𝒙𝒊. 𝖺 𝖽𝖾𝖺𝗍𝗁 𝗐𝗂𝗍𝗁 𝗇𝖾𝗐 𝗉𝗋𝗈𝖻𝗅𝖾𝗆𝗌
【 CAPITULÓ ONCE 】
UNA MUERTE CON NUEVOS PROBLEMAS
━━ EDA SE DESCONECTÓ por unos minutos mientras bajaban el ataúd a la tumba.
Por el rabillo del ojo, vio a Finn Shelby, ahora de trece años, inclinado sobre la tumba para mirar.
Puso suavemente su mano sobre su hombro y tiró de él hacia atrás para pararse frente a ella y Thomas.
─Ya basta Fifi─ susurró, pellizcando la nuca de Finn a modo de advertencia.
─¡Está bien, está bien!─ Se quejó Finn, apartando las manos de Eda.
Thomas les dio a ambos una mirada de regaño, lo que hizo que se enderezaran.
Eda le lanzó a su amante una sonrisa tímida y se acomodó de nuevo a su lado.
El sacerdote terminó el servicio y le dio a Thomas un rápido asentimiento.
Thomas respiró hondo y se alejó del lado de Eda para su discurso.
Eda se sorprendió cuando Thomas le dijo que quería hablar en el funeral, le dijo que le hizo una promesa a Freddie y que tenía la intención de cumplirla.
─Le prometí a mi amigo Freddie Thorne que diría unas palabras en su funeral, si moría antes que yo─ Thomas comenzó ─Y se esa promesa antes de que se convirtiera en mi cuñado, cuando estuvimos en Francia, luchando en nombre del rey─
─Amén─ Arthur proclamó en voz alta, tratando de ser de apoyo.
Thomas lo ignoró cuando Karl comenzó a llorar.
─A fin de cuentas, no fue la guerra la que se llevó a Freddie, si no la peste. Pero Freddie le transmitió su alma y su espíritu a una nueva generación antes de ser arrebatado─ Thomas hizo un gesto a su sobrino en los brazos de Ada.
Thomas comenzó a leer el poema favorito de Freddie, pero Eda mantuvo su atención en Ada.
Su amiga no tenía lágrimas en los ojos y abrazó a su hijo lo más cerca posible de su pecho, protegiéndolo.
Eda reconoció la mirada en los ojos de Ada y supo que la niña Shelby estaba planeando algo.
─Buen trabajo, Sr. Shelby. Hermoso
discurso─ Eda sonrió suavemente cuando Thomas volvió hacia ella.
Thomas trató de devolverle la sonrisa, pero solo logró hacer una pequeña mueca.
Sacó cigarrillos para los dos, encendiendo primero el de Eda antes que el suyo.
Él tomó su mano cuando comenzaron a caminar de regreso a la flota de autos negros que esperaban para llevar a la familia a casa.
La familia Shelby estaba fumando cerca de los autos mientras los camaradas de Freddie estaban al otro lado de un divisor invisible, mirando a la familia.
Eda se sorprendió al ver que Ada estaba con los comunistas y rápidamente alertó a Thomas.
La pareja pasó junto a su familia y fue directamente hacia Ada, ignorando las miradas de disgusto de los comunistas.
Ada puso los ojos en blanco y entregó a Karl a uno de los camaradas antes de enfrentarse a su hermano y su amiga.
─¿Cómo se lo está tomando el niño?─ Thomas preguntó torpemente, todavía preocupado por su hermana y su hijo.
─Él está bien─ Ada dijo con desdén ─Cuando me pregunte, recurriré a decir 'El cielo'─
Eda resopló ─Espera hasta que sepa que el cielo no existe. Eso traerá una línea completamente nueva de preguntas─
Ada le dirigió una mirada sucia ─Oh, lo siento, Eda. ¿Cómo diablos más iba a explicarle a mi hijo de dos años que su padre está muerto?─
─Pensamos que ya que Freddie no está, podrías volver a Birmingham─ Thomas intervino.
─Ahora no es el maldito momento, Tommy─ Eda siseó, temiendo las discusiones que esta conversación provocaría.
Ada les sonrió sarcásticamente, mirando la fila de autos caros detrás de ellos ─Dios, ¿sabes que extraño es que ahora tengas choferes uniformados?─
─Solo para la ocasión Ada...─ Thomas se encogió de hombros.
─¿Sabes que injusto es que tengas cuatro Bugattis cuando la mitad del país pasa
hambre?─ Ada levantó la voz.
