Fue una cena muy alegre, Amelie pudo compartir sus inquietudes con Mckenna y asi, poder por lo menos tener una idea de que hacer al final del día sobre a quién apoyar. Pensaba en hacer el intento de que Sovieshu y Navier siguieran juntos, pero, dadas las circunstancias y la forma tan despreciable en la que Sovieshu trataba a Navier, solo pensó en apoyarla.
"Si Sovieshu sigue asi, no me sorprendería que le pidiera el divorcio, lo menos que me queda es apoyarla."
El camino de regreso a Oriente fue demasiado calmado, ambas parecían estar lo suficientemente cansadas además de que no tenían demasiado de que hablar, al menos no en ese trayecto. Llegaron por la noche al palacio, las damas de compañía de Navier no dudaron en prepárale un baño caliente, Navier por su parte aun quería conversar con Amelie, quien acepto unirse a una plática antes de que la emperatriz tomase su baño.
― ¿Cómo estuvo su viaje a Winwol?
― Fue agradable, descubrí algunas cosas interesantes de la princesa, parecía tener un futuro prometedor en la magia.
― ¿No estas dispuesta a tomar de nuevo ese camino? ― Laura sonó interesada y la mirada brillante le saco una sonrisa a Amelie.
―Ah, como futura monarca me es difícil retomarlo y no alejarme de los deberes que me corresponden, en otra situación no lo pensaría dos veces.
Poco después el baño de Navier estaba listo, pero querían que Amelie se quedara, asi que podrían platicar de lejos. Amelie aprovecho para despistarse un poco con un libro. Navier habia preguntado sobre lo que habia ocurrido en Oriente en su ausencia, sintió un poco de curiosidad, ya que menciono que habia sido un caos.
Presto atención mientras miraba un punto fijo en la pared, poco a poco empezó a sentirse incomoda, más cuando menciono a Ergy. Acaricio su mejilla mientras oía a la entusiasmada Laura dar una explicación emocionante y lejos de la formalidad.
― ¡La duquesa de Tuania abofeteo al duque Ergy y su cabeza giró así... y luego de la nada una mujer corrió hacia la duquesa ¡Y le jalo el cabello por la espalda! Esa mujer fue una de las amantes del duque Ergy y, al parecer, ha estado persiguiéndolo incluso después de haberse separado.
Amelie quedo helada, en automático dejo de escuchar la conversación en la que estaba, supuestamente, siendo participe. Subió su mano de forma inconsciente y se mordió el dedo pulgar mientras asimilaba las palabras dichas por Laura. ¿Amante? ¿de Ergy? Mientras más pensaba en eso, el solo recordar las palabras de Henley en el pasado la hicieron temblar.
― ¿Amelie?
La voz de Navier la trajo de vuelta, solo pudo tragar y alejar su dedo de su boca, hasta que noto que habia un poco de sangre en la punta de este. Solo suspiro y subió su mano tímidamente.
― ¿Sucede algo?
―Lo siento, estaba tan concentrada pensando en que habría orillado a la duquesa a abofetear al duque que me despiste por completo.
―Parece que te preocupa demasiado...
― Tengo un par de inquietudes respecto a ese hombre, la duquesa de Tuania ha sido muy cortes conmigo además de ser amiga tuya, lo menos que puedo hacer es preocuparme... más cuando se trata de ese hombre.
― ¿Conoce al duque Ergy?
― ... Si, es algo complicado, pero no tenemos muy buena relación.
"¿Henley los habrá presentado y tenido un problema? Deberé preguntarle en privado"
Al día siguiente Amelie estaba caminando por el jardín, sentía que algo faltaba, comenzaba a extrañar el castillo de Divalía, a su tío y... aunque sonara extraño, la presión de los nobles. A diferencia de lo que pensaban los nobles, ella deseaba llenar esas expectativas, pero su tío se reusaba, decía que era innecesario tratar de complacerlos, nadie seria lo suficientemente bueno, según él. Pero se dio cuenta que, al tratar de llenar esas expectativas, se habia llenado de conocimientos varios que ni todos los nobles del reino junto sabrían.
―Te he notado algo distante ¿sucede algo?
―Estaba pensando si era buena idea invitarla al baile público.
― ¿De quién hablamos exactamente?
―De Shiro.
