4. El trasfondo de mucho
[🐇]
El día de Hanni no había comenzado bien, su tarde... bueno no resultó mucho mejor.
Estaba en su habitación, terminando tarea de literatura que se enteró tenía gracias a un atento correo por parte de su maestra, deseándole a su vez que se mejorara pronto. No tenía mucho que hacer, pues sus "amigos" hasta ahora no la consideraban recíprocamente una amistad fija en el circulo social, por ende estaba sola.
Yunjin no estaba en la habitación, y después de la pequeña plática con Hyein, se cuestionaba un poco la propuesta social que Danielle le ofreció, más que nada la razón de aquello era Chaewon.
Y hablando del rey de Roma.
Hola Hanni, soy yo (otra vez)
[18:40pm]
Te mando la invitación para la pequeña reunión del viernes. Estará repleto de chicas y chicos del departamento de Artes, te encantará!
[18:40 pm]
Son 5 pases, Kazuha me comentó que querías invitar a tus amigas. Espero que asistan <3 xoxo
[18:40 pm]
Kazuha había mentido respecto aquello último. Hanni no le había pedido a la japonesa que las invitara, pero la vietnamita no le tomó importancia. Pensó que tal vez esa era la única manera de convencer a las demás para que le dieran cinco invitaciones, más que nada porque Kazuha prefirió un momento más privado para decírselo indirectamente.
Sonrió ante el mensaje, de nuevo. Vamos era imposible resistirse al encanto Marsh, esa chica sabía bien como hacer sentir incluidas a las personas, y aunque se tratara de algo general, probablemente algo que hiciera con todo el mundo, se sentía agradable.
Bien, tal vez podría disponer de un pequeño descanso. Comenzaba a anochecer y no se había parado de aquella silla durante un par de horas, necesitaba estirar las piernas, o por otra parte... recostarse en su cama un momento.
Lo único que necesitaba era salir de esa silla, entonces; aprovechando que tenía su celular en mano se dispuso a revisar notificaciones. Extrañamente, y tal vez para bien, desde que llegó a la escuela no revisaba mucho el dispositivo. Aquello era bueno pues disminuía su tiempo frente a la pantalla, pero no le agradaba mucho solo tener notificaciones del comité académico. Especialmente los correos raros que comenzaron a llegar cuando dio click a ese link.
Spam, pensó.
[Ban Haesoo] 1:35 am
Para mi.
Muchas gracias por aceptar la invitación de nuestro equipo de reclutamiento, has entrado a nuestra base de datos de concursantes exitosamente. Se te enviarán correos mensualmente para comunicarte tus tareas asignadas, pero esto puede no ser constante.
Recuerda que una vez dentro no hay vuelta atrás. Tu participación en el proceso de iniciación se ha vuelto obligatoria. En caso de querer terminar con esta, no será posible pues te verás suspendida y eliminada completamente del programa.
Se te enviará un correo posterior con las políticas generales de Ditto.
Tus datos de ingreso a la plataforma, son los siguientes:
ID: 061004
Contraseña: 1432997
Importante: Es de crucial consideración que esta información no sea compartida con terceros. Tú participación dentro del programa es secreta. Por favor, pedimos mantenerlo así.
—¿What? —creyó que la situación del correo con dudosa procedencia, había terminado cuando decidió ignorar aquella página a la que fue guiada una noche anterior, pero parecía una situación diferente.
Prefirió volver a hacer de vista gorda y no involucrarse más, lo que menos quería era ser partícipe de bromas a los recién llegados. Nunca fue fan de las iniciaciones a las facultades, le parecían todo menos divertidas. Denigrantes era la palabra. Y si tenía que hacer lo imposible por evitar bromas de ese tipo, lo haría, aunque implicara ignorar correros que probablemente eran importantes como defensa ante posible engaño.
Había tenido una buena racha de estudio esa tarde, y estaba cansada, así que se dispuso a revisar otras cosas en su celular.
[Low battery 15% remain]
—Ugh —aunque no lo quería, tuvo que ponerse de pie para caminar un poco y tomar su mochila en búsqueda de su cargador. Apenas y había ocupado su teléfono ¿por qué la batería estaba tan baja? Bueno, probablemente olvidó conectarlo la noche anterior.
