𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 6 - 𝕽𝖊𝖑𝖊𝖛𝖔

Amelie había regresado a su habitación, se sentía algo incomoda al pensar que Sovieshu había enfermado. Mientras daba vueltas en su habitación una idea llego a su cabeza.

―Edén, necesito que le pidas un favor a Henley, dado que Navier esta en la casa de Campo, me gustaría que estuviera tranquila.

― ¿Que planea hacer su majestad?

―Un pequeño favor.

La mirada de Edén era de confusión, pero apenas Amelie se sentó a redactar una pequeña carta para Navier, él entendió todo. Amelie estaba dispuesta a sentarse a adelantar el trabajo de Navier. Lirius se sentiría orgulloso por su sentido de responsabilidad, pero a la vez estaría molesto porque fuese de esa manera.

Una vez Edén salió con la carta, Amelie suspiro esperando que Navier no fuese mas orgullosa y le negara la oportunidad de entender mejor como llevar un reino, o en este caso, un imperio. Obviamente dejaría todo de forma que si estuviera mal, Navier no se agobiase.

―――――-

Navier estaba en su habitación, leyendo un poco mientras atendían a sovieshu en su habitación, escucho un picoteo en la ventana, sorprendida miro a Reina entrar algo agitada.

― ¿¡Reina!? ¿Qué haces aquí?

Reina rápidamente entro por la ventana y se dejo ir contra la cama, algo agotada, pero así como se tiro, se puso de pie y estiro su pata, Navier miro la pequeña carta y la tomo. Estaba sorprendida de la letra y la firma, era de Amelie...

"Me entere que el emperador esta enfermo, sabiendo que deberá esperar a que este estable para regresar, y sabiendo lo orgullosa que eres, me ofrezco a adelantar tu trabajo para que no te agobies, trata de cuidar a su majestad. Amelie"

Navier suspiro, no estaba a favor de dejarle su trabajo a Amelie, pero sabiendo que insistiría decidió dejarlo en sus manos, de verdad esperaba que fuese capaz de sobrellevar la cantidad de papeles que debería revisar.

"Muy bien, dejare que lo hagas, teniendo en cuenta que será una buena practica para tu formación como princesa heredera. Solo ten cuidado."

Miro a Reina, quien daba vueltas algo desesperada, parecía que solamente le gustaba esperar las cartas de Henley. Se acerco al ave, colocando de vuelta la carta y suspirando.

― Que cruel es tu amo en mandarte 2 veces seguidas, anda vete.

Reina grazno suavemente para después salir volando. Navier miro con cierta curiosidad como el ave se iba. Le resultaba interesante como Amelie no dudo en ofrecerse.

La carta no tardo mucho en llegar, Mckenna iba a dejarle la carta a Amelie cuando se encontró con Ergy, el de cabello azul sintió la mirada filosa del de ojos verdes. Trago y escondió la carta sutilmente en su espalda.

― Duque Ergy...

― Es bueno verte Mckenna, necesito hablar con Henley.

―¿Ahora?

― Quiero ver si podría adelantarme una parte de mi paga... tengo un par de dudas sobre cierta avecilla roja.

Mckenna entendió eso, no era difícil decir que hablaba de Amelie. Se preocupo internamente, y de verdad deseaba decirle que se fuera al carajo, pero, solo cerro los ojos y asintió. Regresando a la habitación de Henley, apenas se asomo, la mirada de Henley fue de duda, se puso de pie, dispuesto a preguntar porque volvió tan rápido cuando vio a Ergy, los dos se miraron con cierta incomodidad, pero con una mirada puntiaguda y alerta.

― ¿Que quieres?

―Información por información, creo que sabes algo más que yo no se sobre cierta avecilla.

― Ergy...

― Lo que sea me sirve, aunque preferiría que me contestaras ... ¿Sabes como se hizo princesa heredera?

Henley frunció el ceño, al igual que Ergy no lo sabia, al menos no a ciencia cierta, pero suponía que siempre lo fue y nunca se los dijo para tener esa libre amistad con Mckenna y su rivalidad de colegas magos con él... y tal vez para no caer en las garras de Ergy. El rubio miro a Mckenna quien solo asistió y salió huyendo para entregar la carta que estaba retrasando.

Para suerte suya, Amelie estaba sentada leyendo junto a Lirius, la mirada de Amelie se iluminó cuando Mckenna entro con la carta. Ethan la tomó en su mano y la leyó sonriendo de forma divertida.