─Hicieron que avergonzarte de nosotros,
¿eh?─ Thomas se burló.
Ada hizo una pausa por un momento ─A veces, al pensar, en cómo solía ser, me avergüenzo─ Las palabras de Ada flotaron en el aire.
Aunque nunca diría nada, Eda sabía que Thomas estaba herido.
Eda cerró los ojos con frustración ─Lo juro por el maldito Dios, ustedes dos me llevan por el maldito delirio. Por favor, dejen de pelear por una vez, este día no se trata de nosotros─
─No podría haberlo dicho mejor
Eda─ Interrumpió Polly Gray, acercándose para traer a Karl de regreso a su madre ─Karl está con sus primos lo encontré robando flores de una tumba─
Ada evitó el contacto visual con su tía.
─¿Ada volverás a casa?─ Polly miró a Ada.
─Iré a mi casa─ Ada habló definitivamente.
Polly abrió la boca para protestar, pero Thomas habló antes de que tuviera la
oportunidad ─Olvídalo, Polly. Se avergüenza de nosotros─ Thomas dijo con frialdad.
─Yo no dije eso─ Espetó Ada, sorprendida por la ofensa de Thomas.
Eda colocó una mano reconfortante en el bíceps de Thomas para calmarlo
─Queremos que vuelvas por otra razón─
Ada los miró en silencio, esperando.
─Planeamos una expansión. Compré locales en Londres─ Thomas continuó.
Polly se apresuró a interrumpirlo,
mirándolo ─Tommy, es un funeral. Eso puede esperar─
─Polly, si estuviera llorando, me detendría, pero no es así. Eso significa que será peligroso ser una Shelby en Londres por un tiempo─
Ada miró estupefacta a su hermano ─Sí, pero ya no soy una Shelby hermano. Y tampoco soy un Thorne. Soy libre. Debo llevar a Karl a casa─ Ella escupió antes de enviar una última mirada a su familia, dejándolos atrás
─Ah, y Ada, no son Bugattis. Son Daimlers. Mucho más caros─ Thomas gritó lo suficientemente fuerte como para que los comunistas lo escucharan.
Eda golpeó suavemente su brazo, pero no pudo evitar dejar escapar una suave risita ─Eres tan mezquino─
Thomas le sonrió, presionando un beso a un lado de su cabeza.
─Les dije a ustedes dos que yo me
encargaría─ Espetó Polly.
Thomas apagó su cigarrillo, casi ignorando a Polly ─Está bien. Pondré vigilancia en su casa hasta que no haya peligro─
─Hasta que no haya peligro...quisiera que llegara ese día─ Eda resopló, compartiendo una pequeña risa con Polly.
La cabeza de Thomas se apartó de las mujeres cuando vio que Arthur lo saludaba con urgencia.
Eda y Polly lo siguieron y se quedaron boquiabiertas ante la noticia.
El Garrison había sido atacado.
Thomas y Eda saltaron del auto antes de que se detuviera por completo fuera de Garrison.
El inspector Moss los localizó rápidamente y levantó la cuerda policial para que la pareja entrara al pub destruido.
La familia observó, con el corazón roto, cómo las llamas continuaban subiendo hacia el cielo y destruyendo lo que quedaba del pub.
Moss se paró al lado de Thomas y Eda y los puso al tanto del ataque.
─Sucedió en punto de las 7:00 am. Nadie vio nada. No había patrullas en el área─ Dijo el Inspector.
Thomas notó la rueda de un cochecito a la izquierda cerca de la puerta principal del pub y se acercó para mirar más de cerca.
─Sr. Shelby, ¿tiene idea de quién pudo
hacerlo?─ Preguntó Moss.
Thomas levantó la vista bruscamente y sacó un rollo de billetes de la chaqueta de su traje.
Rápidamente le da uno a Moss, quien toma el dinero al instante.
Eda pone los ojos en blanco ante el oficial codicioso y corrupto.
─Yo diría una fuga de gas, acabábamos de arreglarlo─ Dijo Thomas.
Polly se unió a ellos en los escombros, tomó el brazo de Eda con el suyo y los condujo casualmente a través de la carrera de obstáculos de lo que quedaba de el Garrison.
─Señoritas, la estructura no ha sido declarada segura...─ Moss los llamó.
Polly y Eda lo ignoraron.
Polly se inclinó y notó algo colorido entre los escombros.