En ese caso, su teléfono si que era potente.
Tomó el morral de las correas, percatandose extrañada del incremento de peso en el mismo, si bien Hanni era una persona precavida que llevaba siempre consigo lo necesario, se le hacía novedosa la pesadez, pues reconocía a la perfección y por costumbre la caída ideal de la misma en su espalda. Frunció el ceño, abriendo el cierre, buscando el objeto que tal vez olvidó echó ahí.
Toallas húmedas, unos pañuelos, estuche de dibujo, libro de lengua, carpeta, pinceles... no fue hasta que llegó al fondo de la bolsa que encontró un sobre amarillo con cualidades que desconocía. Hanni no tenía sobres amarillos, ella usaba azules para sus documentos importantes y tenía un stock completo que su madre compró por lote en amazon.
—Qué es esto... —la costumbre de hablar consigo misma parecía algo que terminaría adoptando al pasar tanto tiempo sola en ese cuarto.
Cuando tomó el sobre y lo sacó de su mochila se percató de que aquello era lo que llevaba de más, la disminución de peso fue notoria. Curiosa por lo que tenía en sus manos, y también un poco dudosa de cómo había llegado ahí se cuestionó si debía abrirlo.
El sobre contenía al frente la imagen de un conejo corriendo, el cual se le hizo familiar, muy familiar. No fue hasta que recordó la imagen en el primer correo que recibió la noche anterior, que supo dónde había visto aquel pequeño dibujo antes. El sobre estaba un poco maltratado, se encontraba doblado de las esquinas y tenía varias manchas de procedencia desconocida en toda la superficie. Por aquello no planeaba abrirlo, le parecía inquietante, sí, pero no se le hacía higiénicamente correcto.
Pensó eso hasta que logró observar en la parte inferior del sobre unas letras que deletreaban su nombre.
-Hanni.
Acompañadas del pequeño mensaje que al final parecía tener un emoticón el cual, le guiñaba el ojo. Eso no pudo parecerle menos misterioso.
Al final terminó abriendo el paquete, encontrándose con varias fotos que explicaban el peso del fólder, podría haber calculado unas cincuenta, o más. Las hubiera contado, de no ser por lo que vio en ellas cuando decidió sacar una de las polaroids para ver el contenido.
TW: descripciones explícitas, sangre, muerte. [todo en esta historia es ficticio]*
El estómago de Pham se revolvió ante la imagen. Tal vez no haya sido tanto la grotesca imagen de los cuerpos llenos de sangre que pudo ver en las fotos, ni la pistola que se mostraba explícitamente dentro de la boca de uno de estos. Lo que hizo que su cabeza doliera, y lo hiciera con fervor, fue que reconoció a la persona que estaba detrás de la situación.
Al sacar el resto de las instantáneas, pudo ver con claridad el rostro de Kim Minji asomándose en una de las imágenes. No había nada que negar, su nariz recta y sus cejas prominentes, su figura delgada sosteniendo una pistola ¿Por qué sostenía una pistola?
El ardor de su estómago llegaba a su garganta poco a poco, la adrenalina en su ser la hizo quedarse paralizada. Había muchas fotos, y todas ellas mostraban imágenes de personas ensangrentadas y asesinadas de manera diferente, llegó a una que fue prácticamente el límite de su estómago.
Una chica de tercer año, portaba el uniforme de la escuela, pudo suponer su edad por el color de sus calcetas, su rostro estaba destrozado, parecía que alguien la había golpeado hasta desfigurarle la cara. Sangre salía de cada uno de sus orificios faciales, ojos, boca, oídos, nariz, tenía moretones por todas partes y el rojo vivo de su plasma estaba disperso por el suelo en el que yacía muerta, o medio muerta... uno de sus ojos estaba abierto, mirando al vacío.
Otra de las fotos, mostraba a Minji de espaldas, tomando algo del piso con lo que parecía un cuchillo en sus manos, era ella, lo sabía porque su cabello era completamente reconocible, su postura recta y sus hombros lisos, todo eso seguía bien grabado en su mente desde la mañana.
