𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 3 - 𝕬𝖑𝖎𝖆𝖉𝖔𝖘
Al día siguiente la pelirroja estaba aun dentro de las sabanas, escondiendo su rostro entre las suaves almohadas. Presionó su cabeza en ellas deseando gritar y seguir llorando, pero no podía tirarse así y menos demostrarle a sovieshu que lo sabia. Tenia unas inmensas ganas de plantarse frente a el y abofetearlo hasta que su mano doliese, pero primero quería comprobar que tan lejos podía llegar su hermano sin decirle que tenia una concubina, fingiría que durante su baile con Henley no vio nada.
Se levanto y dejo que una criada la ayudase, sus ojos seguían apagados, aun faltaba mucho para que este evento acabara, por suerte, ya no tenia que aferrarse a la etiqueta, aunque lo mas probable es que si Sovieshu no la viera se ofendería o eso creía.
Mientras se sentaba un momento y miraba por la ventana hacia el cielo, uno de sus subordinados entro silenciosamente y la llamo con suavidad. La mirada cansada de Amelie le dijo que aun no se encontraba bien, pero Laura había pedido que informara.
-Su Majestad, la emperatriz Navier desea verla.
- Edén, no creo estar en condiciones de ver a navier y no soltarme a llorar... dile que estoy algo cansa, que dormiré un poco mas, tal vez mas tarde tenga ánimos.
-Si señorita.
Por otro lado, Lirius caminaba por el palacio, buscando información que le resultara relevante cuando se encontró con Mckenna, la mirada de ambos se cruzo y por como el de cabello azul se precipito hacia donde estaba el subordinado de Amelie quien solo sonrió y detuvo su andar.
-Tienes muchas cosas que aclararme
-Supongo que Ethan hizo su parte... pediré que sea discreto.
- Estoy siendo lo mas discreto que puedo, pero no puedo guardarle un secreto asi a Henley...
-Tienes que hacerlo, la señorita no esta de humor ahora.
- ¿Fue por lo de ayer?
- Si, cambiando de tema, necesito un favor tuyo y creo que se a que se que podemos hacer... Necesito hablar con el príncipe henley.
-¿Que planeas?
-ya veras.
Mckenna no confiaba mucho en Lirius, era un hombre demasiado misterioso y con un carácter ciertamente de miedo, era algo como Navier, frío y daba la impresión de matarte con la mirada, pero era la mano derecha de Amelie en muchas cosas; pero conociendo a Amelie y dado que el lo seguía en todo solo le quedaba ceder.
Ethan regreso a la habitación de Amelie y al poco tiempo entro Lirius, la mirada de ambos se cruzo y Lirius se gano la palabra ante la curiosidad de una consternada pelirroja.
-Señorita Amelie, Ethan encontró un rumor sobre el príncipe Henley y es algo de lo que quiero hablar con usted...
-¿Que planean esta vez?
El rumor se extendió como pólvora en el castillo, todos tenían sus dudas sobre quién iría a ver a Henley, Amelie por su parte estaba sentada en su habitación, repasando una y otra vez la petición que Lirius le había hecho a Henley ¿Que planeaban? Se puso de pie y se dirigió a la habitación de Navier, quería tenerla al tanto del plan que se les había ocurrido a los tontos de sus subordinados y Henley. Pero una vez en la puerta vacilo, solo trago y espero a que le permitieran entrar.
Navier la dejo entrar la cara de la mejor mostraba algo de preocupación, así que no dudo en pedirle a sus damas de compañía que se retiraran para que pudieran hablar sin problemas, una sonrisa apareció en Navier después de ver como la menor parecía respirar.
-¿Que sucede?
-Uh, hablé con el príncipe Henley, la verdad no se si fue buena idea pero propuso que si en algún punto alguien mentía y tu te metías en problemas, dijéramos que eran cartas entre él y yo.- Amelie se sentía incomoda mientras desviaba la mirada y jugaba con sus dedos, la mirada de Navier se endureció lo que la puso mas nerviosa.
- ¿Por que aceptaste meterte en esto, Amelie?
- A-Ah, es porque tenia miedo de que Sovieshu lo mal interpretase y ustedes acabaran mal. - Amelie espero su respuesta, a lo que Navier suspiro.
