𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 9 - 𝕯𝖊𝖈𝖑𝖆𝖗𝖆𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘
Amelie estaba en el salón de la rosa junto a Lirius, estaba cruzada de brazos leyendo un par de papeles hasta que escucho a alguien llamarla, volteo la mirada, encontrándose con Navier, quien le sonrió suavemente.
― Majestad, ¿Sucede algo?
― No es nada, quería verte después de... ya sabes.
― Es algo incomodo no existir en Oriente como tal, pero está bien. Mientras menos sepan de mi menos sabrán de mi relación con Sovieshu.
― Sobre eso... ¿sabes quién es esa mujer? ― Navier ocultaba bien su preocupación, pero Amelie podría notarla por la forma sutil en que apretaba sus manos.
― ¿Hablas de Lady Rashta? ― Dijo casi escupiendo su nombre, dándole la espalda a Navier para que no viera su claro disgusto. ― Lo siento Navier, sé que debió ser difícil para ti no preguntarme nada ni decírmelo por miedo a que no te creyera, pero si, lo descubrí ese día en el baile cuando Sovieshu corrió a abrazarla... sentí muchas ganas de romperle una silla en la cabeza.
― Princesa...
― No me pidas que guarde mi sentir Lirius, al menos Navier debe saber que no apoyo a Sovieshu por mucho que sea... Agh... no me agrada esa mujer, tiene algo que me incomoda, más allá de ser una amante y desconocer su verdadero origen.
― Parece que ambos te subestimamos...
― Más Sovieshu, de tu parte entiendo que no me preguntaras ni dijeras nada, debe ser vergonzoso para ti como emperatriz tener que lidiar con esa estúpida.
― ¡Majestad!
― ¡Bien! Tratar con esa noble mujer que mi corazón odia con toda su fuerza y desearía poder darle una bofetada con mi guante de seda más caro para después quemarlo por estar infectado por una mujer tan detestable.
Lirius se acercó y comenzó a regañarla mientras Navier sonreía, por alguna razón se sentía mas tranquila al ver que Amelie estaba de su lado, pero lamentaba que supiera todo de una manera tan... incomoda.
― Cuando te veo... se que eres de sangre imperial por donde lo veamos, tu sangre es la más pura de todas, pero decidiste ser una plebeya que escalaria en la sociedad con sus logros, al final, tu tío decidió que tu serias su sucesora.
― Muchos me lo dicen, es decir, mis primos y mis tíos, saben de mi origen, y aunque en cierta medida deberían de odiarme por ser la muestra de la humillación que paso mi madre... me adoran, porque... dicen que me parezco a ella...
― Eres una copia exacta de ella, cuando eras muy bebe, mi madre me conto que eras un escándalo, pues creían que no eran hija del emperador, la prueba de sangre fue secreta solo entre la familia imperial y los Trovi, por razones de amistad con los Trovi, si eras la hija del emperador, serias educada por mi madre para ser una posible emperatriz, pero, algo ocurrió. Creo que el emperador se sintió bendecido de tener una princesa. Por eso decidió esconderte en el palacio como una protegida de la emperatriz...
― Madre emperatriz fue demasiado buena conmigo después de que mi madre huyo, desconozco si fue por enfermedad o solo decidió escapar, pero me alegra que me dejara con ustedes, pude conocerlos y sentir que tenía un hogar.
― Lamento interrumpir majestad, la emperatriz, pero tengo una clase que dar.
― Creí que te tomarías el resto del día. ― Dijo Amelie, ladeando la cabeza con curiosidad.
― La Duquesa de Tuania tenia asuntos que atender, y tu tienes un examen que presentar en unos días. ― Se acerco y dio un golpe con su abanico cerrado en la cabeza de la pelirroja, haciéndola chillar.
― ¿Examen?
― La nobleza de Divalía considera que deben tener más que simple preparación intelectual, al menos tener conocimientos exquisitos en las artes, en el caso de Amelie, además de la magia y la educación recibida aquí, debe tener algún talento en las artes; como la pintura, el canto, la música o la danza.
