𝒙. 𝗍𝗋𝗎𝗍𝗁𝗌, 𝖿𝖺𝗋𝖾𝗐𝖾𝗅𝗅𝗌 𝖺𝗇𝖽 𝗐𝗈𝗋𝗍𝗁𝗒 𝖻𝖾𝗀𝗂𝗇𝗇𝗂𝗇𝗀𝗌

CAPITULÓ DIEZ
VERDADES, DESPEDIDAS Y INICIOS DIGNOS


━━ FINALMENTE HABÍA llegado el Día de la Estrella Negra.

Thomas solo les había confiado a Eda y Marck la fecha exacta en que sacarían a Billy Kimber.

Eda amaneció esa mañana llena de adrenalina. Su padre había querido deshacerse de Kimber por un tiempo, pero nunca tuvo una oportunidad real; hasta que empezaron a trabajar con los Shelby.

Thomas y Eda habían ideado un plan sólido, nada podía salir mal.

Thomas recogió a Eda primero, llamando con fuerza a su puerta, antes de esperar pacientemente en el escalón de la puerta principal.

Eda abrió la puerta y saltó a los brazos de Thomas, haciendo que el hombre retrocediera un poco antes de recuperar el equilibrio.

Thomas sostuvo su cintura mientras sus piernas estaban envueltas alrededor de él y la miró, sin impresionarse.

─Hola, querido. Hoy es el Día de la Estrella Negra─ Eda mencionó, muy emocionada.

Thomas se rió entre dientes y se inclinó, dándole un rápido beso.

─Sí, cariño, lo es─ Thomas le dijo mientras la bajó y esperaba a que cerrara su casa ─Voy a buscar a John y Arthur, sigue adelante a la casa de apuestas─

─Está bien, querido. Te veré pronto─

Eda lo besó de nuevo antes de ajustarse bien el abrigo alrededor del cuerpo y caminar delante de Thomas hacia Watery Lane.

Thomas se quedó atrás por un segundo, observándola alejarse.

Dejó escapar un profundo suspiro, rezando en silencio para que sin importar lo que sucediera hoy, saldrían ilesos y volverían a casa el uno con el otro.

Normalmente, a Thomas no le importaría lo que le sucediera, pero Eda le dio algo por lo que vivir, y no podía soportar la idea de dejarla sola.
































Después de recoger a John y Arthur, Thomas también les dijo que se dirigieran directamente a la tienda de apuestas para la reunión familiar, que primero tenía que hacer algo solo.

Thomas tenía información de que el inspector Campbell había estado frecuentando un burdel en el distrito chino y pensó que era hora de hacerle una visita.

Campbell estaba arreglándose la corbata cuando Thomas entró en la habitación, desapercibido.

─Que curioso, inspector. Pensé que su misión era limpiar la ciudad. No dormir con
rameras─ Thomas dijo sarcásticamente, sin mostrar emociones ─No es diferente a todos policías que lo presidieron─

─Tampoco a los que me sucedan, si me decido retirar─

─No tiene motivos para quedarse. Encontró lo que buscaba─ Dijo Thomas, sonriendo levemente.

Campbell se volvió hacia él ─Sí, encontré lo que buscaba. Me reuniré con el Señor Winston Churchill a mediodía y sin duda alguna planea felicitarme por encontrar las armas robadas. Y tú aún no sabes cómo las encontramos─ Campbell comenzó a burlarse de Thomas.

Ante su falta de respuesta, sonrió.

─Bueno─

─Oh, tuvo suerte─ Dijo Thomas.

─¿Tú crees?─ Campbell continuó.

─Sí─

Campbell suspiró y caminó hacia Thomas ─Algo que he aprendido. Es que tú y yo somos opuestos pero también iguales. Como el reflejo de en un espejo─ Se dio la vuelta y caminó hacia el espejo, arreglándose el traje de nuevo ─Odiamos a las personas. Y ellas a su vez nos odian. Y nos temen. Antes de que termine el día, tu corazón estará roto, al igual que el mío. Los hombres como nosotros, Sr. Shelby...siempre estarán solos. Y el amor que recibimos, tendremos que
pagarlo─ Campbell suspiró con tristeza.

Thomas se estaba enojando, pero mantuvo su piedra exterior fría ─Olvida usted, inspector. Que tengo a mi familia y a mi mujer. Disfrute su día─

Thomas se volvió y salió rápidamente del burdel, dejando a Campbell a su paso.
































Eda, John y Arthur estaban bailando alrededor de la casa de apuestas, esperando la llegada del resto de la familia.

Polly puso los ojos en blanco ante los adultos infantiles, pero sonrió ante la atmósfera alegre. Eda se sobresaltó cuando Thomas entró en la tienda.

Él se acercó a ella envolviendo un brazo firmemente alrededor de su cintura y tiró de ella para que se parara frente a la familia con él.

Levantó la mano y al instante la habitación quedó en silencio, esperando escuchar lo que tenía que decir.

