𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟏𝟒 - ¿𝕻𝖔𝖈𝖎𝖔́𝖓 𝖉𝖊 𝖆𝖒𝖔𝖗?

Habían pasado unas horas, Amelie estaba aun algo apagada, Navier habia pedido que la arreglaran, saldrían a caminar un rato para que al menos distrajera su mente un momento. Mientras alistaban a Amelie, Sovieshu fue a ver a Navier, contándole lo del futuro bebe que estaba en camino. La nula sorpresa en Navier incomodo un poco al azabache, pero ya suponía su reacción, cuando se disponía a salir, Navier lo llamo.

-Cuando le dijiste a Amelie acerca del bebe... ¿Pensaste en como se lo ibas a explicar o solo lo dijiste en el peor momento posible?

-Eso no es de tu incumbencia...

-Será más cercana a ti, pero si solo pidió verme a mi... creo que es porque algo estas haciendo mal, no metas a Amelie en tus problemas conmigo y Rashta, si vas a decirle algo, piensa en como reaccionara.

Sovieshu volteo, su mirada estaba nublada de ira, pero ante la calma y frialdad de la rubia solo atino a suspirar pesadamente y retirarse en silencio, en parte, Navier tenía razón, cuando se entero de la noticia, no pensó en como decirle a Amelie, esperaba que la llegada de ese bebe la hiciera feliz, que se sintiera conectada con Rashta, pero parecía que no fue asi.

Navier suspiro y miro a la ventana, encontrándose con Reina quien acababa de llegar, el ave no tardo en volar hacia Navier y con sus alas envolverla en una especie de abrazo. Mientras, Amelie estaba en la habitación, sus manos estaban pálidas de tanto que las apretaba y soltaba, sus ojos seguían perdidos en un punto fijo y sin aparente brillo de vida. La noticia del bebe o el simple hecho de que el bebe existiera no eran su agonía, no podía culpar a un ser que aun no nacía solo por las estupideces de su hermano, pero, por un momento sintió que la historia se repetía, aunque en esta ocasión no habia un hijo mayor, Amelie sentía que... que ese bebé sufriría como sufrió ella.

Bajo la cabeza y sollozo mientras sostenía de nueva cuenta su cabeza, a este paso, acabaría con jaquecas por estar llorando tan incontrolablemente, habia sido un golpe muy bajo para ella. La forma en que se lo dijo, el momento en el que lo dijo... tan próximo al día de su nacimiento.

-Amelie...

-Shi-Shiro yo...

- ¿Sabes que tu tío va a regañarme cuando regresemos verdad? Creo que incluso Ludwind va a recibir un fuerte regaño de su parte y de Morrigan.

- No tiene que enterarse- Amelie se limpio las lagrimas, riendo con un notorio esfuerzo por intentar verse calmada.

- No intentes fingir conmigo, se cuanto te duele.- Shiro acaricio su cabeza con suavidad mientras la mas pequeña solo se encogía en su lugar.

- Estoy... pensando demasiado las cosas, siento que todo me cayo de una forma tan agresiva... la coronación, los problemas de navier y Sovieshu... la amante.- Tocó su frente al sentir el agudo dolor de cabeza. Un sollozo salio de ella ante ese dolor.

-Deberías descansar, si te vuelves a desmayar, probablemente ni siquiera lleguemos a Divalía, tu tío vendrá y nos cortara las manos....- Dijo Shiro en forma burlona, no es que el tío de Amelie fuera un monstruo sin corazón, era demasiado amigable, pero cuando se trataba de la pelirroja, parecía que la ira lo consumía sin pensarlo.

-No es capaz... veré con que distraerme.

- Princesa Amelie...La duquesa de Tuania vino a ver a la emperatriz... y también quiere verla.

La mirada de Amelie cambio, ¿Porque la duquesa quería verla? Aun con los ánimos por los suelos, se puso de pie y se dirigió a ver a Navier; afuera de la habitación encontró a Henley, dando vueltas como loco, apenas la vio se acerco rápidamente, tomándola de los hombros.

-Amelie ¿Estas bien? Dios, parece que te paso por encima un caballo...