― Suena agotador.
― Lo es, pero puedo con eso, me gusta demasiado todo lo relacionado con las artes, asi que no te agobies Navier.
La rubia asintió y se retiró, dejándolos tener su clase. Ergy por su parte, caminaba por los pasillos del palacio cuando a sus oídos llego música de un violín, se asomo y por la puerta entreabierta del salón de las rosas encontró a Amelie, haciendo movimientos suaves con sus manos y usando un vestido que las bailarinas del ballet usaban. Levanto una ceja y decidió observar un poco más, a su lado, Lirius interpretaba una suave melodía mientras Zuri se cruzaba de brazos y contaba, cuenta que marcaba los tiempos de los movimientos de Amelie.
"Si que estás llena de sorpresas pajarito."
Ergy suspiro y decidió alejarse; luego de unas cuantas vueltas sin toparse con Navier, la vio dirigirse a donde estaba el salón de las rosas, asi que decidió acercarse.
― ¡Su Majestad! Llevo horas buscándola, debe estar muy ocupada.
― ¿Qué ocurre?
―Me alegra que podamos ir al grano ¿Está al tanto de que soy amigo de Henley?
― Si
― Ya veo, Henley menciono a su majestad un par de veces ¿Él me menciono también?
― No me dijo mucho sobre usted "Aunque las miradas que tenia con Amelie me dan a entender que ustedes tres se conocen demasiado bien"
― ¿Dijo algo extraño?
― ¿A qué se refiere?
― Hablo si dijo algo negativo.
Navier se quedo pensando un momento y negó suavemente mientras Ergy solo reia muy suavemente y recogía su flequillo.
― Ah, es natural, es algo que siempre ocurre. Siempre le dice cosas malas sobre mí a la gente que quiere. Dice que estoy maldito...
― No sé porque me dice esto.
― Porque me doy cuenta de que su majestad y Henley no se mueven en los mismos círculos sociales. Henley y yo somos superficiales, la diferencia es que...
― Guarde sus comentarios hacia su majestad, Duque Ergy, no permitiré tampoco que hable mal del Príncipe Henley, por mucho que sean amigos.
Navier y Ergy miraron hacia la puerta que daba al salón de las rosas, Amelie caminaba hacia ellos, con un semblante serio y caminando lentamente.
― Princesa Amelie.
― Solo diríjase a mi como princesa. ― Ergy frunció el seño y esbozo una sonrisa burlona.
― Ese tono no le queda princesa, recuerdo que...
― No me rete. ― La mirada de Amelie endureció a tal punto que incluso Navier sintió la pesadez que estaba formándose entre esos dos, la mirada de Amelie era una clara advertencia, no sabia a que puntos era capaz de llegar para alejar a Ergy y eso le dio una alerta, más cuando Zuri comenzó a jugar con sus dedos de una manera nerviosa y Lirius colocaba su mano en la empuñadura de su espada.
― ¿De cuándo acá es tan agresiva, princesa?
― Debe saber bien la respuesta.
― Ya veo, solo le recuerdo majestad Navier, Henley es un embustero, puede apuñalar por la espalda sin dejar de sonreír...
― Como cierta persona cono puede morderse la lengua 3 segundos.
Navier miro a Amelie, quien claramente ya estaba harta y apretaba sus manos con rabia. Ergy solo suspiro, hizo una reverencia y se retiró.
― Esperaba que interviniera majestad.
La voz de Sovieshu alerto a Amelie, quien volteo a verlo con clara fatiga, no estaba de humor por culpa de Ergy, y luego aparecía su estúpido hermano mayor con un semblante serio.
― ¿Acaso debía intervenir?
― No lo decía por ti Navier, si no por Amelie, parecía que los interrumpió en un mal momento.
― No estoy de humor Sovieshu, ese hombre es un dolor de cabeza.
― Parece que a Navier le atraen los extranjeros...
