𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 2 - 𝕷𝖆 𝖛𝖊𝖗𝖉𝖆𝖉

Al día siguiente cuando empezaba el primer día de celebración, Navier se despertó pensando en la invitada que sustituiría al rey de Divalía, estaba ciertamente sorprendida de que la media hermana de Sovieshu fuera la sobrina del Rey. Pero en parte estaba feliz de que su vida no hubiera acabado en un pozo sin fondo luego de que su madre la abandono y dejo la vida en el palacio.

Se coloco de pie y se dirigió a continuar con el trabajo necesario, mientras lo hacía y su hora para terminar se acercaba el príncipe Henley llegó a verla, solicitando que ella le mostrara los alrededores, la mirada de Henley era algo interesante a los ojos de Navier, ante la negativa de enviar a una de sus damas de compañía, Navier estaba por ceder hasta que escucho la voz de Amelie al otro lado del pasillo, Henley y la emperatriz voltearon al mismo puntos, dejando a Amelie con la cara pasmada.

-L-lo siento, majestad Na...

- Dime solamente Navier, pareces un gatito asustado, Amelie.

-Es solo que creo que llegue a interrumpir su platica, lo lamento.

-¿La conoce, majestad?- La cara de Henley parecía analizar de arriba abajo a Amelie quien sin que Navier notara mucho rodó la mirada.

-Si, es una buena conocida mía, la conocí prácticamente desde que era una bebé... Príncipe Henley, Amelie... Princesa heredera de Divalía.

-Un placer majestad. -Amelie realizo una leve reverencia, que fue correspondida por Henley, tomando su mano dulcemente y dejando un suave beso.

-El placer es mío, no esperaba que tuviera tan buena amistad con una joven.

-Como dije, somos como hermanas...

- La emperatriz Navier es... mi ejemplo a seguir- Dijo Amelie sonriéndole amigablemente a Navier, sacándole una leve sonrisa que se le escapo. - Ca-Cambiando de tema, creo que los dejare solos, parece que tenían planes.

-¿Sería descortés pedirle que nos acompañe?

Amelie estaba por irse y el comentario de Henley le erizo la piel, miro a Navier como esperando que se negara, pero también esperaba una respuesta, pensó en algo que la sacara pero cuando podía estaba por ceder tras ella llego uno de sus acompañantes Lirius.

- ¿Interrumpo?

-¿Que sucede Lirius?

- El emperador Sovieshu la busca.

Estaba algo alterada aun, pero solo asintió y le sonrió a Navier. Hizo una reverencia, estaba de mas que dijera algo y se retiro con calma. Lirius por su parte miro un momento a Henley y se fue detrás de la pelirroja.

Amelie llegó al estudio de Sovieshu, quien estaba sentado en una pequeña mesa con dos tazas de té frente a él junto con algunos postres. La mirada de la pelirroja cayó rápidamente en los dulces y luego en su hermano, apenas noto que llegaron se puso de pie y le sonrió.

- Anda, siéntate, antes de que empiece la primera fiesta quisiera hablar contigo...

- Gracias, hermano... crees que ¿Es hora de sentar cabeza?

- ¿porque lo dices? - La mirada de Sovieshu se endureció mientras tomaba la taza y estaba listo para beber un poco.

- Porque... mi tío desea que tome el trono cuando esté casada, es una preferencia suya, me está dejando por elegir a mi posible compañero de toda una vida así que pienso si debería apresurarme o no.

Sovieshu casi se ahoga cuando mencionó lo de "toda una vida", lo que puso nerviosa a Amelie, quien levanto una ceja y le acerco un pañuelo a su hermano. Cuando Sovieshu se relajo, recobro la compostura y la miro con seriedad.

-¿Tan pronto? Eres joven aún.

-Técnicamente desde que naciste estas casado con Navier, no me vengas con que estoy joven.- El puchero de Amelie fue enternecedor, pero Sovieshu solo negó suavemente y rio un poco.

-No lo digo por eso, eres joven, aun tienes tiempo de sobra. En términos técnicos acabas de debutar en sociedad, tomate tu tiempo, como dices que tu tío te esta dejando escoger... al menos tomate el tiempo de encontrar el correcto.

- Había alguien... lo conocí en un viaje cuando aún estudiaba magia aquí, era... no lo se, me sentía realizada cuando hablábamos pero... me dejo un amargo sabor de boca el final de todo, no me hizo daño directamente, pero estaba rodeado de dolorosos rumores que solo me dieron miedo.

- ¿Estabas segura de esos rumores?

- No, pero en ese entonces era una simple niña que corría de aquí allá, no tenia tanta protección como ahora, si eran ciertos acabaría muy mal parada y me daría mucha vergüenza verte a la cara.

- Y ahora que tienes cierto poder...