-No dormí bien, es todo, iré a ver a Navier ¿Sabes de que querrá hablar?

-No estoy seguro, no te detengo más...

Amelie asintió y entro, ver a la duquesa de Tuania tan preocupada movió algo en la pelirroja, Zuri entro y las miro en silencio, ahora sabia que ocurría. Amelie se sentó al frente de ambas mujeres y la castaña mayor solo suspiro.

-Princesa, se que no debería, pero quiero pedirle un favor.

-¿Pasó algo?

- El vizconde Landre, probablemente sea ejecutado sin pasar por un juicio y... su majestad Navier intentara que le perdonen la vida, de ser asi... ¿Podría recibirlo en su reino?

-No debe pedírmelo, lo haré...- Amelie acerco sus manos y tomo entre las suyas las manos de la duquesa, estaba temblando incluso. - Esto... no estoy al tanto de todo...

-El vizconde apuñalo a Rashta... por eso.

Amelie se mordió el labio ante la respuesta de Zuri, eso ya dejaba todo más claro, el estado de Shock de su hermano y su forma tan imprudente de revelarle esa noticia... aun asi, no pueden cambiar el pasado.

-Haremos lo que este en nuestras manos Duquesa...

Cuando la duquesa se retiro, Amelie se puso de pie y miro a Zuri, algo de todo esto no le agradaba. Zuri entendió la mirada firme aunque apagada de Amelie, hizo una reverencia y se retiro en silencio.

-¿Amelie?

-Es mi culpa, majestad, cuando vi a Rashta le dije que tomaría medidas si hacia algo contra mis cercanos... tal vez esto sea una advertencia para mi. Dudo que el vizconde lo haya hecho premeditadamente...

- Espera, estas diciendo que...

-Creo que Rashta lo dejo entrar y se apuñalo a si misma.

-¿Que ganaría haciendo eso?

-Lo sabre cuando Zuri regrese... No tengo a gente como ella a mi lado solo porque se vean agradables a la vista... todos... son útiles a su manera.

La voz que salio de Amelie fue incluso fría, tanto que Navier se sintió incomoda. Amelie hizo una reverencia y salio de la habitación con calma, sus ojos miraban el suelo y caminaba con una lentitud agobiante. Se detuvo en medio pasillo y frente a ella venia Ergy, apenas se encontraron ella levanto la mirada, la sonrisa arrogante de Ergy no estaba, se acero a su costado y delicadamente se inclino, susurrando en su oído.

-Eres inteligente, no debes llorar por ese idiota.

- ¿Que?

-Talvez no te conozco lo suficiente, pero ese bello rostro esta manchado de lagrimas aun...- Ergy se levanto y con cuidado paso su mano por sus mejillas, pequeñas lagrimas se habían acumulado en los ojos de la pelirroja, apenas las limpio, llevo su dedo indice a sus labios y con seriedad susurro. - No te dejes pisotear, pajarito.

Amelie golpeo la mano que quedaba en su mejilla y salio casi corriendo de ahí, Ergy se limitó a voltear, podía verlo, sabia porque habia estado llorando, para el no era mucho secreto ya, habia llorado por la noticia del bebe. Una sonrisa hubiera salido de él pero por alguna razón, verla quebrada no le daba ni un ápice de calma, es mas, se sentía culpable.

Zuri estaba caminando por el palacio, habia escuchado que Sovieshu estaba muy entretenido interrogando al vizconde, asi que buscaría la forma de ver como conseguir más información, aunque la palabra del vizconde no fuera de peso actualmente, tener pruebas por si la amante se volvía un problema era su prioridad.

Edén, por otro lado, estaba en la habitación cuando Amelie entró corriendo y casi azotando la puerta, podía ver las mejillas rojas y como contenía el llanto mientras se mordía los labios. Se acerco a ella rápidamente, tomando sus manos.

-Estas temblando.

-Y-yo, el... No se que esta pasando

-Tranquila princesa, respira. - No lo escuchaba, eso no era muy bueno, cuando Amelie empezaba a comerse la cabeza era imposible hablar con ella. Paso sus brazos dulcemente alrededor de su espalda y la abrazo, solo asi sintió como reaccionaba, los brazos de la joven poco a poco subieron y con un suspiro le regreso el abrazo a su subordinado.

