cinco
Tres días después del accidente en la cocina y su mano ya curada, Jin trata de evitar al mafioso a toda costa. Aunque, claro que sin éxito total; ya que siempre se lo topa en los pasillos o en la cocina, o cualquier lugar de la casa.
Y, si bien, que Namjoon hace el esfuerzo para hablarle, pero el mayor solo le responde castamente para refugiarse en su habitación y el menor no insiste más ya que no quiere incomodar o agobiar a su invitado.
Jin de cierta manera agradece el gesto, pero hay veces en la que se siente ahogado en estas cuatro paredes.
Jin escucha tres toques suaves en la puerta y luego la cabeza de su hermanito se asoma con una sonrisa.
—¿Molesto todavía?
—Nunca me moleste contigo, Koo. Solo me parece inaudito que disfrutes estar encerrado con unos matones. —Jungkook se ríe y asiente sentándose a su lado.
—Te entiendo, Jin hyung. Pero tú me enseñaste que la vida es corta y hay que verle lo bueno a todo. Los chicos no son tan malos como crees, a pesar a lo que se dedican son iguales a nosotros y tienen charlas normales, también. —Jungkook abraza por encima de los hombros y recuesta su cabeza con la del mayor. Y el menor no mentía sobre eso, había veces que olvidaba que estaba encerrado con una mafia, eso hasta que escuchaba alguna conversación turbia o veía el arma que siempre cargaba Taehyung—. Incluso conocí a Jimin, es la pareja de Yoongi y el hacker del lugar, monitorea toda la casa. Es la cosa más tierna que he visto, pero cuando se molesta da miedo.
—Bueno, pareces llevarte bien con todos, pero seguimos encerrados.
—Namjoon no me tiene encerrado, he salido a centro comerciales y aunque es en compañía de Taehyung u otro, hago lo que quiera. Me siento como un niño de papi siendo cuidado con guardaespaldas, incluso puedo usar mis redes sociales.
—Podría estar disfrutando de todo esto, como tú, pero aún me preocupa una cosa y es nuestra madre. Soy el sustento mayor de la casa, estamos desaparecidos antes los ojos de ella, debe estar preocupada.
—Ella está bien, Jinie.
—¿Has hablado con mamá? —Jungkook asiente y saca su celular mostrando algunos mensajes — ¿Por qué no me dijiste?
Murmura viendo la conversación, fotos de ella haciendo alguna cosa y fotos de Jungkook junto al guardaespaldas. Se ve feliz.
—Te la pasas refunfuñando e ignorándonos todo el día. Incluso hace una semana te mande a buscar con Tae para una video llamada, y lo mandaste a volar.
—Él no me explico para qué o fuera ido. ¿Cómo está ella? ¿Qué piensa de que no hemos vuelto a casa? ¿Le contaste la verdad?
—Vaya, espera. Está bien, sana de salud y por petición mía, Nam le deposita cierta cantidad de dinero. —Jin arquea una ceja y suspira, bueno, al menos está aliviado por esa parte. Temía que su madre la fuera estado pasando mal con el dinero— Aunque lo hace bajo tu nombre y tal vez le mentí sobre nuestra estadía aquí.
—¿Qué? —el mayor le frunce el ceño a su hermano mientras se levanta— ¿Qué dijiste?
—Mhm, bueno... pero no te alteres. —lo señala con una sonrisa— Le dije que, durante nuestras vacaciones tu novio llego de sorpresa y bueno, ahora estamos en unas vacaciones grupales por un tiempo. Mamá no se vio molesta, más bien se alegró y dijo algo como: "Ah, mi Jinie está comenzando a vivir su vida, mejor tarde que nunca", solo pide que a visitemos pronto.
—Namjoon no es mi novio, ni lo será ¿Le mentiste a nuestra madre por proteger a un mafioso?
—Jin, lo hice para que no se mortificara por algo tonto. Aunque estamos siendo "retenidos" no somos golpeados o violados, o algo peor.
—El síndrome de Estocolmo te jodió la cabeza. —refuta el otro enojado.
—Bueno, si te refieres a Taehyung no solo me jodió la cabeza. —murmura levantándose de la cama y se estira. Jin abre los ojos con sorpresa— ¿Qué?
—¿Estás teniendo sexo con Taehyung?
—No lo digas con asco, es solo para librar las tensiones y porque me gusta poquito —se encoge de hombros—, pero no es el tema de conversación ahora.