Con los ojos inundados de lágrimas y las manos temblorosas a más no poder, Hanni guardó bruscamente las fotos en el sobre y pensó qué rayos hacer con el contenido en sus manos y con la información que acababa de obtener. No era algo que quisiera, tampoco sabía quién decidió que un sobre con pruebas de asesinato era la mejor bienvenida a la escuela, pero ahora estaba en su mente y tenía que aclarar dudas.
Se secó las lágrimas con brusquedad, cuando de repente la puerta de la habitación se abrió.
Yunjin, Sakura y Eunchae entraron haciendo mucho ruido en los pocos metros cuadrados. Por la sorpresa, y el miedo que corría por sus venas no pudo hacer más que soltar un pequeño grito. Las otras tres chicas también se sorprendieron por el pánico de Pham.
—Hey ¿estás bien? —Yunjin le obsequió una mirada preocupada, dejando de lado su animosa plática.
—¿Cómo sigue tu espalda? fuimos a buscarlas después de clases, pero la enfermera nos dijo que escaparon —Eunchae se le acercó velozmente con los ojos entrecerrados, cosa que hizo que Hanni casi tirara al suelo la última foto que sostenía en sus manos.
Aún no decidía qué hacer con aquello, y no quería meter en problemas a las otras, así que se guardó la imagen en el bolsillo de su chaqueta.
—Cierto, inclusive planchamos tu uniforme, pero no te vimos —agregó Sakura, señalando con la cabeza su armario, en el que supuso estaba el traje.
—Uhm, ya estoy mejor, muchas gracias —agregó sonriente, tomando la mochila y dejándola debajo de su escritorio —. El ambiente ahí no era el mejor, todas gritaban y peleaban. No era agradable —explicó negando con su cabeza y manos.
Yunjin mantenía la cabeza ladeada, observándola.
—Lloraste.
—¿Qué?
—Estabas llorando —soltó, señalándola con el dedo índice.
—N-no, claro que no —contradijo Pham, preocupada por que las demás se enteraran de lo que pasaba.
—¡Es verdad, tienes los ojos rojos y moco transparente saliendo de tu nariz! —agregó Eunchae, acercándose más de lo que ya estaba a su rostro.
—¿Qué pasó, Hanni? —cuestionó Sakura, preocupada, haciendo a un lado a la menor de todas para poder abrazar del hombro a la vietnamita.
No quería involucrar a sus nuevas casi amigas en situaciones que se veían peligrosas, y si se trataba de una broma, tampoco quería que ellas se vieran afectadas si es que las personas que la planificaron trataban de arruinar su reputación. Entonces, pensó rápido una excusa que pudiera funcionar para el momento.
—Recordé a mi madre... ella, yo... la extraño —habló, un tanto dudosa. Usó como beneficio la carta de la nostalgia, y se sorprendió por haber creado una mentira que hasta ella misma se creyó—. Somos muy unidas, y no la veré hasta las vacaciones de verano.
—Oh... —habló por lo bajo Eunchae, parecía que se arrepentía de haber señalado el líquido que salía de las fosas nasales de la mayor.
—Te entiendo perfectamente —Sakura la hizo tomar asiento en la cama y le dio unos cuantos golpecitos de cariño en la cabeza—. Es difícil al principio, pero te acostumbrarás. Al final, verás que las fechas vacacionales las disfrutas más cuando llevas tiempo fuera de casa.
No era que Hanni no extrañara a su familia, pero probablemente esa mentira que dijo (la cual, sonaba muy real) se encontraba bastante alejada de la realidad. Pensaba que extrañaría su casa cuando saliera del aeropuerto, cuando estuviera sola en el taxi o cuando se encontrara en una habitación que no era la suya, en un lugar en medio de la nada. La cosa era, que por el contrario a lo que pensaba; no se sentía melancólica por dejar su hogar, ni por su madre o su padre. Sus recuerdos de hace unos días, parecían haberse quedado fuera de la institución, hasta del país, y sentía que ya hacía mucho que no veía a sus progenitores, como su hubiera dejado de extrañarlos hace tiempo, todo eso a pesar de solo llevar ahí dos días.