-Gracias...

-Ya estaba muy nerviosa, no queremos que tenga otro colapso.- Se separo lentamente de ella, la pelirroja solo asintió y se acurruco un momento en el pecho del de cabello plata.

-Edén... como caballero... ¿Alguna vez oíste que una dama se apuñalara apropósito?

- No que yo recuerde, pero suena a algo muy probable.

Amelie suspiro y se quedo pensando, poco a poco fue alejándose de Edén para poder pensar en que podía haber pasado ese día. Dudaba que el vizconde fuera tan impulsivo, pero dado que estaba perdidamente enamorado de la duquesa, era demasiado creíble que en un arranque de ira ataco a Rashta.

-Ojalá Zuri encuentre algo de utilidad. Por ahora dejaremos que Navier se encargue de esto, envíale una carta a mi tío, que el vizconde Landre se quedara un tiempo en el palacio en lo que se arregla un poco su situación.

- De acuerdo. La preparo y la envió de inmediato.

Edén se separo por completo, realizo una reverencia y se retiro. Un momento después Amelie soltó un suspiro y acaricio su frente, tenia que averiguar si Rashta era capaz de apuñalarse a si misma para salvar su pellejo, de ser asi, era capaz de herir a Navier en algún momento.

Solo unas horas después, Navier habia ido a hablar con el vizconde, pero cuando entro se encontró a Zuri, dando pequeñas palmadas en la cabeza del Vizconde. Apenas la notaron, Zuri la miro y sonrió con suavidad, indicándole a la emperatriz que se acercara.

- Vine porque la princesa Amelie quería que estuviera al tanto del Vizconde, pasa que el emperador se emociono un poco y lo dejaron inconsciente, me cole cuando dijeron que venía para despertarlo, ya esta bien.

-¿Vizconde Landre? - Llamó Navier, mientras el castaño la volteaba ver, estaba muy mal, había rastros de sangre seca en su sien y sus labios.

-Lo siento si no me incline, majestad, pero en este estado.

-Está bien... quería hablar con usted.

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Un rato después, Zuri entro casi corriendo a la habitación de Amelie, la pelirroja volteo asustada, al igual que el resto. Estaban revisando el vestido para la fiesta y también un poco de etiqueta. Los ojos morados de Zuri estaban brillando en ira pura, por lo que no dudaron en preguntarle que pasaba.

-El Vizconde hizo un reporte sobre el rumor que supuestamente Rashta difundió, no lo hizo sola, lo hizo con ayuda del Vizconde Lotteshu.

- ¿Entonces están trabajando juntos? - Dijo Ludwind con pereza, mientras movía unas piezas del ajedrez frente a él.

- Eso parece... por favor princesa, lea la copia del reporte, el original se lo quedo la emperatriz.

Amelie, suspiro y tomo el reporte en sus manos, solo con leer un párrafo ya le dolía la cabeza, era un plan tan obvio que le molestaba como la gente se comía ese cuento y volvían a desenterrar el pasado.

-Si Navier no logra salvarlo... tendré que hablar con él.

-Dudo que la escuche.

-Lo mismo digo, pero no pierdo nada intentándolo, mantenme al tanto de todo Zuri, eres mis ojos y oídos ahora, no puedo moverme demasiado teniendo la duda de si Rashta es capaz de apuñalarse.

Podían oír el miedo y el resentimiento en su voz, era claro que si la princesa hacia un mal movimiento, la mujer podía atentar de nuevo contra su vida y culpar a Amelie, incluso podía atacar a la emperatriz y decir que se defendió, era claro que la protegerían.

Navier hablo con Sovieshu, y su manera logro hacer que lo desterraran, Amelie estaba feliz, estaba caminando por las calles cuando vio que se llevaban al vizconde, un poco de calma llego a Amelie al verlo irse, esperaba que en Divalía lo recibieran sin prejuicios.