En cierta medida tenía razón, así que se le hacía lo mas prudente, aunque de todas formas podría recibir una reprimenda de Sovieshu por dejar que la hermana de su esposo se enredara con el mujeriego príncipe de Occidente.
- Estas segura ¿Amelie?
- Si, eso es en dado caso que se necesite, Henley sabe que eres su amiga de cartas... por mi culpa.
- ¿Por tu culpa?
- Egh... el día que vine a platicar contigo y esa águila salió volando... pensé que estaba alucinado, pero un día salí y vi al príncipe Henley con el águila en un brazo, así que me acerque y le dije que pensé que era un ave de su majestad la emperatriz y... se me salió, lo lamento.
- Tan inocente... pero debes tener mas cuidado, ¿Necesitas saber algo de lo que decían las cartas?
- Por ahora no, era todo Navier. Saldré a dar una vuelta, por si me necesitas.
-De acuerdo.
Amelie hizo una reverencia y salió casi volando de la habitación. Navier por su parte le comento del plan a sus damas, sabiendo que estas la mirarían mal, pero parecieron entender el plan de Amelie y Henley por mantenerla inmune a los problemas de henley.
El tercer día, mientras todos se reunían para el banquete, Amelie estaba junto a sus subordinados y la princesa Soju, después de que Navier las presentara, era ciertamente curioso verlas juntas, Amelie era un pequeño pajarito tímido que parecía esconderse tras las espaldas de sus subordinados, pero al lado de la princesa Soju, era mas como un tigre defendiendo a su cría, cuando un noble se acercaba con intenciones de llevarse a Amelie sin mas, Soju solo fruncía el ceño al verla entrar en pánico. Lo que hacia mas divertido verlas juntas.
Hubo un punto en que los murmullos llamaron la atención de todos en el salón, encontrándose a Henley, entrando con una joven vestida elegantemente, la mirada de Amelie y Navier pareció encontrarse y medio reír, ahora entendían mejor el porque esos 4 habían hecho ese plan, alguien iba a tomar la oportunidad de mentir y Navier noto quien era, una de las sirvientes de Rashta, deseaba que Amelie no se enterara así de que esa mujer era la concubina de su hermano, o al menos esperaba que no lo supiera aun.
De la nada, el barullo fue creciendo hasta que Henley alzo un poco mas la voz. La cara de Amelie era de risa contenida en una cara de disgusto, la princesa Soju parecía reírse por la carita de Amelie aunado al pequeño drama formado, drama que subió de tono cuando Rashta se pronuncio como la verdadera amiga anónima de Henley.
Al final lo dejaron pasar, Laura hervía en la habitación donde estaban Navier y el resto de sus damas de compañía. Amelie por su parte estaba con la princesa Soju y sus 3 subordinados esperándola a sus espaldas, siendo los oídos externos de su princesa.
Más tarde, Amelie salió a caminar, con el cobijo del atardecer, sentía que todo empezaba a calmarse, pero hervía en colera aun desde que Sovieshu corrió a socorrer a la albina que ahora era su amante. Sus subordinados se detuvieron junto a ella cuando ella parecía pensar en algunas cosas, miro hacia atrás, estos parecían incomodos hasta que una mujer apareció y sonrió suavemente.
- Creí que me dejarías vacacionar
- Si mi tío te pidió que vinieras no era para vacacionar ¿O si?
-Es difícil esconderte las cosas mi pajarito... sabes que soy la mejor informante de todo el continente...
- Investiga mas sobre esa mujer... parece que Sovieshu no planea que me acerque a ella, es obvio que sabe mi repulsión hacia las concubinas...
- Es interesante tu posición siendo hija de una...
- No siento asco a mi madre, pero si a la situación en la que llegue al mundo... solo investiga. - Amelie miro hacia otro lado, era cierto, podía sonar hipócrita que odiase a las concubinas pero su madre era un caso distinto, al menos en lo que sabia.
Ossis III la había traído prometiéndole el cielo y las estrellas en un país extranjero, su madre era demasiado crédula cuando joven, así que cayó fácilmente en las garras de un hombre mujeriego, si bien nunca encajo con las demás concubinas, la emperatriz tenia un carácter rudo con ella. Carácter que se suavizo cuando entendió que llego a base de engaños, pero después de todo estaba enamorada, así que se quedo donde estaba por amor.