- Me da más miedo aun que pueda usarme y dejar el reino de mi tío en problemas por las ambiciones de ese hombre.

-Entiendo...- Por alguna razón Sovieshu sintió una indirecta en sus palabras sobre qué temía de amar por que la hirieran, o eso entendió.

- Cambiando de tema... ¿me dejarías tener el primer baile de la noche contigo?

-Sobre eso, Amelie queria...

- No espera, esa debe ser Navier, seria grosero de mi parte robarle el primer baile con el emperador...- Las palabras de su emocionada hermana fueron como poderosas cuchillas que lo hirieron fuertemente, tenia a Rashta y ese primer baile se lo había prometido, pero la emoción de su hermana al hablar de Navier lo detuvo. Amelie noto su sonrisa melancólica y se detuvo mirándolo fijamente. -¿Hermano?

-Ah, lo siento, si, mi primer baile será contigo, no creo que Navier tenga problema con eso.

- ¿Pero no seria mal visto? Nadie sabe que soy tu hermana.

- Créeme que con que Navier no se moleste basta, dudo que hagan un escándalo por verme bailar con una enviada de otro reino.

- Esta bien, en todo caso me alegra oírlo de ti, aunque sigo insistiendo que deberíamos dejarlo como el segundo.- Dijo un poco nerviosa haciendo que Sovieshu riera un poco, solo frente a ella podía ser dulce... alguien ademas de Rashta.

Una vez su platica culmino, Amelie se dirigió a su habitación, no faltaba mucho para el primer evento de Año Nuevo, parecía incomoda. Amelie sentía que algo le ocultaban Navier y Sovieshu; la cara de preocupación cuando le pidió el primer baile a su hermano, la cara de confusión de Navier el día exterior cuando hablaban ¿Que estaba pasando?

Amelie golpeo con cierta molestia la mesita de noche y bajo la mirada, sintiendo lágrimas a punto de salir. Sus acompañantes entraron en silencio ante el golpe, mirándola con preocupación.

- ¿Amelie?

- Ustedes saben más de lo que parece ¿Que diablos esta pasando?

- Seguimos investigando, pero todo parece apuntar a que el emperador tiene una amante.

- Debe ser mentira...

- Pe... Majestad, no me malinterprete, sabemos su historia y el porque adora a su hermano, pero esto era más que obvio que iba a pasar.- Dijo Ethan con un tono de voz amigable pero algo irritado.

- Me niego a creer que Sovieshu hará lo mismo que padre emperador, sigan investigando.

Los tres se miraron en silencio y asintieron, retirándose de nuevo. Amelie respiro con pesadez y un momento después Laura se presento en su habitación, ya que no llevaba damas de compañía, parecía que Navier deseaba que se sintiera más cómoda ya que no gozaban del tiempo de cuando eran niños.

Una vez lista, Laura la acompaño y se dirigieron al salón principal, el ambiente era tranquilo, cosa que hizo que Amelie olvidara lo que había escuchado de sus subordinados, se negaba a ello, ¿Tal vez eran rumores y por eso el ambiente estaba así?

Eso tenia que ser, Sovieshu desde pequeño siempre fue reacio a ser como él mujeriego de su padre y Amelie adoraba a Sovieshu porque ambos eran el reflejo del desastre que se dejaba en esas situaciones. De no ser porque era una niña, podría haber peleado directamente la sucesión contra su hermano, su sangre noble de dos naciones le daba la posibilidad de crear un imperio mucho más fuerte, pero dado que fue un secreto bien guardado por su madre y su tío, no ocurrió y lo agradecía.

Mientras caminaba por el salón, presentándose con los nobles, noto que en una esquina, rodeada de muchos caballeros estaba una joven de cabello albino. Por alguna razón sintió incomodidad al verla. Se iba a acercar para presentarse pero Laura le llamo y desvió su atención hacia dos duques que le sonreían con deseos de conocerla, así que abandono la idea.

La atención fue robada cuando Sovieshu y Navier entraron juntos, la mirada de Amelie hacia los dos era de emoción, hizo la reverencia correspondiente y los miro bajar con una sonrisa. Una vez que terminaron de bajar, Amelie iba a regresar su atención al resto de nobles con los que faltaba presentarse, pero el leve bufido de Laura llamó su atención, Sovieshu había desaparecido de su vista cuando escucho a Laura, solo vio a Navier al pie de la escalera. Quedo confundida, pero lo más probable es que estuviera haciendo lo de siempre.

Todo iba mejor, Laura y Amelie se hicieron amigas de un par de jóvenes nobles algunas un poco más adultas que la pelirroja, pero todo iba de perlas. Mientras seguían hablando Amelie miro hacia donde estaba Navier y noto que toda la atención daba a la otra punta del salón, topándose con Henley.