Regreso su atención a su caminata, estaba algo distraída, Edén solo la seguía como de costumbre hasta que escucho que la llamaban. Al voltear se encontró con el Gran Duque Kaufman, quien le sonrió muy sutilmente mientras se acercaba.

-Gran Duque... ¿que lo trae por aquí?

-Estaba dando un paseo, y note que solo venia con su escolta ¿le molesta si la acompaño? Me gustaría hablar con un colega y no solo con una princesa.

Amelie se sorprendió, estaba siendo demasiado amistoso, una risa suave salio de ella y asintió mientras comenzaban a caminar por las calles. El silencio era cómodo pero después de un rato se detuvieron frente a una tienda, la tienda donde habían chocado la última vez y hablado un poco de si mismos.

- Princesa Amelie, ¿Se encuentra bien?

-¿Porque la pregunta?

-Después de escuchar el rumor sobre el bebe del emperador, seguido escuche que estaba mal de salud.- La cara de Amelie cambio, la sonrisa se desvaneció sutilmente mientras se mordía el interior de la mejilla.

-No es nada, estaba preocupada por Navier... recibir una noticia asi no es sencillo.

El silencio le dijo al Duque que no era grato hablar de eso, este solo suspiro y miro al horizonte, cosa que llamo la atención de la mas joven.

-Siempre tan misteriosa, a veces considero que le gusta eso...

-¿De que habla?

-Es un enigma princesa, nadie sabe de dónde salio, solo apareció en el mapa, pero asi como aparece... parece que le gusta desaparecer... Oí que dejo el imperio Occidental en una fiesta y es cuando nunca regreso a la academia.

Amelie se sonrojo rápidamente, era increíble como sacaba conjeturas tan rápido, es decir, sabían que habia desaparecido, pero no esperaba que la academia la tomara como un icono que desapareció de la nada, alguien importante.

-Me sorprende que lo diga como si hubiera sido una reina la que desapareciera.

-Todos estuvieron sorprendidos el primer día que falto, pero cuando no regresó muchos se preocuparon, era un futuro prometedor, dejo que Henley fuera primero de la clase.

-Deje de recordármelo.

Un lindo puchero salio de Amelie mientras el Duque solo sonreía sutilmente, parecía que el ambiente había mejorado considerablemente. La noche empezaba a acercarse, Amelie miro el cielo con cierto miedo. Cada día que pasaba, le daba un aviso... "es hora de crecer y reinar Amelie". El duque noto el temblor en una nerviosa Amelie, se coloco a su lado, extendiéndole su brazo, llamando asi la atención de la joven.

-Empieza a enfriar, debemos volver, ¿Me permite acompañarla?

-Muchas gracias Duque...- Cuando iba a aceptar su brazo, detuvo su mano y bajo un momento la mirada, dejando algo inquieto al moreno. - A-antes de irnos quería preguntarle algo... Uh... antes de que regrese a Luipt ¿Podría enseñarme un poco de magia? Extraño aprender, pero volver a la Academia de Winwol ya no es posible.

El moreno quedo ido un momento ante la mirada gacha de la joven, con suavidad tomo su mano y la coloco en su brazo, llamando asi su atención.

- No debería agobiarse, la apoyare en lo que pueda. Le pediré a su tutor que me de su horario, así podré apoyarla cuando este libre.

-Ah... muchas gracias, Duque Kaufman.

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Las noticias sobre lo ocurrido llegaban a Navier, de forma que se quedo pensando en lo que había pasado, pero su mente se vio ocupada cuando una sirvienta menciono que el Vizconde Lotteshu estaba buscando una casa y una niñera cerca del palacio, los puntos que habia unido con anterioridad gracias al Vizconde Landre la dejaron pensando ¿La estaban chantajeando?

Mientras repasaban un poco sus ideas, metió la mano en un cajón para sacar algunos documentos hasta que se encontró con la botella que habia recibido el día de su cumpleaños, la supuesta poción de amor. Miro la botella mientras Laura le decía que debía usarla en el emperador. Recordó que el Duque Kaufman se graduó con honores, podría preguntarle, le avergonzaba un poco preguntarle a Amelie acerca de esto y que probablemente la viera mal por no usarla en Sovieshu.

