Cap 2- Weapon

Sky salió de la casa de la maestra tambaleándose. Se sentía totalmente indefensa. El orfanato le había dicho que sus padres habían muerto en un accidente de tráfico, y ella se lo había creído, hasta aquel día, un año atrás. Ella iba caminando pensando en la cantidad de deberes que le había puesto el colegio, estaba tal metida en sus cosas, que no se coscó en que el semáforo estaba en rojo. De repente oyó un pitido y un frenazo. Cerró los ojos instintivamente, pero el golpe no llegó, en ese momento abrió los ojos y se encontró con un coche completamente congelado y ella rodeada de un aura azul. No esperó a que los boquiabiertos testigos se recuperasen de la sorpresa, salió corriendo sin mirar atrás. No le contó a nadie lo sucedido, menos a Madelyn, la maestra. Ella era una anciana experta en cosas sobrenaturales que la estaba ayudando a descubrir su pasado. Sky lo buscaba con ansia, pero ahora que lo conocía, prefería no saberlo. Tapó su cara con las manos. Se hubiese quedado así todo el día si no fuese por que escuchó un grito. Levantó la cabeza atenta. El grito se repitió y Sky no se lo pensó más. Echó a correr en dirección al grito y entró en una antigua fábrica, donde se encontró con un hombre que tenía sujeta a una chica y apoyaba un cuchillo en su cuello. Hizo ademán de avanzar, pero una voz le detuvo.

-Si te acercas, morirá.

Sky se giró de golpe y vio a un joven de pelo negro y ojos grises que estaba apoyado en una pared.

-¿Qué quieres?- preguntó la chica siseando.

El joven se levantó y la miró con calma. Ella frunció el ceño. Recordaba haberlo visto antes, y de repente, como en una idea, se acordó. Era uno de los chicos de la calle, uno de los que estaba con aquel hombre que había osado mirarla, un perteneciente a uno de los grupos callejeros. No sabía que hacía allí, tan lejos de su líder. Miró con disimulo a su alrededor, no había nadie más aparte del hombre, la chica, el joven y ella.

-Al fin nos conocemos- el joven hablaba con suavidad, pero había una sombra de maldad en su tono- me llamo Leo, y en cuanto a lo que quiero- se encogió de hombros- te quiero a ti.

Sky abrió los ojos sorprendida, pero no le dio tiempo a nada más, algo le golpeó por detrás y cayó al suelo, desmayada. Lo último que oyó fue la risa demoníaca de Leo. Despertó tiempo más tarde en una habitación oscura. Tenía las manos y las piernas atadas y una cinta cubría su boca impidiéndole hablar y también gritar, pensó horrorizada. Intentó quitarse las ataduras sin éxito.

-No lo intentes- dijo una voz. Sky miró a todos lados. No vio a nadie.

-¿De veras creías que me presentaría ante ti conociendo el poder que tu tienes?

Se quedó helada. No podía hablar en serio, era imposible, Leo no lo podía saber.

-Claro que lo sé.

De repente apareció una imagen ante ella del joven chico que la había capturado.

-¿Sabes que es esto?- mostró un aparato con ondas extrañas. No esperó respuesta, de todos modos, no podría habérsela dado- es un recolector de memoria, un aparato capaz de indagar en los recuerdos de la gente. En realidad, yo no tengo nada en contra tuya, solo te iba a matar por una venganza a Zachary- sus ojos se entrecerraron con furia- me dejó en ridículo delante de todo el grupo, y me desterró.

Sky sabía quien era Zachary, todo el mundo lo sabía, era el líder de la banda criminal más grande de toda Canadá. Muchos policías andaban en su busca, pero nadie lo había pillado cometiendo algún crimen.

-Yo era su mano derecha- continuó Leo- y ahora entiendo que es lo que vio en ti- la observó con atención- tienes poderes de hielo- sonrió con suficiencia- se me ocurren muchas formas de utilizarte antes de matarte.

Entonces Sky perdió el control. Su cuerpo se rodeó de una aura y sin problemas rompió las ataduras que la ataban. Desde la pantalla Leo retrocedió con miedo y miró a un lado suyo para dar una orden. Instantes después entraron varios hombres armados en la habitación. Sky los miró con odio y levantó una mano. Una ráfaga de aire gélido lanzó a cuatro hacia atrás, pero los otros tres resistieron a duras penas. Dispararon, pero no llegaron a su objetivo, pues las balas se congelaron al momento. Los hombres soltaron sus armas y corrieron hacia ella para buscar el combate cuerpo a cuerpo. La chica golpeó a uno en la nariz y se giró para darle una patada al otro, ambos recularon doloridos, pero volvieron al ataque, después de varios golpes la joven los dejó noqueados. El último echó a correr hacia la salida, pero Sky no se lo permitió. Lo agarró por detrás y lo golpeó una y otra vez con la cabeza contra la pared hasta que cayó inconsciente. Se dirigió caminando a la salida y aún tuvo que derrotar a otros reclutas antes de llegar a la azotea. Allí le esperaba una persona, Leo.

-Has logrado llegar hasta aquí, estoy sorprendido.

-No lo estarás cuando te derroté- respondió la chica.

Corrió hacia el joven para darle un puñetazo. Leo lo esquivó sin problemas y contraatacó con otro movimiento. Era un intercambio de golpes, pero la chica pronto se dio cuenta que el joven era más experto en artes marciales que ella. Leo la golpeó y la tiró al suelo.

-Parece que esto ya se acaba- dijo.

Sky sangraba por varias heridas, pero aún así encontró fuerzas para ponerse de pie.

-Nunca me voy a rendir- cerró los ojos y concentró sus poderes. Los abrió y generó una onda expansiva de hielo.

Después de la explosión, Leo se hallaba de rodillas sangrando a mogollón.

-Yo era su favorito, pagarás por esto- dijo Leo

Sky le ignoró y se fue, la victoria le había dejado un sabor agridulce.

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