11 : sorpresa.
—¡Día de paga! —Gritaron TaeHyung y EunJin cuando al final de un largo día laboral Nayeon les dió su sueldo.
—No lo vayan a gastar en tonterías —Miró a cierta chica—. Y estoy hablando contigo, EunJin.
—¡Tengo gastos responsables! —Se defendió.
—Si te refieres en gastarte la mitad en chucherías...
—La otra mitad la uso sabiamente.
—Porque sino te quedas sin comida y sin casa —Le recordó TaeHyung.
—Esta vez tengo algunas cosas que pagar —Dijo con una mueca de inconformidad—. Es culpa de las tiendas de Instagram y sus estúpidas camisas lindas.
—Si, si, como digas —La omega terminó de cerrar el local para luego ir con su amiga—. Es hora de irnos, debo pasar a comprar unas cosas para mi casa, ¿Nos acompañas, TaeHyung?
—Lo siento, tengo planes —Informó.
—Uhh, ¿Es con el alfa con el que pasaste tu celo? —Inquirió con una mirada traviesa.
—¿Alfa? ¿Por qué nadie me había hablado de esto? —La beta miró a sus amigos con el ceño fruncido, no entendía nada.
—Cuando llamé a TaeHyung para preguntarle por qué no había venido me contestó un alfa.
Las dos mujeres voltearon a ver a TaeHyung en busca de respuestas, pero no hicieron falta cuando cierto alfa apareció detrás de TaeHyung.
—TaeHyung —Llamó el alfa haciendo sobresaltar al dueño del nombre.
—Hyung —Susurró al verlo.
—Ustedes deben ser las amigas de TaeHyung —Hizo una pequeña reverencia que fue rápidamente imitada por ambas chicas—. Soy Park JiMin, estoy saliendo con TaeHyung —Se presentó
El omega no podía parecerse más a un tomate, por lo general el alfa siempre lo esperaba en el auto.
—Un gusto en conocerlo, ella es Ahn EunJin y yo soy Im Nayeon. —Se presentó la omega por ambas, ya que su amiga había entrado en un estado de shock.
—El gusto es mío, me quedaría a conversar más, pero TaeHyung y yo tenemos planes. —Tomó la mano del omega y la entrelazó con la suya—. Espero podamos vernos en otra ocasión y charlar más.
El omega se despidió de sus amigas con la mano y luego fue hasta el carro de JiMin.
—Perdón si te incomode, estabas tardando un poco más de lo normal y fuí a buscarte, como tus amigas me habían visto no quería ser maleducado y no presentarme. —Explicó JiMin cuando ambos entraron al auto.
—No me incómodo, solo me sorprendió un poco. —Admitió con las mejillas levemente sonrojadas.
El alfa sonrió y arrancó el auto sin comentar más nada.
—Oh, ¿podrías parar en aquella tienda? Quiero comprar algo. —Pidió TaeHyung a lo cual JiMin asintió.
Aparcó frente a la tienda y TaeHyung bajó a comprar, mientras esperaba al omega su alfa se colocó en alerta.
Alguien nos está siguiendo.
JiMin miró por el espejo retrovisor, notando que había una camioneta de aspecto poco confiable, por lo que salió del auto y esperó a TaeHyung enfrente de la tienda.
—¿Qué pasa? —Preguntó el rubio cuando vio al alfa afuera de la tienda.
Este se limitó a ponerse a su lado para tapar su rostro, lo acompañó hasta la puerta del auto y cuando este estaba dentro del auto se apresuró en hacer lo mismo.
—La camioneta de atrás no me da buena espina. —Le explicó antes de que pudiera preguntar.
—¿Crees que sean de la prensa?
—Puede ser.
El omega se mordió el labio, sabía que eso podía llegar a pasar.
—¿A dónde vamos? —Preguntó al recordar que JiMin dijo que tenía una sorpresa.
—Es sorpresa.
—¿No me puedes dar aunque sea un pequeño spoiler? —El alfa negó—. ¿Uno chiquito?
—No me insistas o voy a tener que decírtelo, soy malo con las sorpresas de por sí.
—Entonces dime y ya no será complicado.
El alfa negó y TaeHyung supo que este estaba resignado a no dejar salir ni una palabra, por lo que le tocaría esperar.
—¡Es un parque de diversiones! —Gritó el omega cuando vió las grandes atracciones.
—Me dijiste que te gustaba venir y decidí que sería buena idea tener una cita aquí.
—Es increíble —Sonrió mientras admiraba todo con sus ojos—. Oh, pero los de la camioneta que dijiste...
—No te preocupes por ellos, ya lo resolví —Le informó con tranquilidad, viendo como dos de sus hombres de seguridad estaban a unos metros de ellos.
Luego de ir a comprar los tickets, el omega se encargó de mostrarle todos los juegos que habían.
Desde la montaña rusa y hasta los juegos donde si ganas te daban un premio.
—¿De verdad quieres intentarlo? —Le preguntó TaeHyung al ver cómo el alfa le daba uno de los tickets al señor del juego.
—Nunca es tarde para intentar nuevas cosas.
El alfa tomó una de las pelotas y apuntó a la pila de boliches, haciéndo caer a todos en el primer intento.
—¡Es increíble! Jamás ví a nadie acertar al primer intento —Dijo el beta con mucha impresión.
—¿Cuál quieres? —Le preguntó a TaeHyung.
—El perrito amarillo —Señaló al peluche.
El hombre se lo dió y el alfa le agradeció, el omega enrolló su brazo con el del alfa, reposando su cabeza en el hombro de este.
—Todavía nos quedan dos tickets, ¿Quieres subirte a la rueda?
—Me parece bien —Sonrió.
Se subieron a la atracción y segundos después está fue arrancando.
—Es la más tranquila a la que hemos subido —Comentó JiMin.
—Si, está siempre fue mi favorita después de los carritos chocones.
—Eres un mal conductor.
—¿Por qué crees que no tengo licencia? —Ambos rieron.
Se quedaron unos segundos en silencio, admirando la vista de toda la feria.
—TaeHyung —El omega volteó a verlo—. Yo, quiero decirte algo.
—Dígame —Dijo con curiosidad.
—Bueno, desde que te vi me llamaste la atención, y creo que ya sabes que me gustas —El alfa hizo una pausa para tomar aire—. A lo que quiero llegar con esto es que desde hace unos días estuve planeando como preguntarte esto, tuve que pedirle ayuda a ChangBin porque no se me ocurrió algo que no fuera la tradicional —Rió al recordar a su amigo darle varias ideas—. Ya creo que sabrás lo que te quiero preguntar, pero igual te lo diré.
El corazón del omega se aceleraba con cada palabra que decía el alfa, deseando con todo su ser escuchar aquellas palabras que tanto ansiaba.
—TaeHyung, ¿Me concederías el deseo de ser tu novio?
TaeHyung no respondió al instante poniendo más ansioso al pelinegro.
—Pensé que jamás me lo preguntaría —Sonrió y se acercó a dejarle un beso en los labios al alfa—. Claro que te dejo ser mi novio, eres el hombre que siempre estuve buscando.
Ambos se sonrieron para volver a besarse, la luna siendo la única consciente del gran amor que empezaría a crecer con el pasar de los días.
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