Las demás concubinas sabían que era un peligro, pues fue la favorita por mucho tiempo, cuando nació la pequeña Amelie, la guerra entre concubinas estallo y en algunas ocasiones la emperatriz se veía envuelta, pero la madre de la pelirroja salía a defenderla, puesto que ambas conocían lo que era ser traicionada por alguien a quien apreciaban. Pero el aprecio de la emperatriz a la madre de la pelirroja desapareció gradualmente cuando desapareció, dejando a la pequeña Amelie sola contra un pozo de feroces mujeres. Aunque tenia el favor de Ossis por ser una copia exacta de su madre, la emperatriz la acogió y el resto es historia ya contada.
Al día siguiente, para el banquete antes del banquete especial, la pelirroja estaba caminando cuando se topo con la albina y Henley, paso velozmente junto a Lirius hablando de temas banales sobre su reino para disimular su molestia, pero al cruzarse pudo sentir la mirada ladina de Henley, como un cómplice, cosa que la hizo sonreír. Tal vez ahora que ambos conocían a Navier podían sentirse como amigos o al menos tener una tregua de su pequeño choque como príncipes herederos.
Llego al salón del banquete, a diferencia de otros días, su vestido era mas simple, un bello azul pastel caía de su falda larga y sin mucho volumen, las mangas eran algo largas pero tenían un corte que le permitía dejar sus manos libres en cualquier momento, un corsé de un azul más oscuro decoraba su cintura de forma sutil haciéndola ver sutil y natural pero a la vez formal. Cruzo mirada con Sovieshu, quien le sonrió de forma suave, pero no dudo en desviar su mirada cuando escucho entrar a Henley.
Al entrar Navier, todos tomaron asiento, Amelie estaba incómodamente posicionada entre Navier y Henley, Miraba el contenido de su plato con poco apetito, pero decidió comenzar a comer. Poco a poco, el ambiente se tenso. Podía escuchar casi a la perfección la pequeña riña entre Henley y Sovieshu, así como los comentarios de la princesa Soju con Navier.
-¡Príncipe Henley esta siendo demasiado grosero!
"Ah... aquí vamos." Amelie fingía comer con calma, pero se cruzo su mirada con la del Duque, haciéndola tragar pesadamente, lo recordaba, algunas veces se topo con él en el palacio y vagamente lo recordó en su época como estudiante de magia, como un visitante con quien compartió una clase de pociones.
-¿Qué tiene de grosero marcar sus errores? Ella dijo que recibió mis cartas, si se esta haciendo pasar por mi dama ¿No cree que es natural que intente proteger su honor? Me siento ofendido.
-Rashta le dijo claramente que confundió el contenido de las cartas.
Internamente Amelie estaba hirviendo y Navier parecía incomoda mientras la princesa Soju comía un par de galletas con curiosidad rebosante en sus ojos. Amelie estaba dando un ultimo bocado, escuchando las palabras de Henley y Sovieshu. Masticaba con pesadez pensando si era buena idea ponerse de pie y fingir como Lirius y Ethan habían sugerido.
-Que malo es... ¿Hace esto porque no soy quien esperaba y no soy de una clase alta ni sofisticada?
Amelie automáticamente identificó el llanto falso, no había una mejilla roja o una sensación nasal en su hablar. Navier frunció el ceño mientras el Duque Kaufman se alejaba un poco de la mesa, mirando a Amelie con un aire ciertamente frío, pero daba la sensación de que sentía pena por ella. Navier se levanto para calmar la situación y dejar todo por una vez.
- No quiero entrometerme, pero debería corregir este mal entendido. Su majestad, se que la persona a la que el príncipe Henley le enviaba cartas no es Rashta,
- Emperatriz, no debería ponerse del lado del príncipe Henley solo por su odio a Rashta.
-Parece que el emperador solo cree en las palabras que salen de la boca de Lady Rashta...
Sovieshu estaba a punto de tomar una espada decorativa cuando el duque suspiro y se decidió a hablar, ganándose la atención apenas suspiro. Era todo esto un circo del que Amelie se estaba cansando.
