Cap 1- Descubriendo el pasado.
Actualidad 2018, Ottawa, 10:30 am
Una chica caminó sin descanso por una de las calles más grandes de la ciudad, tiene aproximadamente 14 años. Cruza la calle sin pararse a mirar, lo que ocasiona algunas protestas de la gente, ella no los hace caso, tiene muy claro adónde va. Sin embargo algunos no están de acuerdo con su forma de pensar. Un hombre alto y fornido la agarró y la hizo girarse.
-¿Quién eres tú para hacer lo que te venga en gana? Puede que a ti no te importe, pero aquí hay unas normas que evitan el ataque de más terroristas.
La chica frunció el ceño, había oído hablar de varios disturbios, pero no creía que fuesen tan importantes como el hombre insinuaba.
-¿Qué pasa? ¿No respondes?- preguntó él irritado.
-¿Qué quieres que responda?- respondió. Tenía una voz amable, pero con un tono de fiereza que se marcaba más en su mirada. Esto lo pudo comprobar el hombre cuando ella le miró a los ojos, unos ojos azules y más fríos que el hielo. El hombre agachó la mirada intimidado y la soltó. La chica lo miró con calma y se alejó de allí. Solo cuando ya estuvo lejos los testigos se atrevieron a hablar.
-¿Qué mierda acaba de pasar?- preguntó uno bajito pero ancho de hombros- venga ya Zachary, no me creo que te hayas asustado de una chiquilla.
-Cállate Leo- masculló mientras recogía su mochila.
Leo rió como un loco.
-Mirad a Zachary, nuestro supuesto líder tiene miedo de una niña.
Volvió a reír, pero una mano le agarró del cuello y lo golpeó contra la pared.
-Escúchame bien- le susurró Zachary- tú no la miraste a los ojos, tú no sabes el poder que ella tiene.
Luego le soltó. Se alejó un poco, pero cambió de idea y volvió sobre sus pasos para darle un puñetazo en la boca. Leo se llevó las manos a la boca, dolorido. Levantó la cabeza y miró a Zachary con odio.
-Me da igual quien sea ella, la mataré para que veas que estás muy equivocado- dijo. Luego escupió un poco de sangre y se alejó cojeando. Zachary lo vio marchar pero no lo detuvo.
Mientras tanto, la chica que había generado tantos problemas y a la que Leo había jurado matar, había llegado a un edificio antiguo. Llamó a la puerta y esperó respuesta, esta no llegó. Iba a volver a llamar cuando la puerta se abrió en silencio y apareció una anciana que vestía una túnica.
-Te estaba esperando.
La anciana echó a andar hacia el salón de la casa y la joven de los ojos azules la siguió.
-¿Para qué me ha llamado maestra?
La anciana no respondió a la pregunta. Solo le indicó un asiento, la chica se sentó agradecida, pero declinó la oferta de una coca cola. Finalmente la mujer se sentó en un sillón enfrente de la chica y la miró por debajo de sus gafas de media luna.
-Hace tiempo me pediste que investigara tu pasado Sky- dijo.
Sky abrió los ojos muy atenta.
-Sin embargo, no sé si deberías saberlo- continuó.
-¡¿Qué!?- se alteró la joven.
-Así es- asintió la anciana- sé que llevas mucho tiempo buscando tu pasado, pero no puedes saberlo, al menos no ahora.
-¿Por qué?- preguntó Sky desolada.
La anciana la miró con pena. Se acercó a ella y le hizo alzar la cabeza.
-Esos poderes que tienes en tu interior, son muy peligrosos Sky, tienes que reprimirlos.
-No puedo... no puedo controlarlos- sollozó- ¿Por qué soy así maestra?
Ella no contestó.
-Sé que no quieres que lo sepa, pero... Necesito saberlo- alzó la cabeza decidida- si no, no podré seguir adelante.
La maestra suspiró.
-Esta bien, pero debes prometerme que no le dirás a nadie lo que te voy a contar.
Sky asintió y se preparó para escuchar. La anciana comenzó a hablar.
-Hace cinco años tus padres recibieron la misión de congelar el teseracto...
-¿El teseracto?- preguntó Sky. La maestra asintió.
-Es un objeto muy poderoso de origen desconocido.
-Ah.
-Lo iban a congelar en un laboratorio secreto llamado "Ice Laboratory", pero al final no era tan secreto como ellos pensaban, tú estabas allí cuando ocurrió.
-¿Ocurrió? ¿El qué ocurrió?
-El fallo claro. La máquina tenía un fallo y provocó una explosión de la que nadie salió con vida excepto tú. El teseracto no solo te mantuvo con vida, si no que te dio poderes de hielo, pero a cambio...
-Perdí la memoria- completó Sky. Había palidecido exageradamente y esa palidez contrastaba con su cabello marrón.
-Así es.
Sky se levantó tambaleándose y se fue a la puerta.
-Quédate aquí esta noche- le propuso la anciana.
-No puedo- la joven hizo un esfuerzo por sonreír- debo ayudar en el orfanato.
Salió de la casa y cerró la puerta. La maestra se quedó mirando el lugar por el que había salido.
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