Compartió una mirada de complicidad con Eda antes de volver con Tommy y Moss, que todavía estaban allí.
Eda tomó el confeti y se lo dio a Thomas, quien pasó los dedos por encima.
─Está por todas partes─ Dijo Polly ─Confeti─
─Puede irse─ Eda le indicó a Moss que se alejara.
─Claro─ El inspector asintió torpemente y prácticamente corrió en la otra dirección.
─¿Quién? ¿Quién hizo esto?─ Preguntó Polly.
Thomas siguió mirando los escombros, desesperado por evitar que su reino se derrumbara a su alrededor.
─Thomas, amor, ¿adónde vamos?─ Eda soltó una risita cuando Thomas la arrastró por las calles de Small Heath como si fuera una niña.
Thomas le sonrió a Eda, agarrando su mano aún más fuerte ─Vamos a tomar una copa, cariño. Como nuestro pub no está disponible, vamos a The Black Lion─
La pareja siguió riendo suavemente y compartiendo charlas ociosas hasta que llegaron a las puertas del pub.
Tenían que tener mucho cuidado con la amenaza inminente de quienquiera que hiciera estallar el Garrison que aún estaba por ahí.
Thomas y Eda se recompusieron antes de que Thomas abriera la puerta, dejando que Eda pasara junto a él antes de seguirla hasta la barra.
Eda enderezó la espalda al sentir los ojos de los hombres en el pub siguiendo todos sus movimientos.
Thomas dejó escapar un gemido bajo mientras cubría a Eda con su propio cuerpo en un intento de protegerla de las miradas indiscretas.
─Whisky irlandés─ Thomas dijo bruscamente, envolviendo protectoramente un brazo alrededor de la cintura de Eda.
El barman les sirvió las bebidas, pero cuando Thomas colocó el dinero en el mostrador, el hombre lo empujó hacia atrás devolviéndolo.
─Hubo una explosión en su territorio─ Dijo, inclinándose ligeramente sobre la barra.
Eda tomó un sorbo de su whisky ─Supongo que el gas y la electricidad no se mezclan─ Se encogió de hombros, haciendo que Thomas soltara una risita.
─¿Y cómo van los negocios?─ Vuelve a preguntar el barman.
Eda levantó una ceja ante las muchas preguntas del hombre, pero confiaba en que Thomas sabía lo que estaba haciendo.
Thomas tomó un trago ─¿Sabes algo? Aunque son tiempos difíciles, los negocios van
bien─ Thomas se aseguró de alzar la voz para que el resto de los hombres en el pub pudieran escucharlo.
Pequeños pasos robaron la atención cuando un niño, no mucho más joven que Finn, entró en el pub ─¿Quién es Peaky Blinder del demonio?─
─Oh, por el amor de Dios─
Thomas y Eda siguieron al niño a través de muchos de los callejones traseros de Small Heath, los adultos luchaban por mantenerse al paso del niño mientras se agachaba a través de las cercas y en las esquinas.
─Santo cielo, Tom, tenemos que dejar de
fumar─ Eda jadeó cuando finalmente se detuvieron frente a un almacén.
Inmediatamente se desanimó por las ventanas tapiadas y la pintura descascarada del exterior.
Esto totalmente no era sospechoso en absoluto.
En el momento en que la pareja entró al edificio, cuatro hombres se colocaron a cada lado de ellos y comenzaron a quitarles los abrigos y buscarles armas.
Eda confiaba en Thomas y, dado que él mantenía la calma, pensó que era seguro que ella hiciera lo mismo.
Uno de los hombres estaba disfrutando demasiado buscando en Eda y Thomas se dio cuenta rápidamente.
─¡Oigan! Cuidado con sus jodidas manos, muchachos, o las cortaré─ Habló, haciendo que los hombres retrocedieran inmediatamente.
─Gracias, mi amor. Eres tan romántico─ Eda bromeó sarcásticamente.
Sin perder un segundo más, los hombres tomaron dos sacos de papas y los colocaron bruscamente sobre las cabezas de Thomas y Eda.
Eda sintió que cada hombre tomaba uno de sus brazos y comenzaba a arrastrarla por el edificio.
Solo podía esperar que Thomas todavía estuviera con ella y que no fueran a separarse.
Eda fue empujada hacia abajo en una silla rígida de metal, donde le arrancaron bruscamente el saco de la cabeza.
Se relajó un poco, ya que podía ver que Thomas estaba a su lado a través de su visión periférica.