― Creí que no le gustaban los asuntos de estado

― Ah, necesito practicar, es hora de ponerse a trabajar.

Amelie se puso de pie y corrió al despacho de Navier junto a su gente, el Barón Lant estaba por ahí y casi la saca a patadas, pero con la carta y la firma de Navier dandole permiso solo suspiro y cedió, ademas de que... bueno, sabia cosas.

――――――― Dos días después ―――――――

Amelie estaba en el jardín, sentada en una mesa pequeña mientras leí un par de documentos, a su lado estaba Lirius quien sonreía al revisar otros y quedar fascinado con la eficiencia de su princesa.

― Y decías no entender nada.

― Lo entiendo, pero en verdad odio hacerlo. Pero parece que se me da mejor de lo que pensaba...

― Solo estas inspirada porque Navier cedió a dejarte su trabajo.

Amelie rió y continuo leyendo, a lo lejos escucho a Ergy, levanto sutilmente la mirada y lo miro junto a la joven albina, esta pareció sentir su mirada al igual que Ergy y voltearon a verla. Supo fingir no verlos, con ayuda de los papeles en su mano.

Se tenso al ver como la albina empezaba a caminar hacia ella, no sabia si iba poder contener su lengua contra ella, de verdad deseaba decirle lo mucho que la odiaba por poner a su hermano contra Navier, pero sabia que debía callarse, ver hasta donde era capaz de llegar sovieshu sin decirle nada. Para su buena o mala suerte, Ergy la detuvo y se dirigieron a otro lado, suspiró sutilmente, a lo que Ethan la miro y sonrió.

―¿Prefiere trabajar sin indeseados a la vista?

―Por favor.

Lirius contuvo su risa, Amelie se puso de pie y sin esperar más comenzó a caminar, aun analizando los papeles en su mano. El Barón Lant la seguía de vez en cuando, y cuando esta dejaba del despacho de Navier entraba a revisar que todo estuviera en orden. Estaba en verdad sorprendido de su capacidad para seguir el orden de Navier, ademas de que tenían una metodología de trabajo algo similar.

――――― Cuatro días después ―――――

Amelie estaba en el despacho cuando escucho que alguien entraba, al levantarla se encontró con una sorprendida Navier. El papeleo estaba acomodado en pilas pequeñas frente a Amelie ,sobre cada tema, de forma impecable. Amelie jugaba con la pluma mientras se sonrojaba por la forma en que Navier la miraba.

― No creí que...

― No la regañe su majestad, en verdad se esforzó, puede revisarlo si gusta, pero estuve al tanto de lo que escribía la princesa.― Lirius estaba de pie en la ventana, mirando hacia los jardines cuando le contesto a Navier.

― Los revisare por si acaso, pero confío en que eres apta, Amelie.

―Gracias hermana, Navier.

Navier tomo unos cuantos documentos, poco a poco su rostro de seriedad se transformo en uno de sorpresa y calma, eran como debían de ser, ademas de que la letra de Amelie era impecable y sin manchas.

―Debo decir que estoy sorprendida y orgullosa. Parece que aprendiste bien.

―Bueno, la duquesa Trovi me enseño algunas cosas, otras las perfeccione en Divalía y viéndote de niña.

― Ve a descansar, ya me ayudaste demasiado.

Amelie asintió, hizo una reverencia y antes de irse volteo a ver a Navier.

― Uh, una ultima cosa.

―¿Pasa algo?

― Leí sobre el Baile publico y... me quede pensando si... podía invitar a una amiga.

― Bueno, me ayudaste demasiado y dudo que Sovieshu te diga que no, así que invítala cuando te plazca. Sería malo dejarte sin amistades mientras estas aquí.

―Muchas gracias Navier.

Amelie salió casi volando, la mirada de Navier se suavizó y rió un poco, de verdad estaba sorprendida de su eficiencia. Aunque era cierto que se veía agotada, su sonrisa brillante estaba aun en los labios de la pelirroja, eso quería decir que a pesar de estar cansada se sentía feliz y motivada. Conocía bien sus gestos, o al menos la mayoría de ellos.

Mientras, Sovieshu estaba recostado en su habitación, con los ojos cerrados mientras Rashta lo miraba con cierto nerviosismo. El azabache abrió los ojos y miro a la albina, sonriéndole suavemente.

―Tranquila Rashta, ya solo debo descansar.

― Estoy preocupada por su majestad, tardo una semana en regresar.