- Emperador, lamento decirle que el amigo de cartas de Henley no es la señorita Rashta, y se quien es.- Miro hacia Amelie para después cerrar los ojos lentamente, mientras Amelie estaba sorprendida internamente.
Sintió un golpecito en su espinilla que le saco un sollozo, ese golpe había sido Henley bajo la mesa. Amelie comenzó a sollozar por el golpe, maldiciendo internamente a Henley. Todos voltearon horrorizados a ver a la más joven de la cena, que se limito a limpiarse las lagrimas. Navier parecía nerviosa ante esa acción.
-Lamento todo este malentendido, yo le había dicho al Duque Kaufman que creí que ese amigo de cartas era el príncipe Henley, pero al ser joven y apenas haber debutado en sociedad me sugirió no ir, podría ser fácilmente herida por los rumores.
-¿Entonces eras tu princesa?
-Si, tal vez todo se formo porque algunas de mis cartas se perdieron cuando caminaba por el palacio.
Todos miraron como la pequeña pelirroja se ponía de pie ante un sorprendido Sovieshu por la clara sorpresa de que esa mujer fuera su hermana, por dentro iba a írsele encima a Henley, pero nadie, a excepción de Navier, sabían que era su hermana.
-Lamento todo esto, Emperador Sovieshu. Fui descuidada y cree este problema.- Pero lo que Amelie creyó que seria una mirada de incomodidad, fue totalmente una mirada de ira en su hermano. ¿De verdad estaba molesto porque su tonta concubina decidió hacerse pasar por la amiga anónima de Henley?
Ahora de verdad deseaba romper a llorar, pero Henley se acerco y la tomo de la mano dulcemente haciendo que el ambiente cambiara un poco. Navier intervino antes de que todo empezara de nuevo, dando por terminada la cena y despidiendo a todos uno por uno mientras Sovieshu se alejaba un poco de Henley y Amelie.
-¿Estas bien? Parece que vas a romper a llorar.
-Si... solo me dio miedo la mirada del emperador.
-Vete acostumbrando, mira así a quien sea
"¿Que te hizo esa mujer para que incluso me miraras así?"
Amelie soltó la mano de Henley y se sentó, Sovieshu salió junto a Henley después que todos se fueran, Rashta estaba llorando a fuera pero Amelie no escucho el barullo, solo se puso de pie cuando todo se calmo, Sovieshu la vio salir, pero ella dio una mirada cansada que hizo que ni Navier ni Sovieshu hablasen con ella.
Mckenna se había llevado a Henley, dejando a Navier sola con Rashta y Sovieshu. Mientras regañaba a Henley por tomar acciones que no le correspondían. Henley se quedo pensando.
-¡Toma acciones encubiertas! ¿¡Porque siempre tomas el lado difícil de todo!?
- Quiero, toma esto y dáselo a Ergy.
-Pe-
- Entrégaselo, el será nuestra táctica encubierta, como te gusta.
-¡
Por otro lado, Sovieshu sentía rabia con Amelie , pero por otro lado se sentía estúpido al creer que su hermana, su dulce e inocente hermana, había
hecho algo con navier contra Rashta, de la nada, una idea cayo cruelmente como una cubeta de agua helada ¿Navier le había contado que Rashta era su concubina? No, no debía ser eso, Amelie hubiera pedido una explicación y conociéndola no se dejaría llevar solo por los comentarios de Navier ¿o si?
¿Navier tenia tan podrido su corazón como para mentirle a su hermana sobre rashta? No, de verdad no podía ser así, Amelie seguía sin saber que Rashta era su concubina, Amelie no había exigido alguna explicación, probablemente pensaba que se trataba del emperador protegiendo a una noble de otra nación. Debería hablar de una vez por todas sobre rashta, pero tampoco se animaba a contarle a Rashta de su hermana, tal vez tendría miedo de ella. Sovieshu estaba atrapado, pero solo algo paso por su cabeza en ese pequeño laberinto de situaciones.
"Debo esconderlo más tiempo, hasta que pueda presentársela formalmente y se gane su cariño, así, podré evitar que Rashta sea herida por Navier, Amelie será su escudo. Navier no se atrevería a herir a Amelie o sus queridos, después de todo son hermanas."
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