Estaban en una habitación vacía, a excepción de una mesa frente a ellos, y dos personas sentadas detrás de la mesa, tratando de intimidarlos.
Había una mujer de treinta y tantos años, vestida bastante andrajosamente, mirando directamente a Thomas.
El hombre a su lado estaba esforzándose demasiado por ser intimidante, y seguía mirando el arma cargada que estaba sobre la mesa.
Eda identificó que la mujer estaba claramente a cargo, y el hombre era solo su peón.
Ella lo respetó.
─Thomas Shelby. Eda King─ dijo la mujer, mirando a la pareja.
─Destruyeron mi pub─ Thomas dijo inexpresivo, mientras que Eda permaneció inmóvil.
La mujer se giró hacia el hombre, hablándole como si Thomas y Eda fueran una especie de experimento que estuvieran observando.
─La ira vence al miedo. Claro─
─Destruyeron mi pub─ Thomas repitió rotundamente.
Eda chasqueó la lengua con fingida decepción, sacudiendo sarcásticamente la cabeza.
─Tommy tiene una reputación que
mantener─ La mujer volvió a hablar solo con el hombre en un esfuerzo por socavar y menospreciar a Thomas.
─La reputación de no asustarse por nada─ El hombre dijo, bastante divertido, que tenían dos de los mafiosos más grandes de Birmingham con ellos.
─En este mundo, lo más fácil es lidiar con hombres violentos─ La mujer continuó.
Eda empezó a enfadarse, harta de esta gente que les hacía perder el tiempo.
Thomas se dio cuenta rápidamente y arqueó una ceja casualmente ─Si crees que soy violento, claramente no la conoces─
─Díganme, ¿qué clase de rebelde son, eh?─ Dijo Eda con sarcasmo, cruzando las piernas mientras se acomodaba en la incómoda silla ─Leí por hay, que los irlandeses, estaban peleando entre sí. El rey les ofreció un acuerdo de paz y comenzaron una guerra por ese motivo, es muy gracioso, ¿no lo creen? Una guerra por la paz, ¿Ustedes están al favor del acuerdo o en contra de el? Discúlpenme me confunde─
El hombre rápidamente se levantó enojado agarrando el arma cargada y la presionó con fuerza contra la cabeza de Eda.
La mujer King no se inmutó, sino que comenzó a sonreírle a la otra mujer, levantando una ceja como si todo esto fuera demasiado fácil.
El corazón de Thomas se aceleró y luchó por mantener la compostura mientras el amor de su vida tenía una pistola en la cabeza.
─Miss King está a una decisión de morir, Sr. Shelby─ La mujer habló con calma.
─Así que quita esa estupida sonrisa, perra─ El hombre se inclinó más cerca de la oreja de Eda y presionó el arma con más fuerza en su cabeza.
Eda fingió bostezar y miró al hombre ─Oh, todavía estás aquí─ Ella sonrió cuando el hombre comenzó a gruñir como un perro rabioso, satisfecha con su habilidad para enojarlo.
Thomas señaló a la mujer, reclinándose en su silla ─Su nombre es Irene O'Donnell. Tiene un hijo en la escuela Cherry Wood Road en Harborne. Tiene fierros en las piernas, se llama Sean...─
Eda sonrió cuando la calmada compostura de la mujer se desvaneció ─Bingo─ Eda dijo.
Thomas continuó ─Queda último en todas las carreras, pobre niño. Espero que nunca tenga que escapar. ¿Entiende señorita Irene
O'Donnell?─
El hombre estaba furioso porque estaban siendo engañados. Se volvió hacia la mujer, pero ella mantuvo su mirada en Thomas.
─Hay otras formas de completar la misión. Por favor, permítanme dispararle a esta maldita escoria─ Escupió, mirando a Thomas con disgusto.
─No lo hagas. El investiga a sus enemigos. Por eso fue elegido─ Irene dijo suavemente.
─¿Escuchaste eso, Tommy? Eres el elegido─ Eda habló, jadeando dramáticamente.
─Soy el elegido─ Thomas habló ─Soy el
elegido─ Miró al hombre esta vez ─¿El elegido puede fumar?─ Thomas metió la mano en su chaqueta y sacó sus cigarrillos, encendiendo uno para Eda también.
El hecho de que actualmente estuvieran en peligro no significaba que iba a sacrificar ser un caballero por su dama.