Zuri volteo a ver a Sovieshu como si temiera por su vida, Lirius solo se golpeo la frente con la palma de su mano, no esperaba que el emperador tuviera la valentía de confrontar a Navier enfrente de Amelie y más en ese estando tan sensible que tenia ahora. Amelie volteo, sus ojos eran dos poderosas llamas que brillaban con rabia y una sonrisa burlona.
― No la juzgo, a diferencia tuya es un noble, ¿Qué te da derecho a abrir la boca cuando tienes una concubina eh?
(Nota de la autora: como diría Maya de Maya y los 3: owwww, auch~)
― ¿¡Qué!? ¿De dónde sacas...
― ¡Ay por amor de dios Sovieshu! Desde que me dejaste votada en el baile me di cuenta "Rishti pirqui lliris" ¡¿Cuándo pensabas decirme eh?!
― ¡¿Tú le dijiste?!
― ¡No metas a Navier en esto, Sovieshu Vikt! Fingí todo este tiempo no saber esperando que tuvieras el valor de decirme, asi que contén tu lengua con Navier cuando estes frente mío.
― Amelie este no es el comportamiento de una pri...
― ¡No me digas como debo comportarme! ¡Yo me comporto como desee! ¿o qué? Tiene mas derecho tu concubina por ser una plebeya, te recuerdo que yo también lo fui.
― Princesa, cálmese por favor, está muy alterada. ― Zuri se acero a su costado, sosteniéndola de los hombros suavemente, la mirada de Sovieshu estaba perdida ante la respuesta de Amelie.
― Me retiro, Emperador...
― ¡Amelie!
― Ven Navier, quiero hablar contigo― Amelie tomo la mano de Navier y casi salieron corriendo, dejando atrás a Sovieshu mientras Lirius y Zuri trataban de seguirlos.
Amelie llevo a Navier hasta la habitación de la emperatriz, donde entraron y la pelirroja por fin soltó la mano de una muy sorprendida Navier, miro a la menor mientras analizaba lo ocurrido, no esperaba que Amelie explotara de esa manera frente a Sovieshu, y, sobre todo, hacia él.
― ¿Se encuentra bien princesa?
―Si solo debo relajarme un momento-
Amelie suspiro mientras se dirigía al pequeño balcón que tenía Navier en su habitación, las damas de compañía de Navier la miraron con confusión, como esperando alguna explicación de la actitud de la más joven.
― La princesa sabe quién, y que es Rashta para el emperador, asi que...― Un silencioso "Oh" salio de las damas que solo se limitaron a suspirar y mirar con algo de tristeza a la joven, quien diría que después de años de estar desaparecida regresaría a ver que sus seres mas queridos estaban metidos en esta clase de problemas.
― Princesa ¿está segura de que se siente bien?
―Tranquilo Lirius, solo estaba demasiado a la defensiva por los comentarios del Duque Ergy, asi que naturalmente explote. ― Amelie sacudía su mano, abanicándose asi la cara, sus orejas estaban algo rojas por el coraje.
― Espero el Emperador no se desquite con la emperatriz Navier.
― ¡Laura!
― No, no la regañe, tiene un punto. Conociéndolo actualmente, me doy cuenta de que le importa poco quien sea el responsable, su ira cae en Navier. ― Dejo de abanicarse y se acerco a la rubia, tomando sus manos suavemente y bajando la mirada. ― Lamento que todo suceda asi Navier.
― No te agobies, toda ira bien, dudo que se atreva a desquitarse conmigo. Iré a cenar en un momento, tu ve a descansar, has tenido demasiadas emociones fuertes por hoy.
Amelie asintió, hizo una reverencia y se retiro junto a Lirius y Zuri, la hechicera solo miro a Navier con una sonrisa suave, como si tramase algo, hizo su reverencia y salio.
La hora de la cena llego, Navier miraba con calma su plato mientras empezaba a cortar el pollo con cuidado. Sovieshu tosió suavemente, llamando asi su atención mientras el se limpiaba la comisura de los labios.
―Emperatriz, espero no le moleste que tengamos una invitada en nuestra cena.