-Talvez deba preguntarle a la señorita Zuri, escuche que es muy buena en pociones.-Dijo Laura, recordando un poco de una platica donde Zuri se presento como maga de Divalía.

-¿Creen que sea buena idea preguntarle?

-Dudo que le comenté algo a la señorita Amelie si se lo pide, parece ser muy sensata.

-Lo pensare...

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Una vez en el palacio, el Duque miro con curiosidad a una callada Amelie, quien parecía estar perdida en sus pensamientos, sonrió internamente, parecía que no leer la mente dela joven lo estaba dejando con curiosidad de sus pensamiento, de su voz interna. Estaban por despedirse, cerca de la habitación cuando el duque la llamo una ultima vez.

- Princesa Amelie...

-¿Sí?

-¿No le interesaría unirse junto al Imperio Oriental para el comercio con el continente de Hwa?

-Po-porque la pregunta.

-La emperatriz parecía interesada en comercial con varios países del continente además de Luipt, asi que por mi parte me gustaría saber si además del imperio oriental, le interesaría a Divalía este intercambio, no debe darme una respuesta formal ahora, mañana hablare con la emperatriz, podría solicitar su presencia para asi tomar una decisión.

Amelie quedo en blanco, no venia con intenciones de hacer acuerdos comerciales o diplomáticos, pero si le extendían tal invitación podría ser una buena forma para sentar cimientos en Divalía cuando subiera al trono. Se mordió el labio inferior de forma sutil y rápidamente asintió.

-Me encantaría acompañarlos mañana, podría darle una mejor respuesta.

-Perfecto, buscaré a alguno de sus subordinados cuando sea la reunión... descanse, Princesa Amelie.

Hizo una reverencia, dejando a Amelie fuera de su habitación para después retirarse. Edén miro como el moreno se retiraba y luego miro a la joven que se quedo de pie, congelada aparentemente.

-Aprovechó bien la oportunidad majestad, hablaremos con Lirius para tomar una decisión.

La noche paso de forma agobiante a su parecer, estaba desayunando en su habitación mientras leía un par de documentos sobre magia, mientras terminaba, noto que Lirius se acercaba rápidamente desde la puerta, ya sabía el porqué de su velocidad.

-¿¡Acepto asistir a las platicas de comercio con la emperatriz y el duque Kaufman?! ¿Por qué no me lo dijo?

-Si no daba una respuesta en el momento es obvio que perdería la oportunidad, no te agobies Lirius, Eden se adelantó lo suficiente en la mañana y me hizo un resumen de lo que seria beneficioso para ambos reinos...ademas, no es como que sea muy ignorante en el tema.

Lirius suspiro con calma, en parte tenía razón, la habían preparado lo suficientemente bien, o eso se decía a sí mismo para calmar un poco su ansiedad. Confiaría en ella, sabia que era lo suficientemente inteligente para no causar un desastre.

Luego de un rato, Amelie se dirigía a la sala en el palacio donde se llevaban acabo las negociaciones, cuando Amelie entro, hubo un silencio algo incómodo, pero después el ambiente se relajo con rapidez, la mirada de hierro de Navier se suavizó inconscientemente al ver a la pelirroja entrar, se veía con mejor humor que antes.

-Princesa Amelie, me alegra ver que acepto la invitación del Duque para negociar.

-No deseaba quedarme atrás con estas negociaciones tan interesantes que tienen en mente, déjenme ponerme al corriente.

Lirius se retiro para traer un par de aperitivos pues parecía que Navier y el Duque los necesitarían. Navier dejo que Amelie diera sus puntos sobre lo beneficioso que será para Divalía comerciar con Luipt y el Imperio Oriental, pero mientras la escuchaba, dirigió su mirada al duque, quien parecía embelesado, tal vez la idea de negociar con Divalía y el Imperio le parecieron demasiado buenas que se veía asi de satisfecho.

-Debo decir que me agrada la idea, si reviso esto con otras naciones estoy seguro que seria beneficioso para todos.

-Me parece un buen plan, Duque Kaufman...