─Los convoque a todos hoy porque este día vamos a reemplazamos a Billy Kimber. Desde hoy nos volveremos respetables. Hoy nos afiliáremos a la Asociación Nacional...de corredores de apuestas en hipódromos. Pero antes...haremos el trabajo sucio. Sabíamos que este día llegaría, pero no les había dicho la fecha. Iremos al hipódromo de Worcester. La pista abre a la una, llegamos a las dos. Kimber cree que iremos a ayudarlo a luchar contra los hermanos Lee. Pero gracias a los esfuerzos de John, y de su adorable esposa Esme, los Lee ahora son familia. Interrumpí sus esfuerzos esta mañana, y, y...─ La familia estalló. entre risas, Arthur palmeando a John en la espalda mientras sus orejas se ponían rojas ─ Les aseguró a todos que John hace grandes sacrificios por mantener la paz─ Thomas continuó, burlándose de su hermano.

─Si claro─ Dijo John al lado de Esme, ansioso por cambiar de tema.

─Seremos nosotros y los Lee contra los hombres de Kimber─

─Los hombres de mi padre se quedarán en Small Heath para vigilar las cosas─ Eda intervino, todavía cómoda en el costado de Thomas.

─Acabaremos con todos los corredores. Espero una victoria rápida que envíe un mensaje claro a Londres, que creemos que un negocio legítimo debería poder operar en paz─ Thomas sonrió con orgullo mientras Eda continuaba explicando su plan.

Amaba lo inteligente que era, y amaba que estuvieran en el mismo nivel intelectual.

Era mucho más fácil para él trabajar con Eda que con Arthur o John.

─Y... ¿Qué hay de Billy Kimber?─ Preguntó John.

─Yo me encargo de Kimber─ Dijo Thomas, asintiendo a su hermano ─¿Alguna otra pregunta?─

─Sí─ Dijo Polly, caminando hacia la puerta de la casa de apuestas ─¿Alguien se opone a que invite a un nuevo integrante?─

Los hermanos Shelby se miraron entre sí confundidos.

─Quiero presentarles al nuevo miembro del clan Shelby─ Polly abrió la puerta para revelar a Ada con su nuevo bebé en brazos.

─¡Ay, Ada!─ Eda chilló de emoción, corriendo hacia su amiga.

Cuidadosamente abrazó a Ada con fuerza, teniendo cuidado con el recién nacido.

─Ada es hermoso─ Eda habló en voz baja, acariciando la parte superior de la cabeza del bebé con el dedo.

─Bienvenida, Ada─ Dijo Thomas, sonriendo levemente a su hermana menor.

Ada asintió con una pequeña sonrisa ─Lo nombramos Karl. En honor a Karl Marx─ Dijo mientras le entregaba el bebé a Eda.

─¡Karl, el jodido Marx!─ Arthur se rió entre dientes, abrazando a su hermana pequeña.

Eda estaba a punto de desmayarse de la emoción, le encantaban los niños.

Ella rebotó ligeramente al bebé en sus brazos, caminando hacia Thomas para mostrarle a su sobrino.

Thomas apenas podía concentrarse en el bebé, estaba demasiado distraído con pensamientos de Eda como madre.

Sabía que ella sería la mejor madre que sus hijos podrían tener.

─Déjame me verlo─ Arthur se acercó a Eda y con cuidado tomó al bebé de ella.

Eda hizo un pequeño puchero cuando el bebé dejó sus brazos, lo que a Thomas le pareció adorable.

─¡Oh aquí vamos!─ John gritó, riendo.

─Oigan, miren. ¡Es idéntico a mí!
¿verdad?─ Arthur sostuvo a Karl junto a su cara, causando que la sala estallara en una risa suave.

─Su trasero es idéntico a tu cara─ John se rió de nuevo.

Ada se tapó la boca para ocultar su risa.

Por mucho que odiara admitirlo, echaba de menos a su familia

─Está bien. Es un Shelby─ Arthur dijo, con orgullo, acunando a su sobrino contra su pecho.

─¿Entonces?, ¿me perdonas?─ Preguntó Thomas, con el rostro frío, pero anticipando nerviosamente su respuesta.

Ada asintió ─Si lo que dijo la tía Polly es cierto, claro─

Eda miró a Polly confundida, pero la mujer mayor solo le guiñó un ojo con una sonrisa.

Eda le dedicó una sonrisa agradecida a cambio.

─Es cierto─ Thomas asintió.

Ada dejó escapar un profundo suspiro de alivio y corrió hacia su hermano mayor, abrazándolo con fuerza.

─Gracias, Tommy─

Eda todavía estaba confundida, pero sabía que Thomas le diría todo lo que había hecho para ganarse el perdón de Ada, más tarde.
































Eda y los Shelby se encontraron con los otros chicos Peaky que se unieron a ellos para el derribo de Billy Kimber, pero antes se aventuraron al Garrison para tomar una copa en celebración del día siguiente.

Marck estaba sentado en la barra, hablando estrechamente con Grace, que estaba inclinada.

Eda notó que seguía mirando más allá de Marck al reloj de la pared, y seguía jugueteando con sus dedos.

Eda entrecerró los ojos cuando ella y Thomas se acercaron a la barra junto a Marck.

Eda no había hablado con su hermano desde su última reunión familiar, donde expresó su desaprobación por Grace.

─¡Bien amigos, escuchen! Una pinta y licor, no más. La casa invita─ Thomas llamó, indicándole a Grace que comenzara a servir bebidas para los gánsteres.

