23: the end.

TaeHyung se miraba por quinta vez en el espejo en menos de un minuto, quitándole arrugas inexistentes al vestido a causa de los nervios.

—TaeHyung, deja de dar vueltas, me mareas —pidió MinHo.

—¡Me voy a casar! ¡Jamás pensé que me casaría! —se excusó TaeHyung.

—Mmm, sí, yo también lo pensé —admitió—. De hecho, llegué a creer que me casaría primero que tú.

—Me voy a casar con JiMin —dijo sin poder creerlo aún.

—Serás oficialmente un Park.

—Creo que vomitare.

—¡Eso no! ¡Se arruinará el vestido!

En medio de esa mini crisis, el señor Kim entró a la habitación.

—¿Llegaron todos? —preguntó el rubio al ver a su padre.

—Sí, creo que ya es hora de bajar.

—Si es así, creo que es mi turno de salir —dijo MinHo yendo hasta la puerta para darles su momento—. ¡No te vayas a caer!

El omega castaño cerró la puerta dejando a padre e hijo solos.

—¿Me veo bien? —le preguntó.

—Te ves… fabuloso, mi pequeño se va a casar —dijo con nostalgia el alfa—. Creo que me estoy poniendo viejo.

—Hey, apenas estás en la plena flor de la juventud —dijo sacándole una sonrisa al alfa.

—Ay, mi niño, estoy muy feliz por ti —le confesó—. Incluso SeokJin lloró antes de venir.

El omega rió al imaginar a su hermano llorar porque se casaba, el alfa se recompuso al momento.

—Pero ya, no es momento de recordar mi edad, al pobre JiMin le va a dar un infarto si no bajas —dijo mientras intentaba dejar la melancolía.

Tomó su ramo y se vió una última vez al espejo.

—Estoy listo.

JiMin se tambaleaba nerviosamente mientras esperaba que TaeHyung apareciera por esas puertas.

¿Y si no llega? ¿Y si se arrepintió y huyó? ¿Y sí…?

Todos esos pensamientos se fueron cuando las puertas se abrieron y el omega aprecio junto con su padre.

Todos se levantaron al verlo, aunque JiMin no era consciente de eso puesto a que sólo podía mirar al rubio hipnotizado.

TaeHyung caminaba junto a su padre, vió a la familia de JiMin y a la suya, su madre lo veía con lágrimas de felicidad en sus ojos y SeokJin, a pesar de que no lo demostraba, por dentro también estaba llorando.

Al llegar al altar, TaeHyung soltó el brazo de su padre para ir junto al alfa.

—Cuídalo bien, JiMin —le dijo el señor Kim.

—Lo haré —le prometió, el señor Kim se retiró con su esposa e hijo.

—Te ves bien —le susurró el omega.

—Tú estás precioso —le respondió el alfa.

El padre carraspeó antes de hablar, llamando la atención de todos.

—Estamos todos aquí reunidos para ser testigos de la unión de este alfa y este omega, si alguien quiere oponerse a esta unión, hablé ahora o callé para siempre.

Nadie habló, por lo que siguió.

—Si nadie se opone podemos continuar…

De ahí, ninguno de los dos siguió escuchando, estaban inmersos en su propia burbuja.

—Kim TaeHyung, ¿Aceptas a Park JiMin como tú esposo, alfa y compañero, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza?

—Acepto —dijo mirando a JiMin.

—Park JiMin, ¿Aceptas a Kim TaeHyung como tú esposo, omega y compañero, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza?

—Acepto —dijo mientras miraba con una sonrisa al omega.

—Por el poder que se me otorga, yo los declaro, alfa y omega —el padre vió al alfa—. Puedes besar al novio.

JiMin no esperó más y unió sus labios con los de TaeHyung, escuchando de fondo la música y aplausos de los presentes.

—¡SE CASARON LOS TORTOLITOS! —gritó MinHo haciendo reír a todos.

JiMin y TaeHyung se miraron una vez más con cariño, sin poder ocultar su felicidad.

—Esto es sólo el comienzo, ¿Cierto? —preguntó el omega

—Este es sólo el primer capítulo de la historia.

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