"¿Invitada? Debe referirse a Rashta."
― ¿A que se debe la invitación?
― Deseaba hablar con ambas. Pero en lo que entra, ¿Podría prestarme la "Flor del Desierto"?
― Si estas buscando un anillo encantado con propiedades sanadoras, creo que ya tiene uno.
―Es cierto, pero no lo tengo por ahora.
― ¿De verdad lo necesitas?
―Quiero prestárselo por poco tiempo a alguien que se lastimo las manos. Prometo que te lo devolveré, así que préstamelo por un tiempo.
La mirada de Navier esta suave, pero estaba analizando las palabras de Sovieshu, sin mucho mas que decir solo sonrió, cerro los ojos y tomo un pedazo de pollo dispuesta a llevárselo a la boca cuando...
― Tu amante debe tener unas manos demasiado lastimadas para pedirle a Navier que te ceda una de sus joyas.
―¡
Amelie entro con una sonrisa burlona y una pequeña caja en sus manos. La mirada de Navier conceto con la suya, bastante sorprendida, esperaba que la invitada fuera Rashta, aunque estaba agradecida de que no fuera asi.
― ¿Por qué estas tan a la defensiva?
― No pienso arruinar la comida, asi que no contestare. Por otro lado, emperatriz, tengo un regalo para usted... y si, también uno para el emperador, me aprecia inapropiado venir a esta cena sin un pequeño presente de cordialidad.
Ambos se miraron mientras Amelie se acercaba al costado de Sovieshu, su mirada era seria pero tranquila, debajo de la caja venia una carta, que extendió al emperador con cuidado. Al abrirla leyó sobre el regalo, no solo era cortesía de Amelie, si no del primo de esta, Ludwind. En la carta decía que era una espada, funcional y a la vez decorativa, la habían dejado en su estudio para evitar problemas durante la cena.
―Interesante regalo, me parece que tu primo es un aficionado a las armas.
―Es natural cuando se supone el tomara el cargo de jefe de la armada de Divalía. Emperatriz Navier...
Amelie se acercó y le sonrió con dulzura, cosa que hizo que Sovieshu se molestara un poco, después de todo, era su hermana, no de Navier. Amelie abrió la caja de madera, mostrando asi tres anillos, la mirada de Navier fue de sorpresa.
―Se que las joyas no son tu fuerte, pero mi tío insistió en que era buena idea dejar estos en tus manos.
― ¿Por qué hay dos similares?
La mirada de Amelie cayo en Sovieshu, sonriendo con malicia mientras sacaba con cuidado uno de los anillos que mencionaba la rubia.
―Uno es para ti, el otro... tal vez para alguien especial. ― Sovieshu gruño, se puso de pie y salio azotando la puerta, Navier suspiro mientras Amelie reia sutilmente. ― ¿Esta un poco delicado no crees?
―No juegues con el de esa manera Amelie, por mucho que sea tu hermano.
―El es el que me oculto cosas, mis intenciones están claras para él ahora, mas que nada, porque esta siendo un patán contigo, eso no lo permitiré.
―Amelie...
―Navier, lo digo enserio, ese anillo, puede ser para tu amante, el amor de tu vida, mi hermano o incluso para el tuyo.
― ¿Kosair?
―Si, son solo un par de anillos gemelos, no tienen ningún significado al estar juntos mas que eso, ser algo especial.
― ¿Y si te lo quiero dar a ti?
―Me estarías regresando tu regalo. Piénsalo, no es necesario que sepas a quien dárselo, tal vez más adelante se lo dejes a tu hijo o hija como muestra de afecto maternal.
Navier rio mientras ellas terminaban la cena, aunque el apetito de Navier se vio algo menguado por la reacción agresiva de Sovieshu, aunque entendía que las provocaciones de Amelie eran más una declaración de guerra entre hermanos que solo molestarlo.
― ¿Estas bien Navier?
―Perdí el apetito.
―Lo siento.
―Oh, no lo digo por ti, las solicitudes de Sovieshu me quitaron el apetito.