Marck saltó de su taburete y se lanzó por encima de la barra junto a su amante ─¡Muy bien! Vamos a beber─ Le guiñó un ojo haciendo que Grace se riera suavemente.

Thomas estaba charlando distraídamente con Eda, pero ella se aseguró de mantener un oído abierto para escuchar a Marck y Grace.

─¿Llevas las entradas? ¿Y el registro de corredores en pista?─ Grace le preguntó a Marck, todavía nervioso pero tratando de no demostrarlo.

─En mi abrigo─ Dijo Marck, todavía sirviendo bebidas para los hombres. Volvió la cabeza hacia ella ─Lo hiciste bien, Grace. A la próxima reunión familiar, estarás invitada─

Ella tomó una respiración temblorosa ─Si fuera de la familia. Pero no lo soy─

Marck frunció el ceño ligeramente, confundido por su breve respuesta ─Eso podría cambiar─

─Marck...─ trató de comenzar.

─Hablaremos más de eso cuando regresemos─ El le sonrió, tomando una de sus manos entre las suyas.

─¿Cuándo vas a estar de vuelta?─ Ella preguntó.

─Oh, ¿es así como va a ser, eh? Me estás esperando en casa y me dices: '¿A qué hora regresarás?'─ Marck se inclinó más cerca de ella con una sonrisa burlona.

El corazón de Grace se aceleró cuando la miró.

Thomas se inclinó hacia la oreja de Eda, haciéndola saltar ─No me estás escuchando, ¿verdad?─ El susurró.

La piel de gallina estalló sobre su cuerpo por su cálido aliento, y le dio a Thomas su atención mientras él presionaba besos burlones en su cuello con las manos en su cintura.

─Estoy tratando de escuchar─ Eda hizo un gesto con la cabeza hacia Marck y Grace, quienes fueron a la trastienda.

Thomas puso los ojos en blanco, pero mantuvo la cara enterrada en el hueco de su cuello.

─Adelante, Tommy, sal por la parte de atrás. ¡Dale un buen vistazo antes de que nos
vayamos!─ Arthur silbó.

Eda puso los ojos en blanco y se volteó mientras Thomas se reía en su cuello.

El pub quedó en silencio cuando Jeremiah Jesus entró como una exhalación por la puerta, compartiendo unas palabras rápidas con Arthur antes de que los dos corrieran hacia Thomas y Eda, sacándolos de su pequeña burbuja.

─Bien, dile lo que me dijiste─ Arthur dijo, empujando ligeramente a Jeremiah hacia adelante.

─Oí qué vienen dos camionetas por la calle Stratford Road. Un ex cabo de mi tropa reconoció a algunos de los hombres. Dice que son hombres de Kimber y vienen hacia acá─ Jeremiah habló en voz baja, para evitar alertar al resto del pub.

Los ojos de Eda se abrieron cuando miró a Thomas, que estaba congelado.

Su plan era infalible, pero ahora los Lee se dirigían a las carreras de Worcester y los superaban en número.

Thomas todavía estaba en estado de shock, por lo que Eda tenía que ser la que tomara medidas.

Primero se volvió hacia Arthur ─Arthur, llama a Marck desde atrás y dile exactamente lo que sucedió. Dile que traiga a papá y sus hombres lo antes posible─

Arthur asintió y tiró de Jeremiah con él para ir a buscar a Marck.

Eda se volvió hacia Thomas para continuar ─Está bien, querido, ahora no es el momento de perder la cabeza. Vamos a advertir a Ada y Polly y luego idearemos un nuevo plan─

Thomas se sacudió de sus pensamientos y agarró la mano de Eda tirando de ella desde Garrison hacia Watery Lane.
































─Ada, despierta. Ve con el bebé a la Plaza de Toros, con el resto de la gente─

Thomas y Eda corrieron a la casa de los Shelby, presas del pánico.

Ada se incorporó lentamente del sofá confundida.

Polly corrió hacia la sala de estar, alertada por el ruido ─¿Qué sucede?─ Preguntó, mirando entre Thomas y Eda.

─Hemos sido jodidamente
traicionados─ Thomas escupió, sosteniendo su cabeza con frustración.

Las manos de Eda temblaban de frustración e ira, y sus puños estaban tan apretados que sus nudillos se pusieron blancos

La cara de Polly cayó ─¿Quién más sabía que hoy traicionarías a Kimber?─

Eda jadeó al darse cuenta ─Marck...─

Thomas estaba confundido ─¿Qué pasa con Marck?─

─Él era el único además de nosotros que sabía la fecha exacta del Día de la Estrella Negra. Probablemente le dijo a Grace, porque cree que podemos confiar en ella─ Eda dijo, Polly asintió con la cabeza.

─¡Mierda!─ Thomas gritó, levantando el puño.

Eda se apresuró a tomar su mano y tirar de ella antes de que golpeara algo, o se fue a buscar a Theo por sí mismo.

─Sé que estás enojado, pero el sigue siendo mi maldito hermano, y te mataré si le pones una mano encima─ Eda dijo seriamente, mirando a Thomas.

─Me ocuparé de Grace, si ustedes dos ponen sus ojos en ella, podrían matarla─ Dijo Polly, agarrando su abrigo y bolso.