―Solo es reposo, anda siéntate.

La albina se sentó a su lado, la mirada cálida de Sovieshu la hizo sonreír, recordó las palabras de Ergy sobre la emperatriz y la invitada que se había quedado.

"Si quieres ganarte el favor de Sovieshu, deberas quitarle a la emperatriz sus amistades, y parece que esa joven es cercana a ella."

―Majestad... ¿La chica que se quedo después de la fiesta es amiga de la emperatriz?

La cara de Sovieshu fue de sorpresa, en vez de quedarse acostado, se sentó en la cama, pensó en algo mirando a Rashta con duda.

―¿Por qué la pregunta?

―Bueno, Rashta quería acercarse a ella, se ve que es una persona amigable.

La cara de Sovieshu era entre enternecida y preocupada, no podía decirle a Rashta que era su media hermana, era demasiado torpe que si se le salía con algún noble podría haber problemas, ademas de que no pensaba presentársela hasta que pudiera hablar con Amelie sobre tener una concubina.

―Ah... es amiga de ambos, la conocimos cuando éramos mas pequeños.

―¿Es una amiga de la infancia de su majestad?

― Así es, pero es algo...hostil, mas ahora que es una princesa heredera.

― ¿Entonces no puedo conocerla?

―Por ahora no, pero cuando este más acostumbrada al ambiente te prometo que haré que sean amigas.

Rashta asintió rápidamente con alegría, Sovieshu sentía que se estaba metiendo en un agujero sin fondo al prometer tantas cosas, todavía tendría que aguantar los regaños de Amelie por dejarla sin ese baile que le había pedido. Solo pudo suspirar suavemente casi imperceptible para no llamar la atención de la Albina.

Al día siguiente, Amelie estaba junto a Laura cuando escucho que Edén se acercaba. Ambas jóvenes se miraron y salieron de la habitación de la pelirroja, la cara de Amelie se congelo un momento y luego solo corrió a abrazar a quien había llegado.

― Wow, wow, wow, más despacio majestad.

― Ludwind... te extrañe mucho, primo...

La sonrisa del recién llegado guardia de la pelirroja la animo, era su primo, y a los ojos de Divalía eran rivales por el trono, pero Ludwind era demasiado revoltoso, le gustaba mas la batalla que simplemente sentarse y revisar papeleo, así que el se ofreció a guiar a la guardia una vez el Capitan Real se retirase, cosa qué pasó apenas eligieron a Amelie como princesa heredera.

Si bien no se conocían del todo, Ludwind miro en Amelie una reina y una posibilidad de que su reino también se convirtiese en un imperio bajo su mandato, aunque le faltaba algo de carácter.

― ¿Cómo se encuentra tío?

― Esta bastante mejor, no debes agobiarte. Por otro lado, me enteré que tuviste un pequeño colapso.

― No es nada, solo un poco de estrés.

― ¿Estas vacacionando y a la vez te estresas?

Amelie lo soltó y rio un poco nerviosa ante el comentario, escucharon pasos, miro sobre el hombro de su primo encontrándose con su informante, solo sonrió nerviosamente. Ludwind sonrió y se hizo a un lado.

― No me digas que...

― Tío dijo que era mejor que ella hiciera de tu dama de compañía.

― Que mentira...

― ¿Porque ya no estas feliz conmigo?

― No es eso, pero preferiría que fueras mis oídos lejos del palacio, Zuri.

La mujer mencionada rio suavemente, quitándose la capucha y revelando a una mujer de cabello azul celeste y ojos morados afilados como los de una serpiente, levanto la mirada dulcemente, mirando a Amelie con malicia.

― No por nada soy la hechicera de confianza del rey, y parte de tus peones más fuertes...

―No diría que eres un peón.

― Solo dire que, debes de tener cuidado en este juego, princesa. Hacen falta piezas en tu tablero.

― De que estas hablando

―Ya lo sabrás en su momento, cambiando de tema, su cumpleaños se acerca, el rey espera que regrese para festejarlo como es debido, así que envió cartas a algunos invitados... desgraciadamente ya fueron entregadas.

― Y supongo que...

― Lo mas probable es que haya invitado a su majestad.

Amelie suspiro pesadamente y acaricio con dos dedos sobre el puente de la nariz. Solo asintió y miro a Laura, sonriéndole dulcemente, esta se retiro y los recién llegados entraron a la habitación de Amelie, tenían que estar al día con lo que venia.







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