once
Jungkook sale del baño modelando con movimientos ridículos y exagerados mientras tiene las manos en la cintura, Jimin se ríe agarrando su estómago y se recuesta de Jin que se limpia las lágrimas de risa.
—Compraron cosas muy ridículas que ni en mil años podrán usar. —señala el mayor mientras mira el feo sombrero azul con plumas verdes que tiene su hermano.
—Eso es lo jodidamente bueno de comprar con dinero ajeno, no hay arrepentimientos. —Jimin se excusa entre risas.
—Coincido con Jimin, además, este gorro solo costó quinientos wones, Namjoon no quedará pobre con eso.
—Es cierto, la fortuna personal de Namjoon está valorada en 30 mil millones de wones y el patrimonio de la empresa en unos 60 mil millones —explica Jimin, mientras coloca una bolsa blanca en su regazo—. Prometo que no es nada ridículo, pero también te compramos algo.
—No tenían por qué hacerlo.
—Lo sabemos, hyung. Pero esto te va a encantar, siempre quisiste una —Jungkook se sienta frente a Jin, poniendo los favorables ojos de cachorro mientras tanto empuja la bolsa hacia él.
—Bien, pero no quiero más regalos sorpresas.
Cuando ambos chicos asienten, Jin abre la bolsa y jadea, mirando la chaqueta denim con un bordado de flores.
—¿Te gusta?
—Sabes que siempre quise una y en Busan es difícil de conseguir unas tan bonitas —acaricia los parches de flores, dejando la prenda de lado el mayor abraza a los dos chicos—. Muchas gracias.
—Hyung, no hay nada que agradecer. Ahora, pruébatela quiero ver como te luce.
Jin asiente, se levanta de la cama y mientras le quita la etiqueta, evita mirar el precio aunque por la marca se imagina los miles que costaron. Poniéndose la chaqueta encima de su camiseta blanca, los chicos aplauden.
—Jin hyung, ¿Por qué eres tan bonito sin ningún esfuerzo? —el hacker lo mira con los labios abultados en un adorable puchero—. Serias un buen modelo, ¿no lo has pensado?
—Recuerdo que cuando hyung iba a la universidad siempre volvía con dos o tres tarjetitas de agencias. Desde modelaje hasta para ser idol... —Jungkook mueve los pies sobre la cama con una sonrisa nostálgica— ¿qué eras lo que decías cuando madre te preguntaba del porque no aceptabas?
—Que la comida es muy deliciosa como para vivir en una dieta excesiva. Además, tampoco tengo un buen canto y mis pies son torpes.
—¡Qué mentiroso! —Jungkook se levanta sobre sus codos—. Tienes una increíble voz, tan buena como la mía.
—Eres terrible cantando, Kook. —se burla el mayor.
—Hay que hacer noche de karaoke para comprobar que hermano canta mejor —Jimin dice riendo—. Pero les digo de una vez, canto muy bien.
—Waah, hay que hacer una apuesta y los perdedores harán lo que sea que quiera el ganador.
—Jin no estamos en primaria, pero me apunto.
—Yo también. —el menor levanta la mano.
—Venga, bajemos a la sala a ver una película. —Jimin se levanta de la cama y agarra las manos de los hermanos.
—Hay TV aquí. —se queja Jin con una mueca. Todavía seguía sintiéndose incómodo con el personal rondando por la casa, y aunque, sabia que Jimin los hacia desaparecer mientras él estuviera abajo (lo cual agradecía enormemente), tampoco deseaba que esas personas lo asociaran con alguien caprichoso o les incomodara cuando ellos solo estaban trabajando.
—La de la sala es más grande y tenemos cerca la cocina para asaltar cualquier bocadillo. Sé que el jefe te dio la clave del cuarto de comida.
—¿Qué, en qué momento?
Jungkook abre los ojos conmocionado mientras ve a su hermano.
—En sus pequeñas citas de madrugada, se reúnen en la cocina. —Jimin lo mira con un brillo en los ojos que no puede descifrar.
—¿C-como sabes eso? Y no son citas. Odio a tu jefe.
Y aunque trata de parecer enojado las mejillas del mayor se sonrojan, lo que hace que frunza el ceño. ¿Por qué se avergüenza? No es como si Jimin tuviera razón, se conseguían de casualidad y de verdad, odiaba a Kim Namjoon.
Jimin se ríe mientras niega, dejando el tema atrás y luego los señala.
—El que llegué primero a la sala, elige la película, sin importar el...
Jin y Jungkook salen corriendo antes que el rubio termine de hablar, escuchan el grito indignado a sus espaldas y ríen mientras bajan las escaleras de dos en dos, Jungkook tropieza en el ultimo escalón por lo que su hermano se burla antes de girar para seguir andando por el pasillo y antes que pueda frenar sus piernas esta colisionando con el cuerpo de Namjoon.
Las manos del hombre sostienen a su hyung por la cintura para estabilizarlo, entre tanto los dedos de Jin agarran con fuerza la camisa de Namjoon. En el momento en que el mayor se da cuenta lo cerca que están sus rostros, retrocede acelerándose la garganta.