─Hay una plaza vacante y usted la
ocupará─ Irene volvió a hablar, mostrando que era hora de que comenzara el verdadero negocio.
─¿Elegido por quién?─ preguntó Thomas, pasándole a Eda su cigarrillo quien le agradeció.
─Por un consejo informado─ Irene dijo.
Thomas encendió su propio cigarrillo, sacudiendo la cerilla ─Estoy ocupado. Tal vez pueda decirle al elegido, ¿qué es para lo que fue elegido?─
─A partir de ahora, Sr. Shelby, cerrará su sucia boca de gitana y escuchara las
instrucciones─ Irene dijo.
Ahora, Eda estaba enojada ─Cuida tu maldita boca, perra─
─Sácala de aquí. Ha cumplido su
propósito─ Irene llamó a los matones de antes cuando entraron y se llevaron a Eda fuera y de regreso a la sala principal del almacén donde estaban antes.
Eda estaba ansiosa mientras esperaba que Thomas regresara de la habitación en la que estaban antes.
Cuando finalmente salió, simplemente agarró el brazo de Eda y la sacó del almacén, ansioso por salir y ponerse a salvo lo antes posible.
Eda notó que estaba muy molesto por lo que le ordenaron hacer, y esperaba que le dijera lo que estaba pasando.
Cuando salieron del edificio, se encontraron con el abrigo y el revólver de Thomas colgados en un poste de una cerca desvencijada, con un mensaje escrito descuidadamente en gaélico que decía 'no tocar'.
Thomas agarró enojado sus cosas de la cerca y comenzó a ponerse el abrigo, solo quedó el brazo del revés.
Rápidamente se sintió frustrado por la torsión del abrigo y torpemente se lo quitó y lo arrojó hacia la cerca en un ataque de ira.
Luego, Thomas pateó la cerca, haciendo que los pájaros que estaban en la parte superior volaran y los perros cercanos comenzaran a ladrar.
Se pasó las manos por el cabello y comenzó a caminar de un lado a otro, tratando de calmarse.
Eda se acercó a Thomas y le puso las manos en la cara para que él la mirara ─Está bien amor, sé que estás molesto, pero no te desquites con tus cosas, trata de tranquilizarte─ Trató de aligerar el ambiente.
Thomas miró los ojos de Eda, respiró hondo y se alejó después de un momento para recoger sus cosas.
Esta vez, se tomó su tiempo para arreglar su abrigo, asegurándose de que nada estuviera del revés.
Thomas luego se arregló el cuello y se recompuso, agarrando la mano de Eda una vez más, y volvió a poner su cara de póquer.
─Estoy bien─
Definitivamente no estaba bien.
Eda y Thomas han estado juntos por poco más de dos años, y en su tiempo juntos, se habían adaptado a su propia rutina doméstica poco convencional.
Después de un largo día, Thomas prefería ir a la casa de su novia que a la suya y poco a poco empezó a dejar sus cosas por ahí.
Comenzó con su infame gorra colgada en el perchero, luego se convirtió en sus zapatos junto a la puerta, hasta que finalmente Thomas prácticamente se había mudado.
A Eda no le importó, por supuesto, y estaba bastante emocionada por el progreso de su relación.
Por lo general, Thomas nunca estaba allí cuando ella llegaba a casa, pero siempre se aseguraba de estar en casa antes de las ocho para que pudieran pasar tiempo juntos.
Eda preparaba la cena y después se instalaban en la oficina de la casa de Eda con una botella de whisky para repasar sus próximos planes.
Oh en algunas otras ocasiones llevaban sus noches tradicionales a una de acción.
No era mucho, pero sus vidas eran tan caóticas que aprendieron a apreciar su pequeña vida hogareña.
Lo usaron como un escape y como una forma de sentirse como una pareja normal que llevaba una vida normal en lugar de los gobernantes de Birmingham.
Eda estaba perfectamente contenta en su vida con Thomas.
Ella lo amaba, y aunque vivía y respiraba sus negocios ilegales, en el fondo sabía que lo dejaría todo para llevar una vida cómoda con el hombre que amaba.
Entre que Billy Kimber le disparara a Thomas y que Ada perdiera a Freddie por una enfermedad, Eda temía en secreto el momento garantizado en el que tendrían que enfrentarse a un nuevo enemigo.
Por supuesto que no compartía ninguno de estos sentimientos con Thomas, ya sabía que él le diría que ignorara eso y que no pasaría.
