siete
Seokjin ya no se encontraba tan impresionado por el lugar como las primeras horas, en realidad, se encontraba bastante aburrido y con algunas copas de alcohol en su sistema.
Namjoon había tenido razón con el evento, no solo eran mafiosos. Jin reconocía rostros de famosos y de políticos con gran poder.
Y todos conocían a Namjoon como el presidente del grupo Reflection Corp, que tenía bastante participación en el mercado moderno. Un bufete de abogados, hoteles, supermercados, hasta líneas de maquillaje y lencería.
Al parecer, tenía bien cubierta su espalda con negocios bastante legales.
—Iré por unos bocadillos. —le anuncio en voz baja a Namjoon, quien mira alrededor y luego asiente.
—No te alejes mucho. —el pelinegro suelta la cintura de Jin y este se aleja a la mesa de bocadillos, un poquito harto de la conversación del hombre con tres vejestorios y usando terminologías que no entiende.
Además, también quería alejarse de las grandes manos de Namjoon que reposaban en su cintura o espalda baja. Alejarse del calor de ellas y de cómo se calentaban sus mejillas cuando él lo presentaba como su cita.
Si tan solo supieran la verdad, era una víctima de secuestro. Y sí, podía tener cierto privilegio que no parecía un secuestro real, sin embargo, Seokjin seguía estando restringido a su libertad real.
—Mierda, pensé que esto iba a hacer más divertido. —murmura para sí mismo mientras observa los ingredientes en los canapés y sin percatarse de los ojos de buitres que lo analiza de cerca.
—También pensé lo mismo. —habla el desconocido, sobresaltando al castaño. Jin mira al hombre y aunque es atractivo, solo le genera ansiedad su acercamiento. Dándole una breve mirada, se aleja para ver si el hombre toma la indirecta.
No quiere hablar con nadie.
Pero tal parece que no la capta o es de los insistentes porque vuelve hablar mirando su copa.
—¿Eres la cita de Kim Namjoon?
—Creo que es bastante obvio, he pasado toda la noche a su lado. —responde indiferente y cuando nota los panecillos que sí parecen apetecible, a diferencia del resto de la mesa, toma uno y le da un mordisco.
Digerible más no delicioso, piensa tomando una servilleta y limpiando sus comisuras.
—Por supuesto, pero tan solo me preguntaba donde Namjoon consiguió una cita tan hermosa y que debo ofrecer para tenerla a mi disposición.
Sonríe mostrando sus dientes y a Jin se le hace tan parecido al tiburón de Buscando a Nemo. Dejando el panecillo en la mesa y queriendo evitar una escena, decide alejarse, ese jodido bastardo está insinuando que es-
En cambio, es detenido del brazo con bastante fuerza.
—¿Qué demonios? —susurra.
—Todavía no responde mi pregunta. —arquea una ceja.
—Hombre, no soy un prostituto y si en caso lo fuera, no podrías pagarme —con su mano libre, el castaño aprieta el agarre del hombre hasta zafarse y le da una sonrisa burlona—, ahora debo irme.
Dándose la vuelta se encuentra con la mirada de Namjoon sobre él y no se nota feliz. Al mismo tiempo, Yoongi se acerca sin llamar la atención de los invitados, pero Jin niega caminando hacia el pelinegro.
—¿Podemos irnos?
—¿Pasó algo con Ha Jaeyeong? —pregunta a cambio y el castaño deduce que es el hombre desagradable que dejo atrás.
—Asumió que era un prostituto, pero la verdadera razón es que estoy cansado y esta mierda está aburrida.
—Debo cerrar un contrato con el japonés que te presente hace rato y nos vamos —coloca ambas manos en los hombros anchos del castaño, Jin frena el impulso de querer manotearlo—, así que ¿puedes esperar una hora?
—De acuerdo.
—¿Quieres acompañarme? Estaremos en una oficina.
—No, me quedaré aquí. Libre de testosterona y hombres midiéndose el pito para saber quién lo tiene más grande. —se burla.
—Bien —Namjoon sonríe cortando la distancia y exclama en su oído: —, solo para que sepas, yo no hago esa clase de cosas porque la respuesta siempre será favorecedora.
El pelinegro guiña un ojo, alejándose. Y Jin siente sus mejillas colorearse de vergüenza, mirando hacia otro lado.