—Lo lamento, no pude frenar a tiempo.
—Ah, no pasa nada —Namjoon se encoge de hombros y mira a los dos chicos que se acercan por el pasillo—. Sé que voy a interrumpir un buen momento, pero necesito hablar contigo.
Los ojos de Jin se abren y señala su pecho.
—¿Conmigo?
—Sí, quiero presentarte a alguien. Es solo si quieres venir.
—Ah, ¿es del psicólogo del que me hablaste antes?
—Exacto, quiero que lo conozca y si te sientes cómodo con él, pueden empezar las sesiones cuando mejor te convengan.
—Les llevaba ventaja, así que elijo la película yo. Pueden esperarme, en la sala con palomitas y bebidas. —Jin voltea hacia sus dongsaengs y los apunta, antes de volver a mirar a el hombre frente a él.
Namjoon parpadea dos veces y asiente antes de comenzar a caminar hacia su oficina.
—Bonito abrigo.
—¿Eh? —el castaño mira su pecho y cae en cuenta que no se quito la chaqueta—. Jimin y Kook me la acaban de obsequiar.
—Va contigo.
Jin frunce el ceño por las palabras del hombre y antes que pueda llegar a preguntar, Namjoon ya le esta abriendo la puerta de su oficina. Aunque no es la primera vez de Seokjin en esta habitación, ahora no se encuentra enojado–slash–aterrorizado y puede fijarse en los detalles. La oficina de Namjoon no es exuberantemente grande, pero lo suficientemente espaciosa para que las paredes estén cubiertas de estantes llenos de libros, un escritorio de caoba grande y dos sillas en frente, mas el juego de sofás que se encuentra en el medio del cuarto.
Y en dicho sofá se encuentra un hombre pelirrojo que les sonríe. Inconscientemente el cuerpo de Seokjin se tensa, da un paso hacia atrás chocando con el cuerpo de Namjoon.
—Hey, está bien si no quieres verlo ahorita —susurra—. Podemos intentar otro día.
—¿Qué? No, estoy bien.
—¿Seguro?
—Sí, si se vuelve demasiado me iré. —respirando profundo, da un paso hacia adelante.
—De acuerdo. Estaré cerca por si se te ofrece cualquier cosa.
—¿N-no te quedas?
—¿Quieres que me quede?
—Por favor. —menea la cabeza de acuerdo y Namjoon le sonríe.
—Hola, disculpa por hacerte esperar. —Jin hace una reverencia al pelirrojo.
—Oh, no te preocupes —estira la mano—. Soy Jung Hoseok, especialista en psicología y solo para aclarar, esto no es una sesión. Es una simple presentación para determinar que tan cómodo te sientes y si estas preparado para una sesión real.
—De acuerdo, soy Kim Seokjin.
Namjoon mira desde su escritorio como Seokjin le murmura al doctor alguna historia de su infancia, han pasado unas semanas desde la primera reunión y aunque al principio Jin parecía reacio a tomar terapia, lo había aceptado luego y ahora se encontraban en la primera sesión de muchas.
Había quedado tan sorprendido como la primera vez en el momento en que Jin le había preguntado si podía quedarse, y pese a que el doctor se había reusado, Namjoon había prometido trabajar en silencio que no terminarían notando su presencia.
Bueno, todo estaba transcurriendo normal hasta que la pantalla de su celular se iluminó mostrando un mensaje de Yoongi que lo hizo fruncir el ceño.
Min: Jaeyeong intentó escapar.
10:38 a.m.
Namjoon: Estoy yendo y espero que tengas en tus manos al malnacido traidor
10:39 a.m.
Levantándose luego de enviar el mensaje, las miradas del psicólogo y Jin se dirigen a él.
—Me disculpo por no cumplir con mi palabra, pero tengo una reunión de último minuto.
—Oh, ¿te vas?
—Sí, puedo enviar a Jimin o a Jungkook si te hace sentir cómodo.
—Yo... no, estaré bien. Puedes ir.
—De acuerdo, adiós. —le da una sonrisa mientras se dirige a la puerta.
—Ah, gracias por estar aquí.
—No tienes que agradecer, hyung. Adiós, doctor Jung.
Seokjin se queda viendo la puerta después que esta se cierra. Seguidamente, frunce el ceño cuando se da cuenta de lo que hablaban Jimin y Kook hace días atrás.
—Pareces mas cercano a Nam hyung. —Jimin rompe el silencio mientras mastica un trozo de carne seca.
—Eso no es verdad.
—Ya no estás alerta a su alrededor y ayer le estabas sonriendo.
Siendo realista, ni siquiera el castaño sabia porqué esta comportándose tan dócilmente alrededor de Namjoon. Pero podía asociar a que el hombre había estado portándose amable, haciendo lo posible para que él se sintiera cómodo dentro de su casa y no como un prisionero, y tampoco es que Jin era un mezquino, ni un resentido. Lo que podía hacer él era no gruñirle cada vez que estaba a su alrededor.
Entre mas rápido pasará este TEP iba a ser libre.
—Seokjin-ssi.
Parpadea y voltea hacia el psicólogo con gracia.
