daño, lo tengo tan claro desde la primera vez que tus fríos ojos me vieron.

─ ¿Si ese es tu destino qué puedes hacer para detenerlo? ─ Le preguntó Jungkook. ─ Si tu destino es sufrir en mis manos, ¿Qué puedes hacer para cambiarlo?

─ Nada... ─ Dijo el humano agachando el rostro. ─ No puedo hacer nada más que intentar protegerme un poco aunque sea. Tienes casi todo de mi, mi vida, mi corazón... mi cuerpo... pero no tienes mis sentimientos, déjame quedarme aunque sea con eso.

Jungkook pudo ver como Hoseok le rogaba con su mirada, ésta se suavizó como no lo había hecho en todo ese tiempo.

─ Por favor...

Jungkook negó con la cabeza.

─ No hay nada que puedas proteger de mi, humano. ─ Le dijo. ─ No te engañes.

─ No me engaño, solamente tenía... aunque fuera un poco de esperanza. ─ Le dijo Hoseok. ─ Supongo que tu corazón está realmente congelado. ¿Cuándo vas a lastimarme? ¿Siquiera me dirás cuando planeas hacerlo?

─ ¿En qué te beneficia saber tu destino? ¿No es algo común entre los humanos ignorar la muerte? ¿No suelen vivir ignorando la posibilidad de que algo salga mal?

─ Siempre he seguido mis presentimientos, nunca he dudado que debo sufrir. ─ Le dijo Hoseok. ─ Tal vez me he enfocado más en evitar que las personas importantes para mi no sufran.

Jungkook no pudo evitar bufar, dejando a Hoseok algo confundido.

─ SI es así, entonces sigue viviendo en la ignorancia.─ Le dijo Jungkook. ─ Sigue dejándote llevar por tus presentimientos humanos. Tal vez entonces sienta lástima por ti.

Hoseok quiso gritarle, pero no lo hizo, simplemente asintió sintiéndose demasiado cansado.

─ Al menos sentirías algo. ─ Le dijo Hoseok. ─ Algo aparte de culpa y odio.

Jungkook miró al chico jadeando y temblando entre sus manos, mirándose tan débil y la vez sus palabras seguían siendo tan filosas y llenas de significado. Le asombraba en cierta manera que Hoseok fuera así. Le dolía que lo odiara, le dolía no poder consolarlo porque realmente no podía hacerlo. Aun observando los pálidos y secos labios del humano temblar mientras lloraba silenciosamente, aún así no podía perdonar, pero tampoco podía dañar.

El dios del hielo se preguntó hasta qué punto sería diferente este Hoseok de Choi. Pero sobre todo, el humano le recordó algo que había intentado olvidar, eso es que Choi solía ser su mejor amigo. No todos los recuerdos de su vida humana eran dolorosos y oscuros, ciertamente él había reído mucho al lado de ese solitario chico.

Hoseok se desvaneció por el cansancio y Jungkook lo sostuvo para que no se golpeara. Se acostó junto a él en la cama, abrazándolo para mantenerlo cerca y aliviar el frío. Poco a poco se quedó dormido con el humano entre sus brazos.

Cuando sus ojos se volvieron a abrir, aún mantenía al humano entre sus brazos. Sus ojos se desviaron a la ventana, su nieve caía suavemente. Volteó a ver de nuevo hacia Hoseok y peinó su suave cabello con una mano, luego deslizó sus dedos sobre la piel de su rostro observandolo dormir.

Parecía que el humano estaba demasiado cansado ese día para acompañarlo a la banca. Continuó peinando su suave cabello mientras sentía algo extraño en su pecho. En lo más profundo de su mente, escuchaba risas, risas de niños mientras lanzaban piedras al río. Escuchó su voz infantil llamarlo y por un instante vió a Choi girarse y sonreir. Su corazón comenzó a latir mientras observaba a Hoseok y cómo sus dedos se deslizaban delicadamente entre las hebras que comenzaban a dejar ver la raíz café oscura, casi negra.

─ Mierda... ─ Susurró Jungkook mientras se sentía como si despertara de un profundo sueño.