Pero Amelie no estaba deslumbrada por ese hombre, en sus viajes cuando aprendía magia lo conoció, así que había tratado con el, no lo odia, no era su "amor" mal parado, pero era un conocido que dejaba pasar pues sentía que no tenían una química de amistad, como que había más competitividad que nada. Tal vez, solo tal vez, buenos rivales.

La música llego a oídos de Amelie, la gente empezó a moverse pues el baile iba a comenzar, Laura se hizo hacia atrás dando espacio a la gente a pasar, cosa que imito la pelirroja. Busco por todo el salón a Sovieshu con la mirada, pero ese hombre parecía que se lo había tragado la tierra, así que frunció el ceño. Al menos tenia la calma de que si no bailaba con ella, seria con Navier.

Amelie estaba sumida en sus pensamientos cuando un joven de cabello azul se paro frente a ella, Laura le dio un codazo sutil, trayéndola de regreso a la tierra. Levanto la mirada y ambos, pelirroja y el de cabello azul quedaron helados. Una sonrisa burlona salió de la joven quien estiro su mano suavemente, se dirigieron al centro del salón, el baile aun no iniciaba.

- Vaya, vaya... Mckenna...

- No esperaba encontrarla aquí.

- Háblame de tu, fuimos buenos amigos cuando los conocí.

- Sabes que a Henley le desagrada la idea de que me lleve bien contigo.

- Somos rivales intelectuales no enemigos...- La risita de Mckenna le dio tiempo de analizar la pista antes de bailar, pero vio a Navier de pie en el mismo lugar y a su hermano con aquella mujer albina. Sus piernas flaquearon ¿Quien era ella? La palabras de sus subordinados retumbaron cruelmente en su cabecita, mareándola y desconcentrándola. Iba a dejar a Mckenna y correr a ver a Navier, pero se le adelantaron.

La mano de McKenna la atrajo un poco y fue cuando Henley aprovechó para acercarse a la emperatriz y solicitar el baile. Al Navier aceptar, sintió que todo se calmaba, tal vez era un trato entre ellos. Empezaba a ponerse excusas baratas con tal de no creer lo que tanto decían sus subordinados.

- ¿Estas bien?

- S-si solo, pensé que era alguien.

-Mentirosa.

- Mckenna...- chillo por lo bajo, animando al serio Mckenna. Tomaron sus posiciones y el baile comenzó.

En momentos Amelie y Mckenna parecían compartir miradas hacia donde estaban Navier y Henley, la sonrisa suave de Amelie ante la calma que había en Navier desconcertaba en gran medida a Mckenna.

- Pareces enamorada de la emperatriz...

- No es amor, es aprecio, supongo que Henley no ha ido a soltar la sopa.

- ¿De que hablas?

- En resumen, la emperatriz estuvo conmigo desde que era una bebé, me conoce lo suficiente y yo a ella como para llamarla hermana... aunque no del todo, hay cosas que han cambiado mucho desde que regrese al lado de mi tío.

- Eres una princesa heredera, si no fuera por eso, diría que estas alucinando. ¿Como la conoces?

Amelie se mordió los labios, no tenia permitido decir que era hermana de Sovieshu, al menos no ahora y a gente de otros países, la verían como una estafadora y podría meter en problemas a Sovieshu.

- Mi madre era gran amiga de la duquesa Trovi, así que convivimos bastante.- No era del todo mentira, su madre biológica conocía a la duquesa Trovi, pero no fue por ella, si no por la madre emperatriz, es decir, la madre de Sovieshu. Por un tiempo la duquesa la preparo para ser una posible emperatriz.

- Ya veo... Eres una cajita de sorpresas.

- Tonto...

El baile termino, Amelie se alejo un paso de Mckenna y realizo una suave reverencia que el imito. Se sonrieron como cómplices y se alejaron, Amelie estaba lista para correr a pedirle a su hermano el baile cuando vio que se acercaba a Navier, así que no se metió. Pero cuando iba de regreso a su lugar al lado de Laura, una leve tos llamó su atención. Era Henley estirando su mano amigablemente.

-Lamentó haberla hecho esperar, pero creo que ahora podré bailar con usted. Parecía decepcionada.

Amelie levanto una ceja pero entendió un poco por la mirada de Henley, quien parecia rogarle que le siguiera el juego, tras el estaba la dama albina, los susurros de la gente la aturdieron un poco y solo atino a ceder.

-Creí que lo había olvidado, príncipe Henley.

Henley sonrió amargamente, se coloco frente a la pelirroja y se acerco a su oído murmurando suavemente.

-Escucha solo lo hice porque quería preguntarte algo... Aunque parece que el emperador quiere matarme ahora mismo.

- ¿Sovieshu?