Eda se burló ─Absolutamente no. Voy contigo, luego me uniré a la pelea─

─Thomas puede acorralar a los hombres por su cuenta─ Polly asintió y salió, diciendo que esperaría a Eda afuera, dejando solos a Thomas y Eda.

─Nos vemos en el campo de batalla, sargento mayor─ Eda respiró hondo y le dio a Thomas una pequeña sonrisa.

Thomas la atrajo a un beso rápido, sosteniéndola en sus brazos por un momento.

─Quiero que vayas a la plaza de toros con Ada─

Eda se apartó y dio un paso atrás ─¿Qué?─

─Eda, necesito que estés bien. No puedo arriesgarme a que te pase algo─ Thomas dijo con firmeza.

─¿Cómo diablos crees que me siento yo? No quiero que te pongas en peligro, pero nunca te pediría que des un paso atrás. Este negocio es mi vida, Thomas. No puedes sacarme de él para que sea tu jodido pequeña ama de casa─ Eda se puso el abrigo con enojo y caminó hacia la puerta principal.

─Sabes que no quise decir eso, Eda─ Thomas puso los ojos en blanco, siguiéndola.

─Lo que tú digas Thomas─ Eda cerró la puerta de golpe detrás de ella, antes de encontrarse con Polly.

Thomas echó la cabeza hacia atrás con frustración, gimiendo en voz alta.

Ya estaba pensando en cómo le iba a hacer esto a Eda.

─Estas malditas mujeres. Nunca pueden perder─
































Eda respiró hondo antes de seguir a Polly al Garrison.

Las mujeres entraron con confianza en el pub y se sentaron elegantemente en la barra.

Grace estaba en la trastienda, tratando de recoger sus cosas para escapar rápidamente y no las escuchó entrar.

Saltó mientras corría desde la trastienda y vio a las dos viciosas damas sentadas allí con sonrisas en sus rostros.

─¿Te vas para siempre?─ Preguntó Polly, mirando el bolso de Grace.

─Escuché que habrá problemas─ Grace se encogió internamente ante su lamentable excusa.

─El instinto es algo tan curioso, ¿no?─ Dijo Eda, compartiendo una sonrisa sarcástica con Polly.

─Escuchen estallará una guerra. Deberíamos salir de aquí─ Grace trató de empujar a las mujeres, pero Eda extendió su brazo, bloqueándola.

─Sabemos quién eres─ Polly dijo con
firmeza ─Y Tommy también, Marck lo sabrá muy pronto. Al parecer el policía se lo dijo esta mañana, pero yo quería escucharlo directamente de ti─

Polly metió la mano en su cabello y sacó un alfiler muy afilado que estaba escondido.

Grace dio un paso atrás y sacó su arma que estaba escondida en su bolso, apuntando a Polly que no se inmutó.

En un instante, Eda apuntó con su propia pistola a la cabeza de Grace y chasqueó la lengua con fingida decepción.

─Yo no haría eso si fuera tú─

─Soy un agente de la Corona─ La mano de Grace comenzó a temblar ─Con licencia para arrestar y también para usar la fuerza, por favor apártense de mi camino─

─Como dijimos, el instinto es curioso. Te enamoraste de Marck, ¿verdad?─ Polly dijo, inclinando ligeramente la cabeza hacia el costado.

─El arma está cargada─ Grace habló lentamente, tratando de intimidar a las mujeres.

─Esta también lo está. No te tenemos
miedo─ Eda amartilló su arma en señal de advertencia.

─Siento pena por ti─ Polly sonrió levemente, mirando a Grace de arriba abajo ─Olvidaste algo, creíste que podías entrar aquí y engañarnos a todos. Hemos tenido más soplones aquí, ¿pero tú? Tú eres la mejor─ Polly y Eda comenzaron a avanzar lentamente, lo que obligó a Grace a retroceder hacia la barra ─No se quién eres. Creo que una niña rica. Unionista. Una voluntaria del Ulster. Pensaste de nosotros férianos, comunistas, gente humilde, todos son parecidos. Escoria. Pero conociste a Marck─

Grace interrumpió a Polly ─Peleare contigo para que veas cómo pelea una niña rica. Eso también es de familia─

Eda resopló ─Lo creeré cuando lo vea─

Polly envió a Eda una mirada de advertencia, poniéndola pasador de nuevo en su cabello.

─No, las mujeres somos más sensatas. ¿Por qué no nos sirves unos tragos?─

Eda guardó su arma, confiando en el juicio de Polly y siguió a la mujer mayor a una de las muchas mesas.

Grace se quedó en estado de shock por un momento, antes de guardar su arma también y servirles a todos un whisky.

─Entonces, ¿tengo razón? ¿Te enamoraste de Marck?─ Polly sacó un cigarrillo y también le pasó uno a Eda.

Grace se sentó a la mesa, permaneciendo en silencio por un momento ─Exacto─

─Te compadezco─ Polly dijo bebiendo su whisky.

─Temo que intente matarme─ Grace dijo seriamente.

Eda dejó escapar otro resoplido ─Es demasiado blando. Si realmente lo quisieras, lo sabrías─

─¿Blando?─ Grace cuestionó, ignorando la segunda parte de la declaración de Eda.