Correcto, no necesitaba saber sobre eso.
Seokjin lava sus manos y luego repasa el brillo de sus labios, da una sonrisa coqueta a su reflejo y camina hacia la puerta quitando el seguro, sin embargo, antes de jalar la puerta en su lugar es empujada, desconcertando al castaño.
—¿Qué carajo? —grita cuando ve al hombre de ojos de buitre entrar, Jin retrocede dos pasos y sabes que es su mayor error en el momento en que Jaeyeong cierra a su espalda.
—Hola, Seokjin.
Jin se tensa. Él nunca le dijo como se llama, ¿entonces por qué...? Cuando sus instintos lo alientan a escapar, da un paso al frente cuadrando los hombros y escondiendo el miedo creciente en el fondo de su ser.
—Hágase un lado y déjeme salir. Ahora. —espeta frunciendo el ceño.
—Tienes ese carácter desafiante que me excita, pero cariño no estoy acostumbrado a que me digan que no.
—¿Perdón? Es mejor que ni se atreva a tocarme porque hay un hombre afuera esperando por mí y entrará si tard-
—Había —corrige con una sonrisa siniestra—, para este momento debe estar desmayado en algún armario polvoriento y para cuando despierte yo ya habré terminado contigo.
Da un paso hacia él y las alarmas de su cabeza se disparan.
—No se acerque más, señor. —gruñe.
—¿O qué...? —ríe haciendo temblar sus hombros—, a las putas como tú, que intentan hacerse los difíciles, hay que enseñarles modales.
Lo siguiente que sabe Seokjin es que su cabeza es golpeada contra la pared varias veces, desconcertándolo por completo. Un gruñido resuena en su oído y atrapa sus manos en un tipo de cuerda detrás de su espalda. Jin grita tratando de zafarse, revolcándose entre los brazos del hombre.
—Ni te molestes, nadie puede oírte. —ordena golpeando su rostro de nuevo. Cuando lo inclina sobre el lavabo, jadea cuando la cerámica fría toca su mejilla.
—¡B-basta! —súplica Jin con lágrimas en los ojos.
Namjoon sale del cuarto, arreglando la chaqueta de su traje, mira a Yoongi recostado de la pared de enfrente mientras Jackson está erguido en su puesto. Si no estuviera tan cansado, bromearía al respecto.
El pelinegro le hace una señal para al más bajito que se acerque, el cual se mueve rápido.
—Busca a Jin y llévalo al estacionamiento, mientras me despido de Akira Tokisama.
El hombre asiente haciendo una reverencia, más de protocolo que de respeto, y sale de aquel pasillo hacia el gran salón. En cambio, Namjoon suspira por doceava vez en la noche, un poco irritando de tener que estar aquí, cerrando negocios en vez de estar con Jin; tratando de conquistarlo. Ese era el plan principal de la noche y el que menos pudo ejecutar.
Cuando la puerta de la oficina se vuelve abrir, el hombre plasma una sonrisa hacia el anciano que sale con una sonrisa, mostrando dientes amarillentos. Y aunque no le guste hacer tratos con Tokisama, debe hacerlo por su nuevo negocio, necesita transportar armas por su territorio, porque su viejo puerto está siendo investigado o eso dicen sus policías corruptos, así que el pelinegro no quiere arriesgarse y busca nuevas opciones.
—Me alegra hacer trato contigo, Kim.
—Espero que esta unión sea beneficiara para ambos. —estrechan sus manos.
—No te arrepentirás, como dije será un ganar–ganar.
—Por supuesto que lo será.
Namjoon observa a su guardaespaldas acercarse, mientras habla por su micro en la muñequera de su traje, y luego se acerca susurrando en el oído del mafioso, dejando su sangre helada.
—Paso algo con el señor Kim. Yoongi pidió que fueras al baño del oeste sin llamar la atención.
Recomponiéndose, o fingiendo hacerlo, se gira hacia el anciano.
—Surgió un nuevo compromiso y debo retirarme, pero le estaré llamando esta noche. —el pelinegro se despide, sin darle oportunidad de que el anciano hable y comienza a caminar hacia el baño, sus pensamientos yendo mil por horas.
Se acerca a la puerta donde ve más hombres esperando afuera y sus pensamientos imaginan lo peor, pero nada lo prepara para la vista que lo recibe cuando abre la puerta.