Cuando Henley hablo de su hermano, decidió volverse ante la sensación de una filosa mirada en ella, así como el comentario del mismo Henley sobre su hermano. Sus ojitos miel se abrieron de par en par y algo dentro de ella se quebró como una frágil copa de cristal.

La albina hablaba con Sovieshu, lloriqueando como una niña pequeña, diciendo que no tenia con quien bailar. Su hermano se mostró débil, pero dijo que no podía bailar de nuevo con ella, el gimoteo y el como se alejaban la dejo helada ¿Era algo de el?

Henley presiono su mano y la tomo de la cintura con dulzura pero fuerza al sentir que sus piernas se debilitaban, riendo suavemente y de forma ahogada conforme la menor regresaba su mirada al frente.

-¿Estas bien?

-A...ah... Si, si. Me sorprendí de analizar que habías bailado primero con Navier.

-Ah, bueno, parecía algo incomoda ahí de pie y quería aprovechar la oportunidad.

"¿Aprovechar? ¡¿No fue planeado?!"

Cada palabra que salía de Henley se enterraba profundamente en su mente dejando un eco de como sus subordinados decían una y otra vez eso de su hermano "el tiene una amante". Cerró los ojos y dejo que la música los guiara, escuchaba susurros y como la poca paz que apenas percibía ya se había deshecho en segundos solo por las palabras de Henley, no era su culpa, pero era tan difícil de pensar para ella que Sovieshu era igual a su padre.

Las lágrimas que estaban al borde de asomarse, ardían como si fuesen magma ardiente, le dolía el solo pensarlo. Que los sacrificios del pasado no habían servido de nada, el dolor de madre emperatriz y su madre biológica no sirvieron de nada.

De repente Henley se detuvo y Amelie levanto la mirada, todos estaban poniendo su atención al centro de la pista, cosa que le llamo la atención. Se movió al lado del príncipe y noto como Sovieshu se alejaba de Navier y casi corría hacia donde la albina.

- Rashta ¿Porque estas llorando?

De la nada, la mirada de Amelie se nublo, al punto de que las lágrimas ya estaban cayendo, la imagen de su hermano paso una y otra vez por su cabeza, cuando de pequeños prometieron no cometer los mismo errores, la imagen de madre emperatriz derrumbada por los engaños de su padre y... y su madre lejos de ella.

Henley la sintió debilitarse aun más, así que no dudo en tomarla cuidadosamente de la cadera y alejarla de la escena, no se llevaban del todo bien pero por la pequeña buena amistad que tenia con Navier y pensando que si la veían llorando a su lado se metería en líos la alejo. Mckenna se acerco y la miro con terror.

-¿Amelie? ¿Que te hizo el...?

- Lo siento, Lord Mckenna, príncipe Henley, tenemos que retirarnos con ella por ahora.- Amelie estaba mordiéndose la lengua intentando no sollozar y ser ahora el centro de atención.

Mckenna asintió y retrocedió, Edén paso sus brazos por sus piernas y la cargo para así retirarse, la escolta salió el total silencio y sin ser notada. Una vez en la habitación, Amelie se dejo ir contra la mesita de té, sujetándose fuertemente de esta; los sollozos ardían en su garganta pero salieron al fin como un agudo y doloroso chillido, cayo de rodillas y se sujeto la cara ante la mirada dolida de sus subordinados.

- Princesa...

- Váyanse, quiero estar sola... Ethan... verifica que Navier este bien, que nadie se atreva a difundir rumores de esto en la fiesta.

- Si majestad.

Ethan salió a paso veloz y los otros dos salieron quedándose tras la puerta. Los ojos de Amelie, temblaban y seguían llorosos, abrazo sus piernas pensando en lo que diría madre emperatriz y su madre.

"Era de esperarse"

"No podemos hacer nada solo mirar y callarnos"

- ¡Mentiroso! - Grito contra sus rodillas dejando que el dolor de ver la imagen de su hermano perfecto se terminara de quebrar.

Mientras en el Baile, la cara de Henley quedo helada cuando Navier casi huía, bajo la mirada, como uniendo puntos invisibles. Regreso al lado de Mckenna quien le dio una mirada de confusión que de la nada pareció aclararse.

- Creo... que ella salió mas afectada que la emperatriz, que malo para ella ver como su mejor amiga perdía contra una concubina .

Henley quedo ido un momento y luego se fue, dejando a Mckenna con una duda ¿Porque afecto demás a Amelie? ¿Acaso la emperatriz le había dicho que todo iba de perlas? ¿O tal vez esas lagrimas eran de rabia por ver al emperador ser tan desconsiderado en media fiesta con su amiga?

- Algo ocultas...

- Lord Mckenna, necesito hablar con usted, pero le ruego no le comente nada al príncipe Henley... al menos no aun.

-!

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