―Salgamos a caminar, tengo ganas de caminar.
Navier solo sonrió y asintió, ambas salieron del comedor y caminaron por los jardines, Amelie miraba con cierta melancolía al horizonte, sentía algo de culpa por hacer enojar asi a Sovieshu, pero era lo menos que se merecía tras tratar a Navier como una cosa sin valor. En su caminata, en uno de los jardines Amelie alcanzo a divisar de lejos a Henley sosteniendo... ¿un pájaro azul? Se quedo en silencio, analizando la imagen cuando quiso empezar a reír. Navier noto a Henley y se acercó.
―Príncipe Henley
― ¡Mi Rei...!
―No, no, tu sigue con lo tuyo, finjan que no estoy. ― Amelie sonrió tímidamente mientras Henley parecía aturdido.
―Esta ave, no es Reina.
―Es el subordinado de Reina.
― ¿Subordinado? ¿No es su amigo?
― También es su amigo, pero, oficialmente es su subordinado.
Amelie miraba al ave azul con una sonrisa burlona mientras el ave a su vez parecía querer volar y huir de ahí. Cuando Navier lo acaricio, este solo cerro los ojos mientras Amelie seguía conteniendo la risa.
―Sus aves tienen muchas expresiones faciales... ¿Podría ab-
Antes de que Navier hablara, el pájaro azul voló del brazo de Henley y se planto en el hombro de Amelie, ocultándose entre su cabello rojo, lo que la hizo estallar en risas.
―Eso no lo esperaba...― Confeso Henley mientras el Ave azul seguía escondiéndose.
―Ah~ cada ave elige a quien desea acercarse más, parece que esta se sintió intimidada y al se la que menos atención le presta... prefirió esconderse...
―Fascinante, esperaba poder abrazarlo, pero parece estar feliz en tu hombro.
―Si, eso parece, aunque está ansioso por irse. ― Dijo Henley, el ave solo grazno suavemente y salio volando.
―Es un poco lento. ¿Estará enfermo?
―Es un dramático, lo hace para llamar la atención.
―Y vaya que si...― menciono la pelirroja viendo como el ave se alejaba
―Amelie, ¿podrías dejarnos un momento a solas? ― pidió Navier mientras la menor asentía y casi salía huyendo. Solo alcanzo a escuchar algo sobre "no quiero mentirle"
"Deberé preguntarle a Mckenna más tarde"
Por otro lado, cierta mujer de cabello azul caminaba por los pasillos cuando miro entrar al vizconde Lotteshu a la habitación donde estaba Rashta, una sonrisa suave apareció en sus labios, con el cobijo del anochecer, se acerco y escucho un poco con siguió.
"Asi que la esclava esta planeando ensuciar a Lady Nian... sería una pena que lo deje pasar, pero... algo me dice que es mejor no interferir...no ahora."
Al día siguiente, Amelie estaba poniendo al tanto con las cosas atrasadas de sus clases de etiqueta, una mirada agotada escapaba de sus ojos, Zuri habia llegado mas tarde, diciendo que tenia información, pero no fue demasiado concreta, asi que se quedo toda la noche pensando en ello.
―Estas desvelada. ― Amelie levanto la mirada, encontrándose con Ethan, quien le sonreía dulcemente mientras dejaba una taza de té enfrente de ella.
―Ethan... estuve pensando toda la noche sobre lo que descubrió Zuri, parece que la esclava va a seguir haciendo de las suyas, pero no estoy segura de que planea ahora. ― Bajo el libro con cuidado a su regazo y tomo la taza para beber un poco, el aroma dulce de la bebida la despertó y le saco una sonrisa.
― Para ser lo que es, es demasiado problemática ¿Por qué nuestro pequeño reino tiene que ser más tranquilo?
―No todos son rivales, la mayoría se apoya porque las artes mueven el medio, no pueden darse el lujo de odiar a una familia noble que renta teatros y viceversa. Dependen mutuamente de sí. ― Lirius entro con un suspiro mientras su hermano menos solo rodaba la mirada.