Navier se mordió un momento los labios, pensando si era buena idea pedírselo al duque o a Amelie, no sabia como lo tomaría la joven pelirroja, pero dado que ellos fueron compañeros en su momento en la academia de magia, no perdía nada preguntándoles a ambos.

-Perdón que les interrumpa un momento, pero me gustaría que revisaran esto.

-¿Qué es esto? -Los ojos de Amelie brillaron ante la botella de cristal con aquel liquido burbujeante y colorido.

-Llegó el día de mi cumpleaños con una nota que decía "poción de amor" no creo que funcione, pero sería descortés desecharla, asi que me gustaría saber si no es dañina.

Cuando Amelie iba a tomar la botella, el duque se precipito y la tomo primero, sacándole un susto a la pelirroja, quien lo miro con curiosidad, Kaufman parecía revisarla sin necesidad de abrirla, hasta que un suspiro suave salió de el.

-No se si sea dañina, pero estas pociones se venden en el mercado negro y, hasta cierto punto son efectivas.

-Pero nunca escuche que existiera algo asi...

-Zuri me contó que es muy difícil crear una poción de amor que sea funcional o genuina, ya que se requiere de cierto tipo de magia y factores para que se considere funcional. -Amelie dijo lo que sabia mientras el Duque sonreía y la miraba de reojo.

-Permítanme revisarla.

-Pero...

Amelie se iba a poner de pie, pues también deseaba analizarla, pero se contuvo cuando el Duque comenzó a agitar la pequeña botella en sus manos. Bajo la mirada como si fuera una niña a la que se le habia quitado su juguete favorito, mantuvo la compostura y regreso la mirada al duque.

-Hum, creo que...esta tiene cierta efectividad.

-Asi que si alguien la bebe...

-Se sentirá como si se hubiera enamorado de la primera persona que vea...Aclaro: no hará que se enamore de verdad de esa persona, pero si causara efectos secundarios físicos como un ritmo cardiaco elevado ¿Por qué no la usa en el emperador Sovieshu? Debe procurar que cuando su majestad la beba, sea usted la primera persona a la que vea.

-No creo que sea buena idea, emperatriz. -Dijo Amelie con inocencia, no creía que usar esa jugarreta fuera algo beneficioso.

-No se preocupen, no es necesario. - Navier iba a tomar la botella, pero el Duque retiró su mano y miro un momento a la emperatriz, con una sonrisa leve.

-Parece que ni una colega me cree, deberé mostrarle los efectos personalmente.

-No, no tiene que hacer...

-No se preocupe majestad, tengo un antídoto.

-Espere, porque tiene un...

Amelie noto que el duque estaba por ingerir la poción y rápidamente se puso de pie, colocándose frente a Navier, su intención era detenerlo, pero cuando su mano intento jalar de la muñeca de este, hizo que el liquido cayera más rápido por su boca, el solo trago y la miro fijamente. Un escalofrío recorrió el cuerpo de la joven, era una mirada intensa y transmitía muchas emociones en segundos.

Se escucharon pasos, pero Amelie seguía medio perdida en la mirada del Duque, cuando la puerta se abrió, rápidamente reacciono y tomo la botella, cubriéndola con su mano. Solo la voz de sovieshu la hizo despertar, dando un salto del susto.

-Emperatriz, me dijeron que estaba aquí con el Du...

El silencio fue incomodo, mientras Amelie se alejaba la ventana, se abanicaba la cara de forma discreta, mientras su mano libre escondía un poco la botella entre asi vestido, el duque solo le daba la espalda al emperador con algo de incomodidad.

Navier quedo en medio de todo, con la incomodidad escondiéndose en ella, se puso de pie y miro a Sovieshu, quien en una de sus manos traía un par de documentos.

-¿Por qué me da la espalda? Estoy aquí.

-Hay una razón por la cual no puedo mirarlo a la cara, su majestad.

-¿Qué lo trae por aquí su majestad? ¿Vino a darme eso?

Sovieshu miro a los dos y luego a Amelie, que parecía estar temblando frente a la ventana. Eso ya no le agrado, sabia que Amelie estaba a favor de Navier últimamente y verla ahí, de pie sin decir nada le decía que estaba evitando abrir la boca y decir algo inapropiado.