Sintiendo más de lo que deseaba, se levantó y sollozando se dirigió solo hacia la banca del sendero. Pensó que estaría solo, pero pronto Hoseok se sentó a su lado en la banca, temblando aún.

─ Lloremos juntos. ─ Pidió Hoseok, de nuevo. ─ Lloremos y tal vez algún día riamos.

Jungkook rió un poco entre su llanto.

─ A veces eres adorable. ─ Le dijo sin pensar bien en lo que decía. ─ A veces me haces olvidar mi odio.

Hoseok sintió sus mejillas sonrojar y a la vez maldijo porque su corazón se aceleraba.

─ Pero es inútil pensar que podré dejar de odiar. ─ Le dijo Jungkook. ─Sólo espero... que deje de doler tanto. Pero han pasado tantos años y tantas vidas se han perdido por mi culpa.

Hoseok pensó que así como él afirmaba que Jungkook no entendía por completo a los humanos, tal vez él tampoco entendía por completo a los dioses.

─ Quisiera entender. ─ Le dijo. ─ Realmente quisiera pero no puedo.

─ No hay tanto que entender. ─ Le dijo Jungkook. ─ Al menos para comprender.

─ ¿Por qué rompiste las reglas? ─ Preguntó Hoseok. ─ ¿Por qué lloras?

─ Lo hice porque no pude perdonarlos. ─ Respondió el dios del hielo. ─ No pude perdonarlos, por más que lo intenté seguí llorando amargamente por lo que me hicieron, seguí deseando que ellos vivieran lo mismo que yo. Los maté, los maldije y aún así sigo sin poder perdonarlos.

Hoseok tragó saliva.

─ ¿Qué te hicieron? ─ Preguntó y Jungkook lo observó porque el humano frente a él no sabía que él también lo había herido.

─ A veces... es mejor seguir viviendo en la ignorancia. ─ Le dijo Jungkook. ─ Saber la verdad no cambiará nada.

─Pero podría intentar decir algo que te haga sentir mejor, podría intentar consolarte si tan sólo supiera qué sucedió, tal vez podría entender mejor porqué...

Jungkook volvió a reír un poco.

─ ¿Acaso quieres saber qué sucedió para poder aliviar tu propio dolor?

─ N-No... Yo... solamente pensé qué... que así. ─ Hoseok suspiró. ─ Olvidalo.

Jungkook sostuvo su mano cuando Hoseok quiso levantarse de la banca, el humano cerró sus ojos y frunció un poco el ceño por el dolor de sus manos lastimadas.

─ ¿Qué ibas a decir? ─ Exigió Jungkook.

─ T-Tal vez podría entender mejor por qué lloras cada día. ─ Dijo Hoseok. ─ Solamente quería entender, pero... estoy tan cansado de que todos crean que mis intenciones son malas. Nunca quise hacerle daño a nadie.

─ ¿Realmente es así? ─ Preguntó Jungkook. ─ ¿Cómo puedes saber eso si ni siquiera recuerdas tus vidas pasadas?

─ Tienes razón, no lo sé, pero yo solamente puedo hablar por la vida que estoy viviendo ahora. Realmente he intentado hacerlo de la mejor manera. Puede que no lo entiendas porque no eres humano y puede que yo no te entienda porque no soy un dios, pero... eso no cambia que realmente lo ese intentando ahora.

─ Puede que ya sea muy tarde para intentarlo. ─ Le dijo Jungkook. ─ ¿Qué tal si ya has dañado a alguien en tu vida pasada?

─ Entonces espero que mi dolor pueda compensarlo aunque sea un poco.─ Dijo observando a Jungkook. ─ Si vas a hacerme daño, eso podría compensarlo. Tal vez no sepa lo que pido, pero... si es mi destino sufrir en tus manos, podría compensarlo aunque fuera un poco.

Jungkook se quedó observando a Hoseok. Se giró al humano y tomó su otra mano y cuando tuvo ambas entonces hizo hielo que aliviara el dolor de sus manos, pues el hielo adormecía.

─ G-Gracias. ─ Dijo Hoseok volviendo a sonrojarse.

─ De nada... Hoseok. 

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