—Verás que el ciclo escolar pasará volando —agregó Eunchae —. Hace seis meses que estoy aquí y se han sentido como tres. No te preocupes Pan.
Y aunque no se encontraba mal por eso, fue suficiente para hacerla sentirse un poco reconfortada y olvidar algunos instantes las atrocidades que había visto hacía unos minutos en aquel sobre escondido en las profundidades de su mochila.
—Gracias, chicas —sonrió Hanni, arrugando un poco la nariz.
—Bueno, dejemos de lado la tristeza —palmeó al aire Yunjin, reanimando la habitación—. Hoy es noche de películas, y veníamos justamente a invitarte.
—Hoy veremos evangelion —asintió Sakura.
—Cabe recalcar que ninguna de nosotras estaba de acuerdo —expresó Eunchae —, pero Hyein y Sakura apostaron las películas de esta semana, y la tonta de Lee perdió. Entonces podemos culparla.
—Honestamente, no sé que habría sido peor; el anime confuso sacado de la biblia de Kkura, o un reportaje sobre las avispas asiáticas de Hye.
—No es confuso, tal vez solo no tienes el IQ para comprenderlo. —alardeó la nipona, mientras que Yunjin solo puso los ojos en blanco.
—Por cierto —recordó Eunchae, poniéndose de pie — ¿No has visto hoy a Hyein?
Yunjin y Sakura asintieron, como si estuvieran de acuerdo en lo que la menor decía. Recordándolo.
—Cierto, no la he visto tampoco desde la mañana ¿se fue contigo?
Entonces Hanni recordó la pequeña plática que tuvo con la coreana menor.
—No salimos juntas —repuso, rascando su cabeza —. Pero la vi en la tarde, en el comedor.
También recordó que desayunó con el grupo de Marsh y que las habían invitado a una fiesta el viernes.
—Déjame adivinar, fue a la biblioteca —acertó Kkura, con su dedo apuntando hacia la vietnamita.
—Creo que sí —Hanni indagó en sus recuerdos—. Estaba un poco molesta conmigo... ella... —omitía detalles, no quería, pero tampoco sabía cómo las demás tomarían el hecho de que prácticamente decidió el grupo de Marsh sobre ellas. Les diría después lo de la invitación—. En la mañana se arrancó la intravenosa para irse, yo le dije que debía comentarles, pero no le gustó que llamara su atención. Al final lo entiendo, no me conoce, pero a ustedes si; entonces pensé que era necesario que se los dijera.
—Esa niña me va a matar un día de estos —susurró Yunjin, tomando el puente de su propia nariz—. No nos dice donde está, se la pasa deambulando por el bosque, ignora mis llamadas. Ni siquiera nos avisa si vendrá o no.
—Está en la pubertad, cosa de adolescentes pubertos —explicó Sakura, direccionándose a la puerta de la habitación.
—Eunchae tiene su edad y no se la pasa haciendo esas cosas. Hyein necesita que alguien le ponga un límite, que la eduquen. —contradijo la estadounidense.
Aquello si que no le pareció a Hanni. Se notaba que Hyein era una joven diferente, en el aspecto de relacionarse con los demás. Sí, tal vez era solitaria, y tal vez tenía hábitos un poco extraños, pero eso no la hacía menos educada que otros. Al fin de cuentas, todas las personas poseen características diferentes, y las escalas de comportamiento no son lineales.
—Bueno, hablaré con ella mañana. No quiero pensar en eso ahora —finalizó Yunjin, abriendo la puerta.
—¿A dónde vamos? —cuestionó Hanni ante el repentino empujón de Eunchae hacia la salida. Pensó que verían películas, pero ahora salían del cuarto.
—A ver evangelion —respondió Sakura, cerrando la puerta detrás de ellas con seguro, pudo afirmar eso cuando escucho el pip, del cerrojo con clave.
—Hay una TV en el cuarto de Kkura unnie, y no comparte habitación con nadie, así que hay más espacio y no tenemos que estar todas apretadas frente a la computadora de Yunjin.