Eda sería feliz en una caja de cartón mientras Thomas estuviera allí, pero Thomas ansiaba más, tanto para él personalmente, como familiar y claro también para ella, ella lo sabía.
Thomas era un hombre que nunca se permitía ser completamente feliz, y aunque Eda sabía que la amaba y que haría cualquier cosa por ella, no pudo evitar desear que pudieran huir y dejar atrás sus responsabilidades.
La vieja Eda estaría horrorizada por lo que estaba pensando, pero una persona puede cambiar mucho en dos años.
La antigua Eda habría aprovechado la oportunidad de ayudar a Thomas a expandir su negocio a Londres, pero la nueva Eda no estaba tan segura.
A Thomas le gustaba pensar que lo sabía todo y que estaba dos pasos por delante de los demás, pero Londres era un parque de pelota completamente diferente.
No se podía confiar tanto en los Sabini como en los Alfie Solomon, y por mucho que odiara admitirlo, no confiaba en que Thomas supiera lo que estaba haciendo.
Eda no fue la única que expresó su preocupación por expandirse a Londres.
John la acorraló el otro día después de la reunión familiar donde Thomas anunció el plan y exigió saber sus pensamientos.
Por supuesto Eda le confió a John con total honestidad y le dijo que no era una buena idea.
Eda tenía experiencia con los londinenses que Thomas no tenía, y tenía el presentimiento de que la expansión solo les traería más problemas.
Después de la desastrosa reunión familiar, Eda prometió a John y Polly que intentaría convencer a Thomas de que entrara en razón.
Todo lo que tenía que hacer era esperar a que él volviera a casa.
Eda estaba haciendo la cena, revolviendo ansiosamente la olla en la estufa, esperando que Thomas llegara a casa.
Su respiración se atascó en su garganta cuando escuchó el suave cerrarse de la puerta, y ha Thomas arrastrar los pies en la entrada para quitarse los zapatos y el abrigo.
Su ritmo cardíaco aumentó cuando él entró en la cocina y se abrió paso detrás de ella.
─Hola amor─ Thomas envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Eda y acarició y colocó su cabeza en el hueco de su cuello.
A pesar de su nerviosismo, Eda se rió y dejó la cuchara de madera para sostener los brazos de Thomas alrededor de ella.
─Hola, cariño. ¿Cómo estuvo tu día?─ Ella se dio la vuelta en sus brazos, inclinándose para darle un rápido beso en los labios.
Thomas sonrió ─Estuvo bien. Estoy feliz de estar en casa contigo─
Se inclinó, capturando sus labios en un beso profundo, dejando a Eda sin aliento y con las mejillas sonrojadas.
De repente, Eda se puso seria ─Sabes que te amo, ¿verdad, Tom? Y solo quiero lo mejor para ti, para nosotros─
─Eda, ¿qué está pasando?─ Thomas dio un paso atrás, rompiendo su dulce abrazo.
Eda se estremeció, pero sabía que no tenía sentido posponer la inevitable conversación sobre la expansión ─Tommy... Creo que deberías esperar para expandir la empresa a Londres─
Cualquier rastro anterior de amor y adoración desapareció del rostro de Thomas en un instante.
Cruzó los brazos sobre el pecho a la defensiva haciendo suspirar a Eda ─La última vez que lo comprobé y cheque, era mi empresa. No la tuya. Tienes tu propia puta empresa a la que puedes hacer con ella lo que quieres en cualquier momento─
─Thomas, no tienes idea de en lo que te estás metiendo─ Eda dijo seriamente ─He trabajado con estos hombres durante mucho más tiempo que tú y te digo que es una mala idea─
─Oh, ¿enserio me los estás diciendo?─
Eda puso los ojos en blanco.
─Las pandillas italianas y las pandillas judías han estado en guerra durante seis meses en
Londres─ Thomas continuó.
─No es nuestra guerra─ Eda empezó a alzar la voz, desesperada por comunicarse con Thomas.
─Los judíos han estado pasando por lo peor. Necesitan aliados─ Thomas levantó la voz hacia Eda, acercándose a ella nuevamente.
─Pero nosotros no─ Eda cerró el espacio para que estuvieran de pie, pecho contra pecho, respirando con dificultad.
─Iremos mañana a dejar nuestro mensaje para Alfie Solomons. Negociaremos y luego comenzaremos nuestro negocio legal en Londres─ Thomas habló en voz baja, esperando que Eda retrocediera.