─Blando. Como tú─ Eda dijo claramente ─Marck nunca quiso ser parte de este negocio. Es por eso que él maneja el lado legal y yo manejo el ilegal. Te ve como su salida, así que aprovechó la oportunidad. Tal vez te amaba, pero él nunca te perdonaré después de que le digamos lo que has hecho─

Los ojos de Grace se llenaron de lágrimas, las consecuencias de sus acciones la golpearon como un ladrillo ─¿Cómo era antes de la guerra?─

Eda respiró hondo. Odiaba hablar de la
guerra ─Marck lucho junto a Tommy, Arthur y John. Actúa igual, como el de antes, salvó lo que quedaba de su personalidad, pero sé que está sufriendo. Todos lo están─ Eda se apagó, tomando una respiración profunda ─Sabes, después de que todo esto termine, él podría perdonarte. Podría aceptarte, nunca se sabe con los hombres. Ellos van por quienquiera que les señale la polla y la paren, y no hay forma de cambiar de opinión─ Polly gruñó de
acuerdo ─Pero debo decirte algo. Nunca te perdonaré, ni te aceptaré. Y soy yo quien realmente dirige el negocio─

Grace abrió la boca para protestar, pero Eda simplemente levantó la mano, silenciando a la camarera.

─Si no te vas de esta ciudad mañana, te mataré yo misma─

─Ahora vete─
































Thomas reunió a los hombres que habían dejado fuera de Garrison.

Saltó a una rampa y llamó para llamar su atención.

─Bien, muchachos...muchos fueron a la guerra y saben que un plan de batalla siempre cambia y se va al demonio. Pero aquí va. Las cosas han cambiado. Pelearemos aquí. Hoy. Solos. Primero atacarán el pub. Intentarán acabarnos de una vez. Y la policía no pondrá orden hoy. Ese pub se llama Garrison. Defendamos fuerte, por que nos pertenece ¿oyeron?─

Todos los hombres corearon ─¡Si!─ En contestación a Thomas, levantando sus armas.

─Dinos cuántos son─ Dijo Arthur

─Jeremiah dice que son dos camionetas. Yo diría que nos superan por tres a uno─ Llamó de nuevo.

Los hombres negaron levemente con la cabeza, pero Thomas se apresuró a reanudar su discurso de ánimo.

─Pero somos nosotros. Somos nosotros. Los Small Heath Rifles. Nunca nos han vencido en batallas─

Todos gritaron que no.

Thomas se volvió hacia Jeremiah Jesus, que estaba parado al frente ─Ahora. Jeremiah. Sé que le juraste a Dios no volver a tocar un arma. Pero, ¿puedes preguntarle por mi, si puedes apoyarnos hoy?─

─¡Oye! ¡Tommy, si le preguntas, Dios seguramente no responderá!─ Marck llamó desde la calle abajo, su padre y sus hombres detrás de él.

Thomas sintió que sus hombros se elevaban con un ligero alivio al ver más refuerzos.

Marck y James King se unieron a Thomas en la rampa, los hombres animando a sus líderes.

─Gracias─ Thomas suspiró, causando que Marck sonriera.

─No hay de que, hermano─ Le guiñó un ojo, James dejó escapar una risa baja.

James se acercó a Thomas, tomando su mano con firmeza y estrechándola ─Después de que esto termine, vamos a tener una larga charla sobre mi hija─

Thomas tragó saliva cuando James apretó su mano con más fuerza.

James le sonrió a Thomas antes de soltarlo y caminar hacia Marck.

─Muy bien. Tenemos unos diez minutos. Encomiéndense a quien quieran─ Thomas murmuró, pensando en una mujer y rezando por vivir para volver a verla.































Era hora.

Los chicos de Kimber estuvieron allí.

Thomas, James y Marck condujeron al resto de los hombres por la calle donde pudieron ver a Kimber en la parte superior de un carro, rodeado de sus hombres.

Kimber saltó del vagón y se dirigió a la línea del frente ─Todos saquen y carguen sus armas. Tómense su tiempo. Sosténganlas arriba para que vean nuestro arsenal─ Llamó, sus hombres se apresuraron a seguir la orden.

Los Peaky Blinders y Kings se apresuraron a hacer lo mismo, encontrándose con Kimber en el medio.

─Muchas armas y pocos huevos, ¿Oh no, BillyBoy?─ John llamó, sonriendo mientras el rostro de Kimber se crispaba de molestia.

A pesar de que eran pequeños en número, los hombres estaban unidos e incluso James King miró a Thomas para recibir sus próximas instrucciones.

Esta era su batalla después de todo.

─¿ Y qué hacemos ahora? Solo daños la
orden─ Arthur le dijo a Thomas, quien seguía mirando a Kimber.

─No tiene que terminar así, Kimber─ Dijo Thomas, haciendo que el hombre se burlara.

─Ya es tarde para eso. Te volviste demasiado ambicioso, ladrón suelo y ahora voy a adueñarme de esta pocilga─ Kimber gritó de vuelta.

─Al contrario, William, no lo creo─ James gritó, atrayendo la atención de Kimber hacia él por primera vez.

Kimber palideció al ver a su jefe, lo que hizo que Thomas sonriera.

─Claro...─ Thomas negó con la cabeza ─Si tenemos que usar armas, usemos las apropiadas─

Danny Whizbang y Freddie Thorne salieron de un edificio y se unieron a los hombres en la calle.