― A Lirius le dará algo, y probablemente a Sovieshu también, pero no creo que sea mala idea. ― Dijo Edén con una suave sonrisa mientras Amelie correspondía el gesto.
― Bueno, más tarde redactare la invitación. ¿Ha pasado algo por hoy?
―La verdad es que no, está todo muy tranquilo.
―Ojalá asi se quedasen las cosas.
Con una idea de quien sería su invitada para el baile público que se estaba planeando en Oriente, Amelie solo decidió esperar a que la noche cayera para asi poder escribir la carta que enviaría como invitación. Esperaba que fuese suficiente tiempo como para que llegara.
Durante los días de preparación para el baile público, Amelie le habia pedido a uno de sus subordinados que estuviera cerca de Navier, y si era posible, que alejara a Rashta de la zona donde estuviera la emperatriz, sabía que esa mujer gozaba de dejar mal parada a la rubia, asi que no le daría oportunidades para que la molestase.
Al anochecer, la joven estaba alistándose para dormir cuando recordó la carta que debía enviar, una sonrisa suave salio de ella y se acero a la mesa; se sentó y tomo una hoja de papel mientras pensaba en como dirigirse a su buena amiga ¿Debía ser formal? Lo mejor es que si, Navier le habia entregado la invitación del imperio para la fiesta, asi que solo debía mantener juntas ambas cartas.
Una vez elaborada la carta, analizo que estuviera escrita de forma decente y limpia. Satisfecha, la metió dentro de un sobre junto a la invitación que Navier le habia dado. Sonrió y se puso de pie para poder dársela a Zuri y se encargara de enviarla. La mujer de cabello azul estaba fuera de la habitación, haciendo de guardia momentáneamente en lo que Edén o Lirius regresaban para poder retirarse.
―Zuri, tengo algo que pedirte ¿Podrías enviar esta carta? Es una invitación para Shiro.
― ¿Su majestad sabe quién es?
―Esa es la mejor parte, no lo saben, asi que solo envíala
―Espero no se meta en problemas. Princesa. Hare lo solicitado.
Zuri hizo una reverencia y se retiró para hacer lo solicitado, justo a medio camino, Edén se acercaba, la miro de reojo y luego llevo la mirada fijamente a la de la princesa. Él sonrió y se acercó.
― ¿Sucede algo princesa?
―Edén ¿Paso algo con esa mujer?
―Por suerte no, estuvo lejos de su majestad, la emperatriz, en todo momento que me vio cerca, esperemos se mantenga asi por lo mientras y la fiesta trascurra sin problemas.
―Otra pregunta, la dama de compañía que esta con esa mujer ¿Trabajaba para Navier?
―Antiguamente sí, pero... ― Edén miro a todos lados y se quedó callado, escucharon unos pasos al fondo, por lo que Amelie solamente asomo la cabeza, topándose con Sovieshu.
― Amelie...
― Si me disculpa majestad, estoy hablando con mi subordinado sobre asuntos que no le incumben, por favor.
― Vengo en calidad de hermano, no de emperador.
Amelie frunció el ceño, estaba lista para gritarle que se largara cuando Edén la tomo dulcemente del hombro y le sonrió suavemente. La mirada de su guardia decía mucho, que no debía correrlo ahora. La pelirroja respiro profundo y solo se limitó a asentir, Edén se hizo a un lado y dejo que Sovieshu pasara.
―Habla rápido Sovieshu, no estoy de humor para sostener una relación amistosa contigo.
― ¿Por qué estas tan agresiva? Eres mi hermana, deberías al menos interesarte en porque hago todo esto.
―No tengo ningún interés, Sovieshu. El difunto emperador era mi padre también, lo amo muchísimo pero no puedo perdonarle todo el dolor que ocasiono, no solo a mi madre si no también a madre emperatriz.
― ¿A qué viene eso?
― ¡Por amor de dios, Sovieshu! Tienes una amante, humillas a Navier cada que puedes por culpa de esa mujer y ¿pretendes que no me moleste?
―Escucha Amelie, yo...
―Sal de aquí, antes de que me arruines más la noche.
―Amelie... por favor déjame hablar, quiero que me apoyes.
― ¿¡Disculpa!?
― Soy tu hermano, deberías apoyarme en ves de ponerte en mi contra.