—Jungkook, estás mal. Yo no podría acostumbrarme a esta vida. Quiero ser libre, totalmente libre. —se sienta en la cama y enciende el televisor, aunque no lo verá en absoluto quiere escuchar algo de fondo para no sentirse tan solo, mientras piensa.
—¿Aceptarías un consejo de tu hermanito pequeño? —pregunta abriendo la puerta de la habitación, el mayor hace un sonido en afirmación—. Namjoon no es lo que parece, es un tipo listo y guapo, dale una oportunidad. Tal vez, solo seas un capricho del hombre y cuando obtenga lo que quiere de ti, se aburra y nos deje ir, pero no lo sabrás si no te animas hablar con él, conocerlo o lo que sea.
Jungkook suspira ante la falta de respuesta de su hermano y sale de la habitación, al menos una parte ya está hecha.
Sonará un poco mezquino o egoísta, pero quiere quedarse aquí. No se queja de su vida en Busan, pero la ciudad se siente liberadora para él. Sabe que aquí hay más oportunidades que en su pueblo, esta cómodo y no se preocupa por conseguir un trabajo donde lo vayan a explotar por un sueldo de mierda.
Y no le mintió a su hermano, Namjoon si lo deja salir bajo la protección de Taehyung, aunque el menor juro que no iría con la policía o algo –cosa que es cierto–, las palabras del hyung fueron simples: "Afuera tengo enemigos, Jungkook cuando se den cuenta que entras y sale de mi casa, irán por ti y no quiero que tu hermano me odie más si te pasa algo".
El menor se desvía del camino a su habitación y en saltitos infantiles va hacia la oficina del mafioso, donde toca dos veces antes de empujar la puerta con una sonrisa.
—Me anuncié. —avisa cuando ve el ceño fruncido de su hyung.
Ah, sabe que le molesta que entren a su oficina así.
—Pero no te di el permiso para entrar.
—¿Ahora sales con eso, hyung? —hace un puchero sentándose enfrente.
—Jungkook, te explique antes, es tocar y esperar a que te de permiso a entrar. Puedo estar en una reunión.
—Bien, pero debería tener algún maldito privilegio. Te estoy ayudando con mi hermano. —rezonga— ¿Te comerás eso? Tengo hambre.
Señala el sándwich que tiene en frente. No lo culpen se ve rico.
—Come, menos el té. —dice firmando un papel, luego lo mira con curiosidad genuina— ¿Qué quisiste decir con eso de que me estás ayudando con tu hermano?
—Mencione que, si se acercaba a ti para saber lo que querías de él, quizá te aburrias de su persona y lo dejabas ir.
—Sabes que eso no pasará, me gusta tu hermano.
—Lo sé —rueda los ojos con fastidio—, ahí es donde le demostrarás que se equivoca. Sé romántico con él, interésate por sus aficiones, llénalo de elogios; eso le encanta. Cortéjalo, Nam hyung.
—No tengo tiempo para esas tonterías. —murmura frunciendo el ceño.
Ya no era un puto crío, dios.
—Bien, entonces deja que no vayamos. No se conquista a alguien teniéndolo encerrado, sin interactuar con él o acercársele.
Namjoon frunce el ceño, pero admite que su menor tiene razón. Si no se acerca a Jin jamás podrás demostrar que lo que siente él es sincero. Y aunque lo ha intentado un poco, no se ha esforzado del todo.
Debe poner más esfuerzo.
—Bien, tienes razón.
—Bueno queda en tu criterio, yo ya hice lo que podía hacer de ti. Si en un mes Jin hyung no parece mostrar un interés por ti, lo dejas ir. —cuando el menor nota que su hyung alza una ceja y va a negarse, se adelanta—. Me gusta estar aquí, pero no lo haré a costa de la infelicidad de mi hermano. No puede vivir su vida encerrado, no es ninguna princesita.
Suspira cansado y asiente.
—Está bien.
—Puede invitarlo a esa fiesta que tienes mañana.
—¿Cómo sabes eso? Debes dejar de escuchar conversaciones ajenas.
—Fue sin querer, no te encrespes. Pero hazlo, consigue un traje bonito y se lo llevas. —dice para luego salir de la habitación y comenzar a buscar a su fiel guardaespaldas, quiere un poco de diversión después de su arduo trabajo de cupido.
el concierto me inspiro y aquí estoy.
errores serán corregidos una vez terminada la historia, pero pueden señalarlos.
el otro capitulo habrá mucha tensión.
me despido, bai.
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