Aquello le pareció impresionante, y aunque no tenía muchas ganas de estar fuera de su cama, agradeció el gesto de las demás en considerarla parte del grupo. En ese momento, se arrepentía con fuerza de haber abierto aquel sobre, pues ahora su sentimiento de seguridad y tranquilidad estaba arrebatado, destrozado, y tenía miedo, miedo de que apareciera Minji afuera de su puerta, miedo de que todo eso fuera real, y miedo de poner en peligro al resto.
Hyein no llegó a la noche de películas, conociéndola, Eunchae dijo que estaría leyendo otra vez las enciclopedias de micro animales que la profesora Kahei le había prestado para su proyecto de ciencias.
La noche había pasado rápido, y Hanni encontró más interesantes de lo que esperaba esas películas de las que mucho se quejaron Yunjin y la menor. Aunque, debido al dolor en su espalda y a que no quería dormir en el piso, Hanni decidió que lo mejor era regresar a su habitación.
Pensó que Yunjin también iría, y que lo usaría como excusa para poder escapar de ese "maratón del aburrimiento", como lo había llamado hasta ahora. Pero, cuando se puso de pie y comenzó a despedirse, se percató de lo cómoda que se encontraba la estadounidense, recargada y dormida en el hombro de Sakura, quien parecía no pestañear ante la pelea de Asuka y unos robots que según lo que había entendido, eran también Evas.
—Bueno, las veré mañana. —Eunchae asintió ante las palabras de Pham, dirigiendo una despedida alegre con su mano y advirtiéndole que tuviera cuidado con el ruido, pues a esa hora todos deberían estar durmiendo y no quería que se ganara un reporte.
La puerta se cerró, y de repente la vietnamita se encontraba otra vez sola, en el pasillo.
Por lo que suponía, no tenía razón por la cual alarmarse. Recordaba que Danielle mencionó lo de los dormitorios, y recordaba también que había visto a Minji con un pin dorado que tenía el logo de Ditto, así que estaban algunos metros lejos, estaba segura.
Era cierto que la noche carecía de ruido, lo único que se escuchaba en el pasillo eran sus pasos huecos por el corredor. Temblaba de frío, recordaba las fotos que vio hace algunas horas ¿Podría ser eso por lo que Minji mostraba tanto interés en ella, en sus horarios? ¿Para ser su próxima víctima?
El simple pensamiento de aquello le erizó la piel, y un ruido a sus espaldas la hizo saltar. Todavía tenía que bajar dos pisos para regresar a su cuarto, y apenas había llegado a las primeras escaleras.
—Calm down Hanni, calm down —se dijo a sí misma mientras bajaba. Tal vez solo estaba un poco paranoica.
Cuando llegó al último escalón, otro ruido se hizo presente detrás de ella. Volteó con brusquedad, pero había solo una planta de corredor y luces cálidas que alumbraban el perímetro. Miro hacia los lados, nada, las puertas de las habitaciones; cerradas.
—¿Q-quién está ahi? —titubeó. Su intención no era esa, al contrario; su intención era no mostrar miedo ante quienquiera que estuviera haciendo esos ruidos, pero el miedo la invadió. No esperó respuesta alguna y comenzó a acelerar el paso hasta las escaleras del último pasillo que faltaba bajar para llegar a su recamara, estas se encontraban en la esquina.
Honestamente, era un camino largo, y por alguna razón temía llegar a las mismas, pues eso implicaba frenar su velocidad para evitar accidente alguno.
Mientras lo hacía, decidió no mirar atrás, principalmente porque el sonido de sus dos pies, ahora era de cuatro, el tac-tac de sus zapatos, se había convertido en un tac-tac-tac-tac. Para su oído, eso significaba que alguien la seguía, principalmente porque el segundo tac-tac se escuchaba algunos pasos lejos, y detrás de su propio sonido.
Llegó a las escaleras y las bajó como nunca antes, sin miedo a caerse. Le preocupaba más caer en las manos de un posible asesino que tener un esguince. Pudo notar que su posible persecutor se detuvo parcialmente cuando llegaron a las escaleras, confundido al no saber en qué dirección había ido la vietnamita, y tomó aquello como una oportunidad para correr. Se deslizó por el barandal y bajó los escalones casi saltando, aterrizando en el piso y sintiendo un pequeño dolor en la espalda superior debido a sus hematomas mañaneros.