Thomas sonrió al ver que su plan para sacar a Freddie de la cárcel había funcionado.

─Sargento Thorne reportándose al deber,
señor─ Freddie se detuvo junto a Thomas y Marck, preparando su ametralladora.

─¿Mencionaste algo, sobre
superarnos?─ Thomas abrió los brazos e hizo un gesto a los hombres que lo rodeaban.

─¡Muévanse!─

Las cabezas de todos se giraron para ver a Eda seguida por Ada y Karl en un cochecito corriendo hacia el centro del campo de batalla.

Eda tenía su arma lista, de pie frente a Ada y Karl, protegiéndolos.

─¡Eda! - ¡Ada!, ¿qué estás haciendo?─  Thomas y Freddie llamaron al mismo tiempo, mirando a sus mujeres con incredulidad.

─Creo que a esto le llaman, 'tierra de
nadie'─ Dijo Ada, colocándose entre los dos grupos, directamente en la línea de fuego con Karl.

Eda mantuvo su arma levantada y apuntó a Kimber, no confiaba en que él no se arriesgaría a acabar con la hermana de Thomas.

─Ada...─

─Callate y escucha─ Ada no estaba lidiando con su mierda en este momento.

─¿Te volviste loca?─ Freddie llamó, solo quería que su esposa y su bebé estuvieran a salvo.

─¡Ella dijo que te callaras!─ Gritó Eda.

Kimber se volvió hacia sus hombres con los ojos muy abiertos, sorprendido y asqueado de que estas mujeres fueran tan desafiantes.

─Muchos estuvieron en Francia. Y todos saben lo que sucederá─ Llamó Eda, mirando a ambos lados.

─Ella tiene un hermano, un padre y un amante. Yo tengo mis hermanos y mi esposo. Todos ustedes tienen a alguien que los espera─ Añadió Ada ─Me vestí de negro para prepararme. Ahora quiero que me mires. Quiero que todos me miren. ¿Quién se vestirá de negro por
ustedes?. Piensen en ellos ahora y peleen si eso quieren, pero ese bebé no se moverá de hay y nosotras tampoco─ Ada terminó, mirando directamente a Freddie.

─Tiene razón, ¿saben? ¿Por qué deberían morir ustedes?─ Kimber dijo.

Eda notó que una de sus manos estaba en el fondo de su bolsillo, probablemente sosteniendo un arma.

─Deberían morir los responsables─

El tiempo se hizo más lento cuando Kimber disparó su arma dos veces.

Todos los hombres saltaron hacia atrás para evitar el fuego, pero Thomas no tuvo tanta suerte.

Eda dejó escapar un grito cuando lo vio tropezar cuando la primera bala aterrizó en su pecho.

Cuando Kimber volvió a disparar, en un acto de heroísmo, Danny Whizbang saltó frente a Thomas, esta bala aterrizó en su estómago y lo tiró al suelo.

Thomas estaba encorvado, tratando de recuperar el aliento, cuando sonó otro disparo final.

Presionó su mano sobre su herida y sintió que la sangre brotaba de ella y corría por las yemas de sus dedos golpeando el suelo húmedo.

Eda se arriesgó y se abrió paso directamente frente a Kimber mientras él estaba distraído, levantando su arma y disparando el tiro final justo entre sus ojos.

─¡Suficiente!─ Ella gritó ─Kimber está muerto y se acabó. Regresen con sus familias─

Los hombres de Kimber recogieron su cuerpo ensangrentado y lo arrastraron fuera de la calle y de vuelta al carromato en el que había viajado.

Los Blinders y Kings no bajaron la guardia hasta que los hombres de Kimber comenzaron a irse.

Después de que estuvieron lo suficientemente lejos, Eda suspiró y corrió hacia Thomas, quien había logrado ponerse de pie.

Olvidándose de su herida, Thomas tomó a Eda en sus brazos y la abrazó, presionando un beso apresurado y desesperado en sus labios.

─Tommy, estás herido─ Ella trató de alejarse, pero él solo la acercó más.

─No me importa. Estoy bien─ Thomas trató de ocultar su dolor, pero Eda vio lo grave que era su herida y comenzó a asustarse.

─Está bien, Tommy. Tenemos que curarte─

Llamó a John y Marck para ayudar a llevar a Thomas a la guarnición.

Cada uno arrojó uno de sus brazos sobre sus hombros y básicamente arrastró a Thomas al pub.

Eda y el resto de la familia los siguieron por detrás hasta el cómodo lugar donde arrojaron a Thomas en una silla.

Su cabeza se arrulló hacia atrás cuando comenzó a perder el conocimiento por la pérdida de sangre.

Jeremiah reunió los suministros y esterilizó las herramientas con ron mientras Eda rápidamente le quitaba la camisa a Thomas.

Le levantó la cabeza y le metió un trapo entre los dientes para que tuviera algo que morder.

Sin previo aviso, Jeremiah tomó las pinzas esterilizadas y comenzó a hurgar en el pecho de Thomas en busca de la bala.

Thomas dejó escapar fuertes gritos de dolor, gritando más fuerte cuando Jeremiah comenzó a sacar la bala.

Arthur y John sujetaban sus hombros hacia abajo, y Eda tomaba su mano y susurraba palabras de aliento para tratar de mantenerlo algo calmado.

