Capítulo 21: Casa sola

Capítulo 21: Casa sola

Por supuesto que no iba a quedarme en este lugar sabiendo que iba a estar a solas con el esposo de mi madre que encima era mi puto ex.

Ni de coña.

Apenas mi madre se fue, yo me cambié y salí a tomar un café con mi amiga André y luego cuando ella se tuvo que ir me quedé por un centro comercial dando vueltas y comprando algunas cosas hasta que se hicieron casi las 9 de la noche y regresé con las bolsas a la casa.

Apenas entré estaba Ian en la sala con una mano en la cabeza, su mirada de ojos verdes se clavó en la mía pareciendo de repente furioso y se levantó.

—¡¿Se puede saber donde estabas?! —me gritó.

Lo miré con desdén quitándome la chaqueta y colgándola a un lado junto con los zapatos, el piso afuera estaba húmedo y no quería encharcar el piso.

—Salí —me limité a decir.

—¿A dónde? —cuestionó.

—A dónde no te importa —repliqué.

Ian se acercó a mí y le hice frente, se notaba que estaba fúrico, su rostro rojo, su quijada apretada.

—No me provoques —dijo entre dientes—, ¿por qué no contestabas el puto teléfono?

En realidad me parecía de lo más divertido verlo así de enojado.

Simplemente me divertía amargarle la vida.

—Estaba ocupada —dije—, solo no te me acerques, ahora que mamá no está mantente lo más alejado que puedas de mí ¿bien?

Él alzó una ceja.

—Hablas como si te acosara —replicó—, ambos sabemos que siempre haces lo que te viene en gana.

Uh, eso sonaba a rencor, sonreí mirándolo en evidente burla cuando dije:

—Ah, ¿lo dices por Theo y porque me acosté con él? —observé como apretó la quijada, al vena de su frente sobresaliendo de lo marcada que estaba.

Me divertía verlo así.

Quería que se retorciera.

—Si te interesa saber —continué—, folla bien rico y la tiene bien grand...

Me interrumpió tomándome de los hombros y me pegó de la pared de manera brusca e inesperada, jadee apenas reaccionando, no me lastimó, pero sí me sorprendió. Se inclinó hacia mí, su respiración agitada, su mirada clavada en la mía.

—¿Por qué me haces esto? —dijo entre dientes.

Alcé ambas cejas.

—¿Qué? —pregunté como si fuera inocente de mis provocaciones.

—Sacarme de quicio —soltó.

Le puse los ojos en blanco y sonreí diciendo:

—¿Acaso no soportas la idea de verme con alguien más?

Él no respondió, me incliné hacia adelante invadiendo su espacio personal y dije:

—¿No soportas la idea de que otras manos me toquen y me hagan gemir?

Él apretó los ojos, su rostro empeorando su sonrojo, parecía todo un tomate. Sonreí sabiendo que lo molestaba aún más y agregué para matarlo:

—Debe de dolerte que tú nunca lograste darme un orgasmo.

Me agarró del cuello con su mano y me estremecí ante la excitación, debía de estar mal que me gustara que me agarrara de esa forma, mi corazón latiendo desenfrenado cuando fijó su mirada oscurecida en mí.

—Las cosas han cambiado —susurró, su aliento chocando con mi boca—, pregúntale a tu madre, ella te dirá lo bien que la hago venir.

Que mencionara a mi madre me molestaba.

Me reí con ironía y respondí con sarcasmo:

—¿Sabes que los que mucho hablan poco hacen? Tienes cara de mal polvo en todos lados.

Él apretó el agarre en mi cuello, pero no me ahorcaba, sino que... me excitaba cada vez más.

—Deja de provocarme —soltó—, ¿qué es lo que quieres? ¿qué te arranque la ropa y te folle aquí contra la pared?

Me estremecí, mi cuerpo entero completamente caliente al imaginármelo haciendo eso, pero otra parte de mí lo despreciaba y solo quería alejarlo.

Esto no era correcto.

No debía de sentir este deseo que incrementaba cada vez más.

Tenía que huir de aquí.

—Solo quiero que alejes tus putas manos de mí —dije y lo empujé, él me soltó pareciendo desestabilizado y yo empecé a caminar rápidamente hacia las escaleras.

—¡Eres una loca! ¡¿lo sabes?! —me gritó— ¡Te crees que te la sabes todas! ¡pero lo cierto es que te falta amor!, ¡eres una completa amargada!

Me detuve, este desgraciado se creía con el derecho de gritarme, solo me molestaba cada vez más sus señalamientos. Me voltee hacia él señalándolo con un dedo, sentía que de mis orejas brotaba humo.

—¡No digas lo que soy o no soy! —grité molesta y me acerqué hasta quedar frente a él—, ¡tú no sabes nada de mí y deja de meterte en mi puta vida!

—¡Eres una loca! —me gritó en mi cara.

—¡Tú un estúpido! —refuté.

—¡Amargada!

—¡Hijo de pu...!

Él me interrumpió agarrándome de las mejillas inesperadamente y pegó sus labios a los míos devorando mi boca en un beso lleno de furia...

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Yaaaa vaaaaaaaaaaaa pero queeeeeeeeeeeeeeeee AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! jajajajajaj xD nos leemos pronto, recuerda votar por una maratón eh :D

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