― Navier es mi amiga, por años la considere también una hermana, no me pidas que te apoye a lastimarla, no después de que faltaste a nuestra promesa, ahora lárgate de aquí.
Sovieshu solo frunció en seño, esperaba que se pusiera de su lado, que entendiera que "no amaba" a Navier. Solo suspiro y salio con la mirada baja, Edén miro al emperador irse mientras analizaba un poco la situación.
Espero unos segundos y cuando considero que era prudente entrar, toco a la puerta para que Amelie le permitiera pasar, la voz de la pelirroja fue suave y sonaba sutilmente molesta.
― ¿Está bien?
―Es un tonto al creer que me pondría de su lado para hacer sufrir a Navier... por otro lado ¿Qué querías decirme?
― Ah, me pregunto sobre la señora Verdi, era una antigua dama de compañía de la emperatriz Navier, la dejo por pedido del Emperador prometiendo pagarle una fuerte suma de dinero.
― Ese imbécil...― Amelie se quedo en silencio y recordó la estafa de Rashta con Ergy, una mueca de preocupación apareció en los labios de la joven.
― ¿Qué le preocupa?
― Algo me dice que esa mujer abre la boca de más... Zuri... necesitare que este a modo de espía con esas dos, si algo que perjudique la reputación de Navier se aproxima por parte de esa mujer, será mejor tener unos pasos de ventaja.
―Lo tendré en cuenta majestad, le avisare a la señorita Zuri, por ahora, debe descansar.
Amelie sonrió con ternura ante la preocupación de Edén, si bien era uno de sus subordinados de confianza y considerado su guardia personal mas confiable, era encantador y tenia un habito protector, a veces lo veía como un hermano. Este la ayudo a arroparse y solo sonrió al ver a Amelie sentada en la cama con las piernas cubiertas. Apago la vela y se fue.
Los días siguientes estuvieron tranquilos, cuando Rashta seguía a Navier y esta se detenía, al percatarse de que Edén estaba mirándola fijamente de forma amenazante la hacía alejarse ¿Qué le habia dicho Navier a esa mujer para que la odiara tanto? Intentaría ganarse su confianza y que dejase de confiar en Navier.
Dos semanas después, y faltando una más para el baile público, Navier estaba en los jardines revisando lo que se necesitaba para que la fiesta funcionase, en medio de su distracción, miro por el rabillo del ojo como Rashta se quedaba a lo lejos y como Edén volvía a acercarse, sabia que ese hombre habia sido enviado por Amelie como un intermediario mientras ella estudiaba, y también habia notado que Rashta se mantenía mucho más alejada cuando el extranjero se ponía entre las dos.
―Sir Artina...
―Si majestad.
Artina hizo una reverencia y se dirigió a donde estaba Rashta y sus damas de compañía, Navier suspiro y se acerco a Edén, toco su hombro dulcemente y le dedico una sonrisa ligera, el de cabello oscuro solo asintió y dejo una sonrisa sutil. Entendía que esto de Navier era como "tomar al toro por los cuernos". Solo miraría de lejos.
Mientras Edén se quedaba en su lugar, con los ojos entrecerrados, escucho pasos, y al levantar la mirada se encontró con su hermano menor; una sonrisa radiante salía de él.
― ¿Qué haces aquí? ¿No estabas junto al Duque Ludwind cuidando de su majestad?
― Lado Shiro está cerca, Zuri recibió una paloma del puerto, viene hacia acá asi que avísale a su Majestad, la emperatriz, que la invitada de Amelie llego, seria descortés de la emperatriz no estar ahí.
― ¿No le dirás a Sovieshu verdad?
―Nop~ mi trabajo era ir con la emperatriz, pero tu eres el que esta con ella, asi que tu dale el mensaje.
Edén suspiro con pesadez, apretando el puente de su nariz con dos dedos conforme su hermano se iba agitando la mano, de cierta manera le recordaba a Ergy y eso hacia que le dieran ganas de patearle el trasero con ganas. Navier se alejó de Rashta una vez que le advirtió que no la siguiera, rápidamente Edén se acercó a ella.
―Majestad, me informaron que la invitada de la princesa está por llegar.
―Seria descortés no recibirla como se merece...
―Por ello me adelante antes de que se ocupe, no tarda en llegar.
―Muy bien, muchas gracias, Sir Edén.