—Dammit, dammi, dammit —corría a prisa, y teniendo cierta ventaja con la persona que la perseguía, decidió voltear por única vez para ver si podría reconocer su rostro. Cuando lo hizo, se encontró con un individuo de chaqueta y capucha negra corriendo escaleras abajo, no vio su rostro, pues lo mantenía cubierto por una mascarilla negra y este se encontraba de espaldas, pero sí que vio sus cabellera. Parcialmente reconocible.
Terminó de recorrer el último tramo hacía el tan anhelado lugar seguro, fue rápida, bastante, pues cuando ella ya estaba en la puerta, la persona que la perseguía apenas estaba bajando los últimos escalones, aún sin saber donde estaba la de flequillo.
Hanni estaba exhausta, sin aliento, pero eso no la detendría, no se atrevería a descanzar en un momento así. Colocó su mano en el cerrojo y cuando creyó que había terminado todo...
Pip.
Mierda.
Intentó abrir de nuevo.
Pip.
—No, no, no —dejó la tarjeta en la habitación. Olvidó que Sakura había cerrado la puerta, y que no tuvo tiempo de recordar llevar su llave, todavía no le pedía la clave de la habitación a Yunjin. Se maldijo internamente por posponer preguntarle aquello todas las veces que pudo hacerlo. La desesperación en su ser y el miedo de caer en las manos de la persona misteriosa, que cada vez se encontraba más cerca, la poseyeron.
No quería morir, y pensó que fue una tonta al pensar que sería mejor regresar sola, en medio de la noche a su habitación; en vez de quedarse dormida en el piso un par de horas, aunque probablemente con dolor de espalda, pero seguiría viva.
—¡Maldita sea! —exclamó, cuando el último pip, fue acompañado de un "Por favor, ingrese su contraseña. Un intento restante."
Podría correr, salir de los dormitorios y buscar a alguien que le ayudase, pero nada la garantizaba que esa persona trabajara sola. El pánico no la dejaba pensar, se metió dentro de sus huesos. Lo único que se le ocurrió, fue tratar de adivinar la contraseña en los pocos segundos que le quedaban antes de que el encapuchado misterioso llegara a su lado.
"Piensa Hanni, piensa" era un ganar o morir, literalmente.
—Okay, so... —se calmó un poco, tenía que pensar con la cabeza fría. Los pasos en el corredor se volvían cada vez más fuertes, tenía que esconderse en ese preciso momento.
Hanni miró por última vez la cerradura, las teclas de número un tanto borrosas por el tiempo de uso. Estaba segura de algo; ella sabía la contraseña.
¿Cuál es la contraseña?
1) 227022
2) 220722
3) 143299
Hola! Volví después de dos semanas.
¿Qué tal les va pareciendo todo? ¿Tienen teorías?
Desde cuando quería actualizar, pero ando algo estresada por los exámenes de admisión a la uni TT
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Primero, gracias por leer, comentar y votar. Siempre me ayuda mucho leer su feedback, sus comentarios y sus teorías, me motiva mucho <3
Hice un par de anuncios en mi tablero, pero lo diré por aquí por si alguien no lo vio.
Espero sinceramente que wattpad no baje algunas de mis historias que tienen este contenido digamos... violento, pues he visto que muchos autores andan ahorita con ese miedo. Si bien, no escribo cosas "maduras", ocupo mucho esta parte explícita en peleas, golpes, etc.
Mi propuesta, porque no quiero dejar morir mi historia, es pasarme a otra plataforma. Me gustaría saber sus recomendaciones para esto, por ahora he pensado en inkit, twitter, ao3 , pero estoy abierta a posibilidades.
De igual manera, si no hay problema alguno y mis historias no son eliminadas, seguiré publicando por aquí.
Por otra parte.
He estado dejando pistas en discord. Si gustan darse una vuelta, andaré un tanto activa.
Se viene más contenido, chequen la página.
Gracias por leer! Perdón si hay algún error por ahí.
-dust
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