JeongHui volvía a llorar, su helado se había caído al suelo, era de su sabor favorito, chocolate.

Otro niño que también había comprado un helado la vio llorar. No le gustaba verla así. Se acercó a ella y le tendió su helado.

La castaña lo vio confundida.

-Es de fresa- dijo, la niña sólo lo miraba con curiosidad- es para ti.

-Pero es tu helado- contestó con un puchero.

-Yo quiero que tu lo tengas- cerró los ojos temeroso de que no lo recibiera.

La pequeña sonrió y tomó el helado que le ofrecía el niño amable, que abrió los ojos de inmediato.

-Tu sonrisa es linda- dijo inconscientemente cuando la vio.

-Gracias- un pequeño sonrojo se plantó en la cara de la niña que empezó a comer el helado- Podemos compartirlo.

-¿Qué?- preguntó sin entender.

-El helado, después de todo era tuyo- la pequeña se sentía mal por dejar al niño sin su helado, todo por ser tan torpe.

-¿Segura?

La niña asintió y colocó el helado entre los dos para que él también pudiera probar. Los dos comenzaron a devorar el dulce hasta que sólo quedaron sus boquitas sucias.

-Soy YeonJun, ¿Y tú?- preguntó curioso.

-Me llamo JeongHui.

-Es un lindo nombre, ¿Quieres ser mi amiga?

La castaña lo miro con sorpresa, jamás nadie le había pedido ser su amiga, ella era más bien solitaria.

-E-esta bien- soltó con timidez.

Y ese fue el comienzo de una linda amistad que podría llegar a transformarse en algo más.

-Papita 💕