—¿Si?
—¿Que relación tienen usted y Kim Namjoon?
—Ah, no hay ninguna relación como se imagina, apenas y somos conocidos. Se puede decir que es más amigo de mi hermano y me esta apoyando en pasar por... esto.
—Es bueno que tengas a personas que te apoyan —el pelirrojo le sonríe—. Bueno, podemos tomar un descanso por hoy y seguir otro día.
—Oh, por supuesto —Jin limpia las palmas de su mano en su pantalón y se levanta para acompañar al hombre a la salida.
Namjoon baja del auto, sus brillantes zapatos negro golpean rítmicamente contra el suelo sucio, mira la fila de hombres que están haciendo una reverencia. El pelinegro mueve su mano con un gesto de 'muévanse de una puta vez' y estos se retiran a la sombras del lugar.
Observa con la cabeza ladeada a los dos hombres arrodillados en el suelo, sus caras llena de sangre y sonríe como si tuvieran una buena comida enfrente.
—Masticaste mas de lo que podías tragar, hombre. Supongo que el sueldo que te brindo no alcanzaba para alimentar a tu familia si quisiste traicionarme.
—Lo siento, señor. No se que me paso, pero si me perdona la vida le serviré lealmente —solloza el hombre—. No puedo morir, soy el pilar de mi familia. Sin mi, quedarían en la calle.
—Y aun sabiendo eso, fuiste en mi contra. Eso dice mucho de ti.
Los ojos de Namjoon finalmente se fijan en Yoongi, las manos metidas en sus bolsillos como si estuviera aburrido por toda la situación frente a ellos.
—Puedes guindarlo y hazlo callar, jodido dios.
Los sollozos del hombre aumentan, sabiendo el final que le tocará. Se vuelve hacia Han, lo mira de arriba hacia abajo y sonríe.
—Resistes más de lo que esperaba. No quería ver mas tu jodida cara, pensé que el próximo mensaje que recibiría es que ya estabas muerto, pero henos aquí.
—Tienes un rebaño débil, Kim Namjoon. Solo le ofrecí un par de miles a tu hombre y cedió.
—No soy un jodido pastor para tener un rebaño, Jaeyeong. Pero dime una cosa antes de que comiences a suplicar. Pensabas escapar y luego qué —Namjoon pregunta en tono plano, casi como si estuviera aburrido, mientras se pone el impermeable transparente—. Tu familia no va ayudarte, ya estás condenado a morir.
La risa de Han suena por toda la bodega vacía y el pelinegro lo mira con una ceja alzada. ¿El electro shock le jodió las neuronas?
—Iba por una segunda cogida con tu puta, Kim. Pero está vez voy a saborearme cada jodida lágrima que derrame cuando mi polla este enterrada en su —la frase es interrumpida con un grito por parte de Jaeyeong cuando el bate conecta en su rodilla derecha.
Namjoon le hace una señal a Yoongi y este obedece apretando un botón negro, hay un ruedo metálico y luego las cadenas amarradas a las manos de Han son jaladas por la polea.
El cuerpo del hombre sollozante comienza a subir y una vez que esta suspendido al aire como cerdo destripado, Namjoon toma fuerza desde atrás y el bate de madera corta el aire con una velocidad impresionante hasta que conecta con el hueso de la rodilla.
Honestamente, es tan satisfactorio el sonido del hueso quebrándose como lo son los gritos del bastardo, el pelinegro piensa cuando vuelve a golpearlo. Luego otra vez, otra y otra hasta que los bodega queda en silencio. Mira el cuerpo inerte de Jaeyeong y suelta el bate, caminando hacia el frente tomándole el pulso al cuerpo inerte.
—No lo dejes morir y llama al doctor Cha.
Ordena quitándose el impermeable, saca un pañuelo del bolsillo de su traje y se limpia la sangre salpicada en su rostro.
—Y todo aquel que quiera traicionarme por unos malditos miles que me lo diga ahora para matarlo, no estoy haciendo una cacería de bruja por sus lamentables trasero —se mueve hasta el otro hombre que lo mira con los ojos saltones, inyectados de sangre—. Y sobre ti, Jangmi. Te daré una muerte rápida por los años que serviste a mi familia.
Tomando la pistola que le ofrece Yoongi, le dispara entre las cejas, haciendo que la cabeza vuele hacia atrás.
—¡Jodeme! Jimin va a matarme cuando vea esto —Yoongi gruñe viendo su camisa blanca salpicada de sangre—. Hasta para morirse es un puto problema.
—Te espero afuera.
El pelinegro murmura, da una última mirada a bastardo de Jaeyeong y sale del almacén colocándose un cigarrillo en sus labios y mientras lo enciende Namjoon piensa en cuan profundo esta Seokjin en su mente, cuerpo y corazón que toma venganza con su propia mano sin sentir ningún remordimiento.
Esto va crudo, gente. No hice la revisión minuciosamente como me gusta, pero se me hizo tarde y no quise dejarles esperando. (Además, tengo sueño 😭)
Entonces, espero que hayan disfrutado el capítulo y gracias por su paciencia a mi demora en actualizar 💕
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