Eda rió incrédula ─Hablas y hablas sobre cómo me amas y me respetas, que me tomas en cuenta, pero al final del día, cuando importa, no te importa un carajo lo que tengo que decir, ni siquiera lo piensas, carajo─
Thomas miró hacia el techo para evitar tener que ver el dolor en el rostro de Eda que sabía que estaba allí.
─Escúchame bien Thomas y no como tu novia, sino como tu maldita socia de negocios. Esta no es una buena idea, y nos estás poniendo a todos en peligro─
Sin volverse a mirarlo, Eda pasó junto a Thomas y subió a la habitación que compartían,
dejándolo en la cocina.
─Mierda─ Thomas pateó una silla y pasó sus manos por la cara.
Después de su pelea, Eda escuchó a Thomas salir de la casa.
No sabía a dónde iba, pero en ese momento no podía importarle menos.
Probablemente no regresaría hasta la mañana, así que decidió ir a ver a Polly para calmarse.
Eda se puso los zapatos y uno de los abrigos de Thomas y se dirigió a la casa de los Shelby en Watery Lane.
Era tarde y no sabía si Polly estaría despierta, pero Eda necesitaba hablar con alguien.
Llamó con fuerza a la puerta, golpeando con impaciencia su pie mientras esperaba que alguien abriera la puerta.
Eda tuvo que esquivar un zapato que estaba siendo arrojado a través de la puerta cuando Polly la abrió, enojada porque su noche pacífica había sido interrumpida.
La mirada de enojo en su rostro rápidamente se transformó en preocupación cuando vio las mejillas manchadas de lágrimas de Eda.
─Vamos, amor, entra, vamos. Hace mucho
frío─ Polly acompañó a Eda al cálido hogar.
Eda ni siquiera se había dado cuenta de que estaba temblando, ni que estaba llorando, hasta que la envolvió el calor de la chimenea de la sala.
Polly le dijo a Eda que se pusiera cómoda mientras les preparaba un poco de té y luego hablarían.
Eda se sentó pacientemente jugueteando con los pulgares mientras esperaba a Polly.
─Bien, amor. Dile a la tía Polly lo que está
mal─ Polly le pasó a Eda una taza de porcelana, luego se sentó en una silla frente a Eda en el salón.
─Tommy y yo tuvimos una pelea─ Los ojos de Eda comenzaron a lagrimear de nuevo ─Le dije que expandirse a Londres no era una buena idea en este momento─
Los ojos de Polly se suavizaron con simpatía ─Oh, Eda...No entiendo por qué está tan empeñado en expandirse en este momento. John nos dijo que estamos ganando más que suficiente dinero al día solo con las pistas de carreras─
─Él nunca estará satisfecho─ Eda escupió, limpiándose los ojos ─Podrías darle a Thomas el mundo y él todavía intentaría conquistar el universo─
Polly asintió con la cabeza, estando de acuerdo con aquel comentario.
─Solo quiero que vivamos una vida normal, Pol. Para casarnos y comenzar una familia─
Polly entrecerró los ojos con suspicacia hacia Eda, normalmente no era de las que dan a conocer sus sentimientos, especialmente sobre ella y Thomas.
Tanto Eda como Thomas eran muy reservados acerca de su relación y preferían guardárselo para ellos.
Los ojos de Polly se abrieron al darse
cuenta ─Eda, dame tu taza─
Eda le dio a Polly una mirada insegura, pero de todos modos le entregó lentamente la taza de té.
Polly dejó escapar una pequeña risa y miró a Eda, sonriendo ampliamente.
─Felicitaciones, Eda. Estás embarazada─
Thomas terminó en casa de John después de que salió furioso de su casa y de su pelea con Eda.
─¡Oye! ¡John-boy abre!─ Thomas llamó a la puerta principal.
Eventualmente, John abrió la puerta cansado, en nada más que su ropa interior ─¿Qué diablos, Tommy? Esme y los niños están dormidos─ John siseó.
Thomas puso los ojos en blanco ─Eda y yo estamos peleados, ¿puedo quedarme aquí?─
John entrecerró los ojos hacia su
hermano ─¿Qué hiciste?─
─¿Por qué asumes que hice algo?─ Preguntó Thomas, ofendido.
John solo le dio una mirada inexpresiva como diciendo '¿es serio?'.
Thomas puso los ojos en blanco y empujó a su hermano hacia la casa.