Thomas echó la cabeza hacia atrás y se estremeció cuando Jeremiah finalmente logró sacar la bala de una sola pieza.

─Bien. Aún tengo el toque─ Jeremiah dijo con orgullo, sosteniendo la bala hacia la luz antes de dejarla caer en un vaso de ron.

Marck agarró la botella abierta de alcohol y se la pasó a Thomas, quien prácticamente la apuró, tomando un trago grande.

─Bien, ya, respira hondo─ Arthur dijo antes de tomar la botella y verterla en la herida abierta de Thomas.

Los ojos de Eda comenzaban a lagrimear, pero contuvo las lágrimas.

Le dolía ver a Thomas con tanto dolor y quería desesperadamente que se detuviera.

─Eso es todo, amor. Está hecho─ Dijo ella, pasando sus dedos por su pelo corto.































Después de presentar sus respetos a Danny Whizbang, todos se aventuraron a regresar a la sala principal de Garrison para celebrar su victoria.

Arthur estaba detrás de la barra, sirviendo las bebidas y asegurándose de que el vaso de nadie estuviera vacío.

Esme y John estaban bailando, mientras que Freddie y Ada finalmente pudieron reunirse con su hijo.

John se separó de su esposa para hacer un brindis, el resto del pub vitoreándolo.

Thomas y Eda se sentaron en silencio en la esquina, sin saber dónde se encontraban el uno con el otro.

Eda todavía estaba más que enojada porque él tuvo el descaro de pedirle que retrocediera y no peleara.

Si no fuera por ella, quién sabe si habrían ganado.

Thomas se giró para mirarla, haciendo una mueca por su herida recién vendada ─Deja de estar enojado conmigo─

─No─

Thomas puso los ojos en blanco ─No parecías enojada conmigo cuando estabas ayudándome a curarme─

Eda se volvió hacia él ─Fue por que pensé que ibas a morir. Ahora que estás bien, puedo enojarme contigo otra vez─ Se cruzó de brazos y le dio la espalda.

Thomas se deslizó más cerca de su dama y tiró de ella para recostarla contra su pecho ─Te amo, Eda─

Eda suspiró, pero se acurrucó más en él ─Yo también te amo. Maldito idiota─

Thomas sonrió y presionó un suave beso en la parte superior de su cabeza y Eda suspiró contenta.

Su momento fue interrumpido rápidamente por Marck tropezando en la cabina con ellos, ya borracho.

─No soporto verlos a ustedes dos
amándose─ Bromeó, fingiendo tener arcadas, lo que hizo que Eda pusiera los ojos en blanco y Thomas se riera.

─¿Han visto a Grace?─ Preguntó Marck, mirando a su alrededor en busca de la camarera.

Eda se tensó en los brazos de Thomas y se dieron cuenta de que era hora de decirle a Marck quién era realmente Grace y qué hacía.

─Marck...¿le dijiste a Grace cuándo era el Día de la Estrella Negra?─ Preguntó Eda cuidadosamente ─No nos enojaremos, pero necesitamos saber─

Marck miró a su gemelo confundido ─¿Qué tiene eso que ver? ¡Ganamos!─

Eda negó con la cabeza ─Marck, Grace nos vendió a los policías. Así es como Kimber supo que nuestros hombres estarían en Worcester. El inspector le dijo a Thomas esta mañana. También les dijo dónde estaban las armas─

El rostro de Marck palideció y sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas ─¿Qué? Ella no haría eso...¡Estás mintiendo!─

Los ojos de Eda también se llenaron de
lágrimas ─No lo estoy haciendo. Polly y yo la confrontamos y ella también nos lo confesó. Le dijimos que se fuera y nunca más volviera─

Marck se quedó sin palabras. No supo cómo reaccionar.

Se agarró a la mesa para estabilizarse y bajó la cabeza para ocultar las lágrimas de Thomas y Eda.

─Marck, lo siento─ Dijo Eda, tratando de alcanzar la mano de su hermano.

Marck apartó la mano de un tirón y se secó bruscamente las lágrimas de los ojos.

─No me toques, carajo─ Gruñó y se levantó de la silla que salía corriendo del pub.

─Bueno, eso definitivamente podría haber salido mejor─ Comentó Eda, mirando a Thomas.

─Estará bien, amor─ Thomas frotó el hombro de Eda con comodidad.

Eda suspiró y esperó que tuviera razón.

No le caía bien Grace y era evidente, pero nunca quiso tener razón sobre Grace por que sabía que el corazón de Marck estaría traicionado y ella solo quería lo mejor para el.































Después de salir de Garrison, Marck corrió al piso de Grace.

Necesitaba escuchar la verdad directamente de ella.

Llamó con dureza, paseándose de un lado a otro mientras esperaba que ella abriera la puerta.

─Marck...─

─Ahora todos se van de la ciudad─ Marck se burló con incredulidad, mirando dentro de su apartamento las bolsas empacadas en el suelo.

─¿Qué puedo decir?─ Dijo con tristeza, todavía sin hacer un esfuerzo por dejarlo entrar.