-¿Qué es lo que hacían antes de que llegara? El se niega a mirarme a la cara y usted está tratando de cubrirlo ¿Estaban besándose o algo asi emperatriz? ¿Acaso el duque tiene los labios hinchados por los besos? princesa Amelie ¿Me dirá lo que esta pasando?

Sovieshu volteo al duque, quien dejo salir un sollozo que sorprendió a los otros 3. El estaba llorando genuinamente, era un llanto suave y contenido, silencioso. Amelie sintió que su corazón se contorsionaba por la imagen del duque asi. Apretó la botella un poco más entre sus ropas.

-Es una alegría verlo. Hoy se ve encantador su majestad, aunque eso no es novedad.

Amelie quedo en blanco por las palabras del duque, mientras su hermano salía corriendo diciendo algo que no entendió bien. Navier volteo a ver al duque, sorprendida por como sovieshu huyo de la escena sin mas

-Duque ¿Esta bien?.

-Si, eso creo.

Amelie miro a Navier con confusión y luego se acerco a los dos, pero el Duque rápidamente dio un paso atrás mientras desviaba la mirada.

Lirius, quien estaba como una estatua en una esquina comenzó a reír sutilmente, se acerco a la pelirroja y rápidamente el duque se volvió, una mirada cargada de rabia contenida y un sonrojo sutil aparecieron en el.

-No se acerque tanto a ella

-¡!

-¿Gran Duque...

-Por favor, llámeme, Kaufman...maldición... Finjan que no escucharon eso...esto es más potente, esta poción es más potente de lo que esperaba.

-Debo decir que me confunde un poco, porque esta defendiendo a la emperatriz, pero parece celoso de que me acerque a la princesa Amelie...

-Tengo un contexto de su relación...estoy tan enamorado de la princesa Amelie que estoy dispuesto a intervenir a favor de la emperatriz para no verla triste de nuevo...o eso siento al menos. Cuando la miro, solo puedo concentrarme en sus labios, su cuello y en esos hermosos ojos...el sonido de su respiración.

-He oído suficiente- Lirius parecía serio ahora, con su mano empujo amigablemente la mejilla del duque haciéndolo callarse mientras el duque se alejaba y suspiraba con incomodidad.

-Lo siento...como verán ahora soy un desastre sin sentido...recuperare la cabeza una vez que la princesa Amelie se retire...

-Nos retiraremos por hoy, duque.

Los 3 salieron, Amelie miro al duque una ultima vez antes de irse, le daba algo de pena que estuviera asi, solo sonrió suavemente y con algo de culpa para después cerrar la puerta tras de si. Al día siguiente, la emperatriz pidió que se reunieran de nuevo, esperaba que el efecto de la poción pasara y asi pudieran continuar debatiendo sobre la alianza comercial.

Cuando Amelie y Navier llegaban, esta vez junto a los 3 subordinados de la pelirroja, se llevaron una sorpresa al ver al Duque bien vestido frente a ellas, Amelie se volvió una dulce fresa de la cara cuando ambos conectaron miradas, las mejillas ruborizadas del duque decían mucho...

-Cuando comentaron el incidente no esperaba...bueno, esto. -Dijo Ethan, conteniendo la risa.

Lirius y Edén dieron un largo suspiro de amargura, sabían que el trillizo menor era capaz de hacer un desastre con esta información, solo esperaban que no actuará de forma infantil y mantuviera la compostura.

-Dado como están las cosas...

-El antídoto no surtió mucho efecto. ― Amelie cerró los ojos y suspiro con suavidad, acaricio su frente y luego levantó la mirada con esperanza.

-Gran Duque ¿Podemos pedirle ayuda a la señorita Zuri?

―Ahora que lo mencionas, es buena idea. -Lirius parecía apoyarla, pero cuando el de cabello azabache de disponía a retirarse para llamar a la maga, el Duque rápidamente declino la oferta.

―No es necesario, princesa. El efecto pasara naturalmente en unos días.

―Empiezo a creer que tomo el antídoto incorrecto. Tal vez lo confundió. ―Amelie mantenía muy bien la calma, a pesar de ser ella la que estaba metida en este embrollo por un pequeño error.