─De verdad, ¿qué pasó, Tommy? Tú y Dada nunca pelean─
Thomas apretó la mandíbula sin saberlo ─Eda está en contra de la expansión y me lo dejó muy claro─
John se puso tenso ─Ella no es la única, Tom─
Thomas se pellizcó el puente de la nariz con frustración ─No importa quién esté en contra, ya está decidido─
─No lo entiendes. Esme y yo tenemos hijos. ¿Qué pasaría si tus decisiones precipitadas dejaran huérfanos a mis hijos?─ John señaló a
Thomas ─Escuchaste a Esme, ella quiere dejar esta vida e ir a criar pollos. Sé normal─
─Tú y tus malditos pollos─ Thomas se rió con incredulidad, lo que provocó que John también se riera levemente, aliviando la tensión entre los hermanos.
─Puedes quedarte a pasar la noche, pero arregla esto por la mañana, Tom. Trae a Eda con nosotros mañana─ John palmeó a su hermano en la espalda antes de regresar a su habitación.
Thomas se quitó el abrigo y los zapatos y trató de ponerse cómodo en el sofá de John.
Thomas estaba inquieto, dando vueltas y vueltas, vencido por la culpa.
Sabía que la pelea era su culpa y Eda solo estaba tratando de cuidarlo, y en lugar de escuchar sus preocupaciones, él le gritó.
Suspirando enojado, Thomas se sentó y rápidamente se puso los zapatos y el abrigo, salió corriendo de la casa de John y regresó a casa.
Thomas cerró suavemente la puerta principal detrás de él en caso de que Eda estuviera dormida y trató de caminar en silencio hacia la sala de estar.
Lo que no esperaba era que Eda estuviera sentada, despierta, en el salón mirando distraídamente la chimenea.
Ni siquiera estaba seguro de que ella lo registrara cuando entró.
Thomas se sentó suavemente a su lado en el salón, mirándola fijamente, esperando que dijera algo.
─Sabes, es de mala educación mirar
fijamente─ Dijo Eda, limpiándose rápidamente los ojos de las lágrimas, todavía negándose a mirar a Thomas.
─Te amo tanto. Y sé que soy una mierda para comunicarme, pero necesitaba que lo supieras, aunque creo que ya lo sabías─ Dijo Thomas, alcanzando para tomar su mano.
Eda se estremeció cuando él la tocó, lo que Thomas notó.
─Thomas...─ Eda se apagó, sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente ─Thomas, estoy embarazada. Polly leyó mi taza y mis cartas, hojas lo que sean─
Se congeló.
Eda dejó escapar un suave sollozo ante su silencio, sabía que él reaccionaría de esa manera.
─Di algo por favor─ Eda suplicó, todavía llorando.
─¿Vamos a tener un bebé?─ Preguntó Thomas.
Eda asintió, con la cabeza con la vista hacia el suelo.
Thomas tomó su mano y levantó la cabeza para mirarlo.
Su corazón se rompió por el miedo en sus ojos.
─Eda, te amo demasiado y te prometo que haré cualquier cosa para protegerte a ti y al
bebé─ Thomas tomó suavemente una de sus manos y la colocó sobre su estómago de manera protectora.
Las propias manos de Eda se levantaron para cubrir las suyas.
─¿Qué quieres decir?─ Eda le preguntó, mirándolo profundamente a los ojos en busca de algún signo de mentira.
Thomas asintió con sinceridad ─Mi vida no es nada sin ti, amor. Después de la expansión, cuidaremos de nosotros y de nuestro hijo o hija por el resto de nuestras vidas─ Thomas se inclinó para besar a Eda, tomando su rostro entre sus manos.
Eda sonrió ante el beso, algo emocionada y aterrorizada ante la idea de traer un hijo o hija a esta vida.
─Vamos a la cama, mi amor. Mañana tenemos un largo día─
PRÓXIMAMENTE GRAPHICS AREA
DESEOS INFAMES, JUGAR CON FLAMAS ROJAS, AHORA ES EL SUEÑO EL QUE ARDE.
H E Y !
Estamos devuelta, como dicho y hecho, hoy empieza el segundo acto de Red Flames
Probablemente sea menos constante en cuestión de actualizaciones, no se sabe en fin. Lo bueno es que los capítulos siguen igual de largos o hasta un poco más !
Espero les haya gustado este capituló.
No olviden votar, digan no a los lectores fantasmas que de esos tengo muchos —
(Abierta a recomendaciones)
NOS VEMOS !
-Atte: Dixsway♡
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