Nota a Jin tirado en una esquina, abrazando sus piernas contra su pecho mientras llora fuerte y desconsoladamente. Ignorando el resto de la escena, corre para auxiliarlo, pero se detiene ante el grito que suelta su hyung.
—¡N-no se acerquen! —resuella el mayor, levantando la vista. Sus ojos están desenfocados, el maquillaje corrido; sin embargo, lo peor, es que el rostro de hombre mayor es un desastre hinchado y rojo por golpes, su boca y nariz sangran.
Namjoon aprieta sus manos y ve rojo, se voltea hacia Yoongi que tiene inmovilizado a Ha Jaeyeong con su rodilla sobre el cuello, pero este luce la sonrisa sórdida mientras ve al pelinegro. Este gruñe acercándose para darle una paliza, pero se detiene a último momento y se recuerda que Jin no debe presenciar más violencia, que él debería intentar consolarlo y sacarlo de aquí lo más rápido posible.
—Quiero que busquen al hombre que estaba a cargo de seguridad de Jin y lleven a los a la bodega y manténganlos vigilados, sin agua ni comida, hasta que yo llegue. Y desalojen el maldito lugar ahora. —gruñe la última parte y en un segundo todos comienzan actuar.
Cuando el baño queda en silencio, voltea hacia Jin; quien no se ha movido de su posición y llora en silencio, tratando de desconectarse del mundo. Queriendo que todo esto sea una horrenda pesadilla y que despierte pronto en su habitación para continuar en su ordinaria y aburrida vida junto a su familia.
—H-hyung —quita su chaqueta cortando un poco la distancia, pero el cuerpo de otro se encoge y Namjoon se detiene— Jin-
—Ni se te ocu-ocurra decir mi n-nombre. Por tu culpa... por tu culpa, ese bas-bastardo me violó —hipa para volver a sollozar fuerte y Namjoon retrocede un paso, congelado por las duras palabras dirigidas hacia él.
Evidentemente que sabe que la situación es su jodida culpa, que no debió traerlo para esta fiesta donde hay tantos depredadores que gozan destrozando de persona inocente como Seokjin. Y no se perdonará jamás haber puesto a su hyung en esta situación, ¿en qué carajo pensaba?
—Lo sé. Sé que debí protegerte mejor y tampoco debí dejarte solo. Dios mío, nada puede enmendar esta mierda —murmura arrodillándose frente al cuerpo tembloroso, pero sin llegar a tocarlo, todavía no era el momento—, pero prometo que nadie más se acercará a ti y si lo intentan los mataré con mis propias manos, hyung.
—Ya es tarde para eso —levanta la mirada llena de lágrimas y encontrándose con los ojos de dragón de Namjoon brillando de enojo y arrepentimiento, pero sabe que eso no va a reparar la mierda que paso—, quiero irme a casa.
—Está b-bien, haré lo que quieras con la condición de que primero te vea un médico. —se acerca cubriendo los hombros anchos del mayor con su chaqueta, intentando de detener los temblores que lo recorren de vez en cuando.
Pero ambos saben que los temblores no son de frío.
—N-no quiero que me toquen. No quiero que- —niega, un sollozo rasga su garganta y las lágrimas que había estado tratando con tanta fuerza de retener comienzan a caer por su rostro como una cascada.
Namjoon se agacha frente a Jin, envolviéndolo en sus brazos. Esperando a que lo empuje lejos mientras lo maldice, pero sucede todo lo contrario, el mayor se aferra a la camisa del otro como si con ese toque se conectará a tierra.
—Shh, no lo harán, cariño. —susurra, relajándose y acomodando al hombre sollozante entre sus brazos mientras acaricia su espalda con suaves toques.
—Te odio, Namjoon.
—Tienes todo el derecho hacerlo, lo siento por no protegerte... —se voltea cuando la puerta es abierta. Yoongi le hace una señal de 'todo despejado', le da una manta negra para que cubra la desnudez del mayor y luego los vuelve a dejar solos—. Debemos irnos, Jin hyung.
—M-mi ropa está destrozada y no quiero que nadie me vea.
—Eso no importa ahora —se separa un poco y le muestra la manta—, y ya todos se fueron.
—Quiero esperar un poco más, no te vayas.
—No lo haré. Jamás.
nos vemos en la próxima y no se olvide de streamear 'like crazy' y face.
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