―No, definitivamente era el correcto.

― ¿Me esta diciendo que el mejor mago en pociones no puede hacer un antídoto efectivo? ― Ethan frunció la seño, era claro que ya no le daba risa la situación que estaba sufriendo la princesa por ese tropiezo de querer probar su utilidad.

Kaufman desvió la mirada mientras se sentaba en uno de los sillones del salón, cosa que imito Navier, mirándolos en silencio con algo de preocupación por la situación. Amelie estaba nerviosa, era algo obvio, aunque sabia ocultarlo...demasiado bien.

―Yo fui quien envio la opción de amor a la emperatriz Navier...

― ¡¿Qué usted qué?! ―Fue el medio grito colectivo de Amelie y sus subordinados. El color de la pelirroja desapareció de golpe, estaba demasiado pálida que incluso parecía un fantasma.

― ¿Usted la envio? ¿Por qué?

―No esperaba que fuera tan efectiva, la envíe porque vi su desesperación, lo hice sin saber que era tan cercana a la princesa Amelie. Se que lo que hice fue una tontería, pero no podía soportar verla sufrir.

La cara de Amelie demostraba incomodidad, tal vez habia mostrado demasiado sus emociones con todo lo que estaba pasando entre Navier y Sovieshu, pero no podía evitarlo, eran dos personas muy importantes en su vida, los habia visto enamorarse y crear un imperio fuerte y próspero, natural que le doliera ver como esos hermosos tratos se volvían en una traición y una relación de desconfianza.

―Creo que las clases de magia se pospondrán. ―Dijo Lirius con calma mientras Amelie asentía y el Duque Kaufman se frotaba la frente con incomodidad.

―Eso retrasara un poco las negociaciones con Divalía también.

―De eso puedo encargarme yo, debemos aprovechar todo el tiempo que podamos― Dijo Navier con una leve sonrisa en labios, lo que levanto un poco el ánimo de Amelie.

―No se precipite, majestad. El emperador parece sospechar de otras cosas con el Duque, que de la nada la princesa deje de venir lo hará malinterpretar todo...mas de lo que ya este.

―Este o no aquí, Lirius, el Emperador ya tiene a la emperatriz en una mala posición. ― Se cruzo de brazos la pelirroja mientras Lirius suspiraba con cansancio, después de todo, la princesa tenía un punto de alto valor.

―Bueno, podría ayudar con eso, si no le molesta, majestad.

―Es mejor si está aquí, podrá tener comentarios valiosos relacionados al comercio.

Cuando todo parecía arreglado, Amelie apretó su vestido con algo de molestia. Ella deseaba estar presente, ella deseaba retomar la magia, QUERIA SER ELLA la que llevara las negociaciones. Por mucho que Lirius fuera su subordinado, sabia que contaba más para sentar bases en Divalía, que fuera ella la que estuviera presente y activa, no él. Pero parecía que tenía que resignarse esta vez.

Edén se percato de su acción, sabia que le molestaba un poco como se estaban dando las cosas. Pensaba que era igual de importante que pusiera seguir con las clases de magia y fue cunado una pequeña idea llego a él.

―Perdón que me meta, majestad pero ¿Consideraría inadecuado que Amelie se vea con el duque para las clases de magia?

―Yo no lo considero asi, pero parece que el Gran Duque prefiere evitar algún altercado o mal entendido, aunque dudo que se preste a esa situación, dado que con viejos colegas.

― ¿Entonces no cree que le afecte?

―Para nada.

―Bueno, podría intentarlo, aunque si resulta incómodo, princesa, no dude en decirme que quiere retirarse.

― ¡Muchas gracias por considerarlo! No quería perder la oportunidad de regresar a estudiar algo de magia.

La sonrisa que mostro la pelirroja le derritió el corazón al gran duque, quien rápidamente desviar la mirada con un leve sonrojo en sus mejillas, ahora Navier se sentía algo culpable de la situación. Mientras los 3 subordinados de la pelirroja solo podían sonreír con suavidad...sería una estancia demasiado larga...más de lo que ya esperaban.

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