―Si, bueno, aquí parece que es una contienda campal.
Amelie rio suavemente mientras pensaba un poco más sobre lo que esa mujer estaría tramando, no le agradaba para nada, mas que nada porque según lo que le conto Zuri haciendo un poco de investigación, la mujer parecía disfrutar de poner a Sovieshu contra Navier.
―Cambiando de tema, me parece que la emperatriz ira a Winwol en unos días.
― ¿Por qué lo dices?
― Aparentemente la emperatriz apoyo a una joven de un orfanato y logro entrar a la academia de magia.
―Interesante, tal vez la acompañe, le debo un par de disculpas al viejo decano. ¿Tenemos algo pendiente?
―Si, debes prepararte por si las artes no funcionan.
―Lo dices como si fuera la peor bailarina en el medio...
―No lo digo por eso, pero tienes que estar reparada, prima. Mas por si hay problemas con algún tonto duque que quiera desplazarte, con eso de que tío estuvo al poder porque la reina original prefirió ir a otra nación... muchos nobles creen que es mejor tener un rey que una reina.
―Muchos solo viven de las artes, no podrán entender nada de los documentos y los presupuestos. ― Suspiro Amelie mientras su primo reia y se acercaba a ella.
―Lo sé, por eso no acepte el cargo.
―Eres un haragán.
―Bueno, tienes que elegir un arma y perfeccionarla.
―Tu eres muy bruto para enseñar, esperare a alguien más, eres capaz de dejarme sin cabeza por un descuido.
Ludwind solo desvió la mirada, riendo tímidamente mientras los trillizos suspiraban, habia sido un problema cuando Amelie llego a Divalía, su primo insistía en que tomara el camino del "arte" de la guerra, pero Amelie nunca habia tomado un arma en sus manos, naturalmente no soportaba el peso de una lanza, aunque fuese y los arcos la dejaban con los brazos entumidos al mínimo intento de disparo.
―Vale, soy una bestia en eso, pero quiero que seas la reina perfecta, nadie puede compararse a los cuatro fundadores, pero eres la más cercana.
―Luego hablan de sus entrenamientos, me apetece hablar de algo más~
― ¿Qué sucede ahora, Zuri?
―Es sobre la mujer, le entrego uno de los anillos del emperador al Vizconde Lotteshu como pago, no sé exactamente de qué, pero algo me dice que están trabajando juntos. ― Dijo la mujer mientras se cruzaba de brazos.
―O la esta chantajeando. Recordemos que el día de la fiesta de Año nuevo surgió el rumor de que era una Esclava fugitiva. ― Dijo Lirius mientras acariciaba su mentón.
―Si ese fuera el caso... ¿Por qué no recurre al emperador? Casi matan a Lotteshu ese día.
Mientras ellos seguían hablando, Amelie se mantuvo pensativa, jugando un mechón de su cabello, uniendo todo, solo quedaban esas dos opciones y... la tercera.
―Tal vez ambas.
― ¿Cómo es eso?
―Piénsalo Ludwind, Rashta sabe que el hombre no puede abrir la boca por cualquier cosa o acabara muerto, es un circulo vicioso, ninguno habla. Tal vez la chantajea, pero también la ayuda para conseguir más dinero, Lotteshu siempre fue un vizconde pobre, aprovechar a la esclava noble es un buen monto de oro y lujos.
―A veces creo que eres la que saco toda la inteligencia posible del emperador y no tu hermano― Dijo Zuri con una sonrisa mientras Amelie suspiraba.
―No es mi problema si la chantajean, será problema de Sovieshu lo que esa mujer haga... solo quiero que revisen que nada de mis regalos vaya a parar a una subasta, o yo misma voy a ...
―Wo, wo, wo, ya estas sonando a la loca de Reimachi. ― Ludwind mostro una sonrisa nerviosa ante el cambio de actitud.
―Algo debía pegarse ¿no? ― Zuri volteo a ver al asustado pelirrojo mientras Ethan se carcajeaba por el gesto de la mujer mayor.