Los tres caminaron hacia el palacio para recibir a la invitada. Amelie estaba terminando su clase de etiqueta cuando Lirius entro y la miro fijamente con el ceño fruncido.
― ¿De verdad?
― ¿Qué pasa?
― ¿Invito a Lady Shiro?
― Oh ¿Ya llego? Tengo que verla, y si, necesito alguien que no sea Sovieshu y Navier para evitar írmele encima a esa mujer... Shiro... ella evitara que lo haga para no ser vista como una bestia, pero capaz ella lo hace por mí. Como sea, andando.
Lirius contuvo un gruñido, no porque le molestara la joven, sino porque Amelie tendía descontrolarse de más cuando estaba Shiro, no le importaba que los demás la vieran siendo mas libre cuando Shiro estaba cerca, ya que Shiro no se mantenía en la típica imagen de un miembro de la alta sociedad.
Navier ya estaba esperando a la invitada, miraba al horizonte con un aire pensativo, esperaba que esa invitada no fuera a sentirse incomoda por las cosas que ocurrían actualmente en el palacio, además de que se llevara una mala impresión del Imperio. Suspiro suavemente cuando escucho a Sovieshu acercarse.
― ¿Por qué no me avisaste?
― Fue culpa mía, Majestad. Olvide avisarle al Barón Lant, mi hermano estaba con la emperatriz asi que no sabia que no le habia comunicado. ― Ethan se adelantó a que Navier hablara, el aire de Ethan era diferente frente a Sovieshu, tal vez para que notara que, en verdad, no le agradaba tanto.
Sovieshu suspiro y cuando iba a dirigirse a Navier, un jadeo ahogado salio del resto de gente, Laura llevo sus manos a su boca. Navier y Sovieshu, quienes se miraban un momento, dirigieron su mirada a la puerta encontrándose con una mujer albina bastante alta, con un poco de sangre en su ropa y un poco desalineada.
― Majestades, una disculpa por presentarme así, pero...
― ¡Shiro! ― Un grito asustado se escuchó detrás de todos, Amelie venia llegando y al ver a su amiga e invitada con sangre encima se asustó. ― ¿¡Estas bien!? ¿Qué paso?
La albina sonrió suavemente cunado Amelie se acercó, tomando sus manos y revisándola rápidamente. La forma en que Amelie la revisaba resulto sorprendente para Sovieshu y Navier, no la habían visto tan asustada y preocupada.
―Tranquilízate Amelie, respira. ― Shiro la detuvo con suavidad de los hombros, haciendo que la pelirroja la mirara a los ojos. ―El carruaje tuvo un incidente, uno de mis acompañantes sufrió una herida y lo ayude, por eso la sangre, que este desalineada... fue el momento del golpe, no fue grato.
― Que horror, debes estar agotada... ― Dijo Navier con una sonrisita al ver la cara de Amelie, que empezó a relajarse.
― No debe preocuparse Majestad, es un honor haber sido invitada por usted, Majestad, la emperatriz.
― ¿Tú la invitaste?
― Amelie me pregunto si podía invitar a alguien, asi que accedí.
Sovieshu frunció el ceño, ya que se suponía debía pedírselo a él, pero al estar ya la invitada no quedaba más que resignarse. Sonrió un poco más tranquilo.
―Espero su estancia en el Imperio Oriental sea grata.
―Eso espero, Emperador.
Amelie tomo las manos de Shiro y comenzó a caminar al ala de invitados, la forma dulce en que Amelie se dirigía a su invitada los hizo consternarse un poco, pero sabiendo que era demasiado linda con sus seres queridos, no le tomaron demasiada importancia.
― ¿Qué planeas Navier?
― ¿Crees que planeo algo?
―Eso empieza a parecer, solo espero que no me traigas más problemas.
Edén y Ethan se miraron ante las palabras del emperador, la mano de Edén que descansaba en la empuñadura de su espada se apretó mientras miraba con molestia a la espalda de Sovieshu. Ahora entendía mejor porque Amelie empezaba a odiar a su hermano, tenia una lengua... demasiado suelta.
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(ILUSTRACION ELABORADA POR @kurosawastudios_shiroart (INSTAGRAM: https://instagram.com/kurosawastudios_shiroart?utm_medium=copy_link )
Tiene comisiones abiertas por si les interesa :3
COLOREADO POR EL SUSHI KAWAI (Osea su servidora)
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