─No lo sé, Grace. ¿La verdad?─

Grace respiró hondo ─Podría decirte quién soy realmente─

─Creo que saber quién eres. Eda se aseguró de informarme. Y tú sabes quién soy─

─La circunstancia no importan─ Grace sacudió la cabeza y dio un paso hacia él.

Parecía herida cuando Marck se aseguró de dar un paso atrás.

─¿Circunstancia?─ Se rió sarcásticamente, pasándose la mano por el pelo.

─Eso lo es eso. Un uniforme─ Grace siguió dando un paso hacia él.

─Sí. Algún día arrojaré esta arma al
canal─ Marck dijo, permaneciendo en el lugar ese momento.

─¿Por qué no ahora?─

Marck levantó la mano y acarició suavemente la mandíbula de Grace, apartando parte de su cabello rubio del camino.

Grace lo miró con ojos tristes y acercó su rostro al suyo, apoyando sus frentes una contra la otra.

Por mucho que lo odiara, Marck se relajó ante su toque y se inclinó hacia ella.

─Te lo dire, Marck. Te amo─ Ella susurró, pasando su mano por su pómulo y mirándolo a los ojos.

Si hubiera sido una hora antes, Marck le habría creído, pero mientras miraba a Grace a los ojos, solo pudo ver a una traidora.

─Y se acabo, Grace. Esto termino. Dilo las veces que quieras, pero no puede ser─

Grace se alejó de él, herida y
avergonzada ─Estaré una semana en Londres, en esta dirección. Arregla tus asunto y alcánzame. Tengo una idea─ Ella le entregó una tarjeta con una dirección.






























Thomas y Eda todavía estaban sentados en Garrison con el resto de la familia y James King, esperando ansiosamente el regreso de Marck.

Entró en el pub, fumando un cigarrillo y negándose a hacer contacto visual con nadie.

─Ahí está...¿bebes?─ preguntó John, yendo a servirle un whisky a Marck.

─No whisky─ Dijo Thomas ─Si miras detrás de la barra, hay una botella de champán─

─El que ella compró─ Marck murmuró.

Polly fue detrás de la barra y sacó la botella, dejándola en la mesa donde Thomas debía abrirla.

Thomas abrió el corcho y comenzó a servir para hacer un brindis.

─Hoy fue un buen día. Todos los hombres de Kimber estaban ocupados aquí, por lo que los chicos de Lee tomaron todos los lanzamientos en las carreras de Worcester. No podría haber ido mejor si lo hubiéramos planeado. Shelby Brothers Limited es ahora el cuarto más grande de operación legal de hipódromo en el país. Solo los Sabini, los Solomon y, por supuesto, los King, muchachos─

Thomas hizo un gesto a James, Marck y Eda, quienes levantaron sus copas

─Y toda mi familia está aquí para celebrar. Para Shelby Brothers Limited─ Thomas levantó su copa y el resto de la sala siguió todos vitoreando a los hermanos Shelby.

Eda terminó su vaso y se estiró para empujar a Thomas en un beso profundo.

Dejó su vaso también y envolvió sus brazos alrededor de su cintura, sumergiéndola ligeramente antes de volver a erguirse.

La feliz pareja fue interrumpida por el padre de Eda.

Thomas inmediatamente levantó la mano de la espalda baja de Eda ante la severa mirada de James.

Eda se burló, divertida de que el gran Thomas Shelby estuviera asustado por su padre.

─Hola papá─ Eda puso los ojos en blanco.

─Hola cariño─ James le sonrió a su hija. Luego se volvió hacia Thomas, entrecerrando los
ojos ─Thomas─

─Señor King─ Dijo Thomas, tratando de ocultar su ansiedad.

─Deberías tener más cuidado con tus manos, Thomas. Sería una lástima si tuviera que cortarlas─

─¡Padre!─ Dijo Eda, molesta ─¿Nos dejas solos, por favor?─

─Soy tu padre, Eda. Merezco el derecho a asustar a tu novio─ Se rió entre dientes, antes de dirigiéndose a Thomas con una mirada mucho más amigable ─Solo quiero lo mejor para Eda. Trátala bien─ Dijo James antes de irse.

Thomas parpadeó confundido ante la extraña interacción ─¿Qué fue eso?─

─Ignoralo─ Eda dijo, simplemente ─Te amo, y eso es lo que importa─

Thomas le sonrió ─Te amo más querida─

Nunca se cansaría de escucharla decirle que lo ama.

Aunque había más guerra por venir, Thomas estaba contento con esta pequeña victoria y confiaba en que con Eda a su lado tendría todo lo que siempre había deseado.

Eda pareció compartir sus pensamientos mientras lo miraba, ya planeando su próximo movimiento.

─Habrá más─

Thomas llenó sus copas con más champán ─Por todos ellos─














































































PRÓXIMAMENTE GRAPHICS AREA

DESEOS INFAMES, JUGAR CON FLAMAS ROJAS, AHORA ES EL SUEÑO EL QUE ARDE.

H E Y !

Espero estén bien, les informo que hemos acabado con el primer acto, espero enserio que haya sido de su agrado.

Favor de avisar si ven alguna falla, ya sea de ortografía, nombramiento o alguna otra.

Próximamente segundo acto.

No olviden votar, digan no a los lectores fantasma que de esos tengo de sobra —

(Abierta a recomendaciones)

NOS VEMOS !

-Atte: Dixsway

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