Amelie suspiro y se puso de pie, iría a preguntarle a Navier sobre su visita a Winwol, deseaba disculparse por dejar la academia de la nada. Caminaba con calma hacia la habitación de Navier, se la encontró en el camino y la miro sorprendida.
―Majestad...
―Amelie ¿sucede algo?
―Lirius me comento que iría a Winwol, me gustaría acompañarla, ya que... bueno... desaparecí de la nada y le debo una explicación al decano.
Amelie junto sus dedos tímidamente tras su espalda, mientras se sonrojaba, solo imaginar al decano regañándola por dejar su "prometedora" carrera como maga le avergonzaba. Una sonrisa suave salio de Navier, quien asintió suavemente mientras comenzaba a caminar.
―No te negare que me acompañes, me viene bien.
Una vez en Winwol, Amelie miraba con interés el ambiente, recordaba como corría por los pasillos para llegar a la siguiente clase, una sonrisa nostálgica se mostro en sus labios. Navier la miraba de reojo con interés, era ciertamente enternecedor para ella, ver como Amelie parecía recordar su pasado antes de ser una Princesa heredera.
― ¿Quieres caminar sola por ahí?
―No, te sigo, necesito ver al decano.
Una vez ahí, el decano miro a la emperatriz con una sonrisa, mientras pasaba, Navier se coloco a su lado y extendió su mano, lo que llamó la atención del hombre, después solo se congelo.
― ¡Señorita Amelie!
―Ho-Hola decano, mucho sin verlo. ― Amelie rio tímidamente mientras el decano seguía en shock.
―No creí que volvería a verte, desapareciste tan de repente.
―Es a lo que venía, regresé a Oriente y decidí presentarle mis disculpas por desaparecer asi.
―Asustaste a mas de uno, pero me alegra ver que estas bien... Ahora que está aquí la emperatriz ¿le gustaría oír lo prodigiosa que era?
Amelie casi se ahoga mientras Navier miraba con interés al decano, este sonrió y comenzó a hablar, Amelie casi chillaba hasta que el decano se detuvo.
―Ejem, pero antes, no olvidemos a la pequeña Evely.
Unos segundos después una pequeña entro a la oficina, Amelie la miro con atención, sintiéndose enternecida, recordó su época de estudiante. La niña corrió y abrazo a Navier, quien no dudo en corresponderle.
―Muchas felicidades Evely.
―Gracias, su majestad. No podía haberlo logrado sin su ayuda.
―Se ve que te admira, majestad. ― Dijo Amelie mirando a Evely con una sonrisa.
―Es algo asi, Evely, ella es una chica como tú, empezó desde abajo y estaba por convertirse en la mejor.
― ¿De verdad?
―Bueno, tal vez cerca de ser la mejor, tal vez tu puedas rebasarme, pequeña― Amelie se acercó y revolvió su cabello amigablemente, la niña solo rio, realizo una reverencia y se fue corriendo.
―Me agrada...
―Es buena y talentosa, me recuerda a ti.
Navier y Amelie rieron mientras salían del despacho, caminaron por los pasillos mientras miraban los retratos de los primeros de su clase, habia uno vacío y el decano explico que sentía algo de vergüenza de que el mejor de la clase fuera un alumno de intercambio, Henley.
―Ustedes dos parecían rivales de toda la vida, esperaba que tu no lo dejaras ser el primero de la clase. ― Confeso el decano a Amelie quien rio nerviosamente.
― ¿Se conocieron aquí?
―Ah, sí, si ... fue demasiado gracioso, majestad. ― Amelie rasco tímidamente su mejilla esos recuerdos eran un poco vergonzosos de contarle a Navier, era demasiado alocada, la etiqueta le daba igual y sus riñas con Henley acabaron al menos 2 veces en golpes.
Luego de todo lo hablado, Navier salio junto a Amelie, ambas en un cómodo silencio hasta que se encontraron con Henley, Amelie solo sonrió al ver a Mckenna aguantando una fuerte carcajada, Navier parecía darse cuenta de ello, pero no entendía bien el motivo de su risa; pero la risa de Amelie se descontrolo cuando Henley menciono "Es nuestro destino encontrarnos". Navier solo cerro los ojos, encontraba contagiosa la risa de Amelie y el reírse frente a Henley no estaba en sus planes.
― Lo-Lo siento majestad, es solo que la forma tan casual que nos encontramos ya parece un mal chiste. ― Amelie limpio con cuidado sus ojos, mientras, calmaba su risa.
―Ya que están aquí y es una alegre coincidencia ¿Les parece si cenamos juntos?
Navier miro a Amelie, como esperando que no le molestara, a lo que Amelie solo asintió dulcemente, Navier termino aceptando y los 4 se dirigieron a un restaurante en la ciudad, Henley iba a pedir una mesa para los 4, pero con la mirada de ella pudo notar que quería dejarlos a solas, era una mirada que aprendió a identificar hace años.
―Parece que la señorita Amelie quiere hablar a solas con Sir Mckenna.
Mckenna se sonrojo mientras Amelie soportaba la risa una vez más, era cierto que deseaba hablar con él, pero su interés esta ver cómo era la relación de Henley y Navier sin que le tomaran mucha importancia.
―Me parece bien, serán mesas aparte― Navier sonrió, aprecia mas que encantada con la idea, en sí, ella deseaba hablar con Henley como siempre, sin hacer que Amelie se sintiera incomoda, después de todo, era la hermana de Sovieshu y si algo no le agradaba temía que se sintiera incomoda.
― ¿De qué querías hablar?
―Pajarito azul~
El susurro de Amelie erizo a Mckenna, quien se sonrojo y la miro con molestia, ella solo reia con ternura mientras traían su comida, muchas cosas habían pasado cuando estudiaban, cuando encontró a Henley transformándose en un pájaro casi grita, y Henley por salvar su pellejo, decidió decir que Mckenna también podría hacerlo. Los dos estaban demasiado asustados de que hablara, pero uno de los mejores atributos de Amelie era su confidencialidad.
―Deja de burlarte.
―Lo siento, pero eres tan lindo cuando haces esas caras ¿Acaso no te gusta?
―No cuando me obligan...
Amelie, aunque se reia junto a Mckenna, mantenía una mirada atenta en Navier y Henley, ella lo noto, Henley estaba enamorado, demasiados para ser sinceros. Pero no sabía si era buena idea apoyarlo con Navier o interponerse para hacer un tonto intento de mantener a Navier y Sovieshu juntos.
― ¿Estas bien? De la anda tu sonrisa se esfumo.
―Mckenna... su vieras la felicidad de tu mejor amigo con alguien que conoces... pero está comprometido... ¿Qué harías?
―Lo dices por...
―Navier y Henley son como una pareja de amantes, las miradas de Henley son de aprecio y cariño puro, mientras Navier aprende a sentir... ¿Debo decirle a Navier que siga con el emperador o debo apoyarla con Henley?
Mckenna quedo ido ante su pregunta, y después solo la volteo a ver con sorpresa ¿Tan rápido noto eso? Estaba sorprendido y a la vez se sentía ofendido.
―Bueno respondiendo, creo que deberías hacer lo que consideres mejor, barajea las opciones...
―Mi corazón dice que Navier y Henley serian felices... mi cerebro me dice "une de nuevo a los emperadores" ... no soy buena eligiendo con el corazón...
―Amelie...
Una silenciosa lagrima salio de su ojo derecho, Henley y Navier eran personas importantes en su vida, se sentiría en una encrucijada nuevamente si algo malo pasara. La ultima vez que sus sentimientos eligieron sobre su razón acabo llorando y huyendo de todo un futuro.
Con timidez, Mckenna tomo su mano y sonrió, no sabia a ciencia cierta como alegrarla, pero quería verla sonreír como en los viejos tiempos.
―No te agobies, lo que elijas, sé que será la mejor opción